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El 19 de Marzo y el 2 de Mayo by Benito Pérez Galdós, XXIV

XXIV

Santiguose Juan de Dios, y ya parecía dispuesto a huir como se huye de las apariciones de ultratumba, cuando le hablé para disipar su miedo.

-Juan de Dios, soy yo. ¿No sabía usted que estaba aquí?

-Gabriel, si lo veo y no lo creo. ¡Jesús, María y José! ¿Cómo has entrado aquí dentro?

-¿No sabe usted que me encerró don Mauro, al sorprenderme en el momento de arrojar la carta a la señorita Inés? Acababa usted de salir.

-¡No había vuelto hasta ahora! ¡Y te encerraron aquí! ¡Qué casualidad! Estoy absorto. Pero dime, ¿la carta...?

-Ella la tiene. No hay cuidado por eso. Después de habérsela dado, me entró tentación de hablar con ella. Toqué a la puerta, ¡ay!, este fue el crítico momento en que se apareció doña Restituta. Puede ustedfigurarse lo demás. Gracias a Dios que viene una buena alma para ponerme en libertad. Dios le ha enviado a Vd.

-Óyeme, Gabrielillo -añadió con más sosiego-. Ya te dije que mi fortunilla la tengo depositada en poder de los Requejos. Si se la pido de improviso estoy seguro de que no me la han de dar. Por consiguiente, yo la tomo. Mira lo que hay allí.

Señaló al fondo del sótano contiguo, y vi un arca de hierro. Juan de Dios prosiguió de este modo.

-Yo tengo mi conciencia tranquila. No cojo más que lo mío, y antes moriría que tomar un ochavo más. Eso bien lo sabe el Santísimo Sacramento, que ya me conoce. Pero si en esta parte estoy tranquilo... ¡ay!, ya le he dicho al Santísimo Sacramento que estoy loco de amor y que me perdone los dos grandes pecados que he cometido hoy:

-¿Y qué pecados son esos?

-Trabajo me cuesta el decirlo; pero allá van para empezar desde ahora a purgarlos con la vergüenza que me causan. Los dos pecados son: haber escrito una carta falsa a D. Mauro para obligarle a ir a Navalcarnero, y haber hecho construir por un molde de cera la llave con que he entrado aquí, y la de la caja. La carta estaba perfectamente falsificada; las llaves no valen menos.

-¿Con que eso va a toda prisa? ¿Y nuestra chicuela?

-Esta noche me la llevo. ¡Ah!, ya habrá leído la carta. La habrá leído, sabrá que la quiero poner en libertad, y su inquietud, su agonía, su zozobra entre la esperanza y el temor serán inmensas. Dentro de un rato será mía. ¿Cuento contigo?

-Para lo que Vd. quiera. Pues no faltaba más -dije discurriendo cuál sería el mejor modo de burlar a un mismo tiempo a doña Restituta y a su prometido esposo.

-¡Ay!, tiemblo todo al pensar que pronto he de sacarla del poder de estas fieras -dijo Juan de Dios-. La pobrecita me estará esperando ya. ¿Qué te parece? ¡Ah!, he preguntado a varias personas por una isla desierta, y nadie me ha dado razón. ¿Esas que llaman las Canarias son desiertas? ¿Sabes tú a dónde caen? Creo que allá por el gran golfo, o como si dijéramos, entre la China y el Moro. ¿Por dónde se va?

-De eso sí que no sé palotada -contesté tratando de dejar a un lado la geografía-. Pero vamos a ver: ¿cómo piensa Vd. engañar a doña Restituta?

-Eso no me inquieta. La amarraremos tapándole la boca, pero sin hacerle daño, porque es una buena mujer como no sea para criar sobrinas... y ya ves. Hace veinte años que como el pan de esta casa. Si no fuera por esta terrible sofocación que me ha entrado... Gabriel yo me vuelvo loco; lo que no te sabré decir es si me vuelvo loco de alegría o de pena.

-¿Le parece a Vd. -dije, afectando oficiosidad-,que suba pasito a pasito a ver si doña Restituta duerme o vela?

-Bien pensado. Mejor es que te estés en la trastienda de centinela, y en caso de que sientas ruido en el entresuelo me avisas al instante. Yo despacharé eso fácilmente.

No esperé a que me lo repitiera y subí. No, Gabriel no subía, volaba. Mi resolución, prontamente tomada, llevome sin vacilar al cuarto donde dormía Inés y velaba su feroz tía. Cuando esta sintió mis pasos, cuando oyó que alguien se acercaba, cuando llegué al cuarto, y me puso ante su vista, su terror no tuvo límites. Como no comprendía la posibilidad material de mi evasión, y era además mujer supersticiosa, no creyó sino que yo era el diablo en persona, o al menos hombre protegido por todos los diablos del infierno. Quedose muda de terror; quiso hablar y no pudo; quiso gritar y lanzó un aullido congojoso, cual si la apretaran el cuello. No queriendo yo perder un instante, me arrojé a sus plantas, exclamando con sofocante precipitación:

-Señora, ama mía, ama de mi corazón: óigame su merced, soy inocente. Perdóneme su merced. Quise revelarles a Vds. todo; pero aquellos hombres no me dejaron. Yo no intenté robar a Inés, quise sacarla de aquí para impedir que la robara su amante. ¿No sabe Vd. quién es? ¡Juan de Dios, Juan de Dios! ¡Ah!, ¡señora!, ¡y dudaba Vd. de mi fidelidad!

Restituta pasó del terror a la sorpresa, al asombro, al anonadamiento, a la estupidez.

-Juan de Dios! -exclamó-. ¡Juan de Dios! Mi... No, no puede ser... tú eres el demonio; Jesús, María y José. Por la señal de la santa cruz...

-¿Qué cruz ni cruz? ¿Quiere Vd. la prueba? Pues tome Vd. esa carta que el caballerito me dio para su novia -dije, entregándole la carta del mancebo.

Restituta la tomó en sus manos, frías como el mármol y temblorosas, recorrió muy deprisa sus once pliegos, examinó la firma y díjome después:

-¿Estoy soñando? Tú... eres Gabriel...¡Oh!, yo estoy loca... Ese miserable, a quien hemos dado de comer...

-¿Aún lo duda Vd.? -dije-. Pues en este momento Juan de Dios está en el sótano abriendo el arca del dinero.

No me es posible hacer formar idea del salto que dio Restituta. Creo que hasta la silla saltó también arrastrada por el espantoso sacudimiento de los nervios de la hermana del Sr. D. Mauro.

-Venga Vd. y lo verá con sus propios ojos -exclamé tomándola de la mano e impeliéndola hacia afuera.

Restituta me siguió, porque la curiosidad, la rabia, el mismo terror, la impulsaban tras mí. Tropezó mil veces. Su cuerpo temblaba, y con frecuencia llevábase las manos a los desgreñados pelos para arrancarsealgunos, o para echarlos todos hacia atrás. El extravío de sus ojos a nada es comparable, y a mí mismo, que ya creía tenerla vencida, me causaba miedo.

Llegamos a la boca del escotillón, y allí, mientras hería nuestros ojos la tenue claridad que del sótano salía, oímos claramente ruido de monedas. Juan de Dios contaba sus ahorros de veinte años. Cuando el tímpano de Restituta fue afectado de aquel vibrante sonido, un estremecimiento nervioso como el producido en la organización humana por la descarga de poderosas pilas eléctricas, sacudió sus miembros, precipitándose ciegamente por la escalera, exclamó:

-¡Malvado! ¡Así nos pagas el pan de veinte años!

Aún no habían llegado los resbaladizos pies de mi ama al quinto peldaño, cuando la pesada puerta del escotillón cayó, lanzada por mis manos. No había llave con qué cerrar, porque Juan de Dios la había quitado; pero al instante puse sobre la puerta una caja de latas de pomada, y luego dos, y luego cuatro, y después un fardo de tela, y otro y otro encima. En diez minutos puse sobre la entrada de la que había sido mi prisión un peso tal, que cuatro hombres fuertes no hubieran podido levantarlo desde abajo.

Concluido esto subí. Inés, despavorida y aterrada, no sabía a qué santo encomendarse.

-¡Ya eres libre, Inés! -exclamé con la mayor alegría-. Vístete, vámonos pronto. No perder un momento: puede venir el amo.

Vistiose tan precipitadamente, que la vi medio desnuda. Pero ni ella con el gran azoramiento de la prisa cayó en la cuenta de que me estaba mostrando su lindo cuerpo, ni yo me cuidaba más que de ayudarla a vestir, poniéndole enaguas, medias, zapatos, ligas. Al fin salimos de la casa y huimos a toda prisa de la calle de la Sal por temor de encontrar al licenciado Lobo o a mi amo. Hasta que no nos vimos en la Puerta del Sol, no tomamos aliento, y sintiéndome yo sin fuerzas, nos sentamos en un escalón junto a Mariblanca. Profundo silencio reinaba en la plaza: Madrid dormía sosegado y tranquilo. Paseé mi vista en derredor y no vi más que dos perros que se disputaban un hueso: el chorro de la fuente alegraba nuestras almas, con su parlero rumor.

-Ya estás libre, condesilla -dije reclinándome sobre el pecho de Inés-. Bendito sea Dios que nos ha sacado de allí. No te olvidaré nunca, horrenda noche de amargura; no te olvidaré nunca, risueña mañana de este día feliz. Estamos en lunes, día 2 del mes de Mayo.

Un rato permanecí en aquella actitud, porque estaba rendido de cansancio. El día se acercaba y se sentían los primeros y vagos rumores, desperezosde la indolente ciudad que despierta. Por Oriente hacia el fin de la calle de Alcalá se veía el resplandor de la aurora, y cuando nos retirábamos, Inés y yo nos detuvimos un instante a contemplar el cielo que por aquella parte se teñía de un vivo color de sangre.


XXIV

Santiguose Juan de Dios, y ya parecía dispuesto a huir como se huye de las apariciones de ultratumba, cuando le hablé para disipar su miedo. Juan de Dios crossed himself, and already seemed ready to flee as one does from the afterlife apparitions, when I spoke to him to dispel his fear.

-Juan de Dios, soy yo. ¿No sabía usted que estaba aquí?

-Gabriel, si lo veo y no lo creo. -Gabriel, I do see it and I don't believe it. ¡Jesús, María y José! ¿Cómo has entrado aquí dentro?

-¿No sabe usted que me encerró don Mauro, al sorprenderme en el momento de arrojar la carta a la señorita Inés? "Don't you know that Don Mauro locked me up, when he surprised me at the moment of throwing the letter to Miss Inés?" Acababa usted de salir. You had just left.

-¡No había vuelto hasta ahora! "He hadn't come back until now!" ¡Y te encerraron aquí! ¡Qué casualidad! Estoy absorto. Pero dime, ¿la carta...?

-Ella la tiene. No hay cuidado por eso. There is no care for that. Después de habérsela dado, me entró tentación de hablar con ella. After giving it to her, I was tempted to talk to her. Toqué a la puerta, ¡ay!, este fue el crítico momento en que se apareció doña Restituta. Puede ustedfigurarse lo demás. Gracias a Dios que viene una buena alma para ponerme en libertad. Thank God that a good soul is coming to set me free. Dios le ha enviado a Vd.

-Óyeme, Gabrielillo -añadió con más sosiego-. Ya te dije que mi fortunilla la tengo depositada en poder de los Requejos. I already told you that I have my fortune deposited with the Requejos. Si se la pido de improviso estoy seguro de que no me la han de dar. If I ask them out of the blue, I'm sure they won't give it to me. Por consiguiente, yo la tomo. Mira lo que hay allí. Look what's there.

Señaló al fondo del sótano contiguo, y vi un arca de hierro. He pointed to the back of the adjoining cellar, and I saw an iron chest. Juan de Dios prosiguió de este modo.

-Yo tengo mi conciencia tranquila. -I have a clear conscience. No cojo más que lo mío, y antes moriría que tomar un ochavo más. I do not take more than mine, and I would die rather than take one more ochavo. Eso bien lo sabe el Santísimo Sacramento, que ya me conoce. The Blessed Sacrament knows that well, it already knows me. Pero si en esta parte estoy tranquilo... ¡ay!, ya le he dicho al Santísimo Sacramento que estoy loco de amor y que me perdone los dos grandes pecados que he cometido hoy: Oh, I have already told the Blessed Sacrament that I am crazy with love and that he forgive me the two great sins that I have committed today:

-¿Y qué pecados son esos?

-Trabajo me cuesta el decirlo; pero allá van para empezar desde ahora a purgarlos con la vergüenza que me causan. -I work hard to say it; but there they go to begin from now on to purge them with the shame they cause me. Los dos pecados son: haber escrito una carta falsa a D. Mauro para obligarle a ir a Navalcarnero, y haber hecho construir por un molde de cera la llave con que he entrado aquí, y la de la caja. The two sins are: having written a false letter to D. Mauro to force him to go to Navalcarnero, and having had the key with which I entered here, and the one to the box, built from a wax mold. La carta estaba perfectamente falsificada; las llaves no valen menos. The letter was perfectly forged; the keys are not worth less.

-¿Con que eso va a toda prisa? -What's that going in a hurry? ¿Y nuestra chicuela?

-Esta noche me la llevo. ¡Ah!, ya habrá leído la carta. Ah, you have already read the letter. La habrá leído, sabrá que la quiero poner en libertad, y su inquietud, su agonía, su zozobra entre la esperanza y el temor serán inmensas. You will have read it, you will know that I want to set you free, and your anxiety, your agony, your anxiety between hope and fear will be immense. Dentro de un rato será mía. In a little while it will be mine. ¿Cuento contigo? I count on you?

-Para lo que Vd. -For what you. quiera. Pues no faltaba más -dije discurriendo cuál sería el mejor modo de burlar a un mismo tiempo a doña Restituta y a su prometido esposo. Well, there was no more, ”I said, wondering what would be the best way to outwit both Dona Restituta and her promised husband.

-¡Ay!, tiemblo todo al pensar que pronto he de sacarla del poder de estas fieras -dijo Juan de Dios-. "Oh! I tremble at the thought that I will soon take her out of the power of these beasts," said Juan de Dios. La pobrecita me estará esperando ya. The poor thing will be waiting for me now. ¿Qué te parece? ¡Ah!, he preguntado a varias personas por una isla desierta, y nadie me ha dado razón. Ah, I have asked several people about a desert island, and no one has given me reason. ¿Esas que llaman las Canarias son desiertas? ¿Sabes tú a dónde caen? Do you know where they fall? Creo que allá por el gran golfo, o como si dijéramos, entre la China y el Moro. I think that there by the great gulf, or as it were, between China and the Moor. ¿Por dónde se va? Where it goes?

-De eso sí que no sé palotada -contesté tratando de dejar a un lado la geografía-. "I don't know how to beat that about it," I answered, trying to put geography aside. Pero vamos a ver: ¿cómo piensa Vd. engañar a doña Restituta?

-Eso no me inquieta. La amarraremos tapándole la boca, pero sin hacerle daño, porque es una buena mujer como no sea para criar sobrinas... y ya ves. We will tie her up by covering her mouth, but without hurting her, because she is a good woman unless it is to raise nieces ... and you see. Hace veinte años que como el pan de esta casa. Si no fuera por esta terrible sofocación que me ha entrado... Gabriel yo me vuelvo loco; lo que no te sabré decir es si me vuelvo loco de alegría o de pena. If it weren't for this terrible suffocation that has entered me ... Gabriel, I would go crazy; What I won't know how to tell you is whether I go crazy with joy or sorrow.

-¿Le parece a Vd. -dije, afectando oficiosidad-,que suba pasito a pasito a ver si doña Restituta duerme o vela? I said, affecting officiousness, "let him go up little by little to see if Dona Restituta sleeps or watches?"

-Bien pensado. Mejor es que te estés en la trastienda de centinela, y en caso de que sientas ruido en el entresuelo me avisas al instante. Better stay in the back room as a sentry, and in case you feel noise on the mezzanine, let me know instantly. Yo despacharé eso fácilmente. I'll dispatch that easily.

No esperé a que me lo repitiera y subí. I did not wait for him to repeat it and I went up. No, Gabriel no subía, volaba. No, Gabriel did not go up, he flew. Mi resolución, prontamente tomada, llevome sin vacilar al cuarto donde dormía Inés y velaba su feroz tía. My resolution, promptly taken, led me without hesitation to the room where Ines slept and her fierce aunt watched. Cuando esta sintió mis pasos, cuando oyó que alguien se acercaba, cuando llegué al cuarto, y me puso ante su vista, su terror no tuvo límites. When she felt my footsteps, when she heard someone approaching, when I came to the room, and she put me in front of her, her terror knew no bounds. Como no comprendía la posibilidad material de mi evasión, y era además mujer supersticiosa, no creyó sino que yo era el diablo en persona, o al menos hombre protegido por todos los diablos del infierno. Since she did not understand the material possibility of my escape, and was also a superstitious woman, she only believed that I was the devil in person, or at least a man protected by all the devils of hell. Quedose muda de terror; quiso hablar y no pudo; quiso gritar y lanzó un aullido congojoso, cual si la apretaran el cuello. Staying speechless with terror; he wanted to speak and could not; she wanted to scream and gave a heartbroken howl, as if her neck were being squeezed. No queriendo yo perder un instante, me arrojé a sus plantas, exclamando con sofocante precipitación: Not wanting to waste a moment, I threw myself to his plants, exclaiming with suffocating haste:

-Señora, ama mía, ama de mi corazón: óigame su merced, soy inocente. -Lady, my love, love of my heart: hear me, your mercy, I am innocent. Perdóneme su merced. Quise revelarles a Vds. todo; pero aquellos hombres no me dejaron. Yo no intenté robar a Inés, quise sacarla de aquí para impedir que la robara su amante. I didn't try to steal Ines, I wanted to get her out of here to prevent her lover from stealing her. ¿No sabe Vd. quién es? ¡Juan de Dios, Juan de Dios! ¡Ah!, ¡señora!, ¡y dudaba Vd. de mi fidelidad!

Restituta pasó del terror a la sorpresa, al asombro, al anonadamiento, a la estupidez. Restituta went from terror to surprise, to amazement, to bewilderment, to stupidity.

-Juan de Dios! -exclamó-. ¡Juan de Dios! Mi... No, no puede ser... tú eres el demonio; Jesús, María y José. Por la señal de la santa cruz... By the sign of the holy cross ...

-¿Qué cruz ni cruz? -What cross or cross? ¿Quiere Vd. la prueba? Pues tome Vd. Well, take you. esa carta que el caballerito me dio para su novia -dije, entregándole la carta del mancebo. that letter the gentleman gave me for his girlfriend, "I said, handing him the letter from the young man.

Restituta la tomó en sus manos, frías como el mármol y temblorosas, recorrió muy deprisa sus once pliegos, examinó la firma y díjome después:

-¿Estoy soñando? Tú... eres Gabriel...¡Oh!, yo estoy loca... Ese miserable, a quien hemos dado de comer... You ... are Gabriel ... Oh, I'm crazy ... That wretch, whom we have fed ...

-¿Aún lo duda Vd.? -Do you still doubt it? -dije-. Pues en este momento Juan de Dios está en el sótano abriendo el arca del dinero.

No me es posible hacer formar idea del salto que dio Restituta. It is not possible for me to form an idea of the leap that Restituta took. Creo que hasta la silla saltó también arrastrada por el espantoso sacudimiento de los nervios de la hermana del Sr. I think that even the chair jumped also dragged by the horrible jolt of the nerves of Mr. D. Mauro.

-Venga Vd. y lo verá con sus propios ojos -exclamé tomándola de la mano e impeliéndola hacia afuera. and you will see it with your own eyes, ”I exclaimed, taking her hand and pushing her out.

Restituta me siguió, porque la curiosidad, la rabia, el mismo terror, la impulsaban tras mí. Restituta followed me, because curiosity, anger, the same terror, drove her after me. Tropezó mil veces. Su cuerpo temblaba, y con frecuencia llevábase las manos a los desgreñados pelos para arrancarsealgunos, o para echarlos todos hacia atrás. El extravío de sus ojos a nada es comparable, y a mí mismo, que ya creía tenerla vencida, me causaba miedo. The loss of her eyes is comparable to nothing, and I myself, who already believed I had her defeated, caused me fear.

Llegamos a la boca del escotillón, y allí, mientras hería nuestros ojos la tenue claridad que del sótano salía, oímos claramente ruido de monedas. We reached the mouth of the hatch, and there, as the faint light coming from the basement hurt our eyes, we clearly heard the noise of coins. Juan de Dios contaba sus ahorros de veinte años. Cuando el tímpano de Restituta fue afectado de aquel vibrante sonido, un estremecimiento nervioso como el producido en la organización humana por la descarga de poderosas pilas eléctricas, sacudió sus miembros, precipitándose ciegamente por la escalera, exclamó: When Restituta's eardrum was affected by that vibrating sound, a nervous shudder like that produced in the human organization by the discharge of powerful electric batteries, it shook its limbs, rushing blindly down the stairs, it exclaimed:

-¡Malvado! ¡Así nos pagas el pan de veinte años!

Aún no habían llegado los resbaladizos pies de mi ama al quinto peldaño, cuando la pesada puerta del escotillón cayó, lanzada por mis manos. My mistress's slippery feet had not yet reached the fifth rung when the heavy hatch door fell, thrown by my hands. No había llave con qué cerrar, porque Juan de Dios la había quitado; pero al instante puse sobre la puerta una caja de latas de pomada, y luego dos, y luego cuatro, y después un fardo de tela, y otro y otro encima. There was no key with which to close, because Juan de Dios had taken it away; But at once I put a box of ointment cans on the door, and then two, and then four, and then a bundle of cloth, and another and another on top. En diez minutos puse sobre la entrada de la que había sido mi prisión un peso tal, que cuatro hombres fuertes no hubieran podido levantarlo desde abajo.

Concluido esto subí. Inés, despavorida y aterrada, no sabía a qué santo encomendarse. Agnes, terrified and terrified, did not know which saint to entrust herself to.

-¡Ya eres libre, Inés! -exclamé con la mayor alegría-. Vístete, vámonos pronto. No perder un momento: puede venir el amo. Do not waste a moment: the master can come.

Vistiose tan precipitadamente, que la vi medio desnuda. She dressed so hastily that I saw her half naked. Pero ni ella con el gran azoramiento de la prisa cayó en la cuenta de que me estaba mostrando su lindo cuerpo, ni yo me cuidaba más que de ayudarla a vestir, poniéndole enaguas, medias, zapatos, ligas. But neither she, with the great embarrassment of her haste, realized that she was showing me her beautiful body, nor did I care more than to help her dress, putting on her petticoats, stockings, shoes, garters. Al fin salimos de la casa y huimos a toda prisa de la calle de la Sal por temor de encontrar al licenciado Lobo o a mi amo. Hasta que no nos vimos en la Puerta del Sol, no tomamos aliento, y sintiéndome yo sin fuerzas, nos sentamos en un escalón junto a Mariblanca. Until we saw each other at the Puerta del Sol, we did not take a breath, and feeling I was without strength, we sat on a step next to Mariblanca. Profundo silencio reinaba en la plaza: Madrid dormía sosegado y tranquilo. Paseé mi vista en derredor y no vi más que dos perros que se disputaban un hueso: el chorro de la fuente alegraba nuestras almas, con su parlero rumor. I looked around and saw only two dogs fighting for a bone: the jet of the fountain cheered our souls, with its talkative murmur.

-Ya estás libre, condesilla -dije reclinándome sobre el pecho de Inés-. "You're free now, Condesilla," I said, leaning on Ines's chest. Bendito sea Dios que nos ha sacado de allí. No te olvidaré nunca, horrenda noche de amargura; no te olvidaré nunca, risueña mañana de este día feliz. I will never forget you, horrible night of bitterness; I will never forget you, smiling tomorrow of this happy day. Estamos en lunes, día 2 del mes de Mayo.

Un rato permanecí en aquella actitud, porque estaba rendido de cansancio. El día se acercaba y se sentían los primeros y vagos rumores, desperezosde la indolente ciudad que despierta. The day was approaching and the first vague rumors were heard, stretches of the indolent city that awakened. Por Oriente hacia el fin de la calle de Alcalá se veía el resplandor de la aurora, y cuando nos retirábamos, Inés y yo nos detuvimos un instante a contemplar el cielo que por aquella parte se teñía de un vivo color de sangre. Towards the east, towards the end of Calle de Alcalá, the glow of dawn could be seen, and when we retired, Inés and I stopped for a moment to contemplate the sky, which in that part was stained with a vivid color of blood.