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El 19 de Marzo y el 2 de Mayo by Benito Pérez Galdós, VIII

VIII

Al día siguiente no hallé tampoco quien me llevase a Madrid; pero deseando vivamente saber de Inés y curioso por oír de sus propios labios si era verdad o mentira la bienaventuranza que le habían ofrecido los Requejos, determiné marcharme a pie, lo cual, si no era muy cómodo, era más barato: don Celestino y yo hablábamos de esto, cuando Lopito entró a buscarme.

-Esta noche -me dijo al bajar la escalera- tendremos fiesta. No lo digas ni a tu camisa, Gabrielillo. Pues verás... aquel papelote que escribió ayer el Rey es una farsa. Bien decía yo que D. Carlitos, con su carita de pascua, nos está engañando.

-¿De modo que hay viaje?

-Tan cierto como ahora es día. Pero como no queremos que se vayan, porque esto es enjuague de Napoleón con Godoy para luego repartirse a España entre los dos; como no queremos que se vayan, el viaje se prepara ocultamente para esta noche. Si fuera verdad que no pensaban salir, ¿por qué no se ha retirado la tropa? ¿Por qué ha venido más tropa y más tropa, y más tropa? ¿Ves? Ahora está entrando un batallón por la calle de la Reina.

Confieso que a mí no me importaba gran cosa que saliese un batallón o entraran ciento, ni tampoco me ponía en cuidado el que mi Sr. D. Carlos se marchara a Andalucía o a donde mejor le conviniese. Así se lo manifesté a mi amigo; pero hallándose el alma de Lopito inundada de generoso entusiasmo, por el bien del reino, me hizo ver que mi indiferencia era censurable y hasta criminal. Largas horas pasamos discurriendo por el pueblo y matando el tiempo con amenas conversaciones. Él se empeñó en llevarme a la taberna, y a la taberna fuimos. La concurrencia era la misma, aunque el panorama de caras había variado, viéndose entre ellas la de Santurrias, que noera la menos animada. También estaba allí muy macilento y meditabundo, con los agujereados codos sobre la mesa, el poeta calagurritano que tres años antes capitaneaba la turba de silbantes en el estreno de El sí de las niñas , y con él libaba el néctar de Esquivias en el mismo vaso otro de los dioses menores del Olimpo Comellesco, el famoso Cuarta y Media, calderero y poeta. ¡Pobres hijos de Apolo!

El pinche me dijo que todos aquellos personajes habían venido de Madrid traídos por los confeccionadores de la conjuración, y añadió:

-Esto para que se vea que también toman parte los hombres que se llaman científicos.

No puedo menos de decir que toda aquella gente me repugnaba, y en cuanto a sus intenciones y propósitos, todo me parecía absurdo sin explicarme por qué.

-Estúpidos -decía para mí- ¿pensáis que semejante gatería es capaz de quitar y poner reyes a su antojo?

Pero en la noche de aquel mismo día fue cuando pude medir en toda su inexplorada profundidad el abismo de ignorancia y fanatismo de aquel puñado de revolucionarios. No hallando otro alivio a mi aburrimiento que la asistencia a la taberna en compañía de Lopito, en cuanto cerró la noche procuré tranquilizar a D. Celestino y me fui allá. Lopito, que me aguardaba con impaciencia, me dijo al verme a su lado:

-Me alegro de que hayas venido, pues con eso no perderás lo mejor. Aquí está reunida toda la gente, y después... después veremos.

La taberna del tío Malayerba estaba llena de bote en bote, y también disfrutaba el honor de una desmesurada concurrencia, un patio interior destinado de ordinario a paradero y taller de carretería. No puedo haceros formar idea de la variedad de trajes que allí vi, pues creo que había cuantos han cortado la historia, la costumbre y el hambre con su triple tijera. Veíanse muchos hombres envueltos en mantas, con sombrero manchego y abarcas de cuero; otros tantos cuyas cabezas negras y redondas adornaba un pingajo enrollado, última gradación de turbante oriental; otros muchos calzados con la silenciosa alpargata, ese pie de gato que tan bien cuadra al ladrón; muchos con chalecos botonados de moneditas, se ceñían la faja morada, que parece el último jirón de la bandera de las comunidades; y entre esta mezcolanza de paños pardos, sombreros negros y mantas amarillas, se destacaban multitud de capas encarnadas cubriendo cuerpos famosos de las Vistillas, del Ave-María, del Carnero, de la Paloma, del Águila, del Humilladero, de la Arganzuela, de Mira el Río, de los Cojos, del Oso, del Tribulete, de Ministriles, de los Tres Peces, y otros célebres faubourgs (permítasenos la palabrota) donde siempre germinó al beso del sol de Castilla la flor de la granujería.

En cuanto a la variedad de las voces nada puedo decir, porque todos hablaban a un tiempo. Pero al fin de aquella reunión, como en todas las de igual naturaleza, resonó una voz para dominar a las demás. La multitud sabe a veces callar para oír, sin duda porque se marea con sus propios gritos. Algunos de los presentes dijeron: «que hable Pujitos», y al instante Pujitos, cediendo a los reiterados ruegos de sus amigos políticos (dispensadme este anacronismo), salió al mostrador de la taberna, rompiendo tres vasos y dos botellas, que sin duda le cargarían en cuenta al heredero de la corona de dos mundos.

Pujitos era lo que en los sainetes de D. Ramón de la Cruz se señala con la denominación de majo decente , es decir, un majo que lo era más por afición que por clase, personaje sublimado por el oficio de obra prima, el de carpintero o el de platero, y que no necesitaba vender hierro viejo en el Rastro, ni acarrear aguas de las fuentes suburbanas, ni cortar carne en las plazuelas, ni degollar reses en el matadero, ni vender aguardiente en Las Américas, ni machacar cacao en Santa Cruz, ni vender torrados en la verbena de San Antonio, ni lavar tripas allá por el portillo de Gilimón, ni freír buñuelos en la esquina del hospital de la V.O.T., ni menos se degradaba viviendo holgadamente a expensas de ninguna mondonguera, o castañera, o de alguna de las muchas Venus salidas de la jabonosa espuma del Manzanares. Pujitos estabacon un pie en la clase media; era un artesano honrado, un hábil maestro de obra prima; pero tan hecho desde su tierna y bulliciosa infancia a las trapisondas y jaleos manolescos, que ni en el traje ni en las costumbres se le distinguía de los famosos Tres Pelos, el Ronquito, Majoma, y otras notabilidades de las que frecuentemente salían a visitar las cortes y sitios reales de Ceuta, Melilla, etc.

Pujitos era español, y como es fácil comprender, tenía su poco de imaginación, pues alguno de los granos de sal pródigamente esparcidos por mano divina sobre esta tierra, había de caer en su cerebro. No sabía leer, y tenía ese don particular, también español neto, que consiste en asimilarse fácilmente lo que se oye; pero exagerando o trastornando de tal manera las ideas, que las repudiaría el mismo que por primera vez las echó al mundo. Pujitos era además bullanguero; era de esos que en todas épocas se distinguen, por creer que los gritos públicos sirven de alguna cosa; gustaba de hablar cuando le oían más de cuatro personas, y tenía todos los marcados instintos del personaje de club; pero como entonces no había tales clubs, ni milicias nacionales, fue preciso que pasaran catorce años para que Pujitos entrara con distinto nombre en el uso pleno de sus extraordinarias facultades. Setenta años más tarde, Pujitos hubiera sido un zapatero suscrito a dos o tres periódicos, teniente de un batallón de voluntarios,vicepresidente de algún círculo propagandista, elector diestro y activo, vocal de una comisión para la compra de armas, inventor de algún figurín de uniforme; hubiera hablado quizás del derecho al trabajo y del colectivismo, y en vez de empezar sus discursos así: «Jeñores: denque los güenos españoles...» , los comenzaría de este otro modo: «Ciudadanos: a raíz de la revolución...».

Pero entonces no se había hablado de los derechos del hombre, y lo poco que de la soberanía nacional dijeron algunos, no llegó a las tapiadas orejas de aquel personaje; ni entonces había asociaciones de obreros, ni derecho al trabajo, ni batallones de milicias, ni gorros encarnados; ni había periódicos, ni más discursos que los de la Academia, por cuyas razones Pujitos no era más que Pujitos.

De pie sobre el mostrador, con la capa terciada, el sombrero echado sobre la ceja derecha, aquel personaje, hombre pequeño de cuerpo, si bien de alma grande, morenito, con sus ojuelos abrillantados por los vapores que le subían del estómago, habló de esta manera :

-Jeñores: denque los güenos españoles golvimos en sí, y vimos quese menistro de los dimonios tenía vendío el reino a Napolión, risolvimos ir en ca el palacio de su sacarreal majestad pa icirle cómo estemos cansaos de que nos gobierne como nos está gobernando, y que naa más sino que nos han de poneral Príncipe de Asturias, para que el puebro contento diga, «el Kirie eleyson cantando, ¡Viva el príncipe Fernando!». (Fuertes gritos y patadas.) Ansina se ha de hacer, que ínterin quel otro se guarda el dinero de la Nación, el puebro no come, y Madrid no quiere al menistro, con que, ¡juera el menistro!, que aquí semos toos españoles, y si quieren verlo, úrgennos un tantico y verán dó tenemos las manos. (Señales de asentimiento.) Pos sigo iciendo que esombre nos ha robao, nos ha perdío, y esta noche nos ha de dar cuenta de too, y hamos de ecirle al Rey que le mande a presillo y que nos ponga al príncipe Fernando, a quien por esta (y besó la cruz), juro que le efenderemos contra too el que venga, manque tenga enjércitos y más enjércitos. Jeñores: astamos ya hasta el gañote, y ahora no hay naa más sino dejarse de pedricar y coger las armas pacabar con Godoy, y digamos toos con el ángel:

El Kirie eleyson cantando,

¡Viva el príncipe Fernando!

Un alarido, un colosal balido resonó en la taberna, y el orador bajó de su escabel, rompiendo otro vaso. Mientras limpia el sudor de su frente coronada con los laureles oratorios, la moza de la taberna se acerca a escanciarle vino. ¿Es Hebe, la gallarda copera de los dioses, que vierte el néctar de Chipre en el vaso de oro del joven de los rubios cabellos, al regresar de la diurna carrera? No: es Mariminguilla,la ninfa de Perales de Tajuña, a quien trajo desde las riberas de aquel florido río el Sr. Malayerba, dándole el cargo de escanciadora mayor, que desempeña entre pellizcos y requiebros.

Lopito, que tiene con ella alguna aventura pendiente, la llama, la pellizca también, dícele mil niñerías... pero a todas estas la multitud que ocupa la taberna se levanta obedeciendo a la orden de un hombre que allí se presentó de improviso. Salieron todos, y yo no queriendo perder el final de una función que parecía ser divertida, les seguí.

-Silencio todo el mundo -dijo una voz, perteneciente, según comprendí, a persona resuelta a hacerse obedecer; y la turba se puso en marcha con cierto orden. La noche era oscurísima; pero serena.

-¿A dónde vamos, Lopito? -pregunté a mi compañero.

-A donde nos lleven -me contestó por lo bajo-. ¿A que no sabes quién es ese que nos manda?

-¿Quién? ¿Aquel palurdo que va delante con montera, garrote, chaqueta de paño pardo y polainas; que se para a ratos, mira por las boca calles y se vuelve hacia acá para mandar que callen?

-Sí; pues ese es el señor conde de Montijo. Con que figúrate, chiquillo, si no podemos decir aquel refrán de... cuando los santos hablan, será porque Dios les habrá dado licencia.


VIII VIII

Al día siguiente no hallé tampoco quien me llevase a Madrid; pero deseando vivamente saber de Inés y curioso por oír de sus propios labios si era verdad o mentira la bienaventuranza que le habían ofrecido los Requejos, determiné marcharme a pie, lo cual, si no era muy cómodo, era más barato: don Celestino y yo hablábamos de esto, cuando Lopito entró a buscarme. The next day I didn't find anyone to take me to Madrid either; But keenly wishing to hear from Inés and curious to hear from her own lips whether the beatitude that the Requejos had offered her was true or a lie, I decided to leave on foot, which, if it was not very comfortable, was cheaper: Don Celestino and I We were talking about this when Lopito came looking for me.

-Esta noche -me dijo al bajar la escalera- tendremos fiesta. "Tonight," he told me as he descended the stairs, "we will have a party." No lo digas ni a tu camisa, Gabrielillo. Don't even say it to your shirt, Gabrielillo. Pues verás... aquel papelote que escribió ayer el Rey es una farsa. Well, you see ... that piece of paper that the King wrote yesterday is a farce. Bien decía yo que D. Carlitos, con su carita de pascua, nos está engañando. I said well that Don Carlitos, with his Easter face, is deceiving us.

-¿De modo que hay viaje? -So there is a trip?

-Tan cierto como ahora es día. -So true as now is day. Pero como no queremos que se vayan, porque esto es enjuague de Napoleón con Godoy para luego repartirse a España entre los dos; como no queremos que se vayan, el viaje se prepara ocultamente para esta noche. But since we don't want them to leave, because this is Napoleon's rinsing with Godoy and then splitting up to Spain between the two; Since we do not want them to leave, the journey is secretly prepared for tonight. Si fuera verdad que no pensaban salir, ¿por qué no se ha retirado la tropa? If it were true that they did not intend to leave, why hasn't the troops retired? ¿Por qué ha venido más tropa y más tropa, y más tropa? ¿Ves? Ahora está entrando un batallón por la calle de la Reina.

Confieso que a mí no me importaba gran cosa que saliese un batallón o entraran ciento, ni tampoco me ponía en cuidado el que mi Sr. I confess that I did not care much if a battalion left or a hundred entered, nor did I care that my Mr. D. Carlos se marchara a Andalucía o a donde mejor le conviniese. D. Carlos will go to Andalusia or where it best suits him. Así se lo manifesté a mi amigo; pero hallándose el alma de Lopito inundada de generoso entusiasmo, por  el bien del reino, me hizo ver que mi indiferencia era censurable y hasta criminal. So I told my friend; But when Lopito's soul was flooded with generous enthusiasm, for the good of the kingdom, he made me see that my indifference was reprehensible and even criminal. Largas horas pasamos discurriendo por el pueblo y matando el tiempo con amenas conversaciones. We spent long hours walking through the town and killing time with pleasant conversations. Él se empeñó en llevarme a la taberna, y a la taberna fuimos. La concurrencia era la misma, aunque el panorama de caras había variado, viéndose entre ellas la de Santurrias, que noera la menos animada. The crowd was the same, although the panorama of faces had varied, among them Santurrias, who was not the least animated. También estaba allí muy macilento y meditabundo, con los agujereados codos sobre la mesa, el poeta calagurritano que tres años antes capitaneaba la turba de silbantes en el estreno de  El sí de las niñas , y con él libaba el néctar de Esquivias en el mismo vaso otro de los dioses menores del Olimpo Comellesco, el famoso Cuarta y Media, calderero y poeta. Also there was very haggard and brooding, with his pierced elbows on the table, the Calagurritan poet who three years before had led the mob of whistles at the premiere of The Girls' Yes, and with him drank the nectar of Esquivias from the same glass another of the minor gods of Comellesco Olympus, the famous Cuarta y Media, coppersmith and poet. ¡Pobres hijos de Apolo! Poor children of Apollo!

El pinche me dijo que todos aquellos personajes habían venido de Madrid traídos por los confeccionadores de la conjuración, y añadió: The chap told me that all those characters had come from Madrid brought by the makers of the conspiracy, and added:

-Esto para que se vea que también toman parte los hombres que se llaman  científicos. -This so that it is seen that men who call themselves scientists also take part.

No puedo menos de decir que toda aquella gente me repugnaba, y en cuanto a sus intenciones y propósitos, todo me parecía absurdo sin explicarme por qué. I cannot help saying that all those people disgusted me, and as for their intentions and purposes, everything seemed absurd to me without explaining why.

-Estúpidos -decía para mí- ¿pensáis que semejante gatería es capaz de quitar y poner reyes a su antojo? "Stupid," he said to me, "do you think that such a cat is capable of removing and putting up kings at will?

Pero en la noche de aquel mismo día fue cuando pude medir en toda su inexplorada profundidad el abismo de ignorancia y fanatismo de aquel puñado de revolucionarios. But it was on the night of that same day that I was able to measure in all its unexplored depth the abyss of ignorance and fanaticism of that handful of revolutionaries. No hallando otro alivio a mi aburrimiento que la asistencia a la taberna en compañía de Lopito, en cuanto cerró la noche procuré tranquilizar a D. Celestino y me fui allá. Finding no other relief for my boredom than going to the tavern in the company of Lopito, as soon as the evening closed I tried to reassure Don Celestino and went there. Lopito, que me aguardaba con impaciencia, me dijo al verme a su lado: Lopito, who was waiting for me impatiently, said to me when he saw me by his side:

-Me alegro de que hayas venido, pues con eso no perderás lo mejor. -I'm glad you came, because with that you will not lose the best. Aquí está reunida toda la gente, y después... después veremos. All the people are gathered here, and then ... later we'll see.

La taberna del tío Malayerba estaba llena de bote en bote, y también disfrutaba el honor de una desmesurada concurrencia, un patio interior destinado de ordinario a paradero y taller de carretería. Uncle Malayerba's tavern was filled from boat to boat, and he also enjoyed the honor of an inordinate crowd, an interior courtyard normally used as a whereabouts and a road shop. No puedo haceros formar idea de la variedad de trajes que allí vi, pues creo que había cuantos han cortado la historia, la costumbre y el hambre con su triple tijera. I cannot give you an idea of the variety of costumes that I saw there, since I think there were many who have cut history, custom and hunger with their triple scissors. Veíanse muchos hombres envueltos en mantas, con sombrero manchego y abarcas de cuero; otros tantos cuyas cabezas negras y redondas adornaba un pingajo enrollado, última gradación de turbante oriental; otros muchos calzados con la silenciosa alpargata, ese pie de gato que tan bien cuadra al ladrón; muchos con chalecos botonados de moneditas, se ceñían la faja morada, que parece el último jirón de la bandera de las comunidades; y entre esta mezcolanza de paños pardos, sombreros negros y mantas amarillas, se destacaban multitud de capas encarnadas cubriendo cuerpos famosos de las Vistillas, del Ave-María, del Carnero, de la Paloma, del Águila, del Humilladero, de la Arganzuela, de Mira el Río, de los Cojos, del Oso, del Tribulete, de Ministriles, de los Tres Peces, y otros célebres  faubourgs (permítasenos la palabrota) donde siempre germinó al beso del sol de Castilla la flor de la granujería. There were many men wrapped in blankets, with La Mancha hats and leather sandals; many others whose round black heads adorned a rolled rag, the last gradation of an oriental turban; many other shoes with the silent espadrille, that climbing shoe that so well squares the thief; many in vests with buttons made of coins, wore the purple sash, which seems to be the last shred of the flag of the communities; And among this mixture of brown cloths, black hats and yellow blankets, a multitude of red capes stood out covering famous bodies of the Vistillas, the Ave-María, the Carnero, the Paloma, the Eagle, the Humilladero, the Arganzuela, the Look at the River, the Lame, the Bear, the Tribulete, the Minstrels, the Three Fishes, and other famous faubourgs (allow us the expletive) where the flower of rascality always germinated under the kiss of the Castilian sun.

En cuanto a la variedad de las voces nada puedo decir, porque todos hablaban a un tiempo. As for the variety of voices I can say nothing, because they all spoke at the same time. Pero al fin de aquella reunión, como en todas las de igual naturaleza, resonó una voz para dominar a las demás. But at the end of that meeting, as in all those of the same nature, a voice resounded to dominate the others. La multitud sabe a veces callar para oír, sin duda porque se marea con sus propios gritos. The crowd sometimes knows how to shut up to hear, no doubt because they get dizzy with their own screams. Algunos de los presentes dijeron: «que hable Pujitos», y al instante Pujitos, cediendo a los reiterados ruegos de sus  amigos políticos (dispensadme este anacronismo), salió al mostrador de la taberna, rompiendo tres vasos y dos botellas, que sin duda le cargarían en cuenta al heredero de la corona de dos mundos. Some of those present said: "Let Pujitos speak," and immediately Pujitos, yielding to the repeated pleas of his political friends (excuse me for this anachronism), came out to the counter of the tavern, breaking three glasses and two bottles, which undoubtedly they would charge the heir to the crown of two worlds.

Pujitos era lo que en los sainetes de D. Ramón de la Cruz se señala con la denominación de  majo decente , es decir, un majo que lo era más por afición que por clase, personaje sublimado por el oficio de obra prima, el de carpintero o el de platero, y que no necesitaba vender hierro viejo en el Rastro, ni acarrear aguas de las fuentes suburbanas, ni cortar carne en las plazuelas, ni degollar reses en el matadero, ni vender aguardiente en  Las Américas, ni machacar cacao en Santa Cruz, ni vender torrados en la verbena de San Antonio, ni lavar tripas allá por el portillo de Gilimón, ni freír buñuelos en la esquina del hospital de la V.O.T., ni menos se degradaba viviendo holgadamente a expensas de ninguna mondonguera, o castañera, o de alguna de las muchas Venus salidas de la jabonosa espuma del Manzanares. Pujitos was what in the sainetes of D. Ramón de la Cruz is indicated with the denomination of decent majo, that is to say, a majo who was decent more by hobby than by class, a character sublimated by the profession of his first work, that of carpenter or that of silversmith, and that he did not need to sell old iron in the Rastro, nor carry water from suburban sources, nor cut meat in the squares, nor slaughter cattle at the slaughterhouse, nor sell brandy in Las Américas, nor crush cocoa in Santa Cruz, nor selling torrados at the San Antonio festival, nor washing guts there by the Gilimón gate, nor frying fritters on the corner of the VOT hospital, nor did he degrade himself living comfortably at the expense of any mondonguera, or chestnut tree, or of one of the many Venus sprouts from the soapy foam of the Manzanares. Pujitos estabacon un pie en la clase media; era un artesano honrado, un hábil maestro de obra prima; pero tan hecho desde su tierna y bulliciosa infancia a las trapisondas y jaleos manolescos, que ni en el traje ni en las costumbres se le distinguía de los famosos Tres Pelos, el Ronquito, Majoma, y otras notabilidades de las que frecuentemente salían a visitar las cortes y sitios reales de Ceuta, Melilla, etc. Pujitos was with one foot in the middle class; he was an honest craftsman, a skilled master of raw work; but so made from his tender and boisterous childhood to the manolescos tricks and jaleos, that neither in costume nor in customs he was distinguished from the famous Tres Pelos, el Ronquito, Majoma, and other notabilities from which they frequently went to visit courts and real sites of Ceuta, Melilla, etc.

Pujitos era español, y como es fácil comprender, tenía su poco de imaginación, pues alguno de los granos de sal pródigamente esparcidos por mano divina sobre esta tierra, había de caer en su cerebro. Pujitos was Spanish, and as it is easy to understand, he had his little imagination, since some of the grains of salt lavishly scattered by divine hand on this earth, had to fall into his brain. No sabía leer, y tenía ese don particular, también español neto, que consiste en asimilarse fácilmente lo que se oye; pero exagerando o trastornando de tal manera las ideas, que las repudiaría el mismo que por primera vez las echó al mundo. He could not read, and he had that particular gift, also clear Spanish, which consists in assimilating easily what is heard; but exaggerating or upsetting ideas in such a way that the same person who first cast them into the world would repudiate them. Pujitos era además bullanguero; era de esos que en todas épocas se distinguen, por creer que los gritos públicos sirven de alguna cosa; gustaba de hablar cuando le oían más de cuatro personas, y tenía todos los marcados instintos del personaje de club; pero como entonces no había tales clubs, ni milicias nacionales, fue preciso que pasaran catorce años para que Pujitos entrara con distinto nombre en el uso pleno de sus extraordinarias facultades. Pujitos was also boisterous; He was one of those who at all times are distinguished, believing that public shouts are of some use; He liked to talk when more than four people heard him, and he had all the strong instincts of a club character; But since there were no such clubs then, or national militias, it took fourteen years for Pujitos to enter under a different name in the full use of his extraordinary powers. Setenta años más tarde, Pujitos hubiera sido un zapatero suscrito a dos o tres periódicos, teniente de un batallón de voluntarios,vicepresidente de algún círculo propagandista, elector diestro y activo, vocal de una comisión para la compra de armas, inventor de algún figurín de uniforme; hubiera hablado quizás del  derecho al trabajo y del  colectivismo, y en vez de empezar sus discursos así:  «Jeñores: denque los güenos españoles...» , los comenzaría de este otro modo:  «Ciudadanos: a raíz de la revolución...». Seventy years later, Pujitos would have been a shoemaker subscribed to two or three newspapers, lieutenant of a battalion of volunteers, vice president of some propagandist circle, right-handed and active voter, member of a commission for the purchase of arms, inventor of some figurine of uniform; He might have spoken about the right to work and collectivism, and instead of starting his speeches like this: "Jeñores: denque los güenos Spaniards ...", he would begin them in this other way: "Citizens: as a result of the revolution ... ».

Pero entonces no se había hablado de los derechos del hombre, y lo poco que de la soberanía nacional dijeron algunos, no llegó a las tapiadas orejas de aquel personaje; ni entonces había asociaciones de obreros, ni derecho al trabajo, ni batallones de milicias, ni gorros encarnados; ni había periódicos, ni más discursos que los de la Academia, por cuyas razones Pujitos no era más que Pujitos. But then, the rights of man had not been talked about, and the little that some said about national sovereignty did not reach the boarded-up ears of that character; nor then were there workers' associations, nor the right to work, nor battalions of militias, nor red caps; there were no newspapers, no more speeches than those of the Academy, for which reasons Pujitos was nothing more than Pujitos.

De pie sobre el mostrador, con la capa terciada, el sombrero echado sobre la ceja derecha, aquel personaje, hombre pequeño de cuerpo, si bien de alma grande, morenito, con sus ojuelos abrillantados por los vapores que le subían del estómago, habló de esta manera : Standing on the counter, with his cape poured, his hat thrown over his right eyebrow, that character, a small man with a body, albeit with a big soul, dark, with his eyes polished by the fumes rising from his stomach, spoke of this way :

-Jeñores: denque los güenos españoles golvimos en sí, y vimos quese menistro de los dimonios tenía vendío el reino a Napolión, risolvimos ir en ca el palacio de su sacarreal majestad pa icirle cómo estemos cansaos de que nos gobierne como nos está gobernando, y que naa más sino que nos han de poneral Príncipe de Asturias, para que el puebro contento diga, «el  Kirie eleyson cantando, ¡Viva el príncipe Fernando!». -Gentlemen: since the Spanish güenos beat themselves, and we saw that the menistro of the dimonies had sold the kingdom to Napolión, we decided to go to the palace of his royal majesty to tell him how we were tired of him ruling us as he is ruling us, and That naa more but that they have to give us the Prince of Asturias, so that the happy people say, "Kirie eleyson singing, Long live Prince Fernando!" (Fuertes gritos y patadas.) Ansina se ha de hacer, que ínterin quel otro se guarda el dinero de la Nación, el puebro no come, y Madrid no quiere al menistro, con que, ¡juera el menistro!, que aquí semos toos españoles, y si quieren verlo, úrgennos un tantico y verán dó tenemos las manos. Ansina has to be done, that in the meantime the other keeps the money of the Nation, the people do not eat, and Madrid does not want the menistrum, so that, play the menistrum! Urge us a bit and see where we have our hands. (Señales de asentimiento.) Pos sigo iciendo que esombre nos ha robao, nos ha perdío, y esta noche nos ha de dar cuenta de too, y hamos de ecirle al Rey que le mande a presillo y que nos ponga al príncipe Fernando, a quien por esta (y besó la cruz), juro que le efenderemos contra too el que venga, manque tenga enjércitos y más enjércitos. Well, I keep saying that his name has stolen us, he has lost us, and tonight he has to give us an account of everything, and we have to tell the King to send him to prison and to put Prince Fernando, who for this (and kissed the cross), I swear that we will defend him against everyone who comes, even if he has enjércitos and more enjércitos. Jeñores: astamos ya hasta el gañote, y ahora no hay naa más sino dejarse de pedricar y coger las armas pacabar con Godoy, y digamos toos con el ángel:

El Kirie eleyson cantando,

¡Viva el príncipe Fernando!

Un alarido, un colosal balido resonó en la taberna, y el orador bajó de su escabel, rompiendo otro vaso. Mientras limpia el sudor de su frente coronada con los laureles oratorios, la moza de la taberna se acerca a escanciarle vino. ¿Es Hebe, la gallarda copera de los dioses, que vierte el néctar de Chipre en el vaso de oro del joven de los rubios cabellos, al regresar de la diurna carrera? Is it Hebe, the gallant cup-bearer of the gods, who pours the nectar of Cyprus into the golden vessel of the young man with the fair hair, upon returning from the daytime race? No: es Mariminguilla,la ninfa de Perales de Tajuña, a quien trajo desde las riberas de aquel florido río el Sr. Malayerba, dándole el cargo de escanciadora mayor, que desempeña entre pellizcos y requiebros. Malayerba, giving him the position of major pourer, which he performs between pinches and compliments.

Lopito, que tiene con ella alguna aventura pendiente, la llama, la pellizca también, dícele mil niñerías... pero a todas estas la multitud que ocupa la taberna se levanta obedeciendo a la orden de un hombre que allí se presentó de improviso. Lopito, who has some pending adventure with her, calls her, pinches her too, tells her a thousand trifles ... but to all these the crowd that occupies the tavern gets up obeying the order of a man who suddenly appeared there. Salieron todos, y yo no queriendo perder el final de una función que parecía ser divertida, les seguí. They all came out, and not wanting to miss the end of a performance that seemed to be fun, I followed them.

-Silencio todo el mundo -dijo una voz, perteneciente, según comprendí, a persona resuelta a hacerse obedecer; y la turba se puso en marcha con cierto orden. "Silence everyone," said a voice, belonging, as I understood, to a person determined to be obeyed; and the mob set out in a certain order. La noche era oscurísima; pero serena.

-¿A dónde vamos, Lopito? -Where are we going, Lopito? -pregunté a mi compañero.

-A donde nos lleven -me contestó por lo bajo-. "Wherever they take us," he answered softly. ¿A que no sabes quién es ese que nos manda? Don't you know who it is that sends us?

-¿Quién? ¿Aquel palurdo que va delante con montera, garrote, chaqueta de paño pardo y polainas; que se para a ratos, mira por las boca calles y se vuelve hacia acá para mandar que callen? That peasant who goes in front with a cap, a club, a brown cloth jacket and leggings; Who stops at times, looks through the streets and turns here to order them to be quiet?

-Sí; pues ese es el señor conde de Montijo. -Yes; Well, that's the Count of Montijo. Con que figúrate, chiquillo, si no podemos decir aquel refrán de... cuando los santos hablan, será porque Dios les habrá dado licencia. So imagine, boy, if we can't say that saying about ... when the saints speak, it will be because God has given them permission.