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El 19 de Marzo y el 2 de Mayo by Benito Pérez Galdós, VI

VI

Al día siguiente me llevó D. Celestino al palacio del Príncipe de la Paz. Era el 15 de Marzo, si no me falla la memoria.

Aunque no tenía ropa para mudarme en tan solemne ocasión, como la que llevaba a Aranjuez era la mejorcita, con una camisa limpia que me prestó el cura, quedé en disposición, según él mismo me dijo, de presentarme aunque fuera a Napoleón Bonaparte. Por el camino, y mientras hacíamos tiempo hasta que llegara la hora de las audiencias, D. Celestino sacaba del bolsillo interior de su sotana el poema latino para leerlo en alta voz, porque,

-Quizás el señor Príncipe -decía- me mande leer algún trozo, y conviene hacerlo con entonación clásica y ritmo seguro, mayormente si hay delante algún embajador o general extranjero.

Después, guardando el manuscrito, añadió con cierta zozobra:

-¿Sabes que el sacristán de la parroquia, ese condenado Santurrias... ya le conoces... me ha puesto esta mañana la cabeza como un farol? Dice que el señor Príncipe de la Paz no dura dos días más al frente de la nación, y que le van a cortar la cabeza.Esto no merece más que desprecio, Gabrielillo; pero me da rabia de oír tratar así a persona tan respetable. Pues, ¿qué crees tú? he descubierto que ese pícaro Santurrias es jacobino, y se junta mucho con los cocheros del infante D. Antonio Pascual, los cuales son gente muy alborotada.

-¿Y qué dice ese reverendo sacristán?

-Mil necedades; figúrate tú. Como si a personas de estudios y que tienen en la uña del dedo a todos los clásicos latinos, se les pudiera hacer tragar ciertas bolas. Dice que el señor príncipe de la Paz, temiendo que Napoleón viene a destronar a nuestros queridos reyes, tiene el propósito de que éstos marchen a Andalucía para embarcarse y dar la vela a las Américas.

-Pues anoche -dije yo- cuando fui al mesón a decir a los arrieros que no me aguardaran, oí decir lo mismito a unos que estaban allí, y por cierto que hablaban de su amigo y paisano de Vd. con más desprecio que si fuera un bodegonero del Rastro.

-No saben lo que se pescan, hijo -me dijo el cura-. Pero o yo me engaño mucho o los partidarios del príncipe de Asturias andan metiendo cizaña por ahí. Ello es que en Aranjuez hay mucha gente extraña y... quiera Dios. Ya me dijo esta mañana Santurrias que su mayor gusto será tocar las campanas a vuelo si el pueblo se amotina para pedir alguna cosa; pero ya le he dicho -y al hablar así D. Celestinose paró, y con su dedo índice hacía demostraciones de la mayor energía- ya le he dicho que si toca las campanas de la Iglesia sin mi permiso, lo pondré en conocimiento del señor Patriarca para lo que este tenga a bien resolver.

Con esta conversación llegó la hora, y nosotros al palacio de S. A. Atravesamos por entre varios guardias que custodiaban la puerta, porque ha de saberse que el generalísimo tenía su guardia de a pie y de a caballo, lo mismo que el rey, y mejor equipada, según observaban los curiosos. Nadie nos puso obstáculo en el portal ni en la escalera; pero al llegar a un gran vestíbulo en cuyo pavimento taconeaban con estrépito las botas de otra porción de guardias, uno de estos nos detuvo, preguntando a D. Celestino con cierta impertinencia que a dónde íbamos.

-Su Alteza -dijo el clérigo muy turbado- tuvo el honor de señalarme... digo... yo tuve el honor de que él señalara el día de hoy y la presente hora para recibirme.

-Su Alteza está en palacio. Ignoramos cuándo vendrá -dijo el guardia dando media vuelta.

D. Celestino me consultó con sus ojos y también iba a consultarme con sus autorizados labios, cuando se sintió ruido en el portal.

-¡Ahí está! Su Alteza ha llegado -dijeron los guardias, tomando apresuradamente sus armas y sombreros para hacer los honores.

Pero el Príncipe subió a sus habitaciones particulares por la escalera excusada, que al efecto existía en su palacio.

-Quizás Su Alteza no reciba hoy -dijo a don Celestino el guardia, que poco antes nos había detenido-. Sin embargo, pueden Vds. esperar si gustan, y él avisará si da audiencia o no.

Dicho esto, nos hizo pasar a una habitación contigua y muy grande donde vimos a otras muchas personas, que desde por la mañana habían acudido en solicitud del favor de una entrevista con S. A. Entre aquella gente había algunas damas muy distinguidas, militares, señores a la antigua, vestidos con históricas casacas y cubiertos con antiquísimas pelucas, y también algunas personas humildes.

Los pretendientes allí reunidos se miraban con recelo y mal humor, porque a todo el que hace antesala molesta mucho el verse acompañado, considerando sin duda que si el tiempo y la benevolencia del ministro se reparten entre muchos, no puede tocarles gran cosa. Un ujier se acercó a nosotros y preguntó a D. Celestino quiénes éramos, a lo cual repuso el buen eclesiástico:

-Nosotros somos curas de la parroquia de... quiero decir, soy cura de la parroquia y este joven... este joven gana noventa y tres reales en los meses de treinta y uno; y venimos a... pero yo no pienso pedirle nada al señor Príncipe, porque este picarón(señalando a mí) no se morderá la lengua para decirle lo que desea.

Cuando el ujier se alejó, dije a mi acompañante que tuviera cuidado de no equivocarse tan a menudo: que no anunciara anticipadamente nuestra comisión pedigüeña, y que no había necesidad de ir pregonando lo que yo ganaba, a lo que me respondió que él como persona nueva en antesalas y palacios, se turbaba a la primera ocasión, diciendo mil desatinos. Uno de los señores que aguardaban se nos acercó, y reconociendo al cura, se saludaron ambos muy cortésmente, diciendo el desconocido:

-Sr. D. Celestino, ¿qué bueno por aquí?

-Vengo a visitar a S. A. Ya sabe Vd. que somos paisanos y amigos. Mi padre y su abuelo hicieron un viaje juntos desde Trujillo a la Vera de Plasencia, y un tío de mi madre tenía en Miajadas una dehesa donde los Godoyes iban a cazar alguna vez. Somos amigos, y le estoy muy reconocido, porque a la munificencia de S. A. debo el beneficio que disfruto, el cual me fue concedido en cuanto S. A. tuvo conocimiento de mi necesidad; así es que desde mi primer memorial hasta el día en que tomé posesión, sólo transcurrieron catorce años.

-Se conoce que el Príncipe quiso servirle a usted -dijo nuestro interlocutor-. No a todos se les despacha tan pronto. Hace veintidós años que yo pretendí que se me repusiera en mi antigua plaza de lacolecturía del Noveno y del Excusado, y esta es la hora, Sr. D. Celestino.

A pesar de todo, yo no me desanimo, y menos ahora, porque tengo por seguro que la semana que viene...

-No todos son tan afortunados como yo -dijo el optimista D. Celestino-. Verdad es que como paisano y amigo de S. A. estoy en situación muy favorable. De mi pueblo a Badajoz, cuna de D. Manuel Godoy, no hay más que trece leguas y media por buen camino, y estoy cansado de ver la casa en que nació este faro de las Españas. Así es que en cuanto supo mi necesidad...

-Pero diga Vd. -preguntó bajando la voz el señor de la semana que viene -; ¿tenemos viaje de los reyes a Andalucía o no tenemos viaje?

-¿Pero Vd. cree tales paparruchas? -dijo don Celestino-. Esa voz la ha corrido Santurrias, el sacristán de mi iglesia. Ya le dicho que si tocaba las campanas sin mi permiso...

-Todo el mundo lo asegura. Ya sabe Vd. que ha venido mucha tropa de Madrid, y por las calles del pueblo se ve gente de malos modos.

-¿Pero qué objeto puede tener ese viaje?

-Amigo: ya Napoleón tiene en España la friolera de cien mil hombres. Ha nombrado general en jefe a Murat, el cual dicen que salió ya de Aranda para Somosierra. Y a todas estas ¿hay alguien que sepa a qué viene esa gente? ¿Vienen a echar a toda lafamilia real? ¿Vienen simplemente de paso para Portugal?

-¿Quién se asusta de semejante cosa? -dijo D. Celestino-. Pongamos por caso que vengan con mala intención. ¿Qué son cien mil hombres? Con dos o tres regimientos de los nuestros se podrá dar buena cuenta de ellos, y ahí nos las den todas. Como Su Alteza se calce las espuelas... Eso del viaje es pura invención de los desocupados y de los enemigos de Su Alteza, que le insultan porque no les ha dado destinos. Como si los destinos se pudieran dar a todo el que los pretende.

No siguió esta conversación, porque el ujier se acercó a nosotros, haciéndonos señas de que le siguiéramos. Su Alteza nos mandaba pasar. Cuando los demás pretendientes vieron que se daba la preferencia a los que habían llegado los últimos, un murmullo de descontento resonó en la sala. Nosotros la atravesamos muy orgullosos de aquella predilección y mientras D. Celestino saludaba a un lado y otro con su bondad de costumbre, yo dirigí a los más cercanos una mirada de desprecio, que equivalía al convencimiento de mi próximo ingreso en la administración de ambos mundos.

Pasamos de aquella sala a otras, todas ricamente alhajadas. ¡Qué bellos tapices, qué lindos cuadros, qué hermosas estatuas de mármol y bronce, qué vasos tan elegantes, qué candelabros tan vistosos, quémuebles tan finos, qué cortinajes tan espléndidos, qué alfombras tan muelles! No pude detenerme en la contemplación de tan bonitos objetos porque el ujier nos llevaba a toda prisa, y yo me sentía atacado de una cortedad tal, que se disipó mi anterior envalentonamiento, y empecé a comprender que me faltarían ideas y saliva para expresar ante el príncipe mi pensamiento. Por fin llegamos al despacho de Godoy, y al entrar vi a este en pie, inclinado junto a una mesa y revisando algunos papeles. Aguardamos un buen rato a que se dignase mirarnos y al fin nos miró.

Godoy no era un hombre hermoso, como generalmente se cree; pero sí extremadamente simpático. Lo primero en que se fijaba el observador era en su nariz, la cual, un poco grande y respingada, le daba cierta expresión de franqueza y comunicatividad. Aparentaba tener sobre cuarenta años: su cabeza rectamente conformada y airosa, sus ojos vivos, sus finos modales, y la gallardía de su cuerpo, que más bien era pequeño que grande, le hacían agradable a la vista. Tenía sin duda la figura de un señor noble y generoso; tal vez su corazón se inclinaba también a lo grande; pero en su cabeza estaba el desvanecimiento, la torpeza, los extravíos y falsas ideas de los hombres y las cosas de su tiempo.

Nos miró, como he dicho, y al punto D. Celestino, que temblaba como un chiquillo de diez años,hizo una profunda cortesía, a la cual siguió otra hecha por mi persona. A mi acompañante se le cayó el sombrero; recogiolo, dio algunos pasos, y con voz tartamuda dijo así:

-Ya que Vuestra Alteza tiene el honor de... no... digo... ya que yo tengo el honor de ser recibido por Vuestra Alteza serenísima... decía que me felicito de que la salud de Vuestra Alteza sea buena, para que por mil años sigamos haciendo el bien de la nación...

El príncipe parecía muy preocupado, y no contestó al saludo sino con una ligera inclinación de cabeza. Después pareció recordar, y dijo:

-Es Vd. el señor chantre de la catedral de Astorga, que viene a...

-Permítame Vuestra Alteza -interrumpió D. Celestino- que ponga en su conocimiento cómo soy el cura de la parroquia castrense de Aranjuez.

-¡Ah! -exclamó el príncipe-, ya recuerdo... el otro día... se le dio a Vd. el curato por recomendación de la señora condesa de X (Amaranta). Es usted natural de Villanueva de la Serena.

-No señor: soy de los Santos de Maimona. ¿No recuerda Vuestra Alteza esa villa? En el camino de Fuente de Cantos. Allí se cogen unas sandías que pesan muchas arrobas, y también hay muchos melones... Pues, como decía a Vuestra Alteza, hoy venía con dos objetos: con el de tener el honor de presentarmea Vuestra Alteza, para que este chico lea un poema latino que ha compuesto... no, quiero decir...

D. Celestino se atragantó, mientras que el Príncipe, asombrado de mi precocidad en el estudio de los clásicos, me miraba con ojos benévolos.

-No -dijo el cura entrando de nuevo en posesión de su lengua-. El poema ha sido compuesto por mí, y, accediendo a los deseos de V. A. voy a comenzar su lectura.

El Príncipe adelantó la mano con ese instintivo movimiento que parece apartar un objeto invisible. Pero D. Celestino no comprendió que su protector rechazaba por medio de un movimiento físico la amenazadora lectura del poema, y firme en su propósito, desenvainó el manuscrito homicida. En el mismo instante Godoy, que atendía poco a nosotros, y parecía estar pensando cosas muy graves, volviose bruscamente hacia la mesa y empezó a hojear de nuevo los papeles.

D. Celestino me miró y yo miré a D. Celestino.

Así transcurrió un minuto al cabo del cual el Príncipe dirigiose hacia nosotros y dijo señalando unas sillas:

-Siéntense Vds.

Después siguió en su investigación de papeles. Sentados en nuestros asientos el cura y yo nos hablábamos en voz baja.

-Para exponerle tu pretensión -me dijo el tío de Inés-, debes esperar a que yo lea mi poema, en lo cual con la pausa conveniente no tardaré más que hora y media. El admirable efecto que le ha de producir la audición de los versos clásicos a que es tan aficionado, le predispondrá en tu favor, y no dudo que te concederá cuanto le pidas.

Después de otro rato de espera, un oficial entró para dar un despacho al Príncipe. Este le abrió al punto, y después que lo hubo leído con mucha ansiedad, dejolo sobre la mesa y se dirigió hacia don Celestino.

-Dispénseme Vd. -dijo- mi distracción. Hoy es día para mí de ocupaciones graves e inesperadas. No pensaba recibir a nadie en audiencia, y si le mandé entrar a Vd. fue porque sabía no es de los que vienen a pedirme destinos.

D. Celestino se inclinó en señal de asentimiento, y yo dije para mí: «Lucidos hemos quedado». Después dirigiose S. A. a mí, y me dijo:

-En cuanto al poema latino que este joven ha compuesto, ya tengo noticias de que es una obra notable. Persista Vd. en su aplicación a los buenos estudios y será un hombre de provecho. No puedo hoy tener el gusto de conocer el poema; pero ya me habían hablado de Vd. con grandes encomios y desde luego formé propósito de que se le diera a Vd. una plaza en la oficina de Interpretación de Lenguas,donde su precocidad sería de gran provecho. Sírvase usted dejarme su nombre...

D. Celestino iba a contestar rectificando el error; pero su turbación se lo impidió. Antes que mi compañero pudiera decir una palabra, levanteme yo, y extendiendo mi nombre sobre un papel que en la mesa encontré, ofrecilo respetuosamente al Príncipe, que concluyó así:

-Ruego a Vds. que tengan la bondad de retirarse, pues mis ocupaciones no me permiten prolongar esta audiencia.

Hicimos nuevas cortesías, D. Celestino balbuceó las fórmulas pomposas propias del caso, y salimos del despacho del Príncipe. Al pasar por la sala donde esperaban con impaciencia los demás pretendientes, el ujier lanzó esta terrorífica exclamación: -«¡No hay audiencia!».

Al encontrarse en la calle, el buen cura, recobrando la serenidad de su espíritu y la soltura de su lengua, me dijo con cierto enojo:

-¿Por qué no le dijiste tú que el poema no era tuyo sino mío?

No pude menos de soltar la risa, viéndole picado en su amor propio, y considerando el extraño resultado de nuestra visita al príncipe de la Paz.


VI VI

Al día siguiente me llevó D. Celestino al palacio del Príncipe de la Paz. Era el 15 de Marzo, si no me falla la memoria. It was March 15, if memory serves.

Aunque no tenía ropa para mudarme en tan solemne ocasión, como la que llevaba a Aranjuez era la mejorcita, con una camisa limpia que me prestó el cura, quedé en disposición, según él mismo me dijo, de presentarme aunque fuera a Napoleón Bonaparte. Although I had no clothes to change into on such a solemn occasion, as the one I wore to Aranjuez was the best, with a clean shirt that the priest lent me, I was ready, according to what he told me, to introduce myself even to Napoleon Bonaparte. Por el camino, y mientras hacíamos tiempo hasta que llegara la hora de las audiencias, D. Celestino sacaba del bolsillo interior de su sotana el poema latino para leerlo en alta voz, porque,

-Quizás el señor Príncipe -decía- me mande leer algún trozo, y conviene hacerlo con entonación clásica y ritmo seguro, mayormente si hay delante algún embajador o general extranjero. "Perhaps the Lord Prince," he said, "will order me to read a passage, and it should be done with classical intonation and a sure rhythm, especially if there is a foreign ambassador or general in front of you."

Después, guardando el manuscrito, añadió con cierta zozobra:

-¿Sabes que el sacristán de la parroquia, ese condenado Santurrias... ya le conoces... me ha puesto esta mañana la cabeza como un farol? "Do you know that the sexton of the parish, that damned Santurrias ... you already know him ... has made my head like a lantern this morning?" Dice que el señor Príncipe de la Paz no dura dos días más al frente de la nación, y que le van a cortar la cabeza.Esto no merece más que desprecio, Gabrielillo; pero me da rabia de oír tratar así a persona tan respetable. He says that the Prince of Peace does not last two more days at the head of the nation, and that his head is going to be cut off. This deserves nothing but contempt, Gabrielillo; but it makes me angry to hear such a respectable person treated like that. Pues, ¿qué crees tú? he descubierto que ese pícaro Santurrias es jacobino, y se junta mucho con los cocheros del infante D. Antonio Pascual, los cuales son gente muy alborotada. I have discovered that this rogue Santurrias is a Jacobin, and he hangs out a lot with the coachmen of the Infante Don Antonio Pascual, who are very rowdy people.

-¿Y qué dice ese reverendo sacristán?

-Mil necedades; figúrate tú. -Thousands of nonsense; imagine yourself. Como si a personas de estudios y que tienen en la uña del dedo a todos los clásicos latinos, se les pudiera hacer tragar ciertas bolas. As if people from studies and who have all the Latin classics on their fingernails, could be made to swallow certain balls. Dice que el señor príncipe de la Paz, temiendo que Napoleón viene a destronar a nuestros queridos reyes, tiene el propósito de que éstos marchen a Andalucía para embarcarse y dar la vela a las Américas. It says that the Lord Prince of Peace, fearing that Napoleon is coming to dethrone our beloved kings, intends for them to march to Andalusia to embark and sail to the Americas.

-Pues anoche -dije yo- cuando fui al mesón a decir a los arrieros que no me aguardaran, oí decir lo mismito a unos que estaban allí, y por cierto que hablaban de su amigo y paisano de Vd. "Well, last night," I said, "when I went to the inn to tell the muleteers not to wait for me, I heard some who were there say the same thing, and by the way they were talking about your friend and countryman." con más desprecio que si fuera un bodegonero del Rastro. with more contempt than if he were a grocer from the Rastro.

-No saben lo que se pescan, hijo -me dijo el cura-. Pero o yo me engaño mucho o los partidarios del príncipe de Asturias andan metiendo cizaña por ahí. But either I am very deceived or the supporters of the Prince of Asturias are putting weeds out there. Ello es que en Aranjuez hay mucha gente extraña y... quiera Dios. This is that in Aranjuez there are a lot of strange people and ... God willing. Ya me dijo esta mañana Santurrias que su mayor gusto será tocar las campanas a vuelo si el pueblo se amotina para pedir alguna cosa; pero ya le he dicho -y al hablar así D. Celestinose paró, y con su dedo índice hacía demostraciones de la mayor energía- ya le he dicho que si toca las campanas de la Iglesia sin mi permiso, lo pondré en conocimiento del señor Patriarca para lo que este tenga a bien resolver. Santurrias already told me this morning that his greatest pleasure will be to ring the bells in flight if the people mutiny to ask for something; But I have already told you - and when speaking like this, Don Celestinose stopped, and with his index finger made demonstrations of the greatest energy - I have already told you that if you ring the Church bells without my permission, I will inform the Patriarch for what this see fit to resolve.

Con esta conversación llegó la hora, y nosotros al palacio de S. A. Atravesamos por entre varios guardias que custodiaban la puerta, porque ha de saberse que el generalísimo tenía su guardia de a pie y de a caballo, lo mismo que el rey, y mejor equipada, según observaban los curiosos. With this conversation the time came, and we went through several guards guarding the door to the palace of SA, because it must be known that the generalissimo had his guard on foot and on horseback, the same as the king, and better equipped , as the curious observed. Nadie nos puso obstáculo en el portal ni en la escalera; pero al llegar a un gran vestíbulo en cuyo pavimento taconeaban con estrépito las botas de otra porción de guardias, uno de estos nos detuvo, preguntando a D. Celestino con cierta impertinencia que a dónde íbamos.

-Su Alteza -dijo el clérigo muy turbado- tuvo el honor de señalarme... digo... yo tuve el honor de que él señalara el día de hoy y la presente hora para recibirme.

-Su Alteza está en palacio. Ignoramos cuándo vendrá -dijo el guardia dando media vuelta. We don't know when he's coming, 'said the guard, turning around.

D. Celestino me consultó con sus ojos y también iba a consultarme con sus autorizados labios, cuando se sintió ruido en el portal. Don Celestino consulted me with his eyes and was also going to consult me with his authorized lips, when a noise was heard in the portal.

-¡Ahí está! -There is! Su Alteza ha llegado -dijeron los guardias, tomando apresuradamente sus armas y sombreros para hacer los honores.

Pero el Príncipe subió a sus habitaciones particulares por la escalera excusada, que al efecto existía en su palacio. But the Prince went up to his private rooms by the excused staircase, which existed for this purpose in his palace.

-Quizás Su Alteza no reciba hoy -dijo a don Celestino el guardia, que poco antes nos había detenido-. Sin embargo, pueden Vds. However, you can. esperar si gustan, y él avisará si da audiencia o no.

Dicho esto, nos hizo pasar a una habitación contigua y muy grande donde vimos a otras muchas personas, que desde por la mañana habían acudido en solicitud del favor de una entrevista con S. A. Entre aquella gente había algunas damas muy distinguidas, militares, señores a la antigua, vestidos con históricas casacas y cubiertos con antiquísimas pelucas, y también algunas personas humildes.

Los pretendientes allí reunidos se miraban con recelo y mal humor, porque a todo el que hace antesala molesta mucho el verse acompañado, considerando sin duda que si el tiempo y la benevolencia del ministro se reparten entre muchos, no puede tocarles gran cosa. The suitors assembled there looked at each other with suspicion and bad humor, because it is very annoying to everyone who is waiting to be accompanied, considering without a doubt that if the time and the benevolence of the minister are shared among many, it cannot touch them much. Un ujier se acercó a nosotros y preguntó a D. Celestino quiénes éramos, a lo cual repuso el buen eclesiástico: An usher approached us and asked Don Celestino who we were, to which the good ecclesiastic replied:

-Nosotros somos curas de la parroquia de... quiero decir, soy cura de la parroquia y este joven... este joven gana noventa y tres reales en los meses de treinta y uno; y venimos a... pero yo no pienso pedirle nada al señor Príncipe, porque este picarón(señalando a mí) no se morderá la lengua para decirle lo que desea. -We are priests of the parish of ... I mean, I am a priest of the parish and this young man ... this young man earns ninety-three reales in thirty-one months; and we come to ... but I'm not going to ask Mr. Prince for anything, because this rascal (pointing at me) won't bite his tongue to tell you what he wants.

Cuando el ujier se alejó, dije a mi acompañante que tuviera cuidado de no equivocarse tan a menudo: que no anunciara anticipadamente nuestra comisión pedigüeña, y que no había necesidad de ir pregonando lo que yo ganaba, a lo que me respondió que él como persona nueva en antesalas y palacios, se turbaba a la primera ocasión, diciendo mil desatinos. When the usher left, I told my companion to be careful not to make mistakes so often: not to announce our requesting commission in advance, and that there was no need to go around proclaiming what I was earning, to which he replied that he as a person new in anterooms and palaces, she was disturbed at the first occasion, speaking a thousand follies. Uno de los señores que aguardaban se nos acercó, y reconociendo al cura, se saludaron ambos muy cortésmente, diciendo el desconocido:

-Sr. D. Celestino, ¿qué bueno por aquí? D. Celestino, what good over here?

-Vengo a visitar a S. A. Ya sabe Vd. -I came to visit SA You know. que somos paisanos y amigos. Mi padre y su abuelo hicieron un viaje juntos desde Trujillo a la Vera de Plasencia, y un tío de mi madre tenía en Miajadas una dehesa donde los Godoyes iban a cazar alguna vez. My father and his grandfather made a trip together from Trujillo to Vera de Plasencia, and an uncle of my mother's had a pasture in Miajadas where the Godoyes went hunting sometime. Somos amigos, y le estoy muy reconocido, porque a la munificencia de S. A. debo el beneficio que disfruto, el cual me fue concedido en cuanto S. A. tuvo conocimiento de mi necesidad; así es que desde mi primer memorial hasta el día en que tomé posesión, sólo transcurrieron catorce años. We are friends, and I am very grateful to him, because to the munificence of SA I owe the benefit that I enjoy, which was granted to me as soon as SA became aware of my need; so from my first memorial to the day I took office, only fourteen years passed.

-Se conoce que el Príncipe quiso servirle a usted -dijo nuestro interlocutor-. "It is known that the Prince wanted to serve you," said our interlocutor. No a todos se les despacha tan pronto. Not all are dispatched so soon. Hace veintidós años que yo pretendí que se me repusiera en mi antigua plaza de lacolecturía del Noveno y del Excusado, y esta es la hora, Sr. Twenty-two years ago I wanted him to recover me in my old square of the Ninth and Excused Collection, and this is the hour, Mr. D. Celestino.

A pesar de todo, yo no me desanimo, y menos ahora, porque tengo por seguro que la semana que viene... In spite of everything, I am not discouraged, especially now, because I am sure that next week ...

-No todos son tan afortunados como yo -dijo el optimista D. Celestino-. Verdad es que como paisano y amigo de S. A. estoy en situación muy favorable. It is true that as a citizen and friend of SA I am in a very favorable situation. De mi pueblo a Badajoz, cuna de D. Manuel Godoy, no hay más que trece leguas y media por buen camino, y estoy cansado de ver la casa en que nació este faro de las Españas. From my town to Badajoz, the birthplace of D. Manuel Godoy, there are only thirteen and a half leagues on the right track, and I am tired of seeing the house where this lighthouse in Spain was born. Así es que en cuanto supo mi necesidad... So as soon as he knew my need ...

-Pero diga Vd. -But you say. -preguntó bajando la voz el señor de  la semana que viene -; ¿tenemos viaje de los reyes a Andalucía o no tenemos viaje? asked the gentleman of next week, lowering his voice; Do we have a trip from the kings to Andalusia or do we not have a trip?

-¿Pero Vd. cree tales paparruchas? believe such bullshit? -dijo don Celestino-. Esa voz la ha corrido Santurrias, el sacristán de mi iglesia. That voice has come from Santurrias, the sacristan of my church. Ya le dicho que si tocaba las campanas sin mi permiso...

-Todo el mundo lo asegura. Ya sabe Vd. que ha venido mucha tropa de Madrid, y por las calles del pueblo se ve gente de malos modos. that a lot of troops have come from Madrid, and in the streets of the town you can see people in bad ways.

-¿Pero qué objeto puede tener ese viaje?

-Amigo: ya Napoleón tiene en España la friolera de cien mil hombres. Ha nombrado general en jefe a Murat, el cual dicen que salió ya de Aranda para Somosierra. He has appointed Murat as general in chief, who they say has already left Aranda for Somosierra. Y a todas estas ¿hay alguien que sepa a qué viene esa gente? And to all these, is there anyone who knows what these people come to? ¿Vienen a echar a toda lafamilia real? Are they coming to kick out the whole royal family? ¿Vienen simplemente de paso para Portugal?

-¿Quién se asusta de semejante cosa? -Who is scared of such a thing? -dijo D. Celestino-. Pongamos por caso que vengan con mala intención. Let's assume they come with malicious intent. ¿Qué son cien mil hombres? Con dos o tres regimientos de los nuestros se podrá dar buena cuenta de ellos, y ahí nos las den todas. With two or three regiments of ours, they will be able to give a good account of them, and there they give us all. Como Su Alteza se calce las espuelas... Eso del viaje es pura invención de los desocupados y de los enemigos de Su Alteza, que le insultan porque no les ha dado destinos. Como si los destinos se pudieran dar a todo el que los pretende. As if destinations could be given to everyone who wants them.

No siguió esta conversación, porque el ujier se acercó a nosotros, haciéndonos señas de que le siguiéramos. Su Alteza nos mandaba pasar. Cuando los demás pretendientes vieron que se daba la preferencia a los que habían llegado los últimos, un murmullo de descontento resonó en la sala. Nosotros la atravesamos muy orgullosos de aquella predilección y mientras D. Celestino saludaba a un lado y otro con su bondad de costumbre, yo dirigí a los más cercanos una mirada de desprecio, que equivalía al convencimiento de mi próximo ingreso en la administración de ambos mundos.

Pasamos de aquella sala a otras, todas ricamente alhajadas. ¡Qué bellos tapices, qué lindos cuadros, qué hermosas estatuas de mármol y bronce, qué vasos tan elegantes, qué candelabros tan vistosos, quémuebles tan finos, qué cortinajes tan espléndidos, qué alfombras tan muelles! What beautiful tapestries, what beautiful paintings, what beautiful marble and bronze statues, what elegant vases, what colorful chandeliers, what fine furniture, what splendid draperies, what spring carpets! No pude detenerme en la contemplación de tan bonitos objetos porque el ujier nos llevaba a toda prisa, y yo me sentía atacado de una cortedad tal, que se disipó mi anterior envalentonamiento, y empecé a comprender que me faltarían ideas y saliva para expresar ante el príncipe mi pensamiento. I could not stop in the contemplation of such beautiful objects because the usher was leading us in a hurry, and I felt attacked with such a shortness that my previous emboldening dissipated, and I began to understand that I would lack ideas and saliva to express before him prince my thought. Por fin llegamos al despacho de Godoy, y al entrar vi a este en pie, inclinado junto a una mesa y revisando algunos papeles. We finally reached Godoy's office, and when I entered I saw him standing, leaning next to a table and going through some papers. Aguardamos un buen rato a que se dignase mirarnos y al fin nos miró. We waited a long time for him to deign to look at us and at last he looked at us.

Godoy no era un hombre hermoso, como generalmente se cree; pero sí extremadamente simpático. Lo primero en que se fijaba el observador era en su nariz, la cual, un poco grande y respingada, le daba cierta expresión de franqueza y comunicatividad. Aparentaba tener sobre cuarenta años: su cabeza rectamente conformada y airosa, sus ojos vivos, sus finos modales, y la gallardía de su cuerpo, que más bien era pequeño que grande, le hacían agradable a la vista. He appeared to be over forty years old: his straight and graceful head, his lively eyes, his fine manners, and the gallantry of his body, which was small rather than large, made him pleasing to the eye. Tenía sin duda la figura de un señor noble y generoso; tal vez su corazón se inclinaba también a lo grande; pero en su cabeza estaba el desvanecimiento, la torpeza, los extravíos y falsas ideas de los hombres y las cosas de su tiempo. He undoubtedly had the figure of a noble and generous lord; perhaps his heart was also bending in a big way; but in his head was the fading, the clumsiness, the misguidance and false ideas of the men and things of his time.

Nos miró, como he dicho, y al punto D. Celestino, que temblaba como un chiquillo de diez años,hizo una profunda cortesía, a la cual siguió otra hecha por mi persona. He looked at us, as I have said, and at once Don Celestino, who was trembling like a ten-year-old boy, made a profound courtesy, which was followed by another made by me. A mi acompañante se le cayó el sombrero; recogiolo, dio algunos pasos, y con voz tartamuda dijo así: My companion's hat fell off; He picked it up, took a few steps, and with a stuttering voice said thus:

-Ya que Vuestra Alteza tiene el honor de... no... digo... ya que yo tengo el honor de ser recibido por Vuestra Alteza serenísima... decía que me felicito de que la salud de Vuestra Alteza sea buena, para que por mil años sigamos haciendo el bien de la nación... -Since Your Highness has the honor of ... no ... I mean ... since I have the honor of being received by Your Serene Highness ... I said that I congratulate myself that Your Highness's health is good, so that for a thousand years we continue to do the good of the nation ...

El príncipe parecía muy preocupado, y no contestó al saludo sino con una ligera inclinación de cabeza. Después pareció recordar, y dijo:

-Es Vd. el señor chantre de la catedral de Astorga, que viene a...

-Permítame Vuestra Alteza -interrumpió D. Celestino- que ponga en su conocimiento cómo soy el cura de la parroquia castrense de Aranjuez.

-¡Ah! -exclamó el príncipe-, ya recuerdo... el otro día... se le dio a Vd. exclaimed the prince, "I remember ... the other day ... it was given to you. el curato por recomendación de la señora condesa de X (Amaranta). Es usted natural de Villanueva de la Serena. You are a native of Villanueva de la Serena.

-No señor: soy de los Santos de Maimona. ¿No recuerda Vuestra Alteza esa villa? En el camino de Fuente de Cantos. Allí se cogen unas sandías que pesan muchas arrobas, y también hay muchos melones... Pues, como decía a Vuestra Alteza, hoy venía con dos objetos: con el de tener el honor de presentarmea Vuestra Alteza, para que este chico lea un poema latino que ha compuesto... no, quiero decir...

D. Celestino se atragantó, mientras que el Príncipe, asombrado de mi precocidad en el estudio de los clásicos, me miraba con ojos benévolos.

-No -dijo el cura entrando de nuevo en posesión de su lengua-. El poema ha sido compuesto por mí, y, accediendo a los deseos de V. A. voy a comenzar su lectura.

El Príncipe adelantó la mano con ese instintivo movimiento que parece apartar un objeto invisible. Pero D. Celestino no comprendió que su protector rechazaba por medio de un movimiento físico la amenazadora lectura del poema, y firme en su propósito, desenvainó el manuscrito homicida. But Don Celestino did not understand that his protector was rejecting by means of a physical movement the threatening reading of the poem, and firm in his intention, he drew the homicidal manuscript. En el mismo instante Godoy, que atendía poco a nosotros, y parecía estar pensando cosas muy graves, volviose bruscamente hacia la mesa y empezó a hojear de nuevo los papeles.

D. Celestino me miró y yo miré a D. Celestino.

Así transcurrió un minuto al cabo del cual el Príncipe dirigiose hacia nosotros y dijo señalando unas sillas:

-Siéntense Vds.

Después siguió en su investigación de papeles. Sentados en nuestros asientos el cura y yo nos hablábamos en voz baja.

-Para exponerle tu pretensión -me dijo el tío de Inés-, debes esperar a que yo lea mi poema, en lo cual con la pausa conveniente no tardaré más que hora y media. "To expose your claim to him," Inés's uncle told me, "you must wait for me to read my poem, in which, with the appropriate pause, I will not take more than an hour and a half." El admirable efecto que le ha de producir la audición de los versos clásicos a que es tan aficionado, le predispondrá en tu favor, y no dudo que te concederá cuanto le pidas. The admirable effect that listening to the classic verses that he is so fond of will produce will predispose him to your favor, and I have no doubt that he will grant you whatever you ask.

Después de otro rato de espera, un oficial entró para dar un despacho al Príncipe. Este le abrió al punto, y después que lo hubo leído con mucha ansiedad, dejolo sobre la mesa y se dirigió hacia don Celestino.

-Dispénseme Vd. -dijo- mi distracción. Hoy es día para mí de ocupaciones graves e inesperadas. No pensaba recibir a nadie en audiencia, y si le mandé entrar a Vd. I did not intend to receive anyone in audience, and if I ordered you to enter. fue porque sabía no es de los que vienen a pedirme destinos. It was because I knew he is not one of those who come to ask me for destinations.

D. Celestino se inclinó en señal de asentimiento, y yo dije para mí: «Lucidos hemos quedado». Don Celestino bowed his assent, and I said to myself: "Lucidos we have stayed." Después dirigiose S. A. a mí, y me dijo: Then SA addressed me, and said:

-En cuanto al poema latino que este joven ha compuesto, ya tengo noticias de que es una obra notable. -As for the Latin poem that this young man has composed, I already have news that it is a remarkable work. Persista Vd. Persist en su aplicación a los buenos estudios y será un hombre de provecho. No puedo hoy tener el gusto de conocer el poema; pero ya me habían hablado de Vd. con grandes encomios y desde luego formé propósito de que se le diera a Vd. with great praise and of course I made up my mind that it be given to you. una plaza en la oficina de Interpretación de Lenguas,donde su precocidad sería de gran provecho. Sírvase usted dejarme su nombre... Please leave me your name ...

D. Celestino iba a contestar rectificando el error; pero su turbación se lo impidió. Antes que mi compañero pudiera decir una palabra, levanteme yo, y extendiendo mi nombre sobre un papel que en la mesa encontré, ofrecilo respetuosamente al Príncipe, que concluyó así: Before my companion could say a word, I stood up, and spreading my name on a paper that I found on the table, I respectfully offered it to the Prince, who concluded thus:

-Ruego a Vds. que tengan la bondad de retirarse, pues mis ocupaciones no me permiten prolongar esta audiencia.

Hicimos nuevas cortesías, D. Celestino balbuceó las fórmulas pomposas propias del caso, y salimos del despacho del Príncipe. Al pasar por la sala donde esperaban con impaciencia los demás pretendientes, el ujier lanzó esta terrorífica exclamación: -«¡No hay audiencia!».

Al encontrarse en la calle, el buen cura, recobrando la serenidad de su espíritu y la soltura de su lengua, me dijo con cierto enojo:

-¿Por qué no le dijiste tú que el poema no era tuyo sino mío?

No pude menos de soltar la risa, viéndole picado en su amor propio, y considerando el extraño resultado de nuestra visita al príncipe de la Paz. I couldn't help but laugh, seeing him stung at his self-esteem, and considering the strange result of our visit to the Prince of Peace.