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El 19 de Marzo y el 2 de Mayo by Benito Pérez Galdós, V

V

Al punto se trató de resolver en consejo de familia lo que debía hacerse; pero deseando yo conferenciar con el buen cura para decirle lo que Inés no debía oír, rogué a esta que nos dejase solos y hablamos así:

-¿Será Vd. capaz, Sr. D. Celestino, de consentir que Inés vaya a vivir con ese ganso de D. Mauro, y la lechuza de su hermana?

-Hijo -me contestó-, Requejo es muy rico, Requejo puede dar a Inesilla las comodidades que yo no tengo, Requejo puede hacerla su heredera cuando estire la zanca.

-¿Y Vd. lo cree? Parece mentira que tenga Vd. más de sesenta años. Pues yo digo y repito que ese endiablado D. Mauro me parece un farsante hipocritón. Yo en lugar de Vd., les mandaría a paseo.

-Yo soy pobre, hijo mío; ellos son ricos, Inés se irá con ellos. En caso de que la traten mal la recogeremos otra vez.

-No la tratarán mal, no -dije muy sofocado-. Lo que yo temo es otra cosa, y eso no lo he de consentir.

-A ver, muchacho.

-Usted sabe como yo lo que hay sobre el particular; Vd. sabe que Inés no es hija de doña Juana; Vd. sabe que Inés nació del vientre de una gran señora de la corte, cuyo nombre no conocemos, Vd. sabe todo esto, y ¿cómo sabiéndolo no comprende la intención de los Requejos?

-¿Qué intención?

-Los Requejos despreciaron siempre a doña Juana; los Requejos no le dieron nunca ni tanto así; los Requejos ni siquiera la visitaron en su enfermedad, y ahora, Sr. D. Celestino de mi alma, los Requejos lloran recordando a la difunta, los Requejos echan la baba mirando a su sobrinita, y no puede ser otracosa sino que los Requejos han descubierto quiénes son los padres de Inés, los Requejos han comprendido que la muchacha es un tesoro, y ¡ay!, no me queda duda de que el Requejo mayor, ese poste vestido trae entre ceja y ceja el proyecto de casarse con Inés, obligándola a ello en cuanto la pille en su casa.

-Sosiégate, muchacho, y óyeme. Puede muy bien suceder que la intención de los Requejos sea la que dices, y puede muy bien que sea la que ellos han manifestado. Como yo me inclino siempre a creer lo bueno, no dudo de la sinceridad de D. Mauro, hasta que los hechos me prueben lo contrario. ¿Qué sabes tú si de la mañana a la noche verás a Inés hecha una damisela,con carroza y pajes llena de diamantes como avellanas, y viviendo en uno de esos caserones que hay en Madrid más grandes que conventos?

-¡Bah, bah! Eso es como cuando yo quería ser príncipe, generalísimo y secretario del despacho. A los diez y seis años se pueden decir tales cosas; pero no a los sesenta.

-Viviendo conmigo, Inés ha de estar condenada a perpetua estrechez. ¿No vale más que se la lleven los parientes de su madre, que parecen personas muy caritativas? En todo caso, Gabriel, si la muchacha no estuviera contenta allí, tiempo tenemos de recogerla, porque a mí, como tío carnal, me corresponde la tutela.

-¿Y por qué la deja Vd. marchar?

-Porque los Requejos son ricos... ¿lo comprenderás al fin?... porque Inés en casa de esa gente puede estar como una princesa, y casarse al fin con un comerciante muy rico de la calle de Postas o Platerías.

-Alto allá, señor mío -exclamé muy amostazado-, ¿qué es eso de casarse Inés? Inés, Dios mediante, no se casará más que conmigo. Sí ¡vaya Vd. a hablarle de comerciantes y de usías!

-Es verdad, no me acordaba, hijito -dijo el cura con algo de mofa-. ¡Casarse a los diez y seis años! ¿El matrimonio es algún juego? Y además: hazme el favor de decirme qué ganas tú en la imprenta donde trabajas.

-Sobre tres reales diarios.

-Es decir, noventa y tres reales los meses de treinta y uno. Algo es, pero no basta, chiquillo. Ya ves tú: cuando Inés esté en su sala con cortinas verdes de ramos amarillos y se siente en aquellas mesas donde hay siete pavos por Navidad, y todas las noches cena de perdiz por barba... ya ves tú, no sé cómo podrá arrimarse a ella un pretendiente con noventa y tres reales al mes, en los que traen treinta y uno.

-Eso ella es quien lo ha de decir -repuse con la mayor zozobra-; y si ella me quiere así, veremos si todos los Requejos del mundo lo pueden impedir.En resumidas cuentas, Sr. D. Celestino, ¿Vd. está decidido a que Inés se vaya esta tarde con don Mauro!

-Decidido, hijo, es para mí un caso de conciencia.

-¿Y quién le dice a Vd. que con noventa y tres reales al mes no se puede mantener una familia? Pues a mí me da la gana de casarme, sí señor.

-¡Casarse a los diez y seis años! Uno y otro debéis esperar a tener los treinta y cinco cumplidos. La vida se pasa pronto: no te apures. Para entonces podréis casaros. Sois a propósito el uno para el otro. Casar y compadrar, cada uno con su igual. Veremos si de aquí allá te luce más el oficio.

-¿Y no puedo yo buscar un destinillo?

-Eso es como cuando se te puso en la cabeza que te iba a caer un principado o un ducado.

-No: un destinillo de estos que se dan a cualquier pelón, en la contaduría de acá o en la de allá.

-¿Pero crees tú que un empleo es cosa fácil de conseguir?

-¿Por qué no? -respondí enfáticamente-. ¿Pues para qué son los destinos sino para darlos a todos los españoles que necesitan de ellos?

-Hijo, las antesalas están llenas de pretendientes. Ya recordarás que a pesar de ser paisano y amigo del príncipe de la Paz, estuve catorce años haciendo memoriales.

-Y al fin... pero hoy visita Vd. a S. A. y le trata; de modo que si le pidiera para mí una placita no creo que se la negara.

-¡Ah! -exclamó D. Celestino con satisfacción-. El día que visité a S. A. fue para mí el más lisonjero de mi vida, porque oí de sus augustos labios las palabras más cariñosas. Si vieras con cuánto agasajo me trató; ¡y qué amabilidad, qué dulzura, qué llaneza sin dejar por eso de ser príncipe en todos sus gestos y palabras! Cuando entré, yo estaba todo turbado y confuso, y la lengua se me quedó pegada al paladar. Mandome S. A. que me sentara, y me preguntó si yo era de Villanueva de la Serena. ¿Ves qué bondad? Contestele que había nacido en los Santos de Maimona, villa que está en el camino real como vamos de Badajoz a Fuente de Cantos. Luego me preguntó por la cosecha de este año, y le respondí que según mis noticias, el centeno y cebada eran malos, pero que la bellota venía muy bien. Ya comprenderás por esto el interés que se toma por la agricultura. En seguida me dijo si estaba contento en mi parroquia, a lo cual contesté afirmativamente, añadiendo que me tenía edificada la piedad de mis feligreses; al decir esto no pude contener las lágrimas. Bien claro se ve que al príncipe le interesa mucho cuanto se refiere a la religión. Hablele después de que entretenía mis ocios con la poesía latina, y notifiquele haber compuesto un poema enhexámetros, dedicado a él. Enterado de esto, dijo que bueno, en lo cual se demuestra palmariamente su desmedida afición a las letras humanas; y por fin, a los diez minutos de conferencia, me rogó afectuosamente que me retirara, porque tenía que despachar asuntos urgentísimos. Esto prueba que es hombre trabajador, y que las mejores horas del día las consagra puntualmente a la administración. Te aseguro que salí de allí conmovido.

-¿Y no vuelve Vd. -¡Pues no he de volver! Supliqué a S. A. que me fijara día para llevarle el poema latino, y mañana tendré el honor de poner de nuevo los pies en el palacio de mi ilustre paisano.

-Pues yo iré con Vd. Sr. D. Celestino -dije con mucha determinación-. Iremos juntos y Vd. le pedirá un destino para mí.

-¡Estás loco! -exclamó el sacerdote con asombro-. No me creo capaz de semejante irreverencia.

-Pues se lo pediré yo -dije más resuelto cada vez a entrar en la administración.

-Modera esos arrebatos, joven sin experiencia. ¿Cómo quieres que te presente sin más ni más al príncipe de la Paz? ¿Qué puedo decir de ti, cuáles son tus méritos? ¿Conoces acaso por el forro los versos latinos? ¿Has saludado siquiera el Divitias alius fulvo sibi congerat auro , el Passer, delitiæ meæ puellæ , o el Cynthia prima suis me cepis ocellis ? ¿Estás loco,piensas que los destinos están ahí para los mocosos a quienes se les antoja pedirlos?

-Vd. le dice que soy un joven pariente suyo, y yo me encargo de lo demás.

-¿Pariente mío? Eso sería una mentira, y yo no miento.

Así disputamos un buen rato, y al fin, entre ruegos y razones logré convencer al padre Celestino para que me llevara a presencia del serenísimo señor Godoy. Mi tenaz proyecto se explica por el estado de desesperación en que me puso la visita de los Requejos, y su propósito de cargar con la pobre Inés. La viva antipatía que ambos hermanos me inspiraron desde que tuve la desdicha de poner los ojos sobre ellos, engendró en mi espíritu terribles presentimientos. Se me representaba la pobre huérfana en dolorosa esclavitud bajo aquel par de trasgos, condenada a perecer de tristeza si Dios no me deparaba medios para sacarla de allí. ¿Cómo podía yo conseguirlo, siendo como era, más pobre que las ratas? Pensando en esto, vino a mi mente una idea salvadora, la que desde aquellos tiempos principiaba a ser norte de la mitad, de la mayor parte de los españoles, es decir, de todos aquellos que no eran mayorazgos ni se sentían inclinados al claustro; la idea de adquirir una plaza en la administración. ¡Ay!, aunque había entonces menos destinos, no eran escasos los pretendientes.

España había gastado en la guerra con Inglaterra, la espantosa suma de siete mil millones de reales. Quien esto derrochó en una calaverada, ¿no podía darme a mí cinco mil para que me casara? Por supuesto, el pretender casarse entonces a los diez y siete años, era una calaverada peor que la de gastar siete mil millones en una guerra. Aquella idea echó raíces en mi cerebro con mucha presteza. A la media hora de mi conferencia con D. Celestino, ya se me figuraba estar desempeñando ante la mesa forrada de bayeta verde, las funciones que el Estado tuviera a bien encomendarme para su prosperidad y salvación. Atrevido era el proyecto de pedir yo mismo al poderoso ministro lo que me hacía falta: pero la gravedad de las circunstancias, y el loco deseo de adquirir una posición que me permitiera disputar la posesión de Inés a la temerosa pareja de los Requejos, disminuía los obstáculos ante mis ojos, dándome aliento para las empresas más difíciles.

La huérfana no disimuló al hablar conmigo la repugnancia que le inspiraban sus tíos: tal vez hubiera yo logrado impedir el secuestro; pero D. Celestino repitió que era para él caso de conciencia, y con esto Inés no se atrevió a formular sus quejas, ¡tan grande era entonces la subordinación a la autoridad de los mayores! La escrupulosidad del buen sacerdote no impidió, sin embargo, que yo hablara mil pestes de los dos hermanos, criticando sus fachasy vestidos, y comentando a mi manera aquello de los siete pavos y capones, con la añadidura de las perdices por barba en la hora de la cena. También me reí con implacable saña de los tratamientos que se daban hermano y hermana, pues, según el lector observaría, se llamaban simplemente éste y ésta . D. Celestino me dijo al oírme, que tratase con más miramientos a dos personas respetables que habían sabido labrar pingüe fortuna con su trabajo y honradez, y entre tanto Inés preparaba de muy mala gana su equipaje para marchar a la corte.

No tardó la casa del cura en verse honrada de nuevo con las personas de los Requejos, que llegaron a eso de las cuatro, haciendo mil ponderaciones de las tierras adquiridas cerca de Ontígola; y su contento al ver que Inés se disponía a seguirles, fue extraordinario.

-No te des prisa, pimpollita -decía D. Mauro-, que todavía hay tiempo de sobra.

-Su impaciencia por emprender el viaje -añadió doña Restituta, plegando de un modo indefinible el forro cutáneo de su cara- es tan viva, que la pobrecilla quisiera tener alitas para salir más pronto de aquí.

-Eso no -dijo D. Celestino algo amoscado-; que su tío no le ha dado malos tratos, para que así se impaciente por abandonarle.

Inés se arrojó llorando a los brazos del cura, y ambosderramaron muchas lágrimas. Por mi parte, tenía interés en que los Requejos no conocieran que un antiguo y cordial amor me unía a Inés, así es que disimulé mi sofocación, y acechándola fuera, cuando salió en busca de un objeto olvidado, le dije:

-Prendita, no me digas una palabra, ni me mires, ni me saludes. Yo me quedo aquí, pero descuida; pronto nos hemos de ver allá.

Llegó por fin la hora de la partida; el coche se acercó a la puerta de la casa. Inés entró en él muy llorosa y los Requejos tomaron asiento a un lado y otro, pues aun en aquella situación temían que se les escapara. Jamás he visto mujer ninguna que se asemejara a un cernícalo como en aquel momento doña Restituta. El coche partió, y al poco rato nuestros ojos le vieron perderse entre la arboleda. Don Celestino, que hacía esfuerzos por aparentar gran serenidad, no pudo conservarla, y haciendo pucheros como un niño, sacó su largo pañuelo y se lo llevó a los ojos.

-¡Ay, Gabriel! ¡Se la llevaron!

Mi emoción también era intensísima, y no pude contestarle nada.


V V

Al punto se trató de resolver en consejo de familia lo que debía hacerse; pero deseando yo conferenciar con el buen cura para decirle lo que Inés no debía oír, rogué a esta que nos dejase solos y hablamos así: To the point they tried to resolve in family council what should be done; But wishing I would confer with the good priest to tell him what Ines should not hear, I begged her to leave us alone and we spoke thus:

-¿Será Vd. -Will you? capaz, Sr. D. Celestino, de consentir que Inés vaya a vivir con ese ganso de D. Mauro, y la lechuza de su hermana? D. Celestino, to allow Inés to go live with that goose of D. Mauro, and his sister's owl?

-Hijo -me contestó-, Requejo es muy rico, Requejo puede dar a Inesilla las comodidades que yo no tengo, Requejo puede hacerla su heredera cuando estire la zanca. "Son," he answered, "Requejo is very rich, Requejo can give Inesilla the comforts that I don't have, Requejo can make her his heir when he stretches his stringer."

-¿Y Vd. lo cree? Parece mentira que tenga Vd. It seems incredible that you have. más de sesenta años. Pues yo digo y repito que ese endiablado D. Mauro me parece un farsante hipocritón. Well, I say and repeat that that devilish D. Mauro seems to me a hypocritical phony. Yo en lugar de Vd., les mandaría a paseo. Instead of you, I would send them for a ride.

-Yo soy pobre, hijo mío; ellos son ricos, Inés se irá con ellos. En caso de que la traten mal la recogeremos otra vez. In case she is mistreated, we will pick her up again.

-No la tratarán mal, no -dije muy sofocado-. "They won't treat her badly, no," I said, very stifled. Lo que yo temo es otra cosa, y eso no lo he de consentir. What I fear is something else, and that I must not consent to.

-A ver, muchacho. -Let's see, boy.

-Usted sabe como yo lo que hay sobre el particular; Vd. - You know as I do what there is on the matter; You. sabe que Inés no es hija de doña Juana; Vd. sabe que Inés nació del vientre de una gran señora de la corte, cuyo nombre no conocemos, Vd. sabe todo esto, y ¿cómo sabiéndolo no comprende la intención de los Requejos?

-¿Qué intención?

-Los Requejos despreciaron siempre a doña Juana; los Requejos no le dieron nunca ni tanto así; los Requejos ni siquiera la visitaron en su enfermedad, y ahora, Sr. -The Requejos always despised Doña Juana; the Requejos never gave him that much; the Requejos did not even visit her in her illness, and now, Mr. D. Celestino de mi alma, los Requejos lloran recordando a la difunta, los Requejos echan la baba mirando a su sobrinita, y no puede ser otracosa sino que los Requejos han descubierto quiénes son los padres de Inés, los Requejos han comprendido que la muchacha es un tesoro, y ¡ay!, no me queda duda de que el Requejo mayor, ese poste vestido trae entre ceja y ceja el proyecto de casarse con Inés, obligándola a ello en cuanto la pille en su casa. D. Celestino de mi alma, the Requejos cry remembering the deceased, the Requejos drool looking at their niece, and it cannot be anything else but the Requejos have discovered who Inés's parents are, the Requejos have understood that the girl It is a treasure, and oh, I have no doubt that the eldest Requejo, that dressed pole brings between eyebrows the project of marrying Inés, forcing her to do so as soon as she catches her at home.

-Sosiégate, muchacho, y óyeme. Puede muy bien suceder que la intención de los Requejos sea la que dices, y puede muy bien que sea la que ellos han manifestado. It may very well happen that the intention of the Requejos is what you say, and it may very well be that it is what they have expressed. Como yo me inclino siempre a creer lo bueno, no dudo de la sinceridad de D. Mauro, hasta que los hechos me prueben lo contrario. ¿Qué sabes tú si de la mañana a la noche verás a Inés hecha una damisela,con carroza y pajes llena de diamantes como avellanas, y viviendo en uno de esos caserones que hay en Madrid más grandes que conventos?

-¡Bah, bah! Eso es como cuando yo quería ser príncipe, generalísimo y secretario del despacho. That's like when I wanted to be a prince, generalissimo and secretary of the office. A los diez y seis años se pueden decir tales cosas; pero no a los sesenta. At sixteen you can say such things; but not at sixty.

-Viviendo conmigo, Inés ha de estar condenada a perpetua estrechez. -Living with me, Ines must be condemned to perpetual narrowness. ¿No vale más que se la lleven los parientes de su madre, que parecen personas muy caritativas? Isn't it better if her mother's relatives, who seem like very charitable people, take her away? En todo caso, Gabriel, si la muchacha no estuviera contenta allí, tiempo tenemos de recogerla, porque a mí, como tío carnal, me corresponde la tutela. In any case, Gabriel, if the girl is not happy there, we have time to pick her up, because to me, as a carnal uncle, I have the guardianship.

-¿Y por qué la deja Vd. -And why did you leave it? marchar?

-Porque los Requejos son ricos... ¿lo comprenderás al fin?... -Because Requejos are rich ... will you finally understand? ... porque Inés en casa de esa gente puede estar como una princesa, y casarse al fin con un comerciante muy rico de la calle de Postas o Platerías. because Inés can be like a princess in those people's homes, and finally marry a very wealthy merchant from Calle de Postas or Platerías.

-Alto allá, señor mío -exclamé muy amostazado-, ¿qué es eso de casarse Inés? "Stop over there, my lord," I exclaimed, very airy, "what is that about marrying Ines?" Inés, Dios mediante, no se casará más que conmigo. Ines, God willing, will only marry me. Sí ¡vaya Vd. Yes you go. a hablarle de comerciantes y de usías! to talk about merchants and usías!

-Es verdad, no me acordaba, hijito -dijo el cura con algo de mofa-. "It is true, I did not remember, son," said the priest with some mockery. ¡Casarse a los diez y seis años! Get married at sixteen! ¿El matrimonio es algún juego? Is marriage a game? Y además: hazme el favor de decirme qué ganas tú en la imprenta donde trabajas.

-Sobre tres reales diarios. -About three reais a day.

-Es decir, noventa y tres reales los meses de treinta y uno. Algo es, pero no basta, chiquillo. Ya ves tú: cuando Inés esté en su sala con cortinas verdes de ramos amarillos y se siente en aquellas mesas donde hay siete pavos por Navidad, y todas las noches cena de perdiz por barba... ya ves tú, no sé cómo podrá arrimarse a ella un pretendiente con noventa y tres reales al mes, en los que traen treinta y uno. You see: when Inés is in her living room with green curtains with yellow bouquets and she sits at those tables where there are seven turkeys for Christmas, and partridge for a beard dinner every night ... you see, I don't know how she can get close to her a suitor with ninety-three reales a month, in which they bring thirty-one.

-Eso ella es quien lo ha de decir -repuse con la mayor zozobra-; y si ella me quiere así, veremos si todos los Requejos del mundo lo pueden impedir.En resumidas cuentas, Sr. D. Celestino, ¿Vd. está decidido a que Inés se vaya esta tarde con don Mauro! He is determined that Inés will leave this afternoon with Don Mauro!

-Decidido, hijo, es para mí un caso de conciencia.

-¿Y quién le dice a Vd. -And who tells you? que con noventa y tres reales al mes no se puede mantener una familia? Pues a mí me da la gana de casarme, sí señor. Well, I feel like getting married, yes sir.

-¡Casarse a los diez y seis años! Uno y otro debéis esperar a tener los treinta y cinco cumplidos. Both of you must wait until you are thirty-five years old. La vida se pasa pronto: no te apures. Para entonces podréis casaros. Sois a propósito el uno para el otro. You are on purpose for each other. Casar y compadrar, cada uno con su igual. Marry and compare, each with his equal. Veremos si de aquí allá te luce más el oficio. We'll see if the job looks better for you from here to there.

-¿Y no puedo yo buscar un destinillo? -And can't I find a destination?

-Eso es como cuando se te puso en la cabeza que te iba a caer un principado o un ducado.

-No: un destinillo de estos que se dan a cualquier pelón, en la contaduría de acá o en la de allá. -No: a destiny of these that is given to any hairless, in the accounting office here or there.

-¿Pero crees tú que un empleo es cosa fácil de conseguir?

-¿Por qué no? -respondí enfáticamente-. ¿Pues para qué son los destinos sino para darlos a todos los españoles que necesitan de ellos? Well, what are destinations for if not to give them to all the Spanish who need them?

-Hijo, las antesalas están llenas de pretendientes. Ya recordarás que a pesar de ser paisano y amigo del príncipe de la Paz, estuve catorce años haciendo memoriales. You will remember that despite being a countryman and friend of the Prince of Peace, I spent fourteen years making memorials.

-Y al fin... pero hoy visita Vd. -And finally ... but today you visit. a S. A. y le trata; de modo que si le pidiera para mí una placita no creo que se la negara. to SA and treats you; So if I asked you for a little square, I don't think I would deny it.

-¡Ah! -exclamó D. Celestino con satisfacción-. El día que visité a S. A. fue para mí el más lisonjero de mi vida, porque oí de sus augustos labios las palabras más cariñosas. The day that I visited SA was the most flattering of my life, because I heard the most loving words from his august lips. Si vieras con cuánto agasajo me trató; ¡y qué amabilidad, qué dulzura, qué llaneza sin dejar por eso de ser príncipe en todos sus gestos y palabras! If you could see how much he treated me with; And what kindness, what sweetness, what simplicity without ceasing to be a prince in all his gestures and words! Cuando entré, yo estaba todo turbado y confuso, y la lengua se me quedó pegada al paladar. When I entered, I was all confused and confused, and my tongue stuck to the roof of my mouth. Mandome S. A. que me sentara, y me preguntó si yo era de Villanueva de la Serena. ¿Ves qué bondad? Do you see what goodness? Contestele que había nacido en los Santos de Maimona, villa que está en el camino real como vamos de Badajoz a Fuente de Cantos. Tell him that he was born in Los Santos de Maimona, a town that is on the royal road as we go from Badajoz to Fuente de Cantos. Luego me preguntó por la cosecha de este año, y le respondí que según mis noticias, el centeno y cebada eran malos, pero que la bellota venía muy bien. Ya comprenderás por esto el interés que se toma por la agricultura. You will already understand by this the interest that is taken by agriculture. En seguida me dijo si estaba contento en mi parroquia, a lo cual contesté afirmativamente, añadiendo que me tenía edificada la piedad de mis feligreses; al decir esto no pude contener las lágrimas. He immediately told me if he was happy in my parish, to which I answered affirmatively, adding that he had built up the piety of my parishioners; saying this I couldn't hold back the tears. Bien claro se ve que al príncipe le interesa mucho cuanto se refiere a la religión. It is clear that the prince is very interested in what refers to religion. Hablele después de que entretenía mis ocios con la poesía latina, y notifiquele haber compuesto un poema enhexámetros, dedicado a él. I spoke to him after I was entertaining my free time with Latin poetry, and notify him of having composed a poem in hexameters, dedicated to him. Enterado de esto, dijo que  bueno, en lo cual se demuestra palmariamente su desmedida afición a las letras humanas; y por fin, a los diez minutos de conferencia, me rogó afectuosamente que me retirara, porque tenía que despachar asuntos urgentísimos. Aware of this, he said that well, in which his excessive fondness for human letters is clearly demonstrated; and finally, after ten minutes into the conference, he affectionately begged me to leave, because he had extremely urgent matters to deal with. Esto prueba que es hombre trabajador, y que las mejores horas del día las consagra puntualmente a la administración. Te aseguro que salí de allí conmovido. I assure you that I left there moved.

-¿Y no vuelve Vd. -And you won't come back. -¡Pues no he de volver! "Well, I'm not going back!" Supliqué a S. A. que me fijara día para llevarle el poema latino, y mañana tendré el honor de poner de nuevo los pies en el palacio de mi ilustre paisano. I begged SA to fix the day to bring him the Latin poem, and tomorrow I will have the honor of setting foot in the palace of my illustrious countryman again.

-Pues yo iré con Vd. Sr. D. Celestino -dije con mucha determinación-. Iremos juntos y Vd. le pedirá un destino para mí.

-¡Estás loco! -exclamó el sacerdote con asombro-. No me creo capaz de semejante irreverencia. I don't think I am capable of such irreverence.

-Pues se lo pediré yo -dije más resuelto cada vez a entrar en la administración. "Well, I'll ask you," I said more and more determined each time to enter the administration.

-Modera esos arrebatos, joven sin experiencia. -Moderate those outbursts, inexperienced young man. ¿Cómo quieres que te presente sin más ni más al príncipe de la Paz? ¿Qué puedo decir de ti, cuáles son tus méritos? ¿Conoces acaso por el forro los versos latinos? Do you know by the lining the Latin verses? ¿Has saludado siquiera el  Divitias alius fulvo sibi congerat auro , el  Passer, delitiæ meæ puellæ , o el  Cynthia prima suis me cepis ocellis ? Have you even greeted the Divitias alius fulvo sibi congerat auro, the Passer, delitiæ meæ puellæ, or the Cynthia prima suis me cepis ocellis? ¿Estás loco,piensas que los destinos están ahí para los mocosos a quienes se les antoja pedirlos? Are you crazy, do you think destinations are there for brats who want to ask for them?

-Vd. le dice que soy un joven pariente suyo, y yo me encargo de lo demás. He tells him that I am a young relative of his, and I will take care of the rest.

-¿Pariente mío? Eso sería una mentira, y yo no miento. That would be a lie, and I am not lying.

Así disputamos un buen rato, y al fin, entre ruegos y razones logré convencer al padre Celestino para que me llevara a presencia del serenísimo señor Godoy. So we fought for a long time, and finally, between pleas and reasons, I managed to convince Father Celestino to take me to the presence of the serene Mr. Godoy. Mi tenaz proyecto se explica por el estado de desesperación en que me puso la visita de los Requejos, y su propósito de cargar con la pobre Inés. My tenacious project is explained by the state of despair in which the visit of the Requejos put me, and his intention to carry poor Inés. La viva antipatía que ambos hermanos me inspiraron desde que tuve la desdicha de poner los ojos sobre ellos, engendró en mi espíritu terribles presentimientos. Se me representaba la pobre huérfana en dolorosa esclavitud bajo aquel par de trasgos, condenada a perecer de tristeza si Dios no me deparaba medios para sacarla de allí. The poor orphan was represented to me in painful slavery under that pair of goblins, condemned to perish of sadness if God did not provide me with the means to get her out of there. ¿Cómo podía yo conseguirlo, siendo como era, más pobre que las ratas? Pensando en esto, vino a mi mente una idea salvadora, la que desde aquellos tiempos principiaba a ser norte de la mitad, de la mayor parte de los españoles, es decir, de todos aquellos que no eran mayorazgos ni se sentían inclinados al claustro; la idea de adquirir una plaza en la administración. Thinking about this, a saving idea came to my mind, the one that from those times began to be north of the middle, of most of the Spaniards, that is, of all those who were not elders or felt inclined to the cloister; the idea of acquiring a place in the administration. ¡Ay!, aunque había entonces menos destinos, no eran escasos los pretendientes. Alas, although there were fewer destinations then, suitors were not rare.

España había gastado en la guerra con Inglaterra, la espantosa suma de  siete mil millones de reales. Spain had spent in the war with England, the appalling sum of seven billion reales. Quien esto derrochó en una calaverada, ¿no podía darme a mí cinco mil para que me casara? Whoever squandered this on a skull, couldn't he give me five thousand to get married? Por supuesto, el pretender casarse entonces a los diez y siete años, era una calaverada peor que la de gastar siete mil millones en una guerra. Of course, pretending to marry then at seventeen years old was worse than spending seven billion on a war. Aquella idea echó raíces en mi cerebro con mucha presteza. A la media hora de mi conferencia con D. Celestino, ya se me figuraba estar desempeñando ante la mesa forrada de bayeta verde, las funciones que el Estado tuviera a bien encomendarme para su prosperidad y salvación. Half an hour into my conference with Don Celestino, I already imagined that I was performing, at the table covered with green cloth, the functions that the State would be pleased to entrust me for his prosperity and salvation. Atrevido era el proyecto de pedir yo mismo al poderoso ministro lo que me hacía falta: pero la gravedad de las circunstancias, y el loco deseo de adquirir una posición que me permitiera disputar la posesión de Inés a la temerosa pareja de los Requejos, disminuía los obstáculos ante mis ojos, dándome aliento para las empresas más difíciles. Bold was the project of asking the powerful minister for what I needed: but the gravity of the circumstances, and the mad desire to acquire a position that would allow me to dispute the possession of Inés to the fearful couple of the Requejos, diminished the obstacles before my eyes, giving me encouragement for the most difficult undertakings.

La huérfana no disimuló al hablar conmigo la repugnancia que le inspiraban sus tíos: tal vez hubiera yo logrado impedir el secuestro; pero D. Celestino repitió que era para él caso de conciencia, y con esto Inés no se atrevió a formular sus quejas, ¡tan grande era entonces la subordinación a la autoridad de los mayores! When she spoke to me, the orphan did not hide the disgust her uncles inspired her: perhaps I would have succeeded in preventing the kidnapping; but Don Celestino repeated that it was a case of conscience for him, and with this Ines did not dare to formulate her complaints, so great was then the subordination to the authority of the elders! La escrupulosidad del buen sacerdote no impidió, sin embargo, que yo hablara mil pestes de los dos hermanos, criticando sus fachasy vestidos, y comentando a mi manera aquello de los siete pavos y capones, con la añadidura de las perdices por barba en la hora de la cena. The scrupulousness of the good priest did not prevent, however, that I spoke a thousand pests of the two brothers, criticizing their faces and dresses, and commenting in my own way that of the seven turkeys and capons, with the addition of partridges for beard in the hour of the dinner. También me reí con implacable saña de los tratamientos que se daban hermano y hermana, pues, según el lector observaría, se llamaban simplemente  éste y  ésta . I also laughed with relentless fury at the treatments that brother and sister gave each other, since, as the reader would observe, they were simply called this and this. D. Celestino me dijo al oírme, que tratase con más miramientos a dos personas respetables que habían sabido labrar pingüe fortuna con su trabajo y honradez, y entre tanto Inés preparaba de muy mala gana su equipaje para marchar a la corte. Don Celestino told me when he heard me, to treat with more respect two respectable people who had known how to make a good fortune with their work and honesty, and meanwhile Ines reluctantly prepared her luggage to go to court.

No tardó la casa del cura en verse honrada de nuevo con las personas de los Requejos, que llegaron a eso de las cuatro, haciendo mil ponderaciones de las tierras adquiridas cerca de Ontígola; y su contento al ver que Inés se disponía a seguirles, fue extraordinario. It did not take long for the priest's house to be honored again with the people of the Requejos, who arrived around four o'clock, making a thousand weights of the lands acquired near Ontígola; and their happiness to see that Ines was about to follow them was extraordinary.

-No te des prisa, pimpollita -decía D. Mauro-, que todavía hay tiempo de sobra. "Don't hurry, little pimp," Don Mauro would say, "there's still plenty of time."

-Su impaciencia por emprender el viaje -añadió doña Restituta, plegando de un modo indefinible el forro cutáneo de su cara- es tan viva, que la pobrecilla quisiera tener alitas para salir más pronto de aquí. "His impatience to start the journey," added Dona Restituta, folding the skin lining of her face indefinably, "is so alive that the poor thing would like to have wings to get out of here sooner."

-Eso no -dijo D. Celestino algo amoscado-; que su tío no le ha dado malos tratos, para que así se impaciente por abandonarle. "Not that," said Don Celestino, somewhat airy. that his uncle has not mistreated him, so that he is impatient to leave him.

Inés se arrojó llorando a los brazos del cura, y ambosderramaron muchas lágrimas. Por mi parte, tenía interés en que los Requejos no conocieran que un antiguo y cordial amor me unía a Inés, así es que disimulé mi sofocación, y acechándola fuera, cuando salió en busca de un objeto olvidado, le dije: For my part, I was interested that the Requejos did not know that an old and cordial love united me with Inés, so I concealed my suffocation, and stalking her outside, when she went out in search of a forgotten object, I told her:

-Prendita, no me digas una palabra, ni me mires, ni me saludes. Yo me quedo aquí, pero descuida; pronto nos hemos de ver allá. I stay here, but don't worry; soon we will see each other there.

Llegó por fin la hora de la partida; el coche se acercó a la puerta de la casa. The hour of departure finally arrived; the car approached the door of the house. Inés entró en él muy llorosa y los Requejos tomaron asiento a un lado y otro, pues aun en aquella situación temían que se les escapara. Inés entered it very tearful and the Requejos took seats from one side to the other, because even in that situation they feared that she would escape them. Jamás he visto mujer ninguna que se asemejara a un cernícalo como en aquel momento doña Restituta. El coche partió, y al poco rato nuestros ojos le vieron perderse entre la arboleda. Don Celestino, que hacía esfuerzos por aparentar gran serenidad, no pudo conservarla, y haciendo pucheros como un niño, sacó su largo pañuelo y se lo llevó a los ojos.

-¡Ay, Gabriel! ¡Se la llevaron! They took her!

Mi emoción también era intensísima, y no pude contestarle nada.