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Quantum Fracture, Te Demuestro que 1=0 (de 6 formas distintas)

Te Demuestro que 1=0 (de 6 formas distintas)

No hay tiempo que perder. Quiero que estéis muy atentos.

Menos veinte es lo mismo que menos veinte. Partimos de una situación muy normal. Nada

inesperado puede salir de aquí, así que ¿por qué no jugamos con estos números?

Menos veinte pueden ser obtenidos de varias maneras. Por ejemplo, restando a veinticinco

cuarenta y cinco. Eso da menos veinte. De la misma manera, también podemos conseguirlo

restando treinta y seis a dieciséis. Estas dos cosas valen lo mismo. Bien, veinticinco

es lo mismo que cinco por cinco (cinco al cuadrado) y cuarenta y cinco es lo mismo que

cinco por nueve. De la misma manera, dieciséis es lo mismo que cuatro al cuadrado y treinta

y seis es lo mismo que cuatro por nueve. Nada ha cambiado, solo he expresado los números

de otra manera. Ahora, si este lado de la igualdad vale lo mismo que este otro lado,

si sumo el mismo número en ambos lados la igualdad se mantiene. Al fin y al cabo, le

estoy haciendo exactamente la misma cosa al mismo valor. El número que elijo sumar en

ambos lados es veinte coma veinticinco, puesto como una fracción ochenta y un cuartos, que

puede reescribirse de manera más sencilla como nueve medios al cuadrado. Y aquí se

puede intuir que hay una simplificación. Fijaos, ¿cuánto vale cinco menos nueve medios

al cuadrado? Haciendo la operación tenemos que es cinco al cuadrado, menos cinco por

nueve partido por dos, menos cinco por nueve partido por dos, más nueve medios al cuadrado.

Estas dos “mitades” se juntan, y tenemos justo lo que en nuestra igualdad. Luego este

trozo lo podemos sustituir perfectamente por este cuadrado, como habéis visto valen lo

mismo. Por un proceso completamente análogo podemos descubrir que cuatro menos nueve medios

al cuadrado vale lo mismo que el otro lado de la ecuación, por lo que nos queda esto.

Como ambos miembros tienen cuadrados, aplicamos la raíz cuadrada en ambos lados, de modo

que nos queda lo de dentro. Pero es que en ambos sitios hay nueve medios, por lo que

sumo esa cantidad para cancelarlos… y boom. Puesto de otra manera que uno es igual a cero.

¿Qué acaba de pasar?

Lo que acabáis de ver ha sido magia. Ha sido ilusionismo, un truco, un engaño divertido.

Porque por supuesto que uno no es igual a cero, al igual que un mago no puede hacer

aparecer un conejo de la nada o transmutar cartas en otras. En otras palabras, en la

meticulosa demostración que acabo de enseñarte te la he colado. Entre pase y pase de ecuación

he hecho algo que parecía razonable y verídico cuando realmente me estaba saltando las reglas

de las matemáticas delante de vuestras narices. De ahí que acabemos en conclusiones tan absurdas.

Y esperad porque este ha sido el primer truco de un repertorio de seis que tengo para este

show. El primero ha sido sencillo de seguir, al fin y al cabo solo hace falta entender

operaciones básicas para comprenderlo, por eso también pillar dónde está el fallo

es relativamente fácil, especialmente para nuestros espectadores más curtidos en las

matemáticas. Así que, para no aburrirles, he preparado cada truco para que sea más

complejo que el anterior; requerirá saber progresivamente más matemáticas.

Ahora, tanto si te estás preguntando si voy a desvelar dónde están los fallos en cada

truco o si te sientes perdido en alguno de ellos, no te preocupes ve al final de este

vídeo porque tengo algo para ti. Sin más dilación, que empiece el espectáculo.

Para este no hace falta saber nada, solo no ponerse nervioso con las letras. Comencemos

con un número cualquiera que vamos a llamar “a”. Puede ser el número que más os

guste. Por otro lado tenemos el número “b”, que resulta que es igual al número “a”.

Este es nuestro punto de partida. Como antes, vamos a estar haciendo operaciones a ambos

lados de la igualdad, siempre que haga lo mismo todo guay. Multiplico por “a” en

ambos miembros, por lo que tengo “a” al cuadrado y “ab”. Ahora resto en ambos

lados “b” al cuadrado. Esto está tomando forma: “a” cuadrado menos “b” cuadrado

es lo mismo que multiplicar “a” más “b” por “a” menos “b”. Operad conmigo:

esto da “a” cuadrado, menos “ab”, menos “b” cuadrado, más “ab”. Estos

dos se cancelan de modo que tenemos lo mismito. Identidad notable. Mientras, en el otro lado

esto se puede escribir como “b” por “a” menos “b”. “b” por “a” es lo mismo

que “ab” y “b” por menos “b” es menos “b” cuadrado. Lo mismo de antes.

Pero ahora fijaos que en ambos miembros de la ecuación tengo el mismo número multiplicando,

así que puedo dividir ambos lados por la misma expresión (justo esa), de modo que

me de uno y así me la quito de en medio, simplificando la igualdad y dejándonos que

“a” más “b” es igual a “b”. Pero recordemos que “a” es igual “b” (de

ahí empezamos), por lo que puedo sustituir las “b”s por “a”s. Sumando, tenemos

que “2a” es igual “a” y simplificando la “a” y ajustando un poquito obtenemos

que uno es igual a cero. Algo chungo acaba de ocurrir.

Para mi siguiente truco es necesario saber un poquito de números complejos. No os asustéis,

con que sepáis que la raiz cuadrada de menos uno es un número nuevo llamado “i”, podréis

seguirme. Todo comienza con una igualdad sencilla: menos uno es igual a menos uno. Esto es lo

mismo que dividir uno de los menos uno por uno, mientras que el otro puedo bajarlo al

denominador, teniendo uno dividido por menos uno. Ahora tomamos la raiz cuadrado de ambos

miembros. La raiz cuadrada de una fracción es la raiz cuadrada de su numerador entre

la raiz cuadrada de su denominador. La raiz cuadrada de uno es uno, mientras que la raiz

cuadrada de menos uno es la unidad imaginaria, “i”. Para quitarla de abajo, solo tengo

que multiplicar ambos lados por “i”, obteniendo que “i” por “i” es igual a uno…

Pero es que, por definición, “i” por “i” da menos uno. Asi que, una vez más,

reordenando volvemos a tener que uno es igual a cero. Vaya, vaya, ¿dónde estaba la trampa

aquí?

No os preocupéis en exceso, y prestad atención al siguiente truco. Voy a necesitar que sepáis

un poquito de funciones y derivadas. Poca cosa. Partimos de una cosa que tenemos muy

interiorizada: que un número “x” es uno, más uno, más uno, más uno… así “x”

veces. Intuitivo, ¿no? Ahora voy a multiplicar ambos miembros por “x”, por lo que tengo

“x” al cuadrado en un lado y en el otro “x”, más “x”, más “x”, más

“x”... así “x” veces. Ahora, puedo pensar en cada lado de la igualdad como funciones,

funciones que puedo derivar. Luego derivo ambos lados: la derivada de “x” al cuadrado

(chequeamos la tabla) es “2x”, mientras que la derivada de este bicho es la suma de

las derivadas individuales de cada “x” (propiedad fundamental de las derivadas).

Chequeamos la tabla: la derivada de “x” es 1, asi que aquí tenemos una suma de unos.

Pero es que esta suma de “x” unos vale “x”. Luego “2x” es igual a “x”.

Simplificando la “x” y reordenando, bam, uno es igual a cero. Este pase de manos ha

sido preciosamente sutil, ¿lo has visto?.

Pero no nos quedemos en las derivadas. Pasemos a mi favorito, el de las integrales. Comenzamos

por aquí: busco la integral de uno partido por x, nada raro. Elijo el método de integración

de partes para resolverla. Os recuerdo: si quiero saber cuanto vale la integral de una

función “u” respecto a una variable “v”, puedo reescribirla en otras funciones tal

que: un dia vi una vaca vestida de uniforme. Taraaan. En nuestro caso la función “u”

es uno partido por x, y el diferencial de v es uno por el diferencial de x. Podemos

concluir primero que v es igual a x. Por otro lado, la derivada de u es (miramos en la tabla)

menos uno partido de x al cuadrado, por lo que el diferencial de “u” es menos uno

partido por x al cuadrado el diferencial de x. Ponemos todo junto en la ecuación y empezamos

a simplificar: uno partido por x por x es uno, menos por menos es más, y x por uno

partido por x cuadrado es uno partido por x. Pero, ¡espera! Estas dos integrales son

exactamente iguales, por lo que puedo simplificarlas y… Oh, oh. Que casualidad donde hemos acabado.

¿Y qué es lo que habré hecho mal?

Vamos llegando al final. Y para eso volvemos a los números complejos. La verdad es que

un poco de cálculo no os vendría mal para esto. Partimos de esta igualdad: el logaritmo

de menos “i” al cuadrado es igual a él mismo. Todo bien. Resolver esto no es difícil:

menos “i” al cuadrado es menos uno (el menos está un poco de adorno) y hacerle el

logaritmo a un numero complejo de módulo 1 es sencillamente coger su fase y multiplicarla

por i, en este caso, “pi por i”. Pero, ¿y si lo hacemos de otra manera en el otro

lado? Porque una propiedad del logaritmo es que los exponentes dentro de él, salen multiplicando,

luego tenemos que esto es igual a dos veces el logaritmo de menos “i”. La fase de

menos “i” es menos pi medios, lo que simplificando nos da menos “pi por i”. Pero si ambos

lados de la ecuación son iguales, cancelando los números, tenemos que uno es igual a menos

uno, o, reorganizando que uno es igual a cero. Oh boy.

Y con esto termina el show. Pero muchos os estaréis preguntado, “pero Crespo, ¿cómo

lo has hecho? ¿no vas explicar dónde están todos los fallos?” Lo siento gente, es el

código no escrito: un mago no revela sus trucos. Por eso mismo voy a dejar que vosotros

lo hagáis. Sí, con esto abro un reto: os desafío a que hagáis explicito que ilegalidades

matemáticas he cometido en cada truco. Este reto lo vamos a hacer “a la Jaime Altozano”:

El desafío es que grabéis un vídeo y lo publiquéis en youtube explicando dónde está

el fallo de cualquiera de los trucos y por qué no es matemáticamente correcto. Podéis

elegir atacar un truco o varios, la cosa es que la mejor refutación que vea de cada truco

se llevará un premio: Un par de láminas oficiales de QuantumFracture, enviado a cualquier

sitio del mundo. Seis trucos, seis premios. Valoraré mucho la originalidad y la adecuación

al reto, pero sobretodo tendré en cuenta lo buena que sea la explicación. Lo importante

no es solo decir dónde está el fallo sino por qué es un fallo. Es hora de ser didácticos

y que todos aprendamos matemáticas con este desafío.

Marcad vuestros vídeos escribiendo en la descripción #RetoMatemagia y poniendo un

correo de contacto por si resultáis ganadores. Solo veré los vídeos que tengan el hashtag.

Tiempos: básicamente tenéis bastantes días para hacerlo. Poco después recopilaré los

mejores vídeos y resolveremos estos trucos conjuntamente.

¡Espero todas vuestras aportaciones y nos vemos muy pronto con un poquito más de ciencia!

Y como siempre muchas gracias por vernos.


Te Demuestro que 1=0 (de 6 formas distintas) I show you that 1=0 (in 6 different ways)

No hay tiempo que perder. Quiero que estéis muy atentos.

Menos veinte es lo mismo que menos veinte. Partimos de una situación muy normal. Nada

inesperado puede salir de aquí, así que ¿por qué no jugamos con estos números?

Menos veinte pueden ser obtenidos de varias maneras. Por ejemplo, restando a veinticinco

cuarenta y cinco. Eso da menos veinte. De la misma manera, también podemos conseguirlo

restando treinta y seis a dieciséis. Estas dos cosas valen lo mismo. Bien, veinticinco

es lo mismo que cinco por cinco (cinco al cuadrado) y cuarenta y cinco es lo mismo que

cinco por nueve. De la misma manera, dieciséis es lo mismo que cuatro al cuadrado y treinta

y seis es lo mismo que cuatro por nueve. Nada ha cambiado, solo he expresado los números

de otra manera. Ahora, si este lado de la igualdad vale lo mismo que este otro lado,

si sumo el mismo número en ambos lados la igualdad se mantiene. Al fin y al cabo, le

estoy haciendo exactamente la misma cosa al mismo valor. El número que elijo sumar en

ambos lados es veinte coma veinticinco, puesto como una fracción ochenta y un cuartos, que

puede reescribirse de manera más sencilla como nueve medios al cuadrado. Y aquí se

puede intuir que hay una simplificación. Fijaos, ¿cuánto vale cinco menos nueve medios

al cuadrado? Haciendo la operación tenemos que es cinco al cuadrado, menos cinco por

nueve partido por dos, menos cinco por nueve partido por dos, más nueve medios al cuadrado.

Estas dos “mitades” se juntan, y tenemos justo lo que en nuestra igualdad. Luego este

trozo lo podemos sustituir perfectamente por este cuadrado, como habéis visto valen lo

mismo. Por un proceso completamente análogo podemos descubrir que cuatro menos nueve medios

al cuadrado vale lo mismo que el otro lado de la ecuación, por lo que nos queda esto.

Como ambos miembros tienen cuadrados, aplicamos la raíz cuadrada en ambos lados, de modo

que nos queda lo de dentro. Pero es que en ambos sitios hay nueve medios, por lo que

sumo esa cantidad para cancelarlos… y boom. Puesto de otra manera que uno es igual a cero.

¿Qué acaba de pasar?

Lo que acabáis de ver ha sido magia. Ha sido ilusionismo, un truco, un engaño divertido.

Porque por supuesto que uno no es igual a cero, al igual que un mago no puede hacer

aparecer un conejo de la nada o transmutar cartas en otras. En otras palabras, en la

meticulosa demostración que acabo de enseñarte te la he colado. Entre pase y pase de ecuación

he hecho algo que parecía razonable y verídico cuando realmente me estaba saltando las reglas

de las matemáticas delante de vuestras narices. De ahí que acabemos en conclusiones tan absurdas.

Y esperad porque este ha sido el primer truco de un repertorio de seis que tengo para este

show. El primero ha sido sencillo de seguir, al fin y al cabo solo hace falta entender

operaciones básicas para comprenderlo, por eso también pillar dónde está el fallo

es relativamente fácil, especialmente para nuestros espectadores más curtidos en las

matemáticas. Así que, para no aburrirles, he preparado cada truco para que sea más

complejo que el anterior; requerirá saber progresivamente más matemáticas.

Ahora, tanto si te estás preguntando si voy a desvelar dónde están los fallos en cada

truco o si te sientes perdido en alguno de ellos, no te preocupes ve al final de este

vídeo porque tengo algo para ti. Sin más dilación, que empiece el espectáculo.

Para este no hace falta saber nada, solo no ponerse nervioso con las letras. Comencemos

con un número cualquiera que vamos a llamar “a”. Puede ser el número que más os

guste. Por otro lado tenemos el número “b”, que resulta que es igual al número “a”.

Este es nuestro punto de partida. Como antes, vamos a estar haciendo operaciones a ambos

lados de la igualdad, siempre que haga lo mismo todo guay. Multiplico por “a” en

ambos miembros, por lo que tengo “a” al cuadrado y “ab”. Ahora resto en ambos

lados “b” al cuadrado. Esto está tomando forma: “a” cuadrado menos “b” cuadrado

es lo mismo que multiplicar “a” más “b” por “a” menos “b”. Operad conmigo:

esto da “a” cuadrado, menos “ab”, menos “b” cuadrado, más “ab”. Estos

dos se cancelan de modo que tenemos lo mismito. Identidad notable. Mientras, en el otro lado

esto se puede escribir como “b” por “a” menos “b”. “b” por “a” es lo mismo

que “ab” y “b” por menos “b” es menos “b” cuadrado. Lo mismo de antes.

Pero ahora fijaos que en ambos miembros de la ecuación tengo el mismo número multiplicando,

así que puedo dividir ambos lados por la misma expresión (justo esa), de modo que

me de uno y así me la quito de en medio, simplificando la igualdad y dejándonos que

“a” más “b” es igual a “b”. Pero recordemos que “a” es igual “b” (de

ahí empezamos), por lo que puedo sustituir las “b”s por “a”s. Sumando, tenemos

que “2a” es igual “a” y simplificando la “a” y ajustando un poquito obtenemos

que uno es igual a cero. Algo chungo acaba de ocurrir.

Para mi siguiente truco es necesario saber un poquito de números complejos. No os asustéis,

con que sepáis que la raiz cuadrada de menos uno es un número nuevo llamado “i”, podréis

seguirme. Todo comienza con una igualdad sencilla: menos uno es igual a menos uno. Esto es lo

mismo que dividir uno de los menos uno por uno, mientras que el otro puedo bajarlo al

denominador, teniendo uno dividido por menos uno. Ahora tomamos la raiz cuadrado de ambos

miembros. La raiz cuadrada de una fracción es la raiz cuadrada de su numerador entre

la raiz cuadrada de su denominador. La raiz cuadrada de uno es uno, mientras que la raiz

cuadrada de menos uno es la unidad imaginaria, “i”. Para quitarla de abajo, solo tengo

que multiplicar ambos lados por “i”, obteniendo que “i” por “i” es igual a uno…

Pero es que, por definición, “i” por “i” da menos uno. Asi que, una vez más,

reordenando volvemos a tener que uno es igual a cero. Vaya, vaya, ¿dónde estaba la trampa

aquí?

No os preocupéis en exceso, y prestad atención al siguiente truco. Voy a necesitar que sepáis

un poquito de funciones y derivadas. Poca cosa. Partimos de una cosa que tenemos muy

interiorizada: que un número “x” es uno, más uno, más uno, más uno… así “x”

veces. Intuitivo, ¿no? Ahora voy a multiplicar ambos miembros por “x”, por lo que tengo

“x” al cuadrado en un lado y en el otro “x”, más “x”, más “x”, más

“x”... así “x” veces. Ahora, puedo pensar en cada lado de la igualdad como funciones,

funciones que puedo derivar. Luego derivo ambos lados: la derivada de “x” al cuadrado

(chequeamos la tabla) es “2x”, mientras que la derivada de este bicho es la suma de

las derivadas individuales de cada “x” (propiedad fundamental de las derivadas).

Chequeamos la tabla: la derivada de “x” es 1, asi que aquí tenemos una suma de unos.

Pero es que esta suma de “x” unos vale “x”. Luego “2x” es igual a “x”.

Simplificando la “x” y reordenando, bam, uno es igual a cero. Este pase de manos ha

sido preciosamente sutil, ¿lo has visto?.

Pero no nos quedemos en las derivadas. Pasemos a mi favorito, el de las integrales. Comenzamos

por aquí: busco la integral de uno partido por x, nada raro. Elijo el método de integración

de partes para resolverla. Os recuerdo: si quiero saber cuanto vale la integral de una

función “u” respecto a una variable “v”, puedo reescribirla en otras funciones tal

que: un dia vi una vaca vestida de uniforme. Taraaan. En nuestro caso la función “u”

es uno partido por x, y el diferencial de v es uno por el diferencial de x. Podemos

concluir primero que v es igual a x. Por otro lado, la derivada de u es (miramos en la tabla)

menos uno partido de x al cuadrado, por lo que el diferencial de “u” es menos uno

partido por x al cuadrado el diferencial de x. Ponemos todo junto en la ecuación y empezamos

a simplificar: uno partido por x por x es uno, menos por menos es más, y x por uno

partido por x cuadrado es uno partido por x. Pero, ¡espera! Estas dos integrales son

exactamente iguales, por lo que puedo simplificarlas y… Oh, oh. Que casualidad donde hemos acabado.

¿Y qué es lo que habré hecho mal?

Vamos llegando al final. Y para eso volvemos a los números complejos. La verdad es que

un poco de cálculo no os vendría mal para esto. Partimos de esta igualdad: el logaritmo

de menos “i” al cuadrado es igual a él mismo. Todo bien. Resolver esto no es difícil:

menos “i” al cuadrado es menos uno (el menos está un poco de adorno) y hacerle el

logaritmo a un numero complejo de módulo 1 es sencillamente coger su fase y multiplicarla

por i, en este caso, “pi por i”. Pero, ¿y si lo hacemos de otra manera en el otro

lado? Porque una propiedad del logaritmo es que los exponentes dentro de él, salen multiplicando,

luego tenemos que esto es igual a dos veces el logaritmo de menos “i”. La fase de

menos “i” es menos pi medios, lo que simplificando nos da menos “pi por i”. Pero si ambos

lados de la ecuación son iguales, cancelando los números, tenemos que uno es igual a menos

uno, o, reorganizando que uno es igual a cero. Oh boy.

Y con esto termina el show. Pero muchos os estaréis preguntado, “pero Crespo, ¿cómo

lo has hecho? ¿no vas explicar dónde están todos los fallos?” Lo siento gente, es el

código no escrito: un mago no revela sus trucos. Por eso mismo voy a dejar que vosotros

lo hagáis. Sí, con esto abro un reto: os desafío a que hagáis explicito que ilegalidades

matemáticas he cometido en cada truco. Este reto lo vamos a hacer “a la Jaime Altozano”:

El desafío es que grabéis un vídeo y lo publiquéis en youtube explicando dónde está

el fallo de cualquiera de los trucos y por qué no es matemáticamente correcto. Podéis

elegir atacar un truco o varios, la cosa es que la mejor refutación que vea de cada truco

se llevará un premio: Un par de láminas oficiales de QuantumFracture, enviado a cualquier

sitio del mundo. Seis trucos, seis premios. Valoraré mucho la originalidad y la adecuación

al reto, pero sobretodo tendré en cuenta lo buena que sea la explicación. Lo importante

no es solo decir dónde está el fallo sino por qué es un fallo. Es hora de ser didácticos

y que todos aprendamos matemáticas con este desafío.

Marcad vuestros vídeos escribiendo en la descripción #RetoMatemagia y poniendo un

correo de contacto por si resultáis ganadores. Solo veré los vídeos que tengan el hashtag.

Tiempos: básicamente tenéis bastantes días para hacerlo. Poco después recopilaré los

mejores vídeos y resolveremos estos trucos conjuntamente.

¡Espero todas vuestras aportaciones y nos vemos muy pronto con un poquito más de ciencia!

Y como siempre muchas gracias por vernos.