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Español con Juan, Querer es poder (2)

Querer es poder (2)

“¡Tío, eres el único al que Don Fernando ha suspendido en toda la historia del colegio!”

Estuvieron todo el verano tomándome el pelo. Y yo me pasé todo el verano amargado.

Pensaba: “¡Joder, ahora no podré continuar mis estudios por culpa de la gimnasia!”

Estaba agobiadísimo, como os podéis imaginar.

Además, no tenía ni idea de en qué podía consistir un examen de gimnasia. ¿Qué tenía que hacer? ¿Correr? ¿Saltar el potro? ¿Hacer lanzamiento de pesas? ¿Parar un penalti?

Me pasé todo el verano superangustiado. Además, que yo era un niño que sacaba buenas notas normalmente en todas las asignaturas. Para mí, suspender en junio una asignatura y tener que examinarme en septiembre para recuperarla era una novedad. Yo no estaba acostumbrado.

Pero lo que me parecía más ridículo de todo era que me hubieran suspendido la gimnasia…

Total, que en septiembre, cuando llegó el día del examen, me puse el chándal y me fui al colegio como un animal que lo llevan al matadero. Como un cordero, como una vaca que la llevan al matadero para que la maten. Estaba superacojonado.

Y nada, yo llego allí y… ¿Cómo pensáis que fue el examen de gimnasia? ¿Qué creeis que me dijo Don Fernando que tenía que hacer?

Pues, nada, llego al colegio, vestido con el chándal…

“Don Fernando, que vengo a hacer el examen de recuperación…”

Don Fernando me miró de arriba abajo. Yo creo que ni siquiera me estaba esperando. Yo creo que se había olvidado de que me había suspendido y que tenía que hacer el examen de recuperación.

Y nada. Se me queda mirando y al final me dice: “Toma estos cinco duros (cinco duros eran una moneda de 25 pesetas) y vete al estanco a comprarme un paquete de tabaco. Si tardas menos de veinte minutos en ir y volver estás aprobado”.

Cogí el dinero que me dio y salí disparado al estanco que había en la esquina. Fui echando leches, claro.

Algunos se sorprenderán de que un niño fuera a comprar tabaco. Pero en aquella época se podía hacer. En aquella época, los adolescentes podíamos comprar cigarrillos sin problemas. No sé si era legal, pero nadie te ponía pegas. Era una cosa normal. Se empezaba a fumar hacia los quince o dieciséis años. A veces incluso antes,

Total, que yo volví al colegio con el paquete de cigarrillos en la mano y en menos de veinte minutos. Se lo di a Don Fernando y me dijo: “Enhorabuena. Estás aprobado. Ya te puedes ir a tu casa”.

Ese fue el examen de gimnasia: irle a comprar un paquete de cigarrillos al profesor.

La verdad es que Don Fernando era un profesor fantástico. Creo que nunca lo vi vestido con un chándal ni en pantalones cortos… Jamás. A veces nos daba clase de gimnasia vestido con traje y corbata. Era fantástico.

De hecho, yo creo que nunca lo vi haciendo ejercicio ni jugando al fútbol ni nada. Nunca lo vimos correr ni jugar al fútbol ni hacer ningún tipo de deporte. Él nos decía lo que teníamos que hacer y luego se iba a una esquina y se ponía a leer el periódico y a fumar.

Y por eso mismo nos gustaba a todos. Nos caía muy bien. Hubiera sido mucho peor que nos tocara uno de esos profesores de gimnasia obsesionados con el deporte, con la salud, con hacer ejercicio y tal. Don Fernando era mucho más tranquilo.

Nos decía: “Dadle tres vueltas corriendo al campo de fútbol y luego os ponéis a jugar un partido de veinte minutos cada parte.”

Y ya está. Eso hacíamos. Tres vueltas al campo de fútbol corriendo y luego a jugar un partido. Esa era normalmente la clase de gimnasia.

De árbitro, Don Fernando siempre ponía a uno de los niños con mejor comportamiento del colegio. Uno que no tenía ni idea de jugar al fútbol y al que nadie hacía caso, claro.

En fin, eran otros tiempos.

Es que antes era así. Si no se te daba bien jugar al fútbol y si no destacabas en nada en particular, pues la gente te veía como un niño aburrido, mediocre, poco inteligente…

A mí es que no se me daba nada bien. Yo estaba un poco gordito y no se me daba bien el fútbol, no se me daba bien hacer ejercicio, no se me daba bien saltar al potro… Tampoco se me daban bien los juegos de mesa como el Monopoly o el parchís, perdía siempre al ajedrez, dibujaba fatal, no sabía cantar, no tocaba ningún instrumento de música…

En fin, era, lo que se dice, un inútil total.

Al final, claro, uno crecía con la idea de que era poco menos que idiota, que no sabía hacer nada. Poco a poco ibas interiorizando que no se te daba bien hacer nada y, claro, el resultado es que terminas por tener una autoestima muy baja, ¿no? Acabas pensando que todo el mundo es mejor que tú.

Lo que pasa es que, yo no sé vosotros, pero en mi caso, cuando yo era niño había muy poca variedad de actividades en el colegio donde yo iba y, claro, si no se te daban bien las actividades que se hacían en el colegio o los juegos a los que jugaban los niños del barrio, pues estabas perdido. Todos te consideraban como un inútil. Y, lo que es peor, tú crecías pensando que eras un inútil que no sabías hacer nada.

Y así crecí yo. Yo creo que la primera vez que hice algo que se me daba bien fue cuando en clase de gimnasia nos dieron la posibilidad de jugar al baloncesto, al basket, no solo al fútbol. Es que al principio prácticamente solo se podía jugar al fútbol, que es considerado el deporte rey en España. De hecho, se llama así: el deporte rey. Supongo que simplemente porque en España es el deporte más popular, el que mueve a las masas.

Pero resulta que en los años setenta, España empezó a destacar también en las competiciones internacionales de baloncesto. No sé, no lo recuerdo bien, pero hubo unos años que la selección española de baloncesto tuvo muchos triunfos y eso quizás hizo que el baloncesto se hiciera un deporte muy popular. El resultado fue que en el colegio abrieron una cancha de baloncesto.

Y, bueno, a mí me dio por probar un poco y resultó que, mira tú por donde, se me daba bien jugar al baloncesto. De hecho, en el equipo de mi clase era de los mejores y en la competición que hacíamos todos los años, conseguí tres medallas.

¡Tres medallas! ¡Tres medallas en baloncesto!

Como os podéis imaginar, yo estaba superorgulloso de aquellas medallas. Para mí significaban tanto… Las puse en la pared de mi cuarto y de vez en cuando las miraba recordando algunas jugadas de los partidos que había jugado, repitiendo en mi memoria los movimientos que había hecho para evitar a los jugadores del equipo contrario, los errores que había cometido, lo que podría mejorar la próxima vez…

El baloncesto me dio la oportunidad de descubrir que había algo que yo hacía bien. Por primera vez me sentía bien conmigo mismo. Era la primera vez que se me reconocía por hacer algo bien. Yo era bueno en algo. Y era una sensación genial.

Luego, unos años más tarde, me pasó algo parecido con la literatura.

Cuando yo era niño, lo que hacíamos en las clases de literatura era estudiar de memoria nombres de escritores, su lugar de nacimiento, los títulos de algunas de sus obras y, quizás, de vez en cuando, leer algunos párrafos sacados de algún libro famoso. Las clases de literatura consistían entonces en memorizar datos que servían para pasar el examen. Nada más. Al día siguiente del examen se olvidaba casi todo lo que se había estudiado. Eso era lo normal.

Pero un año después llegó al colegio una profesora nueva de literatura. Era una chica muy joven. Por lo menos a nosotros nos parecía muy joven. Era tan joven que a mí, que ya tenía unos quince años, me parecía extraño llamarla de usted.

Y esta nueva profesora empezó a hacer cosas diferentes. Cada semana teníamos que leer un libro y hacer un comentario escrito diciendo lo que nos había parecido y por qué el libro que habíamos leído esa semana. Creo que fue ahí donde empecé a cogerle el gusto a la lectura. Y también a la escritura.

Fue con esta profesora con la que descubrí por primera vez que se me daba bien escribir.

No quiero decir con esto que yo tuviera pretensiones literarias. No, no era eso. Yo no quería ser escritor. Pero por lo menos me di cuenta de que había algo que se me daba bien: comentar libros y escribir historias.

Ella me daba siempre muy buenas notas, me animaba a seguir leyendo, me decía que mis comentarios eran muy interesantes y me pedía que leyera lo que había escrito delante de la clase. A mí me daba vergüenza leer lo que yo había escrito delante de todos, pero en el fondo me sentía orgulloso de mí mismo. Había encontrado otra cosa, aparte del baloncesto, que se me daba bien.

Algunos años más tarde, cuando estaba haciendo un curso para preparar el acceso a la universidad, la profesora de literatura, que era otra profesora diferente, una profesora que no me conocía de nada, recuerdo que un día dijo en clase, refiriéndose a mí: “Tú eres muy raro. En clase nunca dices nada, no abres la boca, estás siempre callado, pero leer tus exámenes es un placer”.

No me gustó que dijera que yo era “raro” delante de toda la clase, pero me encantó lo que dijo de que para ella era un placer leer mis exámenes.

Así que, poco a poco me fui convenciendo de que había ciertas cosas que yo sabía hacer bien. No muchas, la verdad. Seguía siendo un negado para el fútbol y para el ajedrez, por ejemplo, pero dentro de mí se fue despertando la idea de que yo no era tan inútil como pensaba. Que había ciertas cosas que no se me daban mal.

Y me di cuenta también de algo muy importante. Había cosas que yo no sabía hacer y que, por naturaleza, quizás no haría bien nunca. Como correr, jugar al fútbol, cantar…

Pero había otras que seguramente podía aprender a hacerlas bien. Ese descubrimiento fue clave para mí.

Yo antes pensaba que si uno no sabía hacer algo, era porque era así: un inútil, un torpe, un negado… Yo era así por naturaleza. Había nacido de esa manera y no había nada que hacer. Había que aceptarlo y basta.

Ahora, sin embargo, había descubierto que había ciertas cosas que, si me lo proponía, podía hacerlas bien. Lo único que tenía que hacer era aprender a hacerlas.

Por ejemplo, yo en los últimos años del colegio tuve muchos problemas con las matemáticas. Suspendí muchos examenes y estaba muy angustiado porque no lograba entender a la profesora. Odiaba la asignatura, sinceramente.

Mis amigos e incluso mi familia me decían que yo era un negado para las matemáticas. Que no servía para los números, vamos.

Por eso cuando dije que quería estudiar psicología en la universidad, todos se llevaron las manos a la cabeza. ¿Psicología? ¿Tú? ¡Estás loco!

Lo que pasaba es que la carrera de Psicología tenía (y me imagino que aún tiene) muchas asignaturas de matemáticas. Una gran parte de la carrera consistía en estudiar matemáticas, concretamente estadística.

Mi familia y mucha gente que me conocía pues, eso, se llevaron la manos a la cabeza: ¡Estás loco! ¡Vas a suspender! Se te dan fatal los números…

Yo, sin embargo, estaba convencido, estaba seguro de que si me lo proponía podía conseguir lo que quisiera.

Había descubierto algo fundamental, algo que me iba a ser útil el resto de mi vida: había descubierto que si no sabía hacer algo, no era porque yo fuese un inútil, un torpe o un incapaz, sino porque nadie me lo había enseñado. O no me lo habían enseñado bien. No porque yo fuera menos inteligente que los demás.

Querer es poder (2) Wollen ist Macht (2) To want is power (2) Pragnienie to władza (2) Querer é poder (2) Önskan är makt (2)

“¡Tío, eres el único al que Don Fernando ha suspendido en toda la historia del colegio!” “Uncle, you are the only one that Don Fernando has suspended in the entire history of the school!”

Estuvieron todo el verano tomándome el pelo. They were all summer teasing me. Y yo me pasé todo el verano amargado. And I spent the whole summer bitter.

Pensaba: “¡Joder, ahora no podré continuar mis estudios por culpa de la gimnasia!” I thought, "Fuck, now I won't be able to continue my studies because of gymnastics!"

Estaba agobiadísimo, como os podéis imaginar. I was overwhelmed, as you can imagine.

Además, no tenía ni idea de en qué podía consistir un examen de gimnasia. Besides, he had no idea what a gym exam might consist of. ¿Qué tenía que hacer? What did I have to do? ¿Correr? ¿Saltar el potro? ¿Hacer lanzamiento de pesas? Weightlifting? ¿Parar un penalti? Save a penalty?

Me pasé todo el verano superangustiado. I spent the whole summer super distressed. Además, que yo era un niño que sacaba buenas notas normalmente en todas las asignaturas. Also, that I was a child who usually got good grades in all subjects. Para mí, suspender en junio una asignatura y tener que examinarme en septiembre para recuperarla era una novedad. For me, failing a subject in June and having to take an exam in September to make it up was something new. Yo no estaba acostumbrado. I wasn't used to it.

Pero lo que me parecía más ridículo de todo era que me hubieran suspendido la gimnasia… But what seemed most ridiculous of all was that they had suspended me from gymnastics...

Total, que en septiembre, cuando llegó el día del examen, me puse el chándal y me fui al colegio como un animal que lo llevan al matadero. In short, in September, when the day of the exam arrived, I put on my tracksuit and went to school like an animal being taken to the slaughterhouse. Como un cordero, como una vaca que la llevan al matadero para que la maten. Like a lamb, like a cow that is taken to the slaughterhouse to be killed. Estaba superacojonado. I was super pissed off.

Y nada, yo llego allí y… ¿Cómo pensáis que fue el examen de gimnasia? And nothing, I get there and… How do you think the gym exam was? ¿Qué creeis que me dijo Don Fernando que tenía que hacer? What do you think Don Fernando told me I had to do?

Pues, nada, llego al colegio, vestido con el chándal… Well, nothing, I arrive at school, dressed in the tracksuit...

“Don Fernando, que vengo a hacer el examen de recuperación…” “Don Fernando, I have come to do the make-up exam…”

Don Fernando me miró de arriba abajo. Don Fernando looked me up and down. Yo creo que ni siquiera me estaba esperando. I think he wasn't even expecting me. Yo creo que se había olvidado de que me había suspendido y que tenía que hacer el examen de recuperación.

Y nada. And nothing. Se me queda mirando y al final me dice: “Toma estos cinco duros (cinco duros eran una moneda de 25 pesetas) y vete al estanco a comprarme un paquete de tabaco. He stares at me and finally tells me: “Take these five dollars (five dollars was a 25 peseta coin) and go to the tobacconist to buy me a pack of cigarettes. Si tardas menos de veinte minutos en ir y volver estás aprobado”. If you take less than twenty minutes to go and come back you are approved”.

Cogí el dinero que me dio y salí disparado al estanco que había en la esquina. I took the money he gave me and ran to the tobacconist on the corner. Fui echando leches, claro. I was pouring milk, of course.

Algunos se sorprenderán de que un niño fuera a comprar tabaco. Some will be surprised that a child went to buy tobacco. Pero en aquella época se podía hacer. But at that time it could be done. En aquella época, los adolescentes podíamos comprar cigarrillos sin problemas. No sé si era legal, pero nadie te ponía pegas. I don't know if it was legal, but no one objected to you. Era una cosa normal. Se empezaba a fumar hacia los quince o dieciséis años. People started smoking around the age of fifteen or sixteen. A veces incluso antes, Sometimes even earlier

Total, que yo volví al colegio con el paquete de cigarrillos en la mano y en menos de veinte minutos. Total, I returned to school with the pack of cigarettes in hand and in less than twenty minutes. Se lo di a Don Fernando y me dijo: “Enhorabuena. I gave it to Don Fernando and he said: “Congratulations. Estás aprobado. You are approved. Ya te puedes ir a tu casa”. You can go home now."

Ese fue el examen de gimnasia: irle a comprar un paquete de cigarrillos al profesor.

La verdad es que Don Fernando era un profesor fantástico. Creo que nunca lo vi vestido con un chándal ni en pantalones cortos… Jamás. I don't think I've ever seen him dressed in a tracksuit or shorts… Ever. A veces nos daba clase de gimnasia vestido con traje y corbata. Sometimes he gave us gym class dressed in a suit and tie. Era fantástico.

De hecho, yo creo que nunca lo vi haciendo ejercicio ni jugando al fútbol ni nada. In fact, I don't think I ever saw him exercising or playing soccer or anything. Nunca lo vimos correr ni jugar al fútbol ni hacer ningún tipo de deporte. Él nos decía lo que teníamos que hacer y luego se iba a una esquina y se ponía a leer el periódico y a fumar. He told us what we had to do and then he would go to a corner and start reading the newspaper and smoking.

Y por eso mismo nos gustaba a todos. And that's why we all liked it. Nos caía muy bien. We liked him very much. Hubiera sido mucho peor que nos tocara uno de esos profesores de gimnasia obsesionados con el deporte, con la salud, con hacer ejercicio y tal. It would have been much worse if we had one of those gym teachers obsessed with sports, with health, with exercising and such. Don Fernando era mucho más tranquilo.

Nos decía: “Dadle tres vueltas corriendo al campo de fútbol y luego os ponéis a jugar un partido de veinte minutos cada parte.” He told us: “Run around the soccer field three times and then you start playing a game of twenty minutes each.”

Y ya está. And that's it. Eso hacíamos. That's what we did. Tres vueltas al campo de fútbol corriendo y luego a jugar un partido. Esa era normalmente la clase de gimnasia.

De árbitro, Don Fernando siempre ponía a uno de los niños con mejor comportamiento del colegio. As referee, Don Fernando always put one of the children with the best behavior in the school. Uno que no tenía ni idea de jugar al fútbol y al que nadie hacía caso, claro. One who had no idea how to play football and who nobody paid any attention to, of course.

En fin, eran otros tiempos. Well, those were other times.

Es que antes era así. It was like that before. Si no se te daba bien jugar al fútbol y si no destacabas en nada en particular, pues la gente te veía como un niño aburrido, mediocre, poco inteligente… If you weren't good at playing football and if you didn't stand out in anything in particular, then people saw you as a boring, mediocre, unintelligent child...

A mí es que no se me daba nada bien. It was not good for me at all. Yo estaba un poco gordito y no se me daba bien el fútbol, no se me daba bien hacer ejercicio, no se me daba bien saltar al potro… Tampoco se me daban bien los juegos de mesa como el Monopoly o el parchís, perdía siempre al ajedrez, dibujaba fatal, no sabía cantar, no tocaba ningún instrumento de música… I was a bit chubby and I wasn't good at soccer, I wasn't good at exercising, I wasn't good at jumping the horse... I wasn't good at board games like Monopoly or Parcheesi either, I always lost chess, he drew terrible, he didn't know how to sing, he didn't play any musical instrument...

En fin, era, lo que se dice, un inútil total. In short, he was, what is said, a total useless.

Al final, claro, uno crecía con la idea de que era poco menos que idiota, que no sabía hacer nada. In the end, of course, one grew up with the idea that he was nothing short of an idiot, that he didn't know how to do anything. Poco a poco ibas interiorizando que no se te daba bien hacer nada y, claro, el resultado es que terminas por tener una autoestima muy baja, ¿no? Little by little you internalized that you weren't good at doing anything and, of course, the result is that you end up having very low self-esteem, right? Acabas pensando que todo el mundo es mejor que tú. You end up thinking that everyone is better than you.

Lo que pasa es que, yo no sé vosotros, pero en mi caso, cuando yo era niño había muy poca variedad de actividades en el colegio donde yo iba y, claro, si no se te daban bien las actividades que se hacían en el colegio o los juegos a los que jugaban los niños del barrio, pues estabas perdido. What happens is that, I don't know about you, but in my case, when I was a child there was very little variety of activities at the school where I went and, of course, if you weren't good at the activities that were done at school or the games that the neighborhood children played, because you were lost. Todos te consideraban como un inútil. Everyone considered you useless. Y, lo que es peor, tú crecías pensando que eras un inútil que no sabías hacer nada.

Y así crecí yo. And that's how I grew up. Yo creo que la primera vez que hice algo que se me daba bien fue cuando en clase de gimnasia nos dieron la posibilidad de jugar al baloncesto, al basket, no solo al fútbol. I think the first time I did something that I was good at was when in gym class they gave us the opportunity to play basketball, basketball, not just football. Es que al principio prácticamente solo se podía jugar al fútbol, que es considerado el deporte rey en España. It is that at first you could practically only play football, which is considered the king of sports in Spain. De hecho, se llama así: el deporte rey. In fact, it is called that: the king sport. Supongo que simplemente porque en España es el deporte más popular, el que mueve a las masas. I guess simply because in Spain it is the most popular sport, the one that moves the masses.

Pero resulta que en los años setenta, España empezó a destacar también en las competiciones internacionales de baloncesto. But it turns out that in the seventies, Spain also began to stand out in international basketball competitions. No sé, no lo recuerdo bien, pero hubo unos años que la selección española de baloncesto tuvo muchos triunfos y eso quizás hizo que el baloncesto se hiciera un deporte muy popular. I don't know, I don't remember it well, but there were a few years when the Spanish basketball team had many triumphs and that perhaps made basketball a very popular sport. El resultado fue que en el colegio abrieron una cancha de baloncesto. The result was that they opened a basketball court at the school.

Y, bueno, a mí me dio por probar un poco y resultó que, mira tú por donde, se me daba bien jugar al baloncesto. And, well, I decided to try a little and it turned out that, you know, I was good at playing basketball. De hecho, en el equipo de mi clase era de los mejores y en la competición que hacíamos todos los años, conseguí tres medallas.

¡Tres medallas! ¡Tres medallas en baloncesto!

Como os podéis imaginar, yo estaba superorgulloso de aquellas medallas. As you can imagine, I was super proud of those medals. Para mí significaban tanto… Las puse en la pared de mi cuarto y de vez en cuando las miraba recordando algunas jugadas de los partidos que había jugado, repitiendo en mi memoria los movimientos que había hecho para evitar a los jugadores del equipo contrario, los errores que había cometido, lo que podría mejorar la próxima vez… They meant so much to me... I put them on the wall of my room and from time to time I looked at them remembering some plays of the games I had played, repeating in my memory the movements I had made to avoid the players of the opposing team, the mistakes what he had done, what he could do better next time…

El baloncesto me dio la oportunidad de descubrir que había algo que yo hacía bien. Basketball gave me the opportunity to discover that there was something I was good at. Por primera vez me sentía bien conmigo mismo. Era la primera vez que se me reconocía por hacer algo bien. It was the first time I was recognized for doing something well. Yo era bueno en algo. Y era una sensación genial. And it was a great feeling.

Luego, unos años más tarde, me pasó algo parecido con la literatura. Then, a few years later, something similar happened to me with literature.

Cuando yo era niño, lo que hacíamos en las clases de literatura era estudiar de memoria nombres de escritores, su lugar de nacimiento, los títulos de algunas de sus obras y, quizás, de vez en cuando, leer algunos párrafos sacados de algún libro famoso. When I was a child, what we did in literature classes was to memorize the names of writers, their birthplaces, the titles of some of their works and, perhaps, from time to time, read some paragraphs taken from a famous book. . Las clases de literatura consistían entonces en memorizar datos que servían para pasar el examen. The literature classes then consisted of memorizing data that served to pass the exam. Nada más. Al día siguiente del examen se olvidaba casi todo lo que se había estudiado. Eso era lo normal.

Pero un año después llegó al colegio una profesora nueva de literatura. But a year later a new literature teacher arrived at the school. Era una chica muy joven. Por lo menos a nosotros nos parecía muy joven. Era tan joven que a mí, que ya tenía unos quince años, me parecía extraño llamarla de usted. She was so young that to me, who was already about fifteen, it seemed strange to call her yours.

Y esta nueva profesora empezó a hacer cosas diferentes. And this new teacher started doing different things. Cada semana teníamos que leer un libro y hacer un comentario escrito diciendo lo que nos había parecido y por qué el libro que habíamos leído esa semana. Every week we had to read a book and make a written comment saying what we thought and why the book we had read that week. Creo que fue ahí donde empecé a cogerle el gusto a la lectura. I think that was where I began to take a liking to reading. Y también a la escritura.

Fue con esta profesora con la que descubrí por primera vez que se me daba bien escribir.

No quiero decir con esto que yo tuviera pretensiones literarias. I do not mean by this that I had literary pretensions. No, no era eso. Yo no quería ser escritor. Pero por lo menos me di cuenta de que había algo que se me daba bien: comentar libros y escribir historias. But at least I realized that there was one thing I was good at: commenting on books and writing stories.

Ella me daba siempre muy buenas notas, me animaba a seguir leyendo, me decía que mis comentarios eran muy interesantes y me pedía que leyera lo que había escrito delante de la clase. She always gave me very good grades, encouraged me to continue reading, told me that my comments were very interesting and asked me to read what I had written in front of the class. A mí me daba vergüenza leer lo que yo había escrito delante de todos, pero en el fondo me sentía orgulloso de mí mismo. Había encontrado otra cosa, aparte del baloncesto, que se me daba bien. I had found something else, apart from basketball, that I was good at.

Algunos años más tarde, cuando estaba haciendo un curso para preparar el acceso a la universidad, la profesora de literatura, que era otra profesora diferente, una profesora que no me conocía de nada, recuerdo que un día dijo en clase, refiriéndose a mí: “Tú eres muy raro. Some years later, when I was taking a course to prepare for university entrance, the literature teacher, who was a different teacher, a teacher who did not know me at all, I remember that one day in class she said, referring to me: "You are very weird. En clase nunca dices nada, no abres la boca, estás siempre callado, pero leer tus exámenes es un placer”. In class you never say anything, you don't open your mouth, you are always silent, but reading your exams is a pleasure”.

No me gustó que dijera que yo era “raro” delante de toda la clase, pero me encantó lo que dijo de que para ella era un placer leer mis exámenes.

Así que, poco a poco me fui convenciendo de que había ciertas cosas que yo sabía hacer bien. So little by little I became convinced that there were certain things that I knew how to do well. No muchas, la verdad. Not many, really. Seguía siendo un negado para el fútbol y  para el ajedrez, por ejemplo, pero dentro de mí se fue despertando la idea de que yo no era tan inútil como pensaba. I was still a sucker for soccer and chess, for example, but the idea began to awaken within me that I wasn't as useless as I thought. Que había ciertas cosas que no se me daban mal. That there were certain things that I was not bad at.

Y me di cuenta también de algo muy importante. Había cosas que yo no sabía hacer y que, por naturaleza, quizás no haría bien nunca. There were things that I didn't know how to do and that, by nature, I might never do well. Como correr, jugar al fútbol, cantar…

Pero había otras que seguramente podía aprender a hacerlas bien. But there were others that he could surely learn to do well. Ese descubrimiento fue clave para mí. That discovery was key for me.

Yo antes pensaba que si uno no sabía hacer algo, era porque era así: un inútil, un torpe, un negado… Yo era así por naturaleza. I used to think that if you didn't know how to do something, it was because you were like that: useless, clumsy, a loser... I was like that by nature. Había nacido de esa manera y no había nada que hacer. He had been born that way and there was nothing to do. Había que aceptarlo y basta. You had to accept it and enough.

Ahora, sin embargo, había descubierto que había ciertas cosas que, si me lo proponía, podía hacerlas bien. Now, however, I had discovered that there were certain things that, if I put my mind to it, I could do well. Lo único que tenía que hacer era aprender a hacerlas. All he had to do was learn how to make them.

Por ejemplo, yo en los últimos años del colegio tuve muchos problemas con las matemáticas. Suspendí muchos examenes y estaba muy angustiado porque no lograba entender a la profesora. I failed many exams and I was very upset because I couldn't understand the teacher. Odiaba la asignatura, sinceramente. I hated the subject, honestly.

Mis amigos e incluso mi familia me decían que yo era un negado para las matemáticas. My friends and even my family told me that I was a loser at math. Que no servía para los números, vamos. That it was not good for numbers, come on.

Por eso cuando dije que quería estudiar psicología en la universidad, todos se llevaron las manos a la cabeza. That's why when I said I wanted to study psychology at university, everyone put their hands up. ¿Psicología? ¿Tú? ¡Estás loco!

Lo que pasaba es que la carrera de Psicología tenía (y me imagino que aún tiene) muchas asignaturas de matemáticas. What happened is that the Psychology degree had (and I imagine it still has) many math subjects. Una gran parte de la carrera consistía en estudiar matemáticas, concretamente estadística. A large part of the career consisted of studying mathematics, specifically statistics.

Mi familia y mucha gente que me conocía pues, eso, se llevaron la manos a la cabeza: ¡Estás loco! ¡Vas a suspender! Se te dan fatal los números… Numbers suck...

Yo, sin embargo, estaba convencido, estaba seguro de que si me lo proponía podía conseguir lo que quisiera. I, however, was convinced, I was sure that if I put my mind to it I could get what I wanted.

Había descubierto algo fundamental, algo que me iba a ser útil el resto de mi vida: había descubierto que si no sabía hacer algo, no era porque yo fuese un inútil, un torpe o un incapaz, sino porque nadie me lo había enseñado. I had discovered something fundamental, something that was going to be useful to me for the rest of my life: I had discovered that if I didn't know how to do something, it wasn't because I was useless, clumsy or incapable, but because no one had taught me. O no me lo habían enseñado bien. Or they had not taught me well. No porque yo fuera menos inteligente que los demás. Not because I was less intelligent than the others.