×

We use cookies to help make LingQ better. By visiting the site, you agree to our cookie policy.


image

Esp - VisualPolitik, ¿Por qué SUIZA hace más NEGOCIO con el CAFÉ que COLOMBIA? - VisualPolitik

¿Por qué SUIZA hace más NEGOCIO con el CAFÉ que COLOMBIA? - VisualPolitik

Sed honestos, ¿quién demonios no se ha tomado, al menos una vez en su vida, una taza de café?

Seguro que todos, absolutamente todos, los que nos estáis viendo habréis consumido

este producto en alguna ocasión. Y luego, claro, están las personas que como me pasa

a mi, nos pasamos el día enganchados a esta placentera y revitalizante bebida.

¿Os imagináis empezar el día sin una buena taza rebosante por la mañana? Yo no.

El café se ha convertido en uno de esos productos globales que nos vamos a poder encontrar en

prácticamente cualquier rincón del mundo.

Ahora bien, ¿nunca os habéis preguntado qué hay más allá de vuestra humeante taza

de café?

Queridos amigos, amigas, en este vídeo os vamos a contar cuáles son los principales

detalles, características y retos de esta apasionante industria. Un mercado del que

no se habla mucho, pero que, sin embargo, es uno de los más grandes del mundo por volumen

de transacciones económicas. Cada vez se consume más y más café.

Ya lo veis, no hablamos, ni mucho menos, de una industria precisamente pequeña. Durante

el 2020 el negocio del café movió más de 450 mil millones de dólares.

¿Estás preparado para adentrarte con nosotros en este apasionante mundo que nos acompaña

cada mañana? Además, en esta ocasión vamos a poder escuchar también la experiencia de

EthicHub, una empresa que se dedica a la financiación colaborativa de productores de café. Fueron

ellos quienes nos dieron la idea de preparar este vídeo.

Arranquemos.

La industria cafetera es quizás una de las más desconocidas de todas las grandes industrias

del mundo.

Por ejemplo, Latinoamérica produce el 70% de de la producción mundial de grano de café,

al tiempo que los 6 mayores productores del mundo son:

Brasil, Vietnam, Colombia, Indonesia, Honduras y Etiopía.

Luego entre los 10 mayores productores encontramos también a Perú, Guatemala y México.

Hasta aquí ninguna sorpresa, ¿verdad? Todos ellos son países de renta baja con importantes

bolsas de pobreza, principalmente en el campo.

Sin embargo, junto a Brasil, Colombia y Vietnam, en el top seis de los mayores exportadores

nos encontramos a Suiza, Alemania e Italia.

¿No hay algo que os llama la atención? Exacto, en el mercado del café, los mayores productores

no son siempre quienes más dinero ingresan con las exportaciones cafeteras.

Y eso que a pesar de que el café necesita de unas condiciones climáticas muy específicas,

un determinado tipo de suelo, de temperatura, de precipitaciones o altitud sobre el nivel

del mar. Es decir, que se cultiva café dónde se puede cultivar café, lo que debería darle

a los productores un cierto poder mercado.

Pero claro, para entendernos, podríamos decir que la bolsa de café que podemos comprar

en un supermercado sería algo así como el equivalente a una camiseta de algodón en

una tienda de ropa, mientras que el café que se recoge en Colombia sería como el algodón

recién salido de la flor.

Y claro, entre ambos productos existe un intenso proceso de transformación y aportación de

valor. Y también, por supuesto, entre ambos es dónde aparece el marketing. Luego veremos

porqué esto es importante, pero antes, para empezar echemos un vistazo al caso de Suiza.

(Suiza es el segundo país del mundo que más ingresa gracias a las exportaciones de café,

hablamos de casi 3.000 millones de dólares. A pesar de que en el país alpino no hay plantaciones

de café sus exportaciones cafeteras superan incluso a las de Colombia

Lo que resulta mucho decir, especialmente si tenemos en cuenta que en el país latinoamericano

trabajan en el sector más de 700 mil personas y el país produce cada año más de 14 millones

de sacos de 60 kg, un tipo de medida, estos sacos, que vienen a ser al café lo que el

barril es al petróleo.

Pues bien, la cuestión es que Suiza importa café sin tostar, esto es, al grano tal y

como sale del campo. Granos que luego son tostados, empaquetados y vendidos de mil y

un formas diferentes,

Y es en esta diferencia, en la transformación de un producto primitivo en un producto final,

donde se crea valor y el café multiplica su precio. Y esa es exactamente la razón

por la que el país helvético genera tanto negocio exportando café sin tener plantaciones

de este grano.

Empresas como la suiza Nestlé, que es el tercer mayor importador privado de café,

transforman el primitivo grano salido por ejemplo de Brasil en productos tan habituales

en la vida diaria de los países desarrollados como son cápsulas de Nespresso.)

Y es justo aquí, donde se encuentra la clave que convierte al café en un negocio muy lucrativo.

Y lo que explica que los agricultores del café en muchos casos no vean ni una centésima

parte del precio al que finalmente se vende su producción al consumidor.

Pero antes de que alguno empiece a culpar a los [tono socarrón] “malvados capitalistas

que exprimen a los agricultores” lo cierto es que todo tiene una explicación. Y tras

la explicación están también las posibles soluciones

¿Hasta qué punto los países productores se aprovechan del enorme negocio mundial del

café? ¿Cómo es posible que Suiza tenga un sector cafetero tan grande como el de la

mismísima Colombia por volumen de negocio?

Pues bien, veámoslo. Pero antes, antes vamos a conocer a nuestros amigos de EthicHub que

han querido apoyar a VisualPolitik y que tienen un proyecto que a nosotros nos ha llamado

mucho pero que mucho la atención.

Apunte, cuando terminéis de ver este vídeo lo entenderéis todo mucho mejor.

Y ahora con vuestro permiso lanzó la primera pregunta, ¿qué es exactamente EthicHub?

Qué interesante Gabriela, personalmente este tipo de proyectos me suenan fenomenal. Esa

idea de compaginar el ánimo de lucro con impulsar el desarrollo me encanta. Pero, ¿por

qué creéis que vuestro modelo es mejor para la industria del café?

Bien, en este mismo vídeo vamos a indagar en todas estas cuestiones, pero Gabriela hay

una pregunta que es obligada: ¿Qué ventajas tiene apostar por EthicHub a la hora

de invertir?

Muchas gracias XXX por nuestro apoyo a la hora de montar este vídeo. Dejamos el enlace

a vuestra web en la descripción para quien esté interesado en conocer mejor vuestro

proyecto.

Y ahora, para todos vosotros, repito la pregunta, ¿Cómo es posible que Suiza tenga un sector

cafetero tan grande como el de la mismísima Colombia por volumen de negocio?

(LA HUELLA DEL CAFÉ)

Amigos, la industria del café ha cambiado mucho en las últimas décadas: desde las

cápsulas hasta las máquinas de vending o los starbucks. La industria del café, amigos,

no para de transformarse y cada vez la experiencia cuenta más.

Lo que no ha cambiado tanto es la situación de los principales países productores de

café, al menos no por esta materia prima.

(Las regiones cafeteras siguen siendo en muchos casos sinónimo de subdesarrollo. En concreto,

hablamos de unos 25 millones de pequeños productores de café, el 80% de los cuales

viven por debajo del umbral de la pobreza. Una industria millonaria asentada sobre la

absoluta miseria.

Por ejemplo, en Colombia, un país que exhala café por sus cuatro costados, las exportaciones

cafeteras apenas suponen el 0,7% de su economía. Y en Brasil, el mayor productor mundial, apenas

el 0,3%) Dicho de otra forma, el café es más lucrativo

para la economía suiza que para la mismísima Colombia, ¡De locos!

Pero, entonces, la pregunta es: ¿Qué demonios pasa aquí? ¿Qué problemas tienen los países

productores? ¿Por qué países como Colombia, Honduras o Brasil son incapaces de explotar

esta enorme fuente de riqueza?

Pues, principalmente podemos destacar 3 grandes obstáculos:

En primer lugar está el tamaño de los productores. Entre el 70 y el 80 por ciento de todo el

café que se produce en el mundo lo producen pequeños agricultores a través de minifundios,

de pequeñas plantaciones.

Y esto, que a priori a muchos de vosotros os puede parecer un dato poco relevante, y

a otros, incluso, un escenario que evoca al activismo y romanticismo social - esos pequeños

agricultores saliendo adelante con sus propias manos trabajando el campo mañana, tarde y

noche- resulta clave para explicar porqué el café es más lucrativo en Suiza que en

Colombia.

(La inmensa mayoría de esos 25 millones de pequeños productores de café se encuentran

en zonas rurales y empobrecidas de países que ya de por sí son bastante pobres.

Es decir, hablamos de productores sin medios económicos suficientes como para invertir

en bienes de capital, como por ejemplo, tractores con los que mejorar la productividad de sus

plantaciones o desarrollar modelos de negocio más complejos.

Es la pescadilla que se muerde la cola. No tener recursos les impide desarrollarse, y

al no desarrollarse no tienen los recursos que necesitan para prosperar y mejorar su

nivel de vida.)

Y justo aquí encontramos el segundo gran problema al que se enfrentan los pequeños

agricultores del café. Si uno de estos agricultores o varios de ellos

quisieran montar su propia planta de tostado y procesamiento de café, necesitarían enormes

cantidades de dinero. Es decir, tendrían que pedir un préstamo o buscar un inversor.

¡Problema!Tal y cómo vimos en el vídeo sobre cómo se malogró el Perú,

en estos países los mercados financieros están muy poco desarrollados, de tal forma

que conseguir un préstamo para un agricultor es casi una tarea imposible y de hacerlo se

enfrentaría a tipos de interés que pueden superar incluso el 40% anual.

Así que, resumiendo, no tienen dinero para crecer, al no crecer no pueden prosperar,

y al no prosperar no pueden acceder a un préstamo

Para colmo, y este es el tercer gran problema, al no desarrollar actividades más complejas

los pequeños agricultores quedan totalmente expuestos a las variaciones de precio que

se producen en el mercado internacional. Por ejemplo, cuando hay una buena cosecha,

si esta se da a nivel general, o cuando las plantaciones aumentan puede ocurrir que los

agricultores vean hundirse los precios incluso muy por debajo de su coste de producción.

Fijaos, por ejemplo, en este gráfico para ver lo volátil que resulta el precio del

café. Y la pregunta es,: ¿Cómo demonios se puede

escapar de esta especie de círculo vicioso?

Pues, aquí podemos encontrar al menos dos posibilidades:

Una podría ser fomentar la agrupación de los agricultores de café en cooperativas,

de modo que entre ellos puedan formar un ente más grande que fuera capaz de acceder más

fácilmente a tecnología, mejores acuerdos comerciales o financiación. Incluso podrían,

llegado el caso, apoyarse entre sí.

Pero claro, aún así hablamos de castillos en el aire. Para estos pequeños agricultores

que en muchos casos no saben leer ni escribir desarrollar organizaciones más complejas

no resulta tan sencillo y además se necesita de la participación de muchos productores,

productores que no siempre pueden cambiar su actividad tradicional porque viven al día.

Si le venden a un comprador le tienen que seguir vendiendo para poder comer. Un embrollo.

Para colmo tampoco se resuelve la gran cuestión: incluso para formar entes empresariales o

cooperativas hace falta dinero. En esta misma línea, en algunos países como es el caso

de Colombia existen instituciones que han tratado de hacer frente a este problema. Fijaos.

(En Colombia existe la Federación Nacional de Cafeteros, un ente nacido en 1927 que a

través del llamado Fondo Nacional del Café asegura la compra de toda la producción de

sus miembros a precios de mercado. Esta entidad que opera por mandato del gobierno colombiano

funciona a través de una red compuesta por 36 cooperativas y más de 500 puntos de compra

repartidos a lo largo y ancho de todo el país.

Gracias a su mayor poder de negociación en el mercado, la Federación logra precios sustancialmente

mayores a los que lograría un pequeño campesino. Hablamos de importes que pueden llegar a ser

un 40 o incluso un 50% más altos. Cada año estas cooperativas gestionan más del 30%

de toda la producción colombiana.) El problema es que, habiendo sido muy útil,

al final en muchos casos se ha manifestado cómo un instrumento insuficiente. ¿Por qué?

Pues porque le han garantizado a los pequeños agricultores la compra de su producción pero

no han ido mucho más. Al final este tipo de entidades tan grandes, burocráticas y

poco expuestas al mercado tienen limitaciones.

Y la mejor prueba es que tras 75 años de vida esta Federación dio el salto y puso

en marcha la cadena de cafeterías Juan Valdez, para incrementar el valor generado por los

productores colombianos. Ya tienen más de 120 establecimientos repartidos por todo el

mundo. Es el auténtico rival colombiano de Starbucks.

Seguro que ahora entendéis porque esta marca utiliza el: El Café de todo Un País

En cualquier caso, amigos, es aquí dónde surge la segunda posibilidad: que sería la

de poder acceder a microcréditos colaborativos, un instrumento que poco a poco ha ido cobrando

más y más peso.

Y, ¿en qué consisten estos microcréditos? Pues en préstamos pequeños que se entregan

sin necesidad de tener un aval y con tipos de interés de mercado pero mucho más ajustados.

Con ellos un pequeño agricultor puede comprar más tierras, comprar un tractor, comprar

máquinas, etc, etc.

De esta forma podrían escapar del círculo vicioso: Acceden a recursos con los que poder

crecer, al crecer mejoran su nivel de vida y reintegran los préstamos. Le hemos dado

la vuelta al problema.

Y por este motivo, los microcréditos colaborativos están creciendo tanto en los países subdesarrollados.

Amigos, impulsar este tipo de fórmulas podría contribuir a reducir mucho la pobreza, especialmente

en América Latina. Y es que no solo hablamos de los más de 25 millones de pequeños productores

sino de millones y millones de personas que podrían mejorar sus vidas por la mejora de

la economía local en las zonas rurales de países cómo México, Brasil, Colombia, Honduras

o Guatemala.

Para mejorar la vida de los agricultores del café y convertir a esta industria en un motor

de riqueza no hace falta menos mercado, sino todo lo contrario.

Pero llegados hasta aquí, turno para ti:

¿Te habías parado a pensar en lo que hay detrás del café que te tomas cada mañana?

¿Cuál crees que sería la mejor fórmula para mejorar la vida de las millones y millones

de personas que se dedican a plantar café?

Déjanos tu respuesta en los comentarios y como siempre no olvides darle a like y suscribirte

a Visualpolitik si aún no lo has hecho.

Un saludo y hasta la próxima


¿Por qué SUIZA hace más NEGOCIO con el CAFÉ que COLOMBIA? - VisualPolitik Why does SWITZERLAND do more BUSINESS with COFFEE than COLOMBIA? - VisualPolitik

Sed honestos, ¿quién demonios no se ha tomado, al menos una vez en su vida, una taza de café?

Seguro que todos, absolutamente todos, los que nos estáis viendo habréis consumido

este producto en alguna ocasión. Y luego, claro, están las personas que como me pasa

a mi, nos pasamos el día enganchados a esta placentera y revitalizante bebida.

¿Os imagináis empezar el día sin una buena taza rebosante por la mañana? Yo no.

El café se ha convertido en uno de esos productos globales que nos vamos a poder encontrar en

prácticamente cualquier rincón del mundo.

Ahora bien, ¿nunca os habéis preguntado qué hay más allá de vuestra humeante taza

de café?

Queridos amigos, amigas, en este vídeo os vamos a contar cuáles son los principales

detalles, características y retos de esta apasionante industria. Un mercado del que

no se habla mucho, pero que, sin embargo, es uno de los más grandes del mundo por volumen

de transacciones económicas. Cada vez se consume más y más café.

Ya lo veis, no hablamos, ni mucho menos, de una industria precisamente pequeña. Durante

el 2020 el negocio del café movió más de 450 mil millones de dólares.

¿Estás preparado para adentrarte con nosotros en este apasionante mundo que nos acompaña

cada mañana? Además, en esta ocasión vamos a poder escuchar también la experiencia de

EthicHub, una empresa que se dedica a la financiación colaborativa de productores de café. Fueron

ellos quienes nos dieron la idea de preparar este vídeo.

Arranquemos.

La industria cafetera es quizás una de las más desconocidas de todas las grandes industrias

del mundo.

Por ejemplo, Latinoamérica produce el 70% de de la producción mundial de grano de café,

al tiempo que los 6 mayores productores del mundo son:

Brasil, Vietnam, Colombia, Indonesia, Honduras y Etiopía.

Luego entre los 10 mayores productores encontramos también a Perú, Guatemala y México.

Hasta aquí ninguna sorpresa, ¿verdad? Todos ellos son países de renta baja con importantes

bolsas de pobreza, principalmente en el campo.

Sin embargo, junto a Brasil, Colombia y Vietnam, en el top seis de los mayores exportadores

nos encontramos a Suiza, Alemania e Italia.

¿No hay algo que os llama la atención? Exacto, en el mercado del café, los mayores productores

no son siempre quienes más dinero ingresan con las exportaciones cafeteras.

Y eso que a pesar de que el café necesita de unas condiciones climáticas muy específicas,

un determinado tipo de suelo, de temperatura, de precipitaciones o altitud sobre el nivel

del mar. Es decir, que se cultiva café dónde se puede cultivar café, lo que debería darle

a los productores un cierto poder mercado.

Pero claro, para entendernos, podríamos decir que la bolsa de café que podemos comprar

en un supermercado sería algo así como el equivalente a una camiseta de algodón en

una tienda de ropa, mientras que el café que se recoge en Colombia sería como el algodón

recién salido de la flor.

Y claro, entre ambos productos existe un intenso proceso de transformación y aportación de

valor. Y también, por supuesto, entre ambos es dónde aparece el marketing. Luego veremos

porqué esto es importante, pero antes, para empezar echemos un vistazo al caso de Suiza.

(Suiza es el segundo país del mundo que más ingresa gracias a las exportaciones de café,

hablamos de casi 3.000 millones de dólares. A pesar de que en el país alpino no hay plantaciones

de café sus exportaciones cafeteras superan incluso a las de Colombia

Lo que resulta mucho decir, especialmente si tenemos en cuenta que en el país latinoamericano

trabajan en el sector más de 700 mil personas y el país produce cada año más de 14 millones

de sacos de 60 kg, un tipo de medida, estos sacos, que vienen a ser al café lo que el

barril es al petróleo.

Pues bien, la cuestión es que Suiza importa café sin tostar, esto es, al grano tal y

como sale del campo. Granos que luego son tostados, empaquetados y vendidos de mil y

un formas diferentes,

Y es en esta diferencia, en la transformación de un producto primitivo en un producto final,

donde se crea valor y el café multiplica su precio. Y esa es exactamente la razón

por la que el país helvético genera tanto negocio exportando café sin tener plantaciones

de este grano.

Empresas como la suiza Nestlé, que es el tercer mayor importador privado de café,

transforman el primitivo grano salido por ejemplo de Brasil en productos tan habituales

en la vida diaria de los países desarrollados como son cápsulas de Nespresso.)

Y es justo aquí, donde se encuentra la clave que convierte al café en un negocio muy lucrativo.

Y lo que explica que los agricultores del café en muchos casos no vean ni una centésima

parte del precio al que finalmente se vende su producción al consumidor.

Pero antes de que alguno empiece a culpar a los [tono socarrón] “malvados capitalistas

que exprimen a los agricultores” lo cierto es que todo tiene una explicación. Y tras

la explicación están también las posibles soluciones

¿Hasta qué punto los países productores se aprovechan del enorme negocio mundial del

café? ¿Cómo es posible que Suiza tenga un sector cafetero tan grande como el de la

mismísima Colombia por volumen de negocio?

Pues bien, veámoslo. Pero antes, antes vamos a conocer a nuestros amigos de EthicHub que

han querido apoyar a VisualPolitik y que tienen un proyecto que a nosotros nos ha llamado

mucho pero que mucho la atención.

Apunte, cuando terminéis de ver este vídeo lo entenderéis todo mucho mejor.

Y ahora con vuestro permiso lanzó la primera pregunta, ¿qué es exactamente EthicHub?

Qué interesante Gabriela, personalmente este tipo de proyectos me suenan fenomenal. Esa

idea de compaginar el ánimo de lucro con impulsar el desarrollo me encanta. Pero, ¿por

qué creéis que vuestro modelo es mejor para la industria del café?

Bien, en este mismo vídeo vamos a indagar en todas estas cuestiones, pero Gabriela hay

una pregunta que es obligada: ¿Qué ventajas tiene apostar por EthicHub a la hora

de invertir?

Muchas gracias XXX por nuestro apoyo a la hora de montar este vídeo. Dejamos el enlace

a vuestra web en la descripción para quien esté interesado en conocer mejor vuestro

proyecto.

Y ahora, para todos vosotros, repito la pregunta, ¿Cómo es posible que Suiza tenga un sector

cafetero tan grande como el de la mismísima Colombia por volumen de negocio?

(LA HUELLA DEL CAFÉ)

Amigos, la industria del café ha cambiado mucho en las últimas décadas: desde las

cápsulas hasta las máquinas de vending o los starbucks. La industria del café, amigos,

no para de transformarse y cada vez la experiencia cuenta más.

Lo que no ha cambiado tanto es la situación de los principales países productores de

café, al menos no por esta materia prima.

(Las regiones cafeteras siguen siendo en muchos casos sinónimo de subdesarrollo. En concreto,

hablamos de unos 25 millones de pequeños productores de café, el 80% de los cuales

viven por debajo del umbral de la pobreza. Una industria millonaria asentada sobre la

absoluta miseria.

Por ejemplo, en Colombia, un país que exhala café por sus cuatro costados, las exportaciones

cafeteras apenas suponen el 0,7% de su economía. Y en Brasil, el mayor productor mundial, apenas

el 0,3%) Dicho de otra forma, el café es más lucrativo

para la economía suiza que para la mismísima Colombia, ¡De locos!

Pero, entonces, la pregunta es: ¿Qué demonios pasa aquí? ¿Qué problemas tienen los países

productores? ¿Por qué países como Colombia, Honduras o Brasil son incapaces de explotar

esta enorme fuente de riqueza?

Pues, principalmente podemos destacar 3 grandes obstáculos:

En primer lugar está el tamaño de los productores. Entre el 70 y el 80 por ciento de todo el

café que se produce en el mundo lo producen pequeños agricultores a través de minifundios,

de pequeñas plantaciones.

Y esto, que a priori a muchos de vosotros os puede parecer un dato poco relevante, y

a otros, incluso, un escenario que evoca al activismo y romanticismo social - esos pequeños

agricultores saliendo adelante con sus propias manos trabajando el campo mañana, tarde y

noche- resulta clave para explicar porqué el café es más lucrativo en Suiza que en

Colombia.

(La inmensa mayoría de esos 25 millones de pequeños productores de café se encuentran

en zonas rurales y empobrecidas de países que ya de por sí son bastante pobres.

Es decir, hablamos de productores sin medios económicos suficientes como para invertir

en bienes de capital, como por ejemplo, tractores con los que mejorar la productividad de sus

plantaciones o desarrollar modelos de negocio más complejos.

Es la pescadilla que se muerde la cola. No tener recursos les impide desarrollarse, y

al no desarrollarse no tienen los recursos que necesitan para prosperar y mejorar su

nivel de vida.)

Y justo aquí encontramos el segundo gran problema al que se enfrentan los pequeños

agricultores del café. Si uno de estos agricultores o varios de ellos

quisieran montar su propia planta de tostado y procesamiento de café, necesitarían enormes

cantidades de dinero. Es decir, tendrían que pedir un préstamo o buscar un inversor.

¡Problema!Tal y cómo vimos en el vídeo sobre cómo se malogró el Perú,

en estos países los mercados financieros están muy poco desarrollados, de tal forma

que conseguir un préstamo para un agricultor es casi una tarea imposible y de hacerlo se

enfrentaría a tipos de interés que pueden superar incluso el 40% anual.

Así que, resumiendo, no tienen dinero para crecer, al no crecer no pueden prosperar,

y al no prosperar no pueden acceder a un préstamo

Para colmo, y este es el tercer gran problema, al no desarrollar actividades más complejas

los pequeños agricultores quedan totalmente expuestos a las variaciones de precio que

se producen en el mercado internacional. Por ejemplo, cuando hay una buena cosecha,

si esta se da a nivel general, o cuando las plantaciones aumentan puede ocurrir que los

agricultores vean hundirse los precios incluso muy por debajo de su coste de producción.

Fijaos, por ejemplo, en este gráfico para ver lo volátil que resulta el precio del

café. Y la pregunta es,: ¿Cómo demonios se puede

escapar de esta especie de círculo vicioso?

Pues, aquí podemos encontrar al menos dos posibilidades:

Una podría ser fomentar la agrupación de los agricultores de café en cooperativas,

de modo que entre ellos puedan formar un ente más grande que fuera capaz de acceder más

fácilmente a tecnología, mejores acuerdos comerciales o financiación. Incluso podrían,

llegado el caso, apoyarse entre sí.

Pero claro, aún así hablamos de castillos en el aire. Para estos pequeños agricultores

que en muchos casos no saben leer ni escribir desarrollar organizaciones más complejas

no resulta tan sencillo y además se necesita de la participación de muchos productores,

productores que no siempre pueden cambiar su actividad tradicional porque viven al día.

Si le venden a un comprador le tienen que seguir vendiendo para poder comer. Un embrollo.

Para colmo tampoco se resuelve la gran cuestión: incluso para formar entes empresariales o

cooperativas hace falta dinero. En esta misma línea, en algunos países como es el caso

de Colombia existen instituciones que han tratado de hacer frente a este problema. Fijaos.

(En Colombia existe la Federación Nacional de Cafeteros, un ente nacido en 1927 que a

través del llamado Fondo Nacional del Café asegura la compra de toda la producción de

sus miembros a precios de mercado. Esta entidad que opera por mandato del gobierno colombiano

funciona a través de una red compuesta por 36 cooperativas y más de 500 puntos de compra

repartidos a lo largo y ancho de todo el país.

Gracias a su mayor poder de negociación en el mercado, la Federación logra precios sustancialmente

mayores a los que lograría un pequeño campesino. Hablamos de importes que pueden llegar a ser

un 40 o incluso un 50% más altos. Cada año estas cooperativas gestionan más del 30%

de toda la producción colombiana.) El problema es que, habiendo sido muy útil,

al final en muchos casos se ha manifestado cómo un instrumento insuficiente. ¿Por qué?

Pues porque le han garantizado a los pequeños agricultores la compra de su producción pero

no han ido mucho más. Al final este tipo de entidades tan grandes, burocráticas y

poco expuestas al mercado tienen limitaciones.

Y la mejor prueba es que tras 75 años de vida esta Federación dio el salto y puso

en marcha la cadena de cafeterías Juan Valdez, para incrementar el valor generado por los

productores colombianos. Ya tienen más de 120 establecimientos repartidos por todo el

mundo. Es el auténtico rival colombiano de Starbucks.

Seguro que ahora entendéis porque esta marca utiliza el: El Café de todo Un País

En cualquier caso, amigos, es aquí dónde surge la segunda posibilidad: que sería la

de poder acceder a microcréditos colaborativos, un instrumento que poco a poco ha ido cobrando

más y más peso.

Y, ¿en qué consisten estos microcréditos? Pues en préstamos pequeños que se entregan

sin necesidad de tener un aval y con tipos de interés de mercado pero mucho más ajustados.

Con ellos un pequeño agricultor puede comprar más tierras, comprar un tractor, comprar

máquinas, etc, etc.

De esta forma podrían escapar del círculo vicioso: Acceden a recursos con los que poder

crecer, al crecer mejoran su nivel de vida y reintegran los préstamos. Le hemos dado

la vuelta al problema.

Y por este motivo, los microcréditos colaborativos están creciendo tanto en los países subdesarrollados.

Amigos, impulsar este tipo de fórmulas podría contribuir a reducir mucho la pobreza, especialmente

en América Latina. Y es que no solo hablamos de los más de 25 millones de pequeños productores

sino de millones y millones de personas que podrían mejorar sus vidas por la mejora de

la economía local en las zonas rurales de países cómo México, Brasil, Colombia, Honduras

o Guatemala.

Para mejorar la vida de los agricultores del café y convertir a esta industria en un motor

de riqueza no hace falta menos mercado, sino todo lo contrario.

Pero llegados hasta aquí, turno para ti:

¿Te habías parado a pensar en lo que hay detrás del café que te tomas cada mañana?

¿Cuál crees que sería la mejor fórmula para mejorar la vida de las millones y millones

de personas que se dedican a plantar café?

Déjanos tu respuesta en los comentarios y como siempre no olvides darle a like y suscribirte

a Visualpolitik si aún no lo has hecho.

Un saludo y hasta la próxima