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CuriosaMente - Videos Interessantes, ¿Por qué los malos recuerdos perduran más que los buenos?

¿Por qué los malos recuerdos perduran más que los buenos?

Un día soleado estás tranquilamente pensando en la inmortalidad del cangrejo mientras

te comes unas uvitas; cuando de la nada te acuerdas de la angustia que sentiste

la vez que casi se ahoga tu perrito el Solovino. Pareciera que alguien malévolo

juega con nuestra mente y nos hace recordar cosas horribles cuando menos te lo esperas.

¿Por qué los malos recuerdos perduran más que los buenos?

Miguel Valero se hizo esta pregunta y nuestros mecenas decidieron que era muy curiosa,

por eso hoy dedicamos este video a responderla. Ayúdanos a que Curiosamente responda tus

preguntas haciéndote mecenas tú también en patreon.com/curiosamente o dándole click al

botón de unirse en nuestro canal de YouTube, tu aportación mensual nos ayudará a seguir a flote.

¿Cuál es tu memoria más vívida? Quizá, aunque no lo quieras, se trate de un recuerdo triste,

doloroso, amenazante o traumático. Se sabe que acontecimientos emotivos y sobre

todo los que nos impactan de manera negativa forman memorias muy persistentes.

A fanáticos del baseball se les pidió recordar un partido específico de los Red Sox de Boston

contra los Yankees de Nueva York. Como era de esperarse, tanto los fanáticos del equipo ganador

como del perdedor recordaban mejor el partido que los fanáticos de otros equipos. Pero no solo eso,

los del equipo perdedor recordaban el evento mucho mejor que los del equipo ganador.

Seguro lo has vivido: recuerdas más la vez que se te perdieron 200 pesos que

la vez que te los ganaste en una apuesta. Porque recordar perfectamente algo negativo

es un excelente mecanismo de supervivencia. Como te imaginarás estas memorias emotivas y

traumáticas se forman de forma diferente a los demás recuerdos, más o menos así:

Cuando estás en una situación negativa tu cuerpo libera hormonas de estrés: adrenalina y cortisol.

Estas hormonas despiertan a tu amígdala, que es la responsable de actuar ante situaciones peligrosas,

y a tu corteza orbitofrontal, que ayuda en el procesamiento de emociones. Hasta ahí todo bien;

el problema es que estas áreas despiertan al hipocampo y le mandan muchas señales,

el hipocampo tiene como una de sus tareas principales la memoria a largo plazo y ¡Trin!

Tu propio recuerdo horripilante está listo (no se aceptan devoluciones). Evolucionamos para que,

al estar en peligro, se active la “grabación de memorias” y aprender de la situación. Entre

más grande el peligro, mayor activación y se crea un recuerdo más resistente.

Estos recuerdos se almacenan en las mismas áreas en las que se formaron y, como estas áreas son

sensoriales, el recuerdo parece más vívido. Es normal que el acontecimiento parezca borroso;

el lugar y la sucesión de eventos quedan fragmentados porque nuestro cerebro no puso

atención a eso y no guardó la información. Pero recuerdas perfectamente una sensación

o un olor… y percibirlos nuevamente libera el recuerdo. La próxima vez que

surja ese recuerdo de manera involuntaria intenta identificar qué lo desencadenó.

Recordar perfectamente el olor de un león era sumamente útil, el gran dilema es que, desde la

prehistoria, nuestros problemas han cambiado y un mal recuerdo, más que ayudarnos, puede provocar

fobias o trastorno de estrés postraumático. Actualmente se estudia cómo suprimir,

modificar o borrar estos recuerdos usando diferentes técnicas. Algunas de ellas son:

Sustitución: cuando venga un recuerdo intrusivo redirige la atención a otro

recuerdo. Similar a pisar el freno de manera abrupta. Definitivamente es más fácil decirlo

que hacerlo. Tampoco es muy recomendable porque se ha visto que hablar del recuerdo ayuda a que

este pase de ser uno sensitivo a un recuerdo descriptivo y eso ayuda a calmar las emociones

relacionadas con el trauma y comprender mejor lo ocurrido, lo que nos lleva a la siguiente:

Cambiar el contexto: la doctora Megan Speer estaba estudiando su posgrado cuando su padre sufrió

un infarto cerebral que lo dejó paralizado de un lado, pocas semanas después falleció. Aunque deseó

que esto nunca hubiera sucedido le reconfortaba saber que no sufrió por mucho tiempo. Así,

cada vez que llegaba el recuerdo de su muerte esa idea también aparecía y le ayudó a cambiar

su percepción. En el 2021 la doctora publicó un artículo aplicando esta técnica en otras

personas con resultados positivos y duraderos. Cambiar el contexto también lo puedes aplicar

con la sensación que desencadena tu recuerdo, por ejemplo: si el olor a azucenas te trae malos

recuerdos haz algo divertido cuando las huelas. Exposición: esta técnica consiste en exponerte a

la situación temida en un ambiente controlado con el fin de crear una nueva memoria.

Medicamentos: La D-cicloserina, un antibiótico para tratar la tuberculosis y el propranolol,

usado para la hipertensión y arritmias, se ha visto que reducen el miedo y la

respuesta negativa ante recuerdos indeseados. Además se ha descubierto que al momento de

recordar algo traumático se liberan ciertas proteínas y la inhibición de

estas suprime el recuerdo. Y la opción más divertida:

¡Tetris! A un grupo de personas que habían sufrido un accidente automovilístico hacía

pocas horas se les pidió recordar el suceso mientras jugaban tetris. Los pacientes que

jugaron tetris tenían menos recuerdos intrusivos que el grupo control. Al parecer, jugar tetris

mientras pensaban en el accidente afectó el proceso de la consolidación de la memoria.

Cualquiera de estas técnicas o medicamentos deben ser supervisados por un especialista.

La buena noticia es que, aunque los recuerdos emocionales son más persistentes y parecen más

vívidos, cada vez que se recuerdan se modifican positiva o negativamente de forma inconsciente,

al igual que todos los recuerdos. Solo hay que tener en cuenta que abusar

de estos métodos ya sea modificando, borrando o implantando memorias tiene consecuencias

éticas muy importantes. Por ejemplo: borrar la memoria de un crimen, tanto del perpetrador como

de un testigo tendría consecuencias graves. Como dijo John Lancaster Spalding: “Así como

la memoria puede ser un paraíso del que no podemos ser expulsados, también puede ser un infierno del

que no podemos escapar”. ¡Curiosamente! Gracias totales a nuestros mecenas,

especialmente a: Adrian Ruiz Díaz, Alberto Campano, Daniel Guerrero, Daniel Larrea,

Esaú Bojorquez, Familia Rebollo Sainz, Felipe Retamales, Francisco Dueñas, Francisco Tejeda,

Javier Navarro, Kurai Kiri, Lissete Ingelmo, Luis Malo, Lupita Orozco, Manuel Balderrabano,

Marco Zunzunegui, Marco Rivera, Noemi Moreno, Oscar del grecco, Paulo Reynaldo, Pez goldfish,

Raúl Noriega, Raúl Sánchez, Rodrigo Castro, Tania Moreno, William Montenegro y 1832-MiguelJob


¿Por qué los malos recuerdos perduran más que los buenos? Warum bleiben schlechte Erinnerungen länger erhalten als gute? Why do bad memories last longer than good ones? Dlaczego złe wspomnienia trwają dłużej niż dobre?

Un día soleado estás tranquilamente pensando  en la inmortalidad del cangrejo mientras One sunny day you're quietly thinking about the immortality of the crab while

te comes unas uvitas; cuando de la nada  te acuerdas de la angustia que sentiste you eat a few grapes; when out of the blue you remember the anguish you felt

la vez que casi se ahoga tu perrito el  Solovino. Pareciera que alguien malévolo the time your little dog Solovino almost drowned. It seems that someone malevolent

juega con nuestra mente y nos hace recordar  cosas horribles cuando menos te lo esperas. plays with our minds and makes us remember horrible things when you least expect it.

¿Por qué los malos recuerdos  perduran más que los buenos?

Miguel Valero se hizo esta pregunta y nuestros  mecenas decidieron que era muy curiosa, Miguel Valero asked himself this question and our patrons decided it was very curious,

por eso hoy dedicamos este video a responderla.  Ayúdanos a que Curiosamente responda tus that's why today we dedicate this video to answer it. Help us make Curiosamente answer your questions.

preguntas haciéndote mecenas tú también en  patreon.com/curiosamente o dándole click al

botón de unirse en nuestro canal de YouTube, tu  aportación mensual nos ayudará a seguir a flote.

¿Cuál es tu memoria más vívida? Quizá, aunque  no lo quieras, se trate de un recuerdo triste,

doloroso, amenazante o traumático. Se  sabe que acontecimientos emotivos y sobre

todo los que nos impactan de manera  negativa forman memorias muy persistentes.

A fanáticos del baseball se les pidió recordar  un partido específico de los Red Sox de Boston

contra los Yankees de Nueva York. Como era de  esperarse, tanto los fanáticos del equipo ganador

como del perdedor recordaban mejor el partido que  los fanáticos de otros equipos. Pero no solo eso,

los del equipo perdedor recordaban el evento  mucho mejor que los del equipo ganador.

Seguro lo has vivido: recuerdas más la  vez que se te perdieron 200 pesos que

la vez que te los ganaste en una apuesta.  Porque recordar perfectamente algo negativo

es un excelente mecanismo de supervivencia. Como te imaginarás estas memorias emotivas y

traumáticas se forman de forma diferente  a los demás recuerdos, más o menos así:

Cuando estás en una situación negativa tu cuerpo  libera hormonas de estrés: adrenalina y cortisol.

Estas hormonas despiertan a tu amígdala, que es la  responsable de actuar ante situaciones peligrosas,

y a tu corteza orbitofrontal, que ayuda en el  procesamiento de emociones. Hasta ahí todo bien;

el problema es que estas áreas despiertan  al hipocampo y le mandan muchas señales,

el hipocampo tiene como una de sus tareas  principales la memoria a largo plazo y ¡Trin!

Tu propio recuerdo horripilante está listo (no  se aceptan devoluciones). Evolucionamos para que,

al estar en peligro, se active la “grabación  de memorias” y aprender de la situación. Entre

más grande el peligro, mayor activación  y se crea un recuerdo más resistente.

Estos recuerdos se almacenan en las mismas áreas  en las que se formaron y, como estas áreas son

sensoriales, el recuerdo parece más vívido. Es  normal que el acontecimiento parezca borroso;

el lugar y la sucesión de eventos quedan  fragmentados porque nuestro cerebro no puso

atención a eso y no guardó la información.  Pero recuerdas perfectamente una sensación

o un olor… y percibirlos nuevamente  libera el recuerdo. La próxima vez que

surja ese recuerdo de manera involuntaria  intenta identificar qué lo desencadenó.

Recordar perfectamente el olor de un león era  sumamente útil, el gran dilema es que, desde la

prehistoria, nuestros problemas han cambiado y un  mal recuerdo, más que ayudarnos, puede provocar

fobias o trastorno de estrés postraumático. Actualmente se estudia cómo suprimir,

modificar o borrar estos recuerdos usando  diferentes técnicas. Algunas de ellas son:

Sustitución: cuando venga un recuerdo  intrusivo redirige la atención a otro

recuerdo. Similar a pisar el freno de manera  abrupta. Definitivamente es más fácil decirlo

que hacerlo. Tampoco es muy recomendable porque  se ha visto que hablar del recuerdo ayuda a que

este pase de ser uno sensitivo a un recuerdo  descriptivo y eso ayuda a calmar las emociones

relacionadas con el trauma y comprender mejor  lo ocurrido, lo que nos lleva a la siguiente:

Cambiar el contexto: la doctora Megan Speer estaba  estudiando su posgrado cuando su padre sufrió

un infarto cerebral que lo dejó paralizado de un  lado, pocas semanas después falleció. Aunque deseó

que esto nunca hubiera sucedido le reconfortaba  saber que no sufrió por mucho tiempo. Así,

cada vez que llegaba el recuerdo de su muerte  esa idea también aparecía y le ayudó a cambiar

su percepción. En el 2021 la doctora publicó  un artículo aplicando esta técnica en otras

personas con resultados positivos y duraderos. Cambiar el contexto también lo puedes aplicar

con la sensación que desencadena tu recuerdo,  por ejemplo: si el olor a azucenas te trae malos

recuerdos haz algo divertido cuando las huelas. Exposición: esta técnica consiste en exponerte a

la situación temida en un ambiente controlado  con el fin de crear una nueva memoria.

Medicamentos: La D-cicloserina, un antibiótico  para tratar la tuberculosis y el propranolol,

usado para la hipertensión y arritmias,  se ha visto que reducen el miedo y la

respuesta negativa ante recuerdos indeseados. Además se ha descubierto que al momento de

recordar algo traumático se liberan  ciertas proteínas y la inhibición de

estas suprime el recuerdo. Y la opción más divertida:

¡Tetris! A un grupo de personas que habían  sufrido un accidente automovilístico hacía

pocas horas se les pidió recordar el suceso  mientras jugaban tetris. Los pacientes que

jugaron tetris tenían menos recuerdos intrusivos  que el grupo control. Al parecer, jugar tetris

mientras pensaban en el accidente afectó el  proceso de la consolidación de la memoria.

Cualquiera de estas técnicas o medicamentos  deben ser supervisados por un especialista.

La buena noticia es que, aunque los recuerdos  emocionales son más persistentes y parecen más

vívidos, cada vez que se recuerdan se modifican  positiva o negativamente de forma inconsciente,

al igual que todos los recuerdos. Solo hay que tener en cuenta que abusar

de estos métodos ya sea modificando, borrando  o implantando memorias tiene consecuencias

éticas muy importantes. Por ejemplo: borrar la  memoria de un crimen, tanto del perpetrador como

de un testigo tendría consecuencias graves. Como dijo John Lancaster Spalding: “Así como

la memoria puede ser un paraíso del que no podemos  ser expulsados, también puede ser un infierno del

que no podemos escapar”. ¡Curiosamente! Gracias totales a nuestros mecenas,

especialmente a: Adrian Ruiz Díaz, Alberto  Campano, Daniel Guerrero, Daniel Larrea,

Esaú Bojorquez, Familia Rebollo Sainz, Felipe  Retamales, Francisco Dueñas, Francisco Tejeda,

Javier Navarro, Kurai Kiri, Lissete Ingelmo,  Luis Malo, Lupita Orozco, Manuel Balderrabano,

Marco Zunzunegui, Marco Rivera, Noemi Moreno,  Oscar del grecco, Paulo Reynaldo, Pez goldfish,

Raúl Noriega, Raúl Sánchez, Rodrigo Castro,  Tania Moreno, William Montenegro y 1832-MiguelJob