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Esp - VisualPolitik, ¿Podrán CHINA y RUSIA forjar una ALIANZA fuerte contra Occidente? - VisualPolitik

¿Podrán CHINA y RUSIA forjar una ALIANZA fuerte contra Occidente? - VisualPolitik

En 2019 China y Rusia llevaron su relación un paso más allá.

Ambos países elevaron su cooperación al grado, abro comillas, de “asociación estratégica

integral de coordinación global”.

Que, ¿Cómo os quedáis?

Sea como sea, lo cierto es que hablamos del mejor momento en la relación entre estas

dos potencias.

Dos países que en tiempos de Mao llegaron a protagonizar un montón de rifirrafes fronterizos.

El caso es que este buen entendimiento debería suponer un impulso a la Organización de Cooperación

de Shanghái, ¿habéis escuchado hablar de ella?

Se trata de una institución formal liderada por Pekín y Moscú que tiene como punto de

atención Asia Central.

Sin embargo, amigos, el futuro de esta organización regional ofrece más interrogantes que certezas,

entre otras cosas porque parece que los intereses de China y Rusia no discurren por los mismos

caminos.

Así que en VisualPolitik nos hemos hecho unas cuantas preguntas:

¿En qué consiste exactamente esta Organización de Cooperación de Shanghái?

¿Realmente se llevan tan bien Rusia y China?

Y la cuestión que resulta aún más importante, ¿Qué futuro tiene la relación entre estos

dos gigantes?

Hoy en VisualPolitik vamos a responder a estas preguntas.

Pero antes, vamos a ver un poco de Historia.

(Pero Stop.

Un momento y mucha atención.

Antes de seguir queremos presentaros un nuevo proyecto con el que estamos colaborando: “Si

lo Hubiera Sabido”, un nuevo canal de información financiera con el que podréis estar al día

de todo lo que ocurre en los mercados.

Pilotado por Mutuactivos, este canal aspira a convertirse en toda una ventana al mundo

del dinero, las bolsas y la renta variable.

Por ejemplo, ¿Sabías que la inversión en bolsa protegió a los inversores durante las

grandes crisis, incluso en la mismísima Argentina del corralito?

¿Cómo se están recuperando exactamente las principales economías tras el impacto

del coronavirus?

¿Cuál ha sido la mayor OPV del año en China?

¿Cómo funcionan exactamente los mercados?

Estas son queridos amigos, amigas algunas de las preguntas a las que este nuevo canal

de Mutuactivos pretende responder.

Ëchale un vistazo y no olvides suscribirte.

Merece la pena, lo vais a comprobar por vosotros mismos.

Os dejamos por aquí y, también, en la descripción un enlace a su primer vídeo.

Y dicho esto, arranquemos.

(UNIDOS CONTRA LAS TRES FUERZAS DEL MAL)

Moscú está mucho más cerca de Madrid que de Pekín.

Así que, aunque China y Rusia comparten fronteras, a sus gobernantes siempre les ha separado

algo más de 6.000km de distancia.

Pese a ello se han cruzado un montón de veces por el camino.

(La primera mitad del siglo XX fue una época revolucionaria para Rusia y para China.

El imperio ruso se transformó en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

Y el imperio chino culminó su colapso dando paso a una república dividida y amenazada

continuamente por Japón.

Derrotados los nipones en la Segunda Guerra Mundial, el Partido Comunista de China se

alzó victorioso en la guerra civil.

Rusia y China pasaban a estar unidas… al menos desde un punto de vista ideológico.)

La Guerra Fría dividió el mundo en dos grandes bloques.

La URSS y China se unieron como las grandes potencias comunistas aliadas contra el Occidente

capitalista.

Sin embargo amigos, todo se torció tras la muerte de Stalin.

Digamos, que quedó vacante el título de macho alfa del comunismo.

Y así comenzó una enorme rivalidad entre Moscú y Pekín por ver quién era el más

comunista de todos.

Y Mao apostó fuerte.

Tan lejos llegó la disputa que en 1969 hubo enfrentamientos entre las tropas soviéticas

y chinas a lo largo de la frontera.

(Pero ahí no quedó todo.

Desde principios de los años 70 China comenzó a cooperar con Estados Unidos para formar

una pinza con la que frenar a la Unión Soviética.

De esta forma hasta finales de los años ochenta, la URSS mantuvo 44 divisiones desplegadas

a lo largo de sus más de 6.000 kilómetros de frontera con China, 13 divisiones más

que las que tenía apostadas en el frente occidental contra la OTAN.)

En cualquier caso, tras la caída de la URSS, en los años 90 comenzó un acercamiento entre

Rusia y China que dio lugar a los Shanghai Five.

Y sí, este podría ser el nombre del grupo más rompedor del pop chino.

Pero en realidad estos Shanghai Five eran China, Rusia y 3 antiguas repúblicas soviéticas:

Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán.

Los 5 se reunieron por primera vez en Shanghai en 1996, y precisamente de ahí procede el

nombre de los Shanghai Five.

Estas reuniones tenían un objetivo muy claro: resolver de una vez por todas las disputas

fronterizas, las ya clásicas entre China y Rusia y otras más recientes que surgieron

tras la disolución de la URSS.

El caso es que los Cinco de Shanghai siguieron reuniéndose hasta que en 2001 decidieron

dar un paso más.

Uzbekistán quiso sumarse al grupo y tanto Moscú como Pekín entendieron que aquellas

reuniones podían transformarse en toda una organización internacional donde abordar

los asuntos de Asia Central.

Así que los Shanghai Five más Uzbekistán crearon en 2001 la OCS, la Organización de

Cooperación de Shanghai, con sede en… atentos amigos, que esta es pregunta de Trivial, porque

su sede no se fijó en Shanghái, sino que se estableció en Pekín.

Respecto al funcionamiento de la organización, la Carta de la OCS recogió el compromiso

de que las decisiones oficiales se tomarían por consenso y que ningún miembro se metería

en los asuntos internos del resto.

También entonces se firmó otro documento fundamental.

Hablamos de la Convención de Shanghái para combatir las 3 fuerzas del Mal.

Y claro, viendo el historial de los dirigentes, algún que otro malpensado podría pensar

que esas 3 fuerzas del Mal son la democracia, la libertad y la independencia de la justicia.

¡Como sois algunos!

Pero no, amigos, esas 3 fuerzas del mal son el terrorismo, el separatismo y el extremismo

islamista.

Y, ¿sabéis qué?

Estos 6 estados se tomaron muy pero que muy en serio la lucha contra estas 3 amenazas.

Y desde luego China era el principal interesado en que así fuera.

(La región autónoma de Xinjiang, la más occidental de China, es un auténtico polvorín.

Habitado mayoritariamente por etnias musulmanes, especialmente los uigures, el Partido Comunista

ha multiplicado la presencia de ciudadanos de etnia han, la predominante en el resto

del país.

Xinjiang limita con Tayikistán y Kazajstán.

Por eso la estabilidad en Asia Central es importante para la seguridad interna de China.

Digamos que Pekín pretende que estos países mantengan a raya al extremismo islamista mientras

dentro de sus fronteras reprime a las etnias musulmanas sin que ninguno de sus vecinos

se atreva a levantar la voz contra el gigante chino)

Es la ventaja que tiene que todos los países de la OCS sean regímenes autoritarios.

Que eso de los Derechos Humanos siempre es algo secundario.

En cualquier caso, lo cierto es que la OCS logró importantes avances en su particular

cooperación contra las 3 fuerzas del Mal.

Es más: sus miembros realizan frecuentemente maniobras militares conjuntas.

Pero amigos, la prueba de fuego para esta alianza llegó en 2014.

Cuando el Kremlin ordenó la invasión de Crimea, Occidente castigó con sanciones económicas

a Rusia.

Sin embargo, Pekín nunca le hizo un solo reproche a Putin.

Más bien todo lo contrario.

(Es el viejo amigo del pueblo chino y el más familiar para el presidente chino de los mandatarios

extranjeros.

Y también mi mejor amigo.

Xi Jinping)

Pero esperad un momento amigos, porque desde entonces la OCS ha ampliado sus miras.

En 2017, por ejemplo, se incorporaban a la organización 2 nuevos miembros: India y Pakistán.

De esta forma la organización se expandía hacia el Índico y ganaba peso como una nueva

alianza internacional dentro del nuevo orden mundial.

Cumplía así con el gran objetivo que Moscú y especialmente Pekín se habían marcado.

¿De qué objetivo estamos hablando?

Pues… Atentos.

(EL NUEVO ORDEN MUNDIAL)

Amigos, la entrada de India y Pakistán ha hecho que la OCS duplique su dimensión.

Y puede que no hayas escuchado hablar de ella, pero lo cierto es que esta organización abarca

más de 34 millones de km2, ni más ni menos que el 60% de la región euroasiática; al

tiempo que aglutina más de 3.000 millones de personas, que aproximadamente es la mitad

de la población mundial.

Además, cuatro miembros de la organización (Rusia, China, Pakistán e India) son estados

con armas nucleares.

Es decir, que no hablamos precisamente de una organización poco importante.

La OCS tendría el potencial de convertirse en una de las organizaciones internacionales

más importantes del mundo.

Y eso, eso es algo que incluso el Tio Sam lo sabe.

(Durante los primeros años de la OCS, los mismísimos Estados Unidos solicitaron entrar

bajo el status de Estado observador.

Esta condición suele ser el paso previo a formar parte de la organización y permite

participar en sus reuniones sin ser miembro de la misma.

Sin embargo, su solicitud fue rechazada.

Y no solo eso.

La situación en Afganistán e Irak presagiaba una presencia indefinida de fuerzas estadounidenses

en Uzbekistán y Kirguistán.

Así que la OCS pidió oficialmente a Estados Unidos que retirara sus tropas de los estados

que formaban parte de la OCS, algo que sucedió finalmente en 2014.)

Todo un plantón.

Ahora bien, mantener a Estados Unidos lejos de Asia Central no ha sido su único objetivo.

De hecho, podemos considerar que la OCS es un instrumento más de la estrategia de China

para construir organizaciones internacionales al margen de las instituciones que Estados

Unidos diseñó al acabar la Segunda Guerra Mundial.

(Este es uno de los grandes temas internacionales.

Las potencias occidentales se han mostrado reacias a modificar las cuotas de poder dentro

de la Organización Mundial del Comercio, el FMI o el Banco Mundial de una manera que

refleje la creciente influencia económica y política de China.

En respuesta, China y Rusia se han aliado para crear nuevos foros y organizaciones en

las que ambas tengan la voz cantante.

En esta línea situamos la OCS, o también, por ejemplo, el Banco Asiático de Inversión

en Infraestructura, que invade ámbitos del Banco Mundial.)

Pensadlo un segundo.

La Guerra Fría enfrentó cara a cara a dos bloques, dos visiones del mundo.

Tras la caída de la Unión Soviética, los valores liberales, la democracia, los derechos

humanos… ¡eran los valores dominantes en la escena global!

Pero hoy día eso ya no es exactamente así.

China está actualmente desafiando ese orden mundial.

Y el Kremlin se ha sumado para justificar su autoritarismo.

(Los líderes del mundo libre siguen bajando sus estándares y los autoritarios siguen

ganando terreno.

De vez en cuando, la gente se despierta y pregunta por qué Putin asesina en el Reino

Unido o piratea en Estados Unidos.

¿Por qué no iba a hacerlo?

Vosotros no lo detuvisteis antes.

Gary Kasparov, gran maestro ruso del ajedrez y activista político.)

Pero al mismo tiempo que China y Rusia han plantado cara a Occidente, ambas potencias

también han tratado de sacar el máximo provecho del buen momento por el que atraviesan sus

relaciones diplomáticas.

Por ejemplo, Rusia es rica en recursos naturales.

Y los que seguís VisualPolitik desde hace tiempo sabéis que la energía es un ámbito

en el que China tiene un hambre atroz.

De hecho, una cuarta parte de las exportaciones de crudo de Rusia se dirigen a China.

Y de cara al futuro, Pekín ambiciona el gas ruso.

Y precisamente, por eso la estatal china CNPC posee una quinta parte de un megaproyecto

de gas natural licuado en el Ártico ruso desarrollado por Novatek.

Y a finales de 2019 empezó a funcionar el gasoducto Power of Siberia, que estará a

pleno rendimiento en 2025.

Hay incluso negociaciones para un segundo gasoducto.

De completarse ambos, Rusia suministraría a China más gas natural que el que actualmente

exporta a Alemania.

China es insaciable.

Y quiere más y más.

(Nuestras relaciones bilaterales no han alcanzado el máximo y pueden mejorar aún más.

Estamos dispuestos a trabajar junto con Rusia para aumentar continuamente el efecto de la

cooperación de alto nivel de nuestro país, para que nuestra cooperación pueda dar a

nuestros dos pueblos un mayor sentido de éxito y para que podamos promover la agenda ruso-china

en los asuntos internacionales.)

Para que os hagáis una idea, ha comenzado a llegar tanto dinero a Rusia desde China

que el 14% de sus reservas de moneda extranjera ya son yuanes, algo completamente impensable

en cualquier otro país.

Pero, un momento, si pensáis que lo único que le interesa a Putin es la pasta china,

y no hablamos precisamente de los noodles, estáis muy equivocados.

El régimen comunista al otro lado del río Amur tiene mucho que ofrecer al Kremlin.

Fijaos.

(China y Rusia invierten millones en esta startup para reconocer tu rostro.)

(Las 105.000 cámaras de reconocimiento facial de Moscú llegaron para quedarse mientras

el sistema judicial del país afianza la videovigilancia)

Y esto, amigos, es sólo la punta del iceberg de cómo Moscú quiere aprovechar la tecnología

china.

¿Otro ejemplo?

Huawei desarrollará el 5G de Rusia.

Claro que a cambio de toda esta fuente de dinero y tecnología, China quiere ampliar

el alcance de la OCS con una estrategia a largo plazo para integrar económicamente

a todo el continente asiático.

La OCS sería de este modo una vía fundamental para conectar la costa este de China con los

mercados de Asia Central, Rusia y Europa.

Sin embargo, amigos, que Pekín consiga su objetivo no será tan sencillo.

¿Por qué?

Atentos.

(EL ABRAZO DEL PANDA)

China se ha convertido en la gran superpotencia de Asia Central gracias a su espectacular

despertar económico.

Controla economías vecinas como la kazaja, la tayika y la uzbeka.

Además, se ha convertido en el principal socio de Turkmenistán, un país que si no

entra en la OCS es porque sus dictadores creen que Turkmenistán debe ser neutral por encima

de todo.

Pero mucho ojo con los datos, porque lo verdaderamente importante es que Rusia tampoco es ajena al

poderío chino.

(En 1990 el PIB de la Unión Soviética era más del doble de grande que el de China.

Hoy en día la situación ha cambiado radicalmente: el PIB de China es 6 veces mayor que el de

Rusia.

Y mientras Rusia apenas ocupa el décimo lugar entre los mercados de exportación de China,

ligeramente por encima de Filipinas, China es el segundo mercado de exportación más

grande para Rusia después de la Unión Europea.)

El lado bueno de esta relación económica ya lo hemos visto.

Rusia necesita a China como un mercado gigantesco al que exportar sus materias primas.

Pero comerciar con China también tiene riesgos.

Hablemos por ejemplo de armamento.

Rusia es el mayor proveedor de equipos militares de China.

En la década pasada proporcionó el 70% de las importaciones de armas del gigante asiático.

Pekín ha comprado su armamento más avanzado, como los aviones Sukhoi Su-35 y los sistemas

antiaéreos S-400.

Sin embargo, amigos, todo indica que en el futuro China no necesitará importar tantas

armas rusas.

¿Por qué digo esto?

Pues por noticias como estas.

(Rusia en pie de guerra por el robo chino de tecnología militar)

(La principal agencia rusa de diseño de submarinos sufre un ciberataque con características

chinas)

China y Rusia han sido tradicionalmente rivales.

Y este tipo de noticias puede despertar la desconfianza del Kremlin.

Algo que también tiene consecuencias para la OCS.

Por un lado, Rusia se ha negado rotundamente a que la OCS se convierta en un área de libre

comercio.

No quiere que los productos chinos inunden el mercado ruso y arruinen a sus productores.

Por otro lado, el Kremlin ha sido el principal impulsor de la entrada de India en la OCS.

Y mucho ojo porque esta expansión hacia el Índico puede haber significado que esta organización

haya quedado herida de muerte.

Entre otras cosas, porque, sí, Rusia se salió con la suya al incorporar a la India para

contrarrestar el excesivo peso de China dentro de la organización.

Pero es que Pekín exigió también la entrada de su firme aliado pakistaní.

Y claro, juntar a indios y pakistaníes en la misma sala no puede salir bien.

Mirad.

(India abandona la reunión de la OCS después de que el representante pakistaní proyecte

un “mapa ficticio” )

Recordad que la OCS toma todas sus decisiones por unanimidad.

Así que parece que la Organización de Cooperación de Shanghai se ha pegado un tiro en el pie.

Y luego, además, tenemos que tener en cuenta que tanto China como Rusia tienen su propio

plan B para la región.

Pekín lleva años trabajando en la nueva ruta de la seda, una inversión multimillonaria

en infraestructuras con las que extender la influencia económica y comercial de China

en el mundo.

Y Moscú lidera la Unión Económica Euroasiática, un proyecto que pretende imitar a la Comunidad

Económica Europea, el germen de la actual Unión Europea.

Al final, la clave de todo esto es que Rusia sigue queriendo tratar de tú a tú a China.

Y, claro, hay serias dudas de que realmente pueda hacerlo.

Pero la cuestión, la cuestión más importante, es que todas estas controversias nos muestran

una realidad que no siempre se tiene en cuenta: las relaciones entre Rusia y China no son

tan buenas como aparentan ser.

Pero llegados hasta aquí, turno para ti:

¿Crees que la Organización de Cooperación de Shanghai puede tener futuro?

¿Consideráis que Rusia se beneficia de su buena relación comercial con China o corre

peligro de convertirse en un rehén más de Pekín?

Podéis dejarnos vuestra respuesta en los comentarios.

Si el vídeo te ha resultado interesante dale a like y no olvides suscribirte a VisualPolitik

si aun no lo has hecho.

Un saludo y hasta la próxima.


¿Podrán CHINA y RUSIA forjar una ALIANZA fuerte contra Occidente? - VisualPolitik Können CHINA und RUSSLAND eine starke ALLIANZ gegen den Westen schmieden? - VisuellePolitik Can CHINA and RUSSIA forge a strong ALLIANCE against the West? - VisualPolitik

En 2019 China y Rusia llevaron su relación un paso más allá.

Ambos países elevaron su cooperación al grado, abro comillas, de “asociación estratégica

integral de coordinación global”.

Que, ¿Cómo os quedáis?

Sea como sea, lo cierto es que hablamos del mejor momento en la relación entre estas

dos potencias.

Dos países que en tiempos de Mao llegaron a protagonizar un montón de rifirrafes fronterizos.

El caso es que este buen entendimiento debería suponer un impulso a la Organización de Cooperación

de Shanghái, ¿habéis escuchado hablar de ella?

Se trata de una institución formal liderada por Pekín y Moscú que tiene como punto de It is a formal institution led by Beijing and Moscow, which has as its point of departure

atención Asia Central.

Sin embargo, amigos, el futuro de esta organización regional ofrece más interrogantes que certezas,

entre otras cosas porque parece que los intereses de China y Rusia no discurren por los mismos

caminos.

Así que en VisualPolitik nos hemos hecho unas cuantas preguntas:

¿En qué consiste exactamente esta Organización de Cooperación de Shanghái?

¿Realmente se llevan tan bien Rusia y China?

Y la cuestión que resulta aún más importante, ¿Qué futuro tiene la relación entre estos

dos gigantes?

Hoy en VisualPolitik vamos a responder a estas preguntas.

Pero antes, vamos a ver un poco de Historia.

(Pero Stop.

Un momento y mucha atención.

Antes de seguir queremos presentaros un nuevo proyecto con el que estamos colaborando: “Si

lo Hubiera Sabido”, un nuevo canal de información financiera con el que podréis estar al día

de todo lo que ocurre en los mercados.

Pilotado por Mutuactivos, este canal aspira a convertirse en toda una ventana al mundo

del dinero, las bolsas y la renta variable.

Por ejemplo, ¿Sabías que la inversión en bolsa protegió a los inversores durante las

grandes crisis, incluso en la mismísima Argentina del corralito? major crises, even in the very Argentina of the corralito?

¿Cómo se están recuperando exactamente las principales economías tras el impacto

del coronavirus?

¿Cuál ha sido la mayor OPV del año en China?

¿Cómo funcionan exactamente los mercados?

Estas son queridos amigos, amigas algunas de las preguntas a las que este nuevo canal

de Mutuactivos pretende responder.

Ëchale un vistazo y no olvides suscribirte.

Merece la pena, lo vais a comprobar por vosotros mismos.

Os dejamos por aquí y, también, en la descripción un enlace a su primer vídeo.

Y dicho esto, arranquemos.

(UNIDOS CONTRA LAS TRES FUERZAS DEL MAL)

Moscú está mucho más cerca de Madrid que de Pekín.

Así que, aunque China y Rusia comparten fronteras, a sus gobernantes siempre les ha separado

algo más de 6.000km de distancia.

Pese a ello se han cruzado un montón de veces por el camino.

(La primera mitad del siglo XX fue una época revolucionaria para Rusia y para China.

El imperio ruso se transformó en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

Y el imperio chino culminó su colapso dando paso a una república dividida y amenazada

continuamente por Japón.

Derrotados los nipones en la Segunda Guerra Mundial, el Partido Comunista de China se

alzó victorioso en la guerra civil.

Rusia y China pasaban a estar unidas… al menos desde un punto de vista ideológico.)

La Guerra Fría dividió el mundo en dos grandes bloques.

La URSS y China se unieron como las grandes potencias comunistas aliadas contra el Occidente

capitalista.

Sin embargo amigos, todo se torció tras la muerte de Stalin.

Digamos, que quedó vacante el título de macho alfa del comunismo.

Y así comenzó una enorme rivalidad entre Moscú y Pekín por ver quién era el más

comunista de todos.

Y Mao apostó fuerte.

Tan lejos llegó la disputa que en 1969 hubo enfrentamientos entre las tropas soviéticas

y chinas a lo largo de la frontera.

(Pero ahí no quedó todo.

Desde principios de los años 70 China comenzó a cooperar con Estados Unidos para formar

una pinza con la que frenar a la Unión Soviética.

De esta forma hasta finales de los años ochenta, la URSS mantuvo 44 divisiones desplegadas

a lo largo de sus más de 6.000 kilómetros de frontera con China, 13 divisiones más

que las que tenía apostadas en el frente occidental contra la OTAN.)

En cualquier caso, tras la caída de la URSS, en los años 90 comenzó un acercamiento entre

Rusia y China que dio lugar a los Shanghai Five.

Y sí, este podría ser el nombre del grupo más rompedor del pop chino.

Pero en realidad estos Shanghai Five eran China, Rusia y 3 antiguas repúblicas soviéticas:

Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán.

Los 5 se reunieron por primera vez en Shanghai en 1996, y precisamente de ahí procede el

nombre de los Shanghai Five.

Estas reuniones tenían un objetivo muy claro: resolver de una vez por todas las disputas

fronterizas, las ya clásicas entre China y Rusia y otras más recientes que surgieron

tras la disolución de la URSS.

El caso es que los Cinco de Shanghai siguieron reuniéndose hasta que en 2001 decidieron

dar un paso más.

Uzbekistán quiso sumarse al grupo y tanto Moscú como Pekín entendieron que aquellas

reuniones podían transformarse en toda una organización internacional donde abordar

los asuntos de Asia Central.

Así que los Shanghai Five más Uzbekistán crearon en 2001 la OCS, la Organización de

Cooperación de Shanghai, con sede en… atentos amigos, que esta es pregunta de Trivial, porque

su sede no se fijó en Shanghái, sino que se estableció en Pekín.

Respecto al funcionamiento de la organización, la Carta de la OCS recogió el compromiso

de que las decisiones oficiales se tomarían por consenso y que ningún miembro se metería

en los asuntos internos del resto.

También entonces se firmó otro documento fundamental.

Hablamos de la Convención de Shanghái para combatir las 3 fuerzas del Mal.

Y claro, viendo el historial de los dirigentes, algún que otro malpensado podría pensar

que esas 3 fuerzas del Mal son la democracia, la libertad y la independencia de la justicia.

¡Como sois algunos!

Pero no, amigos, esas 3 fuerzas del mal son el terrorismo, el separatismo y el extremismo

islamista.

Y, ¿sabéis qué?

Estos 6 estados se tomaron muy pero que muy en serio la lucha contra estas 3 amenazas.

Y desde luego China era el principal interesado en que así fuera.

(La región autónoma de Xinjiang, la más occidental de China, es un auténtico polvorín.

Habitado mayoritariamente por etnias musulmanes, especialmente los uigures, el Partido Comunista

ha multiplicado la presencia de ciudadanos de etnia han, la predominante en el resto

del país.

Xinjiang limita con Tayikistán y Kazajstán.

Por eso la estabilidad en Asia Central es importante para la seguridad interna de China.

Digamos que Pekín pretende que estos países mantengan a raya al extremismo islamista mientras

dentro de sus fronteras reprime a las etnias musulmanas sin que ninguno de sus vecinos

se atreva a levantar la voz contra el gigante chino)

Es la ventaja que tiene que todos los países de la OCS sean regímenes autoritarios.

Que eso de los Derechos Humanos siempre es algo secundario.

En cualquier caso, lo cierto es que la OCS logró importantes avances en su particular

cooperación contra las 3 fuerzas del Mal.

Es más: sus miembros realizan frecuentemente maniobras militares conjuntas.

Pero amigos, la prueba de fuego para esta alianza llegó en 2014.

Cuando el Kremlin ordenó la invasión de Crimea, Occidente castigó con sanciones económicas

a Rusia.

Sin embargo, Pekín nunca le hizo un solo reproche a Putin.

Más bien todo lo contrario.

(Es el viejo amigo del pueblo chino y el más familiar para el presidente chino de los mandatarios

extranjeros.

Y también mi mejor amigo.

Xi Jinping)

Pero esperad un momento amigos, porque desde entonces la OCS ha ampliado sus miras.

En 2017, por ejemplo, se incorporaban a la organización 2 nuevos miembros: India y Pakistán.

De esta forma la organización se expandía hacia el Índico y ganaba peso como una nueva

alianza internacional dentro del nuevo orden mundial.

Cumplía así con el gran objetivo que Moscú y especialmente Pekín se habían marcado.

¿De qué objetivo estamos hablando?

Pues… Atentos.

(EL NUEVO ORDEN MUNDIAL)

Amigos, la entrada de India y Pakistán ha hecho que la OCS duplique su dimensión.

Y puede que no hayas escuchado hablar de ella, pero lo cierto es que esta organización abarca

más de 34 millones de km2, ni más ni menos que el 60% de la región euroasiática; al

tiempo que aglutina más de 3.000 millones de personas, que aproximadamente es la mitad

de la población mundial.

Además, cuatro miembros de la organización (Rusia, China, Pakistán e India) son estados

con armas nucleares.

Es decir, que no hablamos precisamente de una organización poco importante.

La OCS tendría el potencial de convertirse en una de las organizaciones internacionales

más importantes del mundo.

Y eso, eso es algo que incluso el Tio Sam lo sabe.

(Durante los primeros años de la OCS, los mismísimos Estados Unidos solicitaron entrar

bajo el status de Estado observador.

Esta condición suele ser el paso previo a formar parte de la organización y permite

participar en sus reuniones sin ser miembro de la misma.

Sin embargo, su solicitud fue rechazada.

Y no solo eso.

La situación en Afganistán e Irak presagiaba una presencia indefinida de fuerzas estadounidenses

en Uzbekistán y Kirguistán.

Así que la OCS pidió oficialmente a Estados Unidos que retirara sus tropas de los estados

que formaban parte de la OCS, algo que sucedió finalmente en 2014.)

Todo un plantón.

Ahora bien, mantener a Estados Unidos lejos de Asia Central no ha sido su único objetivo.

De hecho, podemos considerar que la OCS es un instrumento más de la estrategia de China

para construir organizaciones internacionales al margen de las instituciones que Estados

Unidos diseñó al acabar la Segunda Guerra Mundial.

(Este es uno de los grandes temas internacionales.

Las potencias occidentales se han mostrado reacias a modificar las cuotas de poder dentro

de la Organización Mundial del Comercio, el FMI o el Banco Mundial de una manera que

refleje la creciente influencia económica y política de China.

En respuesta, China y Rusia se han aliado para crear nuevos foros y organizaciones en

las que ambas tengan la voz cantante.

En esta línea situamos la OCS, o también, por ejemplo, el Banco Asiático de Inversión

en Infraestructura, que invade ámbitos del Banco Mundial.)

Pensadlo un segundo.

La Guerra Fría enfrentó cara a cara a dos bloques, dos visiones del mundo.

Tras la caída de la Unión Soviética, los valores liberales, la democracia, los derechos

humanos… ¡eran los valores dominantes en la escena global!

Pero hoy día eso ya no es exactamente así.

China está actualmente desafiando ese orden mundial.

Y el Kremlin se ha sumado para justificar su autoritarismo.

(Los líderes del mundo libre siguen bajando sus estándares y los autoritarios siguen

ganando terreno.

De vez en cuando, la gente se despierta y pregunta por qué Putin asesina en el Reino

Unido o piratea en Estados Unidos.

¿Por qué no iba a hacerlo?

Vosotros no lo detuvisteis antes.

Gary Kasparov, gran maestro ruso del ajedrez y activista político.)

Pero al mismo tiempo que China y Rusia han plantado cara a Occidente, ambas potencias

también han tratado de sacar el máximo provecho del buen momento por el que atraviesan sus

relaciones diplomáticas.

Por ejemplo, Rusia es rica en recursos naturales.

Y los que seguís VisualPolitik desde hace tiempo sabéis que la energía es un ámbito

en el que China tiene un hambre atroz.

De hecho, una cuarta parte de las exportaciones de crudo de Rusia se dirigen a China.

Y de cara al futuro, Pekín ambiciona el gas ruso.

Y precisamente, por eso la estatal china CNPC posee una quinta parte de un megaproyecto

de gas natural licuado en el Ártico ruso desarrollado por Novatek.

Y a finales de 2019 empezó a funcionar el gasoducto Power of Siberia, que estará a

pleno rendimiento en 2025.

Hay incluso negociaciones para un segundo gasoducto.

De completarse ambos, Rusia suministraría a China más gas natural que el que actualmente

exporta a Alemania.

China es insaciable.

Y quiere más y más.

(Nuestras relaciones bilaterales no han alcanzado el máximo y pueden mejorar aún más.

Estamos dispuestos a trabajar junto con Rusia para aumentar continuamente el efecto de la

cooperación de alto nivel de nuestro país, para que nuestra cooperación pueda dar a

nuestros dos pueblos un mayor sentido de éxito y para que podamos promover la agenda ruso-china

en los asuntos internacionales.)

Para que os hagáis una idea, ha comenzado a llegar tanto dinero a Rusia desde China

que el 14% de sus reservas de moneda extranjera ya son yuanes, algo completamente impensable

en cualquier otro país.

Pero, un momento, si pensáis que lo único que le interesa a Putin es la pasta china,

y no hablamos precisamente de los noodles, estáis muy equivocados.

El régimen comunista al otro lado del río Amur tiene mucho que ofrecer al Kremlin.

Fijaos.

(China y Rusia invierten millones en esta startup para reconocer tu rostro.)

(Las 105.000 cámaras de reconocimiento facial de Moscú llegaron para quedarse mientras

el sistema judicial del país afianza la videovigilancia)

Y esto, amigos, es sólo la punta del iceberg de cómo Moscú quiere aprovechar la tecnología

china.

¿Otro ejemplo?

Huawei desarrollará el 5G de Rusia.

Claro que a cambio de toda esta fuente de dinero y tecnología, China quiere ampliar

el alcance de la OCS con una estrategia a largo plazo para integrar económicamente

a todo el continente asiático.

La OCS sería de este modo una vía fundamental para conectar la costa este de China con los

mercados de Asia Central, Rusia y Europa.

Sin embargo, amigos, que Pekín consiga su objetivo no será tan sencillo.

¿Por qué?

Atentos.

(EL ABRAZO DEL PANDA)

China se ha convertido en la gran superpotencia de Asia Central gracias a su espectacular

despertar económico.

Controla economías vecinas como la kazaja, la tayika y la uzbeka.

Además, se ha convertido en el principal socio de Turkmenistán, un país que si no

entra en la OCS es porque sus dictadores creen que Turkmenistán debe ser neutral por encima

de todo.

Pero mucho ojo con los datos, porque lo verdaderamente importante es que Rusia tampoco es ajena al

poderío chino.

(En 1990 el PIB de la Unión Soviética era más del doble de grande que el de China.

Hoy en día la situación ha cambiado radicalmente: el PIB de China es 6 veces mayor que el de

Rusia.

Y mientras Rusia apenas ocupa el décimo lugar entre los mercados de exportación de China,

ligeramente por encima de Filipinas, China es el segundo mercado de exportación más

grande para Rusia después de la Unión Europea.)

El lado bueno de esta relación económica ya lo hemos visto.

Rusia necesita a China como un mercado gigantesco al que exportar sus materias primas.

Pero comerciar con China también tiene riesgos.

Hablemos por ejemplo de armamento.

Rusia es el mayor proveedor de equipos militares de China.

En la década pasada proporcionó el 70% de las importaciones de armas del gigante asiático.

Pekín ha comprado su armamento más avanzado, como los aviones Sukhoi Su-35 y los sistemas

antiaéreos S-400.

Sin embargo, amigos, todo indica que en el futuro China no necesitará importar tantas

armas rusas.

¿Por qué digo esto?

Pues por noticias como estas.

(Rusia en pie de guerra por el robo chino de tecnología militar)

(La principal agencia rusa de diseño de submarinos sufre un ciberataque con características

chinas)

China y Rusia han sido tradicionalmente rivales.

Y este tipo de noticias puede despertar la desconfianza del Kremlin.

Algo que también tiene consecuencias para la OCS.

Por un lado, Rusia se ha negado rotundamente a que la OCS se convierta en un área de libre

comercio.

No quiere que los productos chinos inunden el mercado ruso y arruinen a sus productores.

Por otro lado, el Kremlin ha sido el principal impulsor de la entrada de India en la OCS.

Y mucho ojo porque esta expansión hacia el Índico puede haber significado que esta organización

haya quedado herida de muerte.

Entre otras cosas, porque, sí, Rusia se salió con la suya al incorporar a la India para

contrarrestar el excesivo peso de China dentro de la organización.

Pero es que Pekín exigió también la entrada de su firme aliado pakistaní.

Y claro, juntar a indios y pakistaníes en la misma sala no puede salir bien.

Mirad.

(India abandona la reunión de la OCS después de que el representante pakistaní proyecte

un “mapa ficticio” )

Recordad que la OCS toma todas sus decisiones por unanimidad.

Así que parece que la Organización de Cooperación de Shanghai se ha pegado un tiro en el pie.

Y luego, además, tenemos que tener en cuenta que tanto China como Rusia tienen su propio

plan B para la región.

Pekín lleva años trabajando en la nueva ruta de la seda, una inversión multimillonaria

en infraestructuras con las que extender la influencia económica y comercial de China

en el mundo.

Y Moscú lidera la Unión Económica Euroasiática, un proyecto que pretende imitar a la Comunidad

Económica Europea, el germen de la actual Unión Europea.

Al final, la clave de todo esto es que Rusia sigue queriendo tratar de tú a tú a China.

Y, claro, hay serias dudas de que realmente pueda hacerlo.

Pero la cuestión, la cuestión más importante, es que todas estas controversias nos muestran

una realidad que no siempre se tiene en cuenta: las relaciones entre Rusia y China no son

tan buenas como aparentan ser.

Pero llegados hasta aquí, turno para ti:

¿Crees que la Organización de Cooperación de Shanghai puede tener futuro?

¿Consideráis que Rusia se beneficia de su buena relación comercial con China o corre

peligro de convertirse en un rehén más de Pekín?

Podéis dejarnos vuestra respuesta en los comentarios.

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Un saludo y hasta la próxima.