×

We use cookies to help make LingQ better. By visiting the site, you agree to our cookie policy.


image

Curiosamente, Las Razas Humanas ¿de veras existen? - CuriosaMente 59

Las Razas Humanas ¿de veras existen? - CuriosaMente 59

Estudio Haini presenta ¿Existen las razas?

Algo que nos gusta hacer a los humanos es clasificar. Tomar la diversidad de elementos

que nos presenta la realidad, y definir “tipos” en los que podemos dividir esos elementos.

Clasificar puede ser muy útil cuando hablamos de objetos o conceptos, pues nos permite hacer

generalizaciones que hacen más fácil pensar… y es tentadora la idea de clasificar a los

seres humanos por sus características físicas pero ¿de verdad existen las razas humanas?

Desde que las personas pueden viajar, se han dado cuenta de que en diferentes lugares,

los habitantes tienen aspecto diferente: diversos colores de piel, texturas de pelo y rasgos

faciales. ¿Por qué? Para el antiguo testamento había tres razas, que eran todas las que

conocían los judíos en ese entonces, y provenían de los hijos de Noé: los descendientes de

Jafet, o sea los europeos; los descendientes de Cam, los africanos de piel oscura, y los

descendientes de Sem, o sea los árabes y los propios hebreos.

La primera clasificación formal la hizo François Bernier en 1684 y en 1785 Carlos Linneo, después

de clasificar a los animales, dijo que había cuatro razas humanas: europea, asiática,

africana y americana. Por mucho tiempo, estas clasificaciones, a

veces con la legitimación pseudocientífica, sirvieron para justificar la opresión y la

explotación. La esclavitud de los negros en el siglo XVIII y XIX, por ejemplo, se justificaba

diciendo que eran descendientes de Cam, quien había sido maldecido por Dios. En los virreinatos

españoles de América incluso se inventó un sistema de castas ligado a la raza: quienes

más derechos tenían eran los “españoles de sangre limpia”. A los hijos que tuvieran

con mujeres indígenas les se llamaba “mestizos”, o si era con los mujeres afrodescendientes,

“mulatos”. Y de todas las posibles combinaciones surgió una enredada clasificación que incluía

castas con nombres tan chistosos como “zambo”, “saltapatrás”, “sambaigo” o “tentenelaire”,

cada uno con menos derechos que el anterior. Después de un par de siglos de mezclas era

imposible saber a qué casta pertenecía cada quien, y aunque el sistema de castas fue abolido,

hasta la fecha persiste en nuestros países una errónea noción de que la importancia

de una persona está relacionada con su color de piel.

Verás, en el siglo XVIII existía una idea llamada poligenismo que decía que cada raza

se había originado por separado en cada continente, sin ancestros comunes. Ahora sabemos que no

es así, que todos provenimos de una población que vivió en África Oriental hace aproximadamente

200 mil años, que casi seguro era de piel oscura y que después se fue diversificando.

Hablando de piel, Friedrich Blumenbach, al intentar una clasificación de razas, ya había

notado que era imposible trazar una línea divisoria entre poblaciones de diferentes

colores: se trata más bien de un gradiente que varía de manera continua entre los tonos

claros y los oscuros. Si pintamos un mapa del mundo con el color

de piel predominante en cada región veremos claramente que los tonos más oscuros coinciden

con las zonas que reciben más luz solar (y no con los patrones de migración, por ejemplo).

¿A qué se debe? Los rayos ultravioleta de la luz solar pueden

causar quemaduras o hasta cáncer de piel, pero al mismo tiempo son necesarios para producir

vitamina D, indispensable para fijar calcio y tener huesos fuertes. Nuestra piel tiene

una sustancia llamada melanina que, en grandes concentraciones, bloquea la luz, y en bajas,

la deja pasar. De esa sustancia depende el color de tu piel: a más melanina, más oscuro

el color. En las zonas con más radiación solar, cerca del ecuador, sobreviven mejor

los individuos de piel oscura y en las zonas más al norte y al sur sobrevive mejor la

gente de piel clara, ambos a salvo de quemaduras y produciendo suficiente vitamina D.

Entonces, el color de piel está más relacionado con el lugar en el que vives tú (o tus ancestros

cercanos) que con la pertenencia a un grupo étnico definido. Por ejemplo, la gente que

vive al sur de la India y Sri lanka tiene la piel muy oscura. Pero sus tatara-tatarabuelos

vivían más al norte y tenían la piel más clara, y a su vez sus ancestros remotos venían

de África y tenían la piel oscura. En tan sólo 2500 años puede cambiar por completo

el color de piel de una población. Si tu color de piel no corresponde al lugar donde

vives, el de tus tatara-tatara-nietos seguramente sí, dentro de unas 100 generaciones.

Científicamente las “razas” no existen. Son un intento artificial por hacer grupos

excluyentes donde realmente no hay divisiones. Incluso las razas de perros no son clasificaciones

biológicas, sólo categorías que comparten ciertas categorías en las que se pusieron

de acuerdo clubes de aficionados. No hay razas humanas, existen sólo diferentes

características físicas que se heredan, cambian con el entorno y se mezclan para dar

origen a millones de maravillosas combinaciones que forman la increíble y hermosa diversidad

humana. ¡CuriosaMente!


Las Razas Humanas ¿de veras existen? - CuriosaMente 59 Do Human Races really exist? - CuriousMind 59 인간 종족은 정말 존재할까? - 호기심 59

Estudio Haini presenta ¿Existen las razas? Haini study presents Do races exist?

Algo que nos gusta hacer a los humanos es clasificar. Tomar la diversidad de elementos Take the diversity of elements

que nos presenta la realidad, y definir “tipos” en los que podemos dividir esos elementos.

Clasificar puede ser muy útil cuando hablamos de objetos o conceptos, pues nos permite hacer

generalizaciones que hacen más fácil pensar… y es tentadora la idea de clasificar a los

seres humanos por sus características físicas pero ¿de verdad existen las razas humanas?

Desde que las personas pueden viajar, se han dado cuenta de que en diferentes lugares,

los habitantes tienen aspecto diferente: diversos colores de piel, texturas de pelo y rasgos

faciales. ¿Por qué? Para el antiguo testamento había tres razas, que eran todas las que

conocían los judíos en ese entonces, y provenían de los hijos de Noé: los descendientes de They knew the Jews back then, and they came from the sons of Noah: the descendants of

Jafet, o sea los europeos; los descendientes de Cam, los africanos de piel oscura, y los Jafet, that is the Europeans; the descendants of Cam, the dark-skinned Africans, and the

descendientes de Sem, o sea los árabes y los propios hebreos.

La primera clasificación formal la hizo François Bernier en 1684 y en 1785 Carlos Linneo, después

de clasificar a los animales, dijo que había cuatro razas humanas: europea, asiática,

africana y americana. Por mucho tiempo, estas clasificaciones, a

veces con la legitimación pseudocientífica, sirvieron para justificar la opresión y la

explotación. La esclavitud de los negros en el siglo XVIII y XIX, por ejemplo, se justificaba

diciendo que eran descendientes de Cam, quien había sido maldecido por Dios. En los virreinatos In the viceroyalties

españoles de América incluso se inventó un sistema de castas ligado a la raza: quienes

más derechos tenían eran los “españoles de sangre limpia”. A los hijos que tuvieran

con mujeres indígenas les se llamaba “mestizos”, o si era con los mujeres afrodescendientes,

“mulatos”. "Mulattos". Y de todas las posibles combinaciones surgió una enredada clasificación que incluía And out of all the possible combinations a tangled classification emerged that included

castas con nombres tan chistosos como “zambo”, “saltapatrás”, “sambaigo” o “tentenelaire”, castes with such funny names as "zambo", "saltapatrás", "sambaigo" or "tentenelaire",

cada uno con menos derechos que el anterior. Después de un par de siglos de mezclas era After a couple of centuries of mixing it was

imposible saber a qué casta pertenecía cada quien, y aunque el sistema de castas fue abolido,

hasta la fecha persiste en nuestros países una errónea noción de que la importancia

de una persona está relacionada con su color de piel.

Verás, en el siglo XVIII existía una idea llamada poligenismo que decía que cada raza

se había originado por separado en cada continente, sin ancestros comunes. Ahora sabemos que no

es así, que todos provenimos de una población que vivió en África Oriental hace aproximadamente

200 mil años, que casi seguro era de piel oscura y que después se fue diversificando.

Hablando de piel, Friedrich Blumenbach, al intentar una clasificación de razas, ya había

notado que era imposible trazar una línea divisoria entre poblaciones de diferentes

colores: se trata más bien de un gradiente que varía de manera continua entre los tonos

claros y los oscuros. light and dark. Si pintamos un mapa del mundo con el color

de piel predominante en cada región veremos claramente que los tonos más oscuros coinciden

con las zonas que reciben más luz solar (y no con los patrones de migración, por ejemplo).

¿A qué se debe? For what is this? Los rayos ultravioleta de la luz solar pueden

causar quemaduras o hasta cáncer de piel, pero al mismo tiempo son necesarios para producir

vitamina D, indispensable para fijar calcio y tener huesos fuertes. Nuestra piel tiene

una sustancia llamada melanina que, en grandes concentraciones, bloquea la luz, y en bajas,

la deja pasar. lets it pass. De esa sustancia depende el color de tu piel: a más melanina, más oscuro

el color. En las zonas con más radiación solar, cerca del ecuador, sobreviven mejor

los individuos de piel oscura y en las zonas más al norte y al sur sobrevive mejor la

gente de piel clara, ambos a salvo de quemaduras y produciendo suficiente vitamina D.

Entonces, el color de piel está más relacionado con el lugar en el que vives tú (o tus ancestros

cercanos) que con la pertenencia a un grupo étnico definido. Por ejemplo, la gente que

vive al sur de la India y Sri lanka tiene la piel muy oscura. Pero sus tatara-tatarabuelos But his great-great-great-grandparents

vivían más al norte y tenían la piel más clara, y a su vez sus ancestros remotos venían

de África y tenían la piel oscura. En tan sólo 2500 años puede cambiar por completo

el color de piel de una población. Si tu color de piel no corresponde al lugar donde

vives, el de tus tatara-tatara-nietos seguramente sí, dentro de unas 100 generaciones.

Científicamente las “razas” no existen. Son un intento artificial por hacer grupos

excluyentes donde realmente no hay divisiones. Incluso las razas de perros no son clasificaciones

biológicas, sólo categorías que comparten ciertas categorías en las que se pusieron

de acuerdo clubes de aficionados. No hay razas humanas, existen sólo diferentes

características físicas que se heredan, cambian con el entorno y se mezclan para dar

origen a millones de maravillosas combinaciones que forman la increíble y hermosa diversidad

humana. ¡CuriosaMente!