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Narraciones inquietantes, La Mujer Alta — Pedro A. De Alarcón — 05

La Mujer Alta — Pedro A. De Alarcón — 05

—Os hago gracia, mis queridos amigos—continuó Gabriel,—de las reflexiones y argumentos que emplearía yo para ver de tranquilizar a Telesforo, pues son los mismos, mismísimos, que estáis vosotros preparando ahora para demostrarme que en mi historia no pasa nada sobrenatural o sobrehumano… Vosotros diréis más: vosotros diréis que mi amigo estaba medio loco; que lo estuvo siempre;que cuando menos, padecía la enfermedad moral llamada por unos terror pánico, y por otros delirio emotivo; que, aun siendo verdad todo lo que refería acerca de la mujer alta, habría que atribuirlo a coincidencias casuales de fechas y accidentes; y, en fin, que aquella pobre vieja podía también estar loca, o ser una ratera o una mendiga, o una zurcidora de voluntades, como se dijo a sí propio el héroe de mi cuento en un intervalo de lucidez y buen sentido…

—¡Admirable suposición! — exclamaron los camaradas de Gabriel en variedad de formas.—¡Eso mismo íbamos a contestar nosotros!

—Pues escuchad todavía unos momentos, y veréis que yo me equivoqué entonces, como vosotros os equivocáis ahora. ¡El que desgraciadamente no se equivocó nunca fue Telesforo! ¡Ah! ¡Es mucho más fácil pronunciar la palabra locura, que hallar explicación a ciertas cosas que pasan en la Tierra!

—¡Habla! ¡Habla!

—Voy allá; y esta vez, por ser ya la última, reanudaré el hilo de mi historia sin beberme antes un vaso de vino.

A los pocos días de aquella conversación con Telesforo, fui destinado a la provincia de Albacete en mi calidad de ingeniero de Montes; y no habían transcurrido muchas semanas cuando supe, por un contratista de obras públicas, que mi infeliz amigo había sido atacado de una horrorosa ictericia; que estaba enteramente verde, postrado en un sillón, sin trabajar ni querer ver a nadie, llorando de día y de noche con inconsolable amargura, y que los médicos no tenían ya esperanza alguna de salvarlo. Comprendí entonces por qué no contestaba a mis cartas, y hube de reducirme a pedir noticias suyas al coronel Falcón, que cada vez me las daba más desfavorables y tristes…

Después de cinco meses de ausencia regresé a Madrid el mismo día que llegó el parte telegráfico de la batalla de Tetuán… Me acuerdo como de lo que hice ayer. Aquella noche compré la indispensable Correspondencia de España, y lo primero que leí en ella fue la noticia de que Telesforo había fallecido y la invitación a su entierro para la mañana siguiente.

Comprenderéis que no falté a la triste ceremonia. Al llegar al cementerio de San Luis, adonde fui en uno de los coches más próximos al carro fúnebre llamó mi atención una mujer del pueblo vieja, y muy alta, que se reía impíamente al ver bajar el féretro, y que luego se colocó en ademán de triunfo delante de los enterradores, señalándoles con un abanico muy pequeño la galería que debían seguir para llegar a la abierta y ansiosa tumba…

A la primera ojeada reconocí, con asombro y pavura, que era la implacable enemiga de Telesforo, tal y como él me la había retratado, con su enorme nariz, con sus infernales ojos, con su asquerosa mella, con su pañolejo de percal y con aquel diminuto abanico, que parecía en sus manos el cetro de impudor y de la mofa…

Instantáneamente reparó en que yo la miraba, y fijó en mí la vista de un modo particular como reconociéndome, como dándose cuenta de que yo la reconocía, como enterada de que el difunto me había contado las escenas de la calle de Jardines y de la del Lobo, como desafiándome, como declarándome heredero del odio que había profesado a mi infortunado amigo…

Confieso que entonces mi miedo fue superior a la maravilla que me causaban aquellas nuevas coincidencias o casualidades. Veía patente que alguna relación sobrenatural anterior a la vida terrena había existido entre la misteriosa vieja y Telesforo; pero en tal momento sólo me preocupaba mi propia vida, mi propia alma, mi propia ventura, que correría peligro si llegaba a heredar semejante infortunio…

La mujer alta se echó a reír, y me señaló ignominiosamente con el abanico, cual si hubiese leído en mi pensamiento y denunciase al público mi cobardía… Yo tuve que apoyarme en el brazo de un amigo para no caer al suelo, y entonces ella hizo un ademán compasivo o desdeñoso, giró sobre los talones y penetró en el campo santo con la cabeza vuelta hacia mí, abanicándose y saludándome a un propio tiempo, y contoneándose entre los muertos con no sé qué infernal coquetería, hasta que, por último, desapareció para siempre en aquel laberinto de patios y columnatas llenos de tumbas…

Y digo para siempre, porque han pasado quince años y no he vuelto a verla… Si era criatura humana, ya debe de haber muerto; y si no lo era, tengo la seguridad de que me ha desdeñado… Conque ¡vamos a cuentas! ¡Decidme vuestra opinión acerca de tan curiosos hechos! ¿Los consideráis todavía naturales?

Ocioso fuera que yo, el autor del cuento o historia que acabáis de leer, estampase aquí las contestaciones que dieron a Gabriel sus compañeros y amigos, puesto que, al fin y a la postre, cada lector habrá de juzgar el caso según sus propias sensaciones y creencias…

Prefiero, por consiguiente, hacer punto final en este párrafo, no sin dirigir el más cariñoso y expresivo saludo a cinco de los seis expedicionarios que pasaron juntos aquel inolvidable día en las frondosas cumbres del Guadarrama.

La Mujer Alta — Pedro A. De Alarcón — 05 Die große Frau - Pedro A. De Alarcón - 05 The Tall Woman — Pedro A. De Alarcón — 05 La grande femme - Pedro A. De Alarcón - 05 A Mulher Alta - Pedro A. De Alarcón - 05

—Os hago gracia, mis queridos amigos—continuó Gabriel,—de las reflexiones y argumentos que emplearía yo para ver de tranquilizar a Telesforo, pues son los mismos, mismísimos, que estáis vosotros preparando ahora para demostrarme que en mi historia no pasa nada sobrenatural o sobrehumano… Vosotros diréis más: vosotros diréis que mi amigo estaba medio loco; que lo estuvo siempre;que cuando menos, padecía la enfermedad moral llamada por unos __terror pánico__, y por otros __delirio emotivo__; que, aun siendo verdad todo lo que refería acerca de la mujer alta, habría que atribuirlo a coincidencias casuales de fechas y accidentes; y, en fin, que aquella pobre vieja podía también estar loca, o ser una ratera o una mendiga, o una zurcidora de voluntades, como se dijo a sí propio el héroe de mi cuento en un intervalo de lucidez y buen sentido… "I find it amusing, my dear friends," continued Gabriel, "the reflections and arguments that I would use to try to calm Telesforo, because they are the very same ones that you are now preparing to demonstrate to me that in my story nothing supernatural or superhuman is happening… You may say more: you may say that my friend was half crazy; that he always was; that at the very least, he suffered from the moral illness called by some panic terror, and by others emotional delirium; that, even if everything he related about the tall woman was true, it would have to be attributed to casual coincidences of dates and events; and, finally, that that poor old woman could also be crazy, or a thief, or a beggar, or a will-witch, as the hero of my tale said to himself in a moment of lucidity and good sense…"

—¡Admirable suposición! "Admirable supposition!" — exclamaron los camaradas de Gabriel en variedad de formas.—¡Eso mismo íbamos a contestar nosotros! exclaimed Gabriel's comrades in various ways. "That is exactly what we were going to reply!"

—Pues escuchad todavía unos momentos, y veréis que yo me equivoqué entonces, como vosotros os equivocáis ahora. "Well, listen a few more moments, and you will see that I was wrong then, just as you are wrong now." ¡El que desgraciadamente no se equivocó nunca fue Telesforo! Unfortunately, Telesforo was the one who never made a mistake! ¡Ah! "Ah!" ¡Es mucho más fácil pronunciar la palabra locura, que hallar explicación a ciertas cosas que pasan en la Tierra! "It is much easier to say the word madness than to find an explanation for certain things that happen on Earth!"

—¡Habla! "Speak!" ¡Habla! "Speak!"

—Voy allá; y esta vez, por ser ya la última, reanudaré el hilo de mi historia sin beberme antes un vaso de vino. "I will, and this time, since it is the last, I will resume the thread of my story without first drinking a glass of wine.

A los pocos días de aquella conversación con Telesforo, fui destinado a la provincia de Albacete en mi calidad de ingeniero de Montes; y no habían transcurrido muchas semanas cuando supe, por un contratista de obras públicas, que mi infeliz amigo había sido atacado de una horrorosa ictericia; que estaba enteramente verde, postrado en un sillón, sin trabajar ni querer ver a nadie, llorando de día y de noche con inconsolable amargura, y que los médicos no tenían ya esperanza alguna de salvarlo. A few days after that conversation with Telesforo, I was assigned to the province of Albacete in my capacity as a forestry engineer; and not many weeks had passed when I learned, from a public works contractor, that my unfortunate friend had been stricken with a horrible jaundice; that he was entirely green, sitting in a chair, not working or wanting to see anyone, crying day and night with inconsolable bitterness, and that the doctors no longer had any hope of saving him. Comprendí entonces por qué no contestaba a mis cartas, y hube de reducirme a pedir noticias suyas al coronel Falcón, que cada vez me las daba más desfavorables y tristes… That's when I understood why he didn't answer my letters, and I had to ask Colonel Falcón for news of him, which grew increasingly unfavorable and sad…

Después de cinco meses de ausencia regresé a Madrid el mismo día que llegó el parte telegráfico de la batalla de Tetuán… Me acuerdo como de lo que hice ayer. After five months of absence, I returned to Madrid on the same day that the telegraphic report of the battle of Tetuán arrived… I remember it as if it were yesterday. Aquella noche compré la indispensable __Correspondencia de España__, y lo primero que leí en ella fue la noticia de que Telesforo había fallecido y la invitación a su entierro para la mañana siguiente. That night I bought the essential Correspondence of Spain, and the first thing I read in it was the news that Telesforo had passed away and the invitation to his burial the next morning.

Comprenderéis que no falté a la triste ceremonia. You will understand that I did not miss the sad ceremony. Al llegar al cementerio de San Luis, adonde fui en uno de los coches más próximos al carro fúnebre llamó mi atención una mujer del pueblo vieja, y muy alta, que se reía impíamente al ver bajar el féretro, y que luego se colocó en ademán de triunfo delante de los enterradores, señalándoles con un abanico muy pequeño la galería que debían seguir para llegar a la abierta y ansiosa tumba… Upon arriving at the cemetery of San Luis, where I went in one of the carriages closest to the funeral car, my attention was drawn to an old, very tall, woman from the town, who was laughing impiously as she watched the coffin being lowered, and then stood in a triumphant gesture in front of the gravediggers, pointing to the gallery they should follow to reach the open and eager grave…

A la primera ojeada reconocí, con asombro y pavura, que era la implacable enemiga de Telesforo, tal y como él me la había retratado, con su enorme nariz, con sus infernales ojos, con su asquerosa mella, con su pañolejo de percal y con aquel diminuto abanico, que parecía en sus manos el cetro de impudor y de la mofa… At first glance, with astonishment and dread, I recognized her as the implacable enemy of Telesforo, just as he had described her to me, with her huge nose, her infernal eyes, her disgusting gap-toothed smile, her calico handkerchief, and that tiny fan that seemed in her hands the scepter of impudence and mockery…

Instantáneamente reparó en que yo la miraba, y fijó en mí la vista de un modo particular como reconociéndome, como dándose cuenta de que yo la reconocía, como enterada de que el difunto me había contado las escenas de la calle de Jardines y de la del Lobo, como desafiándome, como declarándome heredero del odio que había profesado a mi infortunado amigo… Instantly she noticed that I was looking at her, and she fixed her eyes on me in a particular way, as if recognizing me, as if realizing that I recognized her, as if aware that the deceased had told me about the scenes on Jardines Street and Lobo Street, as if challenging me, as if declaring me the heir of the hatred she had felt for my unfortunate friend…

Confieso que entonces mi miedo fue superior a la maravilla que me causaban aquellas nuevas __coincidencias__ o __casualidades__. I confess that at that moment, my fear exceeded the wonder that those new coincidences or casualities caused me. Veía patente que alguna relación sobrenatural anterior a la vida terrena había existido entre la misteriosa vieja y Telesforo; pero en tal momento sólo me preocupaba mi propia vida, mi propia alma, mi propia ventura, que correría peligro si llegaba a heredar semejante infortunio… It was clear to me that there had been some supernatural relationship between the mysterious old woman and Telesforo prior to earthly life; but at that moment, I was only concerned about my own life, my own soul, my own happiness, which would be in danger if I were to inherit such misfortune...

La __mujer alta__ se echó a reír, y me señaló ignominiosamente con el abanico, cual si hubiese leído en mi pensamiento y denunciase al público mi cobardía… Yo tuve que apoyarme en el brazo de un amigo para no caer al suelo, y entonces ella hizo un ademán compasivo o desdeñoso, giró sobre los talones y penetró en el campo santo con la cabeza vuelta hacia mí, abanicándose y saludándome a un propio tiempo, y contoneándose entre los muertos con no sé qué infernal coquetería, hasta que, por último, desapareció para siempre en aquel laberinto de patios y columnatas llenos de tumbas… The tall woman burst into laughter, pointing at me ignominiously with her fan, as if she had read my thoughts and was exposing my cowardice to the public... I had to lean on a friend's arm to keep from falling to the ground, and then she made a compassionate or disdainful gesture, turned on her heel, and entered the cemetery with her head turned towards me, fanning herself and greeting me at the same time, strutting among the dead with some infernal coquetry, until finally disappearing forever into that labyrinth of courtyards and columned tombs...

Y digo __para siempre__, porque han pasado quince años y no he vuelto a verla… Si era criatura humana, ya debe de haber muerto; y si no lo era, tengo la seguridad de que me ha desdeñado… Conque ¡vamos a cuentas! And I say forever, because fifteen years have passed and I haven't seen her again... If she was a human being, she must have died by now; and if she wasn't, I am sure she has scorned me... So, let's settle this once and for all! ¡Decidme vuestra opinión acerca de tan curiosos hechos! Tell me your opinion about these curious events! ¿Los consideráis todavía naturales? Do you still consider them natural?

Ocioso fuera que yo, el autor del cuento o historia que acabáis de leer, estampase aquí las contestaciones que dieron a Gabriel sus compañeros y amigos, puesto que, al fin y a la postre, cada lector habrá de juzgar el caso según sus propias sensaciones y creencias… It would be needless for me, the author of the story you have just read, to include here the responses Gabriel's companions and friends gave him, since, ultimately, each reader will judge the case according to their own feelings and beliefs...

Prefiero, por consiguiente, hacer punto final en este párrafo, no sin dirigir el más cariñoso y expresivo saludo a cinco de los seis expedicionarios que pasaron juntos aquel inolvidable día en las frondosas cumbres del Guadarrama. Therefore, I prefer to end this paragraph here, while sending the warmest and most expressive greetings to five of the six adventurers who spent that unforgettable day together in the lush peaks of Guadarrama.