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Narraciones inquietantes, La Dama de Picas - Alexander Pushkin - 03

La Dama de Picas - Alexander Pushkin - 03

En efecto, Isabel Ivanovna era una criatura desgraciada. Amargo es el pan ajeno, dijo Dante, y duro es bajar por la escalera de otro.

¿Qué amargura de las que proceden de la dependencia de otro ignoraría una pobre joven protegida por una anciana rica e ilustre? La condesa no era mala, pero sí caprichosa, como mujer amiga de la sociedad, avara y sumida en el más egoísmo, como suele ocurrir con los viejos enamorados de su tiempo y extraños al presente. La condesa tomaba parte en todas las frivolidades del gran mundo. Acudía a los bailes permaneciendo en un rincón con el rostro pintado y vestida a la antigua como si fuera un adorno natural e indispensable del salón. A ellas se acercaban con profundos saludos los huéspedes cual si cumpliesen con un rito establecido y después nadie se acordaba de ella.

A su casa acudía toda la ciudad, observando severa etiqueta, sin conocer a nadie personalmente. Sus numerosos criados se engordaban y envejecían en sus antesalas, haciendo lo que querían y robando constantemente a la anciana. Isabel Ivanovna era un mártir doméstico.

Ella servía el té y escuchaba regaños por el consumo exagerado de azúcar. Ella leía novelas en voz alta y tenía la culpa de cuántos errores había cometido el autor. Ella acompañaba a la princesa cuando salía de paseo y era responsable del tiempo y del estado de las calles. Tenía señalada una recompensa pecuniaria, pero nunca se la pagaban, no obstante lo cual le exigían que se vistiese como todas, es decir, como pocas. En sociedad desempeñaba el mismo papel. Todos la conocían y ninguno le hacía caso. En los bailes no las sacaban a bailar sino cuando faltaba un vis-a-vis. Y las señoras se cogían de su brazo cuantas veces necesitaban ir al tocador para arreglar algún detalle del vestido. Como tenía amor propio, sentía lo triste de su situación y miraba alrededor suyo esperando con impaciencia que se presentase un libertador. Pero los jóvenes, calculadores a pesar de su vanidad juvenil, no le hacían ningún caso. Por más que fuera Isabel Ivanovna cien veces más bonita y más agradable que las impertinentes y desagradables jóvenes en torno de las cuales se movían. Cuántas veces, abandonando la sala aburrida y pomposa, había ser retirado a su pobre alcoba donde lloraba silenciosamente al lado de viejos biombos y de antiguas tapicerías, mirando con tristeza la cómoda, el espejo y la cama que constituían el mobiliario, a la luz escasa que proyectaba una vela de sebo puesta en un candelero de metal.

Una vez, esto sucedió dos días después del sarao descrito al principio de este relato y una semana antes de la escena en que nos detuvimos una vez, Isabel Ivanovna, sentada junto a la ventana, trabajando en su bastidor, miró distraídamente a la calle. Vio a un joven ingeniero inmóvil y con la vista fija en la ventana. Isabel bajó la cabeza y tornó a su labor. Cinco minutos después, miró de nuevo. El joven oficial seguía en el mismo sitio. No teniendo por costumbre coquetear con los oficiales que pasaban por la calle, dejó de mirar y bordó por espacio de dos horas sin levantar la cabeza. Sirvieron la comida.

Isabel se levantó, recogió su labor y mirando involuntariamente hacia la calle, volvió a ver al oficial. Esto le pareció bastante raro. Después de comer, se aproximó a la ventana con cierta intranquilidad, pero el oficial había desaparecido y ella no volvió a acordarse más de él.

Dos días después, cuando iba a subir al coche con la condesa, volvió a verle. Estaba junto a la escalinata y ocultaba el rostro en el cuello de Castor. Sus negros ojos brillaban bajo la gorra. Isabel Ivanovna se asustó sin saber de qué y tomó asiento en el coche con inexplicable sobresalto.

Al regresar a casa, corrió a la ventana. El oficial se hallaba en el mismo sitio que el joven. La joven se retiró, mortificada por la curiosidad y agitada por un sentimiento completamente nuevo para ella.

Desde entonces, no pasó día sin que el joven oficial no se presentase a la misma hora bajo la ventana de la casa. Entre él y la joven se establecieron mudas relaciones. Sentada en su sitio, ocupada en su trabajo, sentía su proximidad, levantaba la cabeza y le miraba cada día más.

El joven, al parecer, le estaba muy agradecido. La joven reparaba, con la penetración propia de la juventud, cómo se cubrían de Carmín sus pálidas mejillas cuando su mirada se encontraba con la de él. Al cabo de una semana, la joven le sonreía…

Cuando Tomski pidió permiso a la condesa para presentar a su amigo, el corazón de la pobre muchacha palpitó con más fuerza. Pero cuando supo que Narumov no era ingeniero, sino caballero guardia, deploró haber revelado su secreto por medio de una pregunta indiscreta al impetuoso Tomski.

La Dama de Picas - Alexander Pushkin - 03 Die Pique Dame - Alexander Puschkin - 03 The Queen of Spades - Alexander Pushkin - 03 La Dame de Pique - Alexandre Pouchkine - 03

En efecto, Isabel Ivanovna era una criatura desgraciada. Amargo es el pan ajeno, dijo Dante, y duro es bajar por la escalera de otro. "Bitter is another's bread," said Dante, "and hard is to go down someone else's stairs." Le pain d'autrui est amer, disait Dante, et il est difficile de descendre l'échelle d'autrui.

¿Qué amargura de las que proceden de la dependencia de otro ignoraría una pobre joven protegida por una anciana rica e ilustre? What bitterness from the dependence on another would a poor young woman, protected by a rich and illustrious old lady, not know? Quelle amertume due à la dépendance à l'égard d'autrui une jeune femme pauvre protégée par une vieille femme riche et illustre ignorerait-elle ? La condesa no era mala, pero sí caprichosa, como mujer amiga de la sociedad, avara y sumida en el más egoísmo, como suele ocurrir con los viejos enamorados de su tiempo y extraños al presente. The countess was not bad, but capricious, like a woman friend of society, greedy and immersed in the utmost selfishness, as often happens with old lovers of their time and strangers to the present. La comtesse n'était pas mauvaise, mais elle était capricieuse, comme une femme mondaine, avare et égoïste, comme c'est souvent le cas des vieux amants de son époque et des étrangers au présent. La condesa tomaba parte en todas las frivolidades del gran mundo. The countess took part in all the frivolities of high society. Acudía a los bailes permaneciendo en un rincón con el rostro pintado y vestida a la antigua como si fuera un adorno natural e indispensable del salón. She attended balls, remaining in a corner with her face painted and dressed in the old-fashioned way as if she were a natural and indispensable adornment of the salon. Elle se rendait aux soirées dansantes, debout dans un coin, le visage peint et habillée à l'ancienne, comme si elle était un ornement naturel et indispensable de la salle de bal. A ellas se acercaban con profundos saludos los huéspedes cual si cumpliesen con un rito establecido y después nadie se acordaba de ella. Guests approached her with deep greetings, as if fulfilling an established ritual, and then no one remembered her. Les invités s'approchaient d'eux avec de profondes salutations, comme s'ils accomplissaient un rite établi, puis personne ne se souvenait d'eux.

A su casa acudía toda la ciudad, observando severa etiqueta, sin conocer a nadie personalmente. The whole city would come to her house, observing strict etiquette, without knowing anyone personally. Sus numerosos criados se engordaban y envejecían en sus antesalas, haciendo lo que querían y robando constantemente a la anciana. Her numerous servants would grow fat and old in her antechambers, doing as they pleased and constantly stealing from the old lady. Dans ses antichambres, ses nombreux serviteurs s'engraissent et vieillissent, faisant ce qu'ils veulent et volant constamment la vieille dame. Isabel Ivanovna era un mártir doméstico. Isabel Ivanovna was a domestic martyr.

Ella servía el té y escuchaba regaños por el consumo exagerado de azúcar. She served tea and listened to scoldings for the excessive consumption of sugar. Elle a versé le thé et écouté les réprimandes sur la surconsommation de sucre. Ella leía novelas en voz alta y tenía la culpa de cuántos errores había cometido el autor. She read novels out loud and was to blame for any errors the author had made. Ella acompañaba a la princesa cuando salía de paseo y era responsable del tiempo y del estado de las calles. She accompanied the princess when she went out for a walk and was responsible for the weather and the condition of the streets. Tenía señalada una recompensa pecuniaria, pero nunca se la pagaban, no obstante lo cual le exigían que se vistiese como todas, es decir, como pocas. She was promised a monetary reward, but it was never paid to her, yet she was still expected to dress like everyone else, that is, like only a few. Elle avait une récompense monétaire, mais elle n'a jamais été payée, alors qu'elle devait s'habiller comme tout le monde, c'est-à-dire comme peu de gens. En sociedad desempeñaba el mismo papel. In society, she played the same role. Dans la société, il joue le même rôle. Todos la conocían y ninguno le hacía caso. Everyone knew her and no one paid attention to her. Tout le monde la connaissait et personne ne l'écoutait. En los bailes no las sacaban a bailar sino cuando faltaba un __vis-a-vis__. At dances, she was only asked to dance when a vis-a-vis was missing. Lors des bals, ils n'étaient invités à danser qu'en l'absence d'un vis à vis. Y las señoras se cogían de su brazo cuantas veces necesitaban ir al tocador para arreglar algún detalle del vestido. And the ladies would take hold of her arm whenever they needed to go to the restroom to fix some detail of their dress. Et les dames lui attrapaient le bras aussi souvent qu'elles avaient besoin d'aller à la coiffeuse pour arranger un détail de leur robe. Como tenía amor propio, sentía lo triste de su situación y miraba alrededor suyo esperando con impaciencia que se presentase un libertador. With a sense of self-esteem, she felt the sadness of her situation and looked around impatiently, hoping for a liberator to appear. Pero los jóvenes, calculadores a pesar de su vanidad juvenil, no le hacían ningún caso. Mais les jeunes, calculateurs malgré leur vanité juvénile, ne lui prêtent aucune attention. Por más que fuera Isabel Ivanovna cien veces más bonita y más agradable que las impertinentes y desagradables jóvenes en torno de las cuales se movían. Même si Elizabeth Ivanovna était cent fois plus jolie et plus agréable que les jeunes femmes impertinentes et désagréables qu'ils côtoyaient. Cuántas veces, abandonando la sala aburrida y pomposa, había ser retirado a su pobre alcoba donde lloraba silenciosamente al lado de viejos biombos y de antiguas tapicerías, mirando con tristeza la cómoda, el espejo y la cama que constituían el mobiliario, a la luz escasa que proyectaba una vela de sebo puesta en un candelero de metal.

Una vez, esto sucedió dos días después del sarao descrito al principio de este relato y una semana antes de la escena en que nos detuvimos una vez, Isabel Ivanovna, sentada junto a la ventana, trabajando en su bastidor, miró distraídamente a la calle. Une fois, deux jours après les réjouissances décrites au début de cette histoire et une semaine avant la scène à laquelle nous nous sommes arrêtés, Elizabeth Ivanovna, assise à la fenêtre, travaillant sur son cadre, regarda distraitement dans la rue. Vio a un joven ingeniero inmóvil y con la vista fija en la ventana. Isabel bajó la cabeza y tornó a su labor. Cinco minutos después, miró de nuevo. El joven oficial seguía en el mismo sitio. No teniendo por costumbre coquetear con los oficiales que pasaban por la calle, dejó de mirar y bordó por espacio de dos horas sin levantar la cabeza. N'ayant pas l'habitude de flirter avec les officiers de passage dans la rue, il s'est arrêté de regarder et a brodé pendant deux heures sans lever la tête. Sirvieron la comida.

Isabel se levantó, recogió su labor y mirando involuntariamente hacia la calle, volvió a ver al oficial. Esto le pareció bastante raro. Después de comer, se aproximó a la ventana con cierta intranquilidad, pero el oficial había desaparecido y ella no volvió a acordarse más de él.

Dos días después, cuando iba a subir al coche con la condesa, volvió a verle. Estaba junto a la escalinata y ocultaba el rostro en el cuello de Castor. Sus negros ojos brillaban bajo la gorra. Isabel Ivanovna se asustó sin saber de qué y tomó asiento en el coche con inexplicable sobresalto.

Al regresar a casa, corrió a la ventana. El oficial se hallaba en el mismo sitio que el joven. La joven se retiró, mortificada por la curiosidad y agitada por un sentimiento completamente nuevo para ella. La jeune femme se retire, mortifiée par la curiosité et secouée par un sentiment tout à fait nouveau pour elle.

Desde entonces, no pasó día sin que el joven oficial no se presentase a la misma hora bajo la ventana de la casa. Since then, not a day passed without the young officer showing up at the same time under the window of the house. Entre él y la joven se establecieron mudas relaciones. Silent relations were established between him and the young woman. Des relations muettes se sont établies entre lui et la jeune femme. Sentada en su sitio, ocupada en su trabajo, sentía su proximidad, levantaba la cabeza y le miraba cada día más. Seated in her place, occupied with her work, she felt his proximity, lifted her head and looked at him more and more each day.

El joven, al parecer, le estaba muy agradecido. The young man, apparently, was very grateful to her. La joven reparaba, con la penetración propia de la juventud, cómo se cubrían de Carmín sus pálidas mejillas cuando su mirada se encontraba con la de él. The young woman, with the insight of youth, noticed how her pale cheeks blushed when their eyes met. Elle remarqua, avec la pénétration de la jeunesse, que ses joues pâles se couvraient de carmin lorsque son regard rencontrait le sien. Al cabo de una semana, la joven le sonreía… After a week, the young woman smiled at him...

Cuando Tomski pidió permiso a la condesa para presentar a su amigo, el corazón de la pobre muchacha palpitó con más fuerza. When Tomski asked the countess for permission to introduce his friend, the poor girl's heart beat harder. Pero cuando supo que Narumov no era ingeniero, sino caballero guardia, deploró haber revelado su secreto por medio de una pregunta indiscreta al impetuoso Tomski. But when she found out that Narumov was not an engineer but a guard officer, she regretted revealing her secret through an indiscreet question to the impulsive Tomski. Mais lorsqu'il apprit que Narumov n'était pas ingénieur, mais chevalier-garde, il regretta d'avoir révélé son secret en posant une question indiscrète à l'impétueux Tomski.