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El 19 de Marzo y el 2 de Mayo by Benito Pérez Galdós, II

II

He recordado días tan felices, y ahora me corresponde contar lo que me pasó en uno de aquellos viajes. No se olvide que he empezado mi narración en Marzo de 1808, y cuando yo había honrado el Real Sitio con diez o doce de mis visitas. En el día a que me refiero, llegué cuando la misa había concluido, y desde el portal de la casa un armonioso son de flauta me anunció que D. Celestino estaba tan alegre como de costumbre, señal de que nada desagradable ocurría en la modesta familia. Inés salió a recibirme, y hechos los primeros cumplidos, me dijo:

-El tío Celestino ha recibido una carta de Madrid, que le ha puesto muy alegre.

-¿De quién? -pregunté.

-No me lo ha dicho su merced, ni tampoco lo que la carta reza; pero él está contento y... dice que la carta trae muy buenas noticias para mí.

-Eso es particular -añadí confundido-. ¿Quién puede escribir desde Madrid cartas que a ti te traigan buenas noticias?

-No sé; pero pronto saldremos de dudas -repuso Inés-. El tío me dijo: «Cuando venga Gabriel y nos sentemos a la mesa, os contaré lo que dice la carta. Es cosa que interesa a los tres: a ti principalmente, porque eres la favorecida, a mí porque soy tu tío, y a él porque va a ser tu novio cuando tenga edad para ello».

No hablamos más del caso, y entré en el cuarto del buen sacerdote y humanista. Una cama cubierta de blanquísima colcha pintada de verdes ramos ocupaba el primer puesto en el reducido local. La mesa de pino con dos o tres sillas que le servían de simétrica compañía, llenaba el resto, y aún quedaba espacio para una cómoda estrambótica, con chapas y remiendos de diversos palos y metales. Completaban tan modesto ajuar un crucifijo y una virgen vestida de terciopelo, y acribillada de espadas y rayos, ambas imágenes con sendos ramos de carrasca o de olivo clavados en varios agujeritos que para el caso tenían las peanas. Los libros, que eran muchos, no cubrían por el orden de su colocación más que media mesa y media cómoda, dejando hueco para algunos papeles de música y otros en que borrajeaba versos latinos el buen cura. Desde la ventana se veía un huerto no mal cultivado, y a lo lejos las elevadas puntas de aquellos olmos eminentes que guarnecen como hileras de gigantescos centinelas todas las avenidas del Real Sitio. Tal era la habitación del padre Celestino.

Sentámonos los tres, y el tío de Inés me dijo:

-Gabrielillo: tengo que leerte una poesía latina que he compuesto en loor del serenísimo señor príncipe de la Paz, mi paisano, amigo y aun creo que pariente. Me ha costado una semanita de trabajo; que componer versos latinos no es soplar buñuelos. Verás, te la voy a leer, pues aunque tú no eres hombre de letras, qué sé yo... tienes un pícaro gancho para comprender las cosas... Luego pienso enviarla a Sánchez Barbero, el primero de los poetas españoles desde que hay poesía en España; y no me hablen a mí de fray Luis de León, de Rioja, de Herrera, ni de todos esos que compusieron en romance. Fruslerías y juegos de chicos. Un verso latino de Sánchez Barberovale más que toda esa jerga de epístolas, sonetos, silvas, églogas, canciones con que se emboba el vulgo ignorante... Pero vuelvo a lo que decía, y es que antes que aquel fénix de los modernos ingenios la examine, quiero leértela a ti a ver qué te parece.

-Pero, Sr. D. Celestino, si yo no sé ni una palabra en latín, a no ser Dominus vobiscum y bóbilis bóbilis.

-Eso no importa. Precisamente los profanos son los que mejor pueden apreciar la armonía, la rimbombancia, el cre rotundo , con que tales versos deben escribirse -dijo el clérigo con tenacidad implacable.

Inés me dirigió una mirada en que me recomendaba, con su habitual sabiduría, la abnegación y la paciencia para soportar al prójimo impertinente. Ambos prestamos atención, y D. Celestino nos leyó unos cuatrocientos versos, que sonaban en mi oído como una serie de modulaciones sin sentido. Él parecía muy satisfecho, y a cada instante interrumpía su lectura para decirnos: -¿Qué os parece ese pasajillo? Inés: a esa figura llamamos lítote , y a este paloteo de las palabras para imitar los ruidos del mar tempestuoso de la nación cuando lo surca la nave del Estado se llama onomatopeya , la cual figura va encajada en otra que es la alegoría.

Así nos fue leyendo toda la composición, de la cual figúrense Vds. lo que entenderíamos. Aún conservo en mi poder la obra de nuestro amigo, que empieza así:

Te Godoie, canam pacis: tua munera caelo

Inserere aegrediar: per te Pax alma biformem

Vincla recusantem conduxit carcere Janum.

Cuatrocientos versos por este estilo nos tragamos Inés y yo, siendo de notar que ella atendía a la lectura con tanta formalidad como si la comprendiera, y aun en los pasajes más ruidosos hacía señales de asentimiento y elogio, para contentar al pobre viejo: ¡tal era su discreción!

-Puesto que os ha agradado tanto, hijos míos -dijo D. Celestino guardando su manuscrito-, otro día os leeré parte del poema. Lo dejo para mejor ocasión, y así se comparte el placer entre varios días, evitando el empacho que produce la sucesión de manjares demasiado dulces y apetitosos.

-¿Y piensa Vd. leérsela también al príncipe de la Paz?

-¿Pues para qué la he escrito? A Su Alteza Serenísima le encantan los versos latinos... porque es un gran latino... y pienso darle un buen rato uno de estos días. Y a propósito, ¿qué se dice por Madrid? Aquí está la gente bastante alarmada. ¿Pasa allá lo mismo?

-Allá no saben qué pensar. Figúrese Vd., la cosa no es para menos. Temen a los franceses que están entrando en España a más y mejor. Dicen que el rey no dio permiso para que entrara tanta gente, y parece que Napoleón se burla de la corte de España, y no hace maldito caso de lo que trató con ella.

-Es gente de pocos alcances la que tal dice -repuso D. Celestino-. Ya saben Godoy y Bonaparte lo que se hacen. Aquí todos quieren saber tanto como los que mandan, de modo que se oyen unos disparates...

-Lo de Portugal ha resultado muy distinto de lo que se creía. Un general francés se plantó allá, y cuando la familia real se marchó para América, dijo: «Aquí no manda nadie más que el Emperador, y yo en su nombre; vengan cuatrocientos milloncitos de reales, vengan los bienes de los nobles que se han ido al Brasil con la familia real».

-No juzguemos por las apariencias -dijo D. Celestino-; sabe Dios lo que habrá en eso.

-En España van a hacer lo mismo -añadí-; y como los Reyes están llenos de miedo, y el príncipe de la Paz tan aturrullado, que no sabe qué hacer...

-¿Qué estás diciendo, tontuelo? ¿Cómo tratas con tan poco respeto a ese espejo de los diplomáticos, a esa natilla de los ministros? ¿Que no sabe lo que se hace?

-Lo dicho, dicho. Napoleón les engaña a todos. En Madrid hay muchos que se alegran de ver entrar tanta tropa francesa, porque creen que viene a poner en el trono al príncipe Fernando. ¡Buenos tontos están!

-¡Tontos, mentecatos, imbéciles! -exclamó con enfado el padre Celestino.

-Lo que fuere sonará. Si vienen con buen fin esos caballeros, ¿por qué se apoderan por sorpresa de las principales plazas y fortalezas? Primero se metieron en Pamplona engañando a la guarnición; después se colaron en Barcelona, donde hay un castillo muy grande que llaman el Monjuich. Después fueron a otro castillo que hay en Figueras, el cual no es menos grande, el mayor del mundo, según dice Pacorro Chinitas, y lo cogieron también, y por último se han metido en San Sebastián. Digan lo que quieran, esos hombres no vienen como amigos. El ejército español está trinando: sobre todo, hay que oír a los oficiales que vienen del Norte y han visto a los franceses en las plazas fuertes... le digo a Vd. que echan chispas. El gobierno del rey Carlos IV está que no le llega la camisa al cuerpo, y todos conocen la barbaridad que han hecho dejando entrar a los franceses; pero ya no tiene remedio... ¿sabe Vd. lo que se dice por Madrid?

-¿Qué, hijo mío? Sin duda alguna de esas vulgarísimas aberraciones propias de entendimientos romos. Ya lo he dicho: nosotros no entendemos de negocios de Estado; ¿a qué viene el comentar las combinaciones y planes de esos hombres eminentes, que se desviven por hacernos felices?

-Pues allá dicen que la familia real de España, viéndose cogida en la red por Bonaparte, ha determinado marcharse a América, y que no tardará en salir de Aranjuez para Cádiz. Por supuesto, los partidarios del príncipe Fernando se alegran, y creen que esto les viene de perillas para que el otro suba al trono.

-¡Necios, mentecatos! -exclamó el tío de Inés, incomodándose de nuevo-. ¡Pensar que había de consentir tal cosa el señor príncipe de la Paz, mi paisano, amigo y aun creo que pariente!... Pero no nos incomodemos fuera de tiempo, Gabriel, y por cosas que no hemos de resolver nosotros. Vamos a comer, que ya es hora, y el cuerpo lo pide.

Inés, que se había retirado un momento antes, volvió a decirnos que la comida estaba pronta. Durante ella, fue cuando el respetable cura nos comunicó el contenido de la misteriosa carta que había llegado a la casa por la mañana.

-Hijos míos -dijo cuando los tres habíamos tomado asiento-: Voy a participaros un suceso feliz, y tú, Inesilla, regocíjate. La fortuna se te entra por las puertas, y ahora vas a ver cómo Dios no abandona nunca a los desvalidos y menesterosos. Ya sabes, que tu buena madre, que santa gloria haya, tenía un primo llamado D. Mauro Requejo, comerciante en telas, cuya lonja, si no me engaño, cae hacia la calle de Postas, esquina a la de la Sal.

-D. Mauro Requejo... -dije yo recordando-, justamente: doña Juana le nombró delante de mí varias veces, y ahora caigo, en que ese comerciante pone en el Diario unos anuncios que me dan bastante que hacer.

-Le recuerdo -dijo Inés-. Él y su hermana eran los únicos parientes que tenía mi madre en Madrid. Por cierto que siempre se negó a favorecernos, aunque lo necesitábamos bastante: dos veces le vi en casa. ¿Creería su merced que fue a consolarnos, a socorrernos? No: fue a que mi madre le hiciera algunas piezas de ropa, y después de regatear el precio, no pagó más que la mitad de lo tratado, y decía: «De algo ha de servir el parentesco». Él y su hermana no hablaban más que de su honradez o de lo mucho que habían adelantado en el comercio y nos echaban en cara nuestra pobreza, prohibiéndonos que fuéramos a su casa, mientras no nos encontráramos en posición más desahogada.

-Pues digo -afirmé con enfado- que ese don Mauro y su señora hermana son dos grandísimos pillos.

-Poco a poco -continuó el cura-. Déjenme acabar. El primo de tu madre habrá faltado; pero lo que es ahora, sin duda Dios le ha tocado en el corazón, y se dispone a enmendar sus yerros, favoreciéndote como buen pariente y hombre caritativo. Ya sabes que es bastante rico, gracias a su laboriosidad y mucha economía. Pues bien: en la carta que he recibido esta mañana me dice que quiere recogerte y ampararte en su casa, donde estarás como una reina; donde no te faltará nada, ni aun aquello de que gustan tanto las damiselas del día, tal como joyas, trajes bonitos, perfumes primorosos, guantes y otras fruslerías. En fin, Dios se ha acordado de ti, sobrinita. ¡Ah!, ¡si vieras qué interés tan grande demuestra por ti en sus cartas; qué alabanzas tan calurosas hace de tus méritos; si vieras cómo te pone por esas nubes, cómo lamenta tu orfandad, y cómo se enternece considerando que eres de su misma sangre, y que a pesar de esta natural preeminencia careces de lo que a él le sobra! Te repito que trabajando mucho y ahorrando más, el Sr. Requejo ha llegado a ser muy rico. ¡Qué porvenir te espera, Inesilla! El párrafo más conmovedor de la carta de tus tíos -añadió sacando la epístola- es este: ¿a quién hemos de dejar lo que tenemos, sino a nuestra querida sobrinita?

Inés, confundida ante tan inesperado cambio en los sentimientos y en la conducta de sus antes cruelísimos parientes, no sabía qué pensar. Me miró, buscando sin duda en mis ojos algo que la diera luz sobre tan inexplicable mudanza; mas yo, que algo creía comprender, me guardé muy bien de dejarlo traslucir ni con palabras ni con gestos.

-Estoy asombrada -dijo la muchacha-; y por fuerza para que mis tíos me quieran tanto ha de haber algún motivo que no comprendemos.

-No hay más sino que Dios les ha abierto los ojos -dijo D. Celestino, firme en su ingenuo optimismo-. ¿Por qué hemos de pensar mal de todas las cosas? D. Mauro es un hombre honrado; podrá tener sus defectillos; pero ¿qué valen esos ligeros celajes del alma, cuando está iluminada por los resplandores de la caridad?

Inés mirándome parecía decirme:

-¿Y tú qué piensas?

Algunos meses antes de aquel suceso, yo hubiera acogido las proposiciones de D. Mauro Requejo con el imprevisor optimismo, con el necio entusiasmo que afluían de mi alma juvenil ante los acontecimientos nuevos e inesperados; pero las contrariedades me habían dado alguna experiencia; conocía ya los rudimentos de la ciencia del corazón, y el mío principiaba a reunir ese tesoro de desconfianzas, merced a las cuales medimos los pasos peligrosos de la vida. Así es que respondí sencillamente:

-Puesto que ese tu reverendo tío era antes un bribón, no sé por qué hemos de creerle santo ahora.

-Tú eres un chicuelo sin experiencia -me dijo D. Celestino algo enojado-, y yo no debiera consultar esto contigo. ¡Si sabré yo distinguir lo verdadero de lo falso! Y sobre todo, Inés, si él quiere favorecerte,poniéndote en pie de gente grande, si él quiere gastarse sus ahorros con su querida sobrina, ¿por qué no lo has de aceptar? Mucho más podría decirte; pero él mismo en persona te explicará mejor el gran cariño que te tiene.

-¿Pues qué -preguntó Inés turbada-, vendrá a Aranjuez?

-Sí, chiquilla -repuso el clérigo-. Yo te reservaba esta noticia para lo último. Hoy mismo tendrás el gusto de ver aquí a tu amado tío y protector. ¡Ah, Inés! Mucho sentiré separarme de ti; pero servirame de consuelo la idea de que estás contenta, de que disfrutas mil comodidades que yo no te puedo dar. Y cuando este viejo incapaz eche un paseíto a Madrid para visitarte; espero que le recibirás con alegría y sin orgullo: espero que no te ofuscará la ruin vanidad al considerarte en posición superior a la mía, porque tío por tío, hermano soy de tu difunto padre, mientras que el otro...

D. Celestino estaba conmovido, y yo también, aunque por distinta causa.

-Sí -continuó el cura-. Hoy tendremos aquí a ese eminente tendero de la calle de la Sal. Me dice que habiendo comprado unas tierras en Aranjuez, junto a la laguna de Ontígola, viene hoy aquí con el doble objeto de conocer su finca y de verte. Él espera que irás a Madrid en su compañía y en la de su hermana doña Restituta, a quien también tendremos el gusto de ver esta tarde, pues si han salido, como dice la carta, hoy de madrugada, por poco que avancen, ya deben estar pasando el puente largo.

Después de oír esto, todos callamos. Revolviendo en mi cabeza extraños y no muy alegres pensamientos, dije a Inés:

-Pero ese hombre, ¿es casado?

Ella leyó en mi interior con su intuición incomparable, y me respondió con viveza:

-Es viudo.

Después volvimos a callar, y sólo D. Celestino, tarareando una antífona, interrumpía nuestro grave silencio. Más de un cuarto de hora trascurrió de esta manera, cuando sentimos ruido de voces en el patio de la casa. Levantámonos, y saliendo yo al corredor, oí una voz hueca y áspera que decía: «¿Vive aquí el latino y músico D. Celestino Santos del Malvar, cura de la parroquia?».

D. Mauro Requejo y su hermana doña Restituta, tíos de Inés, habían llegado.


II II II

He recordado días tan felices, y ahora me corresponde contar lo que me pasó en uno de aquellos viajes. I have remembered such happy days, and now it's up to me to tell what happened to me on one of those trips. No se olvide que he empezado mi narración en Marzo de 1808, y cuando yo había honrado el Real Sitio con diez o doce de mis visitas. En el día a que me refiero, llegué cuando la misa había concluido, y desde el portal de la casa un armonioso son de flauta me anunció que D. Celestino estaba tan alegre como de costumbre, señal de que nada desagradable ocurría en la modesta familia. On the day I am referring to, I arrived when mass had concluded, and from the doorway of the house a harmonious flute sound announced to me that Don Celestino was as cheerful as usual, a sign that nothing unpleasant was happening in the modest family . Inés salió a recibirme, y hechos los primeros cumplidos, me dijo: Ines came out to meet me, and made the first compliments, she said:

-El tío Celestino ha recibido una carta de Madrid, que le ha puesto muy alegre. - Uncle Celestino has received a letter from Madrid, which has made him very happy.

-¿De quién? -pregunté.

-No me lo ha dicho su merced, ni tampoco lo que la carta reza; pero él está contento y... dice que la carta trae muy buenas noticias para mí. -His mercy has not told me, nor what the letter says; but he is happy and ... says that the letter brings very good news for me.

-Eso es particular -añadí confundido-. ¿Quién puede escribir desde Madrid cartas que a ti te traigan buenas noticias?

-No sé; pero pronto saldremos de dudas -repuso Inés-. -I dont know; but soon we will get out of doubts - Inés replied -. El tío me dijo: «Cuando venga Gabriel y nos sentemos a la mesa, os contaré lo que dice la carta. Es cosa que interesa a los tres: a ti principalmente, porque eres la favorecida, a mí porque soy tu tío, y a él porque va a ser tu novio cuando tenga edad para ello».

No hablamos más del caso, y entré en el cuarto del buen sacerdote y humanista. We don't talk about the case any more, and I entered the room of the good priest and humanist. Una cama cubierta de blanquísima colcha pintada de verdes ramos ocupaba el primer puesto en el reducido local. A bed covered with a very white bedspread painted in green bouquets occupied the first place in the small place. La mesa de pino con dos o tres sillas que le servían de simétrica compañía, llenaba el resto, y aún quedaba espacio para una cómoda estrambótica, con chapas y remiendos de diversos palos y metales. The pine table with two or three chairs that served as symmetrical company, filled the rest, and there was still space for a bizarre chest of drawers, with sheets and patches of various sticks and metals. Completaban tan modesto ajuar un crucifijo y una virgen vestida de terciopelo, y acribillada de espadas y rayos, ambas imágenes con sendos ramos de carrasca o de olivo clavados en varios agujeritos que para el caso tenían las peanas. They completed so modest a trousseau a crucifix and a virgin dressed in velvet, riddled with swords and lightning bolts, both images with separate branches of holm oak or olive nailed to various holes that for that matter had the bases. Los libros, que eran muchos, no cubrían por el orden de su colocación más que media mesa y media cómoda, dejando hueco para algunos papeles de música y otros en que borrajeaba versos latinos el buen cura. The books, which were many, did not cover by the order of their placement more than half a comfortable table and half, leaving room for some music papers and others in which the good priest would erase Latin verses. Desde la ventana se veía un huerto no mal cultivado, y a lo lejos las elevadas puntas de aquellos olmos eminentes que guarnecen como hileras de gigantescos centinelas todas las avenidas del Real Sitio. Tal era la habitación del padre Celestino.

Sentámonos los tres, y el tío de Inés me dijo: The three of us sit down, and Inés' uncle told me:

-Gabrielillo: tengo que leerte una poesía latina que he compuesto en loor del serenísimo señor príncipe de la Paz, mi paisano, amigo y aun creo que pariente. -Gabrielillo: I have to read you a Latin poetry that I have composed in praise of the most serene gentleman Prince of Peace, my countryman, friend and I even think that he is a relative. Me ha costado una semanita de trabajo; que componer versos latinos no es soplar buñuelos. It has cost me a week of work; that composing Latin verses is not blowing fritters. Verás, te la voy a leer, pues aunque tú no eres hombre de letras, qué sé yo... tienes un pícaro gancho para comprender las cosas... Luego pienso enviarla a Sánchez Barbero, el primero de los poetas españoles desde que hay poesía en España; y no me hablen a mí de fray Luis de León, de Rioja, de Herrera, ni de todos esos que compusieron en romance. You see, I'm going to read it to you, because although you are not a man of letters, what do I know ... you have a mischievous hook to understand things ... Then I plan to send it to Sánchez Barbero, the first of the Spanish poets since there is poetry in Spain; And don't talk to me about Fray Luis de León, from Rioja, from Herrera, or all those who composed in romance. Fruslerías y juegos de chicos. Un verso latino de Sánchez Barberovale más que toda esa jerga de epístolas, sonetos, silvas, églogas, canciones con que se emboba el vulgo ignorante... Pero vuelvo a lo que decía, y es que antes que aquel fénix de los modernos ingenios la examine, quiero leértela a ti a ver qué te parece. A Latin verse by Sánchez Barberovale more than all that jargon of epistles, sonnets, silvas, eclogues, songs with which the ignorant vulgar is deluded ... examine, I want to read it to you to see what you think.

-Pero, Sr. D. Celestino, si yo no sé ni una palabra en latín, a no ser  Dominus vobiscum y  bóbilis bóbilis. D. Celestino, if I don't know a word in Latin, except Dominus vobiscum and bóbilis bóbilis.

-Eso no importa. Precisamente los profanos son los que mejor pueden apreciar la armonía, la rimbombancia, el  cre rotundo , con que tales versos deben escribirse -dijo el clérigo con tenacidad implacable. It is precisely the laymen who can best appreciate the harmony, the bombasticness, the emphatic cre, with which such verses must be written, 'said the cleric with implacable tenacity.

Inés me dirigió una mirada en que me recomendaba, con su habitual sabiduría, la abnegación y la paciencia para soportar al prójimo impertinente. Inés gave me a look that recommended me, with her usual wisdom, the self-denial and patience to put up with an impertinent neighbor. Ambos prestamos atención, y D. Celestino nos leyó unos cuatrocientos versos, que sonaban en mi oído como una serie de modulaciones sin sentido. We both paid attention, and D. Celestino read us about four hundred verses, which sounded in my ear like a series of meaningless modulations. Él parecía muy satisfecho, y a cada instante interrumpía su lectura para decirnos: -¿Qué os parece ese pasajillo? He seemed very satisfied, and at every moment he interrupted his reading to tell us: -What do you think of this passage? Inés: a esa figura llamamos  lítote , y a este paloteo de las palabras para imitar los ruidos del mar tempestuoso de la nación cuando lo surca la nave del Estado se llama  onomatopeya , la cual figura va encajada en otra que es la  alegoría. Inés: we call that figure a litote, and this paloteo of words to imitate the noises of the stormy sea of the nation when the ship of State plows through it is called onomatopoeia, which figure is embedded in another that is the allegory.

Así nos fue leyendo toda la composición, de la cual figúrense Vds. So the whole composition was read to us, of which you can imagine. lo que entenderíamos. Aún conservo en mi poder la obra de nuestro amigo, que empieza así:

Te Godoie, canam pacis: tua munera caelo Te Godoie, canam pacis: tua munera caelo

Inserere aegrediar: per te Pax alma biformem Inserere aegrediar: per te Pax alma biformem

Vincla recusantem conduxit carcere Janum.

Cuatrocientos versos por este estilo nos tragamos Inés y yo, siendo de notar que ella atendía a la lectura con tanta formalidad como si la comprendiera, y aun en los pasajes más ruidosos hacía señales de asentimiento y elogio, para contentar al pobre viejo: ¡tal era su discreción!

-Puesto que os ha agradado tanto, hijos míos -dijo D. Celestino guardando su manuscrito-, otro día os leeré parte del poema. Lo dejo para mejor ocasión, y así se comparte el placer entre varios días, evitando el empacho que produce la sucesión de manjares demasiado dulces y apetitosos. I leave it for a better occasion, and so the pleasure is shared between several days, avoiding the embarrassment that the succession of delicacies that are too sweet and appetizing produces.

-¿Y piensa Vd. leérsela también al príncipe de la Paz? read it also to the prince of peace?

-¿Pues para qué la he escrito? A Su Alteza Serenísima le encantan los versos latinos... porque es un gran latino... y pienso darle un buen rato uno de estos días. His Serene Highness loves Latin verses ... because he's a great Latino ... and I'm going to give him a good time one of these days. Y a propósito, ¿qué se dice por Madrid? And by the way, what is said around Madrid? Aquí está la gente bastante alarmada. ¿Pasa allá lo mismo? Does the same thing happen there?

-Allá no saben qué pensar. Figúrese Vd., la cosa no es para menos. Imagine you, the thing is not for less. Temen a los franceses que están entrando en España a más y mejor. They fear the French who are entering Spain more and better. Dicen que el rey no dio permiso para que entrara tanta gente, y parece que Napoleón se burla de la corte de España, y no hace maldito caso de lo que trató con ella. They say that the king did not give permission for so many people to enter, and it seems that Napoleon mocks the court of Spain, and does not damnly pay attention to what he dealt with it.

-Es gente de pocos alcances la que tal dice -repuso D. Celestino-. "It is people of little reach who say so," replied D. Celestino. Ya saben Godoy y Bonaparte lo que se hacen. Godoy and Bonaparte already know what they are doing. Aquí todos quieren saber tanto como los que mandan, de modo que se oyen unos disparates... Everyone here wants to know as much as those in charge, so there is some nonsense ...

-Lo de Portugal ha resultado muy distinto de lo que se creía. - The one of Portugal has turned out very different from what was believed. Un general francés se plantó allá, y cuando la familia real se marchó para América, dijo: «Aquí no manda nadie más que el Emperador, y yo en su nombre; vengan cuatrocientos milloncitos de reales, vengan los bienes de los nobles que se han ido al Brasil con la familia real». A French general stood there, and when the royal family left for America, he said: «No one commands here except the Emperor, and I in his name; come four hundred million reais, come the goods of the nobles who have gone to Brazil with the royal family.

-No juzguemos por las apariencias -dijo D. Celestino-; sabe Dios lo que habrá en eso. "Let's not judge by appearances," said Don Celestino. God knows what will be in that.

-En España van a hacer lo mismo -añadí-; y como los Reyes están llenos de miedo, y el príncipe de la Paz tan aturrullado, que no sabe qué hacer...

-¿Qué estás diciendo, tontuelo? -What are you saying, silly? ¿Cómo tratas con tan poco respeto a ese espejo de los diplomáticos, a esa natilla de los ministros? How do you treat that mirror of diplomats, that custard of ministers with so little respect? ¿Que no sabe lo que se hace? Who does not know what to do?

-Lo dicho, dicho. -I said, said. Napoleón les engaña a todos. En Madrid hay muchos que se alegran de ver entrar tanta tropa francesa, porque creen que viene a poner en el trono al príncipe Fernando. ¡Buenos tontos están!

-¡Tontos, mentecatos, imbéciles! -exclamó con enfado el padre Celestino.

-Lo que fuere sonará. -Whatever it will sound. Si vienen con buen fin esos caballeros, ¿por qué se apoderan por sorpresa de las principales plazas y fortalezas? If these knights come to a good end, why do they seize the main squares and fortresses by surprise? Primero se metieron en Pamplona engañando a la guarnición; después se colaron en Barcelona, donde hay un castillo muy grande que llaman el Monjuich. First they got into Pamplona, deceiving the garrison; Later they sneaked into Barcelona, where there is a very large castle called the Monjuich. Después fueron a otro castillo que hay en Figueras, el cual no es menos grande, el mayor del mundo, según dice Pacorro Chinitas, y lo cogieron también, y por último se han metido en San Sebastián. Then they went to another castle that is in Figueras, which is no less big, the largest in the world, according to Pacorro Chinitas, and they took it too, and finally they got into San Sebastián. Digan lo que quieran, esos hombres no vienen como amigos. Say what you want, those men don't come as friends. El ejército español está trinando: sobre todo, hay que oír a los oficiales que vienen del Norte y han visto a los franceses en las plazas fuertes... le digo a Vd. The Spanish army is trilling: above all, you have to listen to the officers who come from the North and have seen the French in the strongholds ... I tell you. que echan chispas. that sparks. El gobierno del rey Carlos IV está que no le llega la camisa al cuerpo, y todos conocen la barbaridad que han hecho dejando entrar a los franceses; pero ya no tiene remedio... ¿sabe Vd. The government of King Carlos IV is that the shirt does not reach the body, and everyone knows the atrocity they have done by letting the French in; but it has no remedy ... do you know? lo que se dice por Madrid? what is said for Madrid?

-¿Qué, hijo mío? Sin duda alguna de esas vulgarísimas aberraciones propias de entendimientos romos. Undoubtedly one of those very vulgar aberrations typical of blunt understandings. Ya lo he dicho: nosotros no entendemos de negocios de Estado; ¿a qué viene el comentar las combinaciones y planes de esos hombres eminentes, que se desviven por hacernos felices? I have already said it: we do not understand state business; What is the point of commenting on the combinations and plans of those eminent men, who go out of their way to make us happy?

-Pues allá dicen que la familia real de España, viéndose cogida en la red por Bonaparte, ha determinado marcharse a América, y que no tardará en salir de Aranjuez para Cádiz. - Well, there they say that the royal family of Spain, seeing themselves caught in the network by Bonaparte, has determined to go to America, and that it will not take long to leave Aranjuez for Cadiz. Por supuesto, los partidarios del príncipe Fernando se alegran, y creen que esto les viene de perillas para que el otro suba al trono. Of course, Prince Ferdinand's supporters rejoice, and believe that this comes from knobs for the other to rise to the throne.

-¡Necios, mentecatos! "Fools, you fools!" -exclamó el tío de Inés, incomodándose de nuevo-. Inés's uncle exclaimed, feeling uncomfortable again. ¡Pensar que había de consentir tal cosa el señor príncipe de la Paz, mi paisano, amigo y aun creo que pariente!... To think that the prince of Peace, my fellow countryman, friend, and even a relative, should consent to such a thing! ... Pero no nos incomodemos fuera de tiempo, Gabriel, y por cosas que no hemos de resolver nosotros. But let's not get uncomfortable out of time, Gabriel, and about things that we don't have to solve ourselves. Vamos a comer, que ya es hora, y el cuerpo lo pide.

Inés, que se había retirado un momento antes, volvió a decirnos que la comida estaba pronta. Durante ella, fue cuando el respetable cura nos comunicó el contenido de la misteriosa carta que había llegado a la casa por la mañana.

-Hijos míos -dijo cuando los tres habíamos tomado asiento-: Voy a participaros un suceso feliz, y tú, Inesilla, regocíjate. "My children," he said when the three of us had taken a seat, "I'm going to share a happy event with you, and you, Inesilla, rejoice." La fortuna se te entra por las puertas, y ahora vas a ver cómo Dios no abandona nunca a los desvalidos y menesterosos. Fortune comes through the doors, and now you are going to see how God never abandons the helpless and needy. Ya sabes, que tu buena madre, que santa gloria haya, tenía un primo llamado D. Mauro Requejo, comerciante en telas, cuya lonja, si no me engaño, cae hacia la calle de Postas, esquina a la de la Sal. You know, that your good mother, may there be holy glory, had a cousin named D. Mauro Requejo, a cloth merchant, whose market, if I'm not mistaken, falls towards Calle de Postas, on the corner of Calle de la Sal.

-D. Mauro Requejo... -dije yo recordando-, justamente: doña Juana le nombró delante de mí varias veces, y ahora caigo, en que ese comerciante pone en el  Diario unos anuncios que me dan bastante que hacer. -D. Mauro Requejo ... -I said, remembering-, precisely: Dona Juana named him in front of me several times, and now I fall, that this merchant puts some ads in the newspaper that give me a lot to do.

-Le recuerdo -dijo Inés-. Él y su hermana eran los únicos parientes que tenía mi madre en Madrid. He and his sister were the only relatives my mother had in Madrid. Por cierto que siempre se negó a favorecernos, aunque lo necesitábamos bastante: dos veces le vi en casa. By the way, he always refused to favor us, although we needed him enough: twice I saw him at home. ¿Creería su merced que fue a consolarnos, a socorrernos? Would his mercy believe that he went to comfort us, to help us? No: fue a que mi madre le hiciera algunas piezas de ropa, y después de regatear el precio, no pagó más que la mitad de lo tratado, y decía: «De algo ha de servir el parentesco». No: he went to my mother to make some pieces of clothing for him, and after haggling over the price, he paid no more than half of what was treated, and said: "Relationship must be of some use." Él y su hermana no hablaban más que de su honradez o de lo mucho que habían adelantado en el comercio y nos echaban en cara nuestra pobreza, prohibiéndonos que fuéramos a su casa, mientras no nos encontráramos en posición más desahogada. He and his sister spoke only of their honesty or of how much they had advanced in the trade and they blamed our poverty on us, forbidding us to go to their house, until we found ourselves in a more comfortable position.

-Pues digo -afirmé con enfado- que ese don Mauro y su señora hermana son dos grandísimos pillos. "Well, I say," I said angrily, "that Don Mauro and his sister are two great rascals."

-Poco a poco -continuó el cura-. Déjenme acabar. Let me finish. El primo de tu madre habrá faltado; pero lo que es ahora, sin duda Dios le ha tocado en el corazón, y se dispone a enmendar sus yerros, favoreciéndote como buen pariente y hombre caritativo. Your mother's cousin will be missing; but what he is now, without a doubt God has touched him in the heart, and he is preparing to correct his errors, favoring you as a good relative and a charitable man. Ya sabes que es bastante rico, gracias a su laboriosidad y mucha economía. You already know that he is quite rich, thanks to his industry and great economy. Pues bien: en la carta que he recibido esta mañana me dice que quiere recogerte y ampararte en su casa, donde estarás como una reina; donde no te faltará nada, ni aun aquello de que gustan tanto las damiselas del día, tal como joyas, trajes bonitos, perfumes primorosos, guantes y otras fruslerías. Well then: in the letter I received this morning he tells me that he wants to pick you up and protect you at his house, where you will be like a queen; where you will not lack anything, not even what the damsels of the day like so much, such as jewels, beautiful dresses, exquisite perfumes, gloves and other trinkets. En fin, Dios se ha acordado de ti, sobrinita. Anyway, God has remembered you, little niece. ¡Ah!, ¡si vieras qué interés tan grande demuestra por ti en sus cartas; qué alabanzas tan calurosas hace de tus méritos; si vieras cómo te pone por esas nubes, cómo lamenta tu orfandad, y cómo se enternece considerando que eres de su misma sangre, y que a pesar de esta natural preeminencia careces de lo que a él le sobra! Ah, if you could see what great interest he shows for you in his letters; what warm praises he makes of your merits; If you saw how he puts you through those clouds, how he regrets your orphanhood, and how he feels tender considering that you are of his own blood, and that despite this natural preeminence you lack what he has left over! Te repito que trabajando mucho y ahorrando más, el Sr. Requejo ha llegado a ser muy rico. ¡Qué porvenir te espera, Inesilla! What future awaits you, Inesilla! El párrafo más conmovedor de la carta de tus tíos -añadió sacando la epístola- es este:  ¿a quién hemos de dejar lo que tenemos, sino a nuestra querida sobrinita?

Inés, confundida ante tan inesperado cambio en los sentimientos y en la conducta de sus antes cruelísimos parientes, no sabía qué pensar. Me miró, buscando sin duda en mis ojos algo que la diera luz sobre tan inexplicable mudanza; mas yo, que algo creía comprender, me guardé muy bien de dejarlo traslucir ni con palabras ni con gestos. She looked at me, doubtlessly searching my eyes for something that would shed light on such an inexplicable move; but I, who thought I understood something, was very careful not to let it show through with words or gestures.

-Estoy asombrada -dijo la muchacha-; y por fuerza para que mis tíos me quieran tanto ha de haber algún motivo que no comprendemos. "I am amazed," said the girl; and by force for my uncles to love me so much there must be some reason that we do not understand.

-No hay más sino que Dios les ha abierto los ojos -dijo D. Celestino, firme en su ingenuo optimismo-. "There is nothing else but God has opened their eyes," said Don Celestino, firm in his naive optimism. ¿Por qué hemos de pensar mal de todas las cosas? Why should we think badly of all things? D. Mauro es un hombre honrado; podrá tener sus defectillos; pero ¿qué valen esos ligeros celajes del alma, cuando está iluminada por los resplandores de la caridad? D. Mauro is an honest man; You may have your flaws; but what is the use of those light clouds of the soul, when it is illuminated by the gleams of charity?

Inés mirándome parecía decirme:

-¿Y tú qué piensas?

Algunos meses antes de aquel suceso, yo hubiera acogido las proposiciones de D. Mauro Requejo con el imprevisor optimismo, con el necio entusiasmo que afluían de mi alma juvenil ante los acontecimientos nuevos e inesperados; pero las contrariedades me habían dado alguna experiencia; conocía ya los rudimentos de la ciencia del corazón, y el mío principiaba a reunir ese tesoro de desconfianzas, merced a las cuales medimos los pasos peligrosos de la vida. A few months before that event, I would have welcomed D. Mauro Requejo's proposals with the unforeseen optimism, with the foolish enthusiasm that flowed from my youthful soul before new and unexpected events; but setbacks had given me some experience; I already knew the rudiments of the science of the heart, and mine was beginning to gather that treasure of mistrust, by means of which we measure the dangerous steps of life. Así es que respondí sencillamente:

-Puesto que ese tu reverendo tío era antes un bribón, no sé por qué hemos de creerle santo ahora.

-Tú eres un chicuelo sin experiencia -me dijo D. Celestino algo enojado-, y yo no debiera consultar esto contigo. "You are an inexperienced boy," Don Celestino told me somewhat angrily, "and I shouldn't consult this with you." ¡Si sabré yo distinguir lo verdadero de lo falso! If I could tell the true from the false! Y sobre todo, Inés, si él quiere favorecerte,poniéndote en pie de gente grande, si él quiere gastarse sus ahorros con su querida sobrina, ¿por qué no lo has de aceptar? And above all, Inés, if he wants to favor you, putting you on the feet of great people, if he wants to spend his savings with his dear niece, why should you not accept it? Mucho más podría decirte; pero él mismo en persona te explicará mejor el gran cariño que te tiene.

-¿Pues qué -preguntó Inés turbada-, vendrá a Aranjuez? "Well, what," Ines asked, troubled, "will he come to Aranjuez?"

-Sí, chiquilla -repuso el clérigo-. "Yes, little girl," replied the cleric. Yo te reservaba esta noticia para lo último. Hoy mismo tendrás el gusto de ver aquí a tu amado tío y protector. ¡Ah, Inés! Mucho sentiré separarme de ti; pero servirame de consuelo la idea de que estás contenta, de que disfrutas mil comodidades que yo no te puedo dar. I will be very sorry to separate from you; But the idea that you are happy, that you enjoy a thousand comforts that I cannot give you, will serve as a consolation. Y cuando este viejo incapaz eche un paseíto a Madrid para visitarte; espero que le recibirás con alegría y sin orgullo: espero que no te ofuscará la ruin vanidad al considerarte en posición superior a la mía, porque tío por tío, hermano soy de tu difunto padre, mientras que el otro... And when this incapable old man takes a little walk to Madrid to visit you; I hope that you will receive him with joy and without pride: I hope that you will not be blinded by the base vanity by considering you in a position superior to mine, because uncle for uncle, brother I belong to your late father, while the other ...

D. Celestino estaba conmovido, y yo también, aunque por distinta causa.

-Sí -continuó el cura-. Hoy tendremos aquí a ese eminente tendero de la calle de la Sal. Me dice que habiendo comprado unas tierras en Aranjuez, junto a la laguna de Ontígola, viene hoy aquí con el doble objeto de conocer su finca y de verte. He tells me that having bought some land in Aranjuez, next to the Ontígola lagoon, he comes here today with the dual purpose of seeing his farm and seeing you. Él espera que irás a Madrid en su compañía y en la de su hermana doña Restituta, a quien también tendremos el gusto de ver esta tarde, pues si han salido, como dice la carta, hoy de madrugada, por poco que avancen, ya deben estar pasando el puente largo. He hopes that you will go to Madrid in his company and in that of his sister Doña Restituta, whom we will also have the pleasure of seeing this afternoon, because if they have left, as the letter says, this morning, no matter how little they advance, they must already be passing the long bridge.

Después de oír esto, todos callamos. Revolviendo en mi cabeza extraños y no muy alegres pensamientos, dije a Inés:

-Pero ese hombre, ¿es casado?

Ella leyó en mi interior con su intuición incomparable, y me respondió con viveza:

-Es viudo.

Después volvimos a callar, y sólo D. Celestino, tarareando una antífona, interrumpía nuestro grave silencio. Más de un cuarto de hora trascurrió de esta manera, cuando sentimos ruido de voces en el patio de la casa. Levantámonos, y saliendo yo al corredor, oí una voz hueca y áspera que decía: «¿Vive aquí el latino y músico D. Celestino Santos del Malvar, cura de la parroquia?».

D. Mauro Requejo y su hermana doña Restituta, tíos de Inés, habían llegado.