¡Gritad, gritad más fuerte!
Estamos en el año 1999, en junio de 1999. Estamos en San Sebastián, en el País Vasco, en Euskadi.
Estamos en una plaza de San Sebastián que se llama Plaza de la Constitución.
Hoy en esta plaza hay un mitin del Partido Socialista de Euskadi. Estamos en campaña electoral y todos los partidos políticos hacen mítines para pedir el voto. Es normal. Eso es lo que se hace en campaña electoral.
Sin embargo, hacer campaña electoral en el País Vasco no es siempre fácil. ETA, la organización terrorista ETA, que lleva matando desde los años sesenta, ha asesinado a muchas personas, entre otros algunos políticos del Partido Socialista y del Partido Popular, los dos principales partidos de España.
Estos días, sin embargo, los políticos pueden respirar un poco. Tienen “suerte”, digamos. ETA ha declarado una tregua, una pausa en su actividad terrorista. Es la primera tregua de ETA. Durante unas semanas han prometido que no matarán a nadie.
Durante estos días, los políticos, los concejales, los alcaldes del País Vasco podrán caminar un poco más tranquilos por la calle. Al menos durante unos días, no tendrán que preocuparse por si alguien les sigue con una pistola en la mano o por si alguien ha colocado una bomba debajo de su coche.
ETA ha prometido una tregua durante unos días, pero sus partidarios no. Los partidarios de ETA no dan ninguna tregua y salen a la calle a protestar, a manifestarse, a gritar, a tirar piedras a la policía, a provocar incendios, a romper escaparates de las tiendas, a lanzar amenazas de muerte…
ETA ha dicho que no matará durante algún tiempo, pero cientos de proetarras se lanzan a la calle cada día para gritar su odio.
Hoy han venido a la Plaza de la Constitución de San Sebastián. En esta plaza se va a celebrar un mitin del Partido Socialista de Euskadi. Es un mitin importante porque va a hablar el alcalde de San Sebastián, Odón Elorza.
Elorza ya lleva ocho años siendo alcalde de San Sebastián y quiere ser reelegido de nuevo.
A pesar de ser un mitin tan importante para la ciudad, no parece que haya venido mucha gente a escuchar a los oradores. Es normal. La gente tiene miedo.
Es el año 1999 y esto es el País Vasco. No es fácil asistir a un mitin del Partido Socialista en el País Vasco el año 1999.
Quién sabe quién te va a ver, quién sabe qué dirán tus vecinos, quién sabe qué dirá la gente que te conoce… Lo mejor es quedarse en casa, lo mejor es no significarse, no hacerse notar…
Lo mejor es no expresarse, no decir lo que se piensa… Que nadie se dé cuenta de lo que piensas.
A nadie le gusta que lo insulten, que lo amenacen, que lo señalen con el dedo.
Por eso hoy no ha venido mucha gente a la Plaza de la Constitución de San Sebastián. La gente tiene miedo.
Los que sí han venido son los partidarios de ETA. Han venido a gritar, han venido a romper el mitin del alcalde de San Sebastián, del Partido Socialista. Han venido a interrumpir a los oradores, a no dejarles hablar; han venido a insultarlos, a amenazarlos.
Odón Elorza, el alcalde, ya sabía todo esto. Él ya sabía lo que iba a pasar. Por eso le ha pedido a su amigo Ernest Lluch que venga él también al mitin y que hable.
Ernest Lluch es de Barcelona, pero suele pasar mucho tiempo en el País Vasco, en Euskadi. Está enamorado de San Sebastián.
Además, Ernest Lluch es un político con mucho prestigio en España. Fue ministro de Salud hace unos años y la gente lo quiere. Es un hombre bueno. Incluso sus adversarios reconocen que es un hombre bueno.
Ernest Lluch luchó por la democracia durante el franquismo. Él sabe muy bien lo que es vivir en una dictadura. Él sabe muy bien lo que es la falta de libertad y la cárcel. Lo ha vivido en su propia piel.
ETA empezó matando durante el franquismo, en los años 60. En aquella época, aunque nada podía justificar el terrorismo, algunos opositores a la dictadura decían “entender” la violencia de ETA porque en España no había democracia, no había partidos políticos, no había libertad para lograr unos objetivos políticos por la via pacífica y el uso de la violencia era, decían algunos, “comprensible”.
Pero ahora estamos ya en el año 1999. Franco lleva casi 25 años muerto. En España tenemos una constitución democrática, hay libertad de expresión, todos los partidos políticos sin excepción están legalizados, los exiliados han vuelto, se celebran elecciones cada cuatro años y el País Vasco es una comunidad autónoma. Tiene un estatuto de autonomía y un parlamento y un gobierno propio. La España de 1999 no tiene nada que ver con la España de los años 60.
Y sin embargo ETA sigue matando. ETA sigue matando ahora en la democracia como antes en la dictadura.
Ernest Lluch es socialista. Cree en la democracia, cree en la constitución. Piensa que el terrorismo no tiene sentido en un país que ha cambiado tanto desde la dictadura. También cree en el diálogo.
A diferencia de otros políticos españoles, a diferencia del gobierno de la nación que siempre se ha negado a negociar con los terroristas, Ernest Lluch cree que hay que dialogar, que hay que hablar.
Hoy ha venido a San Sebastián a participar en el mitin de campaña de su amigo y compañero de partido Odón Elorza. Quiere darle su apoyo para que sea reelegido
En la Plaza de la Constitución de San Sebastián hay muy pocos asistentes. No ha venido mucha gente.
Los que sí han venido son los proetarras, los simpatizantes de ETA. Han venido a romper el mitin, han venido a interrumpir, a no dejarles hablar. Han venido a gritar, han venido a amenazarles.
Cuando Ernest Lluch empieza a hablar, los gritos de los proetarras aumentan. Cada vez gritan más fuerte.
Ernest Lluch, entonces, dirigiéndose a ellos, les dice unas palabras que van a pasar a la historia.
A mí y a muchos españoles se nos pone la carne de gallina cada vez que escuchamos lo que dice Ernest Lluch dirigiéndose a los que gritan, a los que han venido a romper el mitin con su odio.
(...)
No sé si habéis entendido las palabras de Ernest Lluch. Os las repito aquí:
«¡Qué alegría llegar a esta plaza y ver que los que ahora gritan antes mataban! ¡Ahora no matan!
¡No saben que han cambiado las cosas, no saben que ha llegado la libertad y la democracia a este país! ¡Que no se enteran!»,
«¡Gritad más, que gritáis poco! ¡Mientras gritáis no mataréis, esa es buena señal!».
“Estas serán las primeras elecciones en las que no va a ser matado nadie, es un gran mensaje de alegría para este país que nos hemos ganado a pulso»
A mí se me pone la carne de gallina escuchando estas palabras de Ernest Lluch aquel día de junio de 1999
“Gritad, gritad más fuerte. Mientras gritáis, no matáis”.
Estas palabras han pasado a la historia, a la historia de España.
Os tengo que avisar de que esta historia termina mal, no termina bien.
La paz de la tregua duró poco y algún tiempo después ETA volvió a matar.
Ernest Lluch siguió defendiendo el diálogo como una salida, como una solución posible al problema del terrorismo en el País Vasco.
Era un intelectual, un hombre de paz, un profesor universitario, un hombre que buscaba el diálogo, el entendimiento.
ETA lo asesinó, lo mató, el 21 de noviembre del año 2000. Hace 20 años.
Un año después de aquel mitin en San Sebastian, un año después de haber dicho aquellas palabras que hemos escuchado antes, ETA lo asesinaba en Barcelona.
Fue una noticia que conmocionó a toda España. Ernest Lluch era un hombre muy querido y respetado por todos, incluso por sus adversarios políticos.
Había buscado el entendimiento, el diálogo, como una posible solución al terrorismo y fueron esos mismos terroristas los que lo asesinaron.
El mensaje que mandaba ETA con su asesinato era muy claro. ETA no quería dialogar. No tenían nada de lo que hablar. Su único lenguaje era la muerte.
La organización terrorista continuó su carrera criminal hasta el año 2017, en que anunció su disolución incondicional.
Gracias a Dios hoy en día ETA es historia. No existe. Ya no tenemos que levantarnos cada día con la noticia de un nuevo atentado, de otra bomba, de otro asesinato…
A Ernet Lluch lo mataron el 21 de noviembre del año 2000. Ya hace 2o años, pero sus palabras nos siguen poniendo las carne de gallina a todos los españoles.