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Esp - VisualPolitik, ¿El último plan de PUTÍN para mantener la INFLUENCIA de RUSIA? - VisualPolitik - YouTube (1)

¿El último plan de PUTÍN para mantener la INFLUENCIA de RUSIA? - VisualPolitik - YouTube (1)

Corea del Norte, la República islámica de Irán o, sin ir más lejos, la amenaza nuclear

que Vladímir Putin ha repetido varias veces desde que lanzara su desastrosa invasión

de Ucrania.

El riesgo nuclear ahora vuelve a estar sobre la mesa.

Si la caída del Muro de Berlín el día 8 de noviembre de 1989, supuso que el mundo

se adentró en una era de paz,..

prosperidad y comercio.

Y los hongos nucleares, los simulacros de bombardeos y los búnkeres excavados en las

profundidades de grandes montañas se convirtieran en cosa del pasado.

Ahora, en cierto modo, ese tiempo parece terminado.

Y esto es algo que se refleja perfectamente en noticias como estas:

(Es probable que China tenga 1.500 cabezas nucleares en 2035: Pentágono.

Reuters)

(3 superpotencias nucleares, en lugar de 2, marcan el comienzo de una nueva era estratégica.

China va camino de ampliar masivamente su arsenal nuclear, justo cuando Rusia suspende

el último gran tratado de control de armamento.

Es el augurio de un nuevo mundo en el que Pekín, Moscú y Washington serán probablemente

rivales atómicos.)

Y, ojo, porque como veremos, parece que el propio gobierno de Vladimir Putin también

le está dando prioridad absoluta al rearme nuclear.

Hablamos de un nuevo entorno político y militar que está cambiando el equilibrio del poder

nuclear que se forjó en la Guerra Fría y que ha hecho que en VisualPolitik nos hagamos

unas cuentas preguntas

¿Dónde y quienes tienen exactamente las armas nucleares hoy en día?

¿Por qué con tantos frentes abiertos el Kremlin parece estar haciendo del campo nuclear

su prioridad número 1?

¿Qué puede suponer esta nueva carrera?

Pues bien, en este vídeo os vamos a responder a todas estas preguntas.

¡Arranquemos!

El miedo al desastre nuclear marcó gran parte de la segunda mitad del siglo XX.

Tras la Segunda Guerra Mundial, poco a poco más países fueron haciéndose con esta capacidad.

Por ejemplo, en 1949 La Unión Soviética acabó con el monopolio de Washington, 1953

Reino Unido hizo lo propio y en 1964 llegaron a la meta tanto Francia como China.

Sin embargo, con mucha diferencia, la Unión Soviética y Estados Unidos fueron los dos

grandes protagonistas de toda esta historia.

Esto es algo que todos sabemos.

Entre ambos sumaron cerca del 70% del arsenal nuclear y, tal y como podéis ver, han sido

responsables de 1.745 de los 2059 ensayos nucleares que se han llevado a cabo en todo

el planeta.

Y es que no pensáis que cuando hablamos de armas nucleares, hablamos de unas pocas decenas,

para nada.

Durante las primeras etapas de la Guerra Fría, la Unión Soviética y Estados Unidos se pusieron

como locos a engordar más y más su inventario.

Por ejemplo, y para que os hagáis una idea, en 1962 durante la crisis de los misiles en

Cuba, el botón rojo de la Casa Blanca contaba ya con 25.540 cabezas nucleares.

Por aquel entonces la Unión Soviética “solo” contaba con 3.346, pero pronto se pondría

las pilas hasta superar, al menos en números, a la propia potencia norteamericana.

En total, en su punto álgido, a mediados de la década de los 80, se estima que el

inventario mundial llegó a tener unas 70.000 cabezas nucleares.

¡De locos!

Y así, queridos amigos, es como se forjó la conocida como doctrina de la Destrucción

Mutua Asegurada.

Es decir, tanto Estados Unidos como la Unión Soviética habían ido tan lejos en la carrera

nuclear, que si por cualquier motivo uno atacaba al otro, ambos quedarían aniquilados.

Ellos y quizás también buena parte del resto del mundo.

Pero esto ya lo sabéis, es algo de lo que se ha hablado hasta la saciedad.

Y lo cierto es que funcionó.

Quizás contra todo pronóstico, la doctrina de la Destrucción Mutua Asegurada hizo que

el mundo fuera un lugar más seguro.

Ahora bien, ¿Sabéis qué problema había?

Imaginaos lo que supone tener decenas de miles y miles de cabezas nucleares susceptibles

de que se produzca en cualquier momento un malentendido, una operación terrorista o

error humano….

Y, ¡Zas!

El desastre de repente estaría servido y no habría vuelta atrás.

Y evidentemente cuantas más armas tengas más difíciles es controlarlas debidamente

y más probabilidades hay de que se produzca un fallo.

Pues bien, precisamente por ese motivo, las dos potencias entendieron que tenían que

hacer algo al respecto.

En concreto, alcanzar acuerdos para reducir este peligro.

De esta forma, en 1968 nació el Tratado de No Proliferación Nuclear, un acuerdo internacional

que freno en seco la carrera de muchos países por dotarse de este tipo de ambas.

Y no solo eso, en 1972 se alcanzó el Tratado de Limitación de Armas Estratégicas, el

SALT I.

Este acuerdo limitaba el número de misiles balísticos intercontinentales y submarinos

balísticos tanto de Estados Unidos como de la Unión Soviética.

Luego, en 1979 se fue más allá con la aprobación del SALT II.

¿El resultado de estos acuerdos?

Pues fijaos:

Como veis, los tratados SALT abrieron la puerta a la reducción de los arsenales nucleares.

Pero no fueron los últimos.

En el 87 las dos potencias firmaron un Tratado para limitar las Fuerza Nucleares de Alcance

Intermedio y a partir de 1991, con la Unión Soviética, ya disuelto, Rusia continuó con

la misma política sellando los acuerdos START 1 y 2, una versión mejorada de los SALT.

Claro que el descalabro de la Unión Soviética y el colapso de su economía hizo que los

Estados Unidos volvieran a cobrar ventaja.

Sí, a ver, como habéis visto, Rusia tenía más armas nucleares, pero muchos de ellas

eran antiguas, poco eficientes y las opciones de lanzamiento eran mucho más restringidas.

Estados Unidos, en cambio, había logrado desarrollar modernos bombarderos estratégicos

como el B2, submarinos nucleares y misiles intercontinentales de mucha mayor precisión

y fiabilidad.

Y todo eso por no hablar de los nuevos sistemas antimisiles como el THAAD.

Para los que no lo conozcais, el THAAD es un sistema móvil diseñado para interceptar

misiles balísticos de medio y largo alcance.

El hecho de que sea móvil le permite proteger grandes territorios o ciudades enteras.

Este sistema hace uso de un radar avanzado para detectar y seguir los misiles enemigos,

transmitiendo su trayectoria en tiempo real a otros sistemas de defensa antimisiles aliados.

Luego también está el Aegis, un sistema similar pero operado desde buques de guerra.

Y sobre todo tenemos el sistema de intercepción GMD, un sistema continental de defensa contra

misiles balísticos intercontinentales.

Un programa en el que Estados Unidos ha invertido más de 100 mil millones de dólares desde

comienzos del siglo XXI y que ahora está recibiendo mucha atención y partidas presupuestarias

récord.

Evidentemente, en estos campos la superioridad económica y tecnológica de Estados Unidos

se nota.

Así que digamos que la Destrucción Mutua Asegurada se pasó a una especie de Confianza

Mutua Asegurada, aunque lo cierto es que la balanza estaba y está cada vez más desequilibrada

en favor de la potencia norteamericana.

(“Las características de los dos sistemas de armas nucleares complicaban cualquier definición

viable de equilibrio.

Los sistemas estratégicos soviéticos eran grandes e imprecisos, las armas estadounidenses

eran más transportables y precisas”.

Henry Kissinger en “Liderazgo”.)

Es por este motivo por lo que el Kremlin ha empezado a preocuparse otra vez por ampliar

y renovar sus capacidades estratégicas.

Pero, antes de abordar esta cuestión, tenemos que ver dónde estamos exactamente a nivel

global.

Este, queridos amigos de VisualPolitik, es una radiografía del inventario actual de

la fuerza nuclear.

Atentos.

(T1: LAS ARMAS NUCLEARES DEL SIGLO XXI)

¿Queréis un dato sorprendente?

De unas 70.000 armas nucleares en todo el mundo se ha pasado actualmente a menos de

14.000.

Y eso a pesar de que Pakistán, Israel, la India y Corea del Norte se han sumado al club

nuclear.

De hecho, con la excepción de China, todas las potencias nucleares históricas,

han reducido su arsenal atómico.

Para que os hagáis una idea, actualmente, esta sería la estimación de armas nucleares

por países que podemos encontrar en todo el mundo:

Como veis, la reducción paulatina de cabezas nucleares continuó.

Desde la década de los 70 Estados Unidos ha destruido cerca del 80% de su arsenal.

Y además de los acuerdos que ya hemos visto, en 2010, el presidente de los Estados Unidos,

Barack Obama y el presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, firmaron en Praga el START III,

un nuevo tratado donde se contemplaba una reducción adicional de un tercio del arsenal

de cada uno de los dos países.

Suponía eliminar cerca de 1750 cabezas nucleares en cada uno de los dos inventarios.

En 2021 este acuerdo fue prorrogado 5 años más, claro que su cumplimiento por parte

de Rusia está siendo muy cuestionado.

Eso sí, sea como sea, menos armas no quiere decir menos capacidad.

Para que os hagáis una idea, el LGM-30G Minuteman III de Estados Unidos y el RS-28 Sarmat ruso,

los misiles continentales por excelencia de estos países, tienen cada uno una capacidad

destructiva entre 500 y 1500 veces superior a la “Little boy” lanzada sobre Hiroshima

en 1945.

Pues bien, esta sería a grandes rasgos las características básicas del inventario nuclear

del mundo.

Y, ojo, porque aquí tenemos que hacer un apunte: países como Corea del Norte, pese

a que tiene un inventariwo muy pequeño, o Irán si finalmente se hace con la bomba,

suponen un riesgo enorme, quizás mucho mayor de lo que podríamos llegar a pensar.

¿Por qué?

Pues por lo que podemos denominar como el riesgo de la informalidad.

Pensadlo bien, hablamos de dos países parías, muy opacos, y con unas élites muy desconectadas

del resto del mundo.

2 países que, para colmo, están acostumbradas a negociar con la fórmula de la presión,

el chantaje y la extorsión para conseguir sus fines.

Estos países podrían por sí mismo provocar el comienzo de un gran conflicto internacional.

Por ejemplo, se espera que en poco tiempo Corea del Norte tenga la capacidad de atacar

directamente con misiles balísticos los Estados Unidos, lo que le permitiría elevar cualquier

apuesta en una negociación…

Lo que se traduciría automáticamente en mucha más tensión.

Y no hablemos ya de posibles fallos.

N3(9 feb 2023: Corea del Norte despliega suficientes ICBM para abrumar el sistema de defensa estadounidense

contra ellos.

Administración tras administración han fracasado en su intento de impedir que Corea del Norte

desarrolle un número tan elevado de misiles balísticos intercontinentales que permitan

alcanzar Estados Unidos.

POLITICO)

Precisamente por esto y también por la aparición de los nuevos misiles hipersónicos, ahora

El Pentágono está acelerando los planes de desarrollo del sistema de defensa antimisiles,

como por ejemplo el sistema de intercepción GMD que ya os hemos mencionado.

Incluso se están desarrollando prácticamente desde cero nuevos interceptores.

Es lo que se conoce como el Proyecto del interceptor de nueva generación.

Nuevos sistemas que en el futuro podrían desplegarse en el resto de países aliados.

N4(La Agencia de Defensa contra Misiles solicita 10.900 millones de dólares para el año fiscal

24, y decenas de miles de millones más a partir de entonces.

Breaking Defense)

Pero, ¿Os imagináis que entre tanto se produjera un fallo y en unos años un misil de Corea

del Norte aterrizara no ya en Estados Unidos sino en países como Japón o Corea del Sur?

Sería un desastre colosal y, sí, podría terminar provocando un nuevo conflicto a gran

escala.

Pero más allá de estos riesgos que, ¿Qué queréis que os diga?

Por remotos que sean resultan muy inquietantes, ahora llegamos al punto clave:

La Guerra de Ucrania ha cambiado por completo el panorama político y militar.

La pregunta, ¿dónde demonios nos encontramos ahora exactamente?

¿Por qué decíamos al principio de este vídeo que Putin tiene entre ceja y ceja la

fuerza nuclear?

Pues ahora mismo lo vamOs a ver.

(T2: ¿CÓMO SON LAS GARRAS DEL OSO RUSO MODERNO?)

Vladimir Putin relevó a Médvedev y regreso a la presidencia en el año 2012, solo dos

años después de la firma del START III.

Y aunque el dictador ruso nunca dejo de ser realmente quien mandaba y pese a que en 2021

estuvo a favor de extender 5 años su vigencia, Putin siempre fue crítico con el desarme

nuclear.

Digamos que considera que esta es una vía que busca someter al oso ruso y que por eso

la madre patria Rusia tiene que seguir otro camino muy diferente.


¿El último plan de PUTÍN para mantener la INFLUENCIA de RUSIA? - VisualPolitik - YouTube (1) PUTINs neuester Plan zur Aufrechterhaltung von RUSSLANDS EINFLUSS? - VisuellePolitik - YouTube (1) PUTIN's latest plan to maintain RUSSIA'S INFLUENCE? - VisualPolitik - YouTube (1)

Corea del Norte, la República islámica de Irán o, sin ir más lejos, la amenaza nuclear

que Vladímir Putin ha repetido varias veces desde que lanzara su desastrosa invasión

de Ucrania.

El riesgo nuclear ahora vuelve a estar sobre la mesa.

Si la caída del Muro de Berlín el día 8 de noviembre de 1989, supuso que el mundo

se adentró en una era de paz,..

prosperidad y comercio.

Y los hongos nucleares, los simulacros de bombardeos y los búnkeres excavados en las

profundidades de grandes montañas se convirtieran en cosa del pasado.

Ahora, en cierto modo, ese tiempo parece terminado.

Y esto es algo que se refleja perfectamente en noticias como estas:

(Es probable que China tenga 1.500 cabezas nucleares en 2035: Pentágono.

Reuters)

(3 superpotencias nucleares, en lugar de 2, marcan el comienzo de una nueva era estratégica.

China va camino de ampliar masivamente su arsenal nuclear, justo cuando Rusia suspende

el último gran tratado de control de armamento.

Es el augurio de un nuevo mundo en el que Pekín, Moscú y Washington serán probablemente

rivales atómicos.)

Y, ojo, porque como veremos, parece que el propio gobierno de Vladimir Putin también

le está dando prioridad absoluta al rearme nuclear.

Hablamos de un nuevo entorno político y militar que está cambiando el equilibrio del poder

nuclear que se forjó en la Guerra Fría y que ha hecho que en VisualPolitik nos hagamos

unas cuentas preguntas

¿Dónde y quienes tienen exactamente las armas nucleares hoy en día?

¿Por qué con tantos frentes abiertos el Kremlin parece estar haciendo del campo nuclear

su prioridad número 1?

¿Qué puede suponer esta nueva carrera?

Pues bien, en este vídeo os vamos a responder a todas estas preguntas.

¡Arranquemos!

El miedo al desastre nuclear marcó gran parte de la segunda mitad del siglo XX.

Tras la Segunda Guerra Mundial, poco a poco más países fueron haciéndose con esta capacidad.

Por ejemplo, en 1949 La Unión Soviética acabó con el monopolio de Washington, 1953

Reino Unido hizo lo propio y en 1964 llegaron a la meta tanto Francia como China.

Sin embargo, con mucha diferencia, la Unión Soviética y Estados Unidos fueron los dos

grandes protagonistas de toda esta historia.

Esto es algo que todos sabemos.

Entre ambos sumaron cerca del 70% del arsenal nuclear y, tal y como podéis ver, han sido

responsables de 1.745 de los 2059 ensayos nucleares que se han llevado a cabo en todo

el planeta.

Y es que no pensáis que cuando hablamos de armas nucleares, hablamos de unas pocas decenas,

para nada.

Durante las primeras etapas de la Guerra Fría, la Unión Soviética y Estados Unidos se pusieron

como locos a engordar más y más su inventario.

Por ejemplo, y para que os hagáis una idea, en 1962 durante la crisis de los misiles en

Cuba, el botón rojo de la Casa Blanca contaba ya con 25.540 cabezas nucleares.

Por aquel entonces la Unión Soviética “solo” contaba con 3.346, pero pronto se pondría

las pilas hasta superar, al menos en números, a la propia potencia norteamericana.

En total, en su punto álgido, a mediados de la década de los 80, se estima que el

inventario mundial llegó a tener unas 70.000 cabezas nucleares.

¡De locos!

Y así, queridos amigos, es como se forjó la conocida como doctrina de la Destrucción

Mutua Asegurada.

Es decir, tanto Estados Unidos como la Unión Soviética habían ido tan lejos en la carrera

nuclear, que si por cualquier motivo uno atacaba al otro, ambos quedarían aniquilados.

Ellos y quizás también buena parte del resto del mundo.

Pero esto ya lo sabéis, es algo de lo que se ha hablado hasta la saciedad.

Y lo cierto es que funcionó.

Quizás contra todo pronóstico, la doctrina de la Destrucción Mutua Asegurada hizo que

el mundo fuera un lugar más seguro.

Ahora bien, ¿Sabéis qué problema había?

Imaginaos lo que supone tener decenas de miles y miles de cabezas nucleares susceptibles

de que se produzca en cualquier momento un malentendido, una operación terrorista o

error humano….

Y, ¡Zas!

El desastre de repente estaría servido y no habría vuelta atrás.

Y evidentemente cuantas más armas tengas más difíciles es controlarlas debidamente

y más probabilidades hay de que se produzca un fallo.

Pues bien, precisamente por ese motivo, las dos potencias entendieron que tenían que

hacer algo al respecto.

En concreto, alcanzar acuerdos para reducir este peligro.

De esta forma, en 1968 nació el Tratado de No Proliferación Nuclear, un acuerdo internacional

que freno en seco la carrera de muchos países por dotarse de este tipo de ambas.

Y no solo eso, en 1972 se alcanzó el Tratado de Limitación de Armas Estratégicas, el

SALT I.

Este acuerdo limitaba el número de misiles balísticos intercontinentales y submarinos

balísticos tanto de Estados Unidos como de la Unión Soviética.

Luego, en 1979 se fue más allá con la aprobación del SALT II.

¿El resultado de estos acuerdos?

Pues fijaos:

Como veis, los tratados SALT abrieron la puerta a la reducción de los arsenales nucleares.

Pero no fueron los últimos.

En el 87 las dos potencias firmaron un Tratado para limitar las Fuerza Nucleares de Alcance

Intermedio y a partir de 1991, con la Unión Soviética, ya disuelto, Rusia continuó con

la misma política sellando los acuerdos START 1 y 2, una versión mejorada de los SALT.

Claro que el descalabro de la Unión Soviética y el colapso de su economía hizo que los

Estados Unidos volvieran a cobrar ventaja.

Sí, a ver, como habéis visto, Rusia tenía más armas nucleares, pero muchos de ellas

eran antiguas, poco eficientes y las opciones de lanzamiento eran mucho más restringidas.

Estados Unidos, en cambio, había logrado desarrollar modernos bombarderos estratégicos

como el B2, submarinos nucleares y misiles intercontinentales de mucha mayor precisión

y fiabilidad.

Y todo eso por no hablar de los nuevos sistemas antimisiles como el THAAD.

Para los que no lo conozcais, el THAAD es un sistema móvil diseñado para interceptar

misiles balísticos de medio y largo alcance.

El hecho de que sea móvil le permite proteger grandes territorios o ciudades enteras.

Este sistema hace uso de un radar avanzado para detectar y seguir los misiles enemigos,

transmitiendo su trayectoria en tiempo real a otros sistemas de defensa antimisiles aliados.

Luego también está el Aegis, un sistema similar pero operado desde buques de guerra.

Y sobre todo tenemos el sistema de intercepción GMD, un sistema continental de defensa contra

misiles balísticos intercontinentales.

Un programa en el que Estados Unidos ha invertido más de 100 mil millones de dólares desde

comienzos del siglo XXI y que ahora está recibiendo mucha atención y partidas presupuestarias

récord.

Evidentemente, en estos campos la superioridad económica y tecnológica de Estados Unidos

se nota.

Así que digamos que la Destrucción Mutua Asegurada se pasó a una especie de Confianza

Mutua Asegurada, aunque lo cierto es que la balanza estaba y está cada vez más desequilibrada

en favor de la potencia norteamericana.

(“Las características de los dos sistemas de armas nucleares complicaban cualquier definición

viable de equilibrio.

Los sistemas estratégicos soviéticos eran grandes e imprecisos, las armas estadounidenses

eran más transportables y precisas”.

Henry Kissinger en “Liderazgo”.)

Es por este motivo por lo que el Kremlin ha empezado a preocuparse otra vez por ampliar

y renovar sus capacidades estratégicas.

Pero, antes de abordar esta cuestión, tenemos que ver dónde estamos exactamente a nivel

global.

Este, queridos amigos de VisualPolitik, es una radiografía del inventario actual de

la fuerza nuclear.

Atentos.

(T1: LAS ARMAS NUCLEARES DEL SIGLO XXI)

¿Queréis un dato sorprendente?

De unas 70.000 armas nucleares en todo el mundo se ha pasado actualmente a menos de

14.000.

Y eso a pesar de que Pakistán, Israel, la India y Corea del Norte se han sumado al club

nuclear.

De hecho, con la excepción de China, todas las potencias nucleares históricas,

han reducido su arsenal atómico.

Para que os hagáis una idea, actualmente, esta sería la estimación de armas nucleares

por países que podemos encontrar en todo el mundo:

Como veis, la reducción paulatina de cabezas nucleares continuó.

Desde la década de los 70 Estados Unidos ha destruido cerca del 80% de su arsenal.

Y además de los acuerdos que ya hemos visto, en 2010, el presidente de los Estados Unidos,

Barack Obama y el presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, firmaron en Praga el START III,

un nuevo tratado donde se contemplaba una reducción adicional de un tercio del arsenal

de cada uno de los dos países.

Suponía eliminar cerca de 1750 cabezas nucleares en cada uno de los dos inventarios.

En 2021 este acuerdo fue prorrogado 5 años más, claro que su cumplimiento por parte

de Rusia está siendo muy cuestionado.

Eso sí, sea como sea, menos armas no quiere decir menos capacidad.

Para que os hagáis una idea, el LGM-30G Minuteman III de Estados Unidos y el RS-28 Sarmat ruso,

los misiles continentales por excelencia de estos países, tienen cada uno una capacidad

destructiva entre 500 y 1500 veces superior a la “Little boy” lanzada sobre Hiroshima

en 1945.

Pues bien, esta sería a grandes rasgos las características básicas del inventario nuclear

del mundo.

Y, ojo, porque aquí tenemos que hacer un apunte: países como Corea del Norte, pese

a que tiene un inventariwo muy pequeño, o Irán si finalmente se hace con la bomba,

suponen un riesgo enorme, quizás mucho mayor de lo que podríamos llegar a pensar.

¿Por qué?

Pues por lo que podemos denominar como el riesgo de la informalidad.

Pensadlo bien, hablamos de dos países parías, muy opacos, y con unas élites muy desconectadas

del resto del mundo.

2 países que, para colmo, están acostumbradas a negociar con la fórmula de la presión,

el chantaje y la extorsión para conseguir sus fines.

Estos países podrían por sí mismo provocar el comienzo de un gran conflicto internacional.

Por ejemplo, se espera que en poco tiempo Corea del Norte tenga la capacidad de atacar

directamente con misiles balísticos los Estados Unidos, lo que le permitiría elevar cualquier

apuesta en una negociación…

Lo que se traduciría automáticamente en mucha más tensión.

Y no hablemos ya de posibles fallos.

N3(9 feb 2023: Corea del Norte despliega suficientes ICBM para abrumar el sistema de defensa estadounidense

contra ellos.

Administración tras administración han fracasado en su intento de impedir que Corea del Norte

desarrolle un número tan elevado de misiles balísticos intercontinentales que permitan

alcanzar Estados Unidos.

POLITICO)

Precisamente por esto y también por la aparición de los nuevos misiles hipersónicos, ahora

El Pentágono está acelerando los planes de desarrollo del sistema de defensa antimisiles,

como por ejemplo el sistema de intercepción GMD que ya os hemos mencionado.

Incluso se están desarrollando prácticamente desde cero nuevos interceptores.

Es lo que se conoce como el Proyecto del interceptor de nueva generación.

Nuevos sistemas que en el futuro podrían desplegarse en el resto de países aliados.

N4(La Agencia de Defensa contra Misiles solicita 10.900 millones de dólares para el año fiscal

24, y decenas de miles de millones más a partir de entonces.

Breaking Defense)

Pero, ¿Os imagináis que entre tanto se produjera un fallo y en unos años un misil de Corea

del Norte aterrizara no ya en Estados Unidos sino en países como Japón o Corea del Sur?

Sería un desastre colosal y, sí, podría terminar provocando un nuevo conflicto a gran

escala.

Pero más allá de estos riesgos que, ¿Qué queréis que os diga?

Por remotos que sean resultan muy inquietantes, ahora llegamos al punto clave:

La Guerra de Ucrania ha cambiado por completo el panorama político y militar.

La pregunta, ¿dónde demonios nos encontramos ahora exactamente?

¿Por qué decíamos al principio de este vídeo que Putin tiene entre ceja y ceja la

fuerza nuclear?

Pues ahora mismo lo vamOs a ver.

(T2: ¿CÓMO SON LAS GARRAS DEL OSO RUSO MODERNO?)

Vladimir Putin relevó a Médvedev y regreso a la presidencia en el año 2012, solo dos

años después de la firma del START III.

Y aunque el dictador ruso nunca dejo de ser realmente quien mandaba y pese a que en 2021

estuvo a favor de extender 5 años su vigencia, Putin siempre fue crítico con el desarme

nuclear.

Digamos que considera que esta es una vía que busca someter al oso ruso y que por eso

la madre patria Rusia tiene que seguir otro camino muy diferente.