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Dickens - Canción de Navidad, El primero de los tres espíritus 2

El primero de los tres espíritus 2

El espíritu le miró de soslayo con indulgencia. El suave toquecito, aunque ligero y breve, parecía seguir afectando a las sensaciones del anciano, percibía mil olores flotando en el aire, cada cual relacionado con mil recuerdos, ilusiones y preocupaciones, olvidados largo, largo tiempo atrás.

"Te tiemblan los labios", dijo el fantasma. "Y ¿qué tienes en la mejilla?"

Scrooge musitó, con inusual vacilación en la voz, que era un grano, y rogó al fantasma que le llevara a donde tuviera que llevarle.

"¿Recuerdas el camino? ", interrogó el espíritu.

"¡Que si lo recuerdo! ", exclamó Scrooge con fervor. "Podría reconocerlo a ciegas".

"Es raro que te hayas olvidado durante tantos años", observó el fantasma. "Vámonos".

Echaron a andar por la carretera. Scrooge iba reconociendo cada portilla, cada poste, cada árbol, hasta que apareció en la lejanía un pueblecito con su puente, iglesia y serpenteante río. Ahora veían trotar, en dirección a ellos, unos cuantos caballitos peludos, montados por chicos que llamaban a otros chicos subidos en carretas y carros conducidos por granjeros. Todos manifestaban gran animación y el ancho campo terminó llenándose de una música tan alegre que hasta el aire fresco se reía al escucharla.

"Solamente son las sombras de lo que ha sido", dijo el fantasma. "No son conscientes de nuestra presencia".

La bulliciosa comitiva se iba acercando; Scrooge sabía los nombres de todos. ¡Cómo disfrutó al verlos! ¡Qué brillo tenían sus fríos ojos y qué palpitaciones en su corazón mientras pasaban! Se sintió inundado de gozo cuando les oyó felicitarse la Navidad, al despedirse en los cruces de los caminos para ir cada cual a su hogar ¿Qué era para Scrooge la Feliz Navidad? ¡Y dale con feliz Navidad! ¿Qué bien le había proporcionado a él?

"La escuela no está vacia del todo", dijo el fantasma. "Aún queda allí un niño solitario, abandonado por sus compañeros".

Scrooge dijo que ya lo sabía. Y sollozó.

Dejaron la carretera principal para continuar por un sendero, bien recordado y enseguida llegaron a una mansión de ladrillo rojo deslucido, con una cúpula en el tejado coronada por una veleta de gallo y una campana. Era una gran casa, pero venida a menos. Las espaciosas dependencias se utilizaban muy poco y las paredes estaban húmedas y enmohecidas, las ventanas rotas, las puertas vencidas. Por los establos se contoneaban y cacareaban las aves del corral. La hierba invadía cocheras y cobertizos. El interior de la casa no había conservado mejor su antiguo esplendor; cuando penetraron en el sombrío vestíbulo y dieron un vistazo por las puertas abiertas de numerosas habitaciones, las encontraron pobremente amuebladas, frías y destartaladas. Había algo en el aire, en la desolada desnudez del lugar, que de alguna manera se asociaba al hecho de madrugar demasiado y comer muy poco.

El fantasma y Scrooge atravesaron el vestíbulo hasta llegar a una puerta en la parte trasera de la casa. Se abrió y dio paso a un cuarto largo, melancólico y desnudo, desnudez aún más acentuada por las sencillas alineaciones de bancos y pupitres. En uno de ellos, un muchacho solitario leía cerca de un fuego exiguo. Scrooge se sentó en un banco y se le cayeron las lágrimas al ver su pobre y olvidada persona tal y como había sido.

El eco latía en la casa, chilliditos y carreras de ratones tras el entarimado, un goteo de la fuente semicongelada del deslucido patio trasero, un susurro entre las ramas sin hojas de un álamo desesperado, el inútil balanceo de una puerta de despensa vacía, el chisporroteo del fuego, llegaron al corazón de Scrooge con su influjo enternecedor y dieron rienda suelta a sus lágrimas.

El espiritu le tocó en el brazo y señaló hacia su joven persona, absorta en la lectura. De pronto, apareció tras la ventana un hombre maravillosamente real y visible, exóticamente ataviado, con un hacha en su cinturón y llevando de la brida un asno cargado de leña.

"¡Es Alí Babá! ", exclamó Scrooge extasiado. "¡Es mi querido y honrado Alí Babá! ¡Sí, sí, yo lo se! Una Navidad, cuando aquel niño solitario tuvo que quedarse aquí completamente solo, él vino, por primera vez, igual que ahora. ¡Pobre muchacho! ¡Y Valentine y su hermano salvaje Orson, ahí van! ¡Y ese otro, ¿cómo se llama?, al que pusieron en calzoncillos, dormido, en la puerta de Damasco. ¿No lo ves! ¡Y el caballerizo del Sultán colocado por los Genios boca abajo, ahí está de cabeza! ¡Se lo merecía; me alegro, ¿quién le mete a casarse con la princesa? !.

Los hombres de negocios que conocían a Scrooge se habrían llevado una sorpresa mayúscula si le hubiesen visto gastar toda su energía en tales asuntos, con un tono de voz de lo más singular, a medio camino entre la risa y el llanto, y si hubiesen observado su rostro excitado y acalorado.

"¡Ahí está el Loro! ", exclamó Scrooge. "El cuerpo verde y la cola amarilla, con algo parecido a una lechuga saliéndole de lo alto de la cabeza. ¡Ahí está! Pobre Robin Crusoe, le dijo cuando volvió a casa tras navegar alrededor de la isla. "Pobre Robin Crusoe, ¿dónde has estado Robin Crusoe?". El hombre pensó que soñaba, pero no. Era el loro, ¿verdad?. ¡Allá va Viernes, corriendo hacia la pequeña ensenada para salvarse! ¡Vámos! ¡Corre! ".

Después, con una repentina transición, muy lejana a su habitual carácter, dijo compadeciéndose de su pasado: "¡Pobre muchacho! ", y volvió a llorar.

"Desearía...", murmuró metiendo la mano en el bolsillo y mirando alrededor, tras secar los ojos con la manga, "pero ahora ya es demasiado tarde".

"¿De qué se trata", preguntó el espíritu.

"Nada", contestó Scrooge, "nada. Anoche, un chico estuvo cantando un villancico en mi puerta. Desearía haberle dado algo; eso es todo".

El fantasma sonrió pensativamente e hizo un ademán con la mano mientras decía: "¡Veamos otra Navidad! ".

Con estas palabras, la persona del Scrooge juvenil se hizo mayor y la estancia se volvió un poco más oscura y más sucia. Los paneles encogidos, las ventanas rotas; fragmentos de yeso se habían desprendido del techo dejando a la vista las rasillas. Pero Scrooge no sabía cómo se habían producido estos cambios; no sabía más que tú, lector. Lo único que sabía es que era cierto, así había sucedido; y sabía que él estaba allí, otra vez solo, cuando todos los demás chicos se habían ido a casa a pasar las festivas vacaciones.

Ahora no estaba leyendo sino dando pasos arriba y abajo, desesperado. Scrooge miró al fantasma y con un dolorido movimiento de negación con la cabeza, dirigió una mirada llena de ansiedad hacia la puerta. La puerta se abrió y una niñita, de edad mucho menor que el muchacho, entró como una exhalación, le echó los brazos al cuello y le besaba repetidamente llamándole "Querido, querido hermano".

"¡He venido para llevarte a casa, querido hermano! ", decía la niña palmoteando con sus manos pequeñas y encogida por las risas. ¡Para llevarte a casa, a casa, a casa!

"¿A casa, mi pequeña Fan? ", contestó el muchacho.

"¡Sí! ", dijo la niña desbordante de felicidad. "A casa, a casa para siempre. Ahora Padre está mucho más amable, nuestra casa parece el cielo. Una bendita noche, cuando me iba a la cama, me habló tan cariñoso que me atreví a preguntarle una vez más si tú podrías volver; y dijo que sí, que era lo mejor, y me mandó en un coche a buscarte. ¡Ya vas a ser un hombre", dijo la niña, abriendo los ojos, "y nunca vas a volver aquí; estaremos juntos toda la Navidad y será lo más maravilloso del mundo!"

"¡Eres toda una mujer, Fan! ", exclamó el chico.

Ella palmoteaba, reía e intentó llegarle a la cabeza, pero era demasiado pequeña y reía otra vez, y se puso de puntillas para abrazarle. Luego empezó a arrastrarle, con infantil impaciencia, hacia la puerta, y él de muy buen grado la acompañó.

Una voz terrible gritó en el vestíbulo "¡Bajad el baúl del Sr. Scrooge, aquí!". Y en el vestíbulo apareció el director de la escuela en persona, observó al Sr. Scrooge con feroz condescendencia y le estrechó las manos, sumiéndole en un estado de terrible confusión. A continuación condujo a Scrooge y su hermana hasta la sala de visitas más estremecedora que se haya visto, donde los mapas en la pared y los globos terráqueos y celestes en las ventanas estaban cerúleos por el frio. Allí sacó una licorera de vino sospechosamente claro, y un bloque de pastel sospechosamente denso, y administró a los jóvenes "entregas" de tales exquisiteces. Al mismo tiempo, envió fuera a un enflaquecido sirviente para que ofreciese un vaso de "algo" al chico de la posta, quien respondió que daba las gracias al caballero, pero si lo que le iban a dar salía del mismo barril que ya había probado anteriormente, prefería no tomarlo. El baúl del señor Scrooge ya estaba amarrado en el carruaje; los niños se despidieron gustosos del director de la escuela, se acomodaron en él y rodaron alegremente hacia la curva del parque, las veloces ruedas pulverizaban y rociaban de escarcha y de nieve las oscuras hojas perennes de los arbustos.


El primero de los tres espíritus 2 Der erste der drei Geister 2 The first of the three spirits 2 O primeiro dos três espíritos 2

El espíritu le miró de soslayo con indulgencia. L'esprit le regarda avec indulgence. El suave toquecito, aunque ligero y breve, parecía seguir afectando a las sensaciones del anciano, percibía mil olores flotando en el aire, cada cual relacionado con mil recuerdos, ilusiones y preocupaciones, olvidados largo, largo tiempo atrás. Le toucher doux, bien que léger et bref, semblait continuer à affecter les sensations du vieil homme, il percevait mille odeurs flottant dans l'air, chacune liée à mille souvenirs, illusions et préoccupations, oubliés depuis très, très longtemps.

"Te tiemblan los labios", dijo el fantasma. "Y ¿qué tienes en la mejilla?"

Scrooge musitó, con inusual vacilación en la voz, que era un grano, y rogó al fantasma que le llevara a donde tuviera que llevarle. Scrooge muttered, with an unusual hesitation in his voice, that he was a pimple, and begged the ghost to take him where he had to take him. Scrooge marmonna, avec une hésitation inhabituelle dans la voix, qu'il était un bouton, et pria le fantôme de l'emmener là où il devait l'emmener.

"¿Recuerdas el camino? « Vous souvenez-vous du chemin ? ", interrogó el espíritu.

"¡Que si lo recuerdo! "What if I remember! ", exclamó Scrooge con fervor. "Podría reconocerlo a ciegas". "I could recognize it blind."

"Es raro que te hayas olvidado durante tantos años", observó el fantasma. "It is strange that you have been forgotten for so many years," observed the ghost. "Vámonos".

Echaron a andar por la carretera. They started down the road. Scrooge iba reconociendo cada portilla, cada poste, cada árbol, hasta que apareció en la lejanía un pueblecito con su puente, iglesia y serpenteante río. Ahora veían trotar, en dirección a ellos, unos cuantos caballitos peludos, montados por chicos que llamaban a otros chicos subidos en carretas y carros conducidos por granjeros. Now they could see a few shaggy ponies trotting toward them, ridden by boys who called other boys on wagons and carts driven by farmers. Maintenant, ils pouvaient voir quelques poneys hirsutes trotter vers eux, montés par des garçons qui appelaient d'autres garçons sur des chariots et des charrettes conduits par des fermiers. Todos manifestaban gran animación y el ancho campo terminó llenándose de una música tan alegre que hasta el aire fresco se reía al escucharla.

"Solamente son las sombras de lo que ha sido", dijo el fantasma. "They are but the shadows of what has been," said the ghost. « Ils ne sont que les ombres de ce qui a été », dit le fantôme. "No son conscientes de nuestra presencia".

La bulliciosa comitiva se iba acercando; Scrooge sabía los nombres de todos. Le cortège bruyant se rapprochait ; Scrooge connaissait les noms de tout le monde. ¡Cómo disfrutó al verlos! Qu'il aimait les voir ! ¡Qué brillo tenían sus fríos ojos y qué palpitaciones en su corazón mientras pasaban! Se sintió inundado de gozo cuando les oyó felicitarse la Navidad, al despedirse en los cruces de los caminos para ir cada cual a su hogar ¿Qué era para Scrooge la Feliz Navidad? ¡Y dale con feliz Navidad! And give him a Merry Christmas! ¿Qué bien le había proporcionado a él? What good had she done for him?

"La escuela no está vacia del todo", dijo el fantasma. "Aún queda allí un niño solitario, abandonado por sus compañeros".

Scrooge dijo que ya lo sabía. Y sollozó. And sobbed.

Dejaron la carretera principal para continuar por un sendero, bien recordado y enseguida llegaron a una mansión de ladrillo rojo deslucido, con una cúpula en el tejado coronada por una veleta de gallo y una campana. Ils quittèrent la route principale pour suivre une ruelle dont on se souvenait bien, et arrivèrent bientôt à un manoir de briques rouges délavées, avec un toit en dôme surmonté d'une girouette coq et d'une cloche. Era una gran casa, pero venida a menos. It was a great house, but run down. Las espaciosas dependencias se utilizaban muy poco y las paredes estaban húmedas y enmohecidas, las ventanas rotas, las puertas vencidas. Les chambres spacieuses étaient rarement utilisées, les murs humides et moisis, les fenêtres brisées, les portes battues. Por los establos se contoneaban y cacareaban las aves del corral. Around the stables the birds of the yard waddled and clucked. Les basses-cours se pavanaient et gloussaient autour des écuries. La hierba invadía cocheras y cobertizos. Grass invaded garages and sheds. L'herbe a envahi les garages et les remises. El interior de la casa no había conservado mejor su antiguo esplendor; cuando penetraron en el sombrío vestíbulo y dieron un vistazo por las puertas abiertas de numerosas habitaciones, las encontraron pobremente amuebladas, frías y destartaladas. L'intérieur de la maison n'avait pas été mieux conservé dans son ancienne splendeur ; lorsqu'ils entrèrent dans la salle sombre et regardèrent par les portes ouvertes de nombreuses pièces, ils les trouvèrent mal meublées, froides et miteuses. Había algo en el aire, en la desolada desnudez del lugar, que de alguna manera se asociaba al hecho de madrugar demasiado y comer muy poco.

El fantasma y Scrooge atravesaron el vestíbulo hasta llegar a una puerta en la parte trasera de la casa. Se abrió y dio paso a un cuarto largo, melancólico y desnudo, desnudez aún más acentuada por las sencillas alineaciones de bancos y pupitres. Elle s'ouvrit et laissa place à une longue pièce sombre et nue, une nudité encore accentuée par les simples rangées de bancs et de bureaux. En uno de ellos, un muchacho solitario leía cerca de un fuego exiguo. Scrooge se sentó en un banco y se le cayeron las lágrimas al ver su pobre y olvidada persona tal y como había sido.

El eco latía en la casa, chilliditos y carreras de ratones tras el entarimado, un goteo de la fuente semicongelada del deslucido patio trasero, un susurro entre las ramas sin hojas de un álamo desesperado, el inútil balanceo de una puerta de despensa vacía, el chisporroteo del fuego, llegaron al corazón de Scrooge con su influjo enternecedor y dieron rienda suelta a sus lágrimas. The echo pulsed through the house, screeching and scrambling of mice behind the floorboards, a trickle from the half-frozen fountain in the dingy backyard, a rustle through the leafless branches of a forlorn poplar, the useless swinging of an empty pantry door, the crackling of the fire, reached Scrooge's heart with their touching influence, and gave vent to his tears. L'écho résonna dans la maison, des grincements et des souris courant derrière le plancher, un filet de la fontaine à moitié gelée dans l'arrière-cour miteuse, un murmure à travers les branches sans feuilles d'un tremble désespéré, le balancement inutile d'une porte de garde-manger vide, le crépitement du feu, ont touché le cœur de Scrooge avec leur tendre influence, et ont donné libre cours à ses larmes.

El espiritu le tocó en el brazo y señaló hacia su joven persona, absorta en la lectura. De pronto, apareció tras la ventana un hombre maravillosamente real y visible, exóticamente ataviado, con un hacha en su cinturón y llevando de la brida un asno cargado de leña. Suddenly, a wonderfully real and visible man appeared outside the window, exotically attired, with an ax in his belt and leading by the bridle a donkey laden with firewood.

"¡Es Alí Babá! ", exclamó Scrooge extasiado. "¡Es mi querido y honrado Alí Babá! ¡Sí, sí, yo lo se! Una Navidad, cuando aquel niño solitario tuvo que quedarse aquí completamente solo, él vino, por primera vez, igual que ahora. ¡Pobre muchacho! ¡Y Valentine y su hermano salvaje Orson, ahí van! ¡Y ese otro, ¿cómo se llama?, al que pusieron en calzoncillos, dormido, en la puerta de Damasco. ¿No lo ves! ¡Y el caballerizo del Sultán colocado por los Genios boca abajo, ahí está de cabeza! Et le valet d'écurie du Sultan placé par les Génies à l'envers, le voilà à l'envers ! ¡Se lo merecía; me alegro, ¿quién le mete a casarse con la princesa? Il le méritait; Je suis content, qui lui fait épouser la princesse ? !.

Los hombres de negocios que conocían a Scrooge se habrían llevado una sorpresa mayúscula si le hubiesen visto gastar toda su energía en tales asuntos, con un tono de voz de lo más singular, a medio camino entre la risa y el llanto, y si hubiesen observado su rostro excitado y acalorado.

"¡Ahí está el Loro! ", exclamó Scrooge. "El cuerpo verde y la cola amarilla, con algo parecido a una lechuga saliéndole de lo alto de la cabeza. ¡Ahí está! Pobre Robin Crusoe, le dijo cuando volvió a casa tras navegar alrededor de la isla. "Pobre Robin Crusoe, ¿dónde has estado Robin Crusoe?". El hombre pensó que soñaba, pero no. Era el loro, ¿verdad?. ¡Allá va Viernes, corriendo hacia la pequeña ensenada para salvarse! ¡Vámos! ¡Corre! ".

Después, con una repentina transición, muy lejana a su habitual carácter, dijo compadeciéndose de su pasado: "¡Pobre muchacho! ", y volvió a llorar.

"Desearía...", murmuró metiendo la mano en el bolsillo y mirando alrededor, tras secar los ojos con la manga, "pero ahora ya es demasiado tarde".

"¿De qué se trata", preguntó el espíritu.

"Nada", contestó Scrooge, "nada. Anoche, un chico estuvo cantando un villancico en mi puerta. Desearía haberle dado algo; eso es todo".

El fantasma sonrió pensativamente e hizo un ademán con la mano mientras decía: "¡Veamos otra Navidad! ".

Con estas palabras, la persona del Scrooge juvenil se hizo mayor y la estancia se volvió un poco más oscura y más sucia. Los paneles encogidos, las ventanas rotas; fragmentos de yeso se habían desprendido del techo dejando a la vista las rasillas. Les vitres rétrécies, les vitres brisées ; des fragments de plâtre s'étaient détachés du plafond, exposant les carreaux. Pero Scrooge no sabía cómo se habían producido estos cambios; no sabía más que tú, lector. Mais Scrooge ne savait pas comment ces changements s'étaient produits ; Je n'en savais pas plus que toi, lecteur. Lo único que sabía es que era cierto, así había sucedido; y sabía que él estaba allí, otra vez solo, cuando todos los demás chicos se habían ido a casa a pasar las festivas vacaciones. La seule chose qu'il savait, c'était que c'était vrai, que c'était arrivé comme ça ; et elle savait qu'il était là, de nouveau seul, quand tous les autres garçons étaient rentrés chez eux pour les fêtes de fin d'année.

Ahora no estaba leyendo sino dando pasos arriba y abajo, desesperado. Maintenant, il ne lisait plus mais faisait les cent pas en désespoir de cause. Scrooge miró al fantasma y con un dolorido movimiento de negación con la cabeza, dirigió una mirada llena de ansiedad hacia la puerta. Scrooge regarda le fantôme et, avec un hochement de tête douloureux, jeta un coup d'œil anxieux vers la porte. La puerta se abrió y una niñita, de edad mucho menor que el muchacho, entró como una exhalación, le echó los brazos al cuello y le besaba repetidamente llamándole "Querido, querido hermano". La porte s'ouvrit et une petite fille, beaucoup plus jeune que le garçon, se précipita, jeta ses bras autour de son cou et l'embrassa à plusieurs reprises en appelant "Cher, cher frère".

"¡He venido para llevarte a casa, querido hermano! ", decía la niña palmoteando con sus manos pequeñas y encogida por las risas. " Dit la fille en tapant dans ses petites mains et en se rétrécissant de rire. ¡Para llevarte a casa, a casa, a casa!

"¿A casa, mi pequeña Fan? ", contestó el muchacho.

"¡Sí! ", dijo la niña desbordante de felicidad. "A casa, a casa para siempre. Ahora Padre está mucho más amable, nuestra casa parece el cielo. Una bendita noche, cuando me iba a la cama, me habló tan cariñoso que me atreví a preguntarle una vez más si tú podrías volver; y dijo que sí, que era lo mejor, y me mandó en un coche a buscarte. Une nuit bénie, alors que j'allais me coucher, il m'a parlé si affectueusement que j'ai osé lui demander encore une fois si vous pouviez revenir; et il a dit oui, c'était le mieux, et il m'a envoyé dans une voiture pour te chercher. ¡Ya vas a ser un hombre", dijo la niña, abriendo los ojos, "y nunca vas a volver aquí; estaremos juntos toda la Navidad y será lo más maravilloso del mundo!" Tu vas être un homme, dit la fille en écarquillant les yeux, et tu ne reviendras jamais ici ; Nous serons ensemble tout Noël et ce sera la chose la plus merveilleuse au monde !"

"¡Eres toda una mujer, Fan! ", exclamó el chico.

Ella palmoteaba, reía e intentó llegarle a la cabeza, pero era demasiado pequeña y reía otra vez, y se puso de puntillas para abrazarle. Elle frappa dans ses mains et rit et essaya d'atteindre sa tête, mais elle était trop petite et elle riait encore, et elle se mit sur la pointe des pieds pour le serrer dans ses bras. Luego empezó a arrastrarle, con infantil impaciencia, hacia la puerta, y él de muy buen grado la acompañó.

Una voz terrible gritó en el vestíbulo "¡Bajad el baúl del Sr. Scrooge, aquí!". Y en el vestíbulo apareció el director de la escuela en persona, observó al Sr. Scrooge con feroz condescendencia y le estrechó las manos, sumiéndole en un estado de terrible confusión. Scrooge avec une condescendance féroce et lui serra la main, le jetant dans un état de confusion terrible. A continuación condujo a Scrooge y su hermana hasta la sala de visitas más estremecedora que se haya visto, donde los mapas en la pared y los globos terráqueos y celestes en las ventanas estaban cerúleos por el frio. Il a ensuite conduit Scrooge et sa sœur dans le salon le plus effrayant jamais vu, où les cartes sur le mur et les globes et globes aux fenêtres étaient céruléens de froid. Allí sacó una licorera de vino sospechosamente claro, y un bloque de pastel sospechosamente denso, y administró a los jóvenes "entregas" de tales exquisiteces. Là, il sortit une carafe de vin suspectement clair et un bloc de gâteau suspectement dense, et administra la "livraison" de ces délices aux jeunes hommes. Al mismo tiempo, envió fuera a un enflaquecido sirviente para que ofreciese un vaso de "algo" al chico de la posta, quien respondió que daba las gracias al caballero, pero si lo que le iban a dar salía del mismo barril que ya había probado anteriormente, prefería no tomarlo. En même temps, il envoya un domestique décharné offrir un verre de "quelque chose" au facteur, qui répondit qu'il remerciait le monsieur, mais si ce qu'ils allaient lui donner sortait du même tonneau qu'il avait déjà goûté précédemment, j'ai préféré ne pas le prendre. El baúl del señor Scrooge ya estaba amarrado en el carruaje; los niños se despidieron gustosos del director de la escuela, se acomodaron en él y rodaron alegremente hacia la curva del parque, las veloces ruedas pulverizaban y rociaban de escarcha y de nieve las oscuras hojas perennes de los arbustos. Mr. Scrooge's trunk was already strapped to the carriage; the children happily bid farewell to the principal of the school, settled into it, and rolled merrily toward the curve of the park, the swift wheels pulverizing and spraying frost and snow on the dark evergreen leaves of the bushes. La malle de M. Scrooge était déjà attachée à la voiture ; les enfants firent joyeusement leurs adieux au directeur de l'école, s'y installèrent et roulèrent joyeusement vers la courbe du parc, les roues rapides pulvérisant et pulvérisant du givre et de la neige sur les feuilles persistantes sombres des buissons.