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Sherlock Holmes - El hombre del labio torcido, El hombre del labio torcido - 02

El hombre del labio torcido - 02

Eché a andar por el estrecho pasadizo, dejado entre la doble hilera de camas, conteniendo la respiración para no absorber las horribles ahogadoras emanaciones de la droga y mirando a un lado y a otro en busca del gerente. Al pasar por junto al hombre alto que estaba sentado delante del brasero, sentí un brusco tirón de mi levita y una voz que me decía muy quedo: «Pase usted y luego mireme.» Estas palabras llegaron con claridad a mi oído.

Miré hacia abajo: sólo podían venir de ese anciano, pero le vi sentado, inmóvil en la misma posición, absorto en su contemplación, muy flaco, muy arrugado, encorvado por la edad, una pipa de opio que caía de sus rodillas al suelo como si sus dedos la hubieran soltado en un aflojamiento invencible. Avancé dos pasos y miré atrás. Tuve que acudir a toda mi fuerza de voluntad para no exhalar un grito de asombro. El hombre había vuelto la espalda, de modo que nadie más que yo podía verle. Su cuerpo se habla ensanchado, sus arrugas habían desaparecido, los apagados ojos habían recobrado su fulgor, y allí, sentado delante del fuego y divertido con mi sorpresa, estaba Sherlock Holmes en persona. Con un leve ademán me indicó que me le acercara, y en el instante, volviendo a medias la cara hacia la sala como antes, cayó nuevamente en su senilidad temblorosa y arrugada.

—¡Holmes!—exclamé en un murmullo.—¿Qué hace usted ¡por el cielo! en este antro?

—Lo más quedo que pueda usted—me contestó.—Tengo excelente oído. Si tuviera usted la gran amabilidad de desembarazarse de ese su tonto amigo, yo tendría muchísimo placer en que habláramos un rato.

—Tengo afuera un coche.

—Entonces, sírvase enviarlo en él a su casa. Puede usted confiar en que se irá directamente, porque está demasiado embrutecido para hacer ninguna travesura. También recomiendo a usted que envié usted con el mismo cochero dos lineas a su señora, para que sepa que se queda usted conmigo. Si me espera usted afuera, dentro de cinco minutos estaré con usted.

Era difícil negarse a algo de lo que Sherlock Holmes pidiera, tan definitiva era siempre la manera como lo pedía, y tanta autoridad había en su acento. Yo comprendí, además, que una vez que Whitney estuviera encerrado en el coche, mi misión habría terminado de hecho, y, por lo demás, nada podía desear yo mejor que verme asociado con mi amigo en una de esas singulares aventuras que eran la condición normal de su existencia. En pocos minutos escribí mi carta; pagué la cuenta de Whitney, conduje a éste al coche y lo vi perderse en la obscuridad. Un instante después, un hombre decrépito surgió del antro del opio, y Sherlock Holmes y yo nos dirigimos calle abajo. En el espacio de dos calles se arrastró con la espalda encorvada y el paso incierto. Después miró rápidamente en torno nuestro, y estalló en un acceso de risa.

—Supongo, Watson—dijo—que usted se imagina que he añadido el vicio del opio a las inyecciones de cocaína y a todas las otras debilidades con que me ha favorecido usted en sus disertaciones médicas.

—La verdad es que me sorprendió encontrarle a usted allí.

—Pero no más que yo de verle a usted.

—Yo fui en busca de un amigo.

—Y yo en busca de un enemigo.

—¿De un enemigo?

—Sí, de uno de mis enemigos naturales ó, mejor dicho, de mis naturales presos. En resumen, Watson, estoy en una investigación muy notable, y tenía la esperanza de encontrar un dato en la incoherente charla de esos tontos, como ya me ha sucedido otras veces. Si me hubieran reconocido en el fumadero, mi vida no habría valido la pena de ser comprada por una hora más, porque antes la he usado ya para mis fines, y el láscar bribón que dirige el establecimiento había jurado vengarse de mí. En la parte posterior del edificio, cerca de la esquina del muelle Pablo, hay una puerta de escape que podría contar algunas extrañas historias de lo que ha pasado por ella en las noches sin luna.

—¡Qué! ¿Cadáveres, quiere usted decir?

—Sí, cadáveres, Watson. Seríamos ricos si tuviéramos mil libras por cada pobre diablo que ha encontrado la muerte en ese antro. Es el más temible de los sitios dedicados a la emboscada y al asesinato en toda la orilla del rio, y temo que Neville Saint Clair haya entrado allí para no salir más. ¡Pero aquí estamos nosotros!

Se puso los dos dedos indices entre los dientes, y lanzó un silbido penetrante, señal que fue contestada por un silbido igual desde lejos, y al cual siguió un rumor de ruedas y el golpear de los cascos de un caballo.

—Ahora, Watson—dijo Holmes al acercarse velozmente un alto coche de caza, que arrojaba dos chorros de dorada luz de sus faroles,—va usted a venir conmigo, ¿no?

—Si puedo serle útil.

—¡Ah! Un camarada de confianza es siempre útil. Y más todavía un cronista. En el cuarto que tengo en los Cedros hay dos camas.

—¿En los Cedros?

—Sí: Esa es la casa del señor Saint Clair. Estoy alojado allí mientras dura la investigación.

—¿Y dónde está?

—Cerca de Lee, en Kent. Tenemos que andar siete millas hasta allá.

—Pero yo estoy completamente a obscuras.

—Por supuesto que lo está usted. Pero ahora va usted a saberlo todo. ¡Suba usted: Está bien, Juan, ya no te necesitamos. Aquí tienes media-corona: Búscame mañana a eso de las once. ¡Adiós!

El hombre del labio torcido - 02 Der Mann mit der verdrehten Lippe - 02 The man with the crooked lip - 02 O Homem do Lábio Torcido - 02 Mannen med den tvinnade läppen - 02

Eché a andar por el estrecho pasadizo, dejado entre la doble hilera de camas, conteniendo la respiración para no absorber las horribles ahogadoras emanaciones de la droga y mirando a un lado y a otro en busca del gerente. Ich ging den schmalen Gang hinunter, links zwischen den doppelten Bettenreihen, hielt den Atem an, um nicht die schrecklichen, erstickenden Dämpfe der Droge aufzunehmen, und sah mich nach dem Verwalter um. I started walking down the narrow passageway, left between the double row of beds, holding my breath so as not to absorb the horrible choking fumes of the drug and looking this way and that in search of the manager. Al pasar por junto al hombre alto que estaba sentado delante del brasero, sentí un brusco tirón de mi levita y una voz que me decía muy quedo: «Pase usted y luego mireme.» Estas palabras llegaron con claridad a mi oído. As I passed by the tall man sitting in front of the brazier, I felt a sharp tug on my frock coat and a voice saying to me very quietly, "You come in and then look at me." These words came clearly to my ear.

Miré hacia abajo: sólo podían venir de ese anciano, pero le vi sentado, inmóvil en la misma posición, absorto en su contemplación, muy flaco, muy arrugado, encorvado por la edad, una pipa de opio que caía de sus rodillas al suelo como si sus dedos la hubieran soltado en un aflojamiento invencible. I looked down: they could only come from that old man, but I saw him sitting, motionless in the same position, absorbed in his contemplation, very skinny, very wrinkled, hunched with age, an opium pipe falling from his knees to the ground as if his fingers had loosened it in an invincible loosening. Avancé dos pasos y miré atrás. I took two steps forward and looked back. Tuve que acudir a toda mi fuerza de voluntad para no exhalar un grito de asombro. I had to summon all my willpower not to gasp. El hombre había vuelto la espalda, de modo que nadie más que yo podía verle. The man had turned his back, so that no one but me could see him. Su cuerpo se habla ensanchado, sus arrugas habían desaparecido, los apagados ojos habían recobrado su fulgor, y allí, sentado delante del fuego y divertido con mi sorpresa, estaba Sherlock Holmes en persona. Sein Körper war breiter geworden, seine Falten waren verschwunden, die trüben Augen hatten ihr Funkeln zurückgewonnen, und da saß Sherlock Holmes selbst vor dem Kamin und amüsierte sich über meine Überraschung. His body had widened, his wrinkles had disappeared, the dull eyes had regained their sparkle, and there, sitting in front of the fire and amused at my surprise, was Sherlock Holmes himself. Con un leve ademán me indicó que me le acercara, y en el instante, volviendo a medias la cara hacia la sala como antes, cayó nuevamente en su senilidad temblorosa y arrugada. With a slight gesture he motioned me to approach him, and in the instant, half turning his face toward the room as before, he fell back into his trembling, wrinkled senility.

—¡Holmes!—exclamé en un murmullo.—¿Qué hace usted ¡por el cielo! -Holmes," I exclaimed in a whisper, "What in heaven's name are you doing! en este antro? in this joint?

—Lo más quedo que pueda usted—me contestó.—Tengo excelente oído. -So leise wie möglich", antwortete er, "ich habe ein ausgezeichnetes Gehör. "As quiet as you can," he replied. "I have excellent hearing." Si tuviera usted la gran amabilidad de desembarazarse de ese su tonto amigo, yo tendría muchísimo placer en que habláramos un rato. If you would be so kind as to get rid of that silly friend of yours, I would be very pleased if we talked for a while.

—Tengo afuera un coche. -I have a car outside.

—Entonces, sírvase enviarlo en él a su casa. "Then please send him home in it." Puede usted confiar en que se irá directamente, porque está demasiado embrutecido para hacer ninguna travesura. Sie können darauf vertrauen, dass er sofort geht, denn er ist zu verroht, um Unheil anzurichten. You can trust him to go right away, because he's too stupefied to do any mischief. También recomiendo a usted que envié usted con el mismo cochero dos lineas a su señora, para que sepa que se queda usted conmigo. I also recommend that you send two lines to your lady with the same coachman, so that she knows that you are staying with me. Si me espera usted afuera, dentro de cinco minutos estaré con usted. If you wait for me outside, I'll be with you in five minutes.

Era difícil negarse a algo de lo que Sherlock Holmes pidiera, tan definitiva era siempre la manera como lo pedía, y tanta autoridad había en su acento. It was difficult to refuse anything Sherlock Holmes asked for, so final was always the way he asked for it, and so much authority in his accent. Yo comprendí, además, que una vez que Whitney estuviera encerrado en el coche, mi misión habría terminado de hecho, y, por lo demás, nada podía desear yo mejor que verme asociado con mi amigo en una de esas singulares aventuras que eran la condición normal de su existencia. I realized, moreover, that once Whitney was locked in the car, my mission was indeed over, and, for the rest, I could wish for nothing better than to be associated with my friend in one of those singular adventures which were the condition normal of its existence. En pocos minutos escribí mi carta; pagué la cuenta de Whitney, conduje a éste al coche y lo vi perderse en la obscuridad. In a few minutes I wrote my letter; I paid Whitney's bill, led him to the car, and watched as he disappeared into the darkness. Un instante después, un hombre decrépito surgió del antro del opio, y Sherlock Holmes y yo nos dirigimos calle abajo. An instant later a decrepit man emerged from the opium den, and Sherlock Holmes and I headed down the street. En el espacio de dos calles se arrastró con la espalda encorvada y el paso incierto. In the space of two streets he dragged himself along with his back bent and his step uncertain. Después miró rápidamente en torno nuestro, y estalló en un acceso de risa. Then he looked quickly around us, and burst into a fit of laughter.

—Supongo, Watson—dijo—que usted se imagina que he añadido el vicio del opio a las inyecciones de cocaína y a todas las otras debilidades con que me ha favorecido usted en sus disertaciones médicas. "I suppose, Watson," he said, "that you imagine that I have added opium addiction to cocaine injections and all the other weaknesses with which you have favored me in your medical lectures."

—La verdad es que me sorprendió encontrarle a usted allí. "The truth is that I was surprised to find you there."

—Pero no más que yo de verle a usted. "But no more than I from seeing you."

—Yo fui en busca de un amigo. -I went in search of a friend.

—Y yo en busca de un enemigo. -And me in search of an enemy.

—¿De un enemigo? -From an enemy?

—Sí, de uno de mis enemigos naturales ó, mejor dicho, de mis naturales presos. "Yes, from one of my natural enemies, or rather, from one of my natural prisoners." En resumen, Watson, estoy en una investigación muy notable, y tenía la esperanza de encontrar un dato en la incoherente charla de esos tontos, como ya me ha sucedido otras veces. In short, Watson, I am on a very remarkable investigation, and I was hoping to find a clue in the incoherent chatter of these fools, as I have done before. Si me hubieran reconocido en el fumadero, mi vida no habría valido la pena de ser comprada por una hora más, porque antes la he usado ya para mis fines, y el láscar bribón que dirige el establecimiento había jurado vengarse de mí. Wäre ich in der Räucherkammer erkannt worden, wäre mein Leben keine Stunde mehr wert gewesen, denn ich habe es schon einmal für meine Zwecke benutzt, und der bedauernswerte Schurke, der das Etablissement leitet, hatte geschworen, sich an mir zu rächen. If I had been recognized in the den, my life would not have been worth buying for another hour, for I have used it for my purposes before, and the rogue lascar who runs the establishment had sworn revenge on me. En la parte posterior del edificio, cerca de la esquina del muelle Pablo, hay una puerta de escape que podría contar algunas extrañas historias de lo que ha pasado por ella en las noches sin luna. At the back of the building, near the corner of Pablo's Pier, there is an escape door that could tell some strange stories of what has passed through it on moonless nights.

—¡Qué! ¿Cadáveres, quiere usted decir? Corpses, you mean?

—Sí, cadáveres, Watson. Seríamos ricos si tuviéramos mil libras por cada pobre diablo que ha encontrado la muerte en ese antro. We would be rich if we had a thousand pounds for every poor devil who has met his death in that den. Es el más temible de los sitios dedicados a la emboscada y al asesinato en toda la orilla del rio, y temo que Neville Saint Clair haya entrado allí para no salir más. It is the most fearsome of ambush-and-murder sites on the entire riverbank, and I fear Neville St. Clair has entered it, never to leave. ¡Pero aquí estamos nosotros! But here we are!

Se puso los dos dedos indices entre los dientes, y lanzó un silbido penetrante, señal que fue contestada por un silbido igual desde lejos, y al cual siguió un rumor de ruedas y el golpear de los cascos de un caballo. He put his two index fingers between his teeth and blew a piercing whistle, a signal that was answered by a similar whistle from afar, followed by the rumble of wheels and the pounding of horse hooves.

—Ahora, Watson—dijo Holmes al acercarse velozmente un alto coche de caza, que arrojaba dos chorros de dorada luz de sus faroles,—va usted a venir conmigo, ¿no? "Now, Watson," said Holmes, as a tall hunting-car sped up, throwing two streams of golden light from its headlights, "you are going with me, are you not?"

—Si puedo serle útil. -If I can be of service.

—¡Ah! Un camarada de confianza es siempre útil. A trusted comrade is always helpful. Y más todavía un cronista. And even more so a chronicler. En el cuarto que tengo en los Cedros hay dos camas. In the room I have in Los Cedros there are two beds.

—¿En los Cedros? -In the Cedros?

—Sí: Esa es la casa del señor Saint Clair. -Yes: that is Mr. Saint Clair's house. Estoy alojado allí mientras dura la investigación. I'm staying there while the investigation lasts.

—¿Y dónde está? -And where is it?

—Cerca de Lee, en Kent. -Near Lee, Kent. Tenemos que andar siete millas hasta allá. We have to walk seven miles there.

—Pero yo estoy completamente a obscuras. But I am completely in the dark.

—Por supuesto que lo está usted. "Of course you are." Pero ahora va usted a saberlo todo. But now you will know everything. ¡Suba usted: Está bien, Juan, ya no te necesitamos. Come on up: It's okay, Juan, we don't need you anymore. Aquí tienes media-corona: Búscame mañana a eso de las once. Here's a half-crown: Find me tomorrow at about eleven o'clock. ¡Adiós!