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Dickens - Canción de Navidad, El Fantasma de Marley 2

El Fantasma de Marley 2

«Puede que haya muchas cosas buenas de las que no he sacado provecho», replicó el sobrino, «entre ellas la Navidad. Pero estoy seguro de que al llegar la Navidad, aparte de la veneración debida a su sagrado nombre y a su origen, si es que eso se puede apartar siempre he pensado que son unas fechas deliciosas, un tiempo de perdón, de afecto, de caridad; el único momento que conozco en el largo calendario del año, en que hombres y mujeres parecen haberse puesto de acuerdo para abrir libremente sus cerrados corazones y para considerar a la gente de abajo como compañeros de viaje hacia la tumba y no como seres de otra especie embarcados con otro destino. Y por tanto, tío, aunque nunca ha puesto en mis bolsillos un gramo de oro ni de plata, creo que sí me ha aprovechado y me seguirá aprovechando; por eso digo: ¡bendita sea!»

El escribiente de la cisterna aplaudió involuntariamente; se dio cuenta en el acto de su inconveniencia, se puso a hurgar en la lumbre y se apagó del todo el último rescoldo.

«Que oiga yo otro ruido de usted», dijo Scrooge, «y va a celebrar la Navidad con la pérdida del empleo. Es usted un orador convincente, señor», agregó volviéndose hacia su sobrino. «Me pregunto por qué no está en el Parlamento».

«No te enfades, tío. ¡Vamos! Cena con nosotros mañana».

Scrooge dijo que le acompañaría sí, de veras que lo dijo . Pero completó la frase diciendo que le acompañaría antes en la calamidad.

«Pero ¿por qué?», exclamó el sobrino de Scrooge. «¿Por qué?»

«¿Por qué te casaste?», dijo Scrooge.

«Porque me enamoré».

«¡Porque te enamoraste!», gruñó Scrooge, como si fuese la única cosa en el mundo más ridícula que una feliz Navidad. «¡Buenas tardes!»

«No, tío, tú nunca venías a verme antes de hacerlo. ¿Por qué lo pones como excusa para no venir ahora?»

«Buenas tardes», dijo Scrooge.

«No quiero nada de ti; no te estoy pidiendo nada; ¿por qué no podemos ser amigos?»

«Buenas tardes», dijo Scrooge.

«Lamento de todo corazón verte tan inflexible. Tú y yo no hemos tenido ninguna querella, al menos por mi parte; pero he hecho esta prueba en honor a la Navidad y mantendré el espíritu de la Navidad hasta el final. Así, pues, ¡Felices Pascuas, tío!»

«Buenas tardes», dijo Scrooge.

A pesar de todo, el sobrino salió del cuarto sin una palabra de enfado. Se detuvo para felicitar al escribiente, quien, frío como estaba, fue más afable que Scrooge y devolvió cordialmente la salutación.

«Otro que tal baila», murmuró Scrooge que le había oído. «Mi escribiente, con quince chelines semanales, esposa y familia, hablando de Felices Pascuas. Es para meterse en un manicomio».

Aquel lunático, al acompañar al sobrino de Scrooge hasta la puerta, dejó entrar a otras dos personas. Eran unos caballeros corpulentos, de agradable presencia, y ahora estaban de pie, descubiertos, en el despacho de Scrooge. Llevaban en la mano libros y papeles, y le saludaron con una inclinación de cabeza.

«De Scrooge y Marley, creo», dijo uno de los caballeros comprobando su lista. «¿Tengo el placer de dirigirme a Mr. Scrooge o a Mr. Marley?»

«Mr. Marley lleva muerto estos últimos siete años», repuso Scrooge. «Murió hace siete años, esta misma noche».

«No nos cabe duda de que su generosidad está bien representada por su socio supérstite», dijo el caballero presentando sus credenciales.

Y era cierto porque ellos habían sido dos almas gemelas. Al oír la ominosa palabra «generosidad», Scrooge frunció el ceño, negó con la cabeza y devolvió las credenciales.

«En estas festividades, Mr. Scrooge», dijo el caballero tomando una pluma, «es más deseable que nunca que hagamos alguna ligera provisión para los pobres y menesterosos, que sufren muchísimo en estos momentos. Muchos miles carecen de lo más indispensable y cientos de miles necesitan una ayuda, señor».

«¿Ya no hay cárceles?», preguntó Scrooge.

«Está lleno de cárceles», dijo el caballero volviendo a posar la pluma.

«¿Y los asilos de la Unión?», inquirió Scrooge. «¿Siguen en activo?»

«Sí, todavía siguen», afirmó el caballero, «y desearía poder decir que no».

«Entonces, ¿están en pleno vigor la Ley de Pobres y el Treadmill?», dijo Scrooge.

«Los dos muy atareados, señor».

«¡Ah! Me temía, con lo que usted dijo al principio, que hubiera ocurrido algo que les impidiera seguir su beneficioso derrotero», dijo Scrooge. «Me alegro mucho de oírlo».

«Teniendo la impresión de que esas instituciones probablemente no proporcionan a las masas alegría cristiana de mente ni de cuerpo», respondió el caballero, «unos cuantos de nosotros estamos intentando reunir fondos para comprar a los pobres algo de comida y bebida y medios de calentarse. Hemos elegido estas fechas porque es cuando la necesidad se sufre con mayor intensidad y más alegra la abundancia. ¿Con cuánto le apunto?»

«¡Con nada!», replicó Scrooge.

«¿Desea usted mantener el anonimato?»

«Deseo que me dejen en paz», dijo Scrooge. «Ya que me preguntan lo que deseo, caballeros, esa es mi respuesta. Yo no celebro la Navidad, y no puedo permitirme el lujo de que genre ociosa la celebre a mi costa. Colaboro en el sostenimiento de los establecimientos que he mencionado; ya me cuestan bastante, y quienes están en mala situación deben ir a ellos».

«Muchos no pueden ir; y muchos preferirían la muerte antes de ir».

«Si preferirían morirse, que lo hagan; es lo mejor. Así descendería el exceso de población. Además, y ustedes perdonen, a mí no me consta».

«Pero usted tiene que saberlo», observó el caballero.

«No es asunto mío», respondió Scrooge. «A un hombre le basta con dedicarse a sus propios asuntos sin interferir en los de los demás. Los míos me tienen a mí continuamente ocupado. ¡Buenas tardes, caballeros!»

Viendo claramente que sería inútil seguir insistiendo, los caballeros se retiraron. Scrooge reanudó sus ocupaciones con una opinión de sí mismo muy mejorada y mejor humor del que en él era habitual.

Entretanto la niebla y la oscuridad se habían intensificado de tal modo que unas cuantas personas corrían de un lado a otro con resplandecientes antorchas, ofreciendo sus servicios para ir delante de los coches de caballos hasta su destino. Se hizo invisible la antigua torre de una iglesia cuya vieja y ronca campana siempre estaba espiando sigilosamente en dirección a Scrooge por un ventanal gótico del muro, y daba las horas y los cuartos en las nubes con trémulas vibraciones posteriores, como si allí arriba le castañeasen los dientes en su cabeza helada. El frío se extremó. En la calle principal, hacia la esquina del patio, unos obreros estaban reparando la conducción del gas y habían encendido una gran hoguera en un brasero; en torno al fuego se había reunido un grupo de hombres y muchachos andrajosos que, en éxtasis, se calentaban las manos y guiñaban los ojos ante las llamaradas. La llave del agua había quedado abierta y, al rebosar, se congelaba en rencoroso silencio hasta convertirse en hielo misantrópico. La brillantez de los escaparates, donde al calor de las lámparas crujían las ramitas y bayas de acebo, volvía rojizos los pálidos rostros al pasar. Los comercios de pollería y ultramarinos ofrecían una espléndida escena; resultaba casi imposible creer que allí pintasen algo unos principios tan tediosos como los de la compraventa. El lord mayor, en su baluarte de la magnífica Mansion House, daba órdenes a sus cincuenta mayordomos y cocineros para celebrar las Navidades como correspondía a la casa de un lord mayor; y hasta el sastrecillo, a quien él había multado con cinco chelines el lunes pasado por andar borracho y pendenciero por las calles, estaba en su buhardilla revolviendo la masa del pudding del día siguiente, mientras su flaca esposa y el bebé habían salido a comprar carne de ternera.

¡Todavía más niebla y más frío! Un frío punzante, penetrante, mordiente. Si el buen San Dunstan, en vez de utilizar sus armas habituales, hubiera pinzado la nariz del Espíritu Maligno con solo un toque de semejante clima, seguro que éste habría proferido los mejores propósitos. El poseedor de una joven y escasa nariz, roída y mascullada por el hambriento frío como un hueso roído por los perros, se encorvó ante el ojo de la cerradura de Scrooge para deleitarle con un villancico. Pero a los primeros sones de

«¡Dios bendiga al jubiloso caballero! ¡Que nada le traiga el desaliento!» Scrooge agarró la vara con tal energía que el cantor huyó despavorido, dejando el ojo de la cerradura para la niebla y para la todavía más amable escarcha.

Por fin llegó la hora de cerrar el despacho. Con muy mala voluntad, Scrooge bajó de su taburete y, tácitamente, admitió el hecho ante el expectante empleado de la Cisterna, que sopló la vela al instante y se puso el sombrero.

El Fantasma de Marley 2 Marleys Geist 2 Marley's Ghost 2 O Fantasma de Marley 2

«Puede que haya muchas cosas buenas de las que no he sacado provecho», replicó el sobrino, «entre ellas la Navidad. "There may be many good things that I have not taken advantage of," replied the nephew, "Christmas among them. "Il y a peut-être beaucoup de bonnes choses dont je n'ai pas profité", répondit le neveu, "y compris Noël. Pero estoy seguro de que al llegar la Navidad, aparte de la veneración debida a su sagrado nombre y a su origen, si es que eso se puede apartar siempre he pensado que son unas fechas deliciosas, un tiempo de perdón, de afecto, de caridad; el único momento que conozco en el largo calendario del año, en que hombres y mujeres parecen haberse puesto de acuerdo para abrir libremente sus cerrados corazones y para considerar a la gente de abajo como compañeros de viaje hacia la tumba y no como seres de otra especie embarcados con otro destino. But I am sure that when Christmas arrives, apart from the veneration due to its sacred name and its origin, if that can be separated, I have always thought that they are delicious dates, a time of forgiveness, affection, charity; the only time I know of in the long calendar of the year, when men and women seem to have agreed to freely open their closed hearts and to consider the people below as fellow travelers to the grave and not as beings of another species shipped to another destination. Y por tanto, tío, aunque nunca ha puesto en mis bolsillos un gramo de oro ni de plata, creo que sí me ha aprovechado y me seguirá aprovechando; por eso digo: ¡bendita sea!» And therefore, uncle, although he has never put an ounce of gold or silver in my pockets, I think he has taken advantage of me and will continue to take advantage of me; That's why I say: blessed be!» Et donc, mon oncle, bien qu'il n'ait jamais mis un gramme d'or ou d'argent dans mes poches, je crois qu'il a profité de moi et qu'il continuera à profiter de moi ; C'est pourquoi je dis : soyez bénis !"

El escribiente de la cisterna aplaudió involuntariamente; se dio cuenta en el acto de su inconveniencia, se puso a hurgar en la lumbre y se apagó del todo el último rescoldo. The clerk in the Tank involuntarily applauded. Becoming immediately sensible of the impropriety, he poked the fire, and extinguished the last frail spark for ever. Le commis de la citerne applaudit involontairement ; il s'est immédiatement rendu compte de son inconvénient, s'est mis à fouiller dans le feu et les dernières braises se sont complètement éteintes.

«Que oiga yo otro ruido de usted», dijo Scrooge, «y va a celebrar la Navidad con la pérdida del empleo. "Let me hear another noise from you," said Scrooge, "and you're going to celebrate Christmas with job loss. Es usted un orador convincente, señor», agregó volviéndose hacia su sobrino. You are a persuasive speaker, sir,' he added, turning to his nephew. Vous êtes un orateur convaincant, monsieur, ajouta-t-il en se tournant vers son neveu. «Me pregunto por qué no está en el Parlamento». "I wonder why he is not in Parliament."

«No te enfades, tío. ¡Vamos! Go! Cena con nosotros mañana». Have dinner with us tomorrow."

Scrooge dijo que le acompañaría sí, de veras que lo dijo . Scrooge said he would go with him, yes, he really did. Scrooge a dit qu'il irait avec lui, oui, en effet il l'a fait. Pero completó la frase diciendo que le acompañaría antes en la calamidad. But he completed the sentence by saying that he would accompany him before in the calamity.

«Pero ¿por qué?», exclamó el sobrino de Scrooge. «¿Por qué?»

«¿Por qué te casaste?», dijo Scrooge. "Why did you marry?" said Scrooge. « Pourquoi vous êtes-vous marié ? » dit Scrooge.

«Porque me enamoré».

«¡Porque te enamoraste!», gruñó Scrooge, como si fuese la única cosa en el mundo más ridícula que una feliz Navidad. "Because you fell in love!" growled Scrooge, as if it were the only thing in the world more ridiculous than a merry Christmas. «¡Buenas tardes!»

«No, tío, tú nunca venías a verme antes de hacerlo. “No, man, you never came to see me before you did. Non, mec, tu n'es jamais venu me voir avant. ¿Por qué lo pones como excusa para no venir ahora?» Why do you make it an excuse not to come now?

«Buenas tardes», dijo Scrooge.

«No quiero nada de ti; no te estoy pidiendo nada; ¿por qué no podemos ser amigos?» "I do not want anything from you; I'm not asking for anything; why can't we be friends?

«Buenas tardes», dijo Scrooge.

«Lamento de todo corazón verte tan inflexible. “I am sorry from the bottom of my heart to see you so adamant. Tú y yo no hemos tenido ninguna querella, al menos por mi parte; pero he hecho esta prueba en honor a la Navidad y mantendré el espíritu de la Navidad hasta el final. You and I have not had any dispute, at least on my part; but I have done this test in honor of Christmas and I will keep the spirit of Christmas until the end. Así, pues, ¡Felices Pascuas, tío!» So Happy Easter, Uncle!

«Buenas tardes», dijo Scrooge.

A pesar de todo, el sobrino salió del cuarto sin una palabra de enfado. Se detuvo para felicitar al escribiente, quien, frío como estaba, fue más afable que Scrooge y devolvió cordialmente la salutación. He stopped to congratulate the clerk, who, cold as he was, was more affable than Scrooge, and returned the salutation heartily.

«Otro que tal baila», murmuró Scrooge que le había oído. "Another one who dances," murmured Scrooge, who had heard him. « Un autre danse », murmura Scrooge, qui l'avait entendu. «Mi escribiente, con quince chelines semanales, esposa y familia, hablando de Felices Pascuas. "My clerk, fifteen shillings a week, wife and family, speaking of Happy Easter. Es para meterse en un manicomio». It is to get into a madhouse ». C'est entrer dans un asile de fous ».

Aquel lunático, al acompañar al sobrino de Scrooge hasta la puerta, dejó entrar a otras dos personas. The lunatic, escorting Scrooge's nephew to the door, let in two other people. Ce fou, en raccompagnant le neveu de Scrooge à la porte, a laissé entrer deux autres personnes. Eran unos caballeros corpulentos, de agradable presencia, y ahora estaban de pie, descubiertos, en el despacho de Scrooge. They were large, pleasant-looking gentlemen, and now they were standing uncovered in Scrooge's office. C'étaient des gentlemen corpulents, d'une présence agréable, et maintenant ils se tenaient, découverts, dans le bureau de Scrooge. Llevaban en la mano libros y papeles, y le saludaron con una inclinación de cabeza.

«De Scrooge y Marley, creo», dijo uno de los caballeros comprobando su lista. «¿Tengo el placer de dirigirme a Mr. Scrooge o a Mr. Marley?» "Have I the pleasure of addressing Mr. Scrooge or Mr. Marley?"

«Mr. Marley lleva muerto estos últimos siete años», repuso Scrooge. «Murió hace siete años, esta misma noche». "He died seven years ago, tonight."

«No nos cabe duda de que su generosidad está bien representada por su socio supérstite», dijo el caballero presentando sus credenciales. "We have no doubt that your generosity is well represented by your surviving partner," the gentleman said, presenting his credentials. "Nous ne doutons pas que votre générosité est bien représentée par votre partenaire survivant", a déclaré l'homme en présentant ses lettres de créance.

Y era cierto porque ellos habían sido dos almas gemelas. And it was true because they had been two soul mates. Al oír la ominosa palabra «generosidad», Scrooge frunció el ceño, negó con la cabeza y devolvió las credenciales. Hearing the ominous word "generosity," Scrooge frowned, shook his head, and handed back the credentials.

«En estas festividades, Mr. Scrooge», dijo el caballero tomando una pluma, «es más deseable que nunca que hagamos alguna ligera provisión para los pobres y menesterosos, que sufren muchísimo en estos momentos. "A ces festivités, M. Scrooge", dit le gentleman en prenant une plume, "il est plus souhaitable que jamais que nous fassions quelque légère provision pour les pauvres et les nécessiteux, qui souffrent beaucoup en ce moment. Muchos miles carecen de lo más indispensable y cientos de miles necesitan una ayuda, señor».

«¿Ya no hay cárceles?», preguntó Scrooge.

«Está lleno de cárceles», dijo el caballero volviendo a posar la pluma. « C'est plein de prisons », dit le monsieur en reposant sa plume.

«¿Y los asilos de la Unión?», inquirió Scrooge. «¿Siguen en activo?»

«Sí, todavía siguen», afirmó el caballero, «y desearía poder decir que no».

«Entonces, ¿están en pleno vigor la Ley de Pobres y el Treadmill?», dijo Scrooge.

«Los dos muy atareados, señor».

«¡Ah! Me temía, con lo que usted dijo al principio, que hubiera ocurrido algo que les impidiera seguir su beneficioso derrotero», dijo Scrooge. I was afraid, from what you said at the beginning, that something had happened to prevent them from following their beneficial course,' said Scrooge. «Me alegro mucho de oírlo». "Je suis très content de l'entendre."

«Teniendo la impresión de que esas instituciones probablemente no proporcionan a las masas alegría cristiana de mente ni de cuerpo», respondió el caballero, «unos cuantos de nosotros estamos intentando reunir fondos para comprar a los pobres algo de comida y bebida y medios de calentarse. Hemos elegido estas fechas porque es cuando la necesidad se sufre con mayor intensidad y más alegra la abundancia. ¿Con cuánto le apunto?» How much am I aiming for? Combien est-ce que je le pointe du doigt ? »

«¡Con nada!», replicó Scrooge.

«¿Desea usted mantener el anonimato?»

«Deseo que me dejen en paz», dijo Scrooge. «Ya que me preguntan lo que deseo, caballeros, esa es mi respuesta. Yo no celebro la Navidad, y no puedo permitirme el lujo de que genre ociosa la celebre a mi costa. Je ne fête pas Noël et je ne peux pas me permettre d'avoir des oisifs pour le fêter à mes dépens. Colaboro en el sostenimiento de los establecimientos que he mencionado; ya me cuestan bastante, y quienes están en mala situación deben ir a ellos».

«Muchos no pueden ir; y muchos preferirían la muerte antes de ir».

«Si preferirían morirse, que lo hagan; es lo mejor. Así descendería el exceso de población. Además, y ustedes perdonen, a mí no me consta». In addition, and you forgive me, I do not know ». Aussi, et tu me pardonnes, je ne sais pas ».

«Pero usted tiene que saberlo», observó el caballero.

«No es asunto mío», respondió Scrooge. «A un hombre le basta con dedicarse a sus propios asuntos sin interferir en los de los demás. “It is enough for a man to go about his own business without interfering with those of others. Los míos me tienen a mí continuamente ocupado. ¡Buenas tardes, caballeros!»

Viendo claramente que sería inútil seguir insistiendo, los caballeros se retiraron. Scrooge reanudó sus ocupaciones con una opinión de sí mismo muy mejorada y mejor humor del que en él era habitual.

Entretanto la niebla y la oscuridad se habían intensificado de tal modo que unas cuantas personas corrían de un lado a otro con resplandecientes antorchas, ofreciendo sus servicios para ir delante de los coches de caballos hasta su destino. Se hizo invisible la antigua torre de una iglesia cuya vieja y ronca campana siempre estaba espiando sigilosamente en dirección a Scrooge por un ventanal gótico del muro, y daba las horas y los cuartos en las nubes con trémulas vibraciones posteriores, como si allí arriba le castañeasen los dientes en su cabeza helada. Un ancien clocher d'église est devenu invisible, dont la vieille cloche rauque a toujours jeté un coup d'œil furtif dans la direction de Scrooge à travers une fenêtre gothique dans le mur, et a frappé les heures et les quarts dans les nuages avec des post-vibrations tremblantes, comme si elle chantait là-haut. sa tête gelée. El frío se extremó. En la calle principal, hacia la esquina del patio, unos obreros estaban reparando la conducción del gas y habían encendido una gran hoguera en un brasero; en torno al fuego se había reunido un grupo de hombres y muchachos andrajosos que, en éxtasis, se calentaban las manos y guiñaban los ojos ante las llamaradas. La llave del agua había quedado abierta y, al rebosar, se congelaba en rencoroso silencio hasta convertirse en hielo misantrópico. Le robinet d'eau avait été laissé ouvert et, lorsqu'il a débordé, il a gelé dans un silence rancunier jusqu'à devenir une glace misanthrope. La brillantez de los escaparates, donde al calor de las lámparas crujían las ramitas y bayas de acebo, volvía rojizos los pálidos rostros al pasar. Los comercios de pollería y ultramarinos ofrecían una espléndida escena; resultaba casi imposible creer que allí pintasen algo unos principios tan tediosos como los de la compraventa. El lord mayor, en su baluarte de la magnífica Mansion House, daba órdenes a sus cincuenta mayordomos y cocineros para celebrar las Navidades como correspondía a la casa de un lord mayor; y hasta el sastrecillo, a quien él había multado con cinco chelines el lunes pasado por andar borracho y pendenciero por las calles, estaba en su buhardilla revolviendo la masa del pudding del día siguiente, mientras su flaca esposa y el bebé habían salido a comprar carne de ternera.

¡Todavía más niebla y más frío! Un frío punzante, penetrante, mordiente. Si el buen San Dunstan, en vez de utilizar sus armas habituales, hubiera pinzado la nariz del Espíritu Maligno con solo un toque de semejante clima, seguro que éste habría proferido los mejores propósitos. If the good Saint Dunstan, instead of using his usual weapons, had pinched the Evil Spirit's nose with just a touch of such weather, surely he would have uttered the best intentions. El poseedor de una joven y escasa nariz, roída y mascullada por el hambriento frío como un hueso roído por los perros, se encorvó ante el ojo de la cerradura de Scrooge para deleitarle con un villancico. The possessor of a scanty young nose, gnawed and mumbled by the hungry cold like a bone gnawed by dogs, stooped at Scrooge's keyhole to regale him with a carol. Pero a los primeros sones de Mais aux premiers bruits de

«¡Dios bendiga al jubiloso caballero! "God bless the jubilant knight! ¡Que nada le traiga el desaliento!» Scrooge agarró la vara con tal energía que el cantor huyó despavorido, dejando el ojo de la cerradura para la niebla y para la todavía más amable escarcha. Que rien ne vous décourage !" Scrooge saisit le bâton avec une telle force que le chanteur s'enfuit terrifié, laissant le trou de la serrure pour la brume et le givre encore plus doux.

Por fin llegó la hora de cerrar el despacho. Con muy mala voluntad, Scrooge bajó de su taburete y, tácitamente, admitió el hecho ante el expectante empleado de la Cisterna, que sopló la vela al instante y se puso el sombrero.