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Esp - VisualPolitik, ECUADOR: ¿Cómo LENIN MORENO TRAICIONÓ al SOCIALISMO del siglo XXI? - VisualPolitik

ECUADOR: ¿Cómo LENIN MORENO TRAICIONÓ al SOCIALISMO del siglo XXI? - VisualPolitik

Queridos amigos, nos los habéis pedido un montón de veces. Qué hablemos mucho más

de América Latina. Pues bien, ya tenemos una solución: Os presentamos LatamPolitik,

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los principales acontecimientos y cómo América Latina y conocerás todas sus implicaciones.

Además todos los que nos apoyéis en el nivel 4 de Patreon recibiréis LatamPolitik a coste

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Tenéis toda la info; https://latampolitik.com

En ocasiones sucede que las personas más insospechadas terminan dando la campanada

y se convierten en los protagonistas sorpresa de la fiesta.

Queridos amigos, amigas, puede que esta frase sea una de las que mejor resuman el paso de

Lenin Moreno por la Presidencia del Ecuador.

Hablamos de un hombre que durante más de seis años fue vicepresidente del Ecuador

durante la presidencia del mismísimo Rafael Correa; de un político que llegó al Palacio

de Carondelet, la Casa Blanca ecuatoriana entre acusaciones de fraude para mantener

en pie al correísmo pero que al poco tiempo renegó completamente del legado de su predecesor.

Un legado que, dicho sea de paso, le ponía a Moreno la presidencia bastante pero que

bastante movidita.

Y es que, veréis, al terminar el gobierno de Correa, Ecuador se encontraba en una situación

delicada. Consumidos los más de 80.000 millones ingresados gracias al boom de los precios

del petróleo, la economía ecuatoriana entró en una enorme espiral de crisis, desequilibrios

presupuestarios y deuda pública.

(“Debemos casi 75 mil millones de dólares. [...] Nos toca pagar el 10% más capital de

esa cantidad, casi 11 mil millones de dólares (anuales) en servicio de la deuda”. Lenin

Moreno)

Claro que… Los desajustes macroeconómicos no son lo único que se encontró Lenín Moreno

cuando se hizo con la presidencia.

Pero…. Ahora su tiempo ha pasado. 4 años después de llegar al poder Ecuador se desliza

hacia una nueva era bajo una nueva presidencia, y la pregunta qué podemos hacernos es:

¿Qué Ecuador deja Lenin Moreno a su sucesor?

¿Os apetece saber cómo ha sido el paso de este presidente por el Palacio de Carondelet?

Pues… Arranquemos.

(LA RUPTURA)

La presidencia de Moreno empezó con algo claro en mente: Ecuador estaba muy mal económicamente

y hacía falta dinero.

Y para conseguirlo no quedaba otra, había que desligarse del bloque del socialismo del

siglo XXI latinoamericano y demostrar así que el nuevo gobierno no era como el de Correa,

ni como Venezuela, Bolivia o la Argentina kirchnerista.

(“No me interesa el poder. Me interesa el bienestar de todos. Me interesa el presente

y futuro de Ecuador. Me interesa el país en el que vivirán nuestros hijos y nietos.

El futuro de nuestros mayores”. Lenín Moreno, presidente de Ecuador)

Sin embargo, tras más de 10 años de gobierno de Rafael Correa, esa no iba a ser una tarea

precisamente fácil.

Por ejemplo, entre los principales escollos estaba la desconfianza de los inversores internacionales

hacia un país que en 2008 había anunciado el impago de la deuda, un impago que no se

produjo por un problema económico o financiero en aquel momento sino por una cuestión simple

y llanamente política e ideológica.

De la noche a la mañana los inversores internacionales se encontraron con noticias como esta:

(12 Dic 2008: Ecuador dice que impagará su deuda extranjera - The Wall Street Journal)

Y evidentemente si no pagas tus deudas no esperes que te vuelvan a prestar, y si lo

hacen, pues, te va a tocar pagar unos intereses elevadísimos.

Y eso, eso exactamente lo que ocurrió. De tal forma que cuando el precio del petróleo

comenzó a venirse abajo en 2014, la ecuatoriana siguió poco a poco el mismo camino.

De esta forma, Lenín Moreno se encontró un Ecuador repleto de problemas y dónde los

ingresos públicos simple y llanamente ya no bastaban para pagar las cuentas.

Así que en ese momento la decisión que tomó el nuevo presidente fue hacer, por así decirlo

borrón y cuenta nueva de tal manera que al poco de llegar al poder comenzó a romper

toda relación con su predecesor.

Una ruptura con su mentor que quiso escenificar por todo lo alto.

(Entre las primeras decisiones de Lenín Moreo estuvieron sacar a Ecuador de UNASUR, el bloque

económico de los países del Foro de Sao Paulo.

Sacarlo del ALBA, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, creada por

el mismísimo Hugo Chávez. Reconocer a Juan Guaidó como presidente legítimo

de Venezuela. Acabar con el asilo a Julian Assange en la

Embajada de Ecuador en Londres y re-establecer una buena relación bilateral con los Estados

Unidos. Un proceso que, por cierto, culminó con una inesperada reunión entre el presidente

ecuatoriano y Donald Trump en febrero de 2020.

También destituyó a su vicepresidente, Jorge Glas tan solo dos meses después de tomar

posesión del cargo. Glas fue también vicepresidente con Rafael Correa y fue acusado de recibir

13,5 millones de dólares en sobornos de la famosa constructora brasileña Odebrecht.

En otras palabras, tal y cómo podéis ver Lenin Moreno llevó a cabo una ruptura prácticamente

total con el legado correista.)

Y aunque lo cierto es que ninguna de esas primeras acciones consistieron realmente en

reformas económicas, sí que enviaron el mensaje de que él no era Correa. Algo que,

por ejemplo, quizás fuese de gran ayuda a la hora de que el país pudiera acceder de

nuevo a préstamos multimillonarios en condiciones razonables de organismos internacionales como

el FMI o el Banco Mundial.

(21 febrero 2019: Ecuador anuncia créditos internacionales por 10.000 millones de dólares

- Finanzas.com)

Por supuesto, tal y cómo os podéis imaginar el dinero tenía un fin concreto: respaldar

el conocido como el Plan de Prosperidad del gobierno ecuatoriano.

Un plan de reformas que suponía desmontar pieza a pieza buena parte del legado corregista,

incluidos muchos de los subsidios existentes, lo que cómo veremos marcaría la segunda

mitad de su presidenta.

Pero dicho esto y ahora qué sabemos cómo y porqué rompió con su predecesor en el

cargo, la pregunta que todos podemos hacernos, que seguro muchos os estáis haciendo en este

preciso momento es… ¿Es Ecuador hoy un país mejor que hace cuatro años?

Pues, bien, veámoslo.

(UN GOBIERNO, DOS ETAPAS)

La presidencia de Lenín Moreno en Ecuador se puede dividir en dos períodos bien definidos:

un primer periodo comprendido entre los años 2017-2019 y un segundo periodo entre 2019-2021.

El primero de estos dos periodos se caracterizó, tal como ya os hemos contado, por una ruptura

abrupta y total con el correísmo y por el intento de sacar adelante reformas económicas

destinadas a recuperar la confianza de los mercados.

De hecho, poco después de llegar al poder, en septiembre de 2017, Moreno anunció su

primer gran plan para el país: su programa económico para los próximos cuatro años.

(Este programa incluía entre otras cosas un aumento del 22 al 25% del Impuesto de la

Renta para las sociedades con alguna que otra exención para las pequeñas empresas; la

eliminación de la Ley de Plusvalía para intentar impulsar la construcción o el incremento

de aranceles sobre 375 bienes como medida proteccionista.

En el terreno de la austeridad se fijó el objetivo de reducir el déficit al 1% en 2020,

con medidas como la reducción del 10% en los salarios de funcionarios de alto rango

o la congelación en las nuevas contrataciones en el sector público, entre otras.)

En otras palabras, hablamos de un plan que bien podríamos encajar en el marco de unas

políticas de centro izquierda moderadas que entienden que endeudarse sin límite nunca

es una buena alternativa.

Asimismo, este primer periodo estuvo también marcado por la lucha contra la corrupción.

Lo que no nos engañemos, además de ser algo relativamente popular también es importante

a la hora de hacer negocios. Cuánto más limpio es un país y más lo parece mejor

que mejor. Nadie quiere dejar su dinero en manos de truhanes.

Pues bien, el caso es que para llevar a cabo esta batalla Moreno se valió de dos grandes

herramientas: por un lado, el referéndum constitucional y la consulta popular que se

celebraron en febrero de 2018, y una Ley Anticorrupción, aprobada en diciembre de 2020.

Con la primera, Moreno impulsó un cambio para que la propia Constitución del país

prohibiera la candidatura a cargos públicos de personas condenadas por delitos de corrupción.

Además en esta consulta también se aprobaron cosas como por ejemplo el límite de una reelección

para todas las autoridades electas o la derogación de la propia Ley de Plusvalía.

En segundo lugar, la Ley Anticorrupción de 2020 busca imponer nuevos controles sobre

la contratación pública y la corrupción del sector privado. Una ley, que aunque Moreno

lo niega, todo apunta a que fue una de las exigencias del FMI para prestarle a Ecuador

otros 2.000 millones.

Y bueno, al fin y al cabo, si quieres mi dinero digo yo que lo primero que tendré que hacer

es asegurarme de que lo pongo en buenas manos, ¿No os parece? De cajón.

Ahora bien, que luego todas estas medidas se vayan a traducir o no en resultados reales

es algo que solo el tiempo podrá juzgar. De entrada, el cambio constitucional le impidió

a Rafael Correa, condenado por corrupción, intentar regresar al poder. Al menos directamente.

Pero aquí no termina todo. Durante la presidencia de Moreno también se han dado pasos en otras

materias, cómo por ejemplo la libertad de prensa.

(Moreno, prometió durante su campaña electoral modificar la Ley Orgánica de Comunicación

de 2013. Una Ley del presidente Correa que determinaba que la comunicación era un servicio

público y le arrogaba al gobierno la autoridad para regular el contenido de los medios, e

investigar y sancionar a periodistas.

Y Lenín cumplió. La Asamblea Nacional aprobó en 2018 una modificación que entró el vigor

al año siguiente, y que entre otras cosas eliminó la conocida como Supercom, la Superintendencia

de Comunicaciones, el órgano sancionador de medios de comunicación que tanto gustaba

al gobierno de Rafael Correa.)

Pues bien, este primer periodo en el que es justo decir se produjeron muchos avances llegó

a su fin en el año 2019. Y la pregunta es, ¿Qué pasó en ese momento para que hablemos

de un cambio de periodo

Pues ponte el cinturón porque aquí, justo aquí es donde llegan las curvas.

Atentos.

(EL DECRETO, EL PUNTO DE INFLEXIÓN)

Bien, cómo habéis visto la presidencia de Lenín Moreno arrancó con todo el mundo pensando

que veríamos una reedición de las políticas de Correa y en cambio terminó siendo una

especie de transición inesperada.

[Ya sabéis una traición para algunos y un cambio insuficiente para otros.]

De esta forma la credibilidad en la palabra del presidente Moreno cayó del 67% en agosto

de 2017 hasta un mínimo del 10,4% en octubre de 2019, momento en el que Moreno anuncia

el tan famoso Decreto 883.

Un decreto que eliminaba las subvenciones a los combustibles y que marcó el inicio

de la caída en picado de su popularidad.

(El presidente ecuatoriano presentó esta medida como una de las herramientas para reducir

el déficit y poder así controlar el aumento de la deuda pública. Y es que el tema de

los subsidios a los combustibles en Ecuador no es un asunto menor.

Ecuador lleva subvencionando los combustibles desde mucho antes de Rafael Correa. De hecho,

desde hace mucho más tiempo. Más de 40 años, ni más ni menos que desde 1974.

Sin embargo, 11 días después del inicio de las violentas protestas que se produjeron

por el intento de eliminar el subsidio a los combustibles, Moreno decidió recular y derogar

el polémico decreto 883.)

Y es que claro, deshacerse de subsidios que llevan décadas en vigor por muy ineficientes

e inadecuados que sean resulta una tarea casi imposible, especialmente si pretendes hacerlo

sin enfadar a buena parte de la población. Para que os hagáis una idea eliminar estos

subsidios provocó que los precios del diesel se duplicaran y los de gasolina normal se

incrementaran en más de un 25%. Os podéis imaginar el enfado descomunal en buena parte

de los ecuatorianos. S

Sin embargo, amigos, a pesar de ello Ecuador seguía teniendo el precio de la gasolina

más barato de toda latinoamérica y no nos engañemos mantener esta subvención tiene

un precio muy elevado.

Los subsidios a los combustibles en Ecuador suponen un gasto de unos 3.500 millones de

dólares cada año, lo que supone algo más del 3% del PIB y más del 20% de los ingresos

por las exportaciones de petróleo.

Además para colmo este tipo de fórmulas incentivan un consumo mucho más alto de petróleo,

lo que eleva asimismo el coste de estas políticas públicas.

Es decir, eliminar estos subsidios era una de las medidas estrella para conseguir equilibrar

las cuentas públicas. Así que tal y cómo os podéis imaginar la derogación del decreto

883 destrozó por completo las previsiones de reducción de déficit con las que trabajaba

el gobierno.

Y para colmo el daño ya estaba hecho. A pesar de no conseguir su objetivo el coste político

fue ya inevitable. Para unos por aprobarlo y para otros por derogarlo, el caso es que

la popularidad de Moreno se hundió del 77% que tenía al inicio de su presidencia, a

menos del 10%. Y no, desde entonces no ha levantado cabeza.

Eso si, todo sea dicho, a pesar de todo el gobierno siguió avanzando por esa misma línea.

(24 sep, 2020 “El Gobierno libera importación de combustibles para el sector privado. Petroecuador

pierde el monopolio en la compra y venta de derivados para el sector industrial. El Comercio)

(La emergencia del coronavirus propicia la liberalización del precio de la gasolina

en Ecuador. El Gobierno aplicará desde julio un sistema de bandas de precios, con un techo

y con un suelo. [...] Si el combustible fluctúa por debajo, las gasolineras cobrarán ese

mínimo al consumidor y el monto excedente irá a las arcas públicas. Si la cotización

internacional sube más allá de un 5 % de un mes para otro, entonces se activarán los

subsidios estatales para que los ciudadanos no sientan el encarecimiento. El País)

Y sí, vale, no se puede decir que esto sea estrictamente una liberalización de precios

puesto que el gobierno sigue imponiendo un precio máximo, un precio mínimo y sigue

contemplando los subsidios.

Sin embargo, a pesar de todo supone un importe ahorro para las arcas públicas que algunas

fuentes han aproximado a los 1.000 millones de dólares.

El caso es que cómo veis, Moreno heredó una difícil situación económica. Terminada

la bonanza petrolera le tocó jugar con las peores cartas. Y para colmo llegó el coronavirus.

(Si el crecimiento económico en 2019, antes del coronavirus, ya fue de un irrisorio 0,1%,

el PIB ecuatoriano se contrajo un 9% en 2020 y los pronósticos apuntan a que no se volverá

a niveles de crecimiento sólidos hasta al menos el año 2024. Lo que ha tenido como

primera consecuencia el incremento de los niveles de pobreza hasta superar el nivel

del 30% de la población.

Además, la drástica caída en los ingresos petroleros, la principal fuente de divisas

para Ecuador, ha hecho que a pesar de todas las reformas el gobierno se haya visto forzado

a seguir escalando en la enorme montaña de deuda que ya arrastra la economía ecuatoriana.)

Queridos amigos, a pesar del giro de timón que intentó protagonizar Lenín Moreno lo

cierto es que la suerte no ha estado de su lado. Y ahora durante los próximos años

el siguiente gobierno se enfrenta a una sociedad muy polarizada, un país cada vez más dependiente

de los acreedores internacionales y una enorme falta de visibilidad económica.

¿Hacia dónde se dirige el Ecuador? En fin, sólo el tiempo lo dirá.

De momento turno para ti, ¿Cómo valoras los intentos reformistas de la etapa de Moreno?

¿Crees que fueron suficientes o que por contra se quedaron cortos? ¿Cómo crees que debió

enfrentarse a las protestas de finales del 2019?

¿Qué esperas del próximo gobierno?

Déjanos tu respuesta en los comentarios y ya sabés, si este vídeo te ha resultado

interesante no olvides darle al botón de like y suscribirte a VisualPolitik.

Un saludo y hasta la próxima.

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En ocasiones sucede que las personas más insospechadas terminan dando la campanada

y se convierten en los protagonistas sorpresa de la fiesta.

Queridos amigos, amigas, puede que esta frase sea una de las que mejor resuman el paso de

Lenin Moreno por la Presidencia del Ecuador.

Hablamos de un hombre que durante más de seis años fue vicepresidente del Ecuador

durante la presidencia del mismísimo Rafael Correa; de un político que llegó al Palacio

de Carondelet, la Casa Blanca ecuatoriana entre acusaciones de fraude para mantener

en pie al correísmo pero que al poco tiempo renegó completamente del legado de su predecesor. The government has been a leader of the correísmo, but shortly thereafter completely disavowed the legacy of his predecessor.

Un legado que, dicho sea de paso, le ponía a Moreno la presidencia bastante pero que

bastante movidita.

Y es que, veréis, al terminar el gobierno de Correa, Ecuador se encontraba en una situación

delicada. Consumidos los más de 80.000 millones ingresados gracias al boom de los precios

del petróleo, la economía ecuatoriana entró en una enorme espiral de crisis, desequilibrios

presupuestarios y deuda pública.

(“Debemos casi 75 mil millones de dólares. [...] Nos toca pagar el 10% más capital de

esa cantidad, casi 11 mil millones de dólares (anuales) en servicio de la deuda”. Lenin

Moreno)

Claro que… Los desajustes macroeconómicos no son lo único que se encontró Lenín Moreno

cuando se hizo con la presidencia.

Pero…. Ahora su tiempo ha pasado. 4 años después de llegar al poder Ecuador se desliza

hacia una nueva era bajo una nueva presidencia, y la pregunta qué podemos hacernos es:

¿Qué Ecuador deja Lenin Moreno a su sucesor?

¿Os apetece saber cómo ha sido el paso de este presidente por el Palacio de Carondelet?

Pues… Arranquemos.

(LA RUPTURA)

La presidencia de Moreno empezó con algo claro en mente: Ecuador estaba muy mal económicamente

y hacía falta dinero.

Y para conseguirlo no quedaba otra, había que desligarse del bloque del socialismo del

siglo XXI latinoamericano y demostrar así que el nuevo gobierno no era como el de Correa,

ni como Venezuela, Bolivia o la Argentina kirchnerista.

(“No me interesa el poder. Me interesa el bienestar de todos. Me interesa el presente

y futuro de Ecuador. Me interesa el país en el que vivirán nuestros hijos y nietos.

El futuro de nuestros mayores”. Lenín Moreno, presidente de Ecuador)

Sin embargo, tras más de 10 años de gobierno de Rafael Correa, esa no iba a ser una tarea

precisamente fácil.

Por ejemplo, entre los principales escollos estaba la desconfianza de los inversores internacionales

hacia un país que en 2008 había anunciado el impago de la deuda, un impago que no se

produjo por un problema económico o financiero en aquel momento sino por una cuestión simple

y llanamente política e ideológica.

De la noche a la mañana los inversores internacionales se encontraron con noticias como esta:

(12 Dic 2008: Ecuador dice que impagará su deuda extranjera - The Wall Street Journal)

Y evidentemente si no pagas tus deudas no esperes que te vuelvan a prestar, y si lo

hacen, pues, te va a tocar pagar unos intereses elevadísimos.

Y eso, eso exactamente lo que ocurrió. De tal forma que cuando el precio del petróleo

comenzó a venirse abajo en 2014, la ecuatoriana siguió poco a poco el mismo camino.

De esta forma, Lenín Moreno se encontró un Ecuador repleto de problemas y dónde los

ingresos públicos simple y llanamente ya no bastaban para pagar las cuentas.

Así que en ese momento la decisión que tomó el nuevo presidente fue hacer, por así decirlo

borrón y cuenta nueva de tal manera que al poco de llegar al poder comenzó a romper

toda relación con su predecesor.

Una ruptura con su mentor que quiso escenificar por todo lo alto.

(Entre las primeras decisiones de Lenín Moreo estuvieron sacar a Ecuador de UNASUR, el bloque

económico de los países del Foro de Sao Paulo.

Sacarlo del ALBA, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, creada por

el mismísimo Hugo Chávez. Reconocer a Juan Guaidó como presidente legítimo

de Venezuela. Acabar con el asilo a Julian Assange en la

Embajada de Ecuador en Londres y re-establecer una buena relación bilateral con los Estados

Unidos. Un proceso que, por cierto, culminó con una inesperada reunión entre el presidente

ecuatoriano y Donald Trump en febrero de 2020.

También destituyó a su vicepresidente, Jorge Glas tan solo dos meses después de tomar

posesión del cargo. Glas fue también vicepresidente con Rafael Correa y fue acusado de recibir

13,5 millones de dólares en sobornos de la famosa constructora brasileña Odebrecht.

En otras palabras, tal y cómo podéis ver Lenin Moreno llevó a cabo una ruptura prácticamente

total con el legado correista.)

Y aunque lo cierto es que ninguna de esas primeras acciones consistieron realmente en

reformas económicas, sí que enviaron el mensaje de que él no era Correa. Algo que,

por ejemplo, quizás fuese de gran ayuda a la hora de que el país pudiera acceder de

nuevo a préstamos multimillonarios en condiciones razonables de organismos internacionales como

el FMI o el Banco Mundial.

(21 febrero 2019: Ecuador anuncia créditos internacionales por 10.000 millones de dólares

- Finanzas.com)

Por supuesto, tal y cómo os podéis imaginar el dinero tenía un fin concreto: respaldar

el conocido como el Plan de Prosperidad del gobierno ecuatoriano.

Un plan de reformas que suponía desmontar pieza a pieza buena parte del legado corregista,

incluidos muchos de los subsidios existentes, lo que cómo veremos marcaría la segunda

mitad de su presidenta.

Pero dicho esto y ahora qué sabemos cómo y porqué rompió con su predecesor en el

cargo, la pregunta que todos podemos hacernos, que seguro muchos os estáis haciendo en este

preciso momento es… ¿Es Ecuador hoy un país mejor que hace cuatro años?

Pues, bien, veámoslo.

(UN GOBIERNO, DOS ETAPAS)

La presidencia de Lenín Moreno en Ecuador se puede dividir en dos períodos bien definidos:

un primer periodo comprendido entre los años 2017-2019 y un segundo periodo entre 2019-2021.

El primero de estos dos periodos se caracterizó, tal como ya os hemos contado, por una ruptura

abrupta y total con el correísmo y por el intento de sacar adelante reformas económicas

destinadas a recuperar la confianza de los mercados.

De hecho, poco después de llegar al poder, en septiembre de 2017, Moreno anunció su

primer gran plan para el país: su programa económico para los próximos cuatro años.

(Este programa incluía entre otras cosas un aumento del 22 al 25% del Impuesto de la

Renta para las sociedades con alguna que otra exención para las pequeñas empresas; la

eliminación de la Ley de Plusvalía para intentar impulsar la construcción o el incremento

de aranceles sobre 375 bienes como medida proteccionista.

En el terreno de la austeridad se fijó el objetivo de reducir el déficit al 1% en 2020,

con medidas como la reducción del 10% en los salarios de funcionarios de alto rango

o la congelación en las nuevas contrataciones en el sector público, entre otras.)

En otras palabras, hablamos de un plan que bien podríamos encajar en el marco de unas

políticas de centro izquierda moderadas que entienden que endeudarse sin límite nunca

es una buena alternativa.

Asimismo, este primer periodo estuvo también marcado por la lucha contra la corrupción.

Lo que no nos engañemos, además de ser algo relativamente popular también es importante

a la hora de hacer negocios. Cuánto más limpio es un país y más lo parece mejor

que mejor. Nadie quiere dejar su dinero en manos de truhanes.

Pues bien, el caso es que para llevar a cabo esta batalla Moreno se valió de dos grandes

herramientas: por un lado, el referéndum constitucional y la consulta popular que se

celebraron en febrero de 2018, y una Ley Anticorrupción, aprobada en diciembre de 2020.

Con la primera, Moreno impulsó un cambio para que la propia Constitución del país

prohibiera la candidatura a cargos públicos de personas condenadas por delitos de corrupción.

Además en esta consulta también se aprobaron cosas como por ejemplo el límite de una reelección

para todas las autoridades electas o la derogación de la propia Ley de Plusvalía.

En segundo lugar, la Ley Anticorrupción de 2020 busca imponer nuevos controles sobre

la contratación pública y la corrupción del sector privado. Una ley, que aunque Moreno

lo niega, todo apunta a que fue una de las exigencias del FMI para prestarle a Ecuador

otros 2.000 millones.

Y bueno, al fin y al cabo, si quieres mi dinero digo yo que lo primero que tendré que hacer

es asegurarme de que lo pongo en buenas manos, ¿No os parece? De cajón.

Ahora bien, que luego todas estas medidas se vayan a traducir o no en resultados reales

es algo que solo el tiempo podrá juzgar. De entrada, el cambio constitucional le impidió

a Rafael Correa, condenado por corrupción, intentar regresar al poder. Al menos directamente.

Pero aquí no termina todo. Durante la presidencia de Moreno también se han dado pasos en otras

materias, cómo por ejemplo la libertad de prensa.

(Moreno, prometió durante su campaña electoral modificar la Ley Orgánica de Comunicación

de 2013. Una Ley del presidente Correa que determinaba que la comunicación era un servicio

público y le arrogaba al gobierno la autoridad para regular el contenido de los medios, e

investigar y sancionar a periodistas.

Y Lenín cumplió. La Asamblea Nacional aprobó en 2018 una modificación que entró el vigor

al año siguiente, y que entre otras cosas eliminó la conocida como Supercom, la Superintendencia

de Comunicaciones, el órgano sancionador de medios de comunicación que tanto gustaba

al gobierno de Rafael Correa.)

Pues bien, este primer periodo en el que es justo decir se produjeron muchos avances llegó Well, this first period, in which it is fair to say there was a lot of progress, came to an end.

a su fin en el año 2019. Y la pregunta es, ¿Qué pasó en ese momento para que hablemos

de un cambio de periodo

Pues ponte el cinturón porque aquí, justo aquí es donde llegan las curvas.

Atentos. Attentive.

(EL DECRETO, EL PUNTO DE INFLEXIÓN)

Bien, cómo habéis visto la presidencia de Lenín Moreno arrancó con todo el mundo pensando

que veríamos una reedición de las políticas de Correa y en cambio terminó siendo una

especie de transición inesperada.

[Ya sabéis una traición para algunos y un cambio insuficiente para otros.]

De esta forma la credibilidad en la palabra del presidente Moreno cayó del 67% en agosto

de 2017 hasta un mínimo del 10,4% en octubre de 2019, momento en el que Moreno anuncia

el tan famoso Decreto 883.

Un decreto que eliminaba las subvenciones a los combustibles y que marcó el inicio

de la caída en picado de su popularidad.

(El presidente ecuatoriano presentó esta medida como una de las herramientas para reducir

el déficit y poder así controlar el aumento de la deuda pública. Y es que el tema de

los subsidios a los combustibles en Ecuador no es un asunto menor.

Ecuador lleva subvencionando los combustibles desde mucho antes de Rafael Correa. De hecho,

desde hace mucho más tiempo. Más de 40 años, ni más ni menos que desde 1974.

Sin embargo, 11 días después del inicio de las violentas protestas que se produjeron However, 11 days after the start of the violent protests, which took place

por el intento de eliminar el subsidio a los combustibles, Moreno decidió recular y derogar

el polémico decreto 883.)

Y es que claro, deshacerse de subsidios que llevan décadas en vigor por muy ineficientes

e inadecuados que sean resulta una tarea casi imposible, especialmente si pretendes hacerlo

sin enfadar a buena parte de la población. Para que os hagáis una idea eliminar estos

subsidios provocó que los precios del diesel se duplicaran y los de gasolina normal se

incrementaran en más de un 25%. Os podéis imaginar el enfado descomunal en buena parte

de los ecuatorianos. S

Sin embargo, amigos, a pesar de ello Ecuador seguía teniendo el precio de la gasolina

más barato de toda latinoamérica y no nos engañemos mantener esta subvención tiene

un precio muy elevado.

Los subsidios a los combustibles en Ecuador suponen un gasto de unos 3.500 millones de

dólares cada año, lo que supone algo más del 3% del PIB y más del 20% de los ingresos

por las exportaciones de petróleo.

Además para colmo este tipo de fórmulas incentivan un consumo mucho más alto de petróleo,

lo que eleva asimismo el coste de estas políticas públicas.

Es decir, eliminar estos subsidios era una de las medidas estrella para conseguir equilibrar

las cuentas públicas. Así que tal y cómo os podéis imaginar la derogación del decreto

883 destrozó por completo las previsiones de reducción de déficit con las que trabajaba

el gobierno.

Y para colmo el daño ya estaba hecho. A pesar de no conseguir su objetivo el coste político And to top it off, the damage had already been done. Despite failing to achieve its objective, the political cost

fue ya inevitable. Para unos por aprobarlo y para otros por derogarlo, el caso es que

la popularidad de Moreno se hundió del 77% que tenía al inicio de su presidencia, a

menos del 10%. Y no, desde entonces no ha levantado cabeza.

Eso si, todo sea dicho, a pesar de todo el gobierno siguió avanzando por esa misma línea.

(24 sep, 2020 “El Gobierno libera importación de combustibles para el sector privado. Petroecuador

pierde el monopolio en la compra y venta de derivados para el sector industrial. El Comercio)

(La emergencia del coronavirus propicia la liberalización del precio de la gasolina

en Ecuador. El Gobierno aplicará desde julio un sistema de bandas de precios, con un techo

y con un suelo. [...] Si el combustible fluctúa por debajo, las gasolineras cobrarán ese

mínimo al consumidor y el monto excedente irá a las arcas públicas. Si la cotización

internacional sube más allá de un 5 % de un mes para otro, entonces se activarán los

subsidios estatales para que los ciudadanos no sientan el encarecimiento. El País)

Y sí, vale, no se puede decir que esto sea estrictamente una liberalización de precios

puesto que el gobierno sigue imponiendo un precio máximo, un precio mínimo y sigue since the government continues to impose a maximum price, a minimum price and continues to

contemplando los subsidios.

Sin embargo, a pesar de todo supone un importe ahorro para las arcas públicas que algunas

fuentes han aproximado a los 1.000 millones de dólares.

El caso es que cómo veis, Moreno heredó una difícil situación económica. Terminada

la bonanza petrolera le tocó jugar con las peores cartas. Y para colmo llegó el coronavirus.

(Si el crecimiento económico en 2019, antes del coronavirus, ya fue de un irrisorio 0,1%,

el PIB ecuatoriano se contrajo un 9% en 2020 y los pronósticos apuntan a que no se volverá

a niveles de crecimiento sólidos hasta al menos el año 2024. Lo que ha tenido como

primera consecuencia el incremento de los niveles de pobreza hasta superar el nivel

del 30% de la población.

Además, la drástica caída en los ingresos petroleros, la principal fuente de divisas

para Ecuador, ha hecho que a pesar de todas las reformas el gobierno se haya visto forzado

a seguir escalando en la enorme montaña de deuda que ya arrastra la economía ecuatoriana.)

Queridos amigos, a pesar del giro de timón que intentó protagonizar Lenín Moreno lo

cierto es que la suerte no ha estado de su lado. Y ahora durante los próximos años

el siguiente gobierno se enfrenta a una sociedad muy polarizada, un país cada vez más dependiente

de los acreedores internacionales y una enorme falta de visibilidad económica.

¿Hacia dónde se dirige el Ecuador? En fin, sólo el tiempo lo dirá.

De momento turno para ti, ¿Cómo valoras los intentos reformistas de la etapa de Moreno?

¿Crees que fueron suficientes o que por contra se quedaron cortos? ¿Cómo crees que debió

enfrentarse a las protestas de finales del 2019?

¿Qué esperas del próximo gobierno?

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Un saludo y hasta la próxima.