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Esp - VisualPolitik, ¿Crisis en ALEMANIA por la FUGA de CEREBROS? - VisualPolitik - YouTube (1)

¿Crisis en ALEMANIA por la FUGA de CEREBROS? - VisualPolitik - YouTube (1)

Alemania no solo es un país muy rico, también es un país famoso por funcionar como un reloj

suizo y fabricar cosas de mucha calidad. [Esa al menos es la fama, si alemán, es bueno.]

El caso es que durante las últimas décadas Alemania experimentó uno de

los milagros económicos más importantes de toda la historia. Os hemos hablado ya de ello tanto

aquí en VisualPolitik como en nuestro canal hermano VisualEconomik. Hoy el país germano

es sinónimo de alta productividad, empresas muy prósperas y unos trabajadores muy cualificados.

Sin embargo, tiene un problema, un problema potencialmente muy grave y del que todavía

no os hemos hablado: su incapacidad para atraer mano de obra cualificada. ¿Alguna

vez te has planteado irte a trabajar Alemania? Seguro que muchos de vosotros lo habéis hecho,

pero seguro también que sois muchos menos que los que habéis pensado en Reino Unido,

Países Bajos, Canadá, Australia o, no digamos ya, Estados Unidos.

Pese a ser un país muy rico, con muchos empleos y aparentemente la

oportunidad de construir grandes carreras profesionales, Alemania

no parece ser un sitio nada atractivo para los trabajadores más cualificados.

“Rankea” mucho peor que el resto de sus países

comparables. No llega al extremo de Japón… Pero es una anomalía.

Una anomalía que, queridos amigos, amigas, siempre es un problema,

pero que lo es aún mucho más cuando tu población en edad de trabajar se está reduciendo.

Y la pregunta es, ¿Por qué demonios Alemania resulta un destino tan poco atractivo para

los extranjeros más cualificados? ¿Qué puede suponer esto para la que tradicionalmente ha sido

considerada la locomotora de Europa? ¿Qué está haciendo el gobierno para remediar esta situación?

Pues bien, en este vídeo os vamos a responder a todas estas preguntas. Y quien sabe,

quizás al final te plantes mudarte al país germano… O tal vez no.

Arranquemos.

Amigos y amigas, Alemania es un país top 10. Y con ello nos referimos a que

casi está entre los 10 mejores países cuando miramos prácticamente cualquier

índice de bienestar y desarrollo: PIB per cápita, niveles de escolaridad,

grados de productividad, acceso a servicios básicos, etc., etcétera.

Pero sus fábricas de última generación,

sus modernas aulas educativas y su más que envidiable inversión anual en desarrollo

tecno-industrial no tendrían sentido si no existieran profesores, ingenieros,

médicos, operarios y profesionales que pongan en marcha todo este inmenso aparato productivo.

Y el problema… El problema lo podemos empezar a ver perfectamente en esta gráfica:

(Según cifras oficiales de la ONU, a partir de este 2023 la población alemana empezará a

contraerse. De una población total de cerca de 83 millones de personas en la actualidad,

la previsión a punta a que se perfore el piso de

los 80 millones en 2047 y el de los 70 para la última década del siglo.

No es una contracción tan salvaje como la que se espera se produzca en países como

Japón o Corea del Sur, pero, aun así, es relevante desde el punto de vista

económico. Estos datos básicamente significan no solo menos población,

también población envejecida y, por tanto, mucha menos mano de obra disponible.)

Lógicamente, todo esto responde a cambios en los patrones de natalidad, pero hay algo que

también puede incrementar el impacto económico de este declive: la falta de retención del talento.

Sí, Alemania recibe mucha inmigración, eso seguro, seguro, que todos lo habéis

escuchado. Sin embargo, en esta historia hay un problema: cada vez que un trabajador alemán

altamente cualificado se jubila, no es fácil sustituirle, porque -como veremos- en Alemania

no sobra la inmigración, pero sobre todo lo que no sobra es la inmigración cualificada.

Y la pregunta, por tanto, es: ¿Quién puede decirle que No al gigante alemán? ¿Por qué

se prefieren otros destinos? Estas son las preguntas cuya respuesta tenemos que averiguar.

Para hacerlo, lo primero, lo primero de todo tiene que ser entender cómo hemos llegado hasta aquí.

(T1. LAS PRIMERAS CAMPANADAS DEMOGRÁFICAS)

No es un caso aislado, la mayor parte de los países desarrollados - y también otros

no tan desarrollados como China o Rusia - están experimentando un

acelerado proceso de envejecimiento demográfico.

Y, ojo, porque este proceso no solo reduce la mano de obra disponible,

también eleva considerablemente el gasto público:

Pensadlo bien, pensiones, sanidad, dependencia…

El caso es que Alemania entendió el problema,

¿Y sabéis qué? Comenzó a hacer sus deberes muy pronto, ni más ni menos que hace ya medio siglo.

(En la década de los 70 se produjo un punto de inflexión en Alemania, su población nativa comenzó

a reducirse. Esto es, el país entró en una fase de crecimiento vegetativo negativo. Como podéis ver a

partir de los años 70 el número de defunciones ha superado cada año el número de nacimientos.

Para compensarlo, Alemania comenzó a impulsar la inmigración. Como podéis ver, el número

de inmigrantes que llega cada año es por regla general mayor que la pérdida nativa de habitantes.

Esto le ha permitido al país mantener su crecimiento demográfico durante todos estos años.)

Todo depende de la llegada de nuevos inmigrantes. Y si os fijáis en el gráfico veréis como

a principios del siglo XXI sonó la primera alarma: la llegada de inmigrantes se desplomó.

A comienzos del siglo XXI, casi toda Europa crecía y lo hacía más

que Alemania. El país germano no era ni mucho menos la única flor en un jardín

de prosperidad cada vez más amplio… Y eso, lógicamente, tuvo consecuencias.

La competencia frenó la llegada de nueva mano de obra a las industrias germanas.

La pregunta es, ¿Qué es lo que hicieron?

Pues lo cierto es que los alemanes se lo tomaron muy pero que muy en serio. El gobierno sabía

perfectamente lo importante que era atraer el talento joven y mantener la expansión demográfica

para evitar que tanto la economía como la propia Seguridad Social entraran en crisis.

Y para lograrlo, además de promover activamente la inmigración,

también hicieron cosas como esta, fijaos.

N1(1 de enero de 2005: Entra en vigor la primera ley de inmigración alemana. A partir del próximo

año, los nuevos inmigrantes tendrán derecho a participar en clases de alemán financiadas

por el estado y recibir una introducción al sistema judicial, la cultura y la historia

del país. El Gobierno ha destinado más de 200 millones de euros a este plan. DW)

Las medidas funcionaron, y

el número neto de inmigrantes que cada año llegaba al país prácticamente se triplicó. De 73.000 en

2004 se pasó 212.000 en 2008. Y no solo eso, para el 2016, se tocó uno de los techos históricos en

materia de población inmigrante: 432.000 personas no alemanas se trasladaron a vivir a este país.

Claro que, lógicamente, Alemania es parte de la Unión Europea. ¿Y qué significa eso?

Pues que el país está sujeto a la libre movilidad de personas y trabajadores.

Cualquiera de los miembros comunitarios puede convertirse en un país rival por la mano de

obra. Una competencia creciente que Alemania no parecer haber sido capaz de gestionar muy bien.

(T2. “DANKE” PERO NO)

A partir del año 2013 la llegada de inmigrantes a Alemania comenzó a desacelerarse de nuevo.

Y lo que es aún peor, según los informes de la OCDE el país era cada vez menos atractivo

para la llegada de profesionales. Porque, y esto es importante, no todas las personas

son iguales. Lógicamente, desde el punto de vista económico, la cualificación cuenta.

Y eso es lo que explica que la OCDE hiciera esta advertencia. Fijaos.

C1(4 de febrero de 2013: Migración laboral: Alemania está abierta a los graduados,

pero la inmigración es difícil para los trabajadores medianamente cualificados.)

Y, ¿por qué decía esto la OCDE? Pues básicamente por esto. Atentos a los datos.

C2(“Alemania es uno de los países de la OCDE con las barreras más bajas a la inmigración

para trabajadores altamente cualificados. Sin embargo, el número de trabajadores inmigrantes

de fuera de la UE y del Área Europea de Libre Comercio (AELC) que recibe es de 25.000 al año,

alrededor del 0,02% de la población (…) La tasa de trabajadores inmigrantes

cualificados que reciben Australia, Dinamarca, Canadá y el Reino Unido es

de cinco a diez veces mayor”. Informe de la OCDE sobre el mercado laboral alemán. 2013)

Es decir, supuestamente emigrar a Alemania era relativamente fácil, pero, aun así,

los trabajadores cualificados preferían - y aún prefieren - otros destinos. Ya sea por el idioma,

por las normas o por el estilo de vida, el caso es que Alemania no es un destino popular.

Claro que esa no es toda la historia. Una encuesta realizada por el International

Institute for Management Development con sede en Suiza, descubrió que la percepción que tenían los

empresarios alemanes sobre la facilidad para contratar talento internacional era más bien

pobre. Es decir, que el informe de la OCDE no reflejaba fielmente toda la realidad.

Al parecer, los trámites burocráticos venían siendo un problema desde hace

ya una década. En cierta forma, la legislación para atraer inmigración

cualificada que databa del año 2005 estaba quedándose obsoleta

en comparación con los incentivos que ponían sobre la mesa los países vecinos.

Por eso, entre los años 2018 y el 2020, el parlamento alemán comenzó a realizar varios

cambios en la Ley. Cambios para dar mayor facilidad a los profesionales de fuera de

la Unión Europea. Por ejemplo, se facilitaba que los inmigrantes llegaran sin un contrato.

Sin embargo, justo entonces, la pandemia cambio por completo el panorama.

(La propia Agencia Federal del Trabajo viene realizando desde el año 2013 un seguimiento

de lo que las autoridades denominan como profesiones “cuello de botella”. Esto es,

áreas del mercado de trabajo dónde las ofertas laborales no consiguen cubrirse con los

trabajadores disponibles. En 2020 esta situación se enfrió, pero a partir de entonces la tendencia

ha regresado. Cada vez más campos de la economía alemana son incapaces de lograr los trabajadores

cualificados que necesitan. De hecho, se espera que en 2023 este indicador bata récords.)

La reactivación económica tras la pandemia junto al creciente envejecimiento demográfico están

llevando al mercado laboral alemán a un contexto cada vez más crítico:

Mientras que la demanda de trabajadores no deja de crecer, el número de inmigrantes que

llega cada año se ha reducido. Y no digamos ya el número de los inmigrantes cualificados.

Para que os hagáis una idea de lo que estamos hablando, según las estimaciones

del Instituto Económico Alemán de Colonia, a mediados del 2022 había ya 1,5 millones de

vacantes en este país. Un dato que se espera crezca con fuerza durante los próximos años.

La situación ha llegado a tal punto que algunas áreas comerciales han tenido que

empezar a prestar sus servicios de forma reducida.

Y esto es, de hecho, lo que explica noticias como esta:

N3(25 de junio de 2022: Alemania recurrirá a trabajadores extranjeros temporales

para paliar la escasez de personal en los aeropuertos alemanes. Las fotos de viajeros

haciendo largas colas en los controles de seguridad del aeropuerto de Düsseldorf

a principios de esta semana mostraron la magnitud de la escasez. Reuters)

Es decir, la economía alemana necesita urgentemente mano de obra de todo tipo.

Según cálculos del Instituto de Investigac ión sobre el Mercado

de Trabajo y el Empleo de Alemania, hace falta que cada año lleguen un mínimo de

400 mil personas para mantener estable la población activa.

Eso ya es un problema. Pero, amigos, lo de la mano de obra cualificada libre… Eso ya

es casi una especie en peligro de extinción en este país. Según una encuesta realizada

en diciembre de 2022, 7 de cada 10 empresas están faltas de mano de obra especializada.

Y no solo eso, es que para colmo Alemania se enfrenta ahora a otro problema:

Ya no es que no lleguen pocos trabajadores cualificados, es que muchos de lo que había

se están marchando. Es decir, que el país está sufriendo una fuga de cerebros. Y eso, eso es

algo que pone en peligro la formidable industria que alimenta el mayor motor económico de Europa.

Pero… Volvamos a la pregunta que nos hacíamos al principio:

¿Cómo demonios es posible que no haya casi profesionales que quieran vivir y trabajar

en uno de los países más desarrollados del mundo? ¿Dónde está el problema?


¿Crisis en ALEMANIA por la FUGA de CEREBROS? - VisualPolitik - YouTube (1) Brain-Drain-Krise in Deutschland? - VisualPolitik - YouTube (1) Crisis in GERMANY due to the BRAIN DRAIN? - VisualPolitik - YouTube (1) Кризис утечки мозгов в Германии? - VisualPolitik - YouTube (1)

Alemania no solo es un país muy rico, también  es un país famoso por funcionar como un reloj

suizo y fabricar cosas de mucha calidad. [Esa  al menos es la fama, si alemán, es bueno.]

El caso es que durante las últimas  décadas Alemania experimentó uno de

los milagros económicos más importantes de toda  la historia. Os hemos hablado ya de ello tanto

aquí en VisualPolitik como en nuestro canal  hermano VisualEconomik. Hoy el país germano

es sinónimo de alta productividad, empresas muy  prósperas y unos trabajadores muy cualificados.

Sin embargo, tiene un problema, un problema  potencialmente muy grave y del que todavía

no os hemos hablado: su incapacidad para  atraer mano de obra cualificada. ¿Alguna

vez te has planteado irte a trabajar Alemania?  Seguro que muchos de vosotros lo habéis hecho,

pero seguro también que sois muchos menos  que los que habéis pensado en Reino Unido,

Países Bajos, Canadá, Australia  o, no digamos ya, Estados Unidos.

Pese a ser un país muy rico, con  muchos empleos y aparentemente la

oportunidad de construir grandes  carreras profesionales, Alemania

no parece ser un sitio nada atractivo  para los trabajadores más cualificados.

“Rankea” mucho peor que el resto de sus países

comparables. No llega al extremo  de Japón… Pero es una anomalía.

Una anomalía que, queridos amigos,  amigas, siempre es un problema,

pero que lo es aún mucho más cuando tu población  en edad de trabajar se está reduciendo.

Y la pregunta es, ¿Por qué demonios Alemania  resulta un destino tan poco atractivo para

los extranjeros más cualificados? ¿Qué puede  suponer esto para la que tradicionalmente ha sido

considerada la locomotora de Europa? ¿Qué está  haciendo el gobierno para remediar esta situación?

Pues bien, en este vídeo os vamos a responder  a todas estas preguntas. Y quien sabe,

quizás al final te plantes mudarte  al país germano… O tal vez no.

Arranquemos.

Amigos y amigas, Alemania es un país  top 10. Y con ello nos referimos a que

casi está entre los 10 mejores países  cuando miramos prácticamente cualquier

índice de bienestar y desarrollo: PIB  per cápita, niveles de escolaridad,

grados de productividad, acceso a  servicios básicos, etc., etcétera.

Pero sus fábricas de última generación,

sus modernas aulas educativas y su más que  envidiable inversión anual en desarrollo

tecno-industrial no tendrían sentido si  no existieran profesores, ingenieros,

médicos, operarios y profesionales que pongan  en marcha todo este inmenso aparato productivo.

Y el problema… El problema lo podemos  empezar a ver perfectamente en esta gráfica:

(Según cifras oficiales de la ONU, a partir  de este 2023 la población alemana empezará a

contraerse. De una población total de cerca  de 83 millones de personas en la actualidad,

la previsión a punta a que se perfore el piso de

los 80 millones en 2047 y el de los  70 para la última década del siglo.

No es una contracción tan salvaje como la  que se espera se produzca en países como

Japón o Corea del Sur, pero, aun así,  es relevante desde el punto de vista

económico. Estos datos básicamente  significan no solo menos población,

también población envejecida y, por tanto,  mucha menos mano de obra disponible.)

Lógicamente, todo esto responde a cambios en  los patrones de natalidad, pero hay algo que

también puede incrementar el impacto económico de  este declive: la falta de retención del talento.

Sí, Alemania recibe mucha inmigración,  eso seguro, seguro, que todos lo habéis

escuchado. Sin embargo, en esta historia hay  un problema: cada vez que un trabajador alemán

altamente cualificado se jubila, no es fácil  sustituirle, porque -como veremos- en Alemania

no sobra la inmigración, pero sobre todo lo  que no sobra es la inmigración cualificada.

Y la pregunta, por tanto, es: ¿Quién puede  decirle que No al gigante alemán? ¿Por qué

se prefieren otros destinos? Estas son las  preguntas cuya respuesta tenemos que averiguar.

Para hacerlo, lo primero, lo primero de todo tiene  que ser entender cómo hemos llegado hasta aquí.

(T1. LAS PRIMERAS CAMPANADAS DEMOGRÁFICAS)

No es un caso aislado, la mayor parte de  los países desarrollados - y también otros

no tan desarrollados como China  o Rusia - están experimentando un

acelerado proceso de envejecimiento demográfico.

Y, ojo, porque este proceso no solo  reduce la mano de obra disponible,

también eleva considerablemente el gasto público:

Pensadlo bien, pensiones, sanidad, dependencia…

El caso es que Alemania entendió el problema,

¿Y sabéis qué? Comenzó a hacer sus deberes muy  pronto, ni más ni menos que hace ya medio siglo.

(En la década de los 70 se produjo un punto de  inflexión en Alemania, su población nativa comenzó

a reducirse. Esto es, el país entró en una fase de  crecimiento vegetativo negativo. Como podéis ver a

partir de los años 70 el número de defunciones  ha superado cada año el número de nacimientos.

Para compensarlo, Alemania comenzó a impulsar  la inmigración. Como podéis ver, el número

de inmigrantes que llega cada año es por regla  general mayor que la pérdida nativa de habitantes.

Esto le ha permitido al país mantener su  crecimiento demográfico durante todos estos años.)

Todo depende de la llegada de nuevos inmigrantes.  Y si os fijáis en el gráfico veréis como

a principios del siglo XXI sonó la primera  alarma: la llegada de inmigrantes se desplomó.

A comienzos del siglo XXI, casi  toda Europa crecía y lo hacía más

que Alemania. El país germano no era ni  mucho menos la única flor en un jardín

de prosperidad cada vez más amplio… Y  eso, lógicamente, tuvo consecuencias.

La competencia frenó la llegada de nueva  mano de obra a las industrias germanas.

La pregunta es, ¿Qué es lo que hicieron?

Pues lo cierto es que los alemanes se lo tomaron  muy pero que muy en serio. El gobierno sabía

perfectamente lo importante que era atraer el  talento joven y mantener la expansión demográfica

para evitar que tanto la economía como la  propia Seguridad Social entraran en crisis.

Y para lograrlo, además de promover  activamente la inmigración,

también hicieron cosas como esta, fijaos.

N1(1 de enero de 2005: Entra en vigor la primera  ley de inmigración alemana. A partir del próximo

año, los nuevos inmigrantes tendrán derecho  a participar en clases de alemán financiadas

por el estado y recibir una introducción al  sistema judicial, la cultura y la historia

del país. El Gobierno ha destinado más  de 200 millones de euros a este plan. DW)

Las medidas funcionaron, y

el número neto de inmigrantes que cada año llegaba  al país prácticamente se triplicó. De 73.000 en

2004 se pasó 212.000 en 2008. Y no solo eso, para  el 2016, se tocó uno de los techos históricos en

materia de población inmigrante: 432.000 personas  no alemanas se trasladaron a vivir a este país.

Claro que, lógicamente, Alemania es parte  de la Unión Europea. ¿Y qué significa eso?

Pues que el país está sujeto a la libre  movilidad de personas y trabajadores.

Cualquiera de los miembros comunitarios puede  convertirse en un país rival por la mano de

obra. Una competencia creciente que Alemania no  parecer haber sido capaz de gestionar muy bien.

(T2. “DANKE” PERO NO)

A partir del año 2013 la llegada de inmigrantes  a Alemania comenzó a desacelerarse de nuevo.

Y lo que es aún peor, según los informes de  la OCDE el país era cada vez menos atractivo

para la llegada de profesionales. Porque,  y esto es importante, no todas las personas

son iguales. Lógicamente, desde el punto de  vista económico, la cualificación cuenta.

Y eso es lo que explica que la OCDE  hiciera esta advertencia. Fijaos.

C1(4 de febrero de 2013: Migración laboral:  Alemania está abierta a los graduados,

pero la inmigración es difícil para los  trabajadores medianamente cualificados.)

Y, ¿por qué decía esto la OCDE? Pues  básicamente por esto. Atentos a los datos.

C2(“Alemania es uno de los países de la OCDE  con las barreras más bajas a la inmigración

para trabajadores altamente cualificados. Sin  embargo, el número de trabajadores inmigrantes

de fuera de la UE y del Área Europea de Libre  Comercio (AELC) que recibe es de 25.000 al año,

alrededor del 0,02% de la población  (…) La tasa de trabajadores inmigrantes

cualificados que reciben Australia,  Dinamarca, Canadá y el Reino Unido es

de cinco a diez veces mayor”. Informe de la  OCDE sobre el mercado laboral alemán. 2013)

Es decir, supuestamente emigrar a Alemania  era relativamente fácil, pero, aun así,

los trabajadores cualificados preferían - y aún  prefieren - otros destinos. Ya sea por el idioma,

por las normas o por el estilo de vida, el  caso es que Alemania no es un destino popular.

Claro que esa no es toda la historia. Una  encuesta realizada por el International

Institute for Management Development con sede en  Suiza, descubrió que la percepción que tenían los

empresarios alemanes sobre la facilidad para  contratar talento internacional era más bien

pobre. Es decir, que el informe de la OCDE  no reflejaba fielmente toda la realidad.

Al parecer, los trámites burocráticos  venían siendo un problema desde hace

ya una década. En cierta forma, la  legislación para atraer inmigración

cualificada que databa del año  2005 estaba quedándose obsoleta

en comparación con los incentivos que  ponían sobre la mesa los países vecinos.

Por eso, entre los años 2018 y el 2020, el  parlamento alemán comenzó a realizar varios

cambios en la Ley. Cambios para dar mayor  facilidad a los profesionales de fuera de

la Unión Europea. Por ejemplo, se facilitaba  que los inmigrantes llegaran sin un contrato.

Sin embargo, justo entonces, la pandemia  cambio por completo el panorama.

(La propia Agencia Federal del Trabajo viene  realizando desde el año 2013 un seguimiento

de lo que las autoridades denominan como  profesiones “cuello de botella”. Esto es,

áreas del mercado de trabajo dónde las ofertas  laborales no consiguen cubrirse con los

trabajadores disponibles. En 2020 esta situación  se enfrió, pero a partir de entonces la tendencia

ha regresado. Cada vez más campos de la economía  alemana son incapaces de lograr los trabajadores

cualificados que necesitan. De hecho, se espera  que en 2023 este indicador bata récords.)

La reactivación económica tras la pandemia junto  al creciente envejecimiento demográfico están

llevando al mercado laboral alemán  a un contexto cada vez más crítico:

Mientras que la demanda de trabajadores no  deja de crecer, el número de inmigrantes que

llega cada año se ha reducido. Y no digamos  ya el número de los inmigrantes cualificados.

Para que os hagáis una idea de lo que  estamos hablando, según las estimaciones

del Instituto Económico Alemán de Colonia,  a mediados del 2022 había ya 1,5 millones de

vacantes en este país. Un dato que se espera  crezca con fuerza durante los próximos años.

La situación ha llegado a tal punto que  algunas áreas comerciales han tenido que

empezar a prestar sus servicios de forma reducida.

Y esto es, de hecho, lo que  explica noticias como esta:

N3(25 de junio de 2022: Alemania recurrirá  a trabajadores extranjeros temporales

para paliar la escasez de personal en los  aeropuertos alemanes. Las fotos de viajeros

haciendo largas colas en los controles  de seguridad del aeropuerto de Düsseldorf

a principios de esta semana mostraron  la magnitud de la escasez. Reuters)

Es decir, la economía alemana necesita  urgentemente mano de obra de todo tipo.

Según cálculos del Instituto de  Investigac ión sobre el Mercado

de Trabajo y el Empleo de Alemania, hace  falta que cada año lleguen un mínimo de

400 mil personas para mantener  estable la población activa.

Eso ya es un problema. Pero, amigos, lo de  la mano de obra cualificada libre… Eso ya

es casi una especie en peligro de extinción  en este país. Según una encuesta realizada

en diciembre de 2022, 7 de cada 10 empresas  están faltas de mano de obra especializada.

Y no solo eso, es que para colmo Alemania  se enfrenta ahora a otro problema:

Ya no es que no lleguen pocos trabajadores  cualificados, es que muchos de lo que había

se están marchando. Es decir, que el país está  sufriendo una fuga de cerebros. Y eso, eso es

algo que pone en peligro la formidable industria  que alimenta el mayor motor económico de Europa.

Pero… Volvamos a la pregunta  que nos hacíamos al principio:

¿Cómo demonios es posible que no haya casi  profesionales que quieran vivir y trabajar

en uno de los países más desarrollados  del mundo? ¿Dónde está el problema?