¿Ciudad pequeña o ciudad grande? (2)
En Londres, si tú encuentras a alguien conocido por la calle que allá es muy raro, es muy raro que tú encuentras a alguien conocido por la calle porque es tan grande la ciudad que es muy raro, es muy raro que tú encuentres a alguien que conoces ¿No?
A un vecino o a un amigo de la infancia, a alguien que no vez desde hace mucho tiempo, bueno es muy raro. Pues aquí donde yo estoy la gente se para ¿No? Se para, se detiene, se saluda: “Hola ¿Qué tal? Cuánto tiempo” y empiezan hablar, y hablan, y hablan durante un montón de rato ¿No? O sea no es sólo saludarte, yo puedo entender, puedo entender que hola ¿Qué tal? ¿Qué haces? Cuánto tiempo sin verte. Sí ¿Qué haces? Total, dos minutos, tres minutos y después continúas ¿No? Continúas caminando.
En Londres por lo menos sería así ¿No? Sería una conversación muy breve. Muchas veces ni siquiera te paras, ni siquiera te detienes. Dices: “Hasta luego. Adiós. Hola.” Y continúas caminando. Aquí la gente se detiene, se para, hablas con esa persona durante un buen rato, 10-15 minutos, 20 minutos. Es como un ritual, es como un ritual.
Y cuando quieres despedirte de alguien igual, hay que esperar un rato ¿No? No basta decir: “Venga vale, adiós. Ya nos vemos. Hasta luego.” No, no, no. Hay que hablar un buen rato: cinco, 10, 15, 20 minutos. Yo alucino un poco, es como volver al pasado ¿No? Para mí eso es como volver al pasado.
Y por un lado, por un lado tengo que decir que me pone nervioso ¿No? Porque yo qué sé, es un ritmo diferente de la vida. La gente camina despacio, las colas en los supermercados son mucho más tranquilas, la gente sí, la gente hace las cosas mucho más lentamente. Es como si tuvieran todo el día por delante para hacer cosas.
Y esa es otra cosa, esa es otra cosa que me llama la atención aquí ¿No? En Londres si yo quiero ir hacer la compra o si quiero ir a comprar una camisa, o si quiero ir al banco o cualquier cosa que yo quiero hacer me lleva mucho tiempo. Tengo que coger el metro, tengo que caminar no sé, 20 minutos, media hora, volver en metro a mi casa. En fin, lleva mucho tiempo.
Aquí, aquí digamos que las distancias son tan cortas; ir al supermercado son dos minutos, ir al correo son tres minutos, ir a la playa son cinco minutos, ir al banco son 10 minutos. Aquí puedo hacer lo que en Londres hago en una semana, aquí lo puedo hacer en un día. No, no, no en un día, en una mañana, en una mañana.
La mañana del lunes salgo a la calle a las 10 por ejemplo y vuelvo a mi casa a las 12, a las 12 de la mañana, a mediodía y ya he hecho todo, ya he hecho todo lo que haría en Londres en una semana. No estoy exagerando, no estoy exagerando porque aquí es todo, está todo tan cerca ¿Vale? Es todo tan pequeño, comparado con Londres que claro, tienes tiempo de hacer todo de una forma muy rápida ¿No?
Y en fin, todas estas cosas son muy interesantes porque me en fin, son cosas que uno piensa cuando viaja ¿No? Cuando viajas pues te das cuenta de que el mundo no es como tú piensa que es ¿No? Tú estás acostumbrado a una ciudad, estás acostumbrado a una manera de vivir, estás acostumbrado a una cultura, estás acostumbrado a unos programas de televisión. Eso, por lo menos es otra cosa que a mí me llama la atención; la televisión.
La televisión es muy diferente, en Inglaterra hay muchos documentales, hay noticias, hay muchas series de televisión. Muchas son muy buenas, no todas pero muchas son muy buenas. Aquí en Italia hay muchos concursos, hay muchos concursos. La gente en Italia juega muchísimo, juega no digo jugar de dinero, no pero son muy, los concursos en la televisión son muy populares y no sólo en la televisión sino la gente compra esas revistas con crucigramas, con el Sudoku, muchísimo. Eso me llama mucho la atención, juegan a las cartas.
La gente en los bares, en las casas, en la playa, en el parque juegan a las cartas, a mí eso me alucina porque cuando yo era joven jugar a las cartas era algo que hacían los viejos en los pueblo pequeños. Y para mí, para mí y para mis amigos jugar a las cartas era algo aburrido, una pérdida de tiempo y algo que se hacía cuando no había nada de qué hablar ¿No? Y yo siempre he pensado así ¿No?
Y ahora aquí en Italia veo, alucino, me asombro de que mucha gente juega a las cartas. ¡Gente joven! Gente de 14-15-16-18 años, 20 años juegan a las cartas. Cuando estar en la playa o cuando, por ejemplo cuando están esperando el autobús, en la estación de autobuses están esperando el autobús o en la estación de trenes están esperando el tren, la gente y los jóvenes sacan una baraja de cartas y se ponen a jugar a las cartas.
Todas estas cosas son cosas que llaman la atención cuando viajas a otro país, a otra ciudad, a otra cultura ¿No? Y ves costumbres diferentes ¿No? En fin.
Los gatos, los gatos. Otra cosa, otra cosa que me llama la atención. En Londres claro, sí hay gatos, hay gatos y hay perros, claro que sí pero aquí muchas conversaciones, muchas conversaciones de la gente giran en torno a los gatos, a qué ha hecho el gato hoy, cómo se comporta el gato, hablan del gato como si fuera alguien de la familia.
Y en fin, yo qué sé, hay, tienen los animales domésticos tienen un protagonismo que no tienen en Londres. Es diferente, es diferente, bueno total, son cosas que me llaman la atención cuando viajo ¿No? Y es bonito ¿No? Es bonito.
Lo que estaba diciendo es que muchas de estas cosas al principio me ponen nervioso o me aburren, o no las entiendo. Cuando voy por la calle por ejemplo y me encuentro con alguien que conozco un poquito pero no mucho, y esa persona se para conmigo y empieza hablar, y pum, pum, y pum, pum, y pasan 10 minutos, 15 minutos; claro no te puedes ir antes porque sería de mala educación, hay que esperar, hay que esperar 10, 15, 20 minutos. A mí eso me pone muy nervioso.
Quedarme a charlar después de comer en la sobremesa ¿No? Eso se llama: “Sobremesa” el período de tiempo después de comer que la gente habla. Quedarme hablar de todo y de nada, así simplemente hablar por hablar, por pasar un rato pues me parece una pérdida de tiempo y me pone nervioso.
Todas estas cosas me ponen nervioso o me aburren, a mí me aburren los juegos a mí no me gusta jugar a las cartas. Me aburren los programas de televisión donde hay juegos y… Pero al principio como digo, todo eso me pone nervioso pero después cuando llevo aquí ya unos días o unas semanas, poco a poco me acostumbro, me voy acostumbrando a ese estilo de vida y yo también me contagio, me contagio de ese ritmo lento de la ciudad pequeña ¿No? De la ciudad italiana pequeña y empiezo yo también hablar de gatos y veo programas, ahora estoy viendo programas en la televisión que no vería nunca, que no vería nunca en Londres, que me parecerían una pérdida de tiempo pues oye, aquí por las tardes me pongo a ver la tele y me pongo a ver programas, concursos tontos todos los días y me lo paso genial. Oye me lo paso genial.
Al final poco a poco me voy acostumbrando, me voy aclimatando, empiezo hablar de gatos y en fin. Y poco a poco, poco a poco se me va pasando, a ver esta frase es complicada. Se ve van pasando, se me van pasando, en plural, se me van pasando las ganas de hacer cosas. Se ve va pasando las ganas de trabajar, se me va pasando las ganas de… Se me van pasando, se me van pasando las ganas de ser productivo, comienzo a caminar despacio, voy a la playa y hago todas estas cosas que bueno que en Londres normalmente no hago.
Supongo que todo esto es normal ¿No? Supongo que es absolutamente normal y esto es lo bueno, esto es lo bueno de ir muy lejos, ir a otro lugar muy lejos de donde tú vives normalmente ¿No?
No me gusta ir demasiado lejos porque si voy, vamos a ver, estoy en Italia y en Italia pues bueno estamos dentro de la cultura occidental ¿No? Entonces aunque hayan cosas diferentes a la vida de Londres pero bueno, es bastante similar ¿No? Lo que no, lo que me costaría más esfuerzo, me costaría mucho más esfuerzo sería mucho más interesante, sería mucho más enriquecedor ir a una cultura muy diferente ¿No? Ir a Japón por ejemplo, ir a China o ir a África o ir no sé, incluso a Sudamérica por ejemplo.
Aunque bueno, Sudamérica es una cultura también occidental ¿No? Similar a la cultura europea en general ¿No? En general.
Pues sí, entonces ir a una cultura muy diferente de la mía, de donde yo vivo pues es por supuesto súper interesante, me encanta. Lo que pasa es que claro, estoy todo el año trabajando, estoy todo el año estresado, haciendo un montón de cosas y cuando llegan las vacaciones quiero cortar, quiero hacer algo diferente pero no demasiado diferente porque si es demasiado diferente, si la comida es diferente, si la lengua es completamente diferente, si la gente tiene costumbres completamente diferentes y me tengo que adaptar a todo; es pues es también estresante ¿No? Entonces no quiero estar estresado también en las vacaciones.
Entonces bueno, por eso creo que Italia, Italia es una buena alternativa porque es diferente de la ciudad donde yo vivo en Londres pero al mismo tiempo pues no es demasiado diferente porque al fin y al cabo yo antes vivía en España que bueno, es similar a Italia. Es menos similar de lo que la gente piensa ¿Eh? Es menos similar de lo que la gente piensa pero bueno sí, es similar. Es bastante similar.
Bueno chicos pues nada, lo vamos a dejar aquí por hoy. Voy a volver, voy a volver a casa porque creo que está a punto de empezar un programa de concurso, un concurso, un programa de juegos en la televisión que me encanta.
Me he enganchado, me he enganchado. Engancharse ¿Entendéis? Engancharse significa que eres adicto, que te has hecho adicto ¿No? Entonces me he enganchado a este programa, es como cuando uno se engancha a una droga ¿No? O se engancha al café ¿Vale? Entonces me he enganchado, me he enganchado a este programa en la tele, es un concurso que hacen todos los días y no me quiero perder ¿Eh? No me quiero perder.
Sí, antes de despedirnos quería deciros esto que al principio me pongo muy nervioso aquí en Italia porque tengo un ritmo de vida completamente diferente y unas costumbres completamente diferentes o muy diferentes, poco a poco me acostumbro y luego lo que pasa que cuando vuelvo a Londres echo de menos todo esto. Echo de menos el ritmo de vida lento, tranquilo y claro entonces la gente en Londres me parecen que están locos.
¿Por qué corren tanto? ¿Pero por qué trabajan tanto? Pero si nos vamos a morir todos. Pero ¿Por qué? ¿A dónde vas tan de prisa, tío? Pero ¿Qué haces no? Disfruta un poco de la vida ¿No? Porque aquí al final lo que hace la gente es que el ritmo es más lento, entonces aprecias más la vida, aprecias más las cosas pequeñas de la vida, aprecias más los gatitos, aprecias más la comida, aprecias más la compañía de la gente, las conversaciones.
No es una pérdida de tiempo hablar con un amigo o hablar con una persona. Sí claro, si tienes que hacer algo puede ser una pérdida de tiempo pero digamos que en general hablar con la gente no es nunca una pérdida de tiempo. Disfrutar de la compañía de tus amigos, disfrutar de un café con un amigo, ver un programa en la televisión, perder el tiempo viendo un programa en la televisión; te estás relajando. Oye y si te diviertes y por un rato te olvidas de tus problemas, oye ¿Por qué no? ¿Vale? Este estrés, este estrés en la vida en la gran ciudad pues tampoco tiene mucho sentido, y pasa eso ¿No? Que cuando vuelvo a Londres me tengo que aclimatar otra vez, me tengo que volver acostumbrar a la vida en la gran ciudad. Pero bueno y echo de menos, echo de menos la vida en la ciudad pequeña ¿No? En fin, que nunca estoy contento. Ese es el resumen de la historia, del podcast de hoy; que nunca estoy contento. Bueno chicos pues nada, que paséis una buena semana y como siempre os digo… Ahora hay una sirena que se escucha ¿No? Espero que no se escuche demasiado ¿Vale? Está pasando el coche de no sé, de una sirena. De una ambulancia, una policía, no sé. Pues chicos, que paséis una buena semana y como siempre os digo, nos vemos no, no nos vemos. Nos escuchamos aquí la próxima semana en “Español con Juan.” Venga, un beso y hasta muy pronto. Adiós, hasta luego ¡Adiós!