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La nariz de un notario - Edmundo About, Chapter 1

Chapter 1

”LA NARIZ DE UN NOTARIO” EDMUNDO ABOUT

TRADUCCIÓN DE CARLOS DE PINEDA, BUENOS AIRES, 1916

EL ORIENTE Y EL OCCIDENTE SE ACOMETEN: LA SANGRE CORRE YA Maese Alfredo L'Ambert, antes de recibir el golpe fatal que le obligó a cambiar de narices, era, sin duda alguna, el notario más notable de Francia.

En la época aquella contaba treinta y dos años; era de elevada estatura, y poseía unos ojos grandes y rasgados, una frente despejada y olímpica, y su barba y sus cabellos eran de un rubio admirable. Su nariz (la parte más prominente de su cuerpo), se retorcía majestuosa en forma de pico de águila. Aunque alguno no me crea, su nítida corbata blanca le sentaba a maravilla. ¿Era debido esto a que la usaba desde su más tierna infancia, o porque se surtía de ellas en alguna tienda afamada? Yo opino que eran ambas razones a un tiempo. Una cosa es atarse en torno del cuello un pañuelo de bolsillo blanco, hecho una torcida, y otra muy distinta formar, con arte y perfección, un espléndido nudo de inmaculada batista, cuyas puntas iguales, almidonadas sin exceso, se dirigen simétricamente a derecha e izquierda. Una corbata blanca elegida con acierto y anudada con esmero no es un adorno sin gracia; todas las mujeres os dirán lo mismo que yo. Pero no basta anudársela con maestría y con primor; es preciso, además, saberla llevar; esto es cuestión de práctica. ¿Por qué parecen los obreros tan torpes y desmañados el día que se casan? Porque suelen colocarse para el acto de la boda una corbata blanca sin previa preparación. Se acostumbra uno en seguida a llevar los más exorbitantes tocados: una corona por ejemplo. El soldado Bonaparte recogió una que el rey de Francia había dejado caer en la plaza de Luis XV: colocósela él mismo, sin que nadie le hubiese dado lecciones, y Europa declaró que aquel tocado no le sentaba muy mal. Animado por el éxito, no tardó en introducir la moda de las coronas en el círculo de su familia y de sus íntimos. Todos los que le rodeaban se la encasquetaron, o así lo pretendieron por lo menos. Pero este hombre extraordinario no pasó nunca de ser un porta-corbatas mediocre. El vizconde de C*, autor de varios poemas en prosa, había estudiado bien la diplomacia, o sea el arte de ponerse la corbata con fruto. Asistió, en 1815, a la revista de nuestro último ejército, algunos días antes de la campaña de Waterloo; y, ¿sabéis lo que más llamó su atención en aquella fiesta heroica en que se desbordó el entusiasmo desesperado de un gran pueblo? Que la corbata de Napoleón no estaba bien anudada. Pocos hombres, en este terreno pacífico, hubiera podido medirse con maese Alfredo L'Ambert. Se firmaba L'Ambert, y no Lambert, en virtud de un acuerdo del Consejo de Estado. El señorito L'Ambert, sucesor de su padre, ejercía de notario por derecho de herencia. Hacía más de dos siglos que esta ilustre familia se transmitía, de varón en varón, el estudio de la calle de Verneuil con la más elevada clientela del faubourg Saint-Germain. El cargo no había sido cotizado, toda vez que jamás había salido de la familia; pero, a juzgar por los beneficios de los cinco últimos años, no era posible evaluarlo en menos de trescientos mil escudos. Es decir, que producía un promedio anual de unas noventa mil libras. Desde hacía más de dos siglos todos los primogénitos de la familia habían sabido llevar la corbata blanca con tanta desenvoltura como llevan los cuervos sus mejores plumas negras, los borrachos su amoratada nariz, o los poetas sus raídas vestimentas. Heredero legítimo de un nombre y de una fortuna, el joven Alfredo había mamado en los pechos de su madre la elegancia y distinción, al par que los buenos principios. Despreciaba tanto como se merecen las innovaciones políticas introducidas en Francia a partir de la catástrofe de 1879. A su juicio, la nación francesa componíase de tres clases: el clero, la nobleza y el estado llano. Opinión respetable y compartida hoy aún por un reducido número de senadores. Se colocaba modestamente a sí mismo en uno de los primeros puestos del estado llano, no sin sustentar ciertas pretensiones secretas de formar con la nobleza. Sentía un profundo desprecio hacia el grueso de la nación francesa, ese hacinamiento de obreros y campesinos que recibe el nombre de pueblo, o de vil plebe. Procuraba rozarse con él todo lo menos posible, por respeto a su amable persona, a quien cuidaba y quería con pasión. Sano, esbelto y vigoroso como un sollo de río, estaba convencido de que aquella gentuza era una especie de morralla creada por la Providencia expresamente para nutrir a los señores sollos. Hombre, por lo demás, agradable, como todos los egoístas; estimado en el Palacio, en el círculo, en la cámara de notarios, en las conferencias de San Vicente de Paúl y en la sala de armas; buen tirador de punta y de contrapunta; excelente bebedor y amante generoso, mientras tenía el corazón interesado; amigo fiel de los hombres de su rango; acreedor bondadoso, mientras cobraba los intereses de su capital; delicado en sus gustos, atildado en el vestir, limpio como un luis de nuevo cuño, y asiduo concurrente los domingos a los oficios de Santo Tomás de Aquino, y los lunes, miércoles y viernes a la Opera: hubiera sido el más perfecto _gentleman_ de su época, así en lo físico como en lo moral, a no ser por una deplorable miopía que le condenaba a usar gafas. ¿Será necesario agregar que sus gafas eran de oro y las más finas, ligeras y elegantes que salieron jamás de los talleres del celebre Mateo Luna, del muelle de los Plateros? No las llevaba siempre puestas, colocándoselas tan sólo en su despacho, o en casa de sus clientes, cuando tenía que leer alguna escritura. No es necesario decir que los lunes, miércoles y viernes, al entrar en el templo de la danza, tenía muy buen cuidado de desenmascarar sus bellos ojos. Ningún cristal bicóncavo velaba en semejantes ocasiones, el brillo encantador de sus pupilas. Es muy cierto que no veía gota, y que saludaba a veces a una figuranta tomándola por una estrella; pero marchaba siempre con el aire resuelto de un Alejandro al entrar en Babilonia. Por eso las muchachas del cuerpo de baile, que se complacen en poner remoquetes a las personas, lo habían bautizado con el sobrenombre de _Vencedor_. Un turco muy grueso, secretario de la embajada de su país, era conocido entre ellas por el mote de _Tranquilo_; un consejero de Estado se llamaba _Melancólico_; un secretario general del ministerio de*, muy vivo y bullidor, era conocido por _M. Turlu_, y por eso Elisita Champagne , conocida también por Champagne II, recibió el nombre de _Turlurette_ cuando salió de los corifeos para elevarse al rango de sujeto. El párrafo precedente va a dar mucho que pensar a mis lectores de provincias (si es que tengo la suerte de que este relato traspase alguna vez las fortificaciones de París). Oyendo estoy desde aquí las miles de preguntas que dirigen al autor mentalmente. «¿Qué se entiende por el templo de la danza? ¿Y por cuerpo de baile? ¿Y por estrellas de la Opera? ¿Y por corifeos? ¿Y por sujetos? ¿Y por figurantas? ¿Qué secretarios generales son esos que se codean con tales gentes, a trueque de que les pongan remoquetes? Y, en fin, ¿por qué extraño azar un hombre de posición y sólidos principios, como el señorito Alfredo L'Ambert, asistía tres veces por semana al templo de la danza?» ¡Bah, queridos amigos! precisamente porque era un hombre de posición y de sólidos principios. El templo de la danza era, en aquellos tiempos, un amplio salón cuadrado, rodeado de viejas banquetas de terciopelo rojo, en el que se daban cita los hombres más distinguidos de París. A él concurrían no solamente los banqueros, los secretarios generales y los consejeros de Estado, sino hasta duques y príncipes, diputados y prefectos, y los senadores más partidarios del poder temporal del Papa; sólo faltaban los prelados. Veíanse en él ministros casados, y hasta los más casados de todos los ministros. Al decir que se veían no quiero significar que los he visto yo mismo; desde luego comprenderéis que los pobres periodistas no entraban en aquel lugar como en el molino. Un ministro tenía en sus manos las llaves de aquel salón de las Hespéridos, y nadie podía penetrar en él sin la venia de Su Excelencia. ¡Por eso tenían que ver las rivalidades, los celos y las intrigas! ¡Cuántos gabinetes han sido derribados bajo los más diversos pretextos, pero, en el fondo, porque todos los hombres de Estado tenían la pretensión de reinar en el templo de la danza! ¡No os imaginéis, sin embargo, que todos estos personajes acudían a aquel lugar atraídos por el cebo de los placeres ilícitos! Su intención se limitaba a fomentar un arte eminentemente aristocrático y político. El transcurso de los años es posible que haya hecho cambiar todo esto, porque las aventuras del señorito L'Ambert no datan de la semana pasada. No quiere decir esto, sin embargo, que se remonten a ninguna época antidiluviana; pero razones de alta conveniencia impídenme precisar la fecha exacta en que este funcionario ministerial cambió su nariz aguileña por una nariz recta. Por eso he dicho _en aquellos tiempos_, hablando de una manera vaga como los fabulistas. Contentaos con saber que la acción tiene lugar en cierta época de los anales del mundo, comprendida entre el incendio de Troya por los griegos y el del palacio de estío, de Pekín, por el ejército inglés: dos memorables etapas de la civilización europea. Un contemporáneo y cliente del señorito L'Ambert, el marqués de Ombremule, decía en el Café Inglés cierta noche: --Lo que nos distingue del común de los hombres es el fanatismo que sentimos por el baile. La canalla se desvive por la música. Se cansa de aplaudir cuando escucha las óperas de Rossini, de Donizetti y de Auber: diríase que un millón de notas, revueltas en sabrosa ensalada, tiene un no sé qué que halaga los oídos de esas gentes. Llevan su ridiculez hasta el extremo de cantar ellos mismos, con sus roncas y estridentes voces, y la policía les permite que se reúnan en ciertos anfiteatros para destrozar algunas arias. ¡Buen provecho les haga! En cuanto a mí, jamás me detengo a escuchar una ópera; me contento con mirarla; voy a ver la parte plástica, que es la única que me divierte, y me marcho después. Mi respetable abuela me ha contado que todas las damas encopetadas de su tiempo sólo iban a la Opera atraídas por el baile, y no regateaban sus aplausos a los bailadores. Nosotros, a nuestra vez, protegemos a las bailarinas: ¡maldito él que piense mal! La duquesita de Biétry, joven, linda y olvidada, tuvo la debilidad de reprochar a su esposo los hábitos que había aprendido en la Opera: --¿No os da vergüenza de abandonarme en un palco, con todos vuestros amigos, para correr no sé adónde? --Señora--respondiole él,--cuando se tienen fundadas esperanzas de lograr una embajada, ¿no es lo más natural que estudiemos la política? --Convenido; pero creo que habrá en París mejores escuelas para ello. --Ninguna. Aprended, querida mía, que la danza y la política son hermanas gemelas. El tratar de agradar constantemente, el cortejar al público, y tener siempre el ojo fijo sobre el director de orquesta, y refrenar su propio semblante, y cambiar a cada instante de traje y de color, y saltar de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, y volverse con rapidez, y caer nuevamente de pie, y sonreír, en fin, con los ojos llenos de lágrimas, ¿no es, acaso, dicho en pocas palabras, el programa del baile y la política? La duquesa sonrió, perdonó y se echó un amante. Los grandes señores, como el duque de Biétry, los hombres de Estado como el barón de F..., los grandes millonarios como el diminuto señor St..., y los simples notarios como el héroe de esta historia, codeábanse en el templo de la danza y entre los bastidores del teatro. Ante la sencillez e ignorancia de estas ochenta ingenuas que componen el cuerpo de baile, son iguales todos ellos. Se les conoce con el nombre de abonados, se les sonríe gratuitamente, se cuchichea con ellos en los rincones, se aceptan sus confites, y hasta sus diamantes, como galanterías sin consecuencias y que a nada comprometen a las que los reciben. La gente se imagina sin razón que es la Opera un mercado de placeres y una escuela de libertinaje. Nada de eso: se encuentran allí virtudes en mayor número que en ningún otro teatro de París. ¿Por qué? porque la virtud es allí más apreciada que en ninguna otra parte. ¿No es cosa interesante el estudiar de cerca este pequeño pueblo de jóvenes, casi todas ellas de humildísima procedencia, y a quienes el talento o la belleza pueden elevar en un momento a las más encumbradas esferas del arte? Muchachitas de catorce a diez y seis años de edad, la mayor parte de ellas alimentadas con pan seco y con manzanas verdes en una buhardilla de obreros o en la garita de un portero, vienen al teatro con vestidos de tartán y con zapatos viejos, y su primer cuidado es correr a mudarse de traje, sin que nadie pueda notarlo. Un cuarto de hora después, bajan al templo de la danza esplendorosas, radiantes, cubiertas de seda, de gasas y de flores, todo a costa del Estado, y más brillantes que los ángeles, las hadas y las huríes de nuestros sueños. Los ministros y los príncipes les besan las manos y se manchan sus irreprochables trajes negros con el albayalde que ellas llevan en los brazos. Se recitan a sus oídos madrigales nuevos y viejos que sólo a veces comprenden. Algunas suelen tener talento natural y da gusto hablar con ellas. Estas no duran allí mucho tiempo. Un campanillazo indiscreto llama a las hadas al teatro; la muchedumbre de abonados las acompaña la entrada del escenario, las retiene y entretiene detrás de los bastidores móviles. Hay virtuoso de estos que desafía la caída las decoraciones, las manchas de petróleo los quinqués y los más diversos miasmas por el placer de oír murmurar a una vocecita ronca estas encantadoras palabras: --¡Demonio! ¿Cómo me duelen los pies! Levántase el telón y las ochenta reinas efímeras mariposean gozosas bajo las ardientes miradas de un público entusiasmado. Cada una de ellas ve, o cree adivinar, dos, tres, diez adoradores más o menos conocidos. ¡Cuánto disfrutan mientras permanece levantado el telón! Se consideran hermosas, están ataviadas ricamente, ven todos los gemelos fijos en sus personas, sienten la admiración que producen y no tienen que temer los silbidos ni la crítica. Por fin suenan las doce de la noche y cambia la decoración como en los cuentos de hadas. La Cenicienta sube con su hermana mayor, o con su madre, hacia las económicas cumbres de Batignolles o de Montmartre . ¡La pobre cojea un poquito! El lodo inmundo salpica sus medias grises. La excelente madre de familia que ha cifrado sus esperanzas todas en esta querida hija, no cesa, durante el camino, de inculcarle sabias máximas de moderación y moral. --Marcha siempre derecha por el camino de la vida, hija mía--le dice,--¡cuidado con tropezar! Mas si el implacable destino te tiene deparada esa desgracia, ¡cuida mucho de caer sobre un lecho de rosas! No siempre son escuchados estos prudentes consejos. A veces el corazón puede más que la cabeza, y se han visto bailarinas casadas con bailadores. Se dan casos de jóvenes, bellas como la Venus de Anadyomene, renunciar a cien mil francos en joyas por unirse ante el altar con un empleado de dos mil. Otras abandonan a la suerte el cuidado de su porvenir y labran la desesperación de sus familias. Unas esperan a que llegue el 10 de abril para disponer de su corazón, porque se han jurado a sí mismas a ser juiciosas hasta los diez y siete años. Otras encuentran un protector de su gusto y no se atreven a confesárselo: temen la venganza de un consejero refrendario que ha jurado matarla, y suicidarse en seguida, si ama a otro que no sea él. Claro que lo ha dicho en broma, como podréis comprender; pero en este mundo especial se toman las palabras en serio. ¡Qué supina ignorancia y sencillez es la de estas muchachas! Hay quien ha oído disputar a dos jóvenes de diez y seis años sobre la nobleza de su origen y la categoría social de sus respectivas familias. --¡Miren la impertinente!--decía la mayor de ellas;--¡los aretes de su madre son de plata y los de mi padre de oro! Maese Alfredo L'Ambert, después de haber andado mariposeando mucho tiempo de la morena a la rubia, había acabado por prendarse de una linda trigueña de ojos azules. La señorita Victorina Tompam era honesta, como se es generalmente en la Opera, hasta que se deja de serlo. Excelentemente educada, por otra parte, era incapaz de adoptar una resolución extrema sin antes consultar a sus padres. De unos seis meses acá, se veía constantemente asediada muy de cerca por el apuesto notario y por Ayvaz-Bey, el corpulento turco de veinticinco años de edad, a quien hemos dicho que designaban con el remoquete de _Tranquilo_. Ambos le habían espetado muy razonados discursos, en los que su porvenir jugaba papel importante. La respetable señora Tompain había logrado, sin embargo, que su hija se conservase en un justo medio, esperando que uno de los rivales se decidiese a plantear el asunto en forma de negocio. El turco era un buen muchacho, honrado, decente y tímido. Esto no obstante, habló al fin, y fue escuchado. Todo el mundo tuvo noticia en seguida de este pequeño contecimiento, excepto el señorito L'Ambert, que había marchado al Poitou , con objeto de asistir al entierro de un tío suyo. Cuando volvió a la Opera, la señorita Victorina Tompain poseía un brazalete de brillantes, unas dormilonas de brillantes, y un corazón también de brillantes, pendiente de su cuello a manera de araña de salón. Ya hemos dicho al principio que el notario era miope; así es que no pudo ver nada de lo que debía haber notado en seguida, ni aun siquiera las sonrisas picarescas con que fue acogido a su entrada. Anduvo dando vueltas de un lado para otro, charlando sin cesar alegremente, y deslumbrando a todo el mundo, como siempre, con su proverbial elegancia, esperando con impaciencia la terminación del baile y la salida de las jóvenes. Habíanse cumplido sus cálculos: el porvenir de la señorita Victorina se hallaba asegurado, gracias a su excelente tío de Poitiers, que había tenido la inmejorable idea de morirse en el momento más oportuno. Lo que se conoce en París con el nombre de pasaje de la Opera es una red de galerías más o menos estrechas, más o menos alumbradas, de muy diversos niveles, que unen el bulevar, y las calles Lepeletier, Drouot y Rossini. Un largo corredor, descubierto en su mayor parte, se extiende, desde la calle Drouot a la calle Lepeletier, normalmente a las galerías del Barómetro y del Reloj. En su parte más baja, a dos pasos de la calle Drouot, ábrese la puerta falsa del teatro, la entrada nocturna de los artistas. Cada dos días, a eso de la media noche, una oleada de trescientas o cuatrocientas personas pasa tumultuosa ante los ojos vivarachos del digno papá Monge, conserje de este paraíso. Maquinistas, comparsas, figurantas, coristas, bailarines y bailarinas, tenores y sopranos, autores, compositores, administradores y abonados salen juntos a la calle en confuso torbellino. Los unos bajan hacia la calle Drouot, los otros suben la escalera que conduce, por una galería descubierta, a la calle Lepeletier. A mitad del pasaje descubierto, al extremo de la galería del Barómetro, Alfredo L'Ambert esperaba fumando un cigarrillo. Diez pasos más allá, un hombrecillo redondo, con un fez escarlata, aspiraba a intervalos iguales el humo de un cigarrillo de tabaco turco, del grueso de un dedo. Alrededor de ellos, más de veinte pisaverdes, unos paseando nerviosos, otros, con más calma, a pie firme, esperaban igualmente cada uno por su lado. Y los cantantes atravesaban tarareando, y las sílfides, arrastrando un poco el pie, pasaban cojeando, y, de minuto en minuto, una sombra femenina, negra, parda o marrón, deslizábase entre los escasos mecheros de gas, desconocida para todos, excepto para los ojos del amor. Las parejas se reconocen, se abordan y se marchan sin despedirse de los otros. Pero, ¿qué ocurre? he aquí un ruido extraño y un tumulto inusitado. Dos sombras han pasado veloces, dos hombres han corrido, dos fuegos de cigarro se han aproximado uno a otro; se han oído dos voces exaltadas y el estruendo de una rápida querella. Los paseantes se han amontonado en un punto; mas no han encontrado a nadie. Maese Alfredo L'Ambert se dirige, completamente solo, hacia su carruaje, que le aguarda en el bulevar; y a la luz de un farol lee, encogiéndose de hombros, esta tarjeta de visita, salpicada de sangre: AYVAZ-BEY SECRETARIO DE LA EMBAJADA OTOMANA _Calle de Granelle Saint-Germain, 100._ Escuchad lo que iba diciendo entre dientes el atildado notario de la calle de Verneuil: --¡Maldita aventura! ¡Que me lleve el diablo si sospechaba siquiera que le hubiese dado derechos a este animal de turco!... porque, ¡vaya si lo es!... Pero, ¿por qué no me habré puesto las gafas?... Parece que le he pegado un puñetazo en la nariz... Sí, sin duda: su tarjeta está manchada de sangre, y mi mano lo está también. Heme aquí frente a un turco por una imperdonable torpeza; porque yo no tengo motivos para querer mal a ese pobre muchacho... La chica, por otra parte, me es del todo indiferente... ¡Que se la quede en buen hora! ¡Degollarse dos personas decentes por la señorita Victorina Tompain!... El maldito puñetazo es lo que no tiene arreglo... Esto decía entre dientes, entre sus treinta y dos dientes más blancos y afilados que los de un lobo. Ordenó a su cochero que se retirase a casa, y se dirigió, a paso lento, hacia el círculo de los Caminos de Hierro. Allí encontró dos amigos y les refirió su aventura. El anciano marqués de Villemaurin, antiguo capitán de la Guardia Real, y el joven Enrique Steimbourg, agente de cambio, juzgaron unánimemente que el puñetazo lo echaba a perder todo.

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”LA NARIZ DE UN NOTARIO”  EDMUNDO ABOUT "Die Nase eines Notars" EDMUNDO ABOUT "THE NOSE OF A NOTARY" EDMUNDO ABOUT "LE NEZ D'UN NOTAIRE" EDMUNDO SUR ”НОС НОТАРИУСА” ЭДМУНДО О КОМПАНИИ

TRADUCCIÓN DE CARLOS DE PINEDA, BUENOS AIRES, 1916 TRANSLATION OF CARLOS DE PINEDA, BUENOS AIRES, 1916 TRADUCTION DE CARLOS DE PINEDA, BUENOS AIRES, 1916 ПЕРЕВОД КАРЛОСА ДЕ ПИНЕДА, БУЭНОС-АЙРЕС, 1916 Г.

EL ORIENTE Y EL OCCIDENTE SE ACOMETEN: LA SANGRE CORRE YA DIE OSTEN UND WESTEN UNTERKUNFT: DAS BLUT LÄUFT JETZT THE EAST AND THE WEST ACCOMMODATE: THE BLOOD RUNS NOW L'EST ET L'HÉBERGEMENT OCCIDENTAL: LE SANG FONCTIONNE MAINTENANT АТАКА ВОСТОКА И ЗАПАДА: БЬЕТ КРОВЬ Maese Alfredo L’Ambert, antes de recibir el golpe fatal que le obligó a cambiar de narices, era, sin duda alguna, el notario más notable de Francia. Bevor Meister Alfredo L'Ambert den tödlichen Schlag erhielt, der ihn zwang, sein Gesicht zu ändern, war er zweifellos der bemerkenswerteste Notar in Frankreich. Master Alfredo L'Ambert, before receiving the fatal blow that forced him to change his face, was, without a doubt, the most notable notary in France. Maître Alfredo L'Ambert, avant de recevoir le coup fatal qui le forçait à changer de visage, était sans doute le notaire le plus notoire de France. Мастер Альфредо Л'Амбер до того, как получил смертельный удар, заставивший его изменить лицо, был, без сомнения, самым знатным нотариусом во Франции.

En la época aquella contaba treinta y dos años; era de elevada estatura, y poseía unos ojos grandes y rasgados, una frente despejada y olímpica, y su barba y sus cabellos eran de un rubio admirable. Zu dieser Zeit war es zweiunddreißig Jahre alt; Er war groß und hatte große, schräge Augen, eine klare, olympische Stirn, und sein Bart und sein Haar waren ein bewundernswertes Blond. At that time he was thirty-two years old; He was tall, and had large, slanted eyes, a clear, Olympic forehead, and his beard and hair were an admirable blonde. Il avait alors trente-deux ans; Il était grand et avait de grands yeux bridés, un front olympique clair, et sa barbe et ses cheveux étaient une admirable blonde. В то время ему было тридцать два года; Он был высокого роста, с большими раскосыми глазами, четким олимпийским лбом, а борода и волосы были восхитительно белокурыми. Su nariz (la parte más prominente de su cuerpo), se retorcía majestuosa en forma de pico de águila. Seine Nase (der prominenteste Teil seines Körpers) war majestätisch in der Form eines Adlerschnabels. His nose (the most prominent part of his body), twisted majestically in the form of an eagle's beak. Son nez (la partie la plus saillante de son corps), tordu majestueusement sous la forme d'un bec d'aigle. Его нос (самая выдающаяся часть его тела), величественно изогнутый в форме орлиного клюва. Aunque alguno no me crea, su nítida corbata blanca le sentaba a maravilla. على الرغم من أن البعض لا يصدقونني ، إلا أن رباطه الأبيض الهش يجلس بشكل رائع. Although some do not believe me, his crisp white tie sat wonderfully. Bien que certains ne me croient pas, sa cravate blanche craquante était merveilleusement assise. Хотя некоторые могут мне не поверить, его аккуратный белый галстук прекрасно смотрелся на нем. ¿Era debido esto a que la usaba desde su más tierna infancia, o porque se surtía de ellas en alguna tienda afamada? هل كان هذا لأنه استخدمها منذ طفولته الأولى ، أم لأنه كان مخزناً في متجر شهير؟ War dies, weil er es von früher Kindheit an benutzte oder weil es in einem berühmten Laden lagerte? Was this because he used it from his earliest childhood, or because it was stocked in some famous store? Était-ce parce qu'il l'avait utilisé dès sa plus tendre enfance, ou parce qu'il était stocké dans un magasin célèbre? Было ли это связано с тем, что он пользовался ими с самого раннего детства, или потому, что хранил их в каком-то известном магазине? Yo opino que eran ambas razones a un tiempo. أعتقد أن كلاهما كانا سببين في نفس الوقت. I think they were both reasons at the same time. Je pense qu'ils étaient les deux raisons en même temps. Я думаю, что это были обе причины одновременно. Una cosa es atarse en torno del cuello un pañuelo de bolsillo blanco, hecho una torcida, y otra muy distinta formar, con arte y perfección, un espléndido nudo de inmaculada batista, cuyas puntas iguales, almidonadas sin exceso, se dirigen simétricamente a derecha e izquierda. إنه لشيء واحد أن يربط حول العنق منديل جيب أبيض ، مقلّصاً ، وآخر تماماً لتشكيله ، مع الفن والكمال ، عقدة رائعة من المقطر الطاهر ، الذي يتم توجيهه بنصيب متساوٍ ، منشى بلا فائض ، متناظر إلى اليمين. غادر. Es ist eine Sache, ein weißes Taschentuch um den Hals zu binden, ein krumm gemachtes, und ein ganz anderes, um mit Kunst und Perfektion einen prächtigen Knoten makellosen Cambrics zu bilden, dessen gleiche Spitzen ohne Überstand symmetrisch nach rechts und nach rechts gerichtet sind links It is one thing to tie around the neck a white pocket handkerchief, made a crooked one, and quite another to form, with art and perfection, a splendid knot of immaculate cambric, whose equal tips, starched without excess, are directed symmetrically to the right. left. C'est une chose d'attacher autour du cou un mouchoir de poche blanc, crochu, et un autre de former, avec art et perfection, un magnifique nœud de batiste immaculée, dont les pointes égales, amidonnées sans excès, sont dirigées symétriquement vers la droite. gauche. Одно дело криво повязать на шее белый носовой платок, и совсем другое — с искусством и совершенством составить великолепный узел безупречного батиста, равные концы которого, без лишнего накрахмаленного, направлены симметрично вправо и влево. Una corbata blanca elegida con acierto y anudada con esmero no es un adorno sin gracia; todas las mujeres os dirán lo mismo que yo. التعادل الأبيض الذي اختير مع النجاح ورعايته بعناية ليست زينة دون نعمة ؛ كل النساء سيقولون لك نفس الشيء A white tie chosen with success and knotted with care is not an adornment without grace; All women will tell you the same as me. Une cravate blanche choisie avec succès et nouée avec soin n'est pas un ornement sans grâce; Toutes les femmes vous diront la même chose que moi. Хорошо подобранный и тщательно завязанный белый галстук не является некрасивым украшением; все женщины скажут вам то же самое, что и я. Pero no basta anudársela con maestría y con primor; es preciso, además, saberla llevar; esto es cuestión de práctica. ولكن لا يكفي ربطها بالسيادة والتميز ؛ من الضروري أيضًا معرفة كيفية حملها ؛ هذه مسألة ممارسة. But it is not enough to tie it with mastery and with excellence; it is also necessary to know how to carry it; this is a matter of practice. Mais il ne suffit pas de le lier avec maîtrise et avec excellence; il faut aussi savoir le porter; c'est une question de pratique. Но недостаточно связать его с мастерством и заботой; также необходимо знать, как его носить; это вопрос практики. ¿Por qué parecen los obreros tan torpes y desmañados el día que se casan? لماذا يبدو العمال خرقاء جدا وخرقاء في اليوم الذي يتزوجون فيه؟ Why do the workers seem so clumsy and clumsy the day they get married? Почему рабочие выглядят такими неуклюжими и неуклюжими в день свадьбы? Porque suelen colocarse para el acto de la boda una corbata blanca sin previa preparación. Because they usually wear a white tie without prior preparation for the wedding ceremony. Потому что на свадебную церемонию обычно надевают белый галстук без предварительной подготовки. Se acostumbra uno en seguida a llevar los más exorbitantes tocados: una corona por ejemplo. Es ist üblich, die exorbitantesten Kopfbedeckungen auf einmal zu tragen, beispielsweise eine Krone. It is customary one at once to wear the most exorbitant headdresses: a crown for example. К самым роскошным головным уборам быстро привыкаешь, например, к короне. El soldado Bonaparte recogió una que el rey de Francia había dejado caer en la plaza de Luis XV: colocósela él mismo, sin que nadie le hubiese dado lecciones, y Europa declaró que aquel tocado no le sentaba muy mal. The soldier Bonaparte picked up one that the King of France had dropped in the square of Louis XV: he placed it himself, without anyone having given him lessons, and Europe declared that the headdress did not sit too badly. Солдат Бонапарт подобрал тот, который король Франции уронил на площади Людовика XV: он надел его на себя, никому не давая ему уроков, и Европа заявила, что этот головной убор ему очень не идет. Animado por el éxito, no tardó en introducir la moda de las coronas en el círculo de su familia y de sus íntimos. Durch den Erfolg ermutigt, führte er bald die Mode für Kronen bei seiner Familie und Vertrauten ein. Encouraged by the success, it did not take long to introduce the fashion of the crowns in the circle of his family and his intimates. Воодушевленный своим успехом, он вскоре ввел моду на короны в своем семейном кругу и среди своих близких. Todos los que le rodeaban se la encasquetaron, o así lo pretendieron por lo menos. Everyone around him put it on, or at least they pretended it was. Его надевали все вокруг, по крайней мере, так они утверждали. Pero este hombre extraordinario no pasó nunca de ser un porta-corbatas mediocre. Aber dieser außergewöhnliche Mann war nie ein mittelmäßiges Porträt. But this extraordinary man never went from being a mediocre porta-ties. El vizconde de C***, autor de varios poemas en prosa, había estudiado bien la diplomacia, o sea el arte de ponerse la corbata con fruto. The Vicomte de C ***, author of several prose poems, had studied diplomacy well, that is, the art of putting on a tie with fruit. Asistió, en 1815, a la revista de nuestro último ejército, algunos días antes de la campaña de Waterloo; y, ¿sabéis lo que más llamó su atención en aquella fiesta heroica en que se desbordó el entusiasmo desesperado de un gran pueblo? He attended, in 1815, the magazine of our last army, a few days before the Waterloo campaign; and, do you know what caught his attention the most in that heroic party in which the desperate enthusiasm of a great people overflowed? Que la corbata de Napoleón no estaba bien anudada. Die Krawatte Napoleons war nicht gut geknotet. That Napoleon's tie was not well knotted. Pocos hombres, en este terreno pacífico, hubiera podido medirse con maese Alfredo L’Ambert. Few men, in this peaceful terrain, could have measured himself with Master Alfredo L'Ambert. Se firmaba L’Ambert, y no Lambert, en virtud de un acuerdo del Consejo de Estado. L'Ambert was signed, and not Lambert, by virtue of an agreement of the Council of State. El señorito L’Ambert, sucesor de su padre, ejercía de notario por derecho de herencia. Senorito L'Ambert, his father's successor, served as a notary by right of inheritance. Hacía más de dos siglos que esta ilustre familia se transmitía, de varón en varón, el estudio de la calle de Verneuil con la más elevada clientela del faubourg Saint-Germain. For more than two centuries, this illustrious family was transmitting, from male to male, the study of the street of Verneuil with the highest clientele of the Faubourg Saint-Germain. El cargo no había sido cotizado, toda vez que jamás había salido de la familia; pero, a juzgar por los beneficios de los cinco últimos años, no era posible evaluarlo en menos de trescientos mil escudos. The position had not been quoted, since it had never left the family; but, judging by the profits of the last five years, it was not possible to evaluate it at less than three hundred thousand escudos. Es decir, que producía un promedio anual de unas noventa mil libras. That is, it produced an annual average of about ninety thousand pounds. Desde hacía más de dos siglos todos los primogénitos de la familia habían sabido llevar la corbata blanca con tanta desenvoltura como llevan los cuervos sus mejores plumas negras, los borrachos su amoratada nariz, o los poetas sus raídas vestimentas. For more than two centuries, all the first-born of the family had known how to wear the white tie with as much ease as crows wear their best black feathers, drunks wear their purple nose, or poets wear their shabby clothes. Heredero legítimo de un nombre y de una fortuna, el joven Alfredo había mamado en los pechos de su madre la elegancia y distinción, al par que los buenos principios. The legitimate heir of a name and a fortune, young Alfredo had sucked elegance and distinction into his mother's breasts, as well as good principles. Despreciaba tanto como se merecen las innovaciones políticas introducidas en Francia a partir de la catástrofe de 1879. He despised as much as he deserved the political innovations introduced in France since the catastrophe of 1879. A su juicio, la nación francesa componíase de tres clases: el clero, la nobleza y el estado llano. In his opinion, the French nation was made up of three classes: the clergy, the nobility and the plain state. Opinión respetable y compartida hoy aún por un reducido número de senadores. Respectable opinion and shared today even by a small number of senators. Se colocaba modestamente a sí mismo en uno de los primeros puestos del estado llano, no sin sustentar ciertas pretensiones secretas de formar con la nobleza. He modestly placed himself in one of the first positions of the common state, not without sustaining certain secret pretensions to train with the nobility. Sentía un profundo desprecio hacia el grueso de la nación francesa, ese hacinamiento de obreros y campesinos que recibe el nombre de pueblo, o de vil plebe. I felt a deep contempt for the bulk of the French nation, this overcrowding of workers and peasants called the people, or vile plebe. Procuraba rozarse con él todo lo menos posible, por respeto a su amable persona, a quien cuidaba y quería con pasión. He tried to rub against him as little as possible, out of respect for his kind person, whom he cared for and loved with passion. Sano, esbelto y vigoroso como un sollo de río, estaba convencido de que aquella gentuza era una especie de morralla creada por la Providencia expresamente para nutrir a los señores sollos. Healthy, slender and vigorous like a river sollo, he was convinced that this rabble was a kind of trash created by Providence expressly to nourish the sollo lords. Hombre, por lo demás, agradable, como todos los egoístas; estimado en el Palacio, en el círculo, en la cámara de notarios, en las conferencias de San Vicente de Paúl y en la sala de armas; buen tirador de punta y de contrapunta; excelente bebedor y amante generoso, mientras tenía el corazón interesado; amigo fiel de los hombres de su rango; acreedor bondadoso, mientras cobraba los intereses de su capital; delicado en sus gustos, atildado en el vestir, limpio como un luis de nuevo cuño, y asiduo concurrente los domingos a los oficios de Santo Tomás de Aquino, y los lunes, miércoles y viernes a la Opera: hubiera sido el más perfecto _gentleman_ de su época, así en lo físico como en lo moral, a no ser por una deplorable miopía que le condenaba a usar gafas. Ein angenehmer Mann, wie alle egoistischen Männer; geschätzt im Palast, im Kreis, in der Notariatskammer, bei den Vorlesungen des heiligen Vinzenz von Paul und in der Waffenkammer; ein guter Schütze, sowohl an der Spitze als auch im Kontrapunkt; ein ausgezeichneter Trinker und ein großzügiger Liebhaber, solange sein Herz in seinem Herzen war; ein treuer Freund für Männer seines Standes; ein gütiger Gläubiger, während er die Zinsen für sein Kapital kassierte; delikat in seinem Geschmack, adrett in seiner Kleidung, sauber wie ein neumodischer Louis, und ein eifriger Besucher sonntags in den Büros von St. Thomas Aquinas und montags, mittwochs und freitags in der Oper: Er wäre der perfekteste _Gentleman_ seiner Zeit gewesen, sowohl körperlich als auch moralisch, wäre da nicht eine beklagenswerte Kurzsichtigkeit gewesen, die ihn dazu verdammte, eine Brille zu tragen. Man, otherwise, nice, like all selfish people; esteemed in the Palace, in the circle, in the chamber of notaries, in the conferences of Saint Vincent de Paul and in the weapons room; good tip and tailstock shooter; excellent drinker and generous lover, while his heart was interested; faithful friend of the men of his rank; kind creditor, while collecting interest on his capital; delicate in his tastes, smart in his dress, clean as a newly minted Louis, and a regular at the services of St. Thomas Aquinas on Sundays, and on Mondays, Wednesdays and Fridays at the Opera: he would have been the most perfect _gentleman_ of his time, both physically and morally, except for a deplorable myopia that condemned him to wear glasses. Приятный человек, как и все эгоисты; уважаемый во дворце, в кругу, в нотариальной палате, на лекциях святого Винсента де Поля и в оружейной палате; меткий стрелок, как в упор, так и в противоход; превосходный пьяница и щедрый любовник, пока его сердце было в сердце; верный друг для людей своего ранга; любезный кредитор, пока он собирал проценты со своего капитала; тонкий во вкусах, щеголеватый в одежде, чистый, как новомодный Людовик, и усердный посетитель по воскресеньям конторы святого Фомы Аквинского, а по понедельникам, средам и пятницам - Оперы: Он был бы самым совершенным джентльменом своего времени, как физически, так и морально, если бы не прискорбная близорукость, обрекавшая его на ношение очков. ¿Será necesario agregar que sus gafas eran de oro y las más finas, ligeras y elegantes que salieron jamás de los talleres del celebre Mateo Luna, del muelle de los Plateros? Is it necessary to add that his glasses were gold and the finest, lightest and elegant that ever came out of the workshops of the famous Mateo Luna, of the Plateros dock? Нужно ли добавлять, что его очки были сделаны из золота и были самыми тонкими, легкими и элегантными из тех, что когда-либо выходили из мастерских знаменитого Матео Луны с пристани Платерос? No las llevaba siempre puestas, colocándoselas tan sólo en su despacho, o en casa de sus clientes, cuando tenía que leer alguna escritura. He did not always wear them, placing them only in his office, or in the house of his clients, when he had to read some writing. Он не всегда носил их, надевая только в офисе или дома у клиентов, когда ему нужно было зачитать договор. No es necesario decir que los lunes, miércoles y viernes, al entrar en el templo de la danza, tenía muy buen cuidado de desenmascarar sus bellos ojos. It is not necessary to say that on Mondays, Wednesdays and Fridays, when entering the dance temple, he was very careful to unmask his beautiful eyes. Стоит ли говорить, что по понедельникам, средам и пятницам, входя в храм танца, он очень тщательно скрывал свои прекрасные глаза. Ningún cristal bicóncavo velaba en semejantes ocasiones, el brillo encantador de sus pupilas. No biconcave glass veiled on such occasions, the enchanting brightness of his pupils. В таких случаях ни одно сине-вороненое стекло не скрывало чарующего блеска ее зрачков. Es muy cierto que no veía gota, y que saludaba a veces a una figuranta tomándola por una estrella; pero marchaba siempre con el aire resuelto de un Alejandro al entrar en Babilonia. It is very true that he saw no drop, and that he sometimes greeted a figurant by taking it for a star; but he always marched with the resolute air of an Alexander on entering Babylon. Правда, он не видел ни капли и иногда приветствовал фигурантку, принимая ее за звезду; но он всегда шел с решимостью Александра, входящего в Вавилон. Por eso las muchachas del cuerpo de baile, que se complacen en poner remoquetes a las personas, lo habían bautizado con el sobrenombre de _Vencedor_. That is why the girls in the corps de ballet, who take pleasure in putting people up to scratches, had baptized him with the nickname _Vencedor_. Поэтому девушки из кордебалета, которые с удовольствием дают людям прозвища, окрестили его _Виктором_. Un turco muy grueso, secretario de la embajada de su país, era conocido entre ellas por el mote de _Tranquilo_; un consejero de Estado se llamaba _Melancólico_; un secretario general del ministerio de***, muy vivo y bullidor, era conocido por _M. A very thick Turk, secretary of the embassy of his country, was known among them by the nickname of "Tranquilo"; a councilor of state was called _Melancólico_; a secretary general of the ministry of ***, very alive and bullidor, was known by _M. Очень толстый турок, секретарь посольства своей страны, был известен среди них под прозвищем _Транкило_; статского советника называли _Меланхоликом_; генерального секретаря министерства*, очень живого и шумного, знали под именем _М. Turlu_, y por eso Elisita Champagne , conocida también por Champagne II, recibió el nombre de _Turlurette_ cuando salió de los corifeos para elevarse al rango de sujeto. Turlu_, und aus diesem Grund Elisita Champagne, auch bekannt als Champagne II, erhielt den Namen _Turlurette_, als sie die Corypheums verließ, um in den Rang eines Untertanen aufzusteigen. Turlu_, and that is why Elisita Champagne, also known as Champagne II, was called _Turlurette_ when she left the Corifeos to rise to the subject range. Турлу_, и поэтому Элисита Шампанская, также известная как Шампанская II, получила имя _Турлюрет_, когда покинула корифейство, чтобы возвыситься до ранга подданной. El párrafo precedente va a dar mucho que pensar a mis lectores de provincias (si es que tengo la suerte de que este relato traspase alguna vez las fortificaciones de París). The preceding paragraph is going to give my provincial readers a lot to think about (if I am fortunate enough that this story ever goes beyond the fortifications of Paris). Oyendo estoy desde aquí las miles de preguntas que dirigen al autor mentalmente. Hearing I am from here the thousands of questions that direct the author mentally. Отсюда я слушаю тысячи вопросов, мысленно обращенных к автору. «¿Qué se entiende por el templo de la danza? «What is meant by the temple of dance? "Что подразумевается под храмом танца? ¿Y por cuerpo de baile? And by dance body? А кордебалет? ¿Y por estrellas de la Opera? А оперные звезды? ¿Y por corifeos? ¿Y por sujetos? And for subjects? А по предметам? ¿Y por figurantas? And by figurants? А фигурки? ¿Qué secretarios generales son esos que se codean con tales gentes, a trueque de que les pongan remoquetes? Welche Generalsekretäre sind diejenigen, die mit solchen Leuten die Ellbogen reiben, im Austausch dafür, dass sie ihnen Ohrfeigen geben? What general secretaries are those who rub elbows with these people, in exchange for them to put them down? Кто из генеральных секретарей общается с такими людьми в обмен на то, что их называют по имени? Y, en fin, ¿por qué extraño azar un hombre de posición y sólidos principios, como el señorito Alfredo L’Ambert, asistía tres veces por semana al templo de la danza?»   ¡Bah, queridos amigos! precisamente porque era un hombre de posición y de sólidos principios. El templo de la danza era, en aquellos tiempos, un amplio salón cuadrado, rodeado de viejas banquetas de terciopelo rojo, en el que se daban cita los hombres más distinguidos de París. A él concurrían no solamente los banqueros, los secretarios generales y los consejeros de Estado, sino hasta duques y príncipes, diputados y prefectos, y los senadores más partidarios del poder temporal del Papa; sólo faltaban los prelados. He was attended not only by bankers, general secretaries and councilors of state, but even dukes and princes, deputies and prefects, and senators most in favor of the temporal power of the Pope; Only the prelates were missing. Veíanse en él ministros casados, y hasta los más casados de todos los ministros. Verheiratete Geistliche waren darin zu sehen, und sogar die verheiratetesten aller Geistlichen. They saw in him ministers married, and even the most married of all the ministers. Al decir que se veían no quiero significar que los he visto yo mismo; desde luego comprenderéis que los pobres periodistas no entraban en aquel lugar como en el molino. Wenn ich sage, dass sie gesehen wurden, meine ich nicht, dass ich sie selbst gesehen habe; Sie werden natürlich verstehen, dass die armen Journalisten diesen Ort nicht wie in der Mühle betreten haben. By saying that they saw each other, I do not mean that I have seen them myself; Of course you will understand that the poor journalists did not enter that place as in the mill. Un ministro tenía en sus manos las llaves de aquel salón de las Hespéridos, y nadie podía penetrar en él sin la venia de Su Excelencia. ¡Por eso tenían que ver las rivalidades, los celos y las intrigas! ¡Cuántos gabinetes han sido derribados bajo los más diversos pretextos, pero, en el fondo, porque todos los hombres de Estado tenían la pretensión de reinar en el templo de la danza! ¡No os imaginéis, sin embargo, que todos estos personajes acudían a aquel lugar atraídos por el cebo de los placeres ilícitos! Stellen Sie sich jedoch nicht vor, dass alle diese Charaktere an diesen Ort kamen, angezogen von den Ködern unerlaubter Freuden! Su intención se limitaba a fomentar un arte eminentemente aristocrático y político. His intention was limited to promoting an eminently aristocratic and political art. El transcurso de los años es posible que haya hecho cambiar todo esto, porque las aventuras del señorito L’Ambert no datan de la semana pasada. The course of the years may have changed all this, because the adventures of Mr. L'Ambert do not date from last week. Возможно, с течением времени все изменилось, ведь приключения мастера Л'Амбера начались не на прошлой неделе. No quiere decir esto, sin embargo, que se remonten a ninguna época antidiluviana; pero razones de alta conveniencia impídenme precisar la fecha exacta en que este funcionario ministerial cambió su nariz aguileña por una nariz recta. Однако это не значит, что они относятся к антидилувианской эпохе, но соображения высокой целесообразности не позволяют мне указать точную дату, когда этот министерский чиновник сменил свой аквилинный нос на прямой. Por eso he dicho _en aquellos tiempos_, hablando de una manera vaga como los fabulistas. That's why I said _in those times_, speaking in a vague way like the fabulists. Contentaos con saber que la acción tiene lugar en cierta época de los anales del mundo, comprendida entre el incendio de Troya por los griegos y el del palacio de estío, de Pekín, por el ejército inglés: dos memorables etapas de la civilización europea. Es genügt zu wissen, dass die Handlung in einer bestimmten Epoche der Weltgeschichte spielt, zwischen dem Brand von Troja durch die Griechen und dem Brand des Sommerpalastes in Peking durch die englische Armee: zwei denkwürdige Etappen der europäischen Zivilisation. Довольно знать, что действие происходит в определенную эпоху в летописи мира, между сожжением Трои греками и поджогом Летнего дворца в Пекине английской армией: два памятных этапа европейской цивилизации. Un contemporáneo y cliente del señorito L’Ambert, el marqués de Ombremule, decía en el Café Inglés cierta noche:   --Lo que nos distingue del común de los hombres es el fanatismo que sentimos por el baile. A contemporary and client of Senorito L'Ambert, the Marquis of Ombremule, said in the Café Inglés one night: --What distinguishes us from the common man is the fanaticism we feel for dance. Современник и клиент месье Л'Амбера, маркиз д'Омбремюль, сказал однажды вечером в Café Anglais: "Что отличает нас от простолюдинов, так это фанатизм к танцам. La canalla se desvive por la música. Негодяи преданы музыке. Se cansa de aplaudir cuando escucha las óperas de Rossini, de Donizetti y de Auber: diríase que un millón de notas, revueltas en sabrosa ensalada, tiene un no sé qué que halaga los oídos de esas gentes. He gets tired of applauding when he listens to the operas of Rossini, Donizetti and Auber: one might say that a million notes, jumbled in a tasty salad, have a something that flatters the ears of those people. Он не устает аплодировать, когда слушает оперы Россини, Доницетти и Обера: в миллионах нот, брошенных вместе в аппетитный салат, есть что-то такое, что радует слух этих людей. Llevan su ridiculez hasta el extremo de cantar ellos mismos, con sus roncas y estridentes voces, y la policía les permite que se reúnan en ciertos anfiteatros para destrozar algunas arias. They carry their ridiculousness to the point of singing themselves, with their raucous and shrill voices, and the police allow them to gather in certain amphitheatres to destroy some arias. Они доводят свою нелепость до того, что поют сами, своими хриплыми, пронзительными голосами, и полиция разрешает им собираться в определенных амфитеатрах, чтобы исполнить несколько арий. ¡Buen provecho les haga! Bon appetit them! Приятного аппетита! En cuanto a mí, jamás me detengo a escuchar una ópera; me contento con mirarla; voy a ver la parte plástica, que es la única que me divierte, y me marcho después. Что касается меня, то я никогда не останавливаюсь, чтобы послушать оперу; мне достаточно просто посмотреть ее; я иду посмотреть пластическую часть, которая является единственной частью, которая меня развлекает, а затем я ухожу. Mi respetable abuela me ha contado que todas las damas encopetadas de su tiempo sólo iban a la Opera atraídas por el baile, y no regateaban sus aplausos a los bailadores. Nosotros, a nuestra vez, protegemos a las bailarinas: ¡maldito él que piense mal! We, in turn, protect the dancers: damn him who thinks badly! La duquesita de Biétry, joven, linda y olvidada, tuvo la debilidad de reprochar a su esposo los hábitos que había aprendido en la Opera:   --¿No os da vergüenza de abandonarme en un palco, con todos vuestros amigos, para correr no sé adónde? The Duchess of Bietry, young, pretty and forgotten, had the weakness of reproaching her husband for the habits he had learned at the Opera: `` Aren't you ashamed of abandoning me in a box, with all your friends, to run I don't know? where? --Señora--respondiole él,--cuando se tienen fundadas esperanzas de lograr una embajada, ¿no es lo más natural que estudiemos la política? --Convenido; pero creo que habrá en París mejores escuelas para ello. --Agreed; but I think there will be better schools for it in Paris. --Ninguna. Aprended, querida mía, que la danza y la política son hermanas gemelas. Learn, my dear, that dance and politics are twin sisters. El tratar de agradar constantemente, el cortejar al público, y tener siempre el ojo fijo sobre el director de orquesta, y refrenar su propio semblante, y cambiar a cada instante de traje y de color, y saltar de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, y volverse con rapidez, y caer nuevamente de pie, y sonreír, en fin, con los ojos llenos de lágrimas, ¿no es, acaso, dicho en pocas palabras, el programa del baile y la política? Ständig bemüht, zu gefallen, dem Publikum den Hof zu machen, den Dirigenten immer im Auge zu behalten, seine eigene Miene zurückzuhalten und jeden Moment Kostüm und Farbe zu wechseln und von links nach rechts und rechts nach rechts zu springen. und wieder auf die Füße fallen und schließlich mit tränenreichen Augen lächeln, ist das nicht, kurz gesagt, das Programm von Tanz und Politik? La duquesa sonrió, perdonó y se echó un amante. Die Herzogin lächelte, vergab und nahm sich einen Liebhaber. The Duchess smiled, forgave and a lover fell. Los grandes señores, como el duque de Biétry, los hombres de Estado como el barón de F..., los grandes millonarios como el diminuto señor St..., y los simples notarios como el héroe de esta historia, codeábanse en el templo de la danza y entre los bastidores del teatro. Ante la sencillez e ignorancia de estas ochenta ingenuas que componen el cuerpo de baile, son iguales todos ellos. Faced with the simplicity and ignorance of these eighty naive women who make up the dance corps, they are all the same. Se les conoce con el nombre de abonados, se les sonríe gratuitamente, se cuchichea con ellos en los rincones, se aceptan sus confites, y hasta sus diamantes, como galanterías sin consecuencias y que a nada comprometen a las que los reciben. Sie sind unter dem Namen Abonnenten bekannt, sie werden frei gelächelt, in den Ecken mit ihnen geflüstert, ihre Bonbons und sogar ihre Diamanten werden als folgenlose Galanterie akzeptiert und kompromittieren nicht die Empfänger. They are known by the name of subscribers, one smiles at them for free, one whispers with them in the corners, their candies, and even their diamonds, are accepted as gallantry without consequences and that do not compromise those who receive them. La gente se imagina sin razón que es la Opera un mercado de placeres y una escuela de libertinaje. Man stellt sich ohne Grund vor, die Oper sei ein Markt für Vergnügungen und eine Schule der Ausschweifungen. Nada de eso: se encuentran allí virtudes en mayor número que en ningún otro teatro de París. Nichts davon: Tugenden sind dort in größerer Zahl zu finden als in jedem anderen Theater in Paris. ¿Por qué? porque la virtud es allí más apreciada que en ninguna otra parte. ¿No es cosa interesante el estudiar de cerca este pequeño pueblo de jóvenes, casi todas ellas de humildísima procedencia, y a quienes el talento o la belleza pueden elevar en un momento a las más encumbradas esferas del arte? Muchachitas de catorce a diez y seis años de edad, la mayor parte de ellas alimentadas con pan seco y con manzanas verdes en una buhardilla de obreros o en la garita de un portero, vienen al teatro con vestidos de tartán y con zapatos viejos, y su primer cuidado es correr a mudarse de traje, sin que nadie pueda notarlo. Mädchen im Alter von vierzehn bis sechzehn Jahren, die meisten von ihnen auf einem Arbeiterdachboden oder in einer Pförtnerbude mit trockenem Brot und grünen Äpfeln gefüttert, kommen in Schottenkleidern und alten Schuhen ins Theater, und seine erste Sorge ist es, seinen Anzug zu wechseln , ohne dass es jemand mitbekommt. Girls from fourteen to sixteen years old, most of them fed dry bread and green apples in a garret of workers or in the porter's office, come to the theater dressed in tartan and old shoes, and his first care is to run to change his suit, without anyone noticing. Un cuarto de hora después, bajan al templo de la danza esplendorosas, radiantes, cubiertas de seda, de gasas y de flores, todo a costa del Estado, y más brillantes que los ángeles, las hadas y las huríes de nuestros sueños. Eine Viertelstunde später steigt prunkvoll, strahlend, mit Seide, Gaze und Blumen bedeckt, zum Tanztempel hinab, alles auf Kosten des Staates und heller als die Engel, Feen und Huris unserer Träume. A quarter of an hour later, splendorous, radiant, covered in silk, gauze and flowers descend to the temple of dance, all at the expense of the State, and brighter than the angels, fairies and houris of our dreams. Los ministros y los príncipes les besan las manos y se manchan sus irreprochables trajes negros con el albayalde que ellas llevan en los brazos. Se recitan a sus oídos madrigales nuevos y viejos que sólo a veces comprenden. Algunas suelen tener talento natural y da gusto hablar con ellas. Manche sind oft von Natur aus talentiert und es macht Spaß, mit ihnen zu reden. Estas no duran allí mucho tiempo. Diese halten dort nicht lange. Un campanillazo indiscreto llama a las hadas al teatro; la muchedumbre de abonados las acompaña la entrada del escenario, las retiene y entretiene detrás de los bastidores móviles. An indiscreet ringing calls the fairies to the theater; the crowd of subscribers escorts them to the stage entrance, holds them back and entertains them behind the moving racks. Hay virtuoso de estos que desafía la caída las decoraciones, las manchas de petróleo los quinqués y los más diversos miasmas por el placer de oír murmurar a una vocecita ronca estas encantadoras palabras:   --¡Demonio! There is a virtuoso of these who defies the fall, the decorations, the oil stains, the lamps and the most diverse miasmas for the pleasure of hearing a hoarse voice murmur these charming words: - Demon! ¿Cómo me duelen los pies! Levántase el telón y las ochenta reinas efímeras mariposean gozosas bajo las ardientes miradas de un público entusiasmado. Cada una de ellas ve, o cree adivinar, dos, tres, diez adoradores más o menos conocidos. Jeder von ihnen sieht oder denkt zu erraten, zwei, drei, zehn mehr oder weniger bekannte Anbeter. Each one of them sees, or thinks to guess, two, three, ten more or less known worshipers. ¡Cuánto disfrutan mientras permanece levantado el telón! Wie sehr genießen sie es, wenn der Vorhang hochgezogen bleibt! How much they enjoy while the curtain remains raised! Se consideran hermosas, están ataviadas ricamente, ven todos los gemelos fijos en sus personas, sienten la admiración que producen y no tienen que temer los silbidos ni la crítica. They consider themselves beautiful, they are richly attired, they see all the twins fixed on their persons, they feel the admiration they produce and they do not have to fear the whistling or criticism. Por fin suenan las doce de la noche y cambia la decoración como en los cuentos de hadas. At last twelve o'clock at night rings and the decoration changes as in fairy tales. La Cenicienta sube con su hermana mayor, o con su madre, hacia las económicas cumbres de Batignolles o de Montmartre . ¡La pobre cojea un poquito! The poor girl limps a little! El lodo inmundo salpica sus medias grises. The filthy mud splashes its gray stockings. La excelente madre de familia que ha cifrado sus esperanzas todas en esta querida hija, no cesa, durante el camino, de inculcarle sabias máximas de moderación y moral. --Marcha siempre derecha por el camino de la vida, hija mía--le dice,--¡cuidado con tropezar! - Always walk right on the path of life, my daughter - he says, - beware of stumbling! Mas si el implacable destino te tiene deparada esa desgracia, ¡cuida mucho de caer sobre un lecho de rosas! But if the implacable destiny has that misfortune in store for you, be careful not to fall on a bed of roses! No siempre son escuchados estos prudentes consejos. Diese umsichtigen Ratschläge werden nicht immer gehört. These prudent advice are not always listened to. A veces el corazón puede más que la cabeza, y se han visto bailarinas casadas con bailadores. Manchmal kann das Herz den Kopf schlagen, und man hat Tänzer gesehen, die mit Tänzern verheiratet sind. Sometimes the heart is more than the head, and dancers married to dancers have been seen. Se dan casos de jóvenes, bellas como la Venus de Anadyomene, renunciar a cien mil francos en joyas por unirse ante el altar con un empleado de dos mil. There are cases of young people, beautiful as the Venus of Anadyomene, giving up one hundred thousand francs in jewelry for joining the altar with an employee of two thousand. Otras abandonan a la suerte el cuidado de su porvenir y labran la desesperación de sus familias. Others abandon the care of their future to chance and carve out the despair of their families. Unas esperan a que llegue el 10 de abril para disponer de su corazón, porque se han jurado a sí mismas a ser juiciosas hasta los diez y siete años. Einige warten bis zum 10. April, um über ihr Herz zu verfügen, weil sie sich geschworen haben, vernünftig zu sein, bis sie siebzehn Jahre alt sind. Some wait until April 10 to have their hearts, because they have sworn to themselves to be judicious until they are seventeen. Otras encuentran un protector de su gusto y no se atreven a confesárselo: temen la venganza de un consejero refrendario que ha jurado matarla, y suicidarse en seguida, si ama a otro que no sea él. Andere finden einen Beschützer, der ihnen gefällt, und wagen nicht, es ihm zu gestehen: Sie fürchten die Rache eines Beraters, der geschworen hat, sie zu töten, und begehen sofort Selbstmord, wenn sie einen anderen als ihn liebt. Others find a protector of their taste and do not dare to confess it: they fear the revenge of a counselling counselor who has sworn to kill her, and commit suicide immediately, if he loves someone other than himself. Claro que lo ha dicho en broma, como podréis comprender; pero en este mundo especial se toman las palabras en serio. ¡Qué supina ignorancia y sencillez es la de estas muchachas! Welche hinterhältige Ignoranz und Einfachheit ist das dieser Mädchen! Hay quien ha oído disputar a dos jóvenes de diez y seis años sobre la nobleza de su origen y la categoría social de sus respectivas familias. --¡Miren la impertinente!--decía la mayor de ellas;--¡los aretes de su madre son de plata y los de mi padre de oro! `` Sieh dir den unverschämten an! `` sagte die Älteste; `` die Ohrringe ihrer Mutter sind aus Silber und die meines Vaters sind aus Gold! Maese Alfredo L’Ambert, después de haber andado mariposeando mucho tiempo de la morena a la rubia, había acabado por prendarse de una linda trigueña de ojos azules. La señorita Victorina Tompam era honesta, como se es generalmente en la Opera, hasta que se deja de serlo. Miss Victorina Tompam war ehrlich, wie es in der Oper üblich ist, bis sie es nicht mehr ist. Miss Victorina Tompam was honest, as is usually the Opera, until it ceases to be. Excelentemente educada, por otra parte, era incapaz de adoptar una resolución extrema sin antes consultar a sus padres. De unos seis meses acá, se veía constantemente asediada muy de cerca por el apuesto notario y por Ayvaz-Bey, el corpulento turco de veinticinco años de edad, a quien hemos dicho que designaban con el remoquete de _Tranquilo_. Ambos le habían espetado muy razonados discursos, en los que su porvenir jugaba papel importante. Both had given him very reasoned speeches, in which his future played an important role. La respetable señora Tompain había logrado, sin embargo, que su hija se conservase en un justo medio, esperando que uno de los rivales se decidiese a plantear el asunto en forma de negocio. El turco era un buen muchacho, honrado, decente y tímido. Esto no obstante, habló al fin, y fue escuchado. Todo el mundo tuvo noticia en seguida de este pequeño contecimiento, excepto el señorito L’Ambert, que había marchado al Poitou , con objeto de asistir al entierro de un tío suyo. Everyone was immediately aware of this little happiness, except Monsieur L'Ambert, who had gone to Poitou in order to attend the funeral of an uncle of his. Cuando volvió a la Opera, la señorita Victorina Tompain poseía un brazalete de brillantes, unas dormilonas de brillantes, y un corazón también de brillantes, pendiente de su cuello a manera de araña de salón. When she returned to the Opera, Miss Victorina Tompain had a bracelet of diamonds, a sleeper of diamonds, and a heart also of diamonds, hanging from her neck like a living room chandelier. Ya hemos dicho al principio que el notario era miope; así es que no pudo ver nada de lo que debía haber notado en seguida, ni aun siquiera las sonrisas picarescas con que fue acogido a su entrada. Anduvo dando vueltas de un lado para otro, charlando sin cesar alegremente, y deslumbrando a todo el mundo, como siempre, con su proverbial elegancia, esperando con impaciencia la terminación del baile y la salida de las jóvenes. Habíanse cumplido sus cálculos: el porvenir de la señorita Victorina se hallaba asegurado, gracias a su excelente tío de Poitiers, que había tenido la inmejorable idea de morirse en el momento más oportuno. Lo que se conoce en París con el nombre de pasaje de la Opera es una red de galerías más o menos estrechas, más o menos alumbradas, de muy diversos niveles, que unen el bulevar, y las calles Lepeletier, Drouot y Rossini. Un largo corredor, descubierto en su mayor parte, se extiende, desde la calle Drouot a la calle Lepeletier, normalmente a las galerías del Barómetro y del Reloj. En su parte más baja, a dos pasos de la calle Drouot, ábrese la puerta falsa del teatro, la entrada nocturna de los artistas. Cada dos días, a eso de la media noche, una oleada de trescientas o cuatrocientas personas pasa tumultuosa ante los ojos vivarachos del digno papá Monge, conserje de este paraíso. Maquinistas, comparsas, figurantas, coristas, bailarines y bailarinas, tenores y sopranos, autores, compositores, administradores y abonados salen juntos a la calle en confuso torbellino. Los unos bajan hacia la calle Drouot, los otros suben la escalera que conduce, por una galería descubierta, a la calle Lepeletier. A mitad del pasaje descubierto, al extremo de la galería del Barómetro, Alfredo L’Ambert esperaba fumando un cigarrillo. Diez pasos más allá, un hombrecillo redondo, con un fez escarlata, aspiraba a intervalos iguales el humo de un cigarrillo de tabaco turco, del grueso de un dedo. Alrededor de ellos, más de veinte pisaverdes, unos paseando nerviosos, otros, con más calma, a pie firme, esperaban igualmente cada uno por su lado. Around them, more than twenty green footsteps, some walking nervously, others, more calmly, on firm footing, each one equally waiting by his side. Y los cantantes atravesaban tarareando, y las sílfides, arrastrando un poco el pie, pasaban cojeando, y, de minuto en minuto, una sombra femenina, negra, parda o marrón, deslizábase entre los escasos mecheros de gas, desconocida para todos, excepto para los ojos del amor. Und die Sänger summten, und die Sylphen humpelten, ein wenig schleppend, vorbei, und von Minute zu Minute schlüpfte ein weiblicher Schatten, schwarz, braun oder braun, zwischen die wenigen Gasfeuerzeuge, die allen unbekannt waren die Augen der Liebe. Las parejas se reconocen, se abordan y se marchan sin despedirse de los otros. Pero, ¿qué ocurre? But what happens? he aquí un ruido extraño y un tumulto inusitado. Dos sombras han pasado veloces, dos hombres han corrido, dos fuegos de cigarro se han aproximado uno a otro; se han oído dos voces exaltadas y el estruendo de una rápida querella. Los paseantes se han amontonado en un punto; mas no han encontrado a nadie. Maese Alfredo L’Ambert se dirige, completamente solo, hacia su carruaje, que le aguarda en el bulevar; y a la luz de un farol lee, encogiéndose de hombros, esta tarjeta de visita, salpicada de sangre:     AYVAZ-BEY   SECRETARIO DE LA EMBAJADA OTOMANA   _Calle de Granelle Saint-Germain, 100._     Escuchad lo que iba diciendo entre dientes el atildado notario de la calle de Verneuil:   --¡Maldita aventura! Meister Alfredo L'Ambert geht ganz allein auf seine Kutsche zu, die ihn auf dem Boulevard erwartet; und im Licht einer Laterne liest er achselzuckend diese blutbespritzte Visitenkarte: AYVAZ-BEY SEKRETÄR DER OSMANISCHEN BOTSCHAFT _ Calle de Granelle Saint-Germain, 100._ Hören Sie, was der schicke Notar der Rue de Verneuil: - Verdammtes Abenteuer! ¡Que me lleve el diablo si sospechaba siquiera que le hubiese dado derechos a este animal de turco!... Damn the devil if I even suspected that I had given rights to this Turkish animal! ... porque, ¡vaya si lo es!... denn, Junge, ist es! ... because, boy is it! ... Pero, ¿por qué no me habré puesto las gafas?... But why haven't I put my glasses on? ... Parece que le he pegado un puñetazo en la nariz... Sí, sin duda: su tarjeta está manchada de sangre, y mi mano lo está también. Sieht aus, als hätte ich ihm in die Nase geschlagen ... Ja, definitiv: Seine Karte ist blutbefleckt und meine Hand auch. Looks like I punched him in the nose ... Yes, definitely: his card is stained with blood, and my hand is too. Heme aquí frente a un turco por una imperdonable torpeza; porque yo no tengo motivos para querer mal a ese pobre muchacho... La chica, por otra parte, me es del todo indiferente... ¡Que se la quede en buen hora! Hier stehe ich einem Türken wegen einer unverzeihlichen Ungeschicklichkeit gegenüber; denn ich habe keinen Grund, diesen armen Jungen schlecht zu lieben ... Das Mädchen dagegen ist mir völlig gleichgültig ... Er soll sie rechtzeitig behalten! Here I am facing a Turk for an inexcusable clumsiness; because I have no reason to love that poor boy badly ... The girl, on the other hand, is completely indifferent to me ... Let him keep her in good time! ¡Degollarse dos personas decentes por la señorita Victorina Tompain!... Slaughter two decent people by Miss Victorina Tompain! ... El maldito puñetazo es lo que no tiene arreglo...   Esto decía entre dientes, entre sus treinta y dos dientes más blancos y afilados que los de un lobo. Der verdammte Schlag ist das, was nicht repariert werden kann ... Das war sein Gemurmel zwischen seinen zweiunddreißig Zähnen, weißer und schärfer als die eines Wolfes. The damn punch is the thing that can't be fixed ... This he muttered between his thirty-two teeth whiter and sharper than a wolf's. Ordenó a su cochero que se retirase a casa, y se dirigió, a paso lento, hacia el círculo de los Caminos de Hierro. Allí encontró dos amigos y les refirió su aventura. El anciano marqués de Villemaurin, antiguo capitán de la Guardia Real, y el joven Enrique Steimbourg, agente de cambio, juzgaron unánimemente que el puñetazo lo echaba a perder todo. Der alte Marquis de Villemaurin, ehemaliger Hauptmann der Königlichen Garde, und der junge Enrique Steimbourg, Agent des Wandels, waren einstimmig der Meinung, dass der Punsch alles verdirbt. The elderly Marquis de Villemaurin, former captain of the Royal Guard, and the young Enrique Steimbourg, agent of change, unanimously judged that the blow spoiled everything.