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Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez, Capítulo 7 (3)

Capítulo 7 (3)

A pesar de su regreso triunfal, el coronel Aureliano Buendía no se entusiasmaba con las apariencias. Las tropas del gobierno abandonaban las plazas sin resistencia, y eso suscitaba en la población liberal una ilusión de victoria que no convenía defraudar, pero los revolucionarios conocían la verdad, y más que nadie el coronel Aureliano Buendía. Aunque en ese momento mantenía más de cinco mil hombres bajo su mando y dominaba dos estados del litoral, tenía conciencia de estar acorralado contra el mar, y metido en una situación política tan confusa que cuando ordenó restaurar la torre de la iglesia desbaratada por un cañonazo del ejército, el padre Nicanor comentó en su lecho de enfermo: «Esto es un disparate: los defensores de la fe de Cristo destruyen el templo y los masones lo mandan a componer». Buscando una tronera de escape pasaba horas y horas en la oficina telegráfica, conferenciando con los jefes de otras plazas, y cada vez salía con la impresión más definida de que la guerra estaba estancada. Cuando se recibían noticias de nuevos triunfos liberales se proclamaban con bandos de júbilo, pero él medía en los mapas su verdadero alcance, y comprendía que sus huestes estaban penetrando en la selva, defendiéndose de la malaria y los mosquitos, avanzando en sentido contrario al de la realidad. «Estamos perdiendo el tiempo», se quejaba ante sus oficiales. «Estaremos perdiendo el tiempo mientras los cabrones del partido estén mendigando un asiento en el congreso». En noches de vigilia, tendido bocarriba en la hamaca que colgaba en el mismo cuarto en que estuvo condenado a muerte, evocaba la imagen de los abogados vestidos de negro que abandonaban el palacio presidencial en el hielo de la madrugada con el cuello de los abrigos levantado hasta las orejas, frotándose las manos, cuchicheando, refugiándose en los cafetines lúgubres del amanecer, para especular sobre lo que quiso decir el presidente cuando dijo que sí, o lo que quiso decir cuando dijo que no, y para suponer inclusive lo que el presidente estaba pensando cuando dijo una cosa enteramente distinta, mientras él espantaba mosquitos a treinta y cinco grados de temperatura, sintiendo aproximarse el alba temible en que tendría que dar a sus hombres la orden de tirarse al mar.

Una noche de incertidumbre en que Pilar Ternera cantaba en el patio con la tropa, él pidió que le leyera el porvenir en las barajas. «Cuídate la boca», fue todo lo que sacó en claro Pilar Ternera después de extender y recoger los naipes tres veces. «No sé lo que quiere decir, pero la señal es muy clara: cuídate la boca». Dos días después alguien le dio a un ordenanza un tazón de café sin azúcar, y el ordenanza se lo pasó a otro, y este a otro, hasta que llegó de mano en mano al despacho del coronel Aureliano Buendía. No había pedido café, pero ya que estaba ahí, el coronel se lo tomó. Tenía una carga de nuez vómica suficiente para matar un caballo. Cuando lo llevaron a su casa estaba tieso y arqueado y tenía la lengua partida entre los dientes. Úrsula se lo disputó a la muerte. Después de limpiarle el estómago con vomitivos, lo envolvió en frazadas calientes y le dio claras de huevos durante dos días, hasta que el cuerpo estragado recobró la temperatura normal. Al cuarto día estaba fuera de peligro. Contra su voluntad, presionado por Úrsula y los oficiales, permaneció en la cama una semana más. Solo entonces supo que no habían quemado sus versos. «No me quise precipitar», le explicó Úrsula. «Aquella noche, cuando iba a prender el horno, me dije que era mejor esperar que trajeran el cadáver». En la neblina de la convalecencia, rodeado de las polvorientas muñecas de Remedios, el coronel Aureliano Buendía evocó en la lectura de sus versos los instantes decisivos de su existencia. Volvió a escribir. Durante muchas horas, al margen de los sobresaltos de una guerra sin futuro, resolvió en versos rimados sus experiencias a la orilla de la muerte. Entonces sus pensamientos se hicieron tan claros, que pudo examinarlos al derecho y al revés. Una noche le preguntó al coronel Gerineldo Márquez:

—Dime una cosa, compadre: ¿por qué estás peleando?

—Por qué ha de ser, compadre —contestó el coronel Gerineldo Márquez—: por el gran partido liberal.

—Dichoso tú que lo sabes —contestó él—. Yo, por mi parte, apenas ahora me doy cuenta que estoy peleando por orgullo.

—Eso es malo —dijo el coronel Gerineldo Márquez.

Al coronel Aureliano Buendía le divirtió su alarma. «Naturalmente», dijo. «Pero en todo caso, es mejor eso, que no saber por qué se pelea». Lo miró a los ojos, y agregó sonriendo:

—O que pelear como tú por algo que no significa nada para nadie.

Su orgullo le había impedido hacer contactos con los grupos armados del interior del país, mientras los dirigentes del partido no rectificaran en público su declaración de que era un bandolero. Sabía, sin embargo, que tan pronto como pusiera de lado esos escrúpulos rompería el círculo vicioso de la guerra. La convalecencia le permitió reflexionar. Entonces consiguió que Úrsula le diera el resto de la herencia enterrada y sus cuantiosos ahorros; nombró al coronel Gerineldo Márquez jefe civil y militar de Macondo, y se fue a establecer contacto con los grupos rebeldes del interior.

El coronel Gerineldo Márquez no solo era el hombre de más confianza del coronel Aureliano Buendía, sino que Úrsula lo recibía como un miembro de la familia. Frágil, tímido, de una buena educación natural, estaba sin embargo mejor constituido para la guerra que para el gobierno. Sus asesores políticos lo enredaban con facilidad en laberintos teóricos. Pero consiguió imponer en Macondo el ambiente de paz rural con que soñaba el coronel Aureliano Buendía para morirse de viejo fabricando pescaditos de oro. Aunque vivía en casa de sus padres, almorzaba donde Úrsula dos o tres veces por semana. Inició a Aureliano José en el manejo de las armas de fuego, le dio una instrucción militar prematura y durante varios meses lo llevó a vivir al cuartel, con el consentimiento de Úrsula, para que se fuera haciendo hombre. Muchos años antes, siendo casi un niño, Gerineldo Márquez había declarado su amor a Amaranta. Ella estaba entonces tan ilusionada con su pasión solitaria por Pietro Crespi, que se rio de él. Gerineldo Márquez esperó. En cierta ocasión le envió a Amaranta un papelito desde la cárcel, pidiéndole el favor de bordar una docena de pañuelos de batista con las iniciales de su padre. Le mandó el dinero. Al cabo de una semana, Amaranta le llevó a la cárcel la docena de pañuelos bordados, junto con el dinero, y se quedaron varias horas hablando del pasado. «Cuando salga de aquí me casaré contigo», le dijo Gerineldo Márquez al despedirse. Amaranta se rio, pero siguió pensando en él mientras enseñaba a leer a los niños, y deseó revivir para él su pasión juvenil por Pietro Crespi. Los sábados, día de visita a los presos, pasaba por casa de los padres de Gerineldo Márquez y los acompañaba a la cárcel. Uno de esos sábados, Úrsula se sorprendió al verla en la cocina, esperando a que salieran los bizcochos del horno para escoger los mejores y envolverlos en una servilleta que había bordado para la ocasión.

—Cásate con él —le dijo—. Difícilmente encontrarás otro hombre como ese.

Amaranta fingió una reacción de disgusto.

—No necesito andar cazando hombres —replicó—. Le llevo estos bizcochos a Gerineldo porque me da lástima que tarde o temprano lo van a fusilar.

Lo dijo sin pensarlo, pero fue por esa época que el gobierno hizo pública la amenaza de fusilar al coronel Gerineldo Márquez si las fuerzas rebeldes no entregaban a Riohacha. Las visitas se suspendieron. Amaranta se encerró a llorar, agobiada por un sentimiento de culpa semejante al que la atormentó cuando murió Remedios, como si otra vez hubieran sido sus palabras irreflexivas las responsables de una muerte. Su madre la consoló. Le aseguró que el coronel Aureliano Buendía haría algo por impedir el fusilamiento, y prometió que ella misma se encargaría de atraer a Gerineldo Márquez, cuando terminara la guerra. Cumplió la promesa antes del término previsto. Cuando Gerineldo Márquez volvió a la casa investido de su nueva dignidad de jefe civil y militar, lo recibió como a un hijo, concibió exquisitos halagos para retenerlo, y rogó con todo el ánimo de su corazón que recordara su propósito de casarse con Amaranta. Sus súplicas parecían certeras. Los días en que iba a almorzar a la casa, el coronel Gerineldo Márquez se quedaba la tarde en el corredor de las begonias jugando damas chinas con Amaranta. Úrsula les llevaba café con leche y bizcochos y se hacía cargo de los niños para que no los molestaran. Amaranta, en realidad, se esforzaba por encender en su corazón las cenizas olvidadas de su pasión juvenil. Con una ansiedad que llegó a ser intolerable esperó los días de almuerzos, las tardes de damas chinas, y el tiempo se le iba volando en compañía de aquel guerrero de nombre nostálgico cuyos dedos temblaban imperceptiblemente al mover las fichas. Pero el día en que el coronel Gerineldo Márquez le reiteró su voluntad de casarse, ella lo rechazó.

—No me casaré con nadie —le dijo—, pero menos contigo. Quieres tanto a Aureliano que te vas a casar conmigo porque no puedes casarte con él.

El coronel Gerineldo Márquez era un hombre paciente. «Volveré a insistir», dijo. «Tarde o temprano te convenceré». Siguió visitando la casa. Encerrada en el dormitorio, mordiendo un llanto secreto, Amaranta se metía los dedos en los oídos para no escuchar la voz del pretendiente que le contaba a Úrsula las últimas noticias de la guerra, y a pesar de que se moría por verlo, tuvo fuerzas para no salir a su encuentro.

El coronel Aureliano Buendía disponía entonces de tiempo para enviar cada dos semanas un informe pormenorizado a Macondo. Pero solo una vez, casi ocho meses después de haberse ido, le escribió a Úrsula. Un emisario especial llevó a la casa un sobre lacrado, dentro del cual había un papel escrito con la caligrafía preciosista del coronel: Cuiden mucho a papá porque se va a morir. Úrsula se alarmó. «Si Aureliano lo dice, Aureliano lo sabe», dijo. Y pidió ayuda para llevar a José Arcadio Buendía a su dormitorio. No solo era tan pesado como siempre, sino que en su prolongada estancia bajo el castaño había desarrollado la facultad de aumentar de peso voluntariamente, hasta el punto de que siete hombres no pudieron con él y tuvieron que llevarlo a rastras a la cama. Un tufo de hongos tiernos, de flor de palo, de antigua y reconcentrada intemperie impregnó el aire del dormitorio cuando empezó a respirarlo el viejo colosal macerado por el sol y la lluvia. Al día siguiente no amaneció en la cama. Después de buscarlo por todos los cuartos, Úrsula lo encontró otra vez bajo el castaño. Entonces lo amarraron a la cama. A pesar de su fuerza intacta, José Arcadio Buendía no estaba en condiciones de luchar. Todo le daba lo mismo. Si volvió al castaño no fue por su voluntad sino por una costumbre del cuerpo. Úrsula lo atendía, le daba de comer, le llevaba noticias de Aureliano. Pero en realidad, la única persona con quien él podía tener contacto desde hacía mucho tiempo, era Prudencio Aguilar. Ya casi pulverizado por la profunda decrepitud de la muerte, Prudencio Aguilar iba dos veces al día a conversar con él. Hablaban de gallos. Se prometían establecer un criadero de animales magníficos, no tanto por disfrutar de unas victorias que entonces no les harían falta, sino por tener algo con qué distraerse en los tediosos domingos de la muerte. Era Prudencio Aguilar quien lo limpiaba, le daba de comer y le llevaba noticias espléndidas de un desconocido que se llamaba Aureliano y que era coronel en la guerra. Cuando estaba solo, José Arcadio Buendía se consolaba con el sueño de los cuartos infinitos. Soñaba que se levantaba de la cama, abría la puerta y pasaba a otro cuarto igual, con la misma cama de cabecera de hierro forjado, el mismo sillón de mimbre y el mismo cuadrito de la Virgen de los Remedios en la pared del fondo. De ese cuarto pasaba a otro exactamente igual, cuya puerta abría para pasar a otro exactamente igual, y luego a otro exactamente igual, hasta el infinito. Le gustaba irse de cuarto en cuarto, como en una galería de espejos paralelos, hasta que Prudencio Aguilar le tocaba el hombro. Entonces regresaba de cuarto en cuarto, despertando hacia atrás, recorriendo el camino inverso, y encontraba a Prudencio Aguilar en el cuarto de la realidad. Pero una noche, dos semanas después de que lo llevaron a la cama, Prudencio Aguilar le tocó el hombro en un cuarto intermedio, y él se quedó allí para siempre, creyendo que era el cuarto real. A la mañana siguiente Úrsula le llevaba el desayuno cuando vio acercarse un hombre por el corredor. Era pequeño y macizo, con un traje de paño negro y un sombrero también negro, enorme, hundido hasta los ojos taciturnos. «Dios mío», pensó Úrsula. «Hubiera jurado que era Melquíades». Era Cataure, el hermano de Visitación, que había abandonado la casa huyendo de la peste del insomnio, y de quien nunca se volvió a tener noticia. Visitación le preguntó por qué había vuelto, y él le contestó en su lengua solemne:

Capítulo 7 (3) Kapitel 7 (3) Chapter 7 (3) Chapitre 7 (3) 第7章 (3) Rozdział 7 (3) Capítulo 7 (3) Глава 7 (3) Bölüm 7 (3)

A pesar de su regreso triunfal, el coronel Aureliano Buendía no se entusiasmaba con las apariencias. Despite his triumphant return, Colonel Aureliano Buendía was not enthusiastic about appearances. Las tropas del gobierno abandonaban las plazas sin resistencia, y eso suscitaba en la población liberal una ilusión de victoria que no convenía defraudar, pero los revolucionarios conocían la verdad, y más que nadie el coronel Aureliano Buendía. The government troops left the plazas without resistance, and this aroused in the liberal population an illusion of victory that should not be disappointed, but the revolutionaries knew the truth, and Colonel Aureliano Buendía more than anyone else. Aunque en ese momento mantenía más de cinco mil hombres bajo su mando y dominaba dos estados del litoral, tenía conciencia de estar acorralado contra el mar, y metido en una situación política tan confusa que cuando ordenó restaurar la torre de la iglesia desbaratada por un cañonazo del ejército, el padre Nicanor comentó en su lecho de enfermo: «Esto es un disparate: los defensores de la fe de Cristo destruyen el templo y los masones lo mandan a componer». Although at that time he had more than five thousand men under his command and dominated two coastal states, he was aware of being cornered against the sea, and involved in a political situation so confused that when he ordered the restoration of the church tower destroyed by a cannon of the army, Father Nicanor commented on his sickbed: "This is nonsense: the defenders of the faith of Christ destroy the temple and the Freemasons send it to be repaired". Buscando una tronera de escape pasaba horas y horas en la oficina telegráfica, conferenciando con los jefes de otras plazas, y cada vez salía con la impresión más definida de que la guerra estaba estancada. Looking for an escape loophole, he spent hours and hours in the telegraph office, conferring with the chiefs of other places, and each time he came out with the more definite impression that the war was at a standstill. Cherchant une échappatoire, il passait des heures et des heures au bureau du télégraphe, conférant avec les chefs d'autres endroits, et chaque fois il en ressortait avec l'impression plus nette que la guerre était au point mort. Cuando se recibían noticias de nuevos triunfos liberales se proclamaban con bandos de júbilo, pero él medía en los mapas su verdadero alcance, y comprendía que sus huestes estaban penetrando en la selva, defendiéndose de la malaria y los mosquitos, avanzando en sentido contrario al de la realidad. Wenn Nachrichten über neue liberale Triumphe eintrafen, wurden sie mit jubelnden Bannern verkündet, aber er maß ihr wahres Ausmaß auf Karten und verstand, dass seine Armeen in den Dschungel eindrangen, sich gegen Malaria und Moskitos verteidigten und in die entgegengesetzte Richtung der Realität vorrückten. When news of new liberal victories was received, they were proclaimed with jubilant proclamations, but he measured their true scope on the maps, and understood that his hosts were penetrating the jungle, defending themselves against malaria and mosquitoes, advancing in the opposite direction to that of reality. Cuando se recibían noticias de nuevos triunfos liberales se proclamaban con bandos de júbilo, pero él medía en los mapas su verdadero alcance, y comprendía que sus huestes estaban penetrando en la selva, defendiéndose de la malaria y los mosquitos, avanzando en sentido contrario al de la réalité. «Estamos perdiendo el tiempo», se quejaba ante sus oficiales. "Wir verschwenden Zeit", beschwerte er sich bei seinen Beamten. "We are wasting time," he complained to his officers. «Estaremos perdiendo el tiempo mientras los cabrones del partido estén mendigando un asiento en el congreso». "Solange die Parteibonzen um einen Sitz im Kongress betteln, vergeuden wir unsere Zeit. "We'll be wasting our time while the party bastards are begging for a seat in Congress." En noches de vigilia, tendido bocarriba en la hamaca que colgaba en el mismo cuarto en que estuvo condenado a muerte, evocaba la imagen de los abogados vestidos de negro que abandonaban el palacio presidencial en el hielo de la madrugada con el cuello de los abrigos levantado hasta las orejas, frotándose las manos, cuchicheando, refugiándose en los cafetines lúgubres del amanecer, para especular sobre lo que quiso decir el presidente cuando dijo que sí, o lo que quiso decir cuando dijo que no, y para suponer inclusive lo que el presidente estaba pensando cuando dijo una cosa enteramente distinta, mientras él espantaba mosquitos a treinta y cinco grados de temperatura, sintiendo aproximarse el alba temible en que tendría que dar a sus hombres la orden de tirarse al mar. In schlaflosen Nächten, wenn er mit dem Gesicht nach oben in der Hängematte lag, die in demselben Raum hing, in dem er zum Tode verurteilt worden war, rief er sich das Bild der schwarz gekleideten Anwälte ins Gedächtnis, die im frühen Morgengrauen den Präsidentenpalast verließen, die Kragen ihrer Mäntel bis zu den Ohren hochgezogen, die Hände aneinander reibend, flüsternd, und sich in die schäbigen Cafés der Dämmerung flüchteten, um darüber zu spekulieren, was der Präsident meinte, als er Ja sagte, oder was er meinte, als er Nein sagte, und sogar um zu erraten, was der Präsident dachte, als er etwas ganz anderes sagte, während er bei fünfunddreißig Grad Mücken verscheuchte und das Herannahen der furchterregenden Morgendämmerung spürte, als er seinen Männern den Befehl zum Sprung ins Meer geben musste. On waking nights, lying on his back in the hammock that hung in the same room in which he was sentenced to death, he conjured up the image of black-clad lawyers leaving the presidential palace in the early-morning ice with their coat collars turned up up to their ears, rubbing their hands, whispering, taking refuge in the gloomy cafes of dawn, to speculate on what the president meant when he said yes, or what he meant when he said no, and even to guess what the president he was thinking when he said something entirely different, while he was shooing away mosquitoes in the thirty-five degree temperature, feeling the fearsome dawn approaching when he would have to give his men the order to jump into the sea. Les nuits éveillées, allongé sur le dos dans le hamac suspendu dans la même pièce où il a été condamné à mort, il évoquait l'image d'avocats vêtus de noir quittant le palais présidentiel dans la glace du petit matin, le col de leur manteau tourné jusqu'aux oreilles, se frottant les mains, chuchotant, se réfugiant dans les cafés lugubres de l'aube, pour spéculer sur ce que voulait dire le président quand il disait oui, ou ce qu'il voulait dire quand il disait non, et même pour deviner ce que le président songeait quand il disait tout autre chose, alors qu'il chassait les moustiques dans les trente-cinq degrés de température, sentant approcher l'effrayante aube où il lui faudrait donner l'ordre à ses hommes de se jeter à la mer.

Una noche de incertidumbre en que Pilar Ternera cantaba en el patio con la tropa, él pidió que le leyera el porvenir en las barajas. In einer Nacht der Ungewissheit, als Pilar Ternera mit der Truppe im Hof sang, bat er sie, die Zukunft auf den Karten zu lesen. One night of uncertainty when Pilar Ternera was singing in the patio with the troop, he asked her to read the future in the cards. Une nuit d'incertitude alors que Pilar Ternera chantait dans le patio avec la troupe, il lui demanda de lire l'avenir dans les cartes. «Cuídate la boca», fue todo lo que sacó en claro Pilar Ternera después de extender y recoger los naipes tres veces. "Pass auf deinen Mund auf", war alles, was Pilar Ternera sagte, nachdem sie die Karten dreimal ausgebreitet und aufgehoben hatte. "Watch your mouth," was all Pilar Ternera made clear after laying out and picking up the cards three times. «No sé lo que quiere decir, pero la señal es muy clara: cuídate la boca». "I don't know what it means, but the signal is very clear: watch your mouth." Dos días después alguien le dio a un ordenanza un tazón de café sin azúcar, y el ordenanza se lo pasó a otro, y este a otro, hasta que llegó de mano en mano al despacho del coronel Aureliano Buendía. Zwei Tage später gab jemand einem Pfleger eine Schale mit Kaffee ohne Zucker, und der Pfleger reichte sie an einen anderen weiter, und dieser an einen anderen, bis sie von Hand zu Hand im Büro von Oberst Aureliano Buendía ankam. Two days later someone gave an orderly a cup of coffee without sugar, and the orderly passed it on to another, and this one to another, until it arrived from hand to hand in Colonel Aureliano Buendía's office. No había pedido café, pero ya que estaba ahí, el coronel se lo tomó. Er hatte keinen Kaffee bestellt, aber da er da war, trank der Oberst ihn. He hadn't ordered coffee, but since it was there, the colonel drank it. Tenía una carga de nuez vómica suficiente para matar un caballo. Es gab genug Walnusskotze, um ein Pferd zu töten. He had enough nux vomica to kill a horse. Il avait assez de nux vomica pour tuer un cheval. Cuando lo llevaron a su casa estaba tieso y arqueado y tenía la lengua partida entre los dientes. Als sie ihn nach Hause brachten, war er steif und gekrümmt und seine Zunge war zwischen den Zähnen gespalten. When they took him home he was stiff and bowed and his tongue was split between his teeth. Úrsula se lo disputó a la muerte. Ursula kämpfte mit ihm bis zum Tod. Úrsula disputed it to death. Después de limpiarle el estómago con vomitivos, lo envolvió en frazadas calientes y le dio claras de huevos durante dos días, hasta que el cuerpo estragado recobró la temperatura normal. After cleansing his stomach with vomit, he wrapped him in warm blankets and fed him egg whites for two days, until the ravaged body regained normal temperature. Après avoir nettoyé son estomac avec du vomi, il l'a enveloppé dans des couvertures chaudes et lui a donné des blancs d'œufs pendant deux jours, jusqu'à ce que le corps ravagé retrouve une température normale. Al cuarto día estaba fuera de peligro. Am vierten Tag war er außer Gefahr. On the fourth day he was out of danger. Contra su voluntad, presionado por Úrsula y los oficiales, permaneció en la cama una semana más. Against his will, pressured by Úrsula and the officers, he stayed in bed for another week. Solo entonces supo que no habían quemado sus versos. Erst da wusste er, dass seine Verse nicht verbrannt worden waren. Only then did he know that his verses had not been burned. «No me quise precipitar», le explicó Úrsula. "I didn't want to rush," Úrsula explained. «Aquella noche, cuando iba a prender el horno, me dije que era mejor esperar que trajeran el cadáver». "An diesem Abend, als ich den Ofen anzünden wollte, sagte ich mir, dass es besser wäre, auf die Leiche zu warten". "That night, when I was going to turn on the oven, I told myself that it was better to wait for the body to be brought in." "Ce soir-là, quand j'allais allumer le four, je me suis dit qu'il valait mieux attendre qu'on apporte le corps." En la neblina de la convalecencia, rodeado de las polvorientas muñecas de Remedios, el coronel Aureliano Buendía evocó en la lectura de sus versos los instantes decisivos de su existencia. Im Nebel der Rekonvaleszenz, umgeben von den verstaubten Puppen von Remedios, beschwor Oberst Aureliano Buendía die entscheidenden Momente seiner Existenz in der Lesung seiner Verse. In the haze of convalescence, surrounded by the dusty dolls of Remedios, Colonel Aureliano Buendía evoked in the reading of his verses the decisive moments of his existence. Dans la brume de la convalescence, entouré des poupées poussiéreuses de Remedios, le colonel Aureliano Buendía évoquait à la lecture de ses vers les moments décisifs de son existence. Volvió a escribir. Er schrieb erneut. He wrote again. Durante muchas horas, al margen de los sobresaltos de una guerra sin futuro, resolvió en versos rimados sus experiencias a la orilla de la muerte. For many hours, aside from the ups and downs of a war without a future, he resolved his experiences on the brink of death in rhymed verses. Entonces sus pensamientos se hicieron tan claros, que pudo examinarlos al derecho y al revés. Dann wurden seine Gedanken so klar, dass er sie rückwärts und vorwärts untersuchen konnte. Then his thoughts became so clear that he was able to examine them backwards and forwards. Una noche le preguntó al coronel Gerineldo Márquez: One night he asked Colonel Gerineldo Márquez:

—Dime una cosa, compadre: ¿por qué estás peleando? -Sag mir eins, Compadre: Wofür kämpfst du? "Tell me something, compadre: why are you fighting?"

—Por qué ha de ser, compadre —contestó el coronel Gerineldo Márquez—: por el gran partido liberal. -Warum sollte das so sein, Compadre", antwortete Oberst Gerineldo Márquez, "wegen der großen liberalen Partei. "Why should it be, compadre," answered Colonel Gerineldo Márquez, "because of the great liberal party."

—Dichoso tú que lo sabes —contestó él—. -Du Glücklicher", antwortete er. "Lucky you who know it," he answered. « Heureusement que vous le savez », répondit-il. Yo, por mi parte, apenas ahora me doy cuenta que estoy peleando por orgullo. Ich für meinen Teil merke erst jetzt, dass ich um meinen Stolz kämpfe. For my part, I only now realize that I am fighting for pride.

—Eso es malo —dijo el coronel Gerineldo Márquez. "That's bad," said Colonel Gerineldo Márquez.

Al coronel Aureliano Buendía le divirtió su alarma. Oberst Aureliano Buendía war über seine Beunruhigung amüsiert. Colonel Aureliano Buendía was amused by his alarm. «Naturalmente», dijo. "Naturally," he said. «Pero en todo caso, es mejor eso, que no saber por qué se pelea». "But in any case, that's better than not knowing why you fight." Lo miró a los ojos, y agregó sonriendo: She looked him in the eyes, and added smiling:

—O que pelear como tú por algo que no significa nada para nadie. -Oder wie Sie für etwas zu kämpfen, das niemandem etwas bedeutet. "Or to fight like you for something that means nothing to anyone."

Su orgullo le había impedido hacer contactos con los grupos armados del interior del país, mientras los dirigentes del partido no rectificaran en público su declaración de que era un bandolero. Sein Stolz hatte ihn daran gehindert, Kontakte zu bewaffneten Gruppen im Landesinneren zu knüpfen, bis die Parteiführung seine Aussage, er sei ein Bandit, öffentlich korrigierte. His pride had prevented him from making contact with the armed groups in the interior of the country, until the party leaders publicly rectified their declaration that he was a bandit. Son orgueil l'avait empêché d'entrer en contact avec les groupes armés de l'intérieur du pays, tant que les dirigeants du parti ne corrigeaient pas publiquement leur déclaration selon laquelle il était un bandit. Sabía, sin embargo, que tan pronto como pusiera de lado esos escrúpulos rompería el círculo vicioso de la guerra. Er wusste jedoch, dass er den Teufelskreis des Krieges durchbrechen würde, sobald er diese Skrupel ablegen würde. He knew, however, that as soon as he put those scruples aside, he would break the vicious cycle of war. La convalecencia le permitió reflexionar. Die Rekonvaleszenz ermöglichte es ihm, nachzudenken. Convalescence allowed him to reflect. Entonces consiguió que Úrsula le diera el resto de la herencia enterrada y sus cuantiosos ahorros; nombró al coronel Gerineldo Márquez jefe civil y militar de Macondo, y se fue a establecer contacto con los grupos rebeldes del interior. Dann brachte er Ursula dazu, ihm den Rest des vergrabenen Erbes und ihre beträchtlichen Ersparnisse zu überlassen; er ernannte Oberst Gerineldo Marquez zum zivilen und militärischen Leiter von Macondo und nahm Kontakt zu Rebellengruppen im Landesinneren auf. Then he got Úrsula to give him the rest of the buried inheritance and his considerable savings; He named Colonel Gerineldo Márquez civil and military chief of Macondo, and went to establish contact with the rebel groups in the interior.

El coronel Gerineldo Márquez no solo era el hombre de más confianza del coronel Aureliano Buendía, sino que Úrsula lo recibía como un miembro de la familia. Oberst Gerineldo Márquez war nicht nur der vertrauenswürdigste Mann von Oberst Aureliano Buendía, sondern Úrsula nahm ihn als Mitglied der Familie auf. Colonel Gerineldo Márquez was not only Colonel Aureliano Buendía's most trusted man, but Úrsula received him as a member of the family. Frágil, tímido, de una buena educación natural, estaba sin embargo mejor constituido para la guerra que para el gobierno. Zerbrechlich, schüchtern, mit einer guten natürlichen Bildung, war er dennoch besser für den Krieg als für die Regierung geeignet. Frail, timid, naturally well educated, he was nevertheless better built for war than for government. Sus asesores políticos lo enredaban con facilidad en laberintos teóricos. His political advisers easily entangled him in theoretical labyrinths. Pero consiguió imponer en Macondo el ambiente de paz rural con que soñaba el coronel Aureliano Buendía para morirse de viejo fabricando pescaditos de oro. Aber er schaffte es, Macondo die Atmosphäre des ländlichen Friedens zu geben, von der Oberst Aureliano Buendía träumte, um im hohen Alter als Goldfischzüchter zu sterben. But he managed to impose in Macondo the atmosphere of rural peace that Colonel Aureliano Buendía dreamed of so he could die of old age making little gold fishes. Aunque vivía en casa de sus padres, almorzaba donde Úrsula dos o tres veces por semana. Obwohl sie im Haus ihrer Eltern wohnte, aß sie zwei- bis dreimal pro Woche bei Ursula zu Mittag. Although he lived at his parents' house, he had lunch at Úrsula's two or three times a week. Inició a Aureliano José en el manejo de las armas de fuego, le dio una instrucción militar prematura y durante varios meses lo llevó a vivir al cuartel, con el consentimiento de Úrsula, para que se fuera haciendo hombre. Er weihte Aureliano José in den Umgang mit Schusswaffen ein, gab ihm vorzeitigen militärischen Unterricht und ließ ihn mit Ursulas Einverständnis mehrere Monate in der Kaserne wohnen, damit er ein Mann werden konnte. He introduced Aureliano José to the handling of firearms, gave him premature military instruction, and for several months took him to live in the barracks, with Úrsula's consent, so that he would grow into a man. Muchos años antes, siendo casi un niño, Gerineldo Márquez había declarado su amor a Amaranta. Viele Jahre zuvor, als er noch fast ein Kind war, hatte Gerineldo Márquez seine Liebe zu Amaranta erklärt. Many years before, when he was almost a child, Gerineldo Márquez had declared his love for Amaranta. Ella estaba entonces tan ilusionada con su pasión solitaria por Pietro Crespi, que se rio de él. She was then so deluded with her solitary passion for Pietro Crespi that she laughed at him. Gerineldo Márquez esperó. Gerineldo Márquez wartete. Gerineldo Márquez waited. En cierta ocasión le envió a Amaranta un papelito desde la cárcel, pidiéndole el favor de bordar una docena de pañuelos de batista con las iniciales de su padre. On a certain occasion he sent Amaranta a piece of paper from prison, asking her to embroider a dozen cambric handkerchiefs with her father's initials. Le mandó el dinero. Er hat ihm das Geld geschickt. He sent him the money. Al cabo de una semana, Amaranta le llevó a la cárcel la docena de pañuelos bordados, junto con el dinero, y se quedaron varias horas hablando del pasado. Nach einer Woche brachte Amaranta das Dutzend bestickter Taschentücher zusammen mit dem Geld ins Gefängnis, und sie verbrachten einige Stunden damit, über die Vergangenheit zu sprechen. After a week, Amaranta brought the dozen embroidered handkerchiefs to the prison, along with the money, and they stayed for several hours talking about the past. «Cuando salga de aquí me casaré contigo», le dijo Gerineldo Márquez al despedirse. "Wenn ich von hier weggehe, werde ich dich heiraten", sagte Gerineldo Márquez ihm zum Abschied. "When I leave here I will marry you," Gerineldo Márquez told him when he said goodbye. Amaranta se rio, pero siguió pensando en él mientras enseñaba a leer a los niños, y deseó revivir para él su pasión juvenil por Pietro Crespi. Amaranta lachte, dachte aber immer wieder an ihn, während sie den Kindern das Lesen beibrachte, und wünschte sich, sie könnte ihm ihre jugendliche Leidenschaft für Pietro Crespi wieder vor Augen führen. Amaranta laughed, but she kept thinking about him while she was teaching the children to read, and she wanted to revive for him her youthful passion for Pietro Crespi. Los sábados, día de visita a los presos, pasaba por casa de los padres de Gerineldo Márquez y los acompañaba a la cárcel. On Saturdays, visiting days for prisoners, he went to the house of Gerineldo Márquez's parents and accompanied them to jail. Uno de esos sábados, Úrsula se sorprendió al verla en la cocina, esperando a que salieran los bizcochos del horno para escoger los mejores y envolverlos en una servilleta que había bordado para la ocasión. An einem dieser Samstage war Ursula überrascht, sie in der Küche zu sehen, wo sie darauf wartete, dass die Kekse aus dem Ofen kamen, um die besten auszusuchen und sie in eine Serviette zu wickeln, die sie für diesen Anlass gestickt hatte. One of those Saturdays, Úrsula was surprised to see her in the kitchen, waiting for the biscuits to come out of the oven so she could choose the best ones and wrap them in a napkin she had embroidered for the occasion.

—Cásate con él —le dijo—. "Marry him," he told her. Difícilmente encontrarás otro hombre como ese. You will hardly find another man like that.

Amaranta fingió una reacción de disgusto. Amaranta täuschte eine Reaktion des Ekels vor. Amaranta feigned a reaction of disgust.

—No necesito andar cazando hombres —replicó—. "I don't need to go hunting men," he replied. Le llevo estos bizcochos a Gerineldo porque me da lástima que tarde o temprano lo van a fusilar. Ich bringe diese Kekse zu Gerineldo, weil er mir leid tut, denn früher oder später wird er erschossen werden. I'm taking these biscuits to Gerineldo because I'm sorry that sooner or later they're going to shoot him.

Lo dijo sin pensarlo, pero fue por esa época que el gobierno hizo pública la amenaza de fusilar al coronel Gerineldo Márquez si las fuerzas rebeldes no entregaban a Riohacha. He said it without thinking, but it was around that time that the government made public the threat to shoot Colonel Gerineldo Márquez if the rebel forces did not hand over Riohacha. Las visitas se suspendieron. The visits were suspended. Amaranta se encerró a llorar, agobiada por un sentimiento de culpa semejante al que la atormentó cuando murió Remedios, como si otra vez hubieran sido sus palabras irreflexivas las responsables de una muerte. Amaranta shut herself up to cry, overwhelmed by a feeling of guilt similar to the one that tormented her when Remedios died, as if once again her thoughtless words had been responsible for a death. Su madre la consoló. Her mother comforted her. Le aseguró que el coronel Aureliano Buendía haría algo por impedir el fusilamiento, y prometió que ella misma se encargaría de atraer a Gerineldo Márquez, cuando terminara la guerra. Sie versicherte ihm, dass Oberst Aureliano Buendía etwas unternehmen würde, um die Schießerei zu verhindern, und versprach ihm, dass sie sich selbst um die Anwerbung von Gerineldo Márquez kümmern würde, wenn der Krieg vorbei sei. She assured him that Colonel Aureliano Buendía would do something to prevent the execution, and promised that she herself would take charge of attracting Gerineldo Márquez when the war was over. Cumplió la promesa antes del término previsto. Er hat das Versprechen vorzeitig eingelöst. He fulfilled the promise before the expected term. Cuando Gerineldo Márquez volvió a la casa investido de su nueva dignidad de jefe civil y militar, lo recibió como a un hijo, concibió exquisitos halagos para retenerlo, y rogó con todo el ánimo de su corazón que recordara su propósito de casarse con Amaranta. Als Gerineldo Marquez mit seiner neuen Würde als ziviler und militärischer Oberbefehlshaber in das Haus zurückkehrte, empfing er ihn wie einen Sohn, dachte sich köstliche Schmeicheleien aus, um ihn zu halten, und bat ihn von ganzem Herzen, er möge sich an seine Absicht erinnern, Amaranta zu heiraten. When Gerineldo Márquez returned to the house invested with his new dignity as a civil and military leader, he received him like a son, devised exquisite flattery to retain him, and prayed with all his heart that he would remember his intention of marrying Amaranta. Sus súplicas parecían certeras. Seine Bitten schienen richtig zu sein. His pleas seemed certain. Los días en que iba a almorzar a la casa, el coronel Gerineldo Márquez se quedaba la tarde en el corredor de las begonias jugando damas chinas con Amaranta. On days when he went to the house for lunch, Colonel Gerineldo Márquez stayed the afternoon in the begonias corridor playing Chinese checkers with Amaranta. Úrsula les llevaba café con leche y bizcochos y se hacía cargo de los niños para que no los molestaran. Úrsula brought them coffee with milk and biscuits and took care of the children so they wouldn't be disturbed. Amaranta, en realidad, se esforzaba por encender en su corazón las cenizas olvidadas de su pasión juvenil. Amaranta, in fact, made an effort to ignite in her heart the forgotten ashes of her youthful passion. Con una ansiedad que llegó a ser intolerable esperó los días de almuerzos, las tardes de damas chinas, y el tiempo se le iba volando en compañía de aquel guerrero de nombre nostálgico cuyos dedos temblaban imperceptiblemente al mover las fichas. With an anxiety that became intolerable, he waited for the days of lunches, the afternoons of Chinese checkers, and time flew by in the company of that warrior with a nostalgic name whose fingers trembled imperceptibly when moving the chips. Avec une anxiété devenue intolérable, il attendait les jours de déjeuners, les après-midi de dames chinoises, et le temps filait en compagnie de ce guerrier au nom nostalgique dont les doigts tremblaient imperceptiblement en déplaçant les jetons. Pero el día en que el coronel Gerineldo Márquez le reiteró su voluntad de casarse, ella lo rechazó. Doch an dem Tag, an dem Oberst Gerineldo Márquez seine Bereitschaft, sie zu heiraten, bekräftigte, lehnte sie ab. But the day Colonel Gerineldo Márquez reiterated his desire to marry her, she rejected him.

—No me casaré con nadie —le dijo—, pero menos contigo. -Ich werde niemanden heiraten", sagte er, "vor allem nicht dich. "I won't marry anyone," she told him, "but least of all with you." Quieres tanto a Aureliano que te vas a casar conmigo porque no puedes casarte con él. Du liebst Aureliano so sehr, dass du mich heiraten wirst, weil du ihn nicht heiraten kannst. You love Aureliano so much that you're going to marry me because you can't marry him.

El coronel Gerineldo Márquez era un hombre paciente. Colonel Gerineldo Márquez was a patient man. «Volveré a insistir», dijo. "Ich werde noch einmal darauf bestehen", sagte er. “I will insist again,” he said. «Tarde o temprano te convenceré». "Sooner or later I will convince you." Siguió visitando la casa. He kept visiting the house. Encerrada en el dormitorio, mordiendo un llanto secreto, Amaranta se metía los dedos en los oídos para no escuchar la voz del pretendiente que le contaba a Úrsula las últimas noticias de la guerra, y a pesar de que se moría por verlo, tuvo fuerzas para no salir a su encuentro. Amaranta, die im Schlafzimmer eingeschlossen war und sich einen heimlichen Schrei verkneifen konnte, hielt sich die Finger in die Ohren, um die Stimme des Freiers nicht zu hören, der Ursula die neuesten Kriegsnachrichten erzählte, und obwohl sie ihn unbedingt sehen wollte, hatte sie die Kraft, ihm nicht entgegenzugehen. Shut up in the bedroom, biting back a secret cry, Amaranta put her fingers in her ears so as not to hear the voice of the suitor who was telling Úrsula the latest news about the war, and even though she was dying to see him, she had the strength not to go out to meet him.

El coronel Aureliano Buendía disponía entonces de tiempo para enviar cada dos semanas un informe pormenorizado a Macondo. Oberst Aureliano Buendía hatte dann Zeit, alle zwei Wochen einen ausführlichen Bericht nach Macondo zu schicken. Colonel Aureliano Buendía then had time to send a detailed report to Macondo every two weeks. Le colonel Aureliano Buendía a alors eu le temps d'envoyer un rapport détaillé à Macondo toutes les deux semaines. Pero solo una vez, casi ocho meses después de haberse ido, le escribió a Úrsula. But only once, almost eight months after he left, did he write to Úrsula. Un emisario especial llevó a la casa un sobre lacrado, dentro del cual había un papel escrito con la caligrafía preciosista del coronel: Cuiden mucho a papá porque se va a morir. Ein spezieller Abgesandter brachte einen versiegelten Umschlag ins Haus, in dem sich ein Zettel befand, auf dem in der wertvollen Handschrift des Oberst geschrieben stand: Kümmere dich gut um Papa, denn er wird sterben. A special emissary brought a sealed envelope to the house, inside which was a piece of paper written in the colonel's precious calligraphy: Take good care of Papa because he is going to die. Un émissaire spécial apporta à la maison une enveloppe cachetée, à l'intérieur de laquelle se trouvait un morceau de papier écrit dans la précieuse calligraphie du colonel : Prends bien soin de Papa car il va mourir. Úrsula se alarmó. Ursula war erschrocken. Ursula was alarmed. «Si Aureliano lo dice, Aureliano lo sabe», dijo. "If Aureliano says it, Aureliano knows it," he said. Y pidió ayuda para llevar a José Arcadio Buendía a su dormitorio. Und er bat um Hilfe, um José Arcadio Buendía in sein Schlafzimmer zu bringen. And he asked for help to take José Arcadio Buendía to his bedroom. No solo era tan pesado como siempre, sino que en su prolongada estancia bajo el castaño había desarrollado la facultad de aumentar de peso voluntariamente, hasta el punto de que siete hombres no pudieron con él y tuvieron que llevarlo a rastras a la cama. Er war nicht nur so schwer wie eh und je, sondern hatte bei seinem langen Aufenthalt unter dem Kastanienbaum die Fähigkeit entwickelt, freiwillig so viel zuzunehmen, dass sieben Männer mit ihm nicht zurechtkamen und ihn ins Bett schleppen mussten. Not only was he as heavy as ever, but in his long stay under the chestnut tree he had developed the power to gain weight voluntarily, to the point that seven men couldn't handle him and had to be dragged to bed. Un tufo de hongos tiernos, de flor de palo, de antigua y reconcentrada intemperie impregnó el aire del dormitorio cuando empezó a respirarlo el viejo colosal macerado por el sol y la lluvia. Ein Hauch von zarten Pilzen, von Holzblüten, von alter und konzentrierter Verwitterung durchdrang die Luft des Schlafzimmers, als der alte kolossale Mann, von Sonne und Regen aufgeweicht, begann, sie einzuatmen. A smell of tender mushrooms, of palo flor, of ancient and concentrated weather permeated the air of the bedroom when the colossal old macerated by the sun and rain began to breathe it. Une odeur de champignons tendres, de palo flor, de temps ancien et concentré imprégnait l'air de la chambre lorsque le vieux colossal macéré par le soleil et la pluie commençait à le respirer. Al día siguiente no amaneció en la cama. Am nächsten Tag wachte er nicht mehr im Bett auf. The next day he did not wake up in bed. Le lendemain, il ne s'est pas réveillé dans son lit. Después de buscarlo por todos los cuartos, Úrsula lo encontró otra vez bajo el castaño. After looking for him in all the rooms, Úrsula found him again under the chestnut tree. Entonces lo amarraron a la cama. Dann fesselten sie ihn an das Bett. Then they tied him to the bed. A pesar de su fuerza intacta, José Arcadio Buendía no estaba en condiciones de luchar. Despite his intact strength, José Arcadio Buendía was in no condition to fight. Todo le daba lo mismo. Für ihn war das alles dasselbe. It was all the same to him. Si volvió al castaño no fue por su voluntad sino por una costumbre del cuerpo. If he returned to the chestnut tree it was not by his will but by a custom of the body. Úrsula lo atendía, le daba de comer, le llevaba noticias de Aureliano. Ursula kümmerte sich um ihn, fütterte ihn, brachte ihm Nachrichten von Aureliano. Úrsula cared for him, fed him, brought him news of Aureliano. Pero en realidad, la única persona con quien él podía tener contacto desde hacía mucho tiempo, era Prudencio Aguilar. But in reality, the only person with whom he could have had contact for a long time was Prudencio Aguilar. Ya casi pulverizado por la profunda decrepitud de la muerte, Prudencio Aguilar iba dos veces al día a conversar con él. Prudencio Aguilar, der durch die tiefe Hinfälligkeit des Todes schon fast pulverisiert war, ging zweimal am Tag zu ihm, um mit ihm zu sprechen. Already almost pulverized by the deep decrepitude of death, Prudencio Aguilar went twice a day to talk with him. Hablaban de gallos. Sie sprachen über Hähne. They talked about roosters. Se prometían establecer un criadero de animales magníficos, no tanto por disfrutar de unas victorias que entonces no les harían falta, sino por tener algo con qué distraerse en los tediosos domingos de la muerte. Sie gelobten, eine Zuchtstätte für prächtige Tiere zu errichten, nicht so sehr, um Siege zu erringen, die sie dann nicht mehr brauchen würden, sondern um etwas zu haben, das sie an den langweiligen Sonntagen des Todes ablenkt. They promised themselves to establish a breeding farm for magnificent animals, not so much to enjoy victories that they would not need then, but to have something to distract them on the tedious Sundays of death. Era Prudencio Aguilar quien lo limpiaba, le daba de comer y le llevaba noticias espléndidas de un desconocido que se llamaba Aureliano y que era coronel en la guerra. It was Prudencio Aguilar who cleaned him, fed him, and brought him splendid news about a stranger named Aureliano who was a colonel in the war. Cuando estaba solo, José Arcadio Buendía se consolaba con el sueño de los cuartos infinitos. When he was alone, José Arcadio Buendía consoled himself with the dream of infinite rooms. Lorsqu'il était seul, José Arcadio Buendía se consolait avec le rêve de pièces infinies. Soñaba que se levantaba de la cama, abría la puerta y pasaba a otro cuarto igual, con la misma cama de cabecera de hierro forjado, el mismo sillón de mimbre y el mismo cuadrito de la Virgen de los Remedios en la pared del fondo. He dreamed that he got out of bed, opened the door and went into another room just like it, with the same bed with a wrought-iron headboard, the same wicker chair, and the same little painting of the Virgen de los Remedios on the back wall. Il rêva qu'il se levait, ouvrait la porte et se rendait dans une autre pièce semblable à celle-ci, avec le même lit avec une tête de lit en fer forgé, la même chaise en osier et le même petit tableau de la Virgen de los Remedios sur le mur arrière. De ese cuarto pasaba a otro exactamente igual, cuya puerta abría para pasar a otro exactamente igual, y luego a otro exactamente igual, hasta el infinito. From that room he went to another exactly the same, whose door he opened to go to another exactly the same, and then to another exactly the same, ad infinitum. Le gustaba irse de cuarto en cuarto, como en una galería de espejos paralelos, hasta que Prudencio Aguilar le tocaba el hombro. He liked to go from room to room, like in a gallery of parallel mirrors, until Prudencio Aguilar touched him on the shoulder. Entonces regresaba de cuarto en cuarto, despertando hacia atrás, recorriendo el camino inverso, y encontraba a Prudencio Aguilar en el cuarto de la realidad. Dann ging ich von Zimmer zu Zimmer zurück, wachte rückwärts auf und fand Prudencio Aguilar im Raum der Realität. Then he would return from room to room, waking up backwards, going the other way, and found Prudencio Aguilar in the room of reality. Pero una noche, dos semanas después de que lo llevaron a la cama, Prudencio Aguilar le tocó el hombro en un cuarto intermedio, y él se quedó allí para siempre, creyendo que era el cuarto real. Doch eines Nachts, zwei Wochen nachdem er ins Bett gebracht worden war, klopfte ihm Prudencio Aguilar in einem Zwischenzimmer auf die Schulter, und er blieb für immer dort, weil er glaubte, es sei das richtige Zimmer. But one night, two weeks after they put him to bed, Prudencio Aguilar touched him on the shoulder in a middle room, and he stayed there forever, thinking it was the real room. A la mañana siguiente Úrsula le llevaba el desayuno cuando vio acercarse un hombre por el corredor. The next morning Úrsula was bringing him breakfast when she saw a man coming down the corridor. Era pequeño y macizo, con un traje de paño negro y un sombrero también negro, enorme, hundido hasta los ojos taciturnos. He was small and stocky, in a black cloth suit and an enormous black hat, sunken down to his taciturn eyes. «Dios mío», pensó Úrsula. My God, Ursula thought. «Hubiera jurado que era Melquíades». "Ich hätte schwören können, dass es Melquiades war". «I could have sworn it was Melquíades». Era Cataure, el hermano de Visitación, que había abandonado la casa huyendo de la peste del insomnio, y de quien nunca se volvió a tener noticia. Es war Cataure, der Bruder von Visitation, der das Haus verlassen hatte, um der Plage der Schlaflosigkeit zu entgehen, und von dem nie wieder etwas zu hören war. It was Cataure, Visitación's brother, who had left the house fleeing the plague of insomnia, and who was never heard from again. Visitación le preguntó por qué había vuelto, y él le contestó en su lengua solemne: Visitation asked him why he had come back, and he answered in his solemn language: