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Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez, Capítulo 7 (1)

Capítulo 7 (1)

VII

En mayo terminó la guerra. Dos semanas antes de que el gobierno hiciera el anuncio oficial, en una proclama altisonante que prometía un despiadado castigo para los promotores de la rebelión, el coronel Aureliano Buendía cayó prisionero cuando estaba a punto de alcanzar la frontera occidental disfrazado de hechicero indígena. De los veintiún hombres que lo siguieron en la guerra, catorce murieron en combate, seis estaban heridos, y solo uno lo acompañaba en el momento de la derrota final: el coronel Gerineldo Márquez. La noticia de la captura fue dada en Macondo con un bando extraordinario. «Está vivo», le informó Úrsula a su marido. «Roguemos a Dios para que sus enemigos tengan clemencia». Después de tres días de llanto, una tarde en que batía un dulce de leche en la cocina, oyó claramente la voz de su hijo muy cerca del oído. «Era Aureliano», gritó, corriendo hacia el castaño para darle la noticia al esposo. «No sé cómo ha sido el milagro, pero está vivo y vamos a verlo muy pronto». Lo dio por hecho. Hizo lavar los pisos de la casa y cambiar la posición de los muebles. Una semana después, un rumor sin origen que no sería respaldado por el bando, confirmó dramáticamente el presagio. El coronel Aureliano Buendía había sido condenado a muerte, y la sentencia sería ejecutada en Macondo, para escarmiento de la población. Un lunes, a las diez y veinte de la mañana, Amaranta estaba vistiendo a Aureliano José, cuando percibió un tropel remoto y un toque de corneta, un segundo antes de que Úrsula irrumpiera en el cuarto con un grito: «Ya lo traen». La tropa pugnaba por someter a culatazos a la muchedumbre desbordada. Úrsula y Amaranta corrieron hasta la esquina, abriéndose paso a empellones, y entonces lo vieron. Parecía un pordiosero. Tenía la ropa desgarrada, el cabello y la barba enmarañados, y estaba descalzo. Caminaba sin sentir el polvo abrasante, con las manos amarradas a la espalda con una soga que sostenía en la cabeza de su montura un oficial de a caballo. Junto a él, también astroso y derrotado, llevaban al coronel Gerineldo Márquez. No estaban tristes. Parecían más bien turbados por la muchedumbre que gritaba a la tropa toda clase de improperios.

—¡Hijo mío! —gritó Úrsula en medio de la algazara, y le dio un manotazo al soldado que trató de detenerla. El caballo del oficial se encabritó. Entonces el coronel Aureliano Buendía se detuvo, trémulo, esquivó los brazos de su madre y fijó en sus ojos una mirada dura.

—Váyase a casa, mamá —dijo—. Pida permiso a las autoridades y venga a verme a la cárcel.

Miró a Amaranta, que permanecía indecisa a dos pasos detrás de Úrsula, y le sonrió al preguntarle: «¿Qué te pasó en la mano?». Amaranta levantó la mano con la venda negra. «Una quemadura», dijo, y apartó a Úrsula para que no la atropellaran los caballos. La tropa disparó. Una guardia especial rodeó a los prisioneros y los llevó al trote al cuartel.

Al atardecer, Úrsula visitó en la cárcel al coronel Aureliano Buendía. Había tratado de conseguir el permiso a través de don Apolinar Moscote, pero este había perdido toda autoridad frente a la omnipotencia de los militares. El padre Nicanor estaba postrado por una calentura hepática. Los padres del coronel Gerineldo Márquez, que no estaba condenado a muerte, habían tratado de verlo y fueron rechazados a culatazos. Ante la imposibilidad de conseguir intermediarios, convencida de que su hijo sería fusilado al amanecer, Úrsula hizo un envoltorio con las cosas que quería llevarle y fue sola al cuartel.

—Soy la madre del coronel Aureliano Buendía —se anunció.

Los centinelas le cerraron el paso. «De todos modos voy a entrar», les advirtió Úrsula. «De manera que si tienen orden de disparar, empiecen de una vez». Apartó a uno de un empellón y entró a la antigua sala de clases, donde un grupo de soldados desnudos engrasaban sus armas. Un oficial en uniforme de campaña, sonrosado, con lentes de cristales muy gruesos y ademanes ceremoniosos, hizo a los centinelas una señal para que se retiraran.

—Soy la madre del coronel Aureliano Buendía —repitió Úrsula.

—Usted querrá decir —corrigió el oficial con una sonrisa amable— que es la señora madre del señor Aureliano Buendía.

Úrsula reconoció en su modo de hablar rebuscado la cadencia lánguida de la gente del páramo, los cachacos.

—Como usted diga, señor —admitió—, siempre que me permita verlo.

Había órdenes superiores de no permitir visitas a los condenados a muerte, pero el oficial asumió la responsabilidad de concederle una entrevista de quince minutos. Úrsula le mostró lo que llevaba en el envoltorio: una muda de ropa limpia, los botines que se puso su hijo para la boda, y el dulce de leche que guardaba para él desde el día en que presintió su regreso. Encontró al coronel Aureliano Buendía en el cuarto del cepo, tendido en un catre y con los brazos abiertos, porque tenía las axilas empedradas de golondrinos. Le habían permitido afeitarse. El bigote denso de puntas retorcidas acentuaba la angulosidad de sus pómulos. A Úrsula le pareció que estaba más pálido que cuando se fue, un poco más alto y más solitario que nunca. Estaba enterado de los pormenores de la casa: el suicidio de Pietro Crespi, las arbitrariedades y el fusilamiento de Arcadio, la impavidez de José Arcadio Buendía bajo el castaño. Sabía que Amaranta había consagrado su viudez de virgen a la crianza de Aureliano José, y que este empezaba a dar muestras de muy buen juicio y leía y escribía al mismo tiempo que aprendía a hablar. Desde el momento en que entró al cuarto, Úrsula se sintió cohibida por la madurez de su hijo, por su aura de dominio, por el resplandor de autoridad que irradiaba su piel. Se sorprendió que estuviera tan bien informado. «Ya sabe usted que soy adivino», bromeó él. Y agregó en serio: «Esta mañana, cuando me trajeron, tuve la impresión de que ya había pasado por todo esto». En verdad, mientras la muchedumbre tronaba a su paso, él estaba concentrado en sus pensamientos, asombrado de la forma en que había envejecido el pueblo en un año. Los almendros tenían las hojas rotas. Las casas pintadas de azul, pintadas luego de rojo y luego vueltas a pintar de azul, habían terminado por adquirir una coloración indefinible.

—¿Qué esperabas? —suspiró Úrsula—. El tiempo pasa.

—Así es —admitió Aureliano—, pero no tanto.

De este modo, la visita tanto tiempo esperada, para la que ambos habían preparado las preguntas e inclusive previsto las respuestas, fue otra vez la conversación cotidiana de siempre. Cuando el centinela anunció el término de la entrevista, Aureliano sacó de debajo de la estera del catre un rollo de papeles sudados. Eran sus versos. Los inspirados por Remedios, que había llevado consigo cuando se fue, y los escritos después, en las azarosas pausas de la guerra. «Prométame que no los va a leer nadie», dijo. «Esta misma noche encienda el horno con ellos». Úrsula lo prometió y se incorporó para darle un beso de despedida.

—Te traje un revólver —murmuró.

El coronel Aureliano Buendía comprobó que el centinela no estaba a la vista. «No me sirve de nada», replicó en voz baja. «Pero démelo, no sea que la registren a la salida». Úrsula sacó el revólver del corpiño y él lo puso debajo de la estera del catre. «Y ahora no se despida», concluyó con un énfasis calmado. «No suplique a nadie ni se rebaje ante nadie. Hágase el cargo que me fusilaron hace mucho tiempo». Úrsula se mordió los labios para no llorar.

—Ponte piedras calientes en los golondrinos —dijo.

Dio media vuelta y salió del cuarto. El coronel Aureliano Buendía permaneció de pie, pensativo, hasta que se cerró la puerta. Entonces volvió a acostarse con los brazos abiertos. Desde el principio de la adolescencia, cuando empezó a ser consciente de sus presagios, pensó que la muerte había de anunciarse con una señal definida, inequívoca, irrevocable, pero le faltaban pocas horas para morir, y la señal no llegaba. En cierta ocasión una mujer muy bella entró a su campamento de Tucurinca y pidió a los centinelas que le permitieran verlo. La dejaron pasar, porque conocían el fanatismo de algunas madres que enviaban a sus hijas al dormitorio de los guerreros más notables, según ellas mismas decían, para mejorar la raza. El coronel Aureliano Buendía estaba aquella noche terminando el poema del hombre que se había extraviado en la lluvia, cuando la muchacha entró al cuarto. Él le dio la espalda para poner la hoja en la gaveta con llave donde guardaba sus versos. Y entonces lo sintió. Agarró la pistola en la gaveta sin volver la cara.

—No dispare, por favor —dijo.

Cuando se volvió con la pistola montada, la muchacha había bajado la suya y no sabía qué hacer. Así había logrado eludir cuatro de once emboscadas. En cambio, alguien que nunca fue capturado entró una noche al cuartel revolucionario de Manaure y asesinó a puñaladas a su íntimo amigo, el coronel Magnífico Visbal, a quien había cedido el catre para que sudara una calentura. A pocos metros, durmiendo en una hamaca en el mismo cuarto, él no se dio cuenta de nada. Eran inútiles sus esfuerzos por sistematizar los presagios. Se presentaban de pronto, en una ráfaga de lucidez sobrenatural, como una convicción absoluta y momentánea, pero inasible. En ocasiones eran tan naturales, que no los identificaba como presagios sino cuando se cumplían. Otras veces eran terminantes y no se cumplían. Con frecuencia no eran más que golpes vulgares de superstición. Pero cuando lo condenaron a muerte y le pidieron expresar su última voluntad, no tuvo la menor dificultad para identificar el presagio que le inspiró la respuesta:

—Pido que la sentencia se cumpla en Macondo —dijo.

El presidente del tribunal se disgustó.

—No sea vivo, Buendía —le dijo—. Es una estratagema para ganar tiempo.

—Si no la cumplen, allá ustedes —dijo el coronel—, pero esa es mi última voluntad.

Desde entonces lo habían abandonado los presagios. El día en que Úrsula lo visitó en la cárcel, después de mucho pensar, llegó a la conclusión de que quizás la muerte no se anunciaría aquella vez, porque no dependía del azar sino de la voluntad de sus verdugos. Pasó la noche en vela atormentado por el dolor de los golondrinos. Poco antes del alba oyó pasos en el corredor. «Ya vienen», se dijo, y pensó sin motivo en José Arcadio Buendía, que en aquel momento estaba pensando en él, bajo la madrugada lúgubre del castaño. No sintió miedo, ni nostalgia, sino una rabia intestinal ante la idea de que aquella muerte artificiosa no le permitiría conocer el final de tantas cosas que dejaba sin terminar. La puerta se abrió y entró el centinela con un tazón de café. Al día siguiente a la misma hora todavía estaba como entonces, rabiando con el dolor de las axilas, y ocurrió exactamente lo mismo. El jueves compartió el dulce de leche con los centinelas y se puso la ropa limpia, que le quedaba estrecha, y los botines de charol. Todavía el viernes no lo habían fusilado.

En realidad, no se atrevían a ejecutar la sentencia. La rebeldía del pueblo hizo pensar a los militares que el fusilamiento del coronel Aureliano Buendía tendría graves consecuencias políticas no solo en Macondo sino en todo el ámbito de la ciénaga, así que consultaron a las autoridades de la capital provincial. La noche del sábado, mientras esperaban la respuesta, el capitán Roque Carnicero fue con otros oficiales a la tienda de Catarino. Solo una mujer, casi presionada con amenazas, se atrevió a llevarlo al cuarto. «No se quieren acostar con un hombre que saben que se va a morir», le confesó ella. «Nadie sabe cómo será, pero todo el mundo anda diciendo que el oficial que fusile al coronel Aureliano Buendía, y todos los soldados del pelotón, uno por uno, serán asesinados sin remedio, tarde o temprano, así se escondan en el fin del mundo». El capitán Roque Carnicero lo comentó con los otros oficiales, y estos lo comentaron con sus superiores. El domingo, aunque nadie lo había revelado con franqueza, aunque ningún acto militar había turbado la calma tensa de aquellos días, todo el pueblo sabía que los oficiales estaban dispuestos a eludir con toda clase de pretextos la responsabilidad de la ejecución. En el correo del lunes llegó la orden oficial: la ejecución debía cumplirse en el término de veinticuatro horas. Esa noche los oficiales metieron en una gorra siete papeletas con sus nombres, y el inclemente destino del capitán Roque Carnicero lo señaló con la papeleta premiada. «La mala suerte no tiene resquicios», dijo él con profunda amargura. «Nací hijo de puta y muero hijo de puta». A las cinco de la mañana eligió el pelotón por sorteo, lo formó en el patio, y despertó al condenado con una frase premonitoria:

Capítulo 7 (1) Kapitel 7 (1) Chapter 7 (1) Chapitre 7 (1) Capitolo 7 (1) Capítulo 7 (1) Глава 7 (1)

VII

En mayo terminó la guerra. In May the war ended. Dos semanas antes de que el gobierno hiciera el anuncio oficial, en una proclama altisonante que prometía un despiadado castigo para los promotores de la rebelión, el coronel Aureliano Buendía cayó prisionero cuando estaba a punto de alcanzar la frontera occidental disfrazado de hechicero indígena. Two weeks before the government made the official announcement, in a high-sounding proclamation promising ruthless punishment for the promoters of the rebellion, Colonel Aureliano Buendía was taken prisoner as he was about to reach the western border disguised as an indigenous sorcerer. De los veintiún hombres que lo siguieron en la guerra, catorce murieron en combate, seis estaban heridos, y solo uno lo acompañaba en el momento de la derrota final: el coronel Gerineldo Márquez. Of the twenty-one men who followed him into the war, fourteen died in combat, six were wounded, and only one was with him at the moment of final defeat: Colonel Gerineldo Márquez. La noticia de la captura fue dada en Macondo con un bando extraordinario. The news of the capture was given in Macondo with an extraordinary band. «Está vivo», le informó Úrsula a su marido. "Er lebt", informierte Ursula ihren Mann. "He's alive," Úrsula informed her husband. «Roguemos a Dios para que sus enemigos tengan clemencia». "Let us pray to God that his enemies have mercy." Después de tres días de llanto, una tarde en que batía un dulce de leche en la cocina, oyó claramente la voz de su hijo muy cerca del oído. After three days of crying, one afternoon when she was churning a dulce de leche in the kitchen, she clearly heard her son's voice very close to her ear. «Era Aureliano», gritó, corriendo hacia el castaño para darle la noticia al esposo. "It was Aureliano," she shouted, running toward the chestnut tree to break the news to her husband. «No sé cómo ha sido el milagro, pero está vivo y vamos a verlo muy pronto». "I don't know how the miracle happened, but he is alive and we are going to see him very soon." Lo dio por hecho. He took it for granted. Hizo lavar los pisos de la casa y cambiar la posición de los muebles. He had the floors of the house washed and the furniture repositioned. Una semana después, un rumor sin origen que no sería respaldado por el bando, confirmó dramáticamente el presagio. Eine Woche später bestätigte ein unbestätigtes Gerücht, das von keiner Seite bestätigt wurde, auf dramatische Weise das Omen. A week later, a rumor without origin that would not be supported by the side, dramatically confirmed the omen. El coronel Aureliano Buendía había sido condenado a muerte, y la sentencia sería ejecutada en Macondo, para escarmiento de la población. Colonel Aureliano Buendía had been sentenced to death, and the sentence would be carried out in Macondo, as a warning to the population. Le colonel Aureliano Buendía avait été condamné à mort et la peine serait exécutée à Macondo, comme une leçon pour la population. Un lunes, a las diez y veinte de la mañana, Amaranta estaba vistiendo a Aureliano José, cuando percibió un tropel remoto y un toque de corneta, un segundo antes de que Úrsula irrumpiera en el cuarto con un grito: «Ya lo traen». One Monday, at twenty past ten in the morning, Amaranta was dressing Aureliano José, when she heard a remote crowd and a bugle blast, a second before Úrsula burst into the room with a shout: "They're bringing him." Un lundi, à dix heures vingt du matin, Amaranta était en train d'habiller Aureliano José, lorsqu'elle entendit une foule lointaine et un appel de clairon, une seconde avant qu'Úrsula ne fasse irruption dans la pièce en criant : « Ils l'amènent. La tropa pugnaba por someter a culatazos a la muchedumbre desbordada. The troops struggled to subdue the overflowing crowd with rifle butts. Les troupes ont eu du mal à maîtriser la foule débordante avec des crosses de fusil. Úrsula y Amaranta corrieron hasta la esquina, abriéndose paso a empellones, y entonces lo vieron. Úrsula and Amaranta ran to the corner, pushing their way through, and then they saw him. Ursula et Amaranta ont couru jusqu'au coin, se frayant un chemin, puis elles l'ont vu. Parecía un pordiosero. He looked like a beggar. Il ressemblait à un mendiant. Tenía la ropa desgarrada, el cabello y la barba enmarañados, y estaba descalzo. His clothes were torn, his hair and beard were matted, and he was barefoot. Caminaba sin sentir el polvo abrasante, con las manos amarradas a la espalda con una soga que sostenía en la cabeza de su montura un oficial de a caballo. He walked without feeling the scorching dust, his hands tied behind his back with a rope that was held on the head of his mount by a mounted officer. Junto a él, también astroso y derrotado, llevaban al coronel Gerineldo Márquez. Next to him, also shattered and defeated, they carried Colonel Gerineldo Márquez. À côté de lui, également brisé et vaincu, ils portaient le colonel Gerineldo Márquez. No estaban tristes. They were not sad. Parecían más bien turbados por la muchedumbre que gritaba a la tropa toda clase de improperios. They seemed rather disturbed by the crowd shouting all kinds of insults at the troops.

—¡Hijo mío! -My son! —gritó Úrsula en medio de la algazara, y le dio un manotazo al soldado que trató de detenerla. -rief Ursula inmitten des Aufruhrs und schlug den Soldaten, der sie aufhalten wollte. Úrsula shouted in the midst of the uproar, and slapped the soldier who tried to stop her. Ursula a crié au milieu du tumulte et a giflé le soldat qui a essayé de l'arrêter. El caballo del oficial se encabritó. The officer's horse reared. Le cheval de l'officier se cabra. Entonces el coronel Aureliano Buendía se detuvo, trémulo, esquivó los brazos de su madre y fijó en sus ojos una mirada dura. Dann blieb Oberst Aureliano Buendía zitternd stehen, wich den Armen seiner Mutter aus und starrte sie mit einem harten Blick an. Then Colonel Aureliano Buendía stopped, trembling, dodged his mother's arms and fixed a hard look on her eyes.

—Váyase a casa, mamá —dijo—. "Go home, Mom," he said. Pida permiso a las autoridades y venga a verme a la cárcel. Ask the authorities for permission and come see me in jail.

Miró a Amaranta, que permanecía indecisa a dos pasos detrás de Úrsula, y le sonrió al preguntarle: «¿Qué te pasó en la mano?». Sie sah Amaranta an, die zögernd zwei Schritte hinter Ursula stand, und lächelte sie an, als sie fragte: "Was ist mit deiner Hand passiert? He looked at Amaranta, who was standing indecisively two steps behind Úrsula, and he smiled at her as he asked her: "What happened to your hand?" Amaranta levantó la mano con la venda negra. Amaranta hob ihre Hand mit der schwarzen Binde. Amaranta raised her hand with the black bandage. Amaranta leva la main avec le bandage noir. «Una quemadura», dijo, y apartó a Úrsula para que no la atropellaran los caballos. "A burn," he said, and pushed Úrsula aside so the horses wouldn't run her over. « Une brûlure », dit-il, et il écarta Ursula pour que les chevaux ne l'écrasent pas. La tropa disparó. The troops fired. Una guardia especial rodeó a los prisioneros y los llevó al trote al cuartel. Ein spezieller Wachmann umringte die Gefangenen und führte sie im Trab zu den Kasernen. A special guard surrounded the prisoners and trotted them to the barracks.

Al atardecer, Úrsula visitó en la cárcel al coronel Aureliano Buendía. At dusk, Úrsula visited Colonel Aureliano Buendía in prison. Había tratado de conseguir el permiso a través de don Apolinar Moscote, pero este había perdido toda autoridad frente a la omnipotencia de los militares. Er hatte versucht, über Don Apolinar Moscote eine Genehmigung zu erhalten, aber dieser hatte angesichts der Allmacht des Militärs jede Autorität verloren. He had tried to obtain permission through Don Apolinar Moscote, but he had lost all authority in the face of the omnipotence of the military. El padre Nicanor estaba postrado por una calentura hepática. Pater Nicanor war mit Leberfieber bettlägerig. Father Nicanor was prostrated by liver fever. Los padres del coronel Gerineldo Márquez, que no estaba condenado a muerte, habían tratado de verlo y fueron rechazados a culatazos. The parents of Colonel Gerineldo Márquez, who was not sentenced to death, had tried to see him and were beaten back with rifle butts. Les parents du colonel Gerineldo Márquez, qui n'a pas été condamné à mort, avaient tenté de le voir et avaient été repoussés à coups de crosse. Ante la imposibilidad de conseguir intermediarios, convencida de que su hijo sería fusilado al amanecer, Úrsula hizo un envoltorio con las cosas que quería llevarle y fue sola al cuartel. Da sie keine Mittelsmänner finden konnte und davon überzeugt war, dass ihr Sohn im Morgengrauen erschossen werden würde, packte Ursula die Sachen, die sie ihm bringen wollte, und ging allein zur Kaserne. Faced with the impossibility of finding intermediaries, convinced that her son would be shot at dawn, Úrsula packed up the things she wanted to take him and went alone to the barracks. Devant l'impossibilité de trouver des intermédiaires, persuadée que son fils serait fusillé à l'aube, Ursula remballe les affaires qu'elle veut lui emmener et se rend seule à la caserne.

—Soy la madre del coronel Aureliano Buendía —se anunció. "I am the mother of Colonel Aureliano Buendía," she announced.

Los centinelas le cerraron el paso. The sentinels blocked his path. «De todos modos voy a entrar», les advirtió Úrsula. "Ich gehe trotzdem rein", warnte Ursula sie. "I'm going to go in anyway," Úrsula warned them. «De manera que si tienen orden de disparar, empiecen de una vez». "So if you have an order to shoot, start at once." Apartó a uno de un empellón y entró a la antigua sala de clases, donde un grupo de soldados desnudos engrasaban sus armas. Er schob einen zur Seite und betrat das alte Klassenzimmer, in dem eine Gruppe nackter Soldaten ihre Waffen einschmierte. He shoved one aside and entered the old classroom, where a group of naked soldiers were oiling their weapons. Il en poussa un de côté et entra dans l'ancienne salle de classe, où un groupe de soldats nus huilaient leurs armes. Un oficial en uniforme de campaña, sonrosado, con lentes de cristales muy gruesos y ademanes ceremoniosos, hizo a los centinelas una señal para que se retiraran. Ein Offizier in Felduniform, rosig behaart, mit dicken Brillengläsern und feierlichen Gesten, wies die Wachen an, sich zurückzuziehen. An officer in campaign uniform, rosy, with very thick glasses and ceremonious gestures, signaled to the sentries to withdraw. Un officier en uniforme de campagne, rose, aux lunettes très épaisses et aux gestes cérémonieux, fit signe aux sentinelles de se retirer.

—Soy la madre del coronel Aureliano Buendía —repitió Úrsula. "I am the mother of Colonel Aureliano Buendía," Úrsula repeated.

—Usted querrá decir —corrigió el oficial con una sonrisa amable— que es la señora madre del señor Aureliano Buendía. -Sie meinen", korrigierte der Offizier mit einem freundlichen Lächeln, "dass Sie die Mutter von Señor Aureliano Buendia sind. "You mean to say," corrected the officer with a friendly smile, "that you are the mother of Mr. Aureliano Buendía."

Úrsula reconoció en su modo de hablar rebuscado la cadencia lánguida de la gente del páramo, los cachacos. Ursula erkannte in ihrer gestelzten Sprechweise die träge Kadenz des Volkes des Páramo, der Cachacos. Úrsula recognized in his elaborate way of speaking the languid cadence of the people of the moor, the cachacos. Ursula reconnaissait dans sa façon élaborée de parler la cadence langoureuse des gens de la lande, les cachacos.

—Como usted diga, señor —admitió—, siempre que me permita verlo. -Wie Sie sagen, Sir", gab er zu, "solange ich ihn sehen darf. "As you say, sir," he admitted, "as long as you let me see it."

Había órdenes superiores de no permitir visitas a los condenados a muerte, pero el oficial asumió la responsabilidad de concederle una entrevista de quince minutos. There were orders from above not to allow visitors to those on death row, but the officer took it upon himself to grant him a fifteen-minute interview. Úrsula le mostró lo que llevaba en el envoltorio: una muda de ropa limpia, los botines que se puso su hijo para la boda, y el dulce de leche que guardaba para él desde el día en que presintió su regreso. Ursula zeigte ihm, was sich in dem Paket befand: saubere Kleidung zum Wechseln, die Stiefel, die ihr Sohn bei der Hochzeit trug, und die Dulce de Leche, die sie seit dem Tag, an dem sie seine Rückkehr spürte, für ihn aufbewahrt hatte. Úrsula showed him what she had in the package: a change of clean clothes, the ankle boots that her son wore for the wedding, and the dulce de leche that she had kept for him since the day she sensed his return. Encontró al coronel Aureliano Buendía en el cuarto del cepo, tendido en un catre y con los brazos abiertos, porque tenía las axilas empedradas de golondrinos. Er fand Oberst Aureliano Buendía in einem Raum der Lagerhalle, auf einer Pritsche liegend und mit geöffneten Armen, denn seine Achseln waren mit Schwalben bedeckt. He found Colonel Aureliano Buendía in the stocks room, stretched out on a cot and with his arms open, because his armpits were paved with swallows. Il trouva le colonel Aureliano Buendía dans la salle des stocks, allongé sur un lit de camp et les bras ouverts, car ses aisselles étaient pavées d'hirondelles. Le habían permitido afeitarse. He had been allowed to shave. El bigote denso de puntas retorcidas acentuaba la angulosidad de sus pómulos. The dense mustache with twisted ends accentuated the angularity of his cheekbones. A Úrsula le pareció que estaba más pálido que cuando se fue, un poco más alto y más solitario que nunca. Ursula fand, dass er blasser aussah als bei seiner Abreise, ein wenig größer und einsamer als je zuvor. It seemed to Úrsula that he was paler than when he left, a little taller and more lonely than ever. Estaba enterado de los pormenores de la casa: el suicidio de Pietro Crespi, las arbitrariedades y el fusilamiento de Arcadio, la impavidez de José Arcadio Buendía bajo el castaño. He was aware of the details of the house: Pietro Crespi's suicide, Arcadio's arbitrariness and execution, José Arcadio Buendía's impassiveness under the chestnut tree. Il connaissait les détails de la maison : le suicide de Pietro Crespi, l'arbitraire et l'exécution d'Arcadio, l'impassibilité de José Arcadio Buendía sous le marronnier. Sabía que Amaranta había consagrado su viudez de virgen a la crianza de Aureliano José, y que este empezaba a dar muestras de muy buen juicio y leía y escribía al mismo tiempo que aprendía a hablar. Sie wusste, dass Amaranta ihr jungfräuliches Witwen-Dasein der Erziehung von Aureliano José gewidmet hatte und dass er bereits Anzeichen eines sehr guten Urteilsvermögens zeigte, lesen und schreiben konnte und auch sprechen lernte. He knew that Amaranta had consecrated her widowhood as a virgin to raising Aureliano José, and that he was beginning to show signs of very good judgment and was reading and writing at the same time that he was learning to speak. Desde el momento en que entró al cuarto, Úrsula se sintió cohibida por la madurez de su hijo, por su aura de dominio, por el resplandor de autoridad que irradiaba su piel. Von dem Moment an, als sie den Raum betrat, fühlte sich Ursula der Reife ihres Sohnes bewusst, seiner dominanten Ausstrahlung, der Autorität, die seine Haut ausstrahlte. From the moment she entered the room, Úrsula felt embarrassed by her son's maturity, by his aura of dominance, by the radiance of authority that radiated from his skin. Se sorprendió que estuviera tan bien informado. Er war überrascht, dass er so gut informiert war. He was surprised that he was so well informed. «Ya sabe usted que soy adivino», bromeó él. "Du weißt, dass ich ein Wahrsager bin", scherzte er. "You know I'm a fortune teller," he joked. Y agregó en serio: «Esta mañana, cuando me trajeron, tuve la impresión de que ya había pasado por todo esto». Er fügte ernsthaft hinzu: "Heute Morgen, als sie mich herbrachten, hatte ich den Eindruck, dass ich schon alles hinter mir hatte. And he added seriously: "This morning, when they brought me, I had the impression that I had already been through all this." En verdad, mientras la muchedumbre tronaba a su paso, él estaba concentrado en sus pensamientos, asombrado de la forma en que había envejecido el pueblo en un año. Während die Menge an ihm vorbeidonnerte, war er in Gedanken versunken und erstaunt darüber, wie die Stadt in einem Jahr gealtert war. Indeed, as the crowd thundered past him, he was deep in thought, amazed at the way the town had aged in a year. En effet, alors que la foule grondait devant lui, il était plongé dans ses pensées, étonné de la façon dont la ville avait vieilli en un an. Los almendros tenían las hojas rotas. The almond trees had broken leaves. Las casas pintadas de azul, pintadas luego de rojo y luego vueltas a pintar de azul, habían terminado por adquirir una coloración indefinible. The houses painted blue, then painted red, then repainted blue, had ended up taking on an indefinable coloration.

—¿Qué esperabas? -Was haben Sie denn erwartet? "What did you expect?" —suspiró Úrsula—. Ursula sighed. El tiempo pasa. Time goes by.

—Así es —admitió Aureliano—, pero no tanto. "That's right," admitted Aureliano, "but not that much."

De este modo, la visita tanto tiempo esperada, para la que ambos habían preparado las preguntas e inclusive previsto las respuestas, fue otra vez la conversación cotidiana de siempre. So wurde der lang erwartete Besuch, auf den beide die Fragen vorbereitet und sogar die Antworten geplant hatten, wieder einmal zum üblichen Alltagsgespräch. In this way, the long-awaited visit, for which both had prepared the questions and even anticipated the answers, was once again the usual daily conversation. Cuando el centinela anunció el término de la entrevista, Aureliano sacó de debajo de la estera del catre un rollo de papeles sudados. When the sentinel announced the end of the interview, Aureliano pulled a roll of sweaty papers out from under the mat on the cot. Lorsque la sentinelle annonça la fin de l'entretien, Aureliano sortit un rouleau de papiers moites de sous la natte du lit de camp. Eran sus versos. Es waren seine Verse. They were his verses. Los inspirados por Remedios, que había llevado consigo cuando se fue, y los escritos después, en las azarosas pausas de la guerra. Die von Remedios inspirierten, die er bei seiner Abreise mitgenommen hatte, und die danach, in den bewegten Kriegspausen, geschriebenen. The ones inspired by Remedios, which she had taken with her when she left, and the ones written later, in the random pauses of the war. Celles inspirées de Remedios, qu'elle avait emportées avec elle en partant, et celles écrites plus tard, dans les pauses aléatoires de la guerre. «Prométame que no los va a leer nadie», dijo. "Versprechen Sie mir, dass niemand sie liest", sagte er. "Promise me no one will read them," he said. «Esta misma noche encienda el horno con ellos». "This very night light the oven with them." Úrsula lo prometió y se incorporó para darle un beso de despedida. Úrsula promised and got up to kiss him goodbye.

—Te traje un revólver —murmuró. -Ich habe dir eine Waffe mitgebracht", murmelte er. "I brought you a revolver," he murmured.

El coronel Aureliano Buendía comprobó que el centinela no estaba a la vista. Oberst Aureliano Buendía vergewisserte sich, dass die Wache nicht in Sicht war. Colonel Aureliano Buendía verified that the sentinel was not in sight. «No me sirve de nada», replicó en voz baja. "Das nützt mir nichts", antwortete er leise. "It's no use to me," he replied quietly. «Pero démelo, no sea que la registren a la salida». "But give it to me, lest they check you out." "Mais donne-le-moi, de peur qu'ils ne te contrôlent." Úrsula sacó el revólver del corpiño y él lo puso debajo de la estera del catre. Úrsula took the revolver out of her bodice and he put it under the mat on the cot. Ursula a sorti le revolver de son corsage et il l'a mis sous la natte sur le lit de camp. «Y ahora no se despida», concluyó con un énfasis calmado. "Und jetzt sagen Sie nicht auf Wiedersehen", schloss er mit ruhigem Nachdruck. "And now don't say goodbye," he concluded with calm emphasis. "Et maintenant, ne dis pas au revoir," conclut-il avec une emphase calme. «No suplique a nadie ni se rebaje ante nadie. "Bittet niemanden und kriecht nicht vor jemandem. "Don't beg anyone or lower yourself to anyone. "Ne mendiez personne et ne vous abaissez à personne. Hágase el cargo que me fusilaron hace mucho tiempo». Ich wurde schon vor langer Zeit angeschossen. Take charge that they shot me a long time ago». Úrsula se mordió los labios para no llorar. Úrsula bit her lips to keep from crying.

—Ponte piedras calientes en los golondrinos —dijo. -Legt heiße Steine auf die Schwalben", sagte er. "Put hot stones in the swallows," he said. "Mettez des pierres chaudes dans les hirondelles", a-t-il dit.

Dio media vuelta y salió del cuarto. Er drehte sich um und verließ den Raum. He turned around and left the room. El coronel Aureliano Buendía permaneció de pie, pensativo, hasta que se cerró la puerta. Oberst Aureliano Buendía stand nachdenklich da, bis sich die Tür schloss. Colonel Aureliano Buendía remained standing, thoughtful, until the door closed. Entonces volvió a acostarse con los brazos abiertos. Then she lay back down with her arms outstretched. Desde el principio de la adolescencia, cuando empezó a ser consciente de sus presagios, pensó que la muerte había de anunciarse con una señal definida, inequívoca, irrevocable, pero le faltaban pocas horas para morir, y la señal no llegaba. From the beginning of adolescence, when he began to be aware of his omens, he thought that death had to be announced with a definite, unequivocal, irrevocable signal, but he was only a few hours away from dying, and the signal did not come. Dès le début de l'adolescence, alors qu'il commençait à prendre conscience de ses présages, il pensait que la mort devait être annoncée par un signal précis, sans équivoque, irrévocable, mais il n'était qu'à quelques heures de mourir, et le signal ne vint pas. . En cierta ocasión una mujer muy bella entró a su campamento de Tucurinca y pidió a los centinelas que le permitieran verlo. On a certain occasion a very beautiful woman entered his camp at Tucurinca and asked the sentinels to let her see him. La dejaron pasar, porque conocían el fanatismo de algunas madres que enviaban a sus hijas al dormitorio de los guerreros más notables, según ellas mismas decían, para mejorar la raza. Sie ließen sie passieren, weil sie den Fanatismus einiger Mütter kannten, die ihre Töchter in das Wohnheim der berühmtesten Krieger schickten, wie sie sagten, um die Rasse zu verbessern. They let her pass, because they knew the fanaticism of some mothers who sent their daughters to the dormitory of the most notable warriors, as they themselves said, to improve the race. El coronel Aureliano Buendía estaba aquella noche terminando el poema del hombre que se había extraviado en la lluvia, cuando la muchacha entró al cuarto. Colonel Aureliano Buendía was finishing the poem about the man who had gotten lost in the rain that night, when the girl entered the room. Le colonel Aureliano Buendía terminait le poème sur l'homme qui s'était perdu sous la pluie cette nuit-là, lorsque la jeune fille entra dans la pièce. Él le dio la espalda para poner la hoja en la gaveta con llave donde guardaba sus versos. Er drehte ihr den Rücken zu, um das Blatt in die verschlossene Schublade zu legen, in der er seine Verse aufbewahrte. He turned his back on her to put the page in the locked drawer where he kept his verses. Il lui tourna le dos pour mettre la page dans le tiroir verrouillé où il gardait ses vers. Y entonces lo sintió. Und dann spürte er es. And then he felt it. Agarró la pistola en la gaveta sin volver la cara. Er griff nach der Pistole in der Schublade, ohne sein Gesicht abzuwenden. He grabbed the gun in the drawer without turning his face.

—No dispare, por favor —dijo. "Don't shoot, please," he said.

Cuando se volvió con la pistola montada, la muchacha había bajado la suya y no sabía qué hacer. Als er sich mit der montierten Pistole umdrehte, hatte das Mädchen ihre gesenkt und wusste nicht, was sie tun sollte. When he turned with his pistol cocked, the girl had lowered hers and he didn't know what to do. Quand il s'est retourné avec son pistolet armé, la fille avait baissé le sien et il ne savait pas quoi faire. Así había logrado eludir cuatro de once emboscadas. Auf diese Weise war es ihm gelungen, vier von elf Überfällen zu entgehen. Thus he had managed to avoid four of eleven ambushes. Ainsi, il avait réussi à éluder quatre embuscades sur onze. En cambio, alguien que nunca fue capturado entró una noche al cuartel revolucionario de Manaure y asesinó a puñaladas a su íntimo amigo, el coronel Magnífico Visbal, a quien había cedido el catre para que sudara una calentura. Stattdessen betrat jemand, der nie gefangen genommen wurde, eines Nachts die Revolutionskaserne in Manaure und erstach seinen engen Freund, Oberst Magnifico Visbal, dem er sein Feldbett überlassen hatte, um eine Hitzewelle auszuschwitzen. On the other hand, someone who was never captured entered the Manaure revolutionary barracks one night and stabbed to death his close friend, Colonel Magnifico Visbal, to whom he had given the cot so that he could sweat out a fever. Par contre, quelqu'un qui n'a jamais été capturé est entré une nuit dans la caserne révolutionnaire de Manaure et a poignardé à mort son ami proche, le colonel Magnifico Visbal, à qui il avait donné le lit pour qu'il puisse suer la fièvre. A pocos metros, durmiendo en una hamaca en el mismo cuarto, él no se dio cuenta de nada. Ein paar Meter weiter, in einer Hängematte im selben Raum schlafend, hat er nichts bemerkt. A few meters away, sleeping in a hammock in the same room, he didn't notice a thing. Eran inútiles sus esfuerzos por sistematizar los presagios. His efforts to systematize the omens were useless. Se presentaban de pronto, en una ráfaga de lucidez sobrenatural, como una convicción absoluta y momentánea, pero inasible. They appeared suddenly, in a burst of supernatural lucidity, like an absolute and momentary conviction, but elusive. Elles sont apparues soudain, dans un élan de lucidité surnaturelle, comme une conviction absolue et momentanée, mais insaisissable. En ocasiones eran tan naturales, que no los identificaba como presagios sino cuando se cumplían. Sometimes they were so natural that he didn't identify them as omens until they came true. Parfois, ils étaient si naturels qu'il ne les identifiait pas comme des présages jusqu'à ce qu'ils se réalisent. Otras veces eran terminantes y no se cumplían. Other times they were strict and were not fulfilled. D'autres fois, ils étaient stricts et n'étaient pas respectés. Con frecuencia no eran más que golpes vulgares de superstición. Often they were nothing more than vulgar strokes of superstition. Pero cuando lo condenaron a muerte y le pidieron expresar su última voluntad, no tuvo la menor dificultad para identificar el presagio que le inspiró la respuesta: But when he was sentenced to death and asked to express his last wishes, he had no difficulty in identifying the omen that inspired his response:

—Pido que la sentencia se cumpla en Macondo —dijo. -Ich bitte darum, dass das Urteil in Macondo vollstreckt wird", sagte er. "I ask that the sentence be carried out in Macondo," he said. "Je demande que la peine soit exécutée à Macondo", a-t-il déclaré.

El presidente del tribunal se disgustó. The president of the court was upset. Le président du tribunal était bouleversé.

—No sea vivo, Buendía —le dijo—. -Bleib nicht am Leben, Buendía", sagte er. "Don't be quick, Buendía," he told him. "Ne sois pas rapide, Buendia," lui dit-il. Es una estratagema para ganar tiempo. It's a ploy to buy time.

—Si no la cumplen, allá ustedes —dijo el coronel—, pero esa es mi última voluntad. -Wenn Sie sich weigern, ist das Ihre Sache", sagte der Oberst, "aber das ist mein letzter Wunsch. "If you don't comply, that's up to you," the colonel said, "but that's my last wish."

Desde entonces lo habían abandonado los presagios. Since then the omens had abandoned him. El día en que Úrsula lo visitó en la cárcel, después de mucho pensar, llegó a la conclusión de que quizás la muerte no se anunciaría aquella vez, porque no dependía del azar sino de la voluntad de sus verdugos. An dem Tag, an dem Ursula ihn im Gefängnis besuchte, kam er nach reiflicher Überlegung zu dem Schluss, dass der Tod diesmal vielleicht nicht angekündigt würde, weil er nicht vom Zufall, sondern vom Willen seiner Henker abhing. The day that Úrsula visited him in prison, after much thought, he came to the conclusion that perhaps death would not be announced that time, because it did not depend on chance but on the will of his executioners. Pasó la noche en vela atormentado por el dolor de los golondrinos. He spent the night awake tormented by the pain of the swallows. Il passa la nuit éveillé tourmenté par la douleur des hirondelles. Poco antes del alba oyó pasos en el corredor. Shortly before dawn he heard footsteps in the corridor. «Ya vienen», se dijo, y pensó sin motivo en José Arcadio Buendía, que en aquel momento estaba pensando en él, bajo la madrugada lúgubre del castaño. "Sie kommen", sagte er zu sich selbst und dachte ohne Grund an José Arcadio Buendía, der in diesem Moment an ihn dachte, in der düsteren Dämmerung unter dem Kastanienbaum. "They're coming," he said to himself, and for no reason thought of José Arcadio Buendía, who was thinking of him at that moment, under the gloomy dawn of the chestnut tree. "Ils arrivent", se dit-il, et sans raison pensa à José Arcadio Buendía, qui pensait à lui à ce moment, sous l'aube sombre du marronnier. No sintió miedo, ni nostalgia, sino una rabia intestinal ante la idea de que aquella muerte artificiosa no le permitiría conocer el final de tantas cosas que dejaba sin terminar. He did not feel fear or nostalgia, but an intestinal rage at the idea that this artificial death would not allow him to know the end of so many things that he left unfinished. Il n'éprouvait ni peur ni nostalgie, mais une rage intestinale à l'idée que cette mort artificielle ne lui permettrait pas de connaître la fin de tant de choses qu'il laissait inachevées. La puerta se abrió y entró el centinela con un tazón de café. The door opened and the sentinel entered with a mug of coffee. Al día siguiente a la misma hora todavía estaba como entonces, rabiando con el dolor de las axilas, y ocurrió exactamente lo mismo. The next day at the same time I was still like then, raging with the pain in my armpits, and exactly the same thing happened. El jueves compartió el dulce de leche con los centinelas y se puso la ropa limpia, que le quedaba estrecha, y los botines de charol. On Thursday he shared the dulce de leche with the sentinels and put on his clean clothes, which were too tight for him, and his patent leather ankle boots. Todavía el viernes no lo habían fusilado. They still hadn't shot him on Friday.

En realidad, no se atrevían a ejecutar la sentencia. In reality, they did not dare to carry out the sentence. La rebeldía del pueblo hizo pensar a los militares que el fusilamiento del coronel Aureliano Buendía tendría graves consecuencias políticas no solo en Macondo sino en todo el ámbito de la ciénaga, así que consultaron a las autoridades de la capital provincial. The rebelliousness of the people made the soldiers think that the execution of Colonel Aureliano Buendía would have serious political consequences not only in Macondo but in the entire area of the swamp, so they consulted the authorities of the provincial capital. La noche del sábado, mientras esperaban la respuesta, el capitán Roque Carnicero fue con otros oficiales a la tienda de Catarino. On Saturday night, while they waited for the answer, Captain Roque Carnicero went with other officers to Catarino's store. Solo una mujer, casi presionada con amenazas, se atrevió a llevarlo al cuarto. Only one woman, almost pressed with threats, dared to take him to the room. «No se quieren acostar con un hombre que saben que se va a morir», le confesó ella. "Sie wollen nicht mit einem Mann schlafen, von dem sie wissen, dass er sterben wird", gestand sie ihm. "They don't want to sleep with a man they know is going to die," she confessed. "Ils ne veulent pas coucher avec un homme dont ils savent qu'il va mourir", a-t-elle avoué. «Nadie sabe cómo será, pero todo el mundo anda diciendo que el oficial que fusile al coronel Aureliano Buendía, y todos los soldados del pelotón, uno por uno, serán asesinados sin remedio, tarde o temprano, así se escondan en el fin del mundo». "Niemand weiß, wie es sein wird, aber alle sagen, dass der Offizier, der Oberst Aureliano Buendía und alle Soldaten des Zuges, einer nach dem anderen, ohne Mittel getötet werden, früher oder später, auch wenn sie sich am Ende der Welt verstecken. "No one knows what it will be like, but everyone is saying that the officer who shoots Colonel Aureliano Buendía, and all the soldiers in the platoon, one by one, will be hopelessly killed, sooner or later, even if they hide at the end of the world." ». "Personne ne sait ce que ce sera, mais tout le monde dit que l'officier qui tire sur le colonel Aureliano Buendía, et tous les soldats du peloton, un par un, seront désespérément tués, tôt ou tard, même s'ils se cachent au fin du monde." ». El capitán Roque Carnicero lo comentó con los otros oficiales, y estos lo comentaron con sus superiores. Hauptmann Roque Carnicero besprach die Angelegenheit mit den anderen Offizieren, und diese besprachen sie mit ihren Vorgesetzten. Captain Roque Carnicero discussed it with the other officers, and they discussed it with their superiors. El domingo, aunque nadie lo había revelado con franqueza, aunque ningún acto militar había turbado la calma tensa de aquellos días, todo el pueblo sabía que los oficiales estaban dispuestos a eludir con toda clase de pretextos la responsabilidad de la ejecución. Am Sonntag wussten alle, dass die Offiziere bereit waren, sich unter allen möglichen Vorwänden der Verantwortung für die Hinrichtung zu entziehen, auch wenn niemand es offen gesagt hatte und keine militärische Aktion die angespannte Ruhe jener Tage gestört hatte. On Sunday, although no one had revealed it frankly, although no military act had disturbed the tense calm of those days, all the people knew that the officers were ready to evade responsibility for the execution with all sorts of pretexts. En el correo del lunes llegó la orden oficial: la ejecución debía cumplirse en el término de veinticuatro horas. The official order arrived in the Monday mail: the execution was to be carried out within twenty-four hours. Esa noche los oficiales metieron en una gorra siete papeletas con sus nombres, y el inclemente destino del capitán Roque Carnicero lo señaló con la papeleta premiada. In dieser Nacht steckten die Offiziere sieben Stimmzettel mit ihren Namen in eine Kappe, und das unheilvolle Schicksal von Kapitän Roque Carnicero wurde ihm durch den Gewinner des Stimmzettels mitgeteilt. That night the officers put seven ballots with their names in a cap, and the inclement fate of Captain Roque Carnicero was indicated with the winning ballot. Cette nuit-là, les officiers ont mis sept bulletins de vote avec leurs noms dans une casquette, et le mauvais sort du capitaine Roque Carnicero a été indiqué par le bulletin de vote gagnant. «La mala suerte no tiene resquicios», dijo él con profunda amargura. "Das Unglück kennt keine Schlupflöcher", sagte er mit tiefer Bitterkeit. "Bad luck has no loopholes," he said with deep bitterness. "La malchance n'a pas d'échappatoire", a-t-il déclaré avec une profonde amertume. «Nací hijo de puta y muero hijo de puta». "Ich wurde als Hurensohn geboren und ich sterbe als Hurensohn". "I was born a son of a bitch and I die a son of a bitch." A las cinco de la mañana eligió el pelotón por sorteo, lo formó en el patio, y despertó al condenado con una frase premonitoria: At five in the morning he chose the platoon by lot, formed it in the courtyard, and woke up the condemned man with a premonitory phrase: