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Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez, Capítulo 4 (1)

Capítulo 4 (1)

IV

La casa nueva, blanca como una paloma, fue estrenada con un baile. Úrsula había concebido aquella idea desde la tarde en que vio a Rebeca y Amaranta convertidas en adolescentes, y casi puede decirse que el principal motivo de la construcción fue el deseo de procurar a las muchachas un lugar digno donde recibir las visitas. Para que nada restara esplendor a ese propósito, trabajó como un galeote mientras se ejecutaban las reformas, de modo que antes de que estuvieran terminadas había encargado costosos menesteres para la decoración y el servicio, y el invento maravilloso que había de suscitar el asombro del pueblo y el júbilo de la juventud: la pianola. La llevaron a pedazos, empacada en varios cajones que fueron descargados junto con los muebles vieneses, la cristalería de Bohemia, la vajilla de la Compañía de las Indias, los manteles de Holanda y una rica variedad de lámparas y palmatorias, y floreros, paramentos y tapices. La casa importadora envió por su cuenta un experto italiano, Pietro Crespi, para que armara y afinara la pianola, instruyera a los compradores en su manejo y los enseñara a bailar la música de moda impresa en seis rollos de papel.

Pietro Crespi era joven y rubio, el hombre más hermoso y mejor educado que se había visto en Macondo, tan escrupuloso en el vestir que a pesar del calor sofocante trabajaba con la almilla brocada y el grueso saco de paño oscuro. Empapado en sudor, guardando una distancia reverente con los dueños de la casa, estuvo varias semanas encerrado en la sala, con una consagración similar a la de Aureliano en su taller de orfebre. Una mañana, sin abrir la puerta, sin convocar a ningún testigo del milagro, colocó el primer rollo en la pianola, y el martilleo atormentador y el estrépito constante de los listones de madera cesaron en un silencio de asombro, ante el orden y la limpieza de la música. Todos se precipitaron a la sala. José Arcadio Buendía pareció fulminado no por la belleza de la melodía, sino por el tecleo autónomo de la pianola, e instaló en la sala la cámara de Melquíades con la esperanza de obtener el daguerrotipo del ejecutante invisible. Ese día el italiano almorzó con ellos. Rebeca y Amaranta, sirviendo la mesa, se intimidaron con la fluidez con que manejaba los cubiertos aquel hombre angélico de manos pálidas y sin anillos. En la sala de estar, contigua a la sala de visita, Pietro Crespi las enseñó a bailar. Les indicaba los pasos sin tocarlas, marcando el compás con un metrónomo, bajo la amable vigilancia de Úrsula, que no abandonó la sala un solo instante mientras sus hijas recibían las lecciones. Pietro Crespi llevaba en esos días unos pantalones especiales, muy flexibles y ajustados, y unas zapatillas de baile. «No tienes por qué preocuparte tanto», le decía José Arcadio Buendía a su mujer. «Este hombre es marica». Pero ella no desistió de la vigilancia mientras no terminó el aprendizaje y el italiano se marchó de Macondo. Entonces empezó la organización de la fiesta. Úrsula hizo una lista severa de los invitados, en la cual los únicos escogidos fueron los descendientes de los fundadores, salvo la familia de Pilar Ternera, que ya había tenido otros dos hijos de padres desconocidos. Era en realidad una selección de clase, solo que determinada por sentimientos de amistad, pues los favorecidos no solo eran los más antiguos allegados a la casa de José Arcadio Buendía desde antes de emprender el éxodo que culminó con la fundación de Macondo, sino que sus hijos y nietos eran los compañeros habituales de Aureliano y Arcadio desde la infancia, y sus hijas eran las únicas que visitaban la casa para bordar con Rebeca y Amaranta. Don Apolinar Moscote, el gobernante benévolo cuya actuación se reducía a sostener con sus escasos recursos a dos policías armados con bolillos de palo, era una autoridad ornamental. Para sobrellevar los gastos domésticos, sus hijas abrieron un taller de costura, donde lo mismo hacían flores de fieltro que bocadillos de guayaba y esquelas de amor por encargo. Pero a pesar de ser recatadas y serviciales, las más bellas del pueblo y las más diestras en los bailes nuevos, no consiguieron que se les tomara en cuenta para la fiesta.

Mientras Úrsula y las muchachas desempacaban muebles, pulían las vajillas y colgaban cuadros de doncellas en barcas cargadas de rosas, infundiendo un soplo de vida nueva a los espacios pelados que construyeron los albañiles, José Arcadio Buendía renunció a la persecución de la imagen de Dios, convencido de su inexistencia, y destripó la pianola para descifrar su magia secreta. Dos días antes de la fiesta, empantanado en un reguero de clavijas y martinetes sobrantes, chapuceando entre un enredijo de cuerdas que desenrollaba por un extremo y se volvían a enrollar por el otro, consiguió malcomponer el instrumento. Nunca hubo tantos sobresaltos y correndillas como en aquellos días, pero las nuevas lámparas de alquitrán se encendieron en la fecha y a la hora previstas. La casa se abrió, todavía olorosa a resinas y a cal húmeda, y los hijos y nietos de los fundadores conocieron el corredor de los helechos y las begonias, los aposentos silenciosos, el jardín saturado por la fragancia de las rosas, y se reunieron en la sala de visita frente al invento desconocido que había sido cubierto con una sábana blanca. Quienes conocían el pianoforte, popular en otras poblaciones de la ciénaga, se sintieron un poco descorazonados, pero más amarga fue la desilusión de Úrsula cuando colocó el primer rollo para que Amaranta y Rebeca abrieran el baile, y el mecanismo no funcionó. Melquíades, ya casi ciego, desmigajándose de decrepitud, recurrió a las artes de su antiquísima sabiduría para tratar de componerlo. Al fin José Arcadio Buendía logró mover por equivocación un dispositivo atascado, y la música salió primero a borbotones, y luego en un manantial de notas enrevesadas. Golpeando contra las cuerdas puestas sin orden ni concierto y templadas con temeridad, los martinetes se desquiciaron. Pero los porfiados descendientes de los veintiún intrépidos que desentrañaron la sierra buscando el mar por el occidente, eludieron los escollos del trastrueque melódico, y el baile se prolongó hasta el amanecer.

Pietro Crespi volvió a componer la pianola. Rebeca y Amaranta lo ayudaron a ordenar las cuerdas y lo secundaron en sus risas por lo enrevesado de los valses. Era en extremo afectuoso, y de índole tan honrada, que Úrsula renunció a la vigilancia. La víspera de su viaje se improvisó con la pianola restaurada un baile para despedirlo, y él hizo con Rebeca una demostración virtuosa de las danzas modernas. Arcadio y Amaranta los igualaron en gracia y destreza. Pero la exhibición fue interrumpida porque Pilar Ternera, que estaba en la puerta con los curiosos, se peleó a mordiscos y tirones de pelo con una mujer que se atrevió a comentar que el joven Arcadio tenía nalgas de mujer. Hacia la medianoche, Pietro Crespi se despidió con un discursito sentimental y prometió volver muy pronto. Rebeca lo acompañó hasta la puerta, y luego de haber cerrado la casa y apagado las lámparas, se fue a su cuarto a llorar. Fue un llanto inconsolable que se prolongó por varios días, y cuya causa no conoció ni siquiera Amaranta. No era extraño su hermetismo. Aunque parecía expansiva y cordial, tenía un carácter solitario y un corazón impenetrable. Era una adolescente espléndida, de huesos largos y firmes, pero se empecinaba en seguir usando el mecedorcito de madera con que llegó a la casa, muchas veces reforzado y ya desprovisto de brazos. Nadie había descubierto que aún a esa edad conservaba el hábito de chuparse el dedo. Por eso no perdía ocasión de encerrarse en el baño, y había adquirido la costumbre de dormir con la cara vuelta contra la pared. En las tardes de lluvia, bordando con un grupo de amigas en el corredor de las begonias, perdía el hilo de la conversación y una lágrima de nostalgia le salaba el paladar cuando veía las vetas de tierra húmeda y los montículos de barro construidos por las lombrices en el jardín. Esos gustos secretos, derrotados en otro tiempo por las naranjas con ruibarbo, estallaron en un anhelo irreprimible cuando empezó a llorar. Volvió a comer tierra. La primera vez lo hizo casi por curiosidad, segura de que el mal sabor sería el mejor remedio contra la tentación. Y en efecto no pudo soportar la tierra en la boca. Pero insistió, vencida por el ansia creciente, y poco a poco fue rescatando el apetito ancestral, el gusto de los minerales primarios, la satisfacción sin resquicios del alimento original. Se echaba puñados de tierra en los bolsillos, y los comía a granitos sin ser vista, con un confuso sentimiento de dicha y de rabia, mientras adiestraba a sus amigas en las puntadas más difíciles y conversaba de otros hombres que no merecían el sacrificio de que se comiera por ellos la cal de las paredes. Los puñados de tierra hacían menos remoto y más cierto al único hombre que merecía aquella degradación, como si el suelo que él pisaba con sus finas botas de charol en otro lugar del mundo, le transmitiera a ella el peso y la temperatura de su sangre en un sabor mineral que dejaba un rescoldo áspero en la boca y un sedimento de paz en el corazón. Una tarde, sin ningún motivo, Amparo Moscote pidió permiso para conocer la casa. Amaranta y Rebeca, desconcertadas por la visita imprevista, la atendieron con un formalismo duro. Le mostraron la mansión reformada, le hicieron oír los rollos de la pianola y le ofrecieron naranjada con galletitas. Amparo dio una lección de dignidad, de encanto personal, de buenas maneras, que impresionó a Úrsula en los breves instantes en que asistió a la visita. Al cabo de dos horas, cuando la conversación empezaba a languidecer, Amparo aprovechó un descuido de Amaranta y le entregó una carta a Rebeca. Ella alcanzó a ver el nombre de la muy distinguida señorita doña Rebeca Buendía, escrito con la misma letra metódica, la misma tinta verde y la misma disposición preciosista de las palabras con que estaban escritas las instrucciones de manejo de la pianola, y dobló la carta con la punta de los dedos y se la escondió en el corpiño mirando a Amparo Moscote con una expresión de gratitud sin término ni condiciones y una callada promesa de complicidad hasta la muerte.

La repentina amistad de Amparo Moscote y Rebeca Buendía despertó las esperanzas de Aureliano. El recuerdo de la pequeña Remedios no había dejado de torturarlo, pero no encontraba la ocasión de verla. Cuando paseaba por el pueblo con sus amigos más próximos, Magnífico Visbal y Gerineldo Márquez —hijos de los fundadores de iguales nombres— la buscaba con mirada ansiosa en el taller de costura y solo veía a las hermanas mayores. La presencia de Amparo Moscote en la casa fue como una premonición. «Tiene que venir con ella», se decía Aureliano en voz baja. «Tiene que venir». Tantas veces se lo repitió, y con tanta convicción, que una tarde en que armaba en el taller un pescadito de oro, tuvo la certidumbre de que ella había respondido a su llamado. Poco después, en efecto, oyó la vocecita infantil, y al levantar la vista con el corazón helado de pavor, vio a la niña en la puerta con vestido de organdí rosado y botitas blancas.

—Ahí no entres, Remedios —dijo Amparo Moscote en el corredor—. Están trabajando.

Pero Aureliano no le dio tiempo de atender. Levantó el pescadito dorado prendido de una cadenita que le salía por la boca, y le dijo:

—Entra.

Remedios se aproximó e hizo sobre el pescadito algunas preguntas, que Aureliano no pudo contestar porque se lo impedía un asma repentina. Quería quedarse para siempre junto a ese cutis de lirio, junto a esos ojos de esmeralda, muy cerca de esa voz que a cada pregunta le decía señor con el mismo respeto con que se lo decía a su padre. Melquíades estaba en el rincón, sentado al escritorio, garabateando signos indescifrables. Aureliano lo odió. No pudo hacer nada, salvo decirle a Remedios que le iba a regalar el pescadito, y la niña se asustó tanto con el ofrecimiento que abandonó a toda prisa el taller. Aquella tarde perdió Aureliano la recóndita paciencia con que había esperado la ocasión de verla. Descuidó el trabajo. La llamó muchas veces, en desesperados esfuerzos de concentración, pero Remedios no respondió. La buscó en el taller de sus hermanas, en los visillos de su casa, en la oficina de su padre, pero solamente la encontró en la imagen que saturaba su propia y terrible soledad. Pasaba horas enteras con Rebeca en la sala de visita escuchando los valses de la pianola. Ella los escuchaba porque era la música con que Pietro Crespi la había enseñado a bailar. Aureliano los escuchaba simplemente porque todo, hasta la música, le recordaba a Remedios.

Capítulo 4 (1) Kapitel 4 (1) Κεφάλαιο 4 (1) Chapter 4 (1) Chapitre 4 (1) Capitolo 4 (1) 第4章 (1) 4 skyrius (1) Rozdział 4 (1) Capítulo 4 (1) Глава 4 (1)

IV

La casa nueva, blanca como una paloma, fue estrenada con un baile. The new house, white as a dove, was inaugurated with a dance. La nouvelle maison, blanche comme une colombe, a été inaugurée par une danse. Úrsula había concebido aquella idea desde la tarde en que vio a Rebeca y Amaranta convertidas en adolescentes, y casi puede decirse que el principal motivo de la construcción fue el deseo de procurar a las muchachas un lugar digno donde recibir las visitas. Úrsula had conceived that idea since the afternoon when she saw Rebeca and Amaranta turned into teenagers, and it can almost be said that the main reason for the construction was the desire to provide the girls with a decent place to receive visitors. Para que nada restara esplendor a ese propósito, trabajó como un galeote mientras se ejecutaban las reformas, de modo que antes de que estuvieran terminadas había encargado costosos menesteres para la decoración y el servicio, y el invento maravilloso que había de suscitar el asombro del pueblo y el júbilo de la juventud: la pianola. Um den Glanz dieses Vorhabens durch nichts zu schmälern, arbeitete er während der Umbauarbeiten wie ein Galeerensklave, so dass er noch vor deren Beendigung kostspielige Dekorations- und Servicegegenstände und die wunderbare Erfindung bestellte, die das Erstaunen des Volkes und den Jubel der Jugend hervorrufen sollte: die Pianola. So that nothing detracted from the splendor of that purpose, he worked like a galley slave while the reforms were being carried out, so that before they were finished he had commissioned costly necessities for decoration and service, and the wonderful invention that was to arouse the astonishment of the people. and the joy of youth: the pianola. Pour que rien ne nuise à la splendeur de ce but, il travailla comme un galérien pendant que les réformes étaient en cours, de sorte qu'avant qu'elles ne soient terminées, il avait commandé des nécessités coûteuses pour la décoration et le service, et la merveilleuse invention qui devait éveiller le l'étonnement du peuple et la joie de la jeunesse : le pianola. La llevaron a pedazos, empacada en varios cajones que fueron descargados junto con los muebles vieneses, la cristalería de Bohemia, la vajilla de la Compañía de las Indias, los manteles de Holanda y una rica variedad de lámparas y palmatorias, y floreros, paramentos y tapices. It was carried away in pieces, packed into several crates, and unloaded along with Viennese furniture, Bohemian glassware, East India Company tableware, Dutch tablecloths, and a rich assortment of lamps and candlesticks, and vases, paraments, and decorations. hangings. Il fut emporté en morceaux, emballé dans plusieurs caisses, et déchargé en même temps que des meubles viennois, de la verrerie de Bohême, de la vaisselle de la Compagnie des Indes orientales, des nappes hollandaises, et un riche assortiment de lampes et chandeliers, et de vases, parements et décorations de tentures. La casa importadora envió por su cuenta un experto italiano, Pietro Crespi, para que armara y afinara la pianola, instruyera a los compradores en su manejo y los enseñara a bailar la música de moda impresa en seis rollos de papel. Die Importfirma schickte einen italienischen Experten, Pietro Crespi, der das Klavier zusammenbaute und stimmte, die Käufer in der Handhabung unterwies und ihnen beibrachte, zu der auf sechs Papierrollen gedruckten modischen Musik zu tanzen. The importing house sent an Italian expert, Pietro Crespi, at its own expense, to assemble and tune the pianola, instruct buyers in its handling and teach them to dance to the fashionable music printed on six rolls of paper. La maison d'importation a envoyé un expert italien, Pietro Crespi, à ses propres frais, pour assembler et accorder le pianola, instruire les acheteurs sur son utilisation et leur apprendre à danser sur la musique à la mode imprimée sur six rouleaux de papier.

Pietro Crespi era joven y rubio, el hombre más hermoso y mejor educado que se había visto en Macondo, tan escrupuloso en el vestir que a pesar del calor sofocante trabajaba con la almilla brocada y el grueso saco de paño oscuro. Pietro Crespi war jung und blond, der schönste und bestausgebildete Mann, den man in Macondo je gesehen hatte, und so gewissenhaft in seiner Kleidung, dass er trotz der brütenden Hitze in seinem brokatenen Sackleinen und seinem dicken dunklen Stoffmantel arbeitete. Pietro Crespi was young and blond, the most beautiful and best educated man Macondo had seen, so scrupulous in his dress that despite the sweltering heat he worked in his brocaded jacket and thick dark cloth jacket. Pietro Crespi était jeune et blond, l'homme le plus beau et le plus instruit que Macondo ait vu, si scrupuleux dans sa tenue que malgré la chaleur étouffante, il travaillait dans sa veste de brocart et son épaisse veste de drap sombre. Empapado en sudor, guardando una distancia reverente con los dueños de la casa, estuvo varias semanas encerrado en la sala, con una consagración similar a la de Aureliano en su taller de orfebre. Drenched in sweat, keeping a reverent distance from the owners of the house, he spent several weeks shut up in the room, with a consecration similar to that of Aureliano in his goldsmith's workshop. Una mañana, sin abrir la puerta, sin convocar a ningún testigo del milagro, colocó el primer rollo en la pianola, y el martilleo atormentador y el estrépito constante de los listones de madera cesaron en un silencio de asombro, ante el orden y la limpieza de la música. One morning, without opening the door, without summoning any witnesses to the miracle, he placed the first roll on the pianola, and the tormenting hammering and the constant crash of the wooden slats ceased in a stunned silence, before the order and cleanliness of the music. Un matin, sans ouvrir la porte, sans convoquer aucun témoin du miracle, il plaça le premier rouleau sur le pianola, et le martèlement lancinant et le fracas incessant des lattes de bois cessèrent dans un silence étourdi, devant l'ordre et la propreté du musique. Todos se precipitaron a la sala. They all rushed into the room. José Arcadio Buendía pareció fulminado no por la belleza de la melodía, sino por el tecleo autónomo de la pianola, e instaló en la sala la cámara de Melquíades con la esperanza de obtener el daguerrotipo del ejecutante invisible. José Arcadio Buendía seemed struck down not by the beauty of the melody, but by the autonomous clicking of the player piano, and he installed Melquíades' camera in the room in the hope of obtaining the daguerreotype of the invisible performer. José Arcadio Buendía a semblé foudroyé non par la beauté de la mélodie, mais par le claquement autonome du piano mécanique, et il a installé la caméra de Melquíades dans la salle dans l'espoir d'obtenir le daguerréotype de l'interprète invisible. Ese día el italiano almorzó con ellos. That day the Italian had lunch with them. Rebeca y Amaranta, sirviendo la mesa, se intimidaron con la fluidez con que manejaba los cubiertos aquel hombre angélico de manos pálidas y sin anillos. Rebecca und Amaranta, die am Tisch warteten, waren eingeschüchtert von der Geschmeidigkeit, mit der der engelsgleiche Mann mit den blassen, ringlosen Händen das Besteck bediente. Rebeca and Amaranta, serving the table, were intimidated by the fluidity with which that angelic man with pale hands and no rings handled the cutlery. En la sala de estar, contigua a la sala de visita, Pietro Crespi las enseñó a bailar. Im Wohnzimmer, neben dem Besuchsraum, brachte Pietro Crespi ihnen das Tanzen bei. In the living room, adjoining the visiting room, Pietro Crespi taught them to dance. Les indicaba los pasos sin tocarlas, marcando el compás con un metrónomo, bajo la amable vigilancia de Úrsula, que no abandonó la sala un solo instante mientras sus hijas recibían las lecciones. He indicated the steps without touching them, marking the beat with a metronome, under the kind supervision of Úrsula, who did not leave the room for a single moment while her daughters received the lessons. Pietro Crespi llevaba en esos días unos pantalones especiales, muy flexibles y ajustados, y unas zapatillas de baile. In those days Pietro Crespi wore special pants, very flexible and tight, and dance shoes. «No tienes por qué preocuparte tanto», le decía José Arcadio Buendía a su mujer. "Du musst dir nicht so viele Sorgen machen", sagte José Arcadio Buendía zu seiner Frau. "You don't have to worry so much," José Arcadio Buendía told his wife. «Este hombre es marica». "This man is a queer." "Cet homme est un pédé." Pero ella no desistió de la vigilancia mientras no terminó el aprendizaje y el italiano se marchó de Macondo. Aber sie gab ihre Wachsamkeit nicht auf, bis die Ausbildung abgeschlossen war und der Italiener Macondo verließ. But she did not give up surveillance until she finished her apprenticeship and the Italian left Macondo. Entonces empezó la organización de la fiesta. Then the organization of the party began. Úrsula hizo una lista severa de los invitados, en la cual los únicos escogidos fueron los descendientes de los fundadores, salvo la familia de Pilar Ternera, que ya había tenido otros dos hijos de padres desconocidos. Úrsula erstellte eine strenge Gästeliste, auf der nur die Nachkommen der Gründer aufgeführt waren, mit Ausnahme der Familie von Pilar Ternera, die bereits zwei weitere Kinder von unbekannten Eltern hatte. Úrsula made a strict list of the guests, in which the only ones chosen were the descendants of the founders, except for Pilar Ternera's family, who had already had two other children of unknown parents. Úrsula a dressé une liste sévère d'invités, dans laquelle seuls ont été choisis les descendants des fondateurs, à l'exception de la famille de Pilar Ternera, qui avait déjà eu deux autres enfants de pères inconnus. Era en realidad una selección de clase, solo que determinada por sentimientos de amistad, pues los favorecidos no solo eran los más antiguos allegados a la casa de José Arcadio Buendía desde antes de emprender el éxodo que culminó con la fundación de Macondo, sino que sus hijos y nietos eran los compañeros habituales de Aureliano y Arcadio desde la infancia, y sus hijas eran las únicas que visitaban la casa para bordar con Rebeca y Amaranta. It was actually a class selection, only determined by feelings of friendship, since the favored ones were not only those who had been closest to the house of José Arcadio Buendía since before undertaking the exodus that culminated in the founding of Macondo, but also their children and grandchildren were the usual companions of Aureliano and Arcadio since childhood, and their daughters were the only ones who visited the house to embroider with Rebeca and Amaranta. Il s'agissait en fait d'une sélection de classe, uniquement déterminée par des sentiments d'amitié, puisque les privilégiés n'étaient pas seulement les parents les plus âgés de la maison de José Arcadio Buendía depuis avant d'entreprendre l'exode qui a abouti à la fondation de Macondo, mais aussi ses enfants et petits-enfants étaient les habitués. compagnons d'Aureliano et d'Arcadio depuis l'enfance, et leurs filles étaient les seules à visiter la maison pour broder avec Rebeca et Amaranta. Don Apolinar Moscote, el gobernante benévolo cuya actuación se reducía a sostener con sus escasos recursos a dos policías armados con bolillos de palo, era una autoridad ornamental. Don Apolinar Moscote, der gütige Herrscher, dessen Handeln sich darauf beschränkte, zwei mit Bolillos de Palo bewaffnete Polizisten mit seinen mageren Mitteln zu unterstützen, war eine dekorative Autorität. Don Apolinar Moscote, the benevolent ruler whose actions were reduced to supporting two policemen armed with wooden sticks with his meager resources, was an ornamental authority. Don Apolinar Moscote, le dirigeant bienveillant dont les actions se réduisaient à soutenir deux policiers armés de bâtons de bois avec ses maigres ressources, était une autorité ornementale. Para sobrellevar los gastos domésticos, sus hijas abrieron un taller de costura, donde lo mismo hacían flores de fieltro que bocadillos de guayaba y esquelas de amor por encargo. Um über die Runden zu kommen, eröffneten ihre Töchter eine Nähwerkstatt, in der sie auf Bestellung Filzblumen, Guaven-Sandwiches und Liebesbriefe anfertigten. To cover household expenses, her daughters opened a sewing workshop, where they made felt flowers as well as guava sandwiches and love notes to order. Pour subvenir aux dépenses du ménage, ses filles ont ouvert un atelier de couture, où elles fabriquaient des fleurs en feutre ainsi que des sandwichs à la goyave et des mots d'amour sur commande. Pero a pesar de ser recatadas y serviciales, las más bellas del pueblo y las más diestras en los bailes nuevos, no consiguieron que se les tomara en cuenta para la fiesta. Doch obwohl sie sittsam und hilfsbereit, die Schönsten im Dorf und die Geübtesten in den neuen Tänzen waren, wurden sie nicht für die Party berücksichtigt. But despite being demure and helpful, the most beautiful in town and the most skillful in the new dances, they could not be taken into account for the party. Mais en dépit d'être sages et serviables, les plus beaux de la ville et les plus habiles dans les nouvelles danses, ils n'ont pas été pris en compte pour la fête.

Mientras Úrsula y las muchachas desempacaban muebles, pulían las vajillas y colgaban cuadros de doncellas en barcas cargadas de rosas, infundiendo un soplo de vida nueva a los espacios pelados que construyeron los albañiles, José Arcadio Buendía renunció a la persecución de la imagen de Dios, convencido de su inexistencia, y destripó la pianola para descifrar su magia secreta. While Úrsula and the girls unpacked the furniture, polished the tableware and hung pictures of maidens in boats loaded with roses, infusing a breath of new life into the bare spaces built by the masons, José Arcadio Buendía renounced the pursuit of the image of God, convinced of its non-existence, and disemboweled the pianola to decipher its secret magic. Pendant qu'Úrsula et les filles déballaient les meubles, nettoyaient la vaisselle et accrochaient des peintures de jeunes filles dans des bateaux chargés de roses, insufflant un souffle de vie nouvelle dans les espaces nus que les maçons avaient construits, José Arcadio Buendía renonça à la persécution de l'image de Dieu, convaincu de son inexistence, et éviscéré le pianola pour déchiffrer sa magie secrète. Dos días antes de la fiesta, empantanado en un reguero de clavijas y martinetes sobrantes, chapuceando entre un enredijo de cuerdas que desenrollaba por un extremo y se volvían a enrollar por el otro, consiguió malcomponer el instrumento. Zwei Tage vor dem Festival gelang es ihm, das Instrument wieder zusammenzusetzen, wobei er sich in einem Wirrwarr aus übrig gebliebenen Wirbeln und Spindelhülsen verhedderte und sich durch ein Wirrwarr von Saiten wühlte, die er an einem Ende ab- und am anderen wieder aufwickelte. Two days before the party, bogged down in a mess of leftover pegs and hammers, floundering in a tangle of strings that unwound at one end and wound up again at the other, he managed to mess up the instrument. Deux jours avant la fête, enlisé dans un fouillis de chevilles et de marteaux, pataugeant dans un enchevêtrement de cordes qui se déroulaient à un bout et se remontaient à l'autre, il avait réussi à foutre en l'air l'instrument. Nunca hubo tantos sobresaltos y correndillas como en aquellos días, pero las nuevas lámparas de alquitrán se encendieron en la fecha y a la hora previstas. There were never as many jumps and scrambles as in those days, but the new tar lamps were lit on the scheduled date and time. Il n'y avait jamais autant de sauts et de bousculades qu'à cette époque, mais les nouvelles lampes à goudron étaient allumées à la date et à l'heure prévues. La casa se abrió, todavía olorosa a resinas y a cal húmeda, y los hijos y nietos de los fundadores conocieron el corredor de los helechos y las begonias, los aposentos silenciosos, el jardín saturado por la fragancia de las rosas, y se reunieron en la sala de visita frente al invento desconocido que había sido cubierto con una sábana blanca. The house was opened, still smelling of resins and damp lime, and the children and grandchildren of the founders discovered the corridor of ferns and begonias, the silent rooms, the garden saturated with the fragrance of roses, and gathered in the visiting room in front of the unknown invention that had been covered with a white sheet. La maison fut ouverte, sentant encore les résines et la chaux humide, et les enfants et petits-enfants des fondateurs découvrirent le couloir de fougères et de bégonias, les chambres silencieuses, le jardin saturé du parfum des roses, et se réunirent dans le parloir devant de l'invention inconnue qui avait été recouverte d'un drap blanc. Quienes conocían el pianoforte, popular en otras poblaciones de la ciénaga, se sintieron un poco descorazonados, pero más amarga fue la desilusión de Úrsula cuando colocó el primer rollo para que Amaranta y Rebeca abrieran el baile, y el mecanismo no funcionó. Those who knew the pianoforte, popular in other towns in the swamp, felt a little discouraged, but more bitter was Úrsula's disappointment when she placed the first roll for Amaranta and Rebeca to open the dance, and the mechanism did not work. Ceux qui connaissaient le pianoforte, populaire dans d'autres villes du marais, se sont sentis un peu découragés, mais la déception d'Úrsula a été plus amère lorsqu'elle a placé le premier rouleau pour Amaranta et Rebeca pour ouvrir la danse, et le mécanisme n'a pas fonctionné. Melquíades, ya casi ciego, desmigajándose de decrepitud, recurrió a las artes de su antiquísima sabiduría para tratar de componerlo. Melquiades, der inzwischen fast blind war und vor Altersschwäche zerfiel, griff auf die Künste seiner alten Weisheit zurück, um das Problem zu lösen. Melquíades, already almost blind, crumbling with decrepitude, resorted to the arts of his ancient wisdom to try to compose it. Melquiades, déjà presque aveugle, croulant de décrépitude, recourut aux arts de son ancienne sagesse pour tenter de le composer. Al fin José Arcadio Buendía logró mover por equivocación un dispositivo atascado, y la música salió primero a borbotones, y luego en un manantial de notas enrevesadas. Endlich gelang es José Arcadio Buendía, ein verklemmtes Gerät versehentlich zu bewegen, und die Musik kam erst in Schwällen, dann in einem Strom von verschlungenen Noten heraus. José Arcadio Buendía finally managed to move a jammed device by mistake, and the music came out first in spurts, and then in a fountain of convoluted notes. José Arcadio Buendía a finalement réussi à déplacer un appareil coincé par erreur, et la musique est sortie d'abord par à-coups, puis dans une fontaine de notes alambiquées. Golpeando contra las cuerdas puestas sin orden ni concierto y templadas con temeridad, los martinetes se desquiciaron. Sie schlugen gegen die Seile, die in keiner Weise geordnet und rücksichtslos angebracht waren, und gerieten aus den Fugen. Hitting against the strings placed haphazardly and recklessly tempered, the hammers went mad. Frappant contre les cordes placées au hasard et imprudemment trempées, les marteaux devinrent fous. Pero los porfiados descendientes de los veintiún intrépidos que desentrañaron la sierra buscando el mar por el occidente, eludieron los escollos del trastrueque melódico, y el baile se prolongó hasta el amanecer. Aber die hartnäckigen Nachkommen der einundzwanzig Unerschrockenen, die die Sierra auf der Suche nach dem Meer im Westen durchquerten, entgingen den Fallen der melodischen Trastrueke, und der Tanz ging bis zum Morgengrauen weiter. But the stubborn descendants of the twenty-one intrepid who unraveled the mountains looking for the sea to the west, avoided the pitfalls of the melodic exchange, and the dance lasted until dawn. Mais les descendants têtus des vingt et un intrépides qui ont démêlé les montagnes à la recherche de la mer à l'ouest, ont évité les écueils de l'échange mélodique, et la danse a duré jusqu'à l'aube.

Pietro Crespi volvió a componer la pianola. Pietro Crespi kehrte zurück, um die Pianola zu komponieren. Pietro Crespi returned to compose the player piano. Rebeca y Amaranta lo ayudaron a ordenar las cuerdas y lo secundaron en sus risas por lo enrevesado de los valses. Rebeca und Amaranta halfen ihm, die Saiten zu sortieren und lachten mit ihm über die verschlungenen Walzer. Rebeca and Amaranta helped him put the strings in order and seconded him in their laughter at the intricacy of the waltzes. Era en extremo afectuoso, y de índole tan honrada, que Úrsula renunció a la vigilancia. Er war äußerst liebevoll und von so ehrlicher Natur, dass Ursula ihre Wachsamkeit aufgab. He was extremely affectionate, and of such an honest nature, that Úrsula resigned from surveillance. La víspera de su viaje se improvisó con la pianola restaurada un baile para despedirlo, y él hizo con Rebeca una demostración virtuosa de las danzas modernas. The day before his trip, a dance was improvised with the restored pianola to bid him farewell, and he did a virtuoso demonstration of modern dance with Rebeca. La veille de son voyage, une danse a été improvisée avec le pianola restauré pour l'expulser, et il a fait une démonstration virtuose de danses modernes avec Rebeca. Arcadio y Amaranta los igualaron en gracia y destreza. Arcadio und Amaranta waren ihnen in Anmut und Geschicklichkeit ebenbürtig. Arcadio and Amaranta matched them in grace and skill. Arcadio et Amaranta les égalaient en grâce et en dextérité. Pero la exhibición fue interrumpida porque Pilar Ternera, que estaba en la puerta con los curiosos, se peleó a mordiscos y tirones de pelo con una mujer que se atrevió a comentar que el joven Arcadio tenía nalgas de mujer. Die Ausstellung wurde jedoch unterbrochen, weil Pilar Ternera, die mit den Schaulustigen an der Tür stand, sich mit einer Frau, die es gewagt hatte zu sagen, dass der junge Arcadio einen weiblichen Hintern habe, in einen Streit verwickelte, bei dem sie sich die Haare raufte. But the exhibition was interrupted because Pilar Ternera, who was at the door with the onlookers, got into a fight biting and pulling her hair with a woman who dared to comment that young Arcadio had a woman's buttocks. Mais l'exposition a été interrompue parce que Pilar Ternera, qui était à la porte avec les spectateurs, s'est battue en se mordant et en se tirant les cheveux avec une femme qui a osé dire que le jeune Arcadio avait des fesses de femme. Hacia la medianoche, Pietro Crespi se despidió con un discursito sentimental y prometió volver muy pronto. Around midnight, Pietro Crespi said goodbye with a sentimental little speech and promised to return very soon. Rebeca lo acompañó hasta la puerta, y luego de haber cerrado la casa y apagado las lámparas, se fue a su cuarto a llorar. Rebecca begleitete ihn zur Tür, schloss das Haus ab und löschte die Lampen, dann ging sie in ihr Zimmer, um zu weinen. Rebeca accompanied him to the door, and after closing the house and turning off the lamps, she went to her room to cry. Fue un llanto inconsolable que se prolongó por varios días, y cuya causa no conoció ni siquiera Amaranta. Es war ein untröstliches Weinen, das mehrere Tage andauerte und dessen Ursache nicht einmal Amaranta kannte. It was an inconsolable crying that lasted several days, and whose cause was not known even by Amaranta. C'étaient des pleurs inconsolables qui duraient plusieurs jours et dont même Amaranta ne connaissait pas la cause. No era extraño su hermetismo. Die Geheimhaltung war ihm nicht fremd. His hermeticism was not strange. Aunque parecía expansiva y cordial, tenía un carácter solitario y un corazón impenetrable. Obwohl sie großzügig und herzlich zu sein schien, hatte sie einen einsamen Charakter und ein undurchdringliches Herz. Although she seemed expansive and cordial, she had a reclusive character and an impenetrable heart. Era una adolescente espléndida, de huesos largos y firmes, pero se empecinaba en seguir usando el mecedorcito de madera con que llegó a la casa, muchas veces reforzado y ya desprovisto de brazos. Sie war ein prächtiger Teenager, langbeinig und kräftig, aber sie bestand darauf, weiterhin den hölzernen Schaukelstuhl zu benutzen, mit dem sie ins Haus kam, oft verstärkt und bereits ohne Arme. She was a splendid adolescent, with long and firm bones, but she insisted on continuing to use the little wooden rocker with which she arrived at the house, many times reinforced and already devoid of arms. C'était une splendide adolescente, aux os longs et fermes, mais elle insista pour continuer à utiliser la petite bascule en bois avec laquelle elle arriva à la maison, maintes fois renforcée et déjà dépourvue de bras. Nadie había descubierto que aún a esa edad conservaba el hábito de chuparse el dedo. Niemand hatte entdeckt, dass er selbst in diesem Alter noch am Daumen lutschte. No one had discovered that even at that age he still had the habit of sucking his thumb. Personne n'avait découvert que même à cet âge il avait encore l'habitude de sucer son pouce. Por eso no perdía ocasión de encerrarse en el baño, y había adquirido la costumbre de dormir con la cara vuelta contra la pared. That was why he never missed an opportunity to lock himself in the bathroom, and had acquired the habit of sleeping with his face turned against the wall. En las tardes de lluvia, bordando con un grupo de amigas en el corredor de las begonias, perdía el hilo de la conversación y una lágrima de nostalgia le salaba el paladar cuando veía las vetas de tierra húmeda y los montículos de barro construidos por las lombrices en el jardín. An regnerischen Nachmittagen, wenn sie mit einer Gruppe von Freundinnen im Begoniengang stickte, verlor sie den Gesprächsfaden, und eine Träne der Nostalgie lief ihr über den Gaumen, wenn sie die Schlieren feuchter Erde und die von den Regenwürmern im Garten aufgeschütteten Schlammhügel sah. On rainy afternoons, embroidering with a group of friends in the corridor of the begonias, she lost the thread of the conversation and a tear of nostalgia salted her palate when she saw the streaks of damp earth and the mounds of mud built by earthworms. in the garden. En las tardes de lluvia, bordando con un grupo de amigas en el corredor de las begonias, perdía el hilo de la conversación y una lágrima de nostalgia le salaba el paladar cuando veía las vetas de tierra húmeda y los montículos de barro construidos por las lombrices dans le jardin. Esos gustos secretos, derrotados en otro tiempo por las naranjas con ruibarbo, estallaron en un anhelo irreprimible cuando empezó a llorar. Those secret tastes, once defeated by oranges and rhubarb, burst into irrepressible longing as she began to cry. Ces goûts secrets, une fois vaincus par les oranges et la rhubarbe, ont éclaté en un désir irrépressible alors qu'elle se mettait à pleurer. Volvió a comer tierra. He ate dirt again. La primera vez lo hizo casi por curiosidad, segura de que el mal sabor sería el mejor remedio contra la tentación. Beim ersten Mal tat sie es fast nur aus Neugier, weil sie sich sicher war, dass der schlechte Geschmack das beste Mittel gegen die Versuchung sein würde. The first time she did it almost out of curiosity, certain that the bad taste would be the best remedy against temptation. Y en efecto no pudo soportar la tierra en la boca. Und tatsächlich konnte er den Schmutz in seinem Mund nicht ertragen. And indeed he could not bear the earth in his mouth. Pero insistió, vencida por el ansia creciente, y poco a poco fue rescatando el apetito ancestral, el gusto de los minerales primarios, la satisfacción sin resquicios del alimento original. Aber sie blieb hartnäckig, überwältigt von dem wachsenden Verlangen, und rettete nach und nach den angestammten Appetit, den Geschmack der primären Mineralien, die ungebremste Befriedigung der ursprünglichen Nahrung. But she insisted, overcome by the growing craving, and little by little she was rescuing her ancestral appetite, the taste of primary minerals, the unremitting satisfaction of the original food. Mais elle insistait, vaincue par l'envie grandissante, et peu à peu elle reprenait son appétit ancestral, le goût des minéraux primaires, la satisfaction incessante de la nourriture originelle. Se echaba puñados de tierra en los bolsillos, y los comía a granitos sin ser vista, con un confuso sentimiento de dicha y de rabia, mientras adiestraba a sus amigas en las puntadas más difíciles y conversaba de otros hombres que no merecían el sacrificio de que se comiera por ellos la cal de las paredes. Sie warf eine Handvoll Erde in ihre Taschen und aß sie in Stücken, ohne gesehen zu werden, mit einem verwirrten Gefühl von Freude und Wut, während sie ihren Freundinnen die schwierigsten Stiche beibrachte und von anderen Männern sprach, die es nicht verdienten, dass der Kalk der Wände für sie gegessen wurde. She put handfuls of earth in her pockets, and ate them in granules without being seen, with a confused feeling of joy and rage, while she trained her friends in the most difficult stitches and talked about other men who did not deserve the sacrifice they made. the lime from the walls ate for them. Elle mettait des poignées de terre dans ses poches, et les mangeait en granulés sans se faire voir, avec un sentiment confus de joie et de rage, tandis qu'elle entraînait ses amis aux points les plus difficiles et parlait d'autres hommes qui ne méritaient pas le sacrifice qu'ils ont fait. ... la chaux des murs les mangeait. Los puñados de tierra hacían menos remoto y más cierto al único hombre que merecía aquella degradación, como si el suelo que él pisaba con sus finas botas de charol en otro lugar del mundo, le transmitiera a ella el peso y la temperatura de su sangre en un sabor mineral que dejaba un rescoldo áspero en la boca y un sedimento de paz en el corazón. Die Handvoll Erde machte den einzigen Mann, der diese Erniedrigung verdiente, weniger fern und wahrer, als ob der Boden, den er mit seinen feinen Lackstiefeln anderswo auf der Welt betrat, ihr das Gewicht und die Temperatur seines Blutes in einem mineralischen Geschmack übertrug, der eine raue Glut in ihrem Mund und einen Bodensatz des Friedens in ihrem Herzen hinterließ. The handfuls of earth made the only man who deserved that degradation less remote and more certain, as if the ground he stepped on with his fine patent leather boots in another part of the world, transmitted to her the weight and temperature of his blood in a mineral flavor that left a harsh ember in the mouth and a sediment of peace in the heart. Les poignées de terre rendaient le seul homme qui méritait cette dégradation moins éloigné et plus certain, comme si le sol sur lequel il marchait avec ses belles bottes vernies dans une autre partie du monde, lui transmettait le poids et la température de son sang dans un goût minéral qui a laissé une braise âpre dans la bouche et un sédiment de paix dans le cœur. Una tarde, sin ningún motivo, Amparo Moscote pidió permiso para conocer la casa. One afternoon, for no reason, Amparo Moscote asked permission to see the house. Amaranta y Rebeca, desconcertadas por la visita imprevista, la atendieron con un formalismo duro. Amaranta and Rebeca, disconcerted by the unexpected visit, attended her with a harsh formality. Amaranta et Rebeca, décontenancées par la visite imprévue, la traitèrent avec un formalisme sévère. Le mostraron la mansión reformada, le hicieron oír los rollos de la pianola y le ofrecieron naranjada con galletitas. They showed him the renovated mansion, they made him listen to the rolls of the player piano and they offered him orangeade with cookies. Amparo dio una lección de dignidad, de encanto personal, de buenas maneras, que impresionó a Úrsula en los breves instantes en que asistió a la visita. Amparo gave a lesson in dignity, personal charm, and good manners, which impressed Úrsula in the brief moments that she attended the visit. Amparo a donné une leçon de dignité, de charme personnel, de bonnes manières, qui a impressionné Úrsula dans les brefs moments où elle a assisté à la visite. Al cabo de dos horas, cuando la conversación empezaba a languidecer, Amparo aprovechó un descuido de Amaranta y le entregó una carta a Rebeca. Nach zwei Stunden, als das Gespräch ins Stocken geriet, nutzte Amparo die Unachtsamkeit von Amaranta und übergab Rebeca einen Brief. Two hours later, when the conversation was beginning to languish, Amparo took advantage of Amaranta's oversight and handed Rebeca a letter. Deux heures plus tard, alors que la conversation commençait à languir, Amparo profita de l'oubli d'Amaranta et tendit une lettre à Rebeca. Ella alcanzó a ver el nombre de la muy distinguida señorita doña Rebeca Buendía, escrito con la misma letra metódica, la misma tinta verde y la misma disposición preciosista de las palabras con que estaban escritas las instrucciones de manejo de la pianola, y dobló la carta con la punta de los dedos y se la escondió en el corpiño mirando a Amparo Moscote con una expresión de gratitud sin término ni condiciones y una callada promesa de complicidad hasta la muerte. Sie erblickte den Namen des sehr angesehenen Fräuleins Rebeca Buendía, geschrieben in der gleichen methodischen Handschrift, der gleichen grünen Tinte und der gleichen kostbaren Anordnung der Worte wie die Anweisungen für die Handhabung des Pianolas, und sie faltete den Brief mit den Fingerspitzen und versteckte ihn in ihrem Mieder, wobei sie Amparo Moscote mit einem Ausdruck der Dankbarkeit ohne Bedingungen und einem stillen Versprechen der Komplizenschaft bis zum Tod ansah. She managed to see the name of the very distinguished young lady Rebeca Buendía, written with the same methodical handwriting, the same green ink and the same precious disposition of the words with which the instructions for handling the pianola were written, and she folded the letter with the tips of her fingers and hid it in her bodice looking at Amparo Moscote with an expression of gratitude without end or conditions and a silent promise of complicity until death. Elle réussit à voir le nom de la très distinguée demoiselle Rebeca Buendía, écrit avec la même écriture méthodique, la même encre verte et la même disposition précieuse des mots avec lesquels les instructions pour manier le pianola étaient écrites, et elle plia la lettre du bout des doigts et le cacha dans son corsage en regardant Amparo Moscote avec une expression de gratitude sans fin ni conditions et une promesse silencieuse de complicité jusqu'à la mort.

La repentina amistad de Amparo Moscote y Rebeca Buendía despertó las esperanzas de Aureliano. Die plötzliche Freundschaft von Amparo Moscote und Rebeca Buendía weckte Aurelios Hoffnungen. The sudden friendship of Amparo Moscote and Rebeca Buendía awakened Aureliano's hopes. El recuerdo de la pequeña Remedios no había dejado de torturarlo, pero no encontraba la ocasión de verla. The memory of little Remedios hadn't stopped torturing him, but he couldn't find the chance to see her. Le souvenir du petit Remedios n'avait cessé de le torturer, mais il ne trouvait pas l'occasion de la voir. Cuando paseaba por el pueblo con sus amigos más próximos, Magnífico Visbal y Gerineldo Márquez —hijos de los fundadores de iguales nombres— la buscaba con mirada ansiosa en el taller de costura y solo veía a las hermanas mayores. Als er mit seinen engsten Freunden Magnifico Visbal und Gerineldo Marquez - Söhne der gleichnamigen Gründer - durch das Dorf spazierte, suchte er sie mit ängstlichen Augen in der Näherei und sah nur die älteren Schwestern. When he walked through the town with his closest friends, Magnifico Visbal and Gerineldo Márquez —sons of the founders of the same names— he looked for her with an anxious look in the sewing workshop and only saw the older sisters. La presencia de Amparo Moscote en la casa fue como una premonición. Amparo Moscote's presence in the house was like a premonition. «Tiene que venir con ella», se decía Aureliano en voz baja. "Er muss mit ihr kommen", sagte Aureliano leise zu sich selbst. "He has to come with her," Aureliano said to himself in a low voice. «Tiene que venir». "Er muss kommen. "He has to come". Tantas veces se lo repitió, y con tanta convicción, que una tarde en que armaba en el taller un pescadito de oro, tuvo la certidumbre de que ella había respondido a su llamado. Er wiederholte sie so oft und mit solcher Überzeugung, dass er eines Nachmittags, als er in der Werkstatt einen Goldfisch zusammensetzte, sicher war, dass sie seinem Ruf gefolgt war. He repeated it to her so many times, and with such conviction, that one afternoon when he was putting together a little gold fish in the workshop, he was certain that she had responded to his call. Il le lui répéta tant de fois, et avec une telle conviction, qu'un après-midi où il assemblait un petit poisson rouge dans l'atelier, il fut certain qu'elle avait répondu à son appel. Poco después, en efecto, oyó la vocecita infantil, y al levantar la vista con el corazón helado de pavor, vio a la niña en la puerta con vestido de organdí rosado y botitas blancas. Wenig später hörte sie tatsächlich die Stimme des kleinen Kindes, und als sie aufblickte, sah sie das kleine Mädchen in einem rosa Organdie-Kleid und weißen Schühchen an der Tür stehen. A little later, indeed, she heard the little child's voice, and looking up with a heart frozen with dread, saw the girl standing in the doorway in a pink organdy dress and little white boots. Un peu plus tard, en effet, elle entendit la voix du petit enfant, et levant les yeux avec un cœur glacé d'effroi, vit la jeune fille debout dans l'embrasure de la porte, vêtue d'une robe d'organdi rose et de petites bottes blanches.

—Ahí no entres, Remedios —dijo Amparo Moscote en el corredor—. -Geh da nicht rein, Remedios", sagte Amparo Moscote auf dem Gang. "Don't go in there, Remedios," Amparo Moscote said in the corridor. Están trabajando. Sie sind im Einsatz. They are working.

Pero Aureliano no le dio tiempo de atender. Doch Aureliano ließ ihm keine Zeit zu antworten. But Aureliano did not give him time to attend. Mais Aureliano ne lui laissa pas le temps d'y assister. Levantó el pescadito dorado prendido de una cadenita que le salía por la boca, y le dijo: Er hielt den kleinen Goldfisch hoch, der an einer Kette aus seinem Maul ragte, und sagte zu ihr: He picked up the little gold fish attached to a chain that came out of his mouth, and said: Il ramassa le petit poisson doré attaché à une chaîne qui sortait de sa bouche et dit :

—Entra. -Enters.

Remedios se aproximó e hizo sobre el pescadito algunas preguntas, que Aureliano no pudo contestar porque se lo impedía un asma repentina. Remedios näherte sich und stellte einige Fragen über den kleinen Fisch, die Aureliano nicht beantworten konnte, weil er durch einen plötzlichen Asthmaanfall daran gehindert wurde. Remedios approached and asked some questions about the little fish, which Aureliano couldn't answer because a sudden asthma prevented him. Remedios s'est approché et a posé quelques questions sur le petit poisson, auxquelles Aureliano n'a pas pu répondre car un asthme soudain l'en a empêché. Quería quedarse para siempre junto a ese cutis de lirio, junto a esos ojos de esmeralda, muy cerca de esa voz que a cada pregunta le decía señor con el mismo respeto con que se lo decía a su padre. Er wollte für immer neben diesem lilafarbenen Teint bleiben, neben diesen smaragdgrünen Augen, ganz nah an dieser Stimme, die auf jede Frage mit dem gleichen Respekt "Sir" sagte wie zu seinem Vater. He wanted to stay forever next to that lily complexion, next to those emerald eyes, very close to that voice that said sir to each question with the same respect with which he said it to his father. Il voulait rester pour toujours à côté de ce teint de lys, à côté de ces yeux d'émeraude, très près de cette voix qui disait monsieur à chaque question avec le même respect avec lequel il la disait à son père. Melquíades estaba en el rincón, sentado al escritorio, garabateando signos indescifrables. Melquíades was in the corner, sitting at the desk, scribbling indecipherable signs. Aureliano lo odió. Aureliano hasste es. Aureliano hated it. No pudo hacer nada, salvo decirle a Remedios que le iba a regalar el pescadito, y la niña se asustó tanto con el ofrecimiento que abandonó a toda prisa el taller. Er konnte nichts weiter tun, als Remedios mitzuteilen, dass er ihr den kleinen Fisch schenken würde, und das Mädchen war so erschrocken über dieses Angebot, dass sie eilig die Werkstatt verließ. She couldn't do anything except tell Remedios that she was going to give her the little fish, and the girl was so frightened by the offer that she left the workshop in a hurry. Elle n'a rien pu faire d'autre que dire à Remedios qu'elle allait lui donner le petit poisson, et la jeune fille a été tellement effrayée par l'offre qu'elle a quitté l'atelier en toute hâte. Aquella tarde perdió Aureliano la recóndita paciencia con que había esperado la ocasión de verla. An diesem Nachmittag verlor Aureliano die verborgene Geduld, mit der er auf die Gelegenheit gewartet hatte, sie zu sehen. That afternoon Aureliano lost the recondite patience with which he had waited for the chance to see her. Cet après-midi-là, Aureliano perdit la patience absconse avec laquelle il avait attendu l'occasion de la voir. Descuidó el trabajo. He neglected work. Il a négligé le travail. La llamó muchas veces, en desesperados esfuerzos de concentración, pero Remedios no respondió. He called her many times, in desperate efforts to concentrate, but Remedios didn't answer. La buscó en el taller de sus hermanas, en los visillos de su casa, en la oficina de su padre, pero solamente la encontró en la imagen que saturaba su propia y terrible soledad. He looked for it in his sisters' workshop, in the curtains of his house, in his father's office, but he only found it in the image that saturated his own terrible loneliness. Il l'a cherché dans l'atelier de ses sœurs, dans les rideaux de sa maison, dans le bureau de son père, mais il ne l'a trouvé que dans l'image qui saturait sa terrible solitude. Pasaba horas enteras con Rebeca en la sala de visita escuchando los valses de la pianola. He spent whole hours with Rebeca in the visiting room listening to the waltzes of the player piano. Ella los escuchaba porque era la música con que Pietro Crespi la había enseñado a bailar. She listened to them because it was the music Pietro Crespi had taught her to dance to. Aureliano los escuchaba simplemente porque todo, hasta la música, le recordaba a Remedios. Aureliano listened to them simply because everything, even the music, reminded him of Remedios.