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Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez, Capítulo 14 (3)

Capítulo 14 (3)

—Que nadie se haga ilusiones —gritó, para que la oyera Fernanda—. Amaranta Buendía se va de este mundo como vino.

No se volvió a levantar. Recostada en almohadones, como si de veras estuviera enferma, tejió sus largas trenzas y se las enrolló sobre las orejas, como la muerte le había dicho que debía estar en el ataúd. Luego le pidió a Úrsula un espejo, y por primera vez en más de cuarenta años vio su rostro devastado por la edad y el martirio, y se sorprendió de cuánto se parecía a la imagen mental que tenía de sí misma. Úrsula comprendió por el silencio de la alcoba que había empezado a oscurecer.

—Despídete de Fernanda —le suplicó—. Un minuto de reconciliación tiene más mérito que toda una vida de amistad.

—Ya no vale la pena —replicó Amaranta.

Meme no pudo no pensar en ella cuando encendieron las luces del improvisado escenario y empezó la segunda parte del programa. A mitad de la pieza alguien le dio la noticia al oído, y el acto se suspendió. Cuando llegó a la casa, Aureliano Segundo tuvo que abrirse paso a empujones por entre la muchedumbre, para ver el cadáver de la anciana doncella, fea y de mal color, con la venda negra en la mano y envuelta en la mortaja primorosa. Estaba expuesto en la sala junto al cajón del correo.

Úrsula no volvió a levantarse después de las nueve noches de Amaranta. Santa Sofía de la Piedad se hizo cargo de ella. Le llevaba al dormitorio la comida, y el agua de bija para que se lavara, y la mantenía al corriente de cuanto pasaba en Macondo. Aureliano Segundo la visitaba con frecuencia, y le llevaba ropas que ella ponía cerca de la cama, junto con las cosas más indispensables para el vivir diario, de modo que en poco tiempo se había construido un mundo al alcance de la mano. Logró despertar un gran afecto en la pequeña Amaranta Úrsula, que era idéntica a ella, y a quien enseñó a leer. Su lucidez, la habilidad para bastarse de sí misma, hacían pensar que estaba naturalmente vencida por el peso de los cien años, pero aunque era evidente que andaba mal de la vista nadie sospechó que estaba completamente ciega. Disponía entonces de tanto tiempo y de tanto silencio interior para vigilar la vida de la casa, que fue ella la primera en darse cuenta de la callada tribulación de Meme.

—Ven acá —le dijo—. Ahora que estamos solas, confiésale a esta pobre vieja lo que te pasa.

Meme eludió la conversación con una risa entrecortada. Úrsula no insistió, pero acabó de confirmar sus sospechas cuando Meme no volvió a visitarla. Sabía que se arreglaba más temprano que de costumbre, que no tenía un instante de sosiego mientras esperaba la hora de salir a la calle, que pasaba noches enteras dando vueltas en la cama en el dormitorio contiguo, y que la atormentaba el revoloteo de una mariposa. En cierta ocasión le oyó decir que iba a verse con Aureliano Segundo, y Úrsula se sorprendió de que Fernanda fuera tan corta de imaginación que no sospechó nada cuando su marido fue a la casa a preguntar por la hija. Era demasiado evidente que Meme andaba en asuntos sigilosos, en compromisos urgentes, en ansiedades reprimidas, desde mucho antes de la noche en que Fernanda alborotó la casa porque la encontró besándose con un hombre en el cine.

La propia Meme andaba entonces tan ensimismada que acusó a Úrsula de haberla denunciado. En realidad se denunció a sí misma. Desde hacía tiempo dejaba a su paso un reguero de pistas que habrían despertado al más dormido, y si Fernanda tardó tanto en descubrirlas fue porque también ella estaba obnubilada por sus relaciones secretas con los médicos invisibles. Aun así terminó por advertir los hondos silencios, los sobresaltos intempestivos, las alternativas del humor y las contradicciones de la hija. Se empeñó en una vigilancia disimulada pero implacable. La dejó ir con sus amigas de siempre, la ayudó a vestirse para las fiestas del sábado, y jamás le hizo una pregunta impertinente que pudiera alertarla. Tenía ya muchas pruebas de que Meme hacía cosas distintas de las que anunciaba, y todavía no dejó vislumbrar sus sospechas, en espera de la ocasión decisiva. Una noche, Meme le anunció que iba al cine con su padre. Poco después, Fernanda oyó los cohetes de la parranda y el inconfundible acordeón de Aureliano Segundo por el rumbo de Petra Cotes. Entonces se vistió, entró al cine, y en la penumbra de las lunetas reconoció a su hija. La aturdidora emoción del acierto le impidió ver al hombre con quien se estaba besando, pero alcanzó a percibir su voz trémula en medio de la rechifla y las risotadas ensordecedoras del público. «Lo siento, amor», le oyó decir, y sacó a Meme del salón sin decirle una palabra, y la sometió a la vergüenza de llevarla por la bulliciosa Calle de los Turcos, y la encerró con llave en el dormitorio.

Al día siguiente, a las seis de la tarde, Fernanda reconoció la voz del hombre que fue a visitarla. Era joven, cetrino, con unos ojos oscuros y melancólicos que no le habrían sorprendido tanto si hubiera conocido a los gitanos, y un aire de ensueño que a cualquier mujer de corazón menos rígido le habría bastado para entender los motivos de su hija. Vestía de lino muy usado, con zapatos defendidos desesperadamente con cortezas superpuestas de blanco de zinc, y llevaba en la mano un canotier comprado el último sábado. En su vida no estuvo ni estaría más asustado que en aquel momento, pero tenía una dignidad y un dominio que lo ponían a salvo de la humillación, y una prestancia legítima que solo fracasaba en las manos percudidas y las uñas astilladas por el trabajo rudo. A Fernanda, sin embargo, le bastó el verlo una vez para intuir su condición de menestral. Se dio cuenta de que llevaba puesta su única muda de los domingos, y que debajo de la camisa tenía la piel carcomida por la sarna de la compañía bananera. No le permitió hablar. No le permitió siquiera pasar de la puerta que un momento después tuvo que cerrar porque la casa estaba llena de mariposas amarillas.

—Lárguese —le dijo—. Nada tiene que venir a buscar entre la gente decente.

Se llamaba Mauricio Babilonia. Había nacido y crecido en Macondo, y era aprendiz de mecánico en los talleres de la compañía bananera. Meme lo había conocido por casualidad, una tarde en que fue con Patricia Brown a buscar el automóvil para dar un paseo por las plantaciones. Como el chofer estaba enfermo, lo encargaron a él de conducirlas, y Meme pudo al fin satisfacer su deseo de sentarse junto al volante para observar de cerca el sistema de manejo. Al contrario del chofer titular, Mauricio Babilonia le hizo una demostración práctica. Eso fue por la época en que Meme empezó a frecuentar la casa del señor Brown, y todavía se consideraba indigno de damas el conducir un automóvil. Así que se conformó con la información teórica y no volvió a ver a Mauricio Babilonia en varios meses. Más tarde había de recordar que durante el paseo le llamó la atención su belleza varonil, salvo la brutalidad de las manos, pero que después había comentado con Patricia Brown la molestia que le produjo su seguridad un poco altanera. El primer sábado en que fue al cine con su padre, volvió a ver a Mauricio Babilonia con su muda de lino, sentado a poca distancia de ellos, y advirtió que él se desinteresaba de la película por volverse a mirarla, no tanto por verla como para que ella notara que la estaba mirando. A Meme le molestó la vulgaridad de aquel sistema. Al final, Mauricio Babilonia se acercó a saludar a Aureliano Segundo, y solo entonces se enteró Meme de que se conocían, porque él había trabajado en la primitiva planta eléctrica de Aureliano Triste, y trataba a su padre con una actitud de subalterno. Esa comprobación la alivió del disgusto que le causaba su altanería. No se habían visto a solas, ni se habían cruzado una palabra distinta del saludo, la noche en que soñó que él la salvaba de un naufragio y ella no experimentaba un sentimiento de gratitud sino de rabia. Era como haberle dado una oportunidad que él deseaba, siendo que Meme anhelaba lo contrario, no solo con Mauricio Babilonia, sino con cualquier otro hombre que se interesara en ella. Por eso le indignó tanto que después del sueño, en vez de detestarlo, hubiera experimentado una urgencia irresistible de verlo. La ansiedad se hizo más intensa en el curso de la semana, y el sábado era tan apremiante que tuvo que hacer un grande esfuerzo para que Mauricio Babilonia no notara al saludarla en el cine que se le estaba saliendo el corazón por la boca. Ofuscada por una confusa sensación de placer y rabia, le tendió la mano por primera vez, y solo entonces Mauricio Babilonia se permitió estrechársela. Meme alcanzó en una fracción de segundo a arrepentirse de su impulso, pero el arrepentimiento se transformó de inmediato en una satisfacción cruel, al comprobar que también la mano de él estaba sudorosa y helada. Esa noche comprendió que no tendría un instante de sosiego mientras no le demostrara a Mauricio Babilonia la vanidad de su aspiración, y pasó la semana revoloteando en torno de esa ansiedad. Recurrió a toda clase de artimañas inútiles para que Patricia Brown la llevara a buscar el automóvil. Por último, se valió del pelirrojo norteamericano que por esa época fue a pasar vacaciones en Macondo, y con el pretexto de conocer los nuevos modelos de automóviles se hizo llevar a los talleres. Desde el momento en que lo vio, Meme dejó de engañarse a sí misma, y comprendió que lo que pasaba en realidad era que no podía soportar los deseos de estar a solas con Mauricio Babilonia, y la indignó la certidumbre de que este lo había comprendido al verla llegar.

—Vine a ver los nuevos modelos —dijo Meme.

—Es un buen pretexto —dijo él.

Meme se dio cuenta de que se estaba achicharrando en la lumbre de su altivez, y buscó desesperadamente una manera de humillarlo. Pero él no le dio tiempo. «No se asuste», le dijo en voz baja. «No es la primera vez que una mujer se vuelve loca por un hombre». Se sintió tan desamparada que abandonó el taller sin ver los nuevos modelos, y pasó la noche de extremo a extremo dando vueltas en la cama y llorando de indignación. El pelirrojo norteamericano, que en realidad empezaba a interesarle, le pareció una criatura en pañales. Fue entonces cuando cayó en la cuenta de las mariposas amarillas que precedían las apariciones de Mauricio Babilonia. Las había visto antes, sobre todo en el taller de mecánica, y había pensado que estaban fascinadas por el olor de la pintura. Alguna vez las había sentido revoloteando sobre su cabeza en la penumbra del cine. Pero cuando Mauricio Babilonia empezó a perseguirla, como un espectro que solo ella identificaba en la multitud, comprendió que las mariposas amarillas tenían algo que ver con él. Mauricio Babilonia estaba siempre en el público de los conciertos, en el cine, en la misa mayor, y ella no necesitaba verlo para descubrirlo, porque se lo indicaban las mariposas. Una vez Aureliano Segundo se impacientó tanto con el sofocante aleteo, que ella sintió el impulso de confiarle su secreto, como se lo había prometido, pero el instinto le indicó que esta vez él no iba a reír como de costumbre: «Qué diría tu madre si lo supiera». Una mañana, mientras podaban las rosas, Fernanda lanzó un grito de espanto e hizo quitar a Meme del lugar en que estaba, y que era el mismo del jardín donde subió a los cielos Remedios, la bella. Había tenido por un instante la impresión de que el milagro iba a repetirse en su hija, porque la había perturbado un repentino aleteo. Eran las mariposas. Meme las vio, como si hubieran nacido de pronto en la luz, y el corazón le dio un vuelco. En ese momento entraba Mauricio Babilonia con un paquete que, según dijo, era un regalo de Patricia Brown. Meme se atragantó el rubor, asimiló la tribulación, y hasta consiguió una sonrisa natural para pedirle el favor de que lo pusiera en el pasamanos porque tenía los dedos sucios de tierra. Lo único que notó Fernanda en el hombre que pocos meses después había de expulsar de la casa sin recordar que lo hubiera visto alguna vez, fue la textura biliosa de su piel.

Capítulo 14 (3) Kapitel 14 (3) Chapter 14 (3) Chapitre 14 (3) Rozdział 14 (3) Capítulo 14 (3) Глава 14 (3)

—Que nadie se haga ilusiones —gritó, para que la oyera Fernanda—. "Don't let anyone get their hopes up," she shouted so that Fernanda could hear her. Amaranta Buendía se va de este mundo como vino. Amaranta Buendía leaves this world as she came.

No se volvió a levantar. He didn't get up again. Recostada en almohadones, como si de veras estuviera enferma, tejió sus largas trenzas y se las enrolló sobre las orejas, como la muerte le había dicho que debía estar en el ataúd. Leaning back on cushions, as if she really were ill, she wove her long braids and looped them over her ears, as death had told her she should be in the coffin. Couchée sur des coussins, comme si elle était vraiment malade, elle tissa ses longues nattes et les enroula autour de ses oreilles, comme la mort lui avait dit qu'elle devait être dans le cercueil. Luego le pidió a Úrsula un espejo, y por primera vez en más de cuarenta años vio su rostro devastado por la edad y el martirio, y se sorprendió de cuánto se parecía a la imagen mental que tenía de sí misma. Then she asked Ursula for a mirror, and for the first time in over forty years she saw her face ravaged by age and martyrdom, and was amazed at how much it resembled the mental image she had of herself. Úrsula comprendió por el silencio de la alcoba que había empezado a oscurecer. Úrsula understood from the silence in the bedroom that it had begun to get dark.

—Despídete de Fernanda —le suplicó—. Un minuto de reconciliación tiene más mérito que toda una vida de amistad. One minute of reconciliation has more merit than a lifetime of friendship.

—Ya no vale la pena —replicó Amaranta. -It's not worth it anymore," Amaranta replied.

Meme no pudo no pensar en ella cuando encendieron las luces del improvisado escenario y empezó la segunda parte del programa. Meme couldn't help but think of her when they turned on the lights on the improvised stage and the second part of the program began. A mitad de la pieza alguien le dio la noticia al oído, y el acto se suspendió. Halfway through the piece someone whispered the news in his ear, and the act was suspended. Au milieu de la pièce, quelqu'un lui a chuchoté la nouvelle à l'oreille et l'acte a été suspendu. Cuando llegó a la casa, Aureliano Segundo tuvo que abrirse paso a empujones por entre la muchedumbre, para ver el cadáver de la anciana doncella, fea y de mal color, con la venda negra en la mano y envuelta en la mortaja primorosa. Arrivé à la maison, Aureliano Segundo dut se frayer un chemin à travers la foule pour voir le cadavre de la vieille fille, laide et décolorée, avec le bandeau noir à la main et enveloppée dans le linceul exquis. Estaba expuesto en la sala junto al cajón del correo. It was on display in the living room next to the mail drawer. Elle était exposée dans la pièce à côté de la boîte aux lettres.

Úrsula no volvió a levantarse después de las nueve noches de Amaranta. Ursula never got up again after Amaranta's nine nights. Santa Sofía de la Piedad se hizo cargo de ella. Le llevaba al dormitorio la comida, y el agua de bija para que se lavara, y la mantenía al corriente de cuanto pasaba en Macondo. Il lui apporta de la nourriture dans la chambre et de l'eau bija pour qu'elle se lave, et la tint informée de ce qui se passait à Macondo. Aureliano Segundo la visitaba con frecuencia, y le llevaba ropas que ella ponía cerca de la cama, junto con las cosas más indispensables para el vivir diario, de modo que en poco tiempo se había construido un mundo al alcance de la mano. Logró despertar un gran afecto en la pequeña Amaranta Úrsula, que era idéntica a ella, y a quien enseñó a leer. Su lucidez, la habilidad para bastarse de sí misma, hacían pensar que estaba naturalmente vencida por el peso de los cien años, pero aunque era evidente que andaba mal de la vista nadie sospechó que estaba completamente ciega. Her lucidity, her ability to be self-sufficient, made one think that she was naturally overcome by the weight of her hundred years, but although it was evident that her eyesight was bad, no one suspected that she was completely blind. Sa lucidité, sa capacité à se suffire à elle-même laissaient penser qu'elle était naturellement accablée par le poids de cent ans, mais s'il était évident qu'elle avait une mauvaise vue, personne ne soupçonnait qu'elle était complètement aveugle. Disponía entonces de tanto tiempo y de tanto silencio interior para vigilar la vida de la casa, que fue ella la primera en darse cuenta de la callada tribulación de Meme. She then had so much time and so much inner silence to watch the life of the house, that she was the first to notice Meme's silent tribulation. A cette époque, elle avait tellement de temps et tellement de silence intérieur pour surveiller la vie de la maison, qu'elle fut la première à remarquer la tribulation silencieuse de Meme.

—Ven acá —le dijo—. -Come here," he said. "Viens ici," lui dit-il. Ahora que estamos solas, confiésale a esta pobre vieja lo que te pasa. Maintenant que nous sommes seuls, avoue à cette pauvre vieille ce qui t'arrive.

Meme eludió la conversación con una risa entrecortada. Meme a esquivé la conversation avec un rire essoufflé. Úrsula no insistió, pero acabó de confirmar sus sospechas cuando Meme no volvió a visitarla. Úrsula n'a pas insisté, mais elle a fini de confirmer ses soupçons lorsque Meme ne lui a plus rendu visite. Sabía que se arreglaba más temprano que de costumbre, que no tenía un instante de sosiego mientras esperaba la hora de salir a la calle, que pasaba noches enteras dando vueltas en la cama en el dormitorio contiguo, y que la atormentaba el revoloteo de una mariposa. En cierta ocasión le oyó decir que iba a verse con Aureliano Segundo, y Úrsula se sorprendió de que Fernanda fuera tan corta de imaginación que no sospechó nada cuando su marido fue a la casa a preguntar por la hija. On a certain occasion she heard him say that she was going to see Aureliano Segundo, and Úrsula was surprised that Fernanda was so short of imagination that she didn't suspect a thing when her husband went to the house to ask about their daughter. À une certaine occasion, elle l'entendit dire qu'il allait voir Aureliano Segundo, et Úrsula s'étonna que Fernanda manquât tellement d'imagination qu'elle ne se doutait de rien quand son mari se rendit à la maison pour s'enquérir de leur fille. Era demasiado evidente que Meme andaba en asuntos sigilosos, en compromisos urgentes, en ansiedades reprimidas, desde mucho antes de la noche en que Fernanda alborotó la casa porque la encontró besándose con un hombre en el cine. Il n'était que trop évident que Meme était impliquée dans des affaires secrètes, dans des engagements urgents, dans des angoisses refoulées, depuis bien avant la nuit où Fernanda avait provoqué un tollé dans la maison parce qu'elle l'avait trouvée en train d'embrasser un homme au cinéma.

La propia Meme andaba entonces tan ensimismada que acusó a Úrsula de haberla denunciado. Meme herself was then so self-absorbed that she accused Úrsula of having denounced her. Meme elle-même était alors si égocentrique qu'elle accusa Úrsula de l'avoir dénoncée. En realidad se denunció a sí misma. She actually denounced herself. Desde hacía tiempo dejaba a su paso un reguero de pistas que habrían despertado al más dormido, y si Fernanda tardó tanto en descubrirlas fue porque también ella estaba obnubilada por sus relaciones secretas con los médicos invisibles. For some time now, he had left behind a trail of clues that would have awakened the most asleep, and if Fernanda took so long to discover them, it was because she, too, was blinded by her secret relationships with the invisible doctors. Depuis longtemps, elle avait laissé derrière elle une traînée d'indices qui auraient réveillé les plus endormis, et si Fernanda a mis si longtemps à les découvrir, c'est qu'elle aussi était obsédée par ses relations secrètes avec les médecins invisibles. Aun así terminó por advertir los hondos silencios, los sobresaltos intempestivos, las alternativas del humor y las contradicciones de la hija. Pourtant, il finit par remarquer les silences profonds, les sursauts intempestifs, les alternances d'humour et les contradictions de la fille. Se empeñó en una vigilancia disimulada pero implacable. He insisted on concealed but relentless surveillance. Il a insisté sur une surveillance dissimulée mais implacable. La dejó ir con sus amigas de siempre, la ayudó a vestirse para las fiestas del sábado, y jamás le hizo una pregunta impertinente que pudiera alertarla. Il la laissait partir avec ses amis habituels, l'aidait à s'habiller pour les soirées du samedi et ne lui posait jamais une question impertinente susceptible de l'alerter. Tenía ya muchas pruebas de que Meme hacía cosas distintas de las que anunciaba, y todavía no dejó vislumbrar sus sospechas, en espera de la ocasión decisiva. Una noche, Meme le anunció que iba al cine con su padre. Poco después, Fernanda oyó los cohetes de la parranda y el inconfundible acordeón de Aureliano Segundo por el rumbo de Petra Cotes. Entonces se vistió, entró al cine, y en la penumbra de las lunetas reconoció a su hija. Then she got dressed, went into the movie theater, and in the half-light of the lunettes she recognized her daughter. Puis elle s'habilla, entra dans le cinéma, et dans l'obscurité des vitres elle reconnut sa fille. La aturdidora emoción del acierto le impidió ver al hombre con quien se estaba besando, pero alcanzó a percibir su voz trémula en medio de la rechifla y las risotadas ensordecedoras del público. The dazzling emotion of success prevented her from seeing the man with whom she was kissing, but she managed to hear his tremulous voice amid the shrieking and deafening laughter from the audience. L'émotion vertigineuse du succès l'empêcha de voir l'homme qu'elle embrassait, mais elle parvint à percevoir sa voix tremblante au milieu des sifflements et des rires assourdissants du public. «Lo siento, amor», le oyó decir, y sacó a Meme del salón sin decirle una palabra, y la sometió a la vergüenza de llevarla por la bulliciosa Calle de los Turcos, y la encerró con llave en el dormitorio. "I'm sorry, love," he heard her say, and he dragged Meme out of the living room without a word to her, and subjected her to the embarrassment of carrying her down bustling Turk Street, and locked her in the bedroom. "Je suis désolée, chérie", l'entendit-elle dire, et elle fit sortir Meme du salon sans dire un mot, et la soumit à la honte de la conduire dans la rue animée de los Turcos, et l'enferma dans le chambre à coucher.

Al día siguiente, a las seis de la tarde, Fernanda reconoció la voz del hombre que fue a visitarla. The next day, at six o'clock in the evening, Fernanda recognized the voice of the man who came to visit her. Era joven, cetrino, con unos ojos oscuros y melancólicos que no le habrían sorprendido tanto si hubiera conocido a los gitanos, y un aire de ensueño que a cualquier mujer de corazón menos rígido le habría bastado para entender los motivos de su hija. He was young, sallow, with dark, melancholy eyes that would not have surprised him so much if he had known gypsies, and a dreamy air that would have been enough for any less rigid-hearted woman to understand her daughter's motives. Il était jeune, jaunâtre, avec des yeux sombres et mélancoliques qui ne l'auraient pas autant surprise si elle avait connu des gitans, et un air rêveur qui aurait suffi à toute femme au cœur moins rigide pour comprendre les motivations de sa fille. Vestía de lino muy usado, con zapatos defendidos desesperadamente con cortezas superpuestas de blanco de zinc, y llevaba en la mano un canotier comprado el último sábado. He was dressed in well-worn linen, with shoes desperately defended with zinc-white overlays, and he carried in his hand a boater bought last Saturday. Il était vêtu de linge usé, avec des chaussures désespérément défendues avec des superpositions de zinc blanc, et à la main un canotier acheté samedi dernier. En su vida no estuvo ni estaría más asustado que en aquel momento, pero tenía una dignidad y un dominio que lo ponían a salvo de la humillación, y una prestancia legítima que solo fracasaba en las manos percudidas y las uñas astilladas por el trabajo rudo. Dans sa vie, il n'était pas et ne serait pas plus effrayé qu'il ne l'était à ce moment-là, mais il avait une dignité et un contrôle qui le protégeaient de l'humiliation, et une présence légitime qui n'échouait que dans les mains endommagées et les ongles ébréchés par un travail difficile. A Fernanda, sin embargo, le bastó el verlo una vez para intuir su condición de menestral. For Fernanda, however, seeing him once was enough to intuit his status as a craftsman. Pour Fernanda, cependant, il suffisait de le voir une fois pour deviner son statut d'artisan. Se dio cuenta de que llevaba puesta su única muda de los domingos, y que debajo de la camisa tenía la piel carcomida por la sarna de la compañía bananera. He realized that he was wearing his only Sunday change, and that under his shirt his skin was eaten away by the scabies from the banana company. Il s'aperçut qu'il portait son seul costume du dimanche, et que sous sa chemise sa peau était rongée par la gale de la compagnie bananière. No le permitió hablar. No le permitió siquiera pasar de la puerta que un momento después tuvo que cerrar porque la casa estaba llena de mariposas amarillas. He did not even allow her to pass the door that a moment later he had to close because the house was full of yellow butterflies.

—Lárguese —le dijo—. -Go away," he said. « Va-t'en, lui dit-il. Nada tiene que venir a buscar entre la gente decente. Nothing has to come looking for among decent people.

Se llamaba Mauricio Babilonia. Había nacido y crecido en Macondo, y era aprendiz de mecánico en los talleres de la compañía bananera. Meme lo había conocido por casualidad, una tarde en que fue con Patricia Brown a buscar el automóvil para dar un paseo por las plantaciones. Como el chofer estaba enfermo, lo encargaron a él de conducirlas, y Meme pudo al fin satisfacer su deseo de sentarse junto al volante para observar de cerca el sistema de manejo. Since the driver was ill, they put him in charge of driving them, and Meme was finally able to satisfy his desire to sit behind the wheel and take a closer look at the driving system. Al contrario del chofer titular, Mauricio Babilonia le hizo una demostración práctica. In contrast to the incumbent driver, Mauricio Babilonia gave him a practical demonstration. Eso fue por la época en que Meme empezó a frecuentar la casa del señor Brown, y todavía se consideraba indigno de damas el conducir un automóvil. Así que se conformó con la información teórica y no volvió a ver a Mauricio Babilonia en varios meses. So he settled for theoretical information and did not see Mauricio Babilonia again for several months. Más tarde había de recordar que durante el paseo le llamó la atención su belleza varonil, salvo la brutalidad de las manos, pero que después había comentado con Patricia Brown la molestia que le produjo su seguridad un poco altanera. She was to remember later that during the walk his masculine beauty caught her eye, except for the brutality of his hands, but that afterwards she had commented to Patricia Brown about the annoyance her somewhat arrogant self-confidence caused her. El primer sábado en que fue al cine con su padre, volvió a ver a Mauricio Babilonia con su muda de lino, sentado a poca distancia de ellos, y advirtió que él se desinteresaba de la película por volverse a mirarla, no tanto por verla como para que ella notara que la estaba mirando. The first Saturday that he went to the movies with his father, he saw Mauricio Babilonia again with his change of linen, sitting a short distance from them, and noticed that he was losing interest in the movie by turning to look at it, not so much to see it as so she would notice he was looking at her. Le premier samedi où il est allé au cinéma avec son père, il a revu Mauricio Babilonia dans son costume de lin, assis à une courte distance d'eux, et il s'est rendu compte qu'il se désintéressait du film parce qu'il se retournait pour le regarder, pas si autant le voir pour qu'elle remarque qu'il la regardait. A Meme le molestó la vulgaridad de aquel sistema. Meme was annoyed by the vulgarity of that system. Meme était agacé par la vulgarité de ce système. Al final, Mauricio Babilonia se acercó a saludar a Aureliano Segundo, y solo entonces se enteró Meme de que se conocían, porque él había trabajado en la primitiva planta eléctrica de Aureliano Triste, y trataba a su padre con una actitud de subalterno. À la fin, Mauricio Babilonia est allé saluer Aureliano Segundo, et ce n'est qu'alors que Meme a découvert qu'ils se connaissaient, car il avait travaillé à la centrale électrique primitive d'Aureliano Triste et qu'il traitait son père avec une attitude subordonnée. Esa comprobación la alivió del disgusto que le causaba su altanería. Cette vérification la soulageait du mécontentement causé par son arrogance. No se habían visto a solas, ni se habían cruzado una palabra distinta del saludo, la noche en que soñó que él la salvaba de un naufragio y ella no experimentaba un sentimiento de gratitud sino de rabia. They had not seen each other alone, nor had they exchanged a word other than greeting, the night she dreamed that he saved her from a shipwreck and she experienced not a feeling of gratitude but of rage. Era como haberle dado una oportunidad que él deseaba, siendo que Meme anhelaba lo contrario, no solo con Mauricio Babilonia, sino con cualquier otro hombre que se interesara en ella. It was like having given him an opportunity that he wanted, while Meme yearned for the opposite, not only with Mauricio Babilonia, but with any other man who was interested in her. C'était comme s'il lui avait donné une opportunité qu'il voulait, alors que Meme aspirait au contraire, non seulement avec Mauricio Babilonia, mais avec tout autre homme qui s'intéressait à elle. Por eso le indignó tanto que después del sueño, en vez de detestarlo, hubiera experimentado una urgencia irresistible de verlo. That is why he was so incensed that after the dream, instead of hating it, he would have experienced an irresistible urge to see it. La ansiedad se hizo más intensa en el curso de la semana, y el sábado era tan apremiante que tuvo que hacer un grande esfuerzo para que Mauricio Babilonia no notara al saludarla en el cine que se le estaba saliendo el corazón por la boca. The anxiety became more intense during the course of the week, and on Saturday it was so pressing that she had to make a great effort so that Mauricio Babilonia would not notice when he greeted her at the cinema that her heart was coming out of her mouth. L'anxiété s'est intensifiée au cours de la semaine, et le samedi c'était tellement urgent qu'elle a dû faire un gros effort pour que Mauricio Babilonia ne s'aperçoive pas en l'accueillant au cinéma que son cœur sortait de sa bouche. . Ofuscada por una confusa sensación de placer y rabia, le tendió la mano por primera vez, y solo entonces Mauricio Babilonia se permitió estrechársela. Overwhelmed by a confused sensation of pleasure and anger, she held out her hand to him for the first time, and only then did Mauricio Babilonia allow himself to shake it. Meme alcanzó en una fracción de segundo a arrepentirse de su impulso, pero el arrepentimiento se transformó de inmediato en una satisfacción cruel, al comprobar que también la mano de él estaba sudorosa y helada. En une fraction de seconde, Meme réussit à regretter son impulsion, mais son regret se transforma immédiatement en satisfaction cruelle, lorsqu'elle réalisa que sa main était également moite et gelée. Esa noche comprendió que no tendría un instante de sosiego mientras no le demostrara a Mauricio Babilonia la vanidad de su aspiración, y pasó la semana revoloteando en torno de esa ansiedad. That night she understood that she would not have a moment's rest until she showed Mauricio Babilonia the vanity of her aspirations, and she spent the week hovering around that anxiety. Recurrió a toda clase de artimañas inútiles para que Patricia Brown la llevara a buscar el automóvil. Por último, se valió del pelirrojo norteamericano que por esa época fue a pasar vacaciones en Macondo, y con el pretexto de conocer los nuevos modelos de automóviles se hizo llevar a los talleres. Lastly, he made use of the redheaded North American who at that time was going to spend vacations in Macondo, and with the pretext of learning about the new car models, he had himself taken to the workshops. Desde el momento en que lo vio, Meme dejó de engañarse a sí misma, y comprendió que lo que pasaba en realidad era que no podía soportar los deseos de estar a solas con Mauricio Babilonia, y la indignó la certidumbre de que este lo había comprendido al verla llegar. From the moment she saw him, Meme stopped deceiving herself, and understood that what was really happening was that she could not bear the desire to be alone with Mauricio Babilonia, and she was outraged by the certainty that he had understood. seeing her arrive

—Vine a ver los nuevos modelos —dijo Meme.

—Es un buen pretexto —dijo él.

Meme se dio cuenta de que se estaba achicharrando en la lumbre de su altivez, y buscó desesperadamente una manera de humillarlo. Pero él no le dio tiempo. «No se asuste», le dijo en voz baja. "Don't be scared," he told her quietly. «No es la primera vez que una mujer se vuelve loca por un hombre». Se sintió tan desamparada que abandonó el taller sin ver los nuevos modelos, y pasó la noche de extremo a extremo dando vueltas en la cama y llorando de indignación. El pelirrojo norteamericano, que en realidad empezaba a interesarle, le pareció una criatura en pañales. The American redhead, who was really beginning to interest her, seemed to her like a baby in diapers. Fue entonces cuando cayó en la cuenta de las mariposas amarillas que precedían las apariciones de Mauricio Babilonia. It was then that he noticed the yellow butterflies that preceded Mauricio Babilonia's appearances. Las había visto antes, sobre todo en el taller de mecánica, y había pensado que estaban fascinadas por el olor de la pintura. Alguna vez las había sentido revoloteando sobre su cabeza en la penumbra del cine. Pero cuando Mauricio Babilonia empezó a perseguirla, como un espectro que solo ella identificaba en la multitud, comprendió que las mariposas amarillas tenían algo que ver con él. But when Mauricio Babilonia began to chase her, like a specter that only she could identify in the crowd, she understood that the yellow butterflies had something to do with him. Mauricio Babilonia estaba siempre en el público de los conciertos, en el cine, en la misa mayor, y ella no necesitaba verlo para descubrirlo, porque se lo indicaban las mariposas. Mauricio Babilonia was always in the audience at concerts, at the movies, at high mass, and she didn't need to see him to find out, because the butterflies told her so. Una vez Aureliano Segundo se impacientó tanto con el sofocante aleteo, que ella sintió el impulso de confiarle su secreto, como se lo había prometido, pero el instinto le indicó que esta vez él no iba a reír como de costumbre: «Qué diría tu madre si lo supiera». Una mañana, mientras podaban las rosas, Fernanda lanzó un grito de espanto e hizo quitar a Meme del lugar en que estaba, y que era el mismo del jardín donde subió a los cielos Remedios, la bella. One morning, while they were pruning the roses, Fernanda uttered a cry of fright and had Meme removed from the place where she was, and which was the same from the garden where Remedios the Beauty ascended to heaven. Había tenido por un instante la impresión de que el milagro iba a repetirse en su hija, porque la había perturbado un repentino aleteo. Eran las mariposas. Meme las vio, como si hubieran nacido de pronto en la luz, y el corazón le dio un vuelco. Meme les vit, comme si elle était soudainement née dans la lumière, et son cœur rata un battement. En ese momento entraba Mauricio Babilonia con un paquete que, según dijo, era un regalo de Patricia Brown. À ce moment, Mauricio Babilonia est entré avec un colis qui, selon ce qu'il a dit, était un cadeau de Patricia Brown. Meme se atragantó el rubor, asimiló la tribulación, y hasta consiguió una sonrisa natural para pedirle el favor de que lo pusiera en el pasamanos porque tenía los dedos sucios de tierra. Meme choked back the blush, took in the tribulation, and even managed a natural smile to ask him for the favor of putting him on the handrail because his fingers were dirty with dirt. Meme s'étouffa avec son rougissement, assimila sa tribulation, et réussit même un sourire naturel pour lui demander de le mettre sur la main courante car ses doigts étaient sales de terre. Lo único que notó Fernanda en el hombre que pocos meses después había de expulsar de la casa sin recordar que lo hubiera visto alguna vez, fue la textura biliosa de su piel. The only thing that Fernanda noticed in the man that she had to expel from the house a few months later without remembering that she had ever seen him was the bilious texture of his skin. La seule chose que Fernanda remarqua chez l'homme qu'elle allait jeter hors de la maison quelques mois plus tard sans se souvenir qu'elle l'avait jamais vu, c'était la texture bilieuse de sa peau.