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Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez, Capítulo 12 (3)

Capítulo 12 (3)

—¿Te sientes mal? —le preguntó.

Remedios, la bella, que tenía agarrada la sábana por el otro extremo, hizo una sonrisa de lástima.

—Al contrario —dijo—, nunca me he sentido mejor.

Acabó de decirlo, cuando Fernanda sintió que un delicado viento de luz le arrancó las sábanas de las manos y las desplegó en toda su amplitud. Amaranta sintió un temblor misterioso en los encajes de sus pollerinas y trató de agarrarse de la sábana para no caer, en el instante en que Remedios, la bella, empezaba a elevarse. Úrsula, ya casi ciega, fue la única que tuvo serenidad para identificar la naturaleza de aquel viento irreparable, y dejó las sábanas a merced de la luz, viendo a Remedios, la bella, que le decía adiós con la mano, entre el deslumbrante aleteo de las sábanas que subían con ella, que abandonaban con ella el aire de los escarabajos y las dalias, y pasaban con ella a través del aire donde terminaban las cuatro de la tarde, y se perdieron con ella para siempre en los altos aires donde no podían alcanzarla ni los más altos pájaros de la memoria.

Los forasteros, por supuesto, pensaron que Remedios, la bella, había sucumbido por fin a su irrevocable destino de abeja reina, y que su familia trataba de salvar la honra con la patraña de la levitación. Fernanda, mordida por la envidia, terminó por aceptar el prodigio, y durante mucho tiempo siguió rogando a Dios que le devolviera las sábanas. La mayoría creyó en el milagro, y hasta se encendieron velas y se rezaron novenarios. Tal vez no se hubiera vuelto a hablar de otra cosa en mucho tiempo, si el bárbaro exterminio de los Aurelianos no hubiera sustituido el asombro por el espanto. Aunque nunca lo identificó como un presagio, el coronel Aureliano Buendía había previsto en cierto modo el trágico final de sus hijos. Cuando Aureliano Serrador y Aureliano Arcaya, los dos que llegaron en el tumulto, manifestaron la voluntad de quedarse en Macondo, su padre trató de disuadirlos. No entendía qué iban a hacer en un pueblo que de la noche a la mañana se había convertido en un lugar de peligro. Pero Aureliano Centeno y Aureliano Triste, apoyados por Aureliano Segundo, les dieron trabajo en sus empresas. El coronel Aureliano Buendía tenía motivos todavía muy confusos para no patrocinar aquella determinación. Desde que vio al señor Brown en el primer automóvil que llegó a Macondo —un convertible anaranjado con una corneta que espantaba a los perros con sus ladridos—, el viejo guerrero se indignó con los serviles aspavientos de la gente, y se dio cuenta de que algo había cambiado en la índole de los hombres desde los tiempos en que abandonaban mujeres e hijos y se echaban una escopeta al hombro para irse a la guerra. Las autoridades locales, después del armisticio de Neerlandia, eran alcaldes sin iniciativa, jueces decorativos, escogidos entre los pacíficos y cansados conservadores de Macondo. «Este es un régimen de pobres diablos», comentaba el coronel Aureliano Buendía cuando veía pasar a los policías descalzos armados de bolillos de palo. «Hicimos tantas guerras, y todo para que no nos pintaran la casa de azul». Cuando llegó la compañía bananera, sin embargo, los funcionarios locales fueron sustituidos por forasteros autoritarios, que el señor Brown se llevó a vivir en el gallinero electrificado, para que gozaran, según explicó, de la dignidad que correspondía a su investidura, y no padecieran el calor y los mosquitos y las incontables incomodidades y privaciones del pueblo. Los antiguos policías fueron reemplazados por sicarios de machetes. Encerrado en el taller, el coronel Aureliano Buendía pensaba en estos cambios, y por primera vez en sus callados años de soledad lo atormentó la definida certidumbre de que había sido un error no proseguir la guerra hasta sus últimas consecuencias. Por esos días, un hermano del olvidado coronel Magnífico Visbal llevó su nieto de siete años a tomar un refresco en los carritos de la plaza, y porque el niño tropezó por accidente con un cabo de la policía y le derramó el refresco en el uniforme, el bárbaro lo hizo picadillo a machetazos y decapitó de un tajo al abuelo que trató de impedirlo. Todo el pueblo vio pasar al decapitado cuando un grupo de hombres lo llevaban a su casa, y la cabeza arrastrada que una mujer llevaba cogida por el pelo, y el talego ensangrentado donde habían metido los pedazos del niño.

Para el coronel Aureliano Buendía fue el límite de la expiación. Se encontró de pronto padeciendo la misma indignación que sintió en la juventud, frente al cadáver de la mujer que fue muerta a palos porque la mordió un perro con mal de rabia. Miró a los grupos de curiosos que estaban frente a la casa y con su antigua voz estentórea, restaurada por un hondo desprecio contra sí mismo, les echó encima la carga de odio que ya no podía soportar en el corazón.

—¡Un día de estos —gritó— voy a armar a mis muchachos para que acaben con estos gringos de mierda!

En el curso de esa semana, por distintos lugares del litoral, sus diecisiete hijos fueron cazados como conejos por criminales invisibles que apuntaron al centro de sus cruces de ceniza. Aureliano Triste salía de la casa de su madre, a las siete de la noche, cuando un disparo de fusil surgido de la oscuridad le perforó la frente. Aureliano Centeno fue encontrado en la hamaca que solía colgar en la fábrica, con un punzón de picar hielo clavado hasta la empuñadura entre las cejas. Aureliano Serrador había dejado a su novia en casa de sus padres después de llevarla al cine, y regresaba por la iluminada Calle de los Turcos cuando alguien que nunca fue identificado entre la muchedumbre disparó un tiro de revólver que lo derribó dentro de un caldero de manteca hirviendo. Pocos minutos después, alguien llamó a la puerta del cuarto donde Aureliano Arcaya estaba encerrado con una mujer, y le gritó: «Apúrate, que están matando a tus hermanos». La mujer que estaba con él contó después que Aureliano Arcaya saltó de la cama y abrió la puerta, y fue esperado con una descarga de máuser que le desbarató el cráneo. Aquella noche de muerte, mientras la casa se preparaba para velar los cuatro cadáveres, Fernanda recorrió el pueblo como una loca buscando a Aureliano Segundo, a quien Petra Cotes encerró en un ropero creyendo que la consigna de exterminio incluía a todo el que llevara el nombre del coronel. No le dejó salir hasta el cuarto día, cuando los telegramas recibidos de distintos lugares del litoral permitieron comprender que la saña del enemigo invisible estaba dirigida solamente contra los hermanos marcados con cruces de ceniza. Amaranta buscó la libreta de cuentas donde había anotado los datos de los sobrinos, y a medida que llegaban los telegramas iba tachando nombres, hasta que solo quedó el del mayor. Lo recordaban muy bien por el contraste de su piel oscura con los grandes ojos verdes. Se llamaba Aureliano Amador, era carpintero, y vivía en un pueblo perdido en las estribaciones de la sierra. Después de esperar dos semanas el telegrama de su muerte, Aureliano Segundo le mandó un emisario para prevenirlo, pensando que ignoraba la amenaza que pesaba sobre él. El emisario regresó con la noticia de que Aureliano Amador estaba a salvo. La noche del exterminio habían ido a buscarlo dos hombres a su casa, y habían descargado sus revólveres contra él, pero no le habían acertado a la cruz de ceniza. Aureliano Amador logró saltar la cerca del patio, y se perdió en los laberintos de la sierra que conocía palmo a palmo gracias a la amistad de los indios con quienes comerciaba en maderas. No había vuelto a saberse de él.

Fueron días negros para el coronel Aureliano Buendía. El presidente de la república le dirigió un telegrama de pésame, en el que prometía una investigación exhaustiva, y rendía homenaje a los muertos. Por orden suya, el alcalde se presentó al entierro con cuatro coronas fúnebres que pretendió colocar sobre los ataúdes, pero el coronel lo puso en la calle. Después del entierro, redactó y llevó personalmente un telegrama violento para el presidente de la república, que el telegrafista se negó a tramitar. Entonces lo enriqueció con términos de singular agresividad, lo metió en un sobre y lo puso al correo. Como le había ocurrido con la muerte de su esposa, como tantas veces le ocurrió durante la guerra con la muerte de sus mejores amigos, no experimentaba un sentimiento de pesar, sino una rabia ciega y sin dirección, una extenuante impotencia. Llegó hasta denunciar la complicidad del padre Antonio Isabel, por haber marcado a sus hijos con ceniza indeleble para que fueran identificados por sus enemigos. El decrépito sacerdote que ya no hilvanaba muy bien las ideas y empezaba a espantar a los feligreses con las disparatadas interpretaciones que intentaba en el púlpito, apareció una tarde en la casa con el tazón donde preparaba las cenizas del miércoles, y trató de ungir con ellas a toda la familia para demostrar que se quitaban con agua. Pero el espanto de la desgracia había calado tan hondo, que ni la misma Fernanda se prestó al experimento, y nunca más se vio un Buendía arrodillado en el comulgatorio el miércoles de ceniza.

El coronel Aureliano Buendía no logró recobrar la serenidad en mucho tiempo. Abandonó la fabricación de pescaditos, comía a duras penas, y andaba como un sonámbulo por toda la casa, arrastrando la manta y masticando una cólera sorda. Al cabo de tres meses tenía el pelo ceniciento, el antiguo bigote de puntas engomadas chorreando sobre los labios sin color, pero en cambio sus ojos eran otra vez las dos brasas que asustaron a quienes lo vieron nacer y que en otro tiempo hacían rodar las sillas con solo mirarlas. En la furia de su tormento trataba inútilmente de provocar los presagios que guiaron su juventud por senderos de peligro hasta el desolado yermo de la gloria. Estaba perdido, extraviado en una casa ajena donde ya nada ni nadie le suscitaba el menor vestigio de afecto. Una vez abrió el cuarto de Melquíades, buscando los rastros de un pasado anterior a la guerra, y solo encontró los escombros, la basura, los montones de porquería acumulados por tantos años de abandono. En las pastas de los libros que nadie había vuelto a leer, en los viejos pergaminos macerados por la humedad había prosperado una flora lívida, y en el aire que había sido el más puro y luminoso de la casa flotaba un insoportable olor de recuerdos podridos. Una mañana encontró a Úrsula llorando bajo el castaño, en las rodillas de su esposo muerto. El coronel Aureliano Buendía era el único habitante de la casa que no seguía viendo al potente anciano agobiado por medio siglo de intemperie. «Saluda a tu padre», le dijo Úrsula. Él se detuvo un instante frente al castaño, y una vez más comprobó que tampoco aquel espacio vacío le suscitaba ningún afecto.

—¿Qué dice? —preguntó.

—Está muy triste —contestó Úrsula— porque cree que te vas a morir.

—Dígale —sonrió el coronel— que uno no se muere cuando debe, sino cuando puede.

El presagio del padre muerto removió el último rescoldo de soberbia que le quedaba en el corazón, pero él lo confundió con un repentino soplo de fuerza. Fue por eso que asedió a Úrsula para que le revelara en qué lugar del patio estaban enterradas las monedas de oro que encontraron dentro del San José de yeso. «Nunca lo sabrás», le dijo ella, con una firmeza inspirada en un viejo escarmiento. «Un día —agregó— ha de aparecer el dueño de esa fortuna, y solo él podrá desenterrarla». Nadie sabía por qué un hombre que siempre fue tan desprendido había empezado a codiciar el dinero con semejante ansiedad, y no las modestas cantidades que le habrían bastado para resolver una emergencia, sino una fortuna de magnitudes desatinadas cuya sola mención dejó sumido en un mar de asombro a Aureliano Segundo. Los viejos copartidarios a quienes acudió en demanda de ayuda, se escondieron para no recibirlo. Fue por esa época que se le oyó decir: «La única diferencia actual entre liberales y conservadores, es que los liberales van a misa de cinco y los conservadores van a misa de ocho». Sin embargo, insistió con tanto ahínco, suplicó de tal modo, quebrantó a tal punto sus principios de dignidad, que con un poco de aquí y otro poco de allá, deslizándose por todas partes con una diligencia sigilosa y una perseverancia despiadada, consiguió reunir en ocho meses más dinero del que Úrsula tenía enterrado. Entonces visitó al enfermo coronel Gerineldo Márquez para que lo ayudara a promover la guerra total.

Capítulo 12 (3) Kapitel 12 (3) Chapter 12 (3) Capitolo 12 (3) Capítulo 12 (3) Глава 12 (3) Bölüm 12 (3) 第12章(3)

—¿Te sientes mal? —le preguntó.

Remedios, la bella, que tenía agarrada la sábana por el otro extremo, hizo una sonrisa de lástima. Remedios the Beauty, who was holding the sheet by the other end, smiled pityingly. Remedios la Belle, qui tenait le drap par l'autre bout, sourit avec pitié.

—Al contrario —dijo—, nunca me he sentido mejor.

Acabó de decirlo, cuando Fernanda sintió que un delicado viento de luz le arrancó las sábanas de las manos y las desplegó en toda su amplitud. She finished saying it, when Fernanda felt that a delicate wind of light ripped the sheets from her hands and unfolded them to their full extent. Il achevait de le dire quand Fernanda sentit un délicat vent de lumière arracher les draps de ses mains et les déplier dans toute leur étendue. Amaranta sintió un temblor misterioso en los encajes de sus pollerinas y trató de agarrarse de la sábana para no caer, en el instante en que Remedios, la bella, empezaba a elevarse. Amaranta felt a mysterious tremor in the lace of her petticoats and tried to hold on to the sheet so as not to fall, just as Remedios the Beauty began to rise. Úrsula, ya casi ciega, fue la única que tuvo serenidad para identificar la naturaleza de aquel viento irreparable, y dejó las sábanas a merced de la luz, viendo a Remedios, la bella, que le decía adiós con la mano, entre el deslumbrante aleteo de las sábanas que subían con ella, que abandonaban con ella el aire de los escarabajos y las dalias, y pasaban con ella a través del aire donde terminaban las cuatro de la tarde, y se perdieron con ella para siempre en los altos aires donde no podían alcanzarla ni los más altos pájaros de la memoria. Úrsula, already almost blind, was the only one who had the serenity to identify the nature of that irreparable wind, and she left the sheets at the mercy of the light, seeing Remedios, the beauty, who waved goodbye to her, amid the dazzling flutter of wings of the sheets that went up with her, that left with her the air of beetles and dahlias, and passed with her through the air where four in the afternoon ended, and were lost with her forever in the high airs where there was no not even the tallest birds in memory could reach it. Ursula, maintenant presque aveugle, fut la seule à avoir la sérénité d'identifier la nature de ce vent irréparable, et elle laissa les draps à la merci de la lumière, voyant Remedios, la Belle, qui lui faisait signe d'adieu, au milieu des éblouissants battements d'ailes des draps qui s'élevaient avec elle, qui lui laissaient l'air de coléoptères et de dahlias, et passaient avec elle dans les airs où quatre heures se terminaient, et se perdaient avec elle à jamais dans les airs élevés où personne ne Même les plus hauts oiseaux de mémoire ne pouvaient l'atteindre.

Los forasteros, por supuesto, pensaron que Remedios, la bella, había sucumbido por fin a su irrevocable destino de abeja reina, y que su familia trataba de salvar la honra con la patraña de la levitación. The outsiders, of course, thought that Remedios the Beauty had finally succumbed to her irrevocable destiny as queen bee, and that her family was trying to save their honor with the hoax of levitation. Fernanda, mordida por la envidia, terminó por aceptar el prodigio, y durante mucho tiempo siguió rogando a Dios que le devolviera las sábanas. La mayoría creyó en el milagro, y hasta se encendieron velas y se rezaron novenarios. Most believed in the miracle, and candles were even lit and novenas were said. Tal vez no se hubiera vuelto a hablar de otra cosa en mucho tiempo, si el bárbaro exterminio de los Aurelianos no hubiera sustituido el asombro por el espanto. Perhaps there would have been no talk of anything else for a long time, if the barbaric extermination of the Aurelians had not replaced astonishment with horror. Aunque nunca lo identificó como un presagio, el coronel Aureliano Buendía había previsto en cierto modo el trágico final de sus hijos. Although he never identified it as an omen, Colonel Aureliano Buendía had somehow foreseen the tragic end of his children. Cuando Aureliano Serrador y Aureliano Arcaya, los dos que llegaron en el tumulto, manifestaron la voluntad de quedarse en Macondo, su padre trató de disuadirlos. No entendía qué iban a hacer en un pueblo que de la noche a la mañana se había convertido en un lugar de peligro. I didn't understand what they were going to do in a town that overnight had become a place of danger. Pero Aureliano Centeno y Aureliano Triste, apoyados por Aureliano Segundo, les dieron trabajo en sus empresas. But Aureliano Centeno and Aureliano Triste, supported by Aureliano Segundo, gave them jobs in their companies. 但奥雷利亚诺·森特诺和奥雷利亚诺·特里斯特在奥雷利亚诺第二的支持下,给了他们在各自公司的工作机会。 El coronel Aureliano Buendía tenía motivos todavía muy confusos para no patrocinar aquella determinación. Colonel Aureliano Buendía still had very confused reasons for not sponsoring that decision. 奥雷里亚诺·布恩迪亚上校仍然有非常不明确的理由不支持这一决定。 Desde que vio al señor Brown en el primer automóvil que llegó a Macondo —un convertible anaranjado con una corneta que espantaba a los perros con sus ladridos—, el viejo guerrero se indignó con los serviles aspavientos de la gente, y se dio cuenta de que algo había cambiado en la índole de los hombres desde los tiempos en que abandonaban mujeres e hijos y se echaban una escopeta al hombro para irse a la guerra. Ever since he saw Mr. Brown in the first car that arrived in Macondo —an orange convertible with a bugle that scared the dogs away with its barking—, the old warrior was outraged by the servile fuss of the people, and he realized that something had changed in the nature of men since the days when they abandoned wives and children and shouldered a shotgun to go to war. Las autoridades locales, después del armisticio de Neerlandia, eran alcaldes sin iniciativa, jueces decorativos, escogidos entre los pacíficos y cansados conservadores de Macondo. 尼兰迪亚停战后,地方当局是从马孔多的和平而疲惫的保守派中选出的没有主动性的市长和装饰性的法官。 «Este es un régimen de pobres diablos», comentaba el coronel Aureliano Buendía cuando veía pasar a los policías descalzos armados de bolillos de palo. "This is a regime of poor devils," commented Colonel Aureliano Buendía when he saw the barefoot policemen armed with sticks pass by. “这是一个可怜鬼的政权,”奥雷里亚诺·布恩迪亚上校看到手持木头枪的赤脚警察走过时评论道。 «Hicimos tantas guerras, y todo para que no nos pintaran la casa de azul». "We fought so many wars, and all so they wouldn't paint our house blue." “我们打了很多场战争,都是为了他们不把我们的房子漆成蓝色。” Cuando llegó la compañía bananera, sin embargo, los funcionarios locales fueron sustituidos por forasteros autoritarios, que el señor Brown se llevó a vivir en el gallinero electrificado, para que gozaran, según explicó, de la dignidad que correspondía a su investidura, y no padecieran el calor y los mosquitos y las incontables incomodidades y privaciones del pueblo. When the banana company arrived, however, the local officials were replaced by authoritarian outsiders, whom Mr. Brown took to live in the electrified chicken coop, so that they would enjoy, as he explained, the dignity that befitted their investiture, and not suffer the heat and the mosquitoes and the countless discomforts and hardships of the town. 然而,当香蕉公司到来时,当地官员被专制的外来者取代,布朗先生带他们住在带电的鸡舍里,他解释说,享受着与他们的任命相称的尊严,而且不用忍受炎热和蚊子的折磨。以及镇上无数的不适和贫困。 Los antiguos policías fueron reemplazados por sicarios de machetes. The old policemen were replaced by hit men with machetes. 老警察被拿着砍刀的杀手所取代。 Encerrado en el taller, el coronel Aureliano Buendía pensaba en estos cambios, y por primera vez en sus callados años de soledad lo atormentó la definida certidumbre de que había sido un error no proseguir la guerra hasta sus últimas consecuencias. 奥雷里亚诺·布恩迪亚上校被关在车间里,思考着这些变化,在他沉默的孤独岁月里,他第一次因为明确的确定性而感到痛苦:不继续战争直至其最终后果是一个错误。 Por esos días, un hermano del olvidado coronel Magnífico Visbal llevó su nieto de siete años a tomar un refresco en los carritos de la plaza, y porque el niño tropezó por accidente con un cabo de la policía y le derramó el refresco en el uniforme, el bárbaro lo hizo picadillo a machetazos y decapitó de un tajo al abuelo que trató de impedirlo. In those days, a brother of the forgotten Colonel Magnifico Visbal took his seven-year-old grandson to have a drink in the carts in the square, and because the boy accidentally bumped into a police corporal and spilled the drink on his uniform, The barbarian chopped him into pieces with a machete and beheaded the grandfather who tried to stop him. 大约在那些日子里,被遗忘的马格尼菲科·维斯巴尔上校的一个兄弟带着他七岁的孙子去广场的推车里喝苏打水,因为男孩不小心撞到了一名下士,并将苏打水洒在了他的制服上,野蛮人用砍刀将他砍成碎片,并将试图阻止他的祖父斩首。 Todo el pueblo vio pasar al decapitado cuando un grupo de hombres lo llevaban a su casa, y la cabeza arrastrada que una mujer llevaba cogida por el pelo, y el talego ensangrentado donde habían metido los pedazos del niño. The whole town saw the decapitated man pass by when a group of men took him to his house, and the dragged head that a woman was holding by the hair, and the bloody bag where they had put the child's pieces. 全镇的人都看到被斩首的男人路过,一群人把他带回家,还有一个女人抓着头发拖着的头,还有他们放孩子碎片的血淋淋的袋子。

Para el coronel Aureliano Buendía fue el límite de la expiación. For Colonel Aureliano Buendía it was the limit of expiation. 对于奥雷里亚诺·布恩迪亚上校来说,这已经是赎罪的极限了。 Se encontró de pronto padeciendo la misma indignación que sintió en la juventud, frente al cadáver de la mujer que fue muerta a palos porque la mordió un perro con mal de rabia. 他突然发现,自己在那个被疯狗咬伤而被打死的女人的尸体面前,又感受到了年轻时的愤慨。 Miró a los grupos de curiosos que estaban frente a la casa y con su antigua voz estentórea, restaurada por un hondo desprecio contra sí mismo, les echó encima la carga de odio que ya no podía soportar en el corazón. He looked at the groups of onlookers who were in front of the house and with his old stentorian voice, restored by a deep contempt for himself, he poured out on them the burden of hatred that he could no longer bear in his heart. 他看着屋前那群围观的人,用他那古老的、因深深的自我厌恶而恢复的响亮声音,将他心中再也无法承受的仇恨的重担倾注在他们身上。

—¡Un día de estos —gritó— voy a armar a mis muchachos para que acaben con estos gringos de mierda! "One of these days," he shouted, "I'm going to arm my boys so they can finish off these fucking gringos!" “总有一天,”他喊道,“我要武装我的孩子们,消灭这些该死的外国佬!”

En el curso de esa semana, por distintos lugares del litoral, sus diecisiete hijos fueron cazados como conejos por criminales invisibles que apuntaron al centro de sus cruces de ceniza. In the course of that week, in different parts of the coast, his seventeen children were hunted like rabbits by invisible criminals who aimed at the center of their cinder crosses. 在那一周的时间里,在海岸的不同地方,他的十七个孩子像兔子一样遭到隐形罪犯的追捕,这些罪犯瞄准了他们的灰烬十字架的中心。 Aureliano Triste salía de la casa de su madre, a las siete de la noche, cuando un disparo de fusil surgido de la oscuridad le perforó la frente. Aureliano Triste was leaving his mother's house at seven at night when a rifle shot from the darkness pierced his forehead. 晚上七点,奥雷里亚诺·特里斯特正要离开他母亲的家,一支步枪从黑暗中射穿了他的前额。 Aureliano Centeno fue encontrado en la hamaca que solía colgar en la fábrica, con un punzón de picar hielo clavado hasta la empuñadura entre las cejas. Aureliano Centeno was found in the hammock he used to hang in the factory, with an ice pick stuck up to the hilt between his eyebrows. 奥雷里亚诺·森特诺被发现躺在他曾经挂在工厂里的吊床上,一把冰镐插在他的眉间,直到刀柄。 Aureliano Serrador había dejado a su novia en casa de sus padres después de llevarla al cine, y regresaba por la iluminada Calle de los Turcos cuando alguien que nunca fue identificado entre la muchedumbre disparó un tiro de revólver que lo derribó dentro de un caldero de manteca hirviendo. Aureliano Serrador had left his girlfriend at his parents' house after taking her to the movies, and was returning along the illuminated Calle de los Turcos when someone in the crowd who was never identified fired a revolver shot that knocked him down into a lard cauldron. boiling. 奥雷利亚诺·塞拉多 (Aureliano Serrador) 带女友去看电影后,把他留在了她父母家,当他沿着灯火辉煌的卡勒德洛斯图科斯 (Calle de los Turcos) 返回时,人群中一个身份不明的人开了一枪,将他击倒在黄油锅里。 .沸腾。 Pocos minutos después, alguien llamó a la puerta del cuarto donde Aureliano Arcaya estaba encerrado con una mujer, y le gritó: «Apúrate, que están matando a tus hermanos». A few minutes later, someone knocked on the door of the room where Aureliano Arcaya was locked up with a woman and shouted: "Hurry up, they are killing your brothers". 几分钟后,有人敲开了奥雷里亚诺·阿卡亚与一名女子关押的房间的门,并对他喊道:“快点,他们要杀你的兄弟了。” La mujer que estaba con él contó después que Aureliano Arcaya saltó de la cama y abrió la puerta, y fue esperado con una descarga de máuser que le desbarató el cráneo. 与他在一起的那位女士后来讲述了奥雷里亚诺·阿卡亚如何从床上跳起来,打开门,却遭到毛瑟枪的射击,击碎了他的头骨。 Aquella noche de muerte, mientras la casa se preparaba para velar los cuatro cadáveres, Fernanda recorrió el pueblo como una loca buscando a Aureliano Segundo, a quien Petra Cotes encerró en un ropero creyendo que la consigna de exterminio incluía a todo el que llevara el nombre del coronel. That night of death, while the house was preparing to mourn the four corpses, Fernanda went through the town like a madwoman looking for Aureliano Segundo, whom Petra Cotes locked in a closet, believing that the order of extermination included everyone bearing the name of the colonel. 死亡那天晚上,当房子准备看守四具尸体时,费尔南达像个疯子一样跑遍小镇寻找奥雷利亚诺第二,佩特拉·科特斯将他锁在壁橱里,因为他相信灭绝令包括了所有名字为上校。 No le dejó salir hasta el cuarto día, cuando los telegramas recibidos de distintos lugares del litoral permitieron comprender que la saña del enemigo invisible estaba dirigida solamente contra los hermanos marcados con cruces de ceniza. He did not let him out until the fourth day, when the telegrams received from different places along the coast made it possible to understand that the viciousness of the invisible enemy was directed only against the brothers marked with crosses of ashes. 直到第四天,他才让他离开,当时从海岸不同地区收到的电报使人们了解到,看不见的敌人的恶毒只针对那些被骨灰十字架标记的兄弟。 Amaranta buscó la libreta de cuentas donde había anotado los datos de los sobrinos, y a medida que llegaban los telegramas iba tachando nombres, hasta que solo quedó el del mayor. Amaranta looked for the account book where she had written down the details of the nephews, and as the telegrams arrived, she crossed out names, until only the oldest was left. 阿玛兰塔寻找她记下侄子详细信息的账本,当电报到达时,她划掉了名字,直到只剩下最年长的。 Lo recordaban muy bien por el contraste de su piel oscura con los grandes ojos verdes. They remembered him well because of the contrast of his dark skin and large green eyes. 他们很清楚地记得他,因为他深色的皮肤和绿色的大眼睛形成鲜明对比。 Se llamaba Aureliano Amador, era carpintero, y vivía en un pueblo perdido en las estribaciones de la sierra. His name was Aureliano Amador, he was a carpenter, and he lived in a village lost in the foothills of the mountains. 他的名字叫奥雷利亚诺·阿马多尔,是一名木匠,住在山脚下的一座小镇里。 Después de esperar dos semanas el telegrama de su muerte, Aureliano Segundo le mandó un emisario para prevenirlo, pensando que ignoraba la amenaza que pesaba sobre él. After waiting two weeks for the telegram of his death, Aureliano Segundo sent him an emissary to warn him, thinking that he was unaware of the threat that weighed on him. 在等待了他的死亡电报两周后,奥雷里亚诺第二派了一名使者警告他,认为他没有意识到他所面临的威胁。 El emisario regresó con la noticia de que Aureliano Amador estaba a salvo. La noche del exterminio habían ido a buscarlo dos hombres a su casa, y habían descargado sus revólveres contra él, pero no le habían acertado a la cruz de ceniza. The night of the extermination, two men had gone looking for him at his house, and they had unloaded their revolvers on him, but they had not hit the cross of ashes. 灭绝的那天晚上,有两个人去他家找他,他们向他开了左轮手枪,但没有击中灰烬的十字架。 Aureliano Amador logró saltar la cerca del patio, y se perdió en los laberintos de la sierra que conocía palmo a palmo gracias a la amistad de los indios con quienes comerciaba en maderas. 奥雷里亚诺·阿马多尔设法跳过庭院的栅栏,迷失在山脉的迷宫中,他对这里了如指掌,这要归功于与他进行木材贸易的印第安人的友谊。 No había vuelto a saberse de él. He had never been heard from again. 从那以后就再也没有他的消息了。

Fueron días negros para el coronel Aureliano Buendía. El presidente de la república le dirigió un telegrama de pésame, en el que prometía una investigación exhaustiva, y rendía homenaje a los muertos. 共和国总统向他发出了唁电,承诺进行彻底调查,并向死者表示哀悼。 Por orden suya, el alcalde se presentó al entierro con cuatro coronas fúnebres que pretendió colocar sobre los ataúdes, pero el coronel lo puso en la calle. By his order, the mayor showed up at the funeral with four funeral wreaths that he intended to place on the coffins, but the colonel put him out on the street. 根据他的命令,市长带着四个葬礼花圈出现在葬礼上,他打算将这些花圈放在棺材上,但上校把它们放在街上。 Después del entierro, redactó y llevó personalmente un telegrama violento para el presidente de la república, que el telegrafista se negó a tramitar. After the funeral, he wrote and personally delivered a violent telegram for the president of the republic, which the telegraph operator refused to process. 葬礼结束后,他亲自给共和国总统写了一份暴力电报,但电报员拒绝处理。 Entonces lo enriqueció con términos de singular agresividad, lo metió en un sobre y lo puso al correo. 然后他用奇异的攻击性术语丰富了它,将其放入信封中并邮寄出去。 Como le había ocurrido con la muerte de su esposa, como tantas veces le ocurrió durante la guerra con la muerte de sus mejores amigos, no experimentaba un sentimiento de pesar, sino una rabia ciega y sin dirección, una extenuante impotencia. 正如他经历过妻子的去世,正如他在战争期间多次经历过他最好的朋友的去世一样,他感到的不是悲伤,而是盲目的、漫无目的的愤怒,一种令人筋疲力尽的无助。 Llegó hasta denunciar la complicidad del padre Antonio Isabel, por haber marcado a sus hijos con ceniza indeleble para que fueran identificados por sus enemigos. El decrépito sacerdote que ya no hilvanaba muy bien las ideas y empezaba a espantar a los feligreses con las disparatadas interpretaciones que intentaba en el púlpito, apareció una tarde en la casa con el tazón donde preparaba las cenizas del miércoles, y trató de ungir con ellas a toda la familia para demostrar que se quitaban con agua. The decrepit priest, who was no longer stringing together ideas very well and was beginning to frighten the parishioners with the crazy interpretations he attempted in the pulpit, appeared one afternoon at the house with the bowl where he prepared Wednesday's ashes, and tried to anoint with them to the whole family to demonstrate that they can be removed with water. 这位年老的牧师不再能很好地整合想法,并开始用他在讲坛上尝试的疯狂解释来吓唬教区居民,一天下午,他带着碗出现在家里,他在那里准备了星期三的骨灰,并试图用它们将其涂抹在教堂里。全家人证明他们是被水洗掉的。 Pero el espanto de la desgracia había calado tan hondo, que ni la misma Fernanda se prestó al experimento, y nunca más se vio un Buendía arrodillado en el comulgatorio el miércoles de ceniza. 但对不幸的恐惧已经渗透得如此之深,以至于连费尔南达本人都不愿意参加这个实验,在圣灰星期三,人们再也没有看到布恩迪亚跪在圣餐栏杆前。

El coronel Aureliano Buendía no logró recobrar la serenidad en mucho tiempo. Colonel Aureliano Buendía was unable to regain his composure for a long time. 奥雷里亚诺·布恩迪亚上校好久都没有恢复平静。 Abandonó la fabricación de pescaditos, comía a duras penas, y andaba como un sonámbulo por toda la casa, arrastrando la manta y masticando una cólera sorda. He gave up making little fish, barely ate, and walked like a sleepwalker through the whole house, dragging the blanket and chewing on a deaf rage. 他放弃了做小鱼,艰难地吃着东西,像梦游者一样在屋子里走着,拖着毯子,闷闷不乐地嚼着东西。 Al cabo de tres meses tenía el pelo ceniciento, el antiguo bigote de puntas engomadas chorreando sobre los labios sin color, pero en cambio sus ojos eran otra vez las dos brasas que asustaron a quienes lo vieron nacer y que en otro tiempo hacían rodar las sillas con solo mirarlas. After three months his hair was ashen, the old mustache with gummed ends dripping over his colorless lips, but instead his eyes were once again the two embers that frightened those who saw him born and that once made chairs roll. just by looking at them. 三个月后,他的头发变成了灰白色,胡须的末端粘着,滴在他无色的嘴唇上,但他的眼睛却又变成了两颗余烬,让那些看到他出生的人感到恐惧,曾经让椅子滚动。对他们。 En la furia de su tormento trataba inútilmente de provocar los presagios que guiaron su juventud por senderos de peligro hasta el desolado yermo de la gloria. In the fury of his torment he tried in vain to provoke the omens that guided his youth down paths of danger to the desolate wasteland of glory. 在愤怒的折磨中,他徒劳地试图引发预兆,导致他的年轻人走上危险的道路,走向光荣的荒凉浪费。 Estaba perdido, extraviado en una casa ajena donde ya nada ni nadie le suscitaba el menor vestigio de afecto. He was lost, lost in a strange house where nothing and no one aroused the slightest vestige of affection in him. 他迷失了,迷失在别人的房子里,那里没有任何东西,没有任何人能够激起他一丝一毫的感情。 Una vez abrió el cuarto de Melquíades, buscando los rastros de un pasado anterior a la guerra, y solo encontró los escombros, la basura, los montones de porquería acumulados por tantos años de abandono. En las pastas de los libros que nadie había vuelto a leer, en los viejos pergaminos macerados por la humedad había prosperado una flora lívida, y en el aire que había sido el más puro y luminoso de la casa flotaba un insoportable olor de recuerdos podridos. In the covers of the books that no one had read again, in the old parchments macerated by humidity, a livid flora had flourished, and in the air that had been the purest and brightest in the house floated an unbearable smell of rotten memories. 那些没人再读过的书的封面上,在湿气浸软的旧羊皮纸上,青绿色的植物茂盛生长,屋子里最纯净、最明亮的空气里,飘荡着令人难以忍受的腐烂记忆的味道。 Una mañana encontró a Úrsula llorando bajo el castaño, en las rodillas de su esposo muerto. El coronel Aureliano Buendía era el único habitante de la casa que no seguía viendo al potente anciano agobiado por medio siglo de intemperie. Colonel Aureliano Buendía was the only inhabitant of the house who did not continue to see the powerful old man overwhelmed by half a century of weather. 奥雷里亚诺·布恩迪亚上校是这所房子里唯一没有继续看到这位强大的老人被半个世纪的恶劣天气压垮的人。 «Saluda a tu padre», le dijo Úrsula. "Say hello to your father," Ursula told him. Él se detuvo un instante frente al castaño, y una vez más comprobó que tampoco aquel espacio vacío le suscitaba ningún afecto. He stopped for a moment in front of the chestnut tree, and once again found that that empty space did not arouse any affection in him either. 他在栗树前停了一会儿,再次确认那片空旷的空间也没有引起他的任何感情。

—¿Qué dice? -What does it say? —preguntó.

—Está muy triste —contestó Úrsula— porque cree que te vas a morir.

—Dígale —sonrió el coronel— que uno no se muere cuando debe, sino cuando puede. "Tell him," the colonel smiled, "that one doesn't die when one should, but when one can."

El presagio del padre muerto removió el último rescoldo de soberbia que le quedaba en el corazón, pero él lo confundió con un repentino soplo de fuerza. The omen of his dead father removed the last ember of arrogance that remained in his heart, but he mistook it for a sudden breath of strength. Fue por eso que asedió a Úrsula para que le revelara en qué lugar del patio estaban enterradas las monedas de oro que encontraron dentro del San José de yeso. That was why he besieged Úrsula so that she would reveal to him where in the patio the gold coins that they found inside the plaster San José were buried. 这就是为什么他围攻乌苏拉,让她透露他们在圣约瑟夫石膏像中发现的金币埋在庭院的什么地方。 «Nunca lo sabrás», le dijo ella, con una firmeza inspirada en un viejo escarmiento. "You'll never know," she told him, with a firmness inspired by an old lesson. 你永远不会知道,她告诉他,她的坚定来自于一个古老的教训。 «Un día —agregó— ha de aparecer el dueño de esa fortuna, y solo él podrá desenterrarla». “有一天,”他补充道,“那笔财富的主人将会出现,只有他才能发掘它。” Nadie sabía por qué un hombre que siempre fue tan desprendido había empezado a codiciar el dinero con semejante ansiedad, y no las modestas cantidades que le habrían bastado para resolver una emergencia, sino una fortuna de magnitudes desatinadas cuya sola mención dejó sumido en un mar de asombro a Aureliano Segundo. Nobody knew why a man who was always so selfless had begun to covet money with such anxiety, and not the modest amounts that would have been enough to solve an emergency, but a fortune of insane magnitude whose mere mention left him submerged in a sea of surprised Aureliano Segundo. 没有人知道为什么一个一向慷慨的人开始如此急切地觊觎金钱,而且不是足以解决紧急情况的微不足道的钱,而是一大笔疯狂的财富,只要一提到这一点,他就陷入了困境。混乱的海洋,让奥雷里亚诺第二大吃一惊。 Los viejos copartidarios a quienes acudió en demanda de ayuda, se escondieron para no recibirlo. The old co-partisans to whom he turned for help, hid so as not to receive it. 他向那些老游击队员寻求帮助,但他们躲了起来,以免接受帮助。 Fue por esa época que se le oyó decir: «La única diferencia actual entre liberales y conservadores, es que los liberales van a misa de cinco y los conservadores van a misa de ocho». It was around that time that he was heard to say, "The only difference today between liberals and conservatives is that liberals go to five o'clock mass and conservatives go to eight o'clock mass." 就在那个时候,有人听到他说:“自由派和保守派之间目前唯一的区别是自由派五点去弥撒,保守派八点去弥撒。” Sin embargo, insistió con tanto ahínco, suplicó de tal modo, quebrantó a tal punto sus principios de dignidad, que con un poco de aquí y otro poco de allá, deslizándose por todas partes con una diligencia sigilosa y una perseverancia despiadada, consiguió reunir en ocho meses más dinero del que Úrsula tenía enterrado. Nevertheless, he insisted so hard, pleaded so earnestly, broke his principles of dignity to such an extent, that with a little here and a little there, slipping everywhere with stealthy diligence and ruthless perseverance, he managed to collect in eight months more money than Ursula had buried. 然而他如此恳切地坚持,如此恳求,违反了他的尊严原则,以至于这里一点,那里一点,以偷偷摸摸的勤奋和无情的毅力到处溜走,他在八个月内筹集到的钱比乌苏拉多。埋葬了。 Entonces visitó al enfermo coronel Gerineldo Márquez para que lo ayudara a promover la guerra total. He then visited the ailing Colonel Gerineldo Márquez to help him promote total war. 随后,他拜访了生病的赫里内尔多·马尔克斯上校,帮助他推动全面战争。