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Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez, Capítulo 11 (3)

Capítulo 11 (3)

—No me molesten —dijo él—. Estoy ocupado.

—Abre —insistió Úrsula con voz cotidiana—. Esto no tiene nada que ver con la fiesta.

Entonces el coronel Aureliano Buendía quitó la tranca, y vio en la puerta diecisiete hombres de los más variados aspectos, de todos los tipos y colores, pero todos con un aire solitario que habría bastado para identificarlos en cualquier lugar de la tierra. Eran sus hijos. Sin ponerse de acuerdo, sin conocerse entre sí, habían llegado desde los más apartados rincones del litoral cautivados por el ruido del jubileo. Todos llevaban con orgullo el nombre de Aureliano, y el apellido de su madre. Durante los tres días que permanecieron en la casa, para satisfacción de Úrsula y escándalo de Fernanda, ocasionaron trastornos de guerra. Amaranta buscó entre antiguos papeles la libreta de cuentas donde Úrsula había apuntado los nombres y las fechas de nacimiento y bautismo de todos, y agregó frente al espacio correspondiente a cada uno el domicilio actual. Aquella lista habría permitido hacer una recapitulación de veinte años de guerra. Habrían podido reconstruirse con ella los itinerarios nocturnos del coronel, desde la madrugada en que salió de Macondo al frente de veintiún hombres hacia una rebelión quimérica, hasta que regresó por última vez envuelto en la manta acartonada de sangre. Aureliano Segundo no desperdició la ocasión de festejar a los primos con una estruendosa parranda de champaña y acordeón, que se interpretó como un atrasado ajuste de cuentas con el carnaval malogrado por el jubileo. Hicieron añicos media vajilla, destrozaron los rosales persiguiendo un toro para mantearlo, mataron las gallinas a tiros, obligaron a bailar a Amaranta los valses tristes de Pietro Crespi, consiguieron que Remedios, la bella, se pusiera unos pantalones de hombre para subirse a la cucaña, y soltaron en el comedor un cerdo embadurnado de sebo que revolcó a Fernanda, pero nadie lamentó los percances, porque la casa se estremeció con un terremoto de buena salud. El coronel Aureliano Buendía, que al principio los recibió con desconfianza y hasta puso en duda la filiación de algunos, se divirtió con sus locuras, y antes de que se fueran le regaló a cada uno un pescadito de oro. Hasta el esquivo José Arcadio Segundo les ofreció una tarde de gallos, que estuvo a punto de terminar en tragedia, porque varios de los Aurelianos eran tan duchos en componendas de galleras que descubrieron al primer golpe de vista las triquiñuelas del padre Antonio Isabel. Aureliano Segundo, que vio las ilimitadas perspectivas de parranda que ofrecía aquella desaforada parentela, decidió que todos se quedaran a trabajar con él. El único que aceptó fue Aureliano Triste, un mulato grande con los ímpetus y el espíritu explorador del abuelo, que ya había probado fortuna en medio mundo, y le daba lo mismo quedarse en cualquier parte. Los otros, aunque todavía estaban solteros, consideraban resuelto su destino. Todos eran artesanos hábiles, hombres de su casa, gente de paz. El miércoles de ceniza, antes de que volvieran a dispersarse en el litoral, Amaranta consiguió que se pusieran ropas dominicales y la acompañaran a la iglesia. Más divertidos que piadosos, se dejaron conducir hasta el comulgatorio, donde el padre Antonio Isabel les puso en la frente la cruz de ceniza. De regreso a casa, cuando el menor quiso limpiarse la frente, descubrió que la mancha era indeleble, y que lo eran también las de sus hermanos. Probaron con agua y jabón, con tierra y estropajo, y por último con piedra pómez y lejía, y no consiguieron borrarse la cruz. En cambio Amaranta y los demás que fueron a misa, se la quitaron sin dificultad. «Así van mejor», los despidió Úrsula. «De ahora en adelante nadie podrá confundirlos». Se fueron en tropel, precedidos por la banda de músicos y reventando cohetes, y dejaron en el pueblo la impresión de que la estirpe de los Buendía tenía semillas para muchos siglos. Aureliano Triste, con su cruz de ceniza en la frente, instaló en las afueras del pueblo la fábrica de hielo con que soñó José Arcadio Buendía en sus delirios de inventor.

Meses después de su llegada, cuando ya era conocido y apreciado, Aureliano Triste andaba buscando una casa para llevar a su madre y a una hermana soltera (que no era hija del coronel) y se interesó por el caserón decrépito que parecía abandonado en una esquina de la plaza. Preguntó quién era el dueño. Alguien le dijo que era una casa de nadie, donde en otro tiempo vivió una viuda solitaria que se alimentaba de tierra y cal de las paredes, y que en sus últimos años solo se le vio dos veces en la calle con un sombrero de minúsculas flores artificiales y unos zapatos color de plata antigua, cuando atravesó la plaza hasta la oficina de correos para mandarle cartas al Obispo. Le dijeron que su única compañera fue una sirvienta desalmada que mataba perros y gatos y cuanto animal penetraba a la casa, y echaba los cadáveres en mitad de la calle para fregar al pueblo con la hedentina de la putrefacción. Había pasado tanto tiempo desde que el sol momificó el pellejo vacío del último animal, que todo el mundo daba por sentado que la dueña de casa y la sirvienta habían muerto mucho antes de que terminaran las guerras, y que si todavía la casa estaba en pie era porque no habían tenido en años recientes un invierno riguroso o un viento demoledor. Los goznes desmigajados por el óxido, las puertas apenas sostenidas por cúmulos de telaraña, las ventanas soldadas por la humedad y el piso roto por la hierba y las flores silvestres, en cuyas grietas anidaban los lagartos y toda clase de sabandijas, parecían confirmar la versión de que allí no había estado un ser humano por lo menos en medio siglo. Al impulsivo Aureliano Triste no le hacían falta tantas pruebas para proceder. Empujó con el hombro la puerta principal, y la carcomida armazón de madera se derrumbó sin estrépito, en un callado cataclismo de polvo y tierra de nidos de comején. Aureliano Triste permaneció en el umbral, esperando que se desvaneciera la niebla, y entonces vio en el centro de la sala a la escuálida mujer vestida todavía con ropas del siglo anterior, con unas pocas hebras amarillas en el cráneo pelado, y con unos ojos grandes, aún hermosos, en los cuales se habían apagado las últimas estrellas de la esperanza, y el pellejo del rostro agrietado por la aridez de la soledad. Estremecido por la visión de otro mundo, Aureliano Triste apenas se dio cuenta de que la mujer lo estaba apuntando con una anticuada pistola de militar.

—Perdone —murmuró.

Ella permaneció inmóvil en el centro de la sala atiborrada de cachivaches, examinando palmo a palmo al gigante de espaldas cuadradas con un tatuaje de ceniza en la frente, y a través de la neblina del polvo lo vio en la neblina de otro tiempo, con una escopeta de dos cañones terciada a la espalda y un sartal de conejos en la mano.

—¡Por el amor de Dios —exclamó en voz baja—, no es justo que ahora me vengan con este recuerdo!

—Quiero alquilar la casa —dijo Aureliano Triste.

La mujer levantó entonces la pistola, apuntando con pulso firme la cruz de ceniza, y montó el gatillo con una determinación inapelable.

—Váyase —ordenó.

Aquella noche, durante la cena, Aureliano Triste le contó el episodio a la familia, y Úrsula lloró de consternación. «Dios santo», exclamó apretándose la cabeza con las manos. «¡Todavía está viva!». El tiempo, las guerras, los incontables desastres cotidianos la habían hecho olvidarse de Rebeca. La única que no había perdido un solo instante la conciencia de que estaba viva, pudriéndose en su sopa de larvas, era la implacable y envejecida Amaranta. Pensaba en ella al amanecer, cuando el hielo del corazón la despertaba en la cama solitaria, y pensaba en ella cuando se jabonaba los senos marchitos y el vientre macilento, y cuando se ponía los blancos pollerines y corpiños de olán de la vejez, y cuando se cambiaba en la mano la venda negra de la terrible expiación. Siempre, a toda hora, dormida y despierta, en los instantes más sublimes y en los más abyectos, Amaranta pensaba en Rebeca, porque la soledad le había seleccionado los recuerdos, y había incinerado los entorpecedores montones de basura nostálgica que la vida había acumulado en su corazón, y había purificado, magnificado y eternizado los otros, los más amargos. Por ella sabía Remedios, la bella, de la existencia de Rebeca. Cada vez que pasaban por la casa decrépita le contaba un incidente ingrato, una fábula de oprobio, tratando en esa forma de que su extenuante rencor fuera compartido por la sobrina, y por consiguiente prolongado más allá de la muerte, pero no consiguió sus propósitos porque Remedios era inmune a toda clase de sentimientos apasionados, y mucho más a los ajenos. Úrsula, en cambio, que había sufrido un proceso contrario al de Amaranta, evocó a Rebeca con un recuerdo limpio de impurezas, pues la imagen de la criatura de lástima que llevaron a la casa con el talego de huesos de sus padres prevaleció sobre la ofensa que la hizo indigna de continuar vinculada al tronco familiar. Aureliano Segundo resolvió que había que llevarla a la casa y protegerla, pero su buen propósito fue frustrado por la inquebrantable intransigencia de Rebeca, que había necesitado muchos años de sufrimiento y miseria para conquistar los privilegios de la soledad, y no estaba dispuesta a renunciar a ellos a cambio de una vejez perturbada por los falsos encantos de la misericordia.

En febrero, cuando volvieron los dieciséis hijos del coronel Aureliano Buendía, todavía marcados con la cruz de ceniza, Aureliano Triste les habló de Rebeca en el fragor de la parranda, y en medio día restauraron la apariencia de la casa, cambiaron puertas y ventanas, pintaron la fachada de colores alegres, apuntalaron las paredes y vaciaron cemento nuevo en el piso, pero no obtuvieron autorización para continuar las reformas en el interior. Rebeca ni siquiera se asomó a la puerta. Dejó que terminaran la atolondrada restauración, y luego hizo un cálculo de los costos y les mandó con Argénida, la vieja sirvienta que seguía acompañándola, un puñado de monedas retiradas de la circulación desde la última guerra, y que Rebeca seguía creyendo útiles. Fue entonces cuando se supo hasta qué punto inconcebible había llegado su desvinculación con el mundo, y se comprendió que sería imposible rescatarla de su empecinado encierro mientras le quedara un aliento de vida.

En la segunda visita que hicieron a Macondo los hijos del coronel Aureliano Buendía, otro de ellos, Aureliano Centeno, se quedó trabajando con Aureliano Triste. Era uno de los primeros que habían llegado a la casa para el bautismo, y Úrsula y Amaranta lo recordaban muy bien porque había destrozado en pocas horas cuanto objeto quebradizo pasó por sus manos. El tiempo había moderado su primitivo impulso de crecimiento, y era un hombre de estatura mediana marcado con cicatrices de viruela, pero su asombroso poder de destrucción manual continuaba intacto. Tantos platos rompió, inclusive sin tocarlos, que Fernanda optó por comprarle un servicio de peltre antes de que liquidara las últimas piezas de su costosa vajilla, y aun los resistentes platos metálicos estaban al poco tiempo desconchados y torcidos. Pero a cambio de aquel poder irremediable, exasperante inclusive para él mismo, tenía una cordialidad que suscitaba la confianza inmediata, y una estupenda capacidad de trabajo. En poco tiempo incrementó de tal modo la producción de hielo, que rebasó el mercado local, y Aureliano Triste tuvo que pensar en la posibilidad de extender el negocio a otras poblaciones de la ciénaga. Fue entonces cuando concibió el paso decisivo no solo para la modernización de su industria, sino para vincular la población con el resto del mundo.

—Hay que traer el ferrocarril —dijo.

Fue la primera vez que se oyó esa palabra en Macondo. Ante el dibujo que trazó Aureliano Triste en la mesa, y que era un descendiente directo de los esquemas con que José Arcadio Buendía ilustró el proyecto de la guerra solar, Úrsula confirmó su impresión de que el tiempo estaba dando vueltas en redondo. Pero al contrario de su abuelo, Aureliano Triste no perdía el sueño ni el apetito, ni atormentaba a nadie con crisis de mal humor, sino que concebía los proyectos más desatinados como posibilidades inmediatas, elaboraba cálculos racionales sobre costos y plazos, y los llevaba a término sin intermedios de exasperación. Aureliano Segundo, que si algo tenía del bisabuelo y algo le faltaba del coronel Aureliano Buendía era una absoluta impermeabilidad para el escarmiento, soltó el dinero para llevar el ferrocarril con la misma frivolidad con que lo soltó para la absurda compañía de navegación del hermano. Aureliano Triste consultó el calendario y se fue el miércoles siguiente para estar de vuelta cuando pasaran las lluvias. No se tuvieron más noticias. Aureliano Centeno, desbordado por las abundancias de la fábrica, había empezado ya a experimentar la elaboración de hielo con base de jugos de frutas en lugar de agua, y sin saberlo ni proponérselo concibió los fundamentos esenciales de la invención de los helados, pensando en esa forma diversificar la producción de una empresa que suponía suya, porque el hermano no daba señales de regreso después de que pasaron las lluvias y transcurrió todo un verano sin noticias. A principios del otro invierno, sin embargo, una mujer que lavaba ropa en el río a la hora de más calor, atravesó la calle central lanzando alaridos en un alarmante estado de conmoción.

Capítulo 11 (3) Kapitel 11 (3) Chapter 11 (3) Capitolo 11 (3) Capítulo 11 (3) Глава 11 (3)

—No me molesten —dijo él—. Estoy ocupado.

—Abre —insistió Úrsula con voz cotidiana—. -Open up," Ursula insisted in an everyday voice. Esto no tiene nada que ver con la fiesta.

Entonces el coronel Aureliano Buendía quitó la tranca, y vio en la puerta diecisiete hombres de los más variados aspectos, de todos los tipos y colores, pero todos con un aire solitario que habría bastado para identificarlos en cualquier lugar de la tierra. Then Colonel Aureliano Buendía removed the bar, and saw at the door seventeen men of the most varied appearances, of all types and colors, but all with a solitary air that would have been enough to identify them anywhere on earth. Eran sus hijos. They were his children. Sin ponerse de acuerdo, sin conocerse entre sí, habían llegado desde los más apartados rincones del litoral cautivados por el ruido del jubileo. Without agreeing, without knowing each other, they had come from the most remote corners of the coast captivated by the noise of the jubilee. Sans s'entendre, sans se connaître, ils étaient venus des coins les plus reculés de la côte captivés par le bruit du jubilé. Todos llevaban con orgullo el nombre de Aureliano, y el apellido de su madre. They all proudly carried the name Aureliano, and their mother's surname. Durante los tres días que permanecieron en la casa, para satisfacción de Úrsula y escándalo de Fernanda, ocasionaron trastornos de guerra. During the three days they remained in the house, to Úrsula's satisfaction and Fernanda's scandal, they caused war disturbances. Pendant les trois jours qu'ils sont restés dans la maison, à la satisfaction d'Úrsula et au scandale de Fernanda, ils ont provoqué des troubles de guerre. Amaranta buscó entre antiguos papeles la libreta de cuentas donde Úrsula había apuntado los nombres y las fechas de nacimiento y bautismo de todos, y agregó frente al espacio correspondiente a cada uno el domicilio actual. Amaranta searched among old papers for the account book where Ursula had written down the names and dates of birth and baptism of everyone, and added in front of the space corresponding to each one the current address. Aquella lista habría permitido hacer una recapitulación de veinte años de guerra. That list would have made it possible to recap twenty years of war. Habrían podido reconstruirse con ella los itinerarios nocturnos del coronel, desde la madrugada en que salió de Macondo al frente de veintiún hombres hacia una rebelión quimérica, hasta que regresó por última vez envuelto en la manta acartonada de sangre. It would have been possible to reconstruct with it the colonel's nocturnal itineraries, from the dawn when he left Macondo at the head of twenty-one men towards a chimerical rebellion, until he returned for the last time wrapped in the blanket stiff with blood. Aureliano Segundo no desperdició la ocasión de festejar a los primos con una estruendosa parranda de champaña y acordeón, que se interpretó como un atrasado ajuste de cuentas con el carnaval malogrado por el jubileo. Aureliano Segundo did not waste the opportunity to celebrate the cousins with a thunderous party of champagne and accordion, which was interpreted as a delayed reckoning with the carnival marred by the jubilee. Aureliano Segundo n'a pas perdu l'occasion de célébrer les cousins avec une fête tonitruante de champagne et d'accordéon, qui a été interprétée comme un compte rendu tardif avec le carnaval ruiné par le jubilé. Hicieron añicos media vajilla, destrozaron los rosales persiguiendo un toro para mantearlo, mataron las gallinas a tiros, obligaron a bailar a Amaranta los valses tristes de Pietro Crespi, consiguieron que Remedios, la bella, se pusiera unos pantalones de hombre para subirse a la cucaña, y soltaron en el comedor un cerdo embadurnado de sebo que revolcó a Fernanda, pero nadie lamentó los percances, porque la casa se estremeció con un terremoto de buena salud. They smashed half the crockery, they destroyed the rosebushes chasing a bull to feed him, they shot the chickens to death, they forced Amaranta to dance the sad waltzes of Pietro Crespi, they got Remedios, the beauty, to put on a pair of men's pants to get on the grim reaper , and they let loose in the dining room a pig smeared with tallow that rolled over Fernanda, but no one regretted the mishaps, because the house shook with an earthquake of good health. Ils ont brisé la moitié de la vaisselle, détruit les rosiers en chassant un taureau pour le tuer, abattu les poulets, forcé Amaranta à danser les valses tristes de Pietro Crespi, obligé Remedios, la Belle, à mettre un pantalon d'homme pour monter sur la cucaña , et ils ont relâché un cochon enduit de suif dans la salle à manger qui a renversé Fernanda, mais personne n'a regretté les mésaventures, car la maison a tremblé avec un tremblement de terre de bonne santé. El coronel Aureliano Buendía, que al principio los recibió con desconfianza y hasta puso en duda la filiación de algunos, se divirtió con sus locuras, y antes de que se fueran le regaló a cada uno un pescadito de oro. Le colonel Aureliano Buendía, qui les a d'abord accueillis avec méfiance et a même mis en doute l'affiliation de certains, s'est amusé de leurs folies et, avant de partir, a donné à chacun un petit poisson rouge. Hasta el esquivo José Arcadio Segundo les ofreció una tarde de gallos, que estuvo a punto de terminar en tragedia, porque varios de los Aurelianos eran tan duchos en componendas de galleras que descubrieron al primer golpe de vista las triquiñuelas del padre Antonio Isabel. Even the elusive José Arcadio Segundo offered them an afternoon of cockfights, which was about to end in tragedy, because several of the Aurelianos were so adept at dealing with cockfights that they discovered Father Antonio Isabel's tricks at first glance. Même l'insaisissable José Arcadio Segundo leur a offert un après-midi de combats de coqs, qui était sur le point de se terminer en tragédie, car plusieurs des Aurelianos étaient si compétents dans les combats de coqs qu'ils ont découvert au premier coup d'œil les tours du père Antonio Isabel. Aureliano Segundo, que vio las ilimitadas perspectivas de parranda que ofrecía aquella desaforada parentela, decidió que todos se quedaran a trabajar con él. Aureliano Segundo, who saw the unlimited prospects for partying offered by that wild family, decided that everyone would stay and work with him. El único que aceptó fue Aureliano Triste, un mulato grande con los ímpetus y el espíritu explorador del abuelo, que ya había probado fortuna en medio mundo, y le daba lo mismo quedarse en cualquier parte. The only one who accepted was Aureliano Triste, a large mulatto with the impetus and spirit of exploration of his grandfather, who had already tried his luck in half the world, and he didn't care if he stayed anywhere. Le seul qui accepta fut Aureliano Triste, un grand mulâtre avec l'élan et l'esprit explorateur de son grand-père, qui avait déjà tenté sa chance dans la moitié du monde, et peu lui importait de rester nulle part. Los otros, aunque todavía estaban solteros, consideraban resuelto su destino. The others, though still single, considered their fate settled. Les autres, bien qu'encore célibataires, considéraient leur sort comme réglé. Todos eran artesanos hábiles, hombres de su casa, gente de paz. They were all skilled craftsmen, men of their house, people of peace. El miércoles de ceniza, antes de que volvieran a dispersarse en el litoral, Amaranta consiguió que se pusieran ropas dominicales y la acompañaran a la iglesia. On Ash Wednesday, before they dispersed back to the coast, Amaranta managed to get them to put on Sunday clothes and accompany her to church. Más divertidos que piadosos, se dejaron conducir hasta el comulgatorio, donde el padre Antonio Isabel les puso en la frente la cruz de ceniza. More amused than pious, they allowed themselves to be led to the communion rail, where Father Antonio Isabel placed a cross of ashes on their foreheads. Plus amusés que pieux, ils se laissèrent conduire jusqu'à la rampe de communion, où le Père Antonio Isabel plaça la croix de cendre sur leur front. De regreso a casa, cuando el menor quiso limpiarse la frente, descubrió que la mancha era indeleble, y que lo eran también las de sus hermanos. Back home, when the minor wanted to wipe his forehead, he discovered that the stain was indelible, and that his brothers' were too. De retour chez lui, lorsque le mineur voulut s'essuyer le front, il découvrit que la tache était indélébile, et que celles de ses frères l'étaient aussi. Probaron con agua y jabón, con tierra y estropajo, y por último con piedra pómez y lejía, y no consiguieron borrarse la cruz. They tried with soap and water, with dirt and scouring pad, and finally with pumice stone and bleach, and they did not succeed in erasing the cross. Ils ont essayé avec de l'eau et du savon, avec de la terre et une éponge, et enfin avec de la pierre ponce et de l'eau de Javel, et ils n'ont pas pu effacer la croix. En cambio Amaranta y los demás que fueron a misa, se la quitaron sin dificultad. On the other hand, Amaranta and the others who went to mass, took it off without difficulty. «Así van mejor», los despidió Úrsula. "It's better that way," Úrsula said goodbye. «De ahora en adelante nadie podrá confundirlos». "From now on no one will be able to confuse them." Se fueron en tropel, precedidos por la banda de músicos y reventando cohetes, y dejaron en el pueblo la impresión de que la estirpe de los Buendía tenía semillas para muchos siglos. They left in droves, preceded by the band of musicians and exploding rockets, and left the impression in the town that the Buendía lineage had seeds for many centuries. Aureliano Triste, con su cruz de ceniza en la frente, instaló en las afueras del pueblo la fábrica de hielo con que soñó José Arcadio Buendía en sus delirios de inventor. Aureliano Triste, with his cross of ashes on his forehead, installed on the outskirts of town the ice factory that José Arcadio Buendía dreamed of in his delusions as an inventor.

Meses después de su llegada, cuando ya era conocido y apreciado, Aureliano Triste andaba buscando una casa para llevar a su madre y a una hermana soltera (que no era hija del coronel) y se interesó por el caserón decrépito que parecía abandonado en una esquina de la plaza. Meses después de su llegada, cuando ya era conocido y apreciado, Aureliano Triste andaba buscando una casa para llevar a su madre ya una hermana soltera (que no era hija del coronel) y se interesó por el caserón decrépito que parecía abandonado en una esquina de la place. Preguntó quién era el dueño. Alguien le dijo que era una casa de nadie, donde en otro tiempo vivió una viuda solitaria que se alimentaba de tierra y cal de las paredes, y que en sus últimos años solo se le vio dos veces en la calle con un sombrero de minúsculas flores artificiales y unos zapatos color de plata antigua, cuando atravesó la plaza hasta la oficina de correos para mandarle cartas al Obispo. Someone told him that it was a nobody's house, where in another time there lived a lonely widow who fed on dirt and lime from the walls, and that in her last years she was only seen twice in the street with a hat with tiny flowers. shoes and shoes the color of antique silver, when he crossed the square to the post office to send letters to the Bishop. Le dijeron que su única compañera fue una sirvienta desalmada que mataba perros y gatos y cuanto animal penetraba a la casa, y echaba los cadáveres en mitad de la calle para fregar al pueblo con la hedentina de la putrefacción. They told him that his only companion was a heartless servant who killed dogs and cats and any animal that entered the house, and threw the corpses in the middle of the street to scrub the town with the stench of putrefaction. Había pasado tanto tiempo desde que el sol momificó el pellejo vacío del último animal, que todo el mundo daba por sentado que la dueña de casa y la sirvienta habían muerto mucho antes de que terminaran las guerras, y que si todavía la casa estaba en pie era porque no habían tenido en años recientes un invierno riguroso o un viento demoledor. It had been so long since the sun mummified the empty hide of the last animal that everyone assumed that the mistress of the house and the servant had died long before the wars ended, and that if the house was still standing it was because they had not had a severe winter or a devastating wind in recent years. Los goznes desmigajados por el óxido, las puertas apenas sostenidas por cúmulos de telaraña, las ventanas soldadas por la humedad y el piso roto por la hierba y las flores silvestres, en cuyas grietas anidaban los lagartos y toda clase de sabandijas, parecían confirmar la versión de que allí no había estado un ser humano por lo menos en medio siglo. The hinges crumbled by rust, the doors barely supported by clusters of cobwebs, the windows welded together by humidity, and the floor broken by grass and wild flowers, in whose cracks lizards and all kinds of vermin nested, seemed to confirm the version. that no human had been there in at least half a century. Les gonds émiettés par la rouille, les portes à peine soutenues par des grappes de toiles d'araignées, les vitres soudées entre elles par l'humidité, et le sol brisé par l'herbe et les fleurs sauvages, dans les fissures desquelles se nichaient lézards et toutes sortes de vermines, semblaient confirmer la version qui était la sienne. aucun humain n'y était allé depuis au moins un demi-siècle. Al impulsivo Aureliano Triste no le hacían falta tantas pruebas para proceder. The impulsive Aureliano Triste did not need so many tests to proceed. L'impulsif Aureliano Triste n'a pas eu besoin de tant d'essais pour continuer. Empujó con el hombro la puerta principal, y la carcomida armazón de madera se derrumbó sin estrépito, en un callado cataclismo de polvo y tierra de nidos de comején. He shouldered open the front door, and the rotten wooden frame collapsed without a crash, in a quiet cataclysm of dust and termite-nest dirt. Il ouvrit d'un coup d'épaule la porte d'entrée, et le cadre en bois pourri s'effondra sans un fracas, dans un cataclysme silencieux de poussière et de saleté de termitière. Aureliano Triste permaneció en el umbral, esperando que se desvaneciera la niebla, y entonces vio en el centro de la sala a la escuálida mujer vestida todavía con ropas del siglo anterior, con unas pocas hebras amarillas en el cráneo pelado, y con unos ojos grandes, aún hermosos, en los cuales se habían apagado las últimas estrellas de la esperanza, y el pellejo del rostro agrietado por la aridez de la soledad. Aureliano Triste remained in the doorway, waiting for the fog to clear, and then he saw in the center of the room the emaciated woman still dressed in clothes from the previous century, with a few yellow threads on her bald skull, and with large eyes. , still beautiful, in which the last stars of hope had gone out, and the skin of the face cracked by the aridity of solitude. Aureliano Triste resta sur le seuil, attendant que le brouillard se dissipe, puis il vit au centre de la pièce la femme émaciée encore vêtue de vêtements du siècle précédent, avec quelques fils jaunes sur son crâne chauve, et avec de grands yeux . . , belle encore, où les dernières étoiles de l'espoir s'étaient éteintes, et la peau du visage craquelée par l'aridité de la solitude. Estremecido por la visión de otro mundo, Aureliano Triste apenas se dio cuenta de que la mujer lo estaba apuntando con una anticuada pistola de militar. Shaken by the vision of another world, Aureliano Triste barely noticed that the woman was pointing an old-fashioned military pistol at him. Ébranlé par la vision d'un autre monde, Aureliano Triste remarqua à peine que la femme pointait sur lui un pistolet militaire à l'ancienne.

—Perdone —murmuró. "Excusez-moi," murmura-t-il.

Ella permaneció inmóvil en el centro de la sala atiborrada de cachivaches, examinando palmo a palmo al gigante de espaldas cuadradas con un tatuaje de ceniza en la frente, y a través de la neblina del polvo lo vio en la neblina de otro tiempo, con una escopeta de dos cañones terciada a la espalda y un sartal de conejos en la mano. She stood motionless in the center of the cluttered room, examining inch by inch the square-shouldered giant with a tattoo of ashes on his forehead, and through the haze of dust she saw him in the mist of another time, with a shotgun with two cannons on his back and a string of rabbits in his hand. Elle se tenait immobile au centre de la pièce encombrée de bric-à-brac, scrutant le géant aux épaules carrées avec un tatouage de cendre sur le front, et à travers le brouillard de poussière elle le vit dans le brouillard d'un autre temps, tenant un fusil de chasse à deux canons. en bandoulière sur son dos et une ribambelle de lapins à la main.

—¡Por el amor de Dios —exclamó en voz baja—, no es justo que ahora me vengan con este recuerdo! "For the love of God," he exclaimed in a low voice, "it's not fair that they come to me now with this memory!" « Pour l'amour de Dieu, s'exclama-t-elle doucement, ce n'est pas juste que tu viennes me voir avec ce souvenir maintenant !

—Quiero alquilar la casa —dijo Aureliano Triste.

La mujer levantó entonces la pistola, apuntando con pulso firme la cruz de ceniza, y montó el gatillo con una determinación inapelable. The woman then raised the pistol, aiming steadily at the cross of ashes, and pulled the trigger with unassailable determination. La femme leva alors le pistolet, braqua la croix de cendre d'une main ferme, et appuya sur la gâchette avec une détermination incontestable.

—Váyase —ordenó. "Va-t-en," ordonna-t-il.

Aquella noche, durante la cena, Aureliano Triste le contó el episodio a la familia, y Úrsula lloró de consternación. That night, during dinner, Aureliano Triste told the family about the episode, and Úrsula cried with dismay. «Dios santo», exclamó apretándose la cabeza con las manos. "My God," she exclaimed, clasping her head in her hands. «¡Todavía está viva!». "She's still alive!" "Elle est encore en vie!" El tiempo, las guerras, los incontables desastres cotidianos la habían hecho olvidarse de Rebeca. Time, wars, countless daily disasters had made her forget about Rebeca. La única que no había perdido un solo instante la conciencia de que estaba viva, pudriéndose en su sopa de larvas, era la implacable y envejecida Amaranta. The only one who had not lost for a single moment the awareness that she was alive, rotting in her soup of larvae, was the implacable and aged Amaranta. Pensaba en ella al amanecer, cuando el hielo del corazón la despertaba en la cama solitaria, y pensaba en ella cuando se jabonaba los senos marchitos y el vientre macilento, y cuando se ponía los blancos pollerines y corpiños de olán de la vejez, y cuando se cambiaba en la mano la venda negra de la terrible expiación. She thought of her at dawn, when the ice of her heart woke her up in her lonely bed, and she thought of her when she soaped her withered breasts and her gaunt belly, and when she put on the white petticoats and frilled bodices of old age, and when the black bandage of terrible atonement was changed on his hand. Je pensais à elle à l'aube, quand la glace de son cœur la réveillait dans son lit solitaire, et je pensais à elle quand elle savonnait ses seins flétris et son ventre émacié, et quand elle enfilait les jupons blancs et les corsages à volants d'antan. âge, et quand le bandeau noir de la terrible expiation fut changé sur sa main. Siempre, a toda hora, dormida y despierta, en los instantes más sublimes y en los más abyectos, Amaranta pensaba en Rebeca, porque la soledad le había seleccionado los recuerdos, y había incinerado los entorpecedores montones de basura nostálgica que la vida había acumulado en su corazón, y había purificado, magnificado y eternizado los otros, los más amargos. Always, at all times, asleep and awake, in the most sublime moments and in the most abject, Amaranta thought of Rebeca, because loneliness had selected her memories, and had incinerated the numbing heaps of nostalgic garbage that life had accumulated in his heart, and had purified, magnified and eternalized the others, the most bitter. Toujours, en tout temps, endormie et éveillée, dans les moments les plus sublimes et les plus abjects, Amaranta pensait à Rebeca, car la solitude avait sélectionné ses souvenirs, et avait incinéré les tas torturants d'ordures nostalgiques que la vie avait accumulées dans son cœur, et avait purifié, magnifié et éternisé les autres, les plus amers. Por ella sabía Remedios, la bella, de la existencia de Rebeca. It was through her that Remedios, the beautiful one, knew of Rebeca's existence. C'est par elle que Remedios la Belle a su l'existence de Rebeca. Cada vez que pasaban por la casa decrépita le contaba un incidente ingrato, una fábula de oprobio, tratando en esa forma de que su extenuante rencor fuera compartido por la sobrina, y por consiguiente prolongado más allá de la muerte, pero no consiguió sus propósitos porque Remedios era inmune a toda clase de sentimientos apasionados, y mucho más a los ajenos. Every time they passed by the decrepit house, he told her an unpleasant incident, a fable of opprobrium, trying in this way that his exhausting rancor would be shared by his niece, and therefore prolonged beyond death, but he did not achieve his intentions because Remedios was immune to all kinds of passionate feelings, and even more so to those of others. Chaque fois qu'ils passaient devant la maison décrépite, il lui racontait un incident désagréable, une fable d'opprobre, essayant ainsi que sa rancœur épuisante soit partagée par sa nièce, et donc prolongée au-delà de la mort, mais il n'atteignit pas ses intentions car Remedios était à l'abri de toutes sortes de sentiments passionnels, et plus encore de ceux des autres. Úrsula, en cambio, que había sufrido un proceso contrario al de Amaranta, evocó a Rebeca con un recuerdo limpio de impurezas, pues la imagen de la criatura de lástima que llevaron a la casa con el talego de huesos de sus padres prevaleció sobre la ofensa que la hizo indigna de continuar vinculada al tronco familiar. Úrsula, on the other hand, who had undergone a process contrary to Amaranta's, evoked Rebeca with a memory free of impurities, since the image of the pitiful creature that they brought home with her parents' bag of bones prevailed over the offense that made her unworthy to continue linked to the family trunk. Ursula, au contraire, qui avait subi un processus contraire à celui d'Amaranta, évoquait Rebeca avec une mémoire propre d'impuretés, puisque l'image de la créature pitoyable qu'ils avaient ramenée à la maison avec le sac d'os de ses parents l'emportait sur l'offense qui la rendait indigne de continuer à être liée au tronc familial. Aureliano Segundo resolvió que había que llevarla a la casa y protegerla, pero su buen propósito fue frustrado por la inquebrantable intransigencia de Rebeca, que había necesitado muchos años de sufrimiento y miseria para conquistar los privilegios de la soledad, y no estaba dispuesta a renunciar a ellos a cambio de una vejez perturbada por los falsos encantos de la misericordia. Aureliano Segundo resolved that they had to take her home and protect her, but his good purpose was frustrated by the unwavering intransigence of Rebeca, who had needed many years of suffering and misery to conquer the privileges of solitude, and was not willing to give up them in exchange for an old age disturbed by the false charms of mercy. Aureliano Segundo a décidé qu'il devait la ramener chez elle et la protéger, mais ses bonnes intentions ont été contrecarrées par l'intransigeance inébranlable de Rebeca, qui avait eu besoin de nombreuses années de souffrance et de misère pour gagner les privilèges de la solitude, et elle n'était pas disposée à donner leur vie en échange d'une vieillesse troublée par les faux charmes de la miséricorde.

En febrero, cuando volvieron los dieciséis hijos del coronel Aureliano Buendía, todavía marcados con la cruz de ceniza, Aureliano Triste les habló de Rebeca en el fragor de la parranda, y en medio día restauraron la apariencia de la casa, cambiaron puertas y ventanas, pintaron la fachada de colores alegres, apuntalaron las paredes y vaciaron cemento nuevo en el piso, pero no obtuvieron autorización para continuar las reformas en el interior. In February, when the sixteen children of Colonel Aureliano Buendía returned, still marked with the cross of ashes, Aureliano Triste spoke to them about Rebeca in the heat of the party, and in noon they restored the appearance of the house, changed doors and windows, they painted the façade in bright colors, shored up the walls and poured new cement on the floor, but did not obtain authorization to continue the renovations inside. En février, lorsque les seize enfants du colonel Aureliano Buendía sont revenus, encore marqués de la croix de cendres, Aureliano Triste leur a parlé de Rebeca dans le feu de l'action, et en une demi-journée ils ont restauré l'apparence de la maison, changé les portes et des fenêtres, ils ont peint la façade de couleurs vives, étayé les murs et coulé du nouveau béton au sol, mais ils n'ont pas obtenu l'autorisation de poursuivre les rénovations à l'intérieur. Rebeca ni siquiera se asomó a la puerta. Rebeca didn't even appear at the door. Rebeca n'apparut même pas à la porte. Dejó que terminaran la atolondrada restauración, y luego hizo un cálculo de los costos y les mandó con Argénida, la vieja sirvienta que seguía acompañándola, un puñado de monedas retiradas de la circulación desde la última guerra, y que Rebeca seguía creyendo útiles. She let them finish the harebrained restoration, and then she calculated the costs and sent them with Argénida, the old servant who was still with her, a handful of coins withdrawn from circulation since the last war, and that Rebeca still believed to be useful. Elle les laissa terminer la restauration téméraire, puis elle en calcula les coûts et leur envoya avec Argénida, la vieille servante qui l'accompagnait, une poignée de pièces qui avaient été retirées de la circulation depuis la dernière guerre, et que Rebeca croyait encore utiles. Fue entonces cuando se supo hasta qué punto inconcebible había llegado su desvinculación con el mundo, y se comprendió que sería imposible rescatarla de su empecinado encierro mientras le quedara un aliento de vida. It was then that it became known to what inconceivable point her disconnection with the world had reached, and it was understood that it would be impossible to rescue her from her stubborn confinement while she had a breath of life left. C'est alors que l'on sut à quel point son détachement du monde était inconcevable, et l'on comprit qu'il serait impossible de la tirer de son enfermement obstiné tant qu'il lui resterait un souffle de vie.

En la segunda visita que hicieron a Macondo los hijos del coronel Aureliano Buendía, otro de ellos, Aureliano Centeno, se quedó trabajando con Aureliano Triste. In the second visit made to Macondo by the sons of Colonel Aureliano Buendía, another of them, Aureliano Centeno, stayed behind to work with Aureliano Triste. Era uno de los primeros que habían llegado a la casa para el bautismo, y Úrsula y Amaranta lo recordaban muy bien porque había destrozado en pocas horas cuanto objeto quebradizo pasó por sus manos. He was one of the first to arrive at the house for the baptism, and Úrsula and Amaranta remembered him very well because in a few hours he had destroyed every brittle object that passed through his hands. Il fut l'un des premiers à arriver à la maison pour le baptême, et Úrsula et Amaranta se souvenaient très bien de lui car en quelques heures il avait détruit tout objet cassant qui passait entre ses mains. El tiempo había moderado su primitivo impulso de crecimiento, y era un hombre de estatura mediana marcado con cicatrices de viruela, pero su asombroso poder de destrucción manual continuaba intacto. Time had moderated his primitive growth spurt, and he was a man of medium height marked with smallpox scars, but his amazing power of manual destruction remained intact. Tantos platos rompió, inclusive sin tocarlos, que Fernanda optó por comprarle un servicio de peltre antes de que liquidara las últimas piezas de su costosa vajilla, y aun los resistentes platos metálicos estaban al poco tiempo desconchados y torcidos. She broke so many plates, even without touching them, that Fernanda opted to buy her a pewter service before she liquidated the last pieces of her expensive tableware, and even the resistant metal plates were chipped and crooked after a short time. Pero a cambio de aquel poder irremediable, exasperante inclusive para él mismo, tenía una cordialidad que suscitaba la confianza inmediata, y una estupenda capacidad de trabajo. But in exchange for that irremediable power, exasperating even for himself, he had a cordiality that aroused immediate confidence, and a stupendous capacity for work. En poco tiempo incrementó de tal modo la producción de hielo, que rebasó el mercado local, y Aureliano Triste tuvo que pensar en la posibilidad de extender el negocio a otras poblaciones de la ciénaga. En peu de temps, la production de glace a tellement augmenté qu'elle a dépassé le marché local, et Aureliano Triste a dû réfléchir à la possibilité d'étendre l'activité à d'autres villes du marais. Fue entonces cuando concibió el paso decisivo no solo para la modernización de su industria, sino para vincular la población con el resto del mundo. C'est alors qu'il conçoit le pas décisif non seulement pour la modernisation de son industrie, mais aussi pour relier la population au reste du monde.

—Hay que traer el ferrocarril —dijo. "We have to bring the railway," he said. "Nous devons amener le chemin de fer", a-t-il dit.

Fue la primera vez que se oyó esa palabra en Macondo. It was the first time that word was heard in Macondo. Ante el dibujo que trazó Aureliano Triste en la mesa, y que era un descendiente directo de los esquemas con que José Arcadio Buendía ilustró el proyecto de la guerra solar, Úrsula confirmó su impresión de que el tiempo estaba dando vueltas en redondo. Before the drawing that Aureliano Triste traced on the table, which was a direct descendant of the diagrams with which José Arcadio Buendía illustrated the solar war project, Úrsula confirmed her impression that time was going round in circles. En regardant le dessin qu'Aureliano Triste a dessiné sur la table, et qui était un descendant direct des schémas avec lesquels José Arcadio Buendía a illustré le projet de guerre solaire, Úrsula a confirmé son impression que le temps tournait en rond. Pero al contrario de su abuelo, Aureliano Triste no perdía el sueño ni el apetito, ni atormentaba a nadie con crisis de mal humor, sino que concebía los proyectos más desatinados como posibilidades inmediatas, elaboraba cálculos racionales sobre costos y plazos, y los llevaba a término sin intermedios de exasperación. But unlike his grandfather, Aureliano Triste did not lose sleep or appetite, nor did he torment anyone with moodiness, but rather conceived the most foolish projects as immediate possibilities, elaborated rational calculations on costs and deadlines, and carried them out. term without intermissions of exasperation. Mais contrairement à son grand-père, Aureliano Triste ne perdait ni le sommeil ni l'appétit, ni ne tourmentait personne avec des sautes d'humeur, mais concevait plutôt les projets les plus insensés comme des possibilités immédiates, élaborait des calculs rationnels sur les coûts et les délais, et les menait à bien sans entracte. d'exaspération. Aureliano Segundo, que si algo tenía del bisabuelo y algo le faltaba del coronel Aureliano Buendía era una absoluta impermeabilidad para el escarmiento, soltó el dinero para llevar el ferrocarril con la misma frivolidad con que lo soltó para la absurda compañía de navegación del hermano. Aureliano Segundo, who if he had something from his great-grandfather and something he lacked from Colonel Aureliano Buendía was an absolute impermeability for the lesson, he gave up the money to run the railroad with the same frivolity with which he gave it up for his brother's absurd shipping company. Aureliano Segundo, qui s'il avait quelque chose de son arrière-grand-père et manquait quelque chose du colonel Aureliano Buendía était une insensibilité absolue à la punition, a libéré l'argent pour faire fonctionner le chemin de fer avec la même frivolité avec laquelle il l'a libéré pour l'absurde compagnie maritime de son frère. Aureliano Triste consultó el calendario y se fue el miércoles siguiente para estar de vuelta cuando pasaran las lluvias. Aureliano Triste consulted the calendar and left the following Wednesday to be back when the rains passed. No se tuvieron más noticias. There was no further news. Aureliano Centeno, desbordado por las abundancias de la fábrica, había empezado ya a experimentar la elaboración de hielo con base de jugos de frutas en lugar de agua, y sin saberlo ni proponérselo concibió los fundamentos esenciales de la invención de los helados, pensando en esa forma diversificar la producción de una empresa que suponía suya, porque el hermano no daba señales de regreso después de que pasaron las lluvias y transcurrió todo un verano sin noticias. Aureliano Centeno, overwhelmed by the abundance of the factory, had already begun to experiment with making ice based on fruit juices instead of water, and without knowing it or intending to, he conceived the essential foundations of the invention of ice cream, thinking of that way to diversify the production of a company that he assumed to be his, because his brother gave no sign of returning after the rains stopped and an entire summer passed without news. Aureliano Centeno, submergé par l'abondance de l'usine, avait déjà commencé à expérimenter la fabrication de glace à base de jus de fruits au lieu d'eau, et sans le savoir ni en avoir l'intention, il conçut les bases essentielles de l'invention de la crème glacée, en pensant à cela moyen de diversifier la production d'une entreprise qu'il supposait être la sienne, car son frère n'a donné aucun signe de retour après l'arrêt des pluies et un été entier passé sans nouvelles. A principios del otro invierno, sin embargo, una mujer que lavaba ropa en el río a la hora de más calor, atravesó la calle central lanzando alaridos en un alarmante estado de conmoción. Early last winter, however, a woman washing clothes in the river during the hottest hour shrieked across the central street in an alarming state of shock.