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Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez, Capítulo 11 (2)

Capítulo 11 (2)

—Esto es lo más obsceno que he visto en mi vida —gritó, con una carcajada que resonó en toda la casa—. Me casé con una hermanita de la caridad.

Un mes después, no habiendo conseguido que la esposa se quitara el camisón, se fue a hacer el retrato de Petra Cotes vestida de reina. Más tarde, cuando logró que Fernanda regresara a casa, ella cedió a sus apremios en la fiebre de la reconciliación, pero no supo proporcionarle el reposo con que él soñaba cuando fue a buscarla a la ciudad de los treinta y dos campanarios. Aureliano Segundo solo encontró en ella un hondo sentimiento de desolación. Una noche, poco antes de que naciera el primer hijo, Fernanda se dio cuenta de que su marido había vuelto en secreto al lecho de Petra Cotes.

—Así es —admitió él. Y explicó en un tono de postrada resignación—: tuve que hacerlo, para que siguieran pariendo los animales.

Le hizo falta un poco de tiempo para convencerla de tan peregrino expediente, pero cuando por fin lo consiguió, mediante pruebas que parecieron irrefutables, la única promesa que le impuso Fernanda fue que no se dejara sorprender por la muerte en la cama de su concubina. Así continuaron viviendo los tres, sin estorbarse, Aureliano Segundo puntual y cariñoso con ambas, Petra Cotes pavoneándose de la reconciliación, y Fernanda fingiendo que ignoraba la verdad.

El pacto no logró, sin embargo, que Fernanda se incorporara a la familia. En vano insistió Úrsula para que tirara la golilla de lana con que se levantaba cuando había hecho el amor, y que provocaba los cuchicheos de los vecinos. No logró convencerla de que utilizara el baño, o el beque nocturno, y de que le vendiera la bacinilla de oro al coronel Aureliano Buendía para que la convirtiera en pescaditos. Amaranta se sintió tan incómoda con su dicción viciosa, y con su hábito de usar un eufemismo para designar cada cosa, que siempre hablaba delante de ella en jerigonza.

—Esfetafa —decía— esfe defe lasfa quefe lesfe tifiefenenfe asfacofo afa sufu profopifiafa mifierfedafa.

Un día, irritada con la burla, Fernanda quiso saber qué era lo que decía Amaranta, y ella no usó eufemismos para contestarle.

—Digo —dijo— que tú eres de las que confunden el culo con las témporas.

Desde aquel día no volvieron a dirigirse la palabra. Cuando las obligaban las circunstancias, se mandaban recados, o se decían las cosas indirectamente. A pesar de la visible hostilidad de la familia, Fernanda no renunció a la voluntad de imponer los hábitos de sus mayores. Terminó con la costumbre de comer en la cocina, y cuando cada quien tenía hambre, e impuso la obligación de hacerlo a horas exactas en la mesa grande del comedor arreglada con manteles de lino, y con los candelabros y el servicio de plata. La solemnidad de un acto que Úrsula había considerado siempre como el más sencillo de la vida cotidiana creó un ambiente de estiramiento contra el cual se rebeló primero que nadie el callado José Arcadio Segundo. Pero la costumbre se impuso, así como la de rezar el rosario antes de la cena, y llamó tanto la atención de los vecinos, que muy pronto circuló el rumor de que los Buendía no se sentaban a la mesa como los otros mortales, sino que habían convertido el acto de comer en una misa mayor. Hasta las supersticiones de Úrsula, surgidas más bien de la inspiración momentánea que de la tradición, entraron en conflicto con las que Fernanda heredó de sus padres, y que estaban perfectamente definidas y catalogadas para cada ocasión. Mientras Úrsula disfrutó del dominio pleno de sus facultades, subsistieron algunos de los antiguos hábitos y la vida de la familia conservó una cierta influencia de sus corazonadas, pero cuando perdió la vista y el peso de los años la relegó a un rincón, el círculo de rigidez iniciado por Fernanda desde el momento en que llegó, terminó por cerrarse completamente, y nadie más que ella determinó el destino de la familia. El negocio de repostería y animalitos de caramelo, que Santa Sofía de la Piedad mantenía por voluntad de Úrsula, era considerado por Fernanda como una actividad indigna, y no tardó en liquidarlo. Las puertas de la casa, abiertas de par en par desde el amanecer hasta la hora de acostarse, fueron cerradas durante la siesta, con el pretexto de que el sol recalentaba los dormitorios, y finalmente se cerraron para siempre. El ramo de sábila y el pan que estaban colgados en el dintel desde los tiempos de la fundación fueron reemplazados por un nicho del Corazón de Jesús. El coronel Aureliano Buendía alcanzó a darse cuenta de aquellos cambios y previó sus consecuencias. «Nos estamos volviendo gente fina», protestaba. «A este paso, terminaremos peleando otra vez contra el régimen conservador, pero ahora para poner un rey en su lugar». Fernanda, con muy buen tacto, se cuidó de no tropezar con él. Le molestaba íntimamente su espíritu independiente, su resistencia a toda forma de rigidez social. La exasperaban sus tazones de café a las cinco, el desorden de su taller, su manta deshilachada y su costumbre de sentarse en la puerta de la calle al atardecer. Pero tuvo que permitir esa pieza suelta del mecanismo familiar, porque tenía la certidumbre de que el viejo coronel era un animal apaciguado por los años y la desilusión, que en un arranque de rebeldía senil podría desarraigar los cimientos de la casa. Cuando su esposo decidió ponerle al primer hijo el nombre del bisabuelo, ella no se atrevió a oponerse, porque solo tenía un año de haber llegado. Pero cuando nació la primera hija expresó sin reservas su determinación de que se llamara Renata, como su madre. Úrsula había resuelto que se llamara Remedios. Al cabo de una tensa controversia, en la que Aureliano Segundo actuó como mediador divertido, la bautizaron con el nombre de Renata Remedios, pero Fernanda la siguió llamando Renata a secas, mientras la familia de su marido y todo el pueblo siguieron llamándola Meme, diminutivo de Remedios.

Al principio, Fernanda no hablaba de su familia, pero con el tiempo empezó a idealizar a su padre. Hablaba de él en la mesa como un ser excepcional que había renunciado a toda forma de vanidad, y se estaba convirtiendo en santo. Aureliano Segundo, asombrado de la intempestiva magnificación del suegro, no resistía a la tentación de hacer pequeñas burlas a espaldas de su esposa. El resto de la familia siguió el ejemplo. La propia Úrsula, que era en extremo celosa de la armonía familiar y que sufría en secreto con las fricciones domésticas, se permitió decir alguna vez que el pequeño tataranieto tenía asegurado su porvenir pontifical, porque era «nieto de santo e hijo de reina y de cuatrero». A pesar de aquella sonriente conspiración, los niños se acostumbraron a pensar en el abuelo como en un ser legendario, que les transcribía versos piadosos en las cartas y les mandaba en cada Navidad un cajón de regalos que apenas si cabía por la puerta de la calle. Eran, en realidad, los últimos desperdicios del patrimonio señorial. Con ellos se construyó en el dormitorio de los niños un altar con santos de tamaño natural, cuyos ojos de vidrio les imprimían una inquietante apariencia de vida y cuyas ropas de paño artísticamente bordadas eran mejores que las usadas jamás por ningún habitante de Macondo. Poco a poco, el esplendor funerario de la antigua y helada mansión se fue trasladando a la luminosa casa de los Buendía. «Ya nos han mandado todo el cementerio familiar», comentó Aureliano Segundo en cierta ocasión. «Solo faltan los sauces y las losas sepulcrales». Aunque en los cajones no llegó nunca nada que sirviera a los niños para jugar, estos pasaban el año esperando a diciembre, porque al fin y al cabo los anticuados y siempre imprevisibles regalos constituían una novedad en la casa. En la décima Navidad, cuando ya el pequeño José Arcadio se preparaba para viajar al seminario, llegó con más anticipación que en los años anteriores el enorme cajón del abuelo, muy bien clavado e impermeabilizado con brea, y dirigido con el habitual letrero de caracteres góticos a la muy distinguida señora doña Fernanda del Carpio de Buendía. Mientras ella leía la carta en el dormitorio, los niños se apresuraron a abrir la caja. Ayudados como de costumbre por Aureliano Segundo, rasparon los sellos de brea, desclavaron la tapa, sacaron el aserrín protector, y encontraron dentro un largo cofre de plomo cerrado con pernos de cobre. Aureliano Segundo quitó los ocho pernos, ante la impaciencia de los niños, y apenas tuvo tiempo de lanzar un grito y hacerlos a un lado, cuando levantó la plataforma de plomo y vio a don Fernando vestido de negro y con un crucifijo en el pecho, con la piel reventada en eructos pestilentes y cocinándose a fuego lento en un espumoso y borboritante caldo de perlas vivas.

Poco después del nacimiento de la niña, se anunció el inesperado jubileo del coronel Aureliano Buendía, ordenado por el gobierno para celebrar un nuevo aniversario del tratado de Neerlandia. Fue una determinación tan inconsecuente con la política oficial, que el coronel se pronunció violentamente contra ella y rechazó el homenaje. «Es la primera vez que oigo la palabra jubileo», decía. «Pero cualquier cosa que quiera decir, no puede ser sino una burla». El estrecho taller de orfebrería se llenó de emisarios. Volvieron, mucho más viejos y mucho más solemnes, los abogados de trajes oscuros que en otro tiempo revolotearon como cuervos en torno al coronel. Cuando este los vio aparecer, como en otro tiempo llegaban a empantanar la guerra, no pudo soportar el cinismo de sus panegíricos. Les ordenó que lo dejaran en paz, insistió que él no era un prócer de la nación como ellos decían, sino un artesano sin recuerdos, cuyo único sueño era morirse de cansancio en el olvido y la miseria de sus pescaditos de oro. Lo que más le indignó fue la noticia de que el propio presidente de la república pensaba asistir a los actos de Macondo para imponerle la Orden del Mérito. El coronel Aureliano Buendía le mandó a decir, palabra por palabra, que esperaba con verdadera ansiedad aquella tardía pero merecida ocasión de darle un tiro, no para cobrarle las arbitrariedades y anacronismos de su régimen, sino por faltarle el respeto a un viejo que no le hacía mal a nadie. Fue tal la vehemencia con que pronunció la amenaza, que el presidente de la república canceló el viaje a última hora y le mandó la condecoración con un representante personal. El coronel Gerineldo Márquez, asediado por presiones de toda índole, abandonó su lecho de paralítico para persuadir a su antiguo compañero de armas. Cuando este vio aparecer el mecedor cargado por cuatro hombres y vio sentado en él, entre grandes almohadas, al amigo que compartió sus victorias e infortunios desde la juventud, no dudó un solo instante de que hacía aquel esfuerzo para expresarle su solidaridad. Pero cuando conoció el verdadero propósito de su visita, lo hizo sacar del taller.

—Demasiado tarde me convenzo —le dijo— que te habría hecho un gran favor si te hubiera dejado fusilar.

De modo que el jubileo se llevó a cabo sin asistencia de ninguno de los miembros de la familia. Fue una casualidad que coincidiera con la semana del carnaval, pero nadie logró quitarle al coronel Aureliano Buendía la empecinada idea de que también aquella coincidencia había sido prevista por el gobierno para recalcar la crueldad de la burla. Desde el taller solitario oyó las músicas marciales, la artillería de aparato, las campanas del Te Deum, y algunas frases de los discursos pronunciados frente a la casa cuando bautizaron la calle con su nombre. Los ojos se le humedecieron de indignación, de rabiosa impotencia, y por primera vez desde la derrota se dolió de no tener los arrestos de la juventud para promover una guerra sangrienta que borrara hasta el último vestigio del régimen conservador. No se habían extinguido los ecos del homenaje, cuando Úrsula llamó a la puerta del taller.

Capítulo 11 (2) Kapitel 11 (2) Chapter 11 (2) Capitolo 11 (2) Rozdział 11 (2) Capítulo 11 (2) Глава 11 (2) Bölüm 11 (2)

—Esto es lo más obsceno que he visto en mi vida —gritó, con una carcajada que resonó en toda la casa—. "This is the most obscene thing I've ever seen in my life," he shouted, with a laugh that echoed throughout the house. Me casé con una hermanita de la caridad. I married a little sister of charity.

Un mes después, no habiendo conseguido que la esposa se quitara el camisón, se fue a hacer el retrato de Petra Cotes vestida de reina. A month later, not having been able to get his wife to take off her nightgown, he went to do the portrait of Petra Cotes dressed as a queen. Un mois plus tard, n'ayant pu faire enlever sa chemise de nuit à sa femme, il alla faire le portrait de Petra Cotes habillée en reine. Más tarde, cuando logró que Fernanda regresara a casa, ella cedió a sus apremios en la fiebre de la reconciliación, pero no supo proporcionarle el reposo con que él soñaba cuando fue a buscarla a la ciudad de los treinta y dos campanarios. Later, when he managed to get Fernanda to return home, she gave in to his urges in the fever of reconciliation, but she did not know how to give him the rest he had dreamed of when he went to look for her in the city of thirty-two bell towers. Plus tard, lorsqu'il réussit à faire rentrer Fernanda chez elle, elle céda à ses pulsions dans la fièvre de la réconciliation, mais elle ne sut pas comment lui donner le repos dont il rêvait lorsqu'il alla la chercher dans la ville de trente-deux clochers. Aureliano Segundo solo encontró en ella un hondo sentimiento de desolación. Aureliano Segundo only found in her a deep feeling of desolation. Una noche, poco antes de que naciera el primer hijo, Fernanda se dio cuenta de que su marido había vuelto en secreto al lecho de Petra Cotes. One night, shortly before the first child was born, Fernanda realized that her husband had secretly returned to Petra Cotes' bedside.

—Así es —admitió él. -That's right," he admitted. Y explicó en un tono de postrada resignación—: tuve que hacerlo, para que siguieran pariendo los animales. And he explained in a tone of prostrate resignation: I had to do it, so that the animals would continue giving birth. Et il expliqua d'un ton de résignation prostrée : il fallait que je le fasse, pour que les animaux continuent à mettre bas.

Le hizo falta un poco de tiempo para convencerla de tan peregrino expediente, pero cuando por fin lo consiguió, mediante pruebas que parecieron irrefutables, la única promesa que le impuso Fernanda fue que no se dejara sorprender por la muerte en la cama de su concubina. It took him a little time to convince her of such a strange expedient, but when he finally succeeded, through evidence that seemed irrefutable, the only promise that Fernanda imposed on him was that he would not let himself be surprised by the death in his concubine's bed. Il lui fallut un peu de temps pour la convaincre d'un expédient aussi étrange, mais lorsqu'il réussit enfin, par des preuves qui semblaient irréfutables, la seule promesse que lui imposa Fernanda fut de ne pas se laisser surprendre par la mort de sa concubine. lit. Así continuaron viviendo los tres, sin estorbarse, Aureliano Segundo puntual y cariñoso con ambas, Petra Cotes pavoneándose de la reconciliación, y Fernanda fingiendo que ignoraba la verdad. So lebten die drei weiter, ohne einander in die Quere zu kommen, Aureliano Segundo war pünktlich und liebevoll mit ihnen beiden, Petra Cotes stolzierte auf ihre Versöhnung ein und Fernanda tat so, als wüsste sie nichts von der Wahrheit. That's how the three of them continued to live, without getting in each other's way, Aureliano Segundo punctual and affectionate with both of them, Petra Cotes strutting about their reconciliation, and Fernanda pretending she didn't know the truth. C'est ainsi qu'ils ont continué à vivre tous les trois, sans se gêner, Aureliano Segundo ponctuel et affectueux avec eux deux, Petra Cotes se pavanant sur leur réconciliation, et Fernanda faisant semblant de ne pas savoir la vérité.

El pacto no logró, sin embargo, que Fernanda se incorporara a la familia. The pact did not, however, get Fernanda to join the family. Le pacte n'a cependant pas amené Fernanda à rejoindre la famille. En vano insistió Úrsula para que tirara la golilla de lana con que se levantaba cuando había hecho el amor, y que provocaba los cuchicheos de los vecinos. In vain Úrsula insisted that he throw away the little woolen ruff with which he got up when he had made love, and which caused the neighbors to whisper. En vain Ursule insista pour qu'il jetât la petite collerette de laine avec laquelle il se levait quand il avait fait l'amour, et qui faisait chuchoter les voisins. No logró convencerla de que utilizara el baño, o el beque nocturno, y de que le vendiera la bacinilla de oro al coronel Aureliano Buendía para que la convirtiera en pescaditos. He couldn't convince her to use the bathroom, or the night shift, and to sell the gold chamber pot to Colonel Aureliano Buendía so that he could turn it into little fish. Il n'a pas pu la convaincre d'utiliser la salle de bain, ou l'équipe de nuit, et de vendre le pot de chambre en or au colonel Aureliano Buendía pour qu'il le transforme en petits poissons. Amaranta se sintió tan incómoda con su dicción viciosa, y con su hábito de usar un eufemismo para designar cada cosa, que siempre hablaba delante de ella en jerigonza. Amaranta felt so uncomfortable with his vicious diction, and with his habit of using a euphemism to designate everything, that he always spoke in front of her in gibberish. Amaranta se sentait si mal à l'aise avec sa diction vicieuse, et avec son habitude d'utiliser un euphémisme pour tout désigner, qu'il parlait toujours devant elle en charabia.

—Esfetafa —decía— esfe defe lasfa quefe lesfe tifiefenenfe asfacofo afa sufu profopifiafa mifierfedafa. "Esfetafa," he said, "esfe defe lasfa quefe lesfe tifiefenenfe asfacofo afa sufu propopifiafa mifierfedafa." "Esfetafa," dit-il, "esfe defe lasfa quefe lesfe tifiefenenfe asfacofo afa sufu propopifiafa mifierfedafa."

Un día, irritada con la burla, Fernanda quiso saber qué era lo que decía Amaranta, y ella no usó eufemismos para contestarle. One day, irritated by the mockery, Fernanda wanted to know what Amaranta was saying, and she did not use euphemisms to answer her.

—Digo —dijo— que tú eres de las que confunden el culo con las témporas. "I'm saying," he said, "that you're one of those who confuse the ass with the storms." « Je dis, dit-il, que tu es de ceux qui confondent cul et temporas.

Desde aquel día no volvieron a dirigirse la palabra. From that day they did not speak to each other again. Depuis ce jour, ils ne se parlèrent plus. Cuando las obligaban las circunstancias, se mandaban recados, o se decían las cosas indirectamente. Lorsque les circonstances les y obligeaient, ils s'envoyaient des messages, ou disaient des choses indirectement. A pesar de la visible hostilidad de la familia, Fernanda no renunció a la voluntad de imponer los hábitos de sus mayores. Despite the visible hostility of the family, Fernanda did not renounce the will to impose the habits of her elders. Malgré l'hostilité visible de la famille, Fernanda n'a pas renoncé à sa volonté d'imposer les habitudes de ses aînés. Terminó con la costumbre de comer en la cocina, y cuando cada quien tenía hambre, e impuso la obligación de hacerlo a horas exactas en la mesa grande del comedor arreglada con manteles de lino, y con los candelabros y el servicio de plata. He ended the custom of eating in the kitchen, and when everyone was hungry, and imposed the obligation to do so at exact times at the large dining room table arranged with linen tablecloths, and with silver candlesticks and service. Il mit fin à l'usage de manger dans la cuisine, et quand tout le monde avait faim, et imposa l'obligation de le faire à des heures précises à la grande table de la salle à manger dressée avec des nappes de lin, et avec les chandeliers et le service en argent. La solemnidad de un acto que Úrsula había considerado siempre como el más sencillo de la vida cotidiana creó un ambiente de estiramiento contra el cual se rebeló primero que nadie el callado José Arcadio Segundo. The solemnity of an act that Úrsula had always considered the simplest of daily life created an atmosphere of tension against which the quiet José Arcadio Segundo rebelled first of all. Pero la costumbre se impuso, así como la de rezar el rosario antes de la cena, y llamó tanto la atención de los vecinos, que muy pronto circuló el rumor de que los Buendía no se sentaban a la mesa como los otros mortales, sino que habían convertido el acto de comer en una misa mayor. But the custom prevailed, as well as that of praying the rosary before dinner, and it caught the attention of the neighbors so much that very soon the rumor circulated that the Buendías did not sit at the table like other mortals, but rather they had turned the act of eating into a high mass. Hasta las supersticiones de Úrsula, surgidas más bien de la inspiración momentánea que de la tradición, entraron en conflicto con las que Fernanda heredó de sus padres, y que estaban perfectamente definidas y catalogadas para cada ocasión. Even Úrsula's superstitions, arising more from momentary inspiration than from tradition, conflicted with those that Fernanda inherited from her parents, and which were perfectly defined and cataloged for each occasion. Mientras Úrsula disfrutó del dominio pleno de sus facultades, subsistieron algunos de los antiguos hábitos y la vida de la familia conservó una cierta influencia de sus corazonadas, pero cuando perdió la vista y el peso de los años la relegó a un rincón, el círculo de rigidez iniciado por Fernanda desde el momento en que llegó, terminó por cerrarse completamente, y nadie más que ella determinó el destino de la familia. While Úrsula enjoyed the full control of her faculties, some of the old habits survived and the life of the family preserved a certain influence of her hunches, but when she lost her sight and the weight of the years relegated her to a corner, the circle of rigidity initiated by Fernanda from the moment she arrived, ended up closing completely, and no one but her determined the fate of the family. Alors qu'Úrsula jouissait de la pleine maîtrise de ses facultés, certaines vieilles habitudes subsistaient et la vie de famille conservait une certaine influence de ses intuitions, mais lorsqu'elle perdit la vue et que le poids des années la relégua dans un coin, le cercle de rigidité initiée par Fernanda dès son arrivée, a fini par se fermer complètement, et personne d'autre qu'elle n'a déterminé le sort de la famille. El negocio de repostería y animalitos de caramelo, que Santa Sofía de la Piedad mantenía por voluntad de Úrsula, era considerado por Fernanda como una actividad indigna, y no tardó en liquidarlo. Fernanda considered the confectionery and candy animals business, which Santa Sofía de la Piedad maintained at the will of Úrsula, to be an undignified activity, and it was not long before she liquidated it. Fernanda considérait l'entreprise de confiserie et d'animaux de confiserie, que Santa Sofía de la Piedad entretenait au gré d'Úrsula, comme une activité indigne, et elle ne tarda pas à la liquider. Las puertas de la casa, abiertas de par en par desde el amanecer hasta la hora de acostarse, fueron cerradas durante la siesta, con el pretexto de que el sol recalentaba los dormitorios, y finalmente se cerraron para siempre. The doors of the house, wide open from dawn until bedtime, were closed during the siesta, on the pretext that the sun was overheating the bedrooms, and finally they were closed forever. Les portes de la maison, grandes ouvertes de l'aube au coucher, étaient fermées pendant la sieste, sous prétexte que le soleil échauffait les chambres, et finalement fermées à jamais. El ramo de sábila y el pan que estaban colgados en el dintel desde los tiempos de la fundación fueron reemplazados por un nicho del Corazón de Jesús. The branch of aloe and the bread that were hanging on the lintel since the time of the foundation were replaced by a niche of the Heart of Jesus. La branche d'aloès et le pain qui pendaient au linteau depuis le temps de la fondation ont été remplacés par une niche du Cœur de Jésus. El coronel Aureliano Buendía alcanzó a darse cuenta de aquellos cambios y previó sus consecuencias. Colonel Aureliano Buendía managed to realize those changes and foresaw their consequences. «Nos estamos volviendo gente fina», protestaba. "We are becoming fine people," he protested. «A este paso, terminaremos peleando otra vez contra el régimen conservador, pero ahora para poner un rey en su lugar». "At this rate, we will end up fighting the Conservative regime again, but now to put a king in its place." Fernanda, con muy buen tacto, se cuidó de no tropezar con él. Fernanda, with very good tact, took care not to bump into him. Fernanda, avec un très bon tact, a pris soin de ne pas le heurter. Le molestaba íntimamente su espíritu independiente, su resistencia a toda forma de rigidez social. His independent spirit, his resistance to all forms of social rigidity, bothered him intimately. La exasperaban sus tazones de café a las cinco, el desorden de su taller, su manta deshilachada y su costumbre de sentarse en la puerta de la calle al atardecer. She was exasperated by his bowls of coffee at five o'clock, the clutter in his workshop, his frayed blanket, and his habit of sitting in the doorway at dusk. Elle était exaspérée par ses tasses de café à cinq heures, le fouillis de son atelier, sa couverture effilochée et son habitude de s'asseoir devant la porte d'entrée au crépuscule. Pero tuvo que permitir esa pieza suelta del mecanismo familiar, porque tenía la certidumbre de que el viejo coronel era un animal apaciguado por los años y la desilusión, que en un arranque de rebeldía senil podría desarraigar los cimientos de la casa. But he had to allow this loose piece of the family mechanism, because he was certain that the old colonel was an animal appeased by years and disappointment, who in a fit of senile rebellion could uproot the foundations of the house. Mais il fallait bien qu'il permît ce morceau lâche du mécanisme familial, car il était certain que le vieux colonel était un animal apaisé par les années et les déceptions, qui dans un accès de rébellion sénile pouvait arracher les fondations de la maison. Cuando su esposo decidió ponerle al primer hijo el nombre del bisabuelo, ella no se atrevió a oponerse, porque solo tenía un año de haber llegado. Lorsque son mari a décidé de donner au premier enfant le nom de son arrière-grand-père, elle n'a pas osé s'y opposer, car elle n'était ici que depuis un an. Pero cuando nació la primera hija expresó sin reservas su determinación de que se llamara Renata, como su madre. Úrsula había resuelto que se llamara Remedios. Úrsula had decided that she should be called Remedios. Ursula avait décidé de s'appeler Remedios. Al cabo de una tensa controversia, en la que Aureliano Segundo actuó como mediador divertido, la bautizaron con el nombre de Renata Remedios, pero Fernanda la siguió llamando Renata a secas, mientras la familia de su marido y todo el pueblo siguieron llamándola Meme, diminutivo de Remedios. After a tense controversy, in which Aureliano Segundo acted as an amusing mediator, they baptized her with the name of Renata Remedios, but Fernanda continued to call her plain Renata, while her husband's family and the whole town continued to call her Meme, a diminutive of Remedies. Après une polémique tendue, dans laquelle Aureliano Segundo a agi comme un médiateur amusant, ils l'ont baptisée du nom de Renata Remedios, mais Fernanda a continué à l'appeler simplement Renata, tandis que la famille de son mari et toute la ville ont continué à l'appeler Meme, un diminutif des remèdes.

Al principio, Fernanda no hablaba de su familia, pero con el tiempo empezó a idealizar a su padre. Hablaba de él en la mesa como un ser excepcional que había renunciado a toda forma de vanidad, y se estaba convirtiendo en santo. He spoke of him at the table as an exceptional being who had renounced all forms of vanity, and was becoming a saint. Aureliano Segundo, asombrado de la intempestiva magnificación del suegro, no resistía a la tentación de hacer pequeñas burlas a espaldas de su esposa. Aureliano Segundo, amazed at the untimely magnification of his father-in-law, could not resist the temptation to make small jokes behind his wife's back. El resto de la familia siguió el ejemplo. La propia Úrsula, que era en extremo celosa de la armonía familiar y que sufría en secreto con las fricciones domésticas, se permitió decir alguna vez que el pequeño tataranieto tenía asegurado su porvenir pontifical, porque era «nieto de santo e hijo de reina y de cuatrero». Úrsula herself, who was extremely jealous of family harmony and who secretly suffered from domestic friction, once allowed herself to say that the little great-great-grandson had his pontifical future assured, because he was "grandson of a saint and son of a queen and of rustler». Ursula elle-même, qui était extrêmement jalouse de l'harmonie familiale et qui souffrait secrètement des frictions domestiques, s'est un jour permise de dire que le petit arrière-arrière-petit-fils avait son avenir pontifical assuré, parce qu'il était "petit-fils d'un saint et fils d'une reine". et de voleur». A pesar de aquella sonriente conspiración, los niños se acostumbraron a pensar en el abuelo como en un ser legendario, que les transcribía versos piadosos en las cartas y les mandaba en cada Navidad un cajón de regalos que apenas si cabía por la puerta de la calle. Despite that smiling conspiracy, the children got used to thinking of their grandfather as a legendary being, who transcribed pious verses for them in letters and sent them every Christmas a box of gifts that barely fit through the front door. . Malgré cette conspiration souriante, les enfants se sont habitués à considérer leur grand-père comme un être légendaire, qui transcrivait pour eux des versets pieux en lettres et leur envoyait chaque Noël une boîte de cadeaux qui passait à peine par la porte d'entrée. . Eran, en realidad, los últimos desperdicios del patrimonio señorial. They were, in fact, the last remains of the stately heritage. Ils étaient, en fait, les derniers vestiges de l'héritage seigneurial. Con ellos se construyó en el dormitorio de los niños un altar con santos de tamaño natural, cuyos ojos de vidrio les imprimían una inquietante apariencia de vida y cuyas ropas de paño artísticamente bordadas eran mejores que las usadas jamás por ningún habitante de Macondo. With them, an altar was built in the children's bedroom with life-size saints, whose glass eyes gave them a disturbing appearance of life and whose artistically embroidered cloth clothes were better than those ever worn by any inhabitant of Macondo. Poco a poco, el esplendor funerario de la antigua y helada mansión se fue trasladando a la luminosa casa de los Buendía. Little by little, the funerary splendor of the old and frozen mansion was transferred to the luminous house of the Buendías. «Ya nos han mandado todo el cementerio familiar», comentó Aureliano Segundo en cierta ocasión. "Ils nous ont déjà envoyé tout le cimetière familial", a commenté à une occasion Aureliano Segundo. «Solo faltan los sauces y las losas sepulcrales». "Only the willows and the tombstones are missing." "Seuls les saules et les pierres tombales manquent." Aunque en los cajones no llegó nunca nada que sirviera a los niños para jugar, estos pasaban el año esperando a diciembre, porque al fin y al cabo los anticuados y siempre imprevisibles regalos constituían una novedad en la casa. Although nothing ever arrived in the drawers that was useful for the children to play with, they spent the year waiting for December, because, after all, the old-fashioned and always unpredictable gifts were a novelty in the house. Bien que rien ne soit jamais arrivé dans les tiroirs avec lequel les enfants puissent jouer, ils ont passé l'année à attendre décembre, car après tout, les cadeaux démodés et toujours imprévisibles étaient une nouveauté dans la maison. En la décima Navidad, cuando ya el pequeño José Arcadio se preparaba para viajar al seminario, llegó con más anticipación que en los años anteriores el enorme cajón del abuelo, muy bien clavado e impermeabilizado con brea, y dirigido con el habitual letrero de caracteres góticos a la muy distinguida señora doña Fernanda del Carpio de Buendía. On the tenth Christmas, when little José Arcadio was already preparing to travel to the seminary, the enormous box of grandfather arrived earlier than in previous years, very well nailed and waterproofed with tar, and addressed with the usual sign of Gothic characters. to the very distinguished Mrs. Fernanda del Carpio de Buendía. Mientras ella leía la carta en el dormitorio, los niños se apresuraron a abrir la caja. As she read the letter in the bedroom, the children rushed to open the box. Ayudados como de costumbre por Aureliano Segundo, rasparon los sellos de brea, desclavaron la tapa, sacaron el aserrín protector, y encontraron dentro un largo cofre de plomo cerrado con pernos de cobre. Helped as usual by Aureliano Segundo, they scratched off the tar seals, unnailed the lid, removed the protective sawdust, and found inside a long lead chest closed with copper bolts. Aidés comme d'habitude par Aureliano Segundo, ils grattent les scellés de goudron, dévissent le couvercle, retirent la sciure de bois protectrice et trouvent à l'intérieur un long coffre de plomb fermé par des boulons de cuivre. Aureliano Segundo quitó los ocho pernos, ante la impaciencia de los niños, y apenas tuvo tiempo de lanzar un grito y hacerlos a un lado, cuando levantó la plataforma de plomo y vio a don Fernando vestido de negro y con un crucifijo en el pecho, con la piel reventada en eructos pestilentes y cocinándose a fuego lento en un espumoso y borboritante caldo de perlas vivas. Aureliano Segundo removed the eight bolts, to the impatience of the children, and barely had time to cry out and push them aside, when he raised the lead platform and saw Don Fernando dressed in black and with a crucifix on his chest, with the skin bursting in pestilent belches and simmering in a frothy, bubbling broth of live pearls. Aureliano Segundo enleva les huit boulons, à l'impatience des enfants, et eut à peine le temps de crier et de les écarter, lorsqu'il souleva la plate-forme de plomb et vit Don Fernando vêtu de noir et avec un crucifix sur la poitrine, avec la peau éclatant en rots pestilentiels et mijotant dans un bouillon mousseux et bouillonnant de perles vivantes.

Poco después del nacimiento de la niña, se anunció el inesperado jubileo del coronel Aureliano Buendía, ordenado por el gobierno para celebrar un nuevo aniversario del tratado de Neerlandia. Shortly after the girl's birth, the unexpected jubilee of Colonel Aureliano Buendía was announced, ordered by the government to celebrate a new anniversary of the Neerlandia treaty. Fue una determinación tan inconsecuente con la política oficial, que el coronel se pronunció violentamente contra ella y rechazó el homenaje. It was a determination so inconsistent with official policy that the colonel spoke out violently against it and refused the tribute. C'était une décision si incompatible avec la politique officielle que le colonel s'y est opposé violemment et a refusé le tribut. «Es la primera vez que oigo la palabra jubileo», decía. "It's the first time I've heard the word jubilee," he said. "C'est la première fois que j'entends le mot jubilé", a-t-il déclaré. «Pero cualquier cosa que quiera decir, no puede ser sino una burla». "But whatever he wants to say, it can only be a mockery." El estrecho taller de orfebrería se llenó de emisarios. Volvieron, mucho más viejos y mucho más solemnes, los abogados de trajes oscuros que en otro tiempo revolotearon como cuervos en torno al coronel. They returned, much older and much more solemn, the dark-suited lawyers who had once fluttered like ravens around the colonel. Ils revinrent, beaucoup plus âgés et beaucoup plus solennels, les avocats en costume sombre qui avaient jadis essaimé comme des corbeaux autour du colonel. Cuando este los vio aparecer, como en otro tiempo llegaban a empantanar la guerra, no pudo soportar el cinismo de sus panegíricos. When he saw them appear, as in other times they came to bog down the war, he could not bear the cynicism of their panegyrics. Lorsqu'il les vit apparaître, comme en d'autres temps ils venaient embourber la guerre, il ne put supporter le cynisme de leurs panégyriques. Les ordenó que lo dejaran en paz, insistió que él no era un prócer de la nación como ellos decían, sino un artesano sin recuerdos, cuyo único sueño era morirse de cansancio en el olvido y la miseria de sus pescaditos de oro. He ordered them to leave him alone, insisting that he was not a hero of the nation as they said, but an artisan without memories, whose only dream was to die of exhaustion in oblivion and the misery of his little gold fishes. Il leur ordonna de le laisser tranquille, insistant sur le fait qu'il n'était pas un héros de la nation comme ils le disaient, mais un artisan sans souvenirs, dont le seul rêve était de mourir d'épuisement dans l'oubli et la misère de ses petits poissons rouges. Lo que más le indignó fue la noticia de que el propio presidente de la república pensaba asistir a los actos de Macondo para imponerle la Orden del Mérito. What infuriated him the most was the news that the president of the republic himself planned to attend the acts in Macondo to impose the Order of Merit on him. El coronel Aureliano Buendía le mandó a decir, palabra por palabra, que esperaba con verdadera ansiedad aquella tardía pero merecida ocasión de darle un tiro, no para cobrarle las arbitrariedades y anacronismos de su régimen, sino por faltarle el respeto a un viejo que no le hacía mal a nadie. Colonel Aureliano Buendía sent him word for word that he was really looking forward to that belated but well-deserved opportunity to shoot him, not to charge him for the arbitrariness and anachronisms of his regime, but for disrespecting an old man who did not did no harm to anyone. Le colonel Aureliano Buendía lui a dit mot pour mot qu'il attendait avec impatience cette occasion tardive mais bien méritée de lui tirer dessus, non pas pour l'accuser de l'arbitraire et des anachronismes de son régime, mais pour avoir manqué de respect à un vieil homme qui n'a pas fait non nuire à personne. Fue tal la vehemencia con que pronunció la amenaza, que el presidente de la república canceló el viaje a última hora y le mandó la condecoración con un representante personal. Such was the vehemence with which he uttered the threat, that the president of the republic canceled the trip at the last minute and sent him the decoration with a personal representative. Telle était la véhémence avec laquelle il proféra la menace que le président de la république annula le voyage à la dernière minute et lui envoya la décoration avec un représentant personnel. El coronel Gerineldo Márquez, asediado por presiones de toda índole, abandonó su lecho de paralítico para persuadir a su antiguo compañero de armas. Colonel Gerineldo Márquez, besieged by pressures of all kinds, left his paralytic bed to persuade his former comrade-in-arms. Le colonel Gerineldo Márquez, assiégé par des pressions de toutes sortes, quitte son lit paralysé pour persuader son ancien compagnon d'armes. Cuando este vio aparecer el mecedor cargado por cuatro hombres y vio sentado en él, entre grandes almohadas, al amigo que compartió sus victorias e infortunios desde la juventud, no dudó un solo instante de que hacía aquel esfuerzo para expresarle su solidaridad. When he saw the rocking chair carried by four men appear and he saw the friend who had shared his victories and misfortunes from his youth sitting in it, between large pillows, he did not doubt for a single moment that he was making that effort to express his solidarity. Lorsqu'il vit apparaître le fauteuil à bascule chargé par quatre hommes et qu'il vit assis dedans, entre de gros oreillers, l'ami qui avait partagé ses victoires et ses malheurs depuis sa jeunesse, il ne douta pas un seul instant qu'il faisait cet effort pour exprimer sa solidarité. Pero cuando conoció el verdadero propósito de su visita, lo hizo sacar del taller. But when he learned the true purpose of his visit, he had him removed from the workshop.

—Demasiado tarde me convenzo —le dijo— que te habría hecho un gran favor si te hubiera dejado fusilar. "Too late I am convinced," he said, "that I would have done you a great favor if I had let you be shot."

De modo que el jubileo se llevó a cabo sin asistencia de ninguno de los miembros de la familia. So the jubilee was held without any of the family members in attendance. Fue una casualidad que coincidiera con la semana del carnaval, pero nadie logró quitarle al coronel Aureliano Buendía la empecinada idea de que también aquella coincidencia había sido prevista por el gobierno para recalcar la crueldad de la burla. It was a coincidence that it coincided with the week of the carnival, but no one managed to take away from Colonel Aureliano Buendía the stubborn idea that this coincidence had also been foreseen by the government to emphasize the cruelty of the joke. Desde el taller solitario oyó las músicas marciales, la artillería de aparato, las campanas del Te Deum, y algunas frases de los discursos pronunciados frente a la casa cuando bautizaron la calle con su nombre. From the solitary workshop he heard the martial music, the artillery, the bells of the Te Deum, and some phrases from the speeches made in front of the house when the street was named after him. Los ojos se le humedecieron de indignación, de rabiosa impotencia, y por primera vez desde la derrota se dolió de no tener los arrestos de la juventud para promover una guerra sangrienta que borrara hasta el último vestigio del régimen conservador. His eyes moistened with indignation, with furious impotence, and for the first time since the defeat he was hurt at not having the arrests of the youth to promote a bloody war that would erase every vestige of the conservative regime. No se habían extinguido los ecos del homenaje, cuando Úrsula llamó a la puerta del taller.