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Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez, Capítulo 10 (1)

Capítulo 10 (1)

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Años después, en su lecho de agonía, Aureliano Segundo había de recordar la lluviosa tarde de junio en que entró en el dormitorio a conocer a su primer hijo. Aunque era lánguido y llorón, sin ningún rasgo de un Buendía, no tuvo que pensar dos veces para ponerle nombre.

—Se llamará José Arcadio —dijo.

Fernanda del Carpio, la hermosa mujer con quien se había casado el año anterior, estuvo de acuerdo. En cambio Úrsula no pudo ocultar un vago sentimiento de zozobra. En la larga historia de la familia, la tenaz repetición de los nombres le había permitido sacar conclusiones que le parecían terminantes. Mientras los Aurelianos eran retraídos, pero de mentalidad lúcida, los José Arcadio eran impulsivos y emprendedores, pero estaban marcados por un signo trágico. Los únicos casos de clasificación imposible eran los de José Arcadio Segundo y Aureliano Segundo. Fueron tan parecidos y traviesos durante la infancia que ni la propia Santa Sofía de la Piedad podía distinguirlos. El día del bautismo, Amaranta les puso esclavas con sus respectivos nombres y los vistió con ropas de colores distintos marcadas con las iniciales de cada uno, pero cuando empezaron a asistir a la escuela optaron por cambiarse la ropa y las esclavas y por llamarse ellos mismos con los nombres cruzados. El maestro Melchor Escalona, acostumbrado a conocer a José Arcadio Segundo por la camisa verde, perdió los estribos cuando descubrió que este tenía la esclava de Aureliano Segundo, y que el otro decía llamarse, sin embargo, Aureliano Segundo, a pesar de que tenía la camisa blanca y la esclava marcada con el nombre de José Arcadio Segundo. Desde entonces no se sabía con certeza quién era quién. Aun cuando crecieron y la vida los hizo diferentes, Úrsula seguía preguntándose si ellos mismos no habrían cometido un error en algún momento de su intrincado juego de confusiones, y habían quedado cambiados para siempre. Hasta el principio de la adolescencia fueron dos mecanismos sincrónicos. Despertaban al mismo tiempo, sentían deseos de ir al baño a la misma hora, sufrían los mismos trastornos de salud y hasta soñaban las mismas cosas. En la casa, donde se creía que coordinaban sus actos por el simple deseo de confundir, nadie se dio cuenta de la realidad hasta un día en que Santa Sofía de la Piedad le dio a uno un vaso de limonada, y más tardó en probarlo que el otro en decir que le faltaba azúcar. Santa Sofía de la Piedad, que en efecto había olvidado ponerle azúcar a la limonada, se lo contó a Úrsula. «Así son todos», dijo ella, sin sorpresa. «Locos de nacimiento». El tiempo acabó de desordenar las cosas. El que en los juegos de confusión se quedó con el nombre de Aureliano Segundo se volvió monumental como el abuelo, y el que se quedó con el nombre de José Arcadio Segundo se volvió óseo como el coronel, y lo único que conservaron en común fue el aire solitario de la familia. Tal vez fue ese entrecruzamiento de estaturas, nombres y caracteres lo que le hizo sospechar a Úrsula que estaban barajados desde la infancia.

La diferencia decisiva se reveló en plena guerra cuando José Arcadio Segundo le pidió al coronel Gerineldo Márquez que lo llevara a ver los fusilamientos. Contra el parecer de Úrsula, sus deseos fueron satisfechos. Aureliano Segundo, en cambio, se estremeció ante la sola idea de presenciar una ejecución. Prefería la casa. A los doce años le preguntó a Úrsula qué había en el cuarto clausurado. «Papeles», le contestó ella. «Son los libros de Melquíades y las cosas raras que escribía en sus últimos años». La respuesta, en vez de tranquilizarlo, aumentó su curiosidad. Insistió tanto, prometió con tanto ahínco no maltratar las cosas, que Úrsula le dio las llaves. Nadie había vuelto a entrar al cuarto desde que sacaron el cadáver de Melquíades y pusieron en la puerta el candado cuyas piezas se soldaron con la herrumbre. Pero cuando Aureliano Segundo abrió las ventanas entró una luz familiar que parecía acostumbrada a iluminar el cuarto todos los días, y no había el menor rastro de polvo o telaraña, sino que todo estaba barrido y limpio, mejor barrido y más limpio que el día del entierro, y la tinta no se había secado en el tintero ni el óxido había alterado el brillo de los metales, ni se había extinguido el rescoldo del atanor donde José Arcadio Buendía vaporizó el mercurio. En los anaqueles estaban los libros empastados en una materia acartonada y pálida como la piel humana curtida, y estaban los manuscritos intactos. A pesar del encierro de muchos años, el aire parecía más puro que en el resto de la casa. Todo era tan reciente, que varias semanas después, cuando Úrsula entró al cuarto con un cubo de agua y una escoba para lavar los pisos, no tuvo nada que hacer. Aureliano Segundo estaba abstraído en la lectura de un libro. Aunque carecía de pastas y el título no aparecía por ninguna parte, el niño gozaba con la historia de una mujer que se sentaba a la mesa y solo comía granos de arroz que prendía con alfileres, y con la historia del pescador que le pidió prestado a su vecino un plomo para su red y el pescado con que lo recompensó más tarde tenía un diamante en el estómago, y con la lámpara que satisfacía los deseos y las alfombras que volaban. Asombrado, le preguntó a Úrsula si todo aquello era verdad, y ella le contestó que sí, que muchos años antes los gitanos llevaban a Macondo las lámparas maravillosas y las esteras voladoras.

—Lo que pasa —suspiró— es que el mundo se va acabando poco a poco y ya no vienen esas cosas.

Cuando terminó el libro, muchos de cuyos cuentos estaban inconclusos porque faltaban páginas, Aureliano Segundo se dio a la tarea de descifrar los manuscritos. Fue imposible. Las letras parecían ropa puesta a secar en un alambre, y se asemejaban más a la escritura musical que a la literaria. Un mediodía ardiente, mientras escrutaba los manuscritos, sintió que no estaba solo en el cuarto. Contra la reverberación de la ventana, sentado con las manos en las rodillas, estaba Melquíades. No tenía más de cuarenta años. Llevaba el mismo chaleco anacrónico y el sombrero de alas de cuervo, y por sus sienes pálidas chorreaba la grasa del cabello derretida por el calor, como lo vieron Aureliano y José Arcadio cuando eran niños. Aureliano Segundo lo reconoció de inmediato, porque aquel recuerdo hereditario se había transmitido de generación en generación, y había llegado a él desde la memoria de su abuelo.

—Salud —dijo Aureliano Segundo.

—Salud, joven —dijo Melquíades.

Desde entonces, durante varios años, se vieron casi todas las tardes. Melquíades le hablaba del mundo, trataba de infundirle su vieja sabiduría, pero se negó a traducir los manuscritos. «Nadie debe conocer su sentido mientras no hayan cumplido cien años», explicó. Aureliano Segundo guardó para siempre el secreto de aquellas entrevistas. En una ocasión sintió que su mundo privado se derrumbaba, porque Úrsula entró en el momento en que Melquíades estaba en el cuarto. Pero ella no lo vio.

—¿Con quién hablas? —le preguntó.

—Con nadie —dijo Aureliano Segundo.

—Así era tu bisabuelo —dijo Úrsula—. También él hablaba solo.

José Arcadio Segundo, mientras tanto, había satisfecho la ilusión de ver un fusilamiento. Por el resto de su vida recordaría el fogonazo lívido de los seis disparos simultáneos y el eco del estampido que se despedazó por los montes, y la sonrisa triste y los ojos perplejos del fusilado, que permaneció erguido mientras la camisa se le empapaba de sangre, y que seguía sonriendo aún cuando lo desataron del poste y lo metieron en un cajón lleno de cal. «Está vivo», pensó él. «Lo van a enterrar vivo». Se impresionó tanto, que desde entonces detestó las prácticas militares y la guerra, no por las ejecuciones sino por la espantosa costumbre de enterrar vivos a los fusilados. Nadie supo entonces en qué momento empezó a tocar las campanas en la torre, y a ayudarle a misa al padre Antonio Isabel, sucesor de El Cachorro, y a cuidar gallos de pelea en el patio de la casa cural. Cuando el coronel Gerineldo Márquez se enteró, lo reprendió duramente por estar aprendiendo oficios repudiados por los liberales. «La cuestión —contestó él— es que a mí me parece que he salido conservador». Lo creía como si fuera una determinación de la fatalidad. El coronel Gerineldo Márquez, escandalizado, se lo contó a Úrsula.

—Mejor —aprobó ella—. Ojalá se meta de cura, para que Dios entre por fin a esta casa.

Muy pronto se supo que el padre Antonio Isabel lo estaba preparando para la primera comunión. Le enseñaba el catecismo mientras le afeitaba el pescuezo a los gallos. Le explicaba con ejemplos simples, mientras ponían en sus nidos a las gallinas cluecas, cómo se le ocurrió a Dios en el segundo día de la creación que los pollos se formaran dentro del huevo. Desde entonces manifestaba el párroco los primeros síntomas del delirio senil que lo llevó a decir, años más tarde, que probablemente el diablo había ganado la rebelión contra Dios, y que era aquel quien estaba sentado en el trono celeste, sin revelar su verdadera identidad para atrapar a los incautos. Fogueado por la intrepidez de su preceptor, José Arcadio Segundo llegó en pocos meses a ser tan ducho en martingalas teológicas para confundir al demonio, como diestro en las trampas de la gallera. Amaranta le hizo un traje de lino con cuello y corbata, le compró un par de zapatos blancos y grabó su nombre con letras doradas en el lazo del cirio. Dos noches antes de la primera comunión, el padre Antonio Isabel se encerró con él en la sacristía para confesarlo, con la ayuda de un diccionario de pecados. Fue una lista tan larga, que el anciano párroco, acostumbrado a acostarse a las seis, se quedó dormido en el sillón antes de terminar. El interrogatorio fue para José Arcadio Segundo una revelación. No le sorprendió que el padre le preguntara si había hecho cosas malas con mujer, y contestó honradamente que no, pero se desconcertó con la pregunta de si las había hecho con animales. El primer viernes de mayo comulgó torturado por la curiosidad. Más tarde le hizo la pregunta a Petronio, el enfermo sacristán que vivía en la torre y que según decían se alimentaba de murciélagos, y Petronio le contestó: «Es que hay cristianos corrompidos que hacen sus cosas con las burras». José Arcadio Segundo siguió demostrando tanta curiosidad, pidió tantas explicaciones, que Petronio perdió la paciencia.

—Yo voy los martes en la noche —confesó—. Si prometes no decírselo a nadie, el otro martes te llevo.

El martes siguiente, en efecto, Petronio bajó de la torre con un banquito de madera que nadie supo hasta entonces para qué servía, y llevó a José Arcadio Segundo a una huerta cercana. El muchacho se aficionó tanto a aquellas incursiones nocturnas, que pasó mucho tiempo antes de que se le viera en la tienda de Catarino. Se hizo hombre de gallos. «Te llevas esos animales a otra parte», le ordenó Úrsula la primera vez que lo vio entrar con sus finos animales de pelea. «Ya los gallos han traído demasiadas amarguras a esta casa para que ahora vengas tú a traernos otras». José Arcadio Segundo se los llevó sin discusión, pero siguió criándolos donde Pilar Ternera, su abuela, que puso a su disposición cuanto le hacía falta, a cambio de tenerlo en la casa. Pronto demostró en la gallera la sabiduría que le infundió el padre Antonio Isabel, y dispuso de suficiente dinero no solo para enriquecer sus crías, sino para procurarse satisfacciones de hombre. Úrsula lo comparaba en aquel tiempo con su hermano y no podía entender cómo los dos gemelos que parecieron una sola persona en la infancia habían terminado por ser tan distintos. La perplejidad no le duró mucho tiempo, porque muy pronto empezó Aureliano Segundo a dar muestras de holgazanería y disipación. Mientras estuvo encerrado en el cuarto de Melquíades fue un hombre ensimismado, como lo fue el coronel Aureliano Buendía en su juventud. Pero poco antes del tratado de Neerlandia una casualidad lo sacó de su ensimismamiento y lo enfrentó a la realidad del mundo. Una mujer joven, que andaba vendiendo números para la rifa de un acordeón, lo saludó con mucha familiaridad. Aureliano Segundo no se sorprendió porque ocurría con frecuencia que lo confundieran con su hermano. Pero no aclaró el equívoco, ni siquiera cuando la muchacha trató de ablandarle el corazón con lloriqueos, y terminó por llevarlo a su cuarto. Le tomó tanto cariño desde aquel primer encuentro, que hizo trampas en la rifa para que él se ganara el acordeón. Al cabo de dos semanas, Aureliano Segundo se dio cuenta de que la mujer se había estado acostando alternativamente con él y con su hermano, creyendo que eran el mismo hombre, y en vez de aclarar la situación se las arregló para prolongarla. No volvió al cuarto de Melquíades. Pasaba las tardes en el patio, aprendiendo a tocar de oídas el acordeón, contra las protestas de Úrsula, que en aquel tiempo había prohibido la música en la casa a causa de los lutos, y que además menospreciaba el acordeón como un instrumento propio de los vagabundos herederos de Francisco el Hombre. Sin embargo, Aureliano Segundo llegó a ser un virtuoso del acordeón y siguió siéndolo después de que se casó y tuvo hijos y fue uno de los hombres más respetados de Macondo.

Capítulo 10 (1) Kapitel 10 (1) Chapter 10 (1) Chapitre 10 (1) 第10章 (1) Capítulo 10 (1) Глава 10 (1) Bölüm 10 (1)

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Años después, en su lecho de agonía, Aureliano Segundo había de recordar la lluviosa tarde de junio en que entró en el dormitorio a conocer a su primer hijo. Years later, on his bed of agony, Aureliano Segundo would remember the rainy afternoon in June when he entered the bedroom to meet his first son. Aunque era lánguido y llorón, sin ningún rasgo de un Buendía, no tuvo que pensar dos veces para ponerle nombre. Although he was languid and weepy, without any trace of a Buendía, she did not have to think twice about giving him a name. Bien qu'il soit languissant et larmoyant, sans aucune trace de Buendía, elle n'a pas eu à réfléchir à deux fois avant de lui donner un nom.

—Se llamará José Arcadio —dijo. "His name will be José Arcadio," he said.

Fernanda del Carpio, la hermosa mujer con quien se había casado el año anterior, estuvo de acuerdo. Fernanda del Carpio, the beautiful woman he had married the year before, agreed. En cambio Úrsula no pudo ocultar un vago sentimiento de zozobra. On the other hand, Úrsula could not hide a vague feeling of anxiety. En revanche, Ursula ne pouvait cacher un vague sentiment d'anxiété. En la larga historia de la familia, la tenaz repetición de los nombres le había permitido sacar conclusiones que le parecían terminantes. In the long history of the family, the tenacious repetition of names had allowed him to draw conclusions that seemed final. Dans la longue histoire de la famille, la répétition tenace des noms lui avait permis de tirer des conclusions qui semblaient sans appel. Mientras los Aurelianos eran retraídos, pero de mentalidad lúcida, los José Arcadio eran impulsivos y emprendedores, pero estaban marcados por un signo trágico. While the Aurelianos were withdrawn, but with a lucid mentality, the José Arcadios were impulsive and enterprising, but they were marked by a tragic sign. Los únicos casos de clasificación imposible eran los de José Arcadio Segundo y Aureliano Segundo. The only cases of impossible classification were those of José Arcadio Segundo and Aureliano Segundo. Fueron tan parecidos y traviesos durante la infancia que ni la propia Santa Sofía de la Piedad podía distinguirlos. They were so similar and mischievous during their childhood that not even Santa Sofía de la Piedad could tell them apart. Ils étaient si semblables et espiègles pendant leur enfance que même Santa Sofía de la Piedad ne pouvait pas les distinguer. El día del bautismo, Amaranta les puso esclavas con sus respectivos nombres y los vistió con ropas de colores distintos marcadas con las iniciales de cada uno, pero cuando empezaron a asistir a la escuela optaron por cambiarse la ropa y las esclavas y por llamarse ellos mismos con los nombres cruzados. Am Tag ihrer Taufe schenkte Amaranta ihnen Sklaven mit ihren jeweiligen Namen und kleidete sie mit verschiedenfarbigen Kleidern, die mit den Initialen eines jeden versehen waren, aber als sie anfingen, die Schule zu besuchen, beschlossen sie, ihre Kleider und Sklaven zu wechseln und sich mit den gekreuzten Namen zu nennen. On the day of the baptism, Amaranta gave them slaves with their respective names and dressed them in clothes of different colors marked with the initials of each one, but when they began to attend school they chose to change their clothes and slaves and to call themselves with crossed names. Le jour du baptême, Amaranta leur a donné des esclaves avec leurs noms respectifs et les a habillés de vêtements de différentes couleurs marqués des initiales de chacun, mais quand ils ont commencé à fréquenter l'école, ils ont choisi de changer de vêtements et d'esclaves et de s'appeler aux noms croisés. El maestro Melchor Escalona, acostumbrado a conocer a José Arcadio Segundo por la camisa verde, perdió los estribos cuando descubrió que este tenía la esclava de Aureliano Segundo, y que el otro decía llamarse, sin embargo, Aureliano Segundo, a pesar de que tenía la camisa blanca y la esclava marcada con el nombre de José Arcadio Segundo. Teacher Melchor Escalona, accustomed to knowing José Arcadio Segundo by his green shirt, lost his temper when he discovered that he had Aureliano Segundo's slave, and that the other claimed to be called Aureliano Segundo, despite the fact that he had the white shirt and the slave marked with the name of José Arcadio Segundo. Le professeur Melchor Escalona, habitué à connaître José Arcadio Segundo par sa chemise verte, s'est emporté lorsqu'il a découvert qu'il avait l'esclave d'Aureliano Segundo, et que l'autre prétendait s'appeler Aureliano Segundo, malgré le fait qu'il avait la chemise blanche et l'esclave marqué du nom de José Arcadio Segundo. Desde entonces no se sabía con certeza quién era quién. Since then no one knew for sure who was who. Aun cuando crecieron y la vida los hizo diferentes, Úrsula seguía preguntándose si ellos mismos no habrían cometido un error en algún momento de su intrincado juego de confusiones, y habían quedado cambiados para siempre. Even when they grew up and life made them different, Úrsula kept wondering if they themselves hadn't made a mistake at some point in their intricate game of confusion, and they had been changed forever. Même quand ils ont grandi et que la vie les a rendus différents, Úrsula n'arrêtait pas de se demander s'ils n'avaient pas eux-mêmes commis une erreur à un moment donné dans leur jeu complexe de confusion, et s'ils avaient été changés à jamais. Hasta el principio de la adolescencia fueron dos mecanismos sincrónicos. Until the beginning of adolescence there were two synchronous mechanisms. Despertaban al mismo tiempo, sentían deseos de ir al baño a la misma hora, sufrían los mismos trastornos de salud y hasta soñaban las mismas cosas. They woke up at the same time, felt like going to the bathroom at the same time, suffered from the same health conditions, and even dreamed the same things. Ils se sont réveillés en même temps, ont eu envie d'aller aux toilettes en même temps, ont souffert des mêmes problèmes de santé et ont même rêvé des mêmes choses. En la casa, donde se creía que coordinaban sus actos por el simple deseo de confundir, nadie se dio cuenta de la realidad hasta un día en que Santa Sofía de la Piedad le dio a uno un vaso de limonada, y más tardó en probarlo que el otro en decir que le faltaba azúcar. In the house, where it was believed that they coordinated their actions out of a simple desire to confuse, no one realized the reality until one day when Santa Sofía de la Piedad gave one a glass of lemonade, and it took longer to taste it than the other to say that it lacked sugar. Dans la maison, où l'on croyait qu'ils coordonnaient leurs actions par simple désir de semer la confusion, personne n'a réalisé la réalité jusqu'au jour où Santa Sofía de la Piedad nous a donné un verre de limonade, et il a fallu plus de temps pour le goûter que l'autre pour dire qu'il manquait de sucre. Santa Sofía de la Piedad, que en efecto había olvidado ponerle azúcar a la limonada, se lo contó a Úrsula. Santa Sofía de la Piedad, who in fact had forgotten to put sugar in the lemonade, told Úrsula about it. «Así son todos», dijo ella, sin sorpresa. "So sind sie alle", sagte sie, nicht überrascht. "That's the way they all are," she said, without surprise. «Locos de nacimiento». "Verrückt geboren". "Crazy from birth". El tiempo acabó de desordenar las cosas. Time finished messing things up. Le temps a fini de tout gâcher. El que en los juegos de confusión se quedó con el nombre de Aureliano Segundo se volvió monumental como el abuelo, y el que se quedó con el nombre de José Arcadio Segundo se volvió óseo como el coronel, y lo único que conservaron en común fue el aire solitario de la familia. The one who kept the name of Aureliano Segundo in the games of confusion became monumental like his grandfather, and the one who kept the name of José Arcadio Segundo became bony like the colonel, and the only thing they kept in common was the lonely air of the family. Celui qui a gardé le nom d'Aureliano Segundo dans les jeux de confusion est devenu monumental comme son grand-père, et celui qui a gardé le nom de José Arcadio Segundo est devenu osseux comme le colonel, et la seule chose qu'ils gardaient en commun était l'air solitaire de la famille. Tal vez fue ese entrecruzamiento de estaturas, nombres y caracteres lo que le hizo sospechar a Úrsula que estaban barajados desde la infancia. Perhaps it was that intersection of heights, names, and characters that made Úrsula suspect that they had been shuffling since childhood. C'est peut-être cette intersection de hauteurs, de noms et de personnages qui a fait soupçonner à Úrsula qu'ils traînaient depuis l'enfance.

La diferencia decisiva se reveló en plena guerra cuando José Arcadio Segundo le pidió al coronel Gerineldo Márquez que lo llevara a ver los fusilamientos. The decisive difference was revealed in the middle of the war when José Arcadio Segundo asked Colonel Gerineldo Márquez to take him to see the executions. La différence décisive a été révélée au milieu de la guerre lorsque José Arcadio Segundo a demandé au colonel Gerineldo Márquez de l'emmener voir les exécutions. Contra el parecer de Úrsula, sus deseos fueron satisfechos. Contrary to Úrsula's opinion, her wishes were granted. Aureliano Segundo, en cambio, se estremeció ante la sola idea de presenciar una ejecución. Aureliano Segundo, on the other hand, shuddered at the mere idea of witnessing an execution. Prefería la casa. I preferred the house. A los doce años le preguntó a Úrsula qué había en el cuarto clausurado. At the age of twelve, he asked Úrsula what was in the closed room. À l'âge de douze ans, il demanda à Ursula ce qu'il y avait dans la pièce fermée. «Papeles», le contestó ella. "Papers," she replied. «Son los libros de Melquíades y las cosas raras que escribía en sus últimos años». «They are Melquíades' books and the strange things he wrote in his last years». La respuesta, en vez de tranquilizarlo, aumentó su curiosidad. The answer, instead of reassuring him, increased his curiosity. Insistió tanto, prometió con tanto ahínco no maltratar las cosas, que Úrsula le dio las llaves. He insisted so much, promised so hard not to mistreat things, that Úrsula gave him the keys. Il insista tellement, promit si fort de ne pas maltraiter les choses, qu'Úrsula lui donna les clés. Nadie había vuelto a entrar al cuarto desde que sacaron el cadáver de Melquíades y pusieron en la puerta el candado cuyas piezas se soldaron con la herrumbre. No one had entered the room again since they removed Melquíades's body and put the padlock on the door, the pieces of which were welded together with rust. Personne n'était plus entré dans la pièce depuis qu'ils avaient enlevé le corps de Melquíades et mis le cadenas sur la porte, dont les morceaux étaient soudés avec de la rouille. Pero cuando Aureliano Segundo abrió las ventanas entró una luz familiar que parecía acostumbrada a iluminar el cuarto todos los días, y no había el menor rastro de polvo o telaraña, sino que todo estaba barrido y limpio, mejor barrido y más limpio que el día del entierro, y la tinta no se había secado en el tintero ni el óxido había alterado el brillo de los metales, ni se había extinguido el rescoldo del atanor donde José Arcadio Buendía vaporizó el mercurio. But when Aureliano Segundo opened the windows, a familiar light entered that seemed accustomed to illuminating the room every day, and there was not the slightest trace of dust or cobwebs, rather everything was swept and clean, better swept and cleaner than the day before. burial, and the ink had not dried in the inkwell nor had the rust altered the shine of the metals, nor had the embers in the athanor where José Arcadio Buendía vaporized the mercury been extinguished. Mais quand Aureliano Segundo a ouvert les fenêtres, une lumière familière est entrée qui semblait habituée à éclairer la pièce tous les jours, et il n'y avait pas la moindre trace de poussière ou de toiles d'araignées, mais tout était balayé et propre, mieux balayé et plus propre que la veille. l'enterrement, et l'encre n'avait pas séché dans l'encrier, la rouille n'avait pas altéré l'éclat des métaux, et les braises de l'athanor où José Arcadio Buendía vaporisait le mercure n'avaient pas été éteintes. En los anaqueles estaban los libros empastados en una materia acartonada y pálida como la piel humana curtida, y estaban los manuscritos intactos. On the shelves were the books bound in a pale cardboard material like tanned human skin, and the manuscripts were intact. Sur les étagères se trouvaient les livres reliés dans un carton pâle comme de la peau humaine tannée, et les manuscrits étaient intacts. A pesar del encierro de muchos años, el aire parecía más puro que en el resto de la casa. Despite being locked up for many years, the air seemed cleaner than in the rest of the house. Bien qu'il ait été confiné pendant de nombreuses années, l'air semblait plus pur que dans le reste de la maison. Todo era tan reciente, que varias semanas después, cuando Úrsula entró al cuarto con un cubo de agua y una escoba para lavar los pisos, no tuvo nada que hacer. Everything was so recent that several weeks later, when Úrsula entered the room with a bucket of water and a broom to wash the floors, she had nothing to do. Aureliano Segundo estaba abstraído en la lectura de un libro. Aureliano Segundo was absorbed in reading a book. Aunque carecía de pastas y el título no aparecía por ninguna parte, el niño gozaba con la historia de una mujer que se sentaba a la mesa y solo comía granos de arroz que prendía con alfileres, y con la historia del pescador que le pidió prestado a su vecino un plomo para su red y el pescado con que lo recompensó más tarde tenía un diamante en el estómago, y con la lámpara que satisfacía los deseos y las alfombras que volaban. Although he lacked pasta and the title was nowhere to be found, the boy enjoyed the story of a woman who sat at the table and ate only grains of rice that she pinned, and the story of the fisherman who borrowed from his neighbor a sinker for his net and the fish he later rewarded him with had a diamond in its stomach, and with the wish-fulfilling lamp and the flying rugs. Bien qu'il manquait de pâtes et que le titre était introuvable, le garçon aimait l'histoire d'une femme qui s'asseyait à table et ne mangeait que des grains de riz qu'elle épinglait, et l'histoire du pêcheur qui emprunta à son voisin un lest pour son filet et le poisson avec lequel il le récompensa plus tard avaient un diamant dans l'estomac, ainsi que la lampe à souhait et les tapis volants. Asombrado, le preguntó a Úrsula si todo aquello era verdad, y ella le contestó que sí, que muchos años antes los gitanos llevaban a Macondo las lámparas maravillosas y las esteras voladoras. Amazed, he asked Úrsula if all that was true, and she answered yes, that many years before the gypsies had brought the marvelous lamps and flying mats to Macondo.

—Lo que pasa —suspiró— es que el mundo se va acabando poco a poco y ya no vienen esas cosas. -Was passiert", seufzte er, "ist, dass die Welt langsam zu Ende geht und es diese Dinge nicht mehr gibt. "What happens," he sighed, "is that the world is ending little by little and those things no longer come." "Ce qui se passe," soupira-t-il, "c'est que le monde se termine petit à petit et que ces choses ne viennent plus."

Cuando terminó el libro, muchos de cuyos cuentos estaban inconclusos porque faltaban páginas, Aureliano Segundo se dio a la tarea de descifrar los manuscritos. When he finished the book, many of whose stories were unfinished because pages were missing, Aureliano Segundo took on the task of deciphering the manuscripts. Lorsqu'il termina le livre, dont beaucoup d'histoires étaient inachevées faute de pages manquantes, Aureliano Segundo se chargea de déchiffrer les manuscrits. Fue imposible. It was impossible. Las letras parecían ropa puesta a secar en un alambre, y se asemejaban más a la escritura musical que a la literaria. The lyrics resembled clothes hanging on a wire to dry, and were more like musical writing than literary writing. Les paroles ressemblaient à des vêtements suspendus à un fil pour sécher, et ressemblaient plus à de l'écriture musicale qu'à de l'écriture littéraire. Un mediodía ardiente, mientras escrutaba los manuscritos, sintió que no estaba solo en el cuarto. One hot noon, while he was poring over the manuscripts, he felt that he was not alone in the room. Contra la reverberación de la ventana, sentado con las manos en las rodillas, estaba Melquíades. Against the reverberation of the window, seated with his hands on his knees, was Melquíades. No tenía más de cuarenta años. He was no more than forty years old. Llevaba el mismo chaleco anacrónico y el sombrero de alas de cuervo, y por sus sienes pálidas chorreaba la grasa del cabello derretida por el calor, como lo vieron Aureliano y José Arcadio cuando eran niños. He wore the same anachronistic vest and the raven-winged hat, and from his pale temples dripped the grease from his hair, melted by the heat, as Aureliano and José Arcadio saw him when they were children. Il portait le même gilet anachronique et le même chapeau à ailes de corbeau, et de ses tempes pâles coulait la graisse de ses cheveux, fondue par la chaleur, comme Aureliano et José Arcadio le voyaient quand ils étaient enfants. Aureliano Segundo lo reconoció de inmediato, porque aquel recuerdo hereditario se había transmitido de generación en generación, y había llegado a él desde la memoria de su abuelo. Aureliano Segundo recognized him immediately, because that hereditary memory had been passed down from generation to generation, and had come to him from the memory of his grandfather.

—Salud —dijo Aureliano Segundo. "Cheers," said Aureliano Segundo.

—Salud, joven —dijo Melquíades. "Cheers, young man," Melquíades said.

Desde entonces, durante varios años, se vieron casi todas las tardes. Since then, for several years, they saw each other almost every afternoon. Melquíades le hablaba del mundo, trataba de infundirle su vieja sabiduría, pero se negó a traducir los manuscritos. Melquíades talked to him about the world, tried to infuse him with his old wisdom, but he refused to translate the manuscripts. «Nadie debe conocer su sentido mientras no hayan cumplido cien años», explicó. "Niemand sollte ihre Bedeutung kennen, bevor er nicht 100 Jahre alt ist", erklärte er. "Nobody should know its meaning until they have completed a hundred years," he explained. Aureliano Segundo guardó para siempre el secreto de aquellas entrevistas. Aureliano Segundo kept the secret of those interviews forever. En una ocasión sintió que su mundo privado se derrumbaba, porque Úrsula entró en el momento en que Melquíades estaba en el cuarto. On one occasion he felt that his private world was collapsing, because Úrsula entered the moment that Melquíades was in the room. À une occasion, il a senti que son monde privé s'effondrait, car Úrsula est entrée au moment où Melquíades était dans la pièce. Pero ella no lo vio. But she didn't see it.

—¿Con quién hablas? "Who are you talking to?" —le preguntó. he asked.

—Con nadie —dijo Aureliano Segundo. "With no one," Aureliano Segundo said.

—Así era tu bisabuelo —dijo Úrsula—. "That's how your great-grandfather was," said Úrsula. « C'est comme ça qu'était ton arrière-grand-père », dit Ursula. También él hablaba solo. He too was talking to himself.

José Arcadio Segundo, mientras tanto, había satisfecho la ilusión de ver un fusilamiento. José Arcadio Segundo, meanwhile, had satisfied the illusion of seeing an execution. Por el resto de su vida recordaría el fogonazo lívido de los seis disparos simultáneos y el eco del estampido que se despedazó por los montes, y la sonrisa triste y los ojos perplejos del fusilado, que permaneció erguido mientras la camisa se le empapaba de sangre, y que seguía sonriendo aún cuando lo desataron del poste y lo metieron en un cajón lleno de cal. For the rest of his life he would remember the livid flash of the six simultaneous shots and the echo of the blast that shattered through the mountains, and the sad smile and perplexed eyes of the executed man, who remained upright while his shirt was soaked with blood, and that he was still smiling when they untied him from the post and put him in a drawer full of lime. Il se souviendra toute sa vie de l'éclair livide des six coups de feu simultanés et de l'écho de la perche qui se brisa à travers les montagnes, et du sourire triste et des yeux perplexes de l'homme exécuté, qui resta debout alors que sa chemise était imbibée de sang, et qu'il souriait encore lorsqu'ils l'ont détaché du poteau et l'ont mis dans un tiroir plein de chaux. «Está vivo», pensó él. He's alive, he thought. «Lo van a enterrar vivo». "They're going to bury him alive." Se impresionó tanto, que desde entonces detestó las prácticas militares y la guerra, no por las ejecuciones sino por la espantosa costumbre de enterrar vivos a los fusilados. He was so impressed that since then he hated military practices and war, not because of the executions but because of the appalling custom of burying those who were shot alive. Nadie supo entonces en qué momento empezó a tocar las campanas en la torre, y a ayudarle a misa al padre Antonio Isabel, sucesor de El Cachorro, y a cuidar gallos de pelea en el patio de la casa cural. No one knew then when he began to ring the bells in the tower, and help Father Antonio Isabel, successor of El Cachorro, attend mass, and take care of fighting cocks in the courtyard of the priest's house. Personne ne savait alors quand il commença à sonner les cloches de la tour et à aider le père Antonio Isabel, successeur d'El Cachorro, à assister à la messe et à s'occuper des combats de coqs dans la cour de la maison du prêtre. Cuando el coronel Gerineldo Márquez se enteró, lo reprendió duramente por estar aprendiendo oficios repudiados por los liberales. When Colonel Gerineldo Márquez found out, he harshly reprimanded him for learning trades repudiated by the Liberals. Lorsque le colonel Gerineldo Márquez l'a découvert, il l'a sévèrement réprimandé pour avoir appris des métiers répudiés par les libéraux. «La cuestión —contestó él— es que a mí me parece que he salido conservador». "The point," he replied, "is that it seems to me that I have come out conservative." Lo creía como si fuera una determinación de la fatalidad. He believed it as if it were a determination of doom. El coronel Gerineldo Márquez, escandalizado, se lo contó a Úrsula. Colonel Gerineldo Márquez, scandalized, told Úrsula.

—Mejor —aprobó ella—. "Better," she approved. Ojalá se meta de cura, para que Dios entre por fin a esta casa. I hope he gets involved as a priest, so that God finally enters this house.

Muy pronto se supo que el padre Antonio Isabel lo estaba preparando para la primera comunión. Very soon it was learned that Father Antonio Isabel was preparing him for his first communion. Le enseñaba el catecismo mientras le afeitaba el pescuezo a los gallos. He taught him catechism while he shaved the necks of the roosters. Il lui enseigna le catéchisme en rasant le cou des coqs. Le explicaba con ejemplos simples, mientras ponían en sus nidos a las gallinas cluecas, cómo se le ocurrió a Dios en el segundo día de la creación que los pollos se formaran dentro del huevo. He explained to him with simple examples, while they put the broody hens in their nests, how it occurred to God on the second day of creation that the chickens were formed inside the egg. Il lui expliqua par des exemples simples, alors qu'ils mettaient les poules couveuses dans leurs nids, comment il vint à Dieu le deuxième jour de la création que les poules se formèrent à l'intérieur de l'œuf. Desde entonces manifestaba el párroco los primeros síntomas del delirio senil que lo llevó a decir, años más tarde, que probablemente el diablo había ganado la rebelión contra Dios, y que era aquel quien estaba sentado en el trono celeste, sin revelar su verdadera identidad para atrapar a los incautos. Since then, the parish priest manifested the first symptoms of senile delirium that led him to say, years later, that the devil had probably won the rebellion against God, and that it was he who was sitting on the heavenly throne, without revealing his true identity to catch the unsuspecting. Depuis, le curé manifeste les premiers symptômes de délire sénile qui le font dire, des années plus tard, que le diable a probablement gagné la rébellion contre Dieu, et que c'est lui qui est assis sur le trône céleste, sans dévoiler sa véritable identité. identité pour attraper ceux qui ne se doutent de rien. Fogueado por la intrepidez de su preceptor, José Arcadio Segundo llegó en pocos meses a ser tan ducho en martingalas teológicas para confundir al demonio, como diestro en las trampas de la gallera. Fired by the intrepidity of his tutor, José Arcadio Segundo became in a few months as skilled in theological martingales to confuse the devil as he was skilled in cockpit tricks. Poussé par l'intrépidité de son précepteur, José Arcadio Segundo devint en quelques mois aussi habile aux martingales théologiques pour confondre le diable qu'il était habile aux tours de cockpit. Amaranta le hizo un traje de lino con cuello y corbata, le compró un par de zapatos blancos y grabó su nombre con letras doradas en el lazo del cirio. Amaranta made him a linen suit with a collar and tie, bought him a pair of white shoes, and engraved his name in gold letters on the bow of the candle. Amaranta lui fit un costume de lin avec un col et une cravate, lui acheta une paire de chaussures blanches et grava son nom en lettres d'or sur le nœud de la bougie. Dos noches antes de la primera comunión, el padre Antonio Isabel se encerró con él en la sacristía para confesarlo, con la ayuda de un diccionario de pecados. Two nights before his first communion, Father Antonio Isabel locked himself in the sacristy with him to confess him, with the help of a dictionary of sins. Deux nuits avant sa première communion, le père Antonio Isabel s'enferma avec lui dans la sacristie pour le confesser, à l'aide d'un dictionnaire des péchés. Fue una lista tan larga, que el anciano párroco, acostumbrado a acostarse a las seis, se quedó dormido en el sillón antes de terminar. It was such a long list that the old priest, accustomed to going to bed at six, fell asleep in his chair before finishing. El interrogatorio fue para José Arcadio Segundo una revelación. The interrogation was a revelation for José Arcadio Segundo. No le sorprendió que el padre le preguntara si había hecho cosas malas con mujer, y contestó honradamente que no, pero se desconcertó con la pregunta de si las había hecho con animales. He was not surprised when his father asked him if he had done bad things with women, and he answered honestly that he had not, but he was taken aback by the question if he had done them with animals. El primer viernes de mayo comulgó torturado por la curiosidad. On the first Friday of May he took communion tortured by curiosity. Le premier vendredi de mai, il communie torturé par la curiosité. Más tarde le hizo la pregunta a Petronio, el enfermo sacristán que vivía en la torre y que según decían se alimentaba de murciélagos, y Petronio le contestó: «Es que hay cristianos corrompidos que hacen sus cosas con las burras». Later he put the question to Petronio, the sick sacristan who lived in the tower and who, they said, fed on bats, and Petronio replied: "There are corrupt Christians who do their things with donkeys." José Arcadio Segundo siguió demostrando tanta curiosidad, pidió tantas explicaciones, que Petronio perdió la paciencia. José Arcadio Segundo continued to show so much curiosity, he asked for so many explanations, that Petronio lost patience.

—Yo voy los martes en la noche —confesó—. "I go on Tuesday nights," he confessed. "J'y vais le mardi soir", a-t-il avoué. Si prometes no decírselo a nadie, el otro martes te llevo. If you promise not to tell anyone, I'll take you the other Tuesday.

El martes siguiente, en efecto, Petronio bajó de la torre con un banquito de madera que nadie supo hasta entonces para qué servía, y llevó a José Arcadio Segundo a una huerta cercana. The following Tuesday, in fact, Petronio came down from the tower with a wooden stool that until then no one knew what it was for, and took José Arcadio Segundo to a nearby orchard. Le mardi suivant, en effet, Petronio descendit de la tour avec un tabouret en bois dont personne ne savait jusque-là à quoi il servait, et emmena José Arcadio Segundo dans un verger voisin. El muchacho se aficionó tanto a aquellas incursiones nocturnas, que pasó mucho tiempo antes de que se le viera en la tienda de Catarino. The boy became so fond of those nocturnal raids that it was a long time before he was seen in Catarino's store. Se hizo hombre de gallos. He became a man of roosters. Il est devenu un homme de coqs. «Te llevas esos animales a otra parte», le ordenó Úrsula la primera vez que lo vio entrar con sus finos animales de pelea. "Take those animals somewhere else," Úrsula ordered him the first time she saw him come in with his fine fighting animals. «Ya los gallos han traído demasiadas amarguras a esta casa para que ahora vengas tú a traernos otras». «The roosters have already brought too much bitterness to this house for you to come and bring us others now». José Arcadio Segundo se los llevó sin discusión, pero siguió criándolos donde Pilar Ternera, su abuela, que puso a su disposición cuanto le hacía falta, a cambio de tenerlo en la casa. José Arcadio Segundo took them without question, but he continued to raise them with Pilar Ternera, his grandmother, who put at his disposal whatever he needed, in exchange for having him in the house. José Arcadio Segundo les a pris sans poser de questions, mais il a continué à les élever avec Pilar Ternera, sa grand-mère, qui a mis à sa disposition tout ce dont il avait besoin, en échange de l'avoir dans la maison. Pronto demostró en la gallera la sabiduría que le infundió el padre Antonio Isabel, y dispuso de suficiente dinero no solo para enriquecer sus crías, sino para procurarse satisfacciones de hombre. Soon he demonstrated in the cockpit the wisdom instilled in him by Father Antonio Isabel, and he had enough money not only to enrich his offspring, but also to procure the satisfaction of a man. Bientôt, il a démontré dans le cockpit la sagesse que lui avait inculquée le père Antonio Isabel, et il avait assez d'argent non seulement pour enrichir sa progéniture, mais aussi pour procurer la satisfaction d'un homme. Úrsula lo comparaba en aquel tiempo con su hermano y no podía entender cómo los dos gemelos que parecieron una sola persona en la infancia habían terminado por ser tan distintos. Úrsula compared him at that time with her brother and could not understand how the two twins who had seemed like a single person in childhood had ended up being so different. La perplejidad no le duró mucho tiempo, porque muy pronto empezó Aureliano Segundo a dar muestras de holgazanería y disipación. The perplexity did not last long, because very soon Aureliano Segundo began to show signs of laziness and dissipation. La perplexité ne dura pas longtemps, car très vite Aureliano Segundo commença à montrer des signes de paresse et de dissipation. Mientras estuvo encerrado en el cuarto de Melquíades fue un hombre ensimismado, como lo fue el coronel Aureliano Buendía en su juventud. While he was locked up in Melquíades' room, he was a self-absorbed man, as was Colonel Aureliano Buendía in his youth. Pendant qu'il était enfermé dans la chambre de Melquiades, il était un homme égocentrique, tout comme le colonel Aureliano Buendía dans sa jeunesse. Pero poco antes del tratado de Neerlandia una casualidad lo sacó de su ensimismamiento y lo enfrentó a la realidad del mundo. But shortly before the Treaty of Neerlandia, an accident brought him out of his reverie and confronted him with the reality of the world. Mais peu avant le traité de Neerlandia, un accident le sort de sa rêverie et le confronte à la réalité du monde. Una mujer joven, que andaba vendiendo números para la rifa de un acordeón, lo saludó con mucha familiaridad. A young woman, who was selling numbers for an accordion raffle, greeted him very familiarly. Une jeune femme, qui vendait des numéros pour une tombola d'accordéon, l'accueillit très familièrement. Aureliano Segundo no se sorprendió porque ocurría con frecuencia que lo confundieran con su hermano. Aureliano Segundo was not surprised because it often happened that he was confused with his brother. Pero no aclaró el equívoco, ni siquiera cuando la muchacha trató de ablandarle el corazón con lloriqueos, y terminó por llevarlo a su cuarto. But he didn't clear up the misunderstanding, not even when the girl tried to soften his heart with whimpers, and ended up taking him to her room. Mais il n'a pas dissipé le malentendu, pas même lorsque la fille a essayé d'adoucir son cœur avec des gémissements et a fini par l'emmener dans sa chambre. Le tomó tanto cariño desde aquel primer encuentro, que hizo trampas en la rifa para que él se ganara el acordeón. He was so fond of her from that first meeting that she cheated in the raffle so that he would win the accordion. Il s'est tellement attaché à lui dès cette première rencontre qu'il a triché à la tombola pour gagner l'accordéon. Al cabo de dos semanas, Aureliano Segundo se dio cuenta de que la mujer se había estado acostando alternativamente con él y con su hermano, creyendo que eran el mismo hombre, y en vez de aclarar la situación se las arregló para prolongarla. After two weeks, Aureliano Segundo realized that the woman had been sleeping alternately with him and with his brother, believing they were the same man, and instead of clearing up the situation, he managed to prolong it. No volvió al cuarto de Melquíades. He did not return to Melquíades' room. Pasaba las tardes en el patio, aprendiendo a tocar de oídas el acordeón, contra las protestas de Úrsula, que en aquel tiempo había prohibido la música en la casa a causa de los lutos, y que además menospreciaba el acordeón como un instrumento propio de los vagabundos herederos de Francisco el Hombre. He spent the afternoons in the patio, learning to play the accordion by ear, against the protests of Úrsula, who at that time had prohibited music in the house because of the mourning, and who also despised the accordion as an instrument typical of the wandering heirs of Francis the Man. Sin embargo, Aureliano Segundo llegó a ser un virtuoso del acordeón y siguió siéndolo después de que se casó y tuvo hijos y fue uno de los hombres más respetados de Macondo. However, Aureliano Segundo became a virtuoso on the accordion and remained so after he married and had children and was one of the most respected men in Macondo.