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La Ciudad de las Bestias, Capítulo 08 La expedición (1)

Capítulo 08 La expedición (1)

Capítulo 8

La expedición

Nuevamente el grupo se encontró navegando río arriba. Esta vez iban trece adultos y dos niños en un par de lanchones de motor, ambos pertenecientes a Mauro Carías, quien los había puesto a disposición de Leblanc.

Alex esperó la oportunidad para contarle en privado a su abuela el extraño diálogo entre Mauro Carías y el capitán Ariosto, que Nadia le había traducido. Kate escuchó con atención y no dio muestras de incredulidad, como su nieto había temido; por el contrario, pareció muy interesada.

—No me gusta Carías. ¿Cuál será su plan para exterminar a los indios? —preguntó.

—No lo sé.

—Lo único que podemos hacer por el momento es esperar y vigilar —decidió la escritora.

—Lo mismo dijo Nadia.

—Esa niña debiera ser nieta mía, Alexander.

El viaje por el río era similar al que habían hecho antes desde Manaos hasta Santa María de la Lluvia, aunque el paisaje había cambiado. Para entonces el muchacho había decidido hacer como Nadia y en vez de luchar contra los mosquitos empapándose en insecticida, dejaba que lo atacaran, venciendo la tentación de rascarse. También se quitó las botas cuando comprobó que estaban siempre mojadas y que las sanguijuelas lo picaban igual que si no las tuviera. La primera vez no se dio cuenta hasta que su abuela le señaló los pies: tenía los calcetines ensangrentados. Se los quitó y vio a los asquerosos bichos prendidos de su piel, hinchados de sangre.

—No duele porque inyectan un anestésico antes de chupar la sangre —explicó César Santos.

Luego le enseñó a soltar las sanguijuelas quemándolas con un cigarrillo, para evitar que los dientes quedaran prendidos en la piel, con riesgo de provocar una infección. Ese método resultaba algo complicado para Alex, porque no fumaba, pero un poco del tabaco caliente de la pipa de su abuela tuvo el mismo efecto. Era más fácil quitárselas de encima que vivir preocupado por evitarlas.

Desde el comienzo Alex tuvo la impresión de que había una palpable tensión entre los adultos de la expedición: nadie confiaba en nadie. Tampoco podía sacudirse la sensación de ser espiado, de que había miles de ojos observando cada movimiento de las lanchas. A cada rato miraba por encima de su hombro, pero nadie los seguía por el río.

Los cinco soldados eran caboclos nacidos en la región; Matuwe, el guía empleado por César Santos, era indígena y les serviría de intérprete con las tribus. El otro indio puro era Karakawe, el asistente de Leblanc. Según la doctora Omayra Torres, Karakawe no se comportaba como otros indios y posiblemente nunca podría volver a vivir con su tribu.

Entre los indios todo se compartía y las únicas posesiones eran las pocas armas o primitivas herramientas que cada uno pudiera llevar consigo. Cada tribu tenía un shabono, una gran choza común en forma circular, techada con paja y abierta hacia un patio interior. Vivían todos juntos, compartiendo desde la comida hasta la crianza de los niños. Sin embargo, el contacto con los extranjeros estaba acabando con las tribus: no sólo les contagiaban enfermedades del cuerpo, también otras del alma. Apenas los indios probaban un machete, un cuchillo o cualquier otro artefacto metálico, sus vidas cambiaban para siempre. Con un solo machete podían multiplicar por mil la producción en los pequeños jardines, donde cultivaban mandioca y maíz. Con un cuchillo cualquier guerrero se sentía como un dios. Los indios sufrían la misma obsesión por el acero que los forasteros sentían por el oro. Karakawe había superado la etapa del machete y estaba en la de las armas de fuego: no se desprendía de su anticuada pistola. Alguien como él, que pensaba más en sí mismo que en la comunidad, no tenía lugar en la tribu. El individualismo se consideraba una forma de demencia, como ser poseído por un demonio.

Karakawe era un hombre hosco y lacónico, sólo contestaba con una o dos palabras cuando alguien le hacía una pregunta ineludible; no se llevaba bien con los extranjeros, con los caboclos ni con los indios. Servia a Ludovic Leblanc de mala gana y en sus ojos brillaba el odio cuando debía dirigirse al antropólogo. No comía con los demás, no bebía una gota de alcohol y se separaba del grupo cuando acampaban por la noche. Nadia y Alex lo sorprendieron una vez escarbando el equipaje de la doctora Omayra Torres.

—Tarántula —dijo a modo de explicación.

Alexander y Nadia se propusieron vigilarlo. A medida que avanzaban, la navegación se hacía cada vez más dificultosa porque el río solía angostarse, precipitándose en rápidos que amenazaban volcar los lanchones. En otras partes el agua parecía estancada y flotaban cadáveres de animales, troncos podridos y ramas que impedían avanzar. Debían apagar los motores y seguir a remo, usando pértigas de bambú para apartar los escombros. Varias veces resultaron ser grandes caimanes, que vistos desde arriba se confundían con troncos. César Santos explicó que cuando el agua estaba baja aparecían los jaguares y cuando estaba alta llegaban las serpientes. Vieron un par de gigantescas tortugas y una anguila de metro y medio de largo que, según César Santos, atacaba con una fuerte descarga eléctrica. La vegetación era densa y desprendía un olor a materia orgánica en descomposición, pero a veces al anochecer abrían unas grandes flores enredadas en los árboles y entonces el aire se llenaba de un aroma dulce a vainilla y miel. Blancas garzas los observaban inmóviles desde el pasto alto que crecía a orillas del río y por todos lados había mariposas de brillantes colores.

César Santos solía detener los botes ante árboles cuyas ramas se inclinaban sobre el agua y bastaba estirar la mano para coger sus frutos. Alex nunca los había visto y no quiso probarlos, pero los demás los saboreaban con placer. En una oportunidad el guía desvió la embarcación para cosechar una planta que, según dijo, era un estupendo cicatrizante. La doctora Omayra Torres estuvo de acuerdo y recomendó al muchacho americano que frotara la cicatriz de su mano con el jugo de la planta, aunque en realidad no era necesario, porque había sanado bien. Apenas le quedaba una línea roja, que en nada le molestaba.

Kate Cold contó que muchos hombres buscaron en esa región la ciudad mítica de El Dorado, donde según la leyenda las calles estaban pavimentadas de oro y los niños jugaban con piedras preciosas. Muchos aventureros se internaron en la selva y remontaron el Amazonas y el río Orinoco, sin alcanzar el corazón de ese territorio encantado, donde el mundo permanecía inocente, como en el despertar de la vida humana en el planeta. Murieron o retrocedieron, derrotados por los indios, los mosquitos, las fieras, las enfermedades tropicales, el clima y las dificultades del terreno.

Se encontraban ya en territorio venezolano, pero allí las fronteras nada significaban, todo era el mismo paraíso prehistórico. A diferencia del río Negro, las aguas de esos ríos eran solitarias. No se cruzaron con otras embarcaciones, no vieron canoas, ni casas en pilotes, ni un solo ser humano. En cambio la flora y la fauna eran maravillosas, los fotógrafos estaban de fiesta, nunca habían tenido al alcance de sus lentes tantas especies de árboles, plantas, flores, insectos, aves y animales. Vieron loros verdes y rojos, elegantes flamencos, tucanes con el pico tan grande y pesado, que apenas podían sostenerlo en sus frágiles cráneos, centenares de canarios y cotorras. Muchos de esos pájaros estaban amenazados con desaparecer, porque los traficantes los cazaban sin piedad para venderlos de contrabando en otros países. Los monos de diferentes clases, casi humanos en sus expresiones y en sus juegos, parecían saludarlos desde los árboles. Había venados, osos hormigueros, ardillas y otros pequeños mamíferos. Varios espléndidos papagayos —o guacamayas, como las llamaban también— los siguieron durante largos trechos. Esas grandes aves multicolores volaban con increíble gracia sobre las lanchas, como si tuvieran curiosidad por las extrañas criaturas que viajaban en ellas. Leblanc les disparó con su pistola, pero César Santos alcanzó a darle un golpe seco en el brazo, desviando el tiro. El balazo asustó a los monos y otros pájaros, el cielo se llenó de alas, pero poco después los papagayos regresaron, impasibles.

—No se comen, profesor, la carne es amarga. No hay razón para matarlos —reprochó César Santos al antropólogo.

—Me gustan las plumas —dijo Leblanc, molesto por la interferencia del guía.

—Cómprelas en Manaos —dijo secamente César Santos.

—Las guacamayas se pueden domesticar. Mi madre tiene una en nuestra casa de Boa Vista. La acompaña a todas partes, volando siempre a dos metros por encima de su cabeza. Cuando mi madre va al mercado, la guacamaya sigue al bus hasta que ella se baja, la espera en un árbol mientras compra y luego vuelve con ella, como un perrito faldero —contó la doctora Omayra Torres.

Alex comprobó una vez más que la música de su flauta alborotaba a los monos y a los pájaros. Borobá parecía particularmente atraído por la flauta. Cuando él tocaba, el monito se quedaba inmóvil escuchando, con una expresión solemne y curiosa; a veces le saltaba encima y tironeaba del instrumento, pidiendo música. Alex lo complacía, encantado de contar por fin con una audiencia interesada, después de haber peleado por años con sus hermanas para que lo dejaran practicar la flauta en paz. Los miembros de la expedición se sentían confortados por la música, que los acompañaba a medida que el paisaje se volvía más hostil y misterioso. El muchacho tocaba sin esfuerzo, las notas fluían solas, como si ese delicado instrumento tuviera memoria y recordara la impecable maestría de su dueño anterior, el célebre Joseph Cold. La sensación de que eran seguidos se había apoderado de todos. Sin decirlo, porque lo que no se nombra es como si no existiera, vigilaban la naturaleza. El profesor Leblanc pasaba el día con sus binoculares en la mano examinando las orillas del río; la tensión lo había vuelto aún más desagradable. Los únicos que no se habían contagiado por el nerviosismo colectivo eran Kate Cold y el inglés Timothy Bruce. Ambos habían trabajado juntos en muchas ocasiones, habían recorrido medio mundo para sus artículos de viaje, habían estado en varias guerras y revoluciones, trepado montañas y descendido al fondo del mar, de modo que muy pocas cosas les quitaban el sueño. Además les gustaba alardear de indiferencia.

—¿No te parece que nos están vigilando, Kate? —le preguntó su nieto.

—Si.

—¿No te da miedo?

—Hay varias maneras de superar el miedo, Alexander. Ninguna funciona —replicó ella.

Apenas había pronunciado estas palabras cuando uno de los soldados que viajaba en su embarcación cayó sin un grito a sus pies. Kate Cold se inclinó sobre él, sin comprender al principio qué había sucedido, hasta que vio una especie de espina larga clavada en el pecho del hombre. Comprobó que había muerto instantáneamente: la espina había pasado limpiamente entre las costillas y le había atravesado el corazón. Alex y Kate alertaron a los demás tripulantes, que no se habían dado cuenta de lo ocurrido, tan silencioso había sido el ataque.

Un instante después media docena de armas de fuego se descargaron contra la espesura. Cuando se disipó el fragor, la pólvora y la estampida de los pájaros que cubrieron el cielo, vieron que nada más se había movido en la selva. Quienes lanzaron el dardo mortal se mantuvieron agazapados, inmóviles y silenciosos. De un tirón César Santos lo arrancó del cadáver y vieron que medía aproximadamente un pie de largo y era tan firme y flexible como el acero. El guía dio orden de continuar a toda marcha, porque en esa parte el río era angosto y las embarcaciones eran blanco fácil de las flechas de los atacantes. No se detuvieron hasta dos horas más tarde, cuando consideró que estaban a salvo. Recién entonces pudieron examinar el dardo, decorado con extrañas marcas de pintura roja y negra, que nadie pudo descifrar. Karakawe y Matuwe aseguraron que nunca las habían visto, no pertenecían a sus tribus ni a ninguna otra conocida, pero aseguraron que todos los indios de la región usaban cerbatanas. La doctora Omayra Torres explicó que si el dardo no hubiera dado en el corazón con tal espectacular precisión, de todos modos habría matado al hombre en pocos minutos, aunque en forma más dolorosa, porque la punta estaba impregnada en curare, un veneno mortal, empleado por los indios para cazar y para la guerra, contra el cual no se conocía antídoto.

Capítulo 08 La expedición (1) Kapitel 08 Die Expedition (1) Chapter 08 The expedition (1) Chapitre 08 L'expédition (1) Capitolo 08 La spedizione (1) Hoofdstuk 08 De expeditie (1) Capítulo 08 A expedição (1)

Capítulo 8 Chapter 8

La expedición The expedition

Nuevamente el grupo se encontró navegando río arriba. Once again the group found themselves sailing upstream. Esta vez iban trece adultos y dos niños en un par de lanchones de motor, ambos pertenecientes a Mauro Carías, quien los había puesto a disposición de Leblanc. This time there were thirteen adults and two children in a pair of motorboats, both belonging to Mauro Carías, who had placed them at Leblanc's disposal. Cette fois, treize adultes et deux enfants se trouvent à bord de deux bateaux à moteur appartenant à Mauro Carías, qui les a mis à la disposition de Leblanc.

Alex esperó la oportunidad para contarle en privado a su abuela el extraño diálogo entre Mauro Carías y el capitán Ariosto, que Nadia le había traducido. Alex waited for the opportunity to privately tell his grandmother about the strange dialogue between Mauro Carías and Captain Ariosto, which Nadia had translated for him. Kate escuchó con atención y no dio muestras de incredulidad, como su nieto había temido; por el contrario, pareció muy interesada. Kate listened carefully and showed no signs of disbelief, as her grandson had feared; on the contrary, she seemed very interested.

—No me gusta Carías. -I don't like Carías. ¿Cuál será su plan para exterminar a los indios? What will be your plan to exterminate the Indians? —preguntó.

—No lo sé.

—Lo único que podemos hacer por el momento es esperar y vigilar —decidió la escritora. -The only thing we can do for the moment is to wait and watch," the writer decided.

—Lo mismo dijo Nadia.

—Esa niña debiera ser nieta mía, Alexander. -That child should be my granddaughter, Alexander.

El viaje por el río era similar al que habían hecho antes desde Manaos hasta Santa María de la Lluvia, aunque el paisaje había cambiado. The river trip was similar to the one they had made earlier from Manaus to Santa Maria de la Lluvia, although the landscape had changed. Para entonces el muchacho había decidido hacer como Nadia y en vez de luchar contra los mosquitos empapándose en insecticida, dejaba que lo atacaran, venciendo la tentación de rascarse. By then the boy had decided to do like Nadia and instead of fighting the mosquitoes by dousing himself in insecticide, he let them attack him, overcoming the temptation to scratch. Au lieu de combattre les moustiques en s'aspergeant d'insecticide, il les a laissés l'attaquer, surmontant la tentation de se gratter. También se quitó las botas cuando comprobó que estaban siempre mojadas y que las sanguijuelas lo picaban igual que si no las tuviera. He also took off his boots when he found that they were always wet and that the leeches were biting him just as much as if he did not have them. La primera vez no se dio cuenta hasta que su abuela le señaló los pies: tenía los calcetines ensangrentados. The first time he didn't notice until his grandmother pointed to his feet: his socks were bloody. Se los quitó y vio a los asquerosos bichos prendidos de su piel, hinchados de sangre. He took them off and saw the disgusting bugs clinging to his skin, swollen with blood. Il les enleva et vit les sales bestioles accrochées à sa peau, gonflée de sang.

—No duele porque inyectan un anestésico antes de chupar la sangre —explicó César Santos. -It doesn't hurt because they inject an anesthetic before sucking the blood," explained César Santos. -Cela ne fait pas mal parce qu'ils injectent un anesthésiant avant d'aspirer le sang", explique César Santos.

Luego le enseñó a soltar las sanguijuelas quemándolas con un cigarrillo, para evitar que los dientes quedaran prendidos en la piel, con riesgo de provocar una infección. He then taught her to release the leeches by burning them with a cigarette, to prevent the teeth from getting stuck in the skin, with the risk of causing an infection. Ese método resultaba algo complicado para Alex, porque no fumaba, pero un poco del tabaco caliente de la pipa de su abuela tuvo el mismo efecto. That method was a bit tricky for Alex, because he didn't smoke, but some of the hot tobacco from his grandmother's pipe had the same effect. Era más fácil quitárselas de encima que vivir preocupado por evitarlas. It was easier to shake them off than to live worry about avoiding them.

Desde el comienzo Alex tuvo la impresión de que había una palpable tensión entre los adultos de la expedición: nadie confiaba en nadie. From the beginning Alex had the impression that there was a palpable tension among the adults on the expedition: no one trusted anyone. Tampoco podía sacudirse la sensación de ser espiado, de que había miles de ojos observando cada movimiento de las lanchas. Nor could he shake off the feeling of being spied on, that there were thousands of eyes watching every movement of the boats. A cada rato miraba por encima de su hombro, pero nadie los seguía por el río. Every now and then he looked over his shoulder, but no one was following them down the river.

Los cinco soldados eran caboclos nacidos en la región; Matuwe, el guía empleado por César Santos, era indígena y les serviría de intérprete con las tribus. Les cinq soldats sont des Caboclos nés dans la région ; Matuwe, le guide employé par César Santos, est indigène et leur servira d'interprète auprès des tribus. El otro indio puro era Karakawe, el asistente de Leblanc. Según la doctora Omayra Torres, Karakawe no se comportaba como otros indios y posiblemente nunca podría volver a vivir con su tribu. According to Dr. Omayra Torres, Karakawe did not behave like other Indians and might never be able to return to live with his tribe.

Entre los indios todo se compartía y las únicas posesiones eran las pocas armas o primitivas herramientas que cada uno pudiera llevar consigo. Among the Indians everything was shared and the only possessions were the few weapons or primitive tools that each one could carry. Cada tribu tenía un shabono, una gran choza común en forma circular, techada con paja y abierta hacia un patio interior. Each tribe had a shabono, a large common hut in a circular shape, thatched with thatch and open to an inner courtyard. Chaque tribu possédait un shabono, une grande hutte commune de forme circulaire, couverte de chaume et s'ouvrant sur une cour intérieure. Vivían todos juntos, compartiendo desde la comida hasta la crianza de los niños. They all lived together, sharing everything from food to child rearing. Sin embargo, el contacto con los extranjeros estaba acabando con las tribus: no sólo les contagiaban enfermedades del cuerpo, también otras del alma. However, contact with foreigners was killing the tribes: not only did they spread diseases of the body, but also diseases of the soul. Cependant, le contact avec les étrangers tue les tribus : ils propagent non seulement des maladies du corps, mais aussi des maladies de l'âme. Apenas los indios probaban un machete, un cuchillo o cualquier otro artefacto metálico, sus vidas cambiaban para siempre. As soon as the Indians tried a machete, a knife or any other metallic artifact, their lives were changed forever. Dès que les Indiens essayaient une machette, un couteau ou tout autre objet métallique, leur vie était changée à jamais. Con un solo machete podían multiplicar por mil la producción en los pequeños jardines, donde cultivaban mandioca y maíz. With a single machete, they could multiply production a thousandfold in the small gardens where they grew cassava and corn. Con un cuchillo cualquier guerrero se sentía como un dios. Los indios sufrían la misma obsesión por el acero que los forasteros sentían por el oro. Karakawe había superado la etapa del machete y estaba en la de las armas de fuego: no se desprendía de su anticuada pistola. Karakawe had passed the machete stage and was at the firearms stage: he would not part with his old-fashioned pistol. Karakawe a dépassé le stade de la machette et s'est mis aux armes à feu : il ne voulait pas se séparer de son vieux pistolet. Alguien como él, que pensaba más en sí mismo que en la comunidad, no tenía lugar en la tribu. El individualismo se consideraba una forma de demencia, como ser poseído por un demonio. Individualism was considered a form of insanity, like being possessed by a demon.

Karakawe era un hombre hosco y lacónico, sólo contestaba con una o dos palabras cuando alguien le hacía una pregunta ineludible; no se llevaba bien con los extranjeros, con los caboclos ni con los indios. Karakawe was a sullen and laconic man, only answering with a word or two when someone asked him an inescapable question; he did not get along well with foreigners, caboclos or Indians. Karakawe était un homme maussade et laconique, ne répondant que par un mot ou deux lorsque quelqu'un lui posait une question incontournable ; il ne s'entendait pas bien avec les étrangers, caboclos ou Indiens. Servia a Ludovic Leblanc de mala gana y en sus ojos brillaba el odio cuando debía dirigirse al antropólogo. He served Ludovic Leblanc reluctantly and his eyes shone with hatred when he had to address the anthropologist. No comía con los demás, no bebía una gota de alcohol y se separaba del grupo cuando acampaban por la noche. Il ne mangeait pas avec les autres, ne buvait pas une goutte d'alcool et se séparait du groupe lorsqu'ils campaient la nuit. Nadia y Alex lo sorprendieron una vez escarbando el equipaje de la doctora Omayra Torres. Nadia et Alex l'ont surpris en train de fouiller dans les bagages du Dr Omayra Torres.

—Tarántula —dijo a modo de explicación. -Tarantula," he said by way of explanation.

Alexander y Nadia se propusieron vigilarlo. Alexander and Nadia set out to keep an eye on him. A medida que avanzaban, la navegación se hacía cada vez más dificultosa porque el río solía angostarse, precipitándose en rápidos que amenazaban volcar los lanchones. As they progressed, navigation became increasingly difficult because the river often narrowed, plunging into rapids that threatened to capsize the boats. Au fur et à mesure de leur progression, la navigation devient de plus en plus difficile car la rivière se rétrécit souvent, plongeant dans des rapides qui menacent de faire chavirer les bateaux. En otras partes el agua parecía estancada y flotaban cadáveres de animales, troncos podridos y ramas que impedían avanzar. Ailleurs, l'eau semblait stagnante, et des carcasses d'animaux, des troncs et des branches pourrissants flottaient dans l'eau, entravant la progression. Debían apagar los motores y seguir a remo, usando pértigas de bambú para apartar los escombros. They were to shut down the engines and continue rowing, using bamboo poles to push the debris out of the way. Ils devaient couper les moteurs et continuer à ramer, en utilisant des perches de bambou pour dégager les débris. Varias veces resultaron ser grandes caimanes, que vistos desde arriba se confundían con troncos. Several times they turned out to be large alligators, which when seen from above were mistaken for logs. César Santos explicó que cuando el agua estaba baja aparecían los jaguares y cuando estaba alta llegaban las serpientes. César Santos a expliqué que lorsque l'eau était basse, les jaguars apparaissaient et lorsque l'eau était haute, les serpents arrivaient. Vieron un par de gigantescas tortugas y una anguila de metro y medio de largo que, según César Santos, atacaba con una fuerte descarga eléctrica. They saw a pair of gigantic turtles and a meter and a half long eel that, according to César Santos, attacked with a strong electric shock. La vegetación era densa y desprendía un olor a materia orgánica en descomposición, pero a veces al anochecer abrían unas grandes flores enredadas en los árboles y entonces el aire se llenaba de un aroma dulce a vainilla y miel. La végétation était dense et dégageait une odeur de matière organique en décomposition, mais parfois, au crépuscule, de grandes fleurs s'ouvraient dans les arbres et l'air s'emplissait d'un doux parfum de vanille et de miel. Blancas garzas los observaban inmóviles desde el pasto alto que crecía a orillas del río y por todos lados había mariposas de brillantes colores. White herons watched them motionless from the tall grass growing on the river bank and brightly colored butterflies were everywhere. Des hérons blancs les observent, immobiles, depuis les hautes herbes qui poussent sur les berges de la rivière, et des papillons aux couleurs vives sont omniprésents.

César Santos solía detener los botes ante árboles cuyas ramas se inclinaban sobre el agua y bastaba estirar la mano para coger sus frutos. César Santos used to stop the boats in front of trees whose branches leaned over the water and it was enough to stretch out your hand to catch their fruit. César Santos arrêtait les bateaux devant les arbres dont les branches se penchaient sur l'eau et il suffisait de tendre la main pour attraper leurs fruits. Alex nunca los había visto y no quiso probarlos, pero los demás los saboreaban con placer. Alex had never seen them and did not want to taste them, but the others savored them with pleasure. En una oportunidad el guía desvió la embarcación para cosechar una planta que, según dijo, era un estupendo cicatrizante. À une occasion, le guide a détourné le bateau pour récolter une plante qui, selon lui, était un excellent agent de guérison. La doctora Omayra Torres estuvo de acuerdo y recomendó al muchacho americano que frotara la cicatriz de su mano con el jugo de la planta, aunque en realidad no era necesario, porque había sanado bien. Dr. Omayra Torres agreed and recommended that the American boy rub the scar on his hand with the juice of the plant, although it was not really necessary, because it had healed well. Apenas le quedaba una línea roja, que en nada le molestaba. There was barely a red line left, which did not bother him at all.

Kate Cold contó que muchos hombres buscaron en esa región la ciudad mítica de El Dorado, donde según la leyenda las calles estaban pavimentadas de oro y los niños jugaban con piedras preciosas. Muchos aventureros se internaron en la selva y remontaron el Amazonas y el río Orinoco, sin alcanzar el corazón de ese territorio encantado, donde el mundo permanecía inocente, como en el despertar de la vida humana en el planeta. Many adventurers went deep into the jungle and up the Amazon and the Orinoco River, without reaching the heart of this enchanted territory, where the world remained innocent, as in the awakening of human life on the planet. Murieron o retrocedieron, derrotados por los indios, los mosquitos, las fieras, las enfermedades tropicales, el clima y las dificultades del terreno. Ils sont morts ou ont battu en retraite, vaincus par les Indiens, les moustiques, les bêtes sauvages, les maladies tropicales, le climat et les difficultés du terrain.

Se encontraban ya en territorio venezolano, pero allí las fronteras nada significaban, todo era el mismo paraíso prehistórico. A diferencia del río Negro, las aguas de esos ríos eran solitarias. Unlike the Black River, the waters of these rivers were solitary. Contrairement à la rivière Noire, les eaux de ces rivières étaient solitaires. No se cruzaron con otras embarcaciones, no vieron canoas, ni casas en pilotes, ni un solo ser humano. En cambio la flora y la fauna eran maravillosas, los fotógrafos estaban de fiesta, nunca habían tenido al alcance de sus lentes tantas especies de árboles, plantas, flores, insectos, aves y animales. Vieron loros verdes y rojos, elegantes flamencos, tucanes con el pico tan grande y pesado, que apenas podían sostenerlo en sus frágiles cráneos, centenares de canarios y cotorras. Ils ont vu des perroquets verts et rouges, d'élégants flamants roses, des toucans au bec si gros et si lourd qu'ils pouvaient à peine le tenir dans leur crâne fragile, des centaines de canaris et de perroquets. Muchos de esos pájaros estaban amenazados con desaparecer, porque los traficantes los cazaban sin piedad para venderlos de contrabando en otros países. Los monos de diferentes clases, casi humanos en sus expresiones y en sus juegos, parecían saludarlos desde los árboles. Des singes de différentes sortes, presque humains dans leurs expressions et leur jeu, semblaient les saluer depuis les arbres. Había venados, osos hormigueros, ardillas y otros pequeños mamíferos. There were deer, anteaters, squirrels and other small mammals. Il y avait des cerfs, des fourmiliers, des écureuils et d'autres petits mammifères. Varios espléndidos papagayos —o guacamayas, como las llamaban también— los siguieron durante largos trechos. Several splendid parrots - or macaws, as they were also called - followed them for long stretches. Plusieurs perroquets splendides - ou aras, comme on les appelle aussi - les suivent pendant de longues périodes. Esas grandes aves multicolores volaban con increíble gracia sobre las lanchas, como si tuvieran curiosidad por las extrañas criaturas que viajaban en ellas. Leblanc les disparó con su pistola, pero César Santos alcanzó a darle un golpe seco en el brazo, desviando el tiro. Leblanc fired at them with his pistol, but César Santos managed to hit him in the arm, deflecting the shot. El balazo asustó a los monos y otros pájaros, el cielo se llenó de alas, pero poco después los papagayos regresaron, impasibles. The shot frightened the monkeys and other birds, the sky filled with wings, but soon after the parrots returned, impassive. Le coup de feu fait sursauter les singes et les autres oiseaux, le ciel se remplit d'ailes, mais peu après les perroquets reviennent, impassibles.

—No se comen, profesor, la carne es amarga. No hay razón para matarlos —reprochó César Santos al antropólogo.

—Me gustan las plumas —dijo Leblanc, molesto por la interferencia del guía.

—Cómprelas en Manaos —dijo secamente César Santos.

—Las guacamayas se pueden domesticar. Mi madre tiene una en nuestra casa de Boa Vista. La acompaña a todas partes, volando siempre a dos metros por encima de su cabeza. Cuando mi madre va al mercado, la guacamaya sigue al bus hasta que ella se baja, la espera en un árbol mientras compra y luego vuelve con ella, como un perrito faldero —contó la doctora Omayra Torres. When my mother goes to the market, the macaw follows the bus until she gets off, waits for her in a tree while she shops and then returns with her, like a lapdog," said Dr. Omayra Torres. Lorsque ma mère se rend au marché, l'ara suit le bus jusqu'à ce qu'elle descende, l'attend dans un arbre pendant qu'elle fait ses courses, puis revient avec elle, comme un chien de salon", a déclaré le Dr Omayra Torres.

Alex comprobó una vez más que la música de su flauta alborotaba a los monos y a los pájaros. Alex constate une fois de plus que la musique de sa flûte réveille les singes et les oiseaux. Borobá parecía particularmente atraído por la flauta. Borobá seemed particularly attracted to the flute. Cuando él tocaba, el monito se quedaba inmóvil escuchando, con una expresión solemne y curiosa; a veces le saltaba encima y tironeaba del instrumento, pidiendo música. When he played, the little monkey would stand still listening, with a solemn and curious expression; sometimes it would jump on him and tug at the instrument, asking for music. Lorsqu'il jouait, le petit singe restait immobile et écoutait, avec une expression solennelle et curieuse ; parfois, il sautait sur lui et tirait sur l'instrument, demandant de la musique. Alex lo complacía, encantado de contar por fin con una audiencia interesada, después de haber peleado por años con sus hermanas para que lo dejaran practicar la flauta en paz. Alex a accepté, ravi d'avoir enfin un public intéressé, après des années de lutte avec ses sœurs pour qu'elles le laissent pratiquer la flûte en paix. Los miembros de la expedición se sentían confortados por la música, que los acompañaba a medida que el paisaje se volvía más hostil y misterioso. El muchacho tocaba sin esfuerzo, las notas fluían solas, como si ese delicado instrumento tuviera memoria y recordara la impecable maestría de su dueño anterior, el célebre Joseph Cold. La sensación de que eran seguidos se había apoderado de todos. The feeling that they were being followed had taken hold of everyone. Sin decirlo, porque lo que no se nombra es como si no existiera, vigilaban la naturaleza. Without saying it, because what is not named is as if it did not exist, they watched over nature. El profesor Leblanc pasaba el día con sus binoculares en la mano examinando las orillas del río; la tensión lo había vuelto aún más desagradable. Le professeur Leblanc a passé la journée, jumelles à la main, à examiner les berges du fleuve ; la tension l'a rendu encore plus désagréable. Los únicos que no se habían contagiado por el nerviosismo colectivo eran Kate Cold y el inglés Timothy Bruce. Ambos habían trabajado juntos en muchas ocasiones, habían recorrido medio mundo para sus artículos de viaje, habían estado en varias guerras y revoluciones, trepado montañas y descendido al fondo del mar, de modo que muy pocas cosas les quitaban el sueño. The two had worked together on many occasions, had traveled halfway around the world for their travel articles, had been in several wars and revolutions, climbed mountains and descended to the bottom of the sea, so that very few things kept them awake at night. Ils avaient travaillé ensemble à de nombreuses reprises, parcouru la moitié du monde pour leurs articles de voyage, participé à plusieurs guerres et révolutions, escaladé des montagnes et descendu au fond de la mer, si bien que peu de choses les empêchaient de dormir la nuit. Además les gustaba alardear de indiferencia. Ils aiment aussi afficher leur indifférence.

—¿No te parece que nos están vigilando, Kate? -Don't you think we're being watched, Kate? —le preguntó su nieto.

—Si.

—¿No te da miedo?

—Hay varias maneras de superar el miedo, Alexander. -There are several ways to overcome fear, Alexander. Ninguna funciona —replicó ella. None of them work," she replied.

Apenas había pronunciado estas palabras cuando uno de los soldados que viajaba en su embarcación cayó sin un grito a sus pies. Scarcely had he uttered these words when one of the soldiers in his boat fell without a cry at his feet. Kate Cold se inclinó sobre él, sin comprender al principio qué había sucedido, hasta que vio una especie de espina larga clavada en el pecho del hombre. Kate Cold leaned over him, not understanding at first what had happened, until she saw some sort of long thorn stuck in the man's chest. Kate Cold se pencha sur lui, ne comprenant pas tout de suite ce qui s'était passé, jusqu'à ce qu'elle aperçoive une sorte de longue épine plantée dans la poitrine de l'homme. Comprobó que había muerto instantáneamente: la espina había pasado limpiamente entre las costillas y le había atravesado el corazón. Il constate qu'il est mort sur le coup : l'épine est passée proprement entre ses côtes et lui a transpercé le cœur. Alex y Kate alertaron a los demás tripulantes, que no se habían dado cuenta de lo ocurrido, tan silencioso había sido el ataque.

Un instante después media docena de armas de fuego se descargaron contra la espesura. An instant later half a dozen guns discharged into the thicket. Un instant plus tard, une demi-douzaine de canons étaient déchargés dans le fourré. Cuando se disipó el fragor, la pólvora y la estampida de los pájaros que cubrieron el cielo, vieron que nada más se había movido en la selva. When the din, the gunpowder and the stampede of birds that covered the sky dissipated, they saw that nothing else had moved in the jungle. Lorsque le vacarme, la poudre et la ruée des oiseaux qui couvraient le ciel se sont tus, ils ont constaté que rien d'autre n'avait bougé dans la jungle. Quienes lanzaron el dardo mortal se mantuvieron agazapados, inmóviles y silenciosos. Those who launched the deadly dart remained crouched, motionless and silent. Ceux qui ont lancé la fléchette mortelle sont restés accroupis, immobiles et silencieux. De un tirón César Santos lo arrancó del cadáver y vieron que medía aproximadamente un pie de largo y era tan firme y flexible como el acero. With a jerk César Santos pulled it off the corpse and they saw that it was about a foot long and as firm and flexible as steel. César Santos l'arrache du cadavre et constate qu'elle mesure environ un pied de long et qu'elle est aussi ferme et flexible que de l'acier. El guía dio orden de continuar a toda marcha, porque en esa parte el río era angosto y las embarcaciones eran blanco fácil de las flechas de los atacantes. The guide gave the order to continue at full speed, because in that part of the river the river was narrow and the boats were easy targets for the attackers' arrows. Le guide donne l'ordre de continuer à toute vitesse, car dans cette partie du fleuve, la rivière est étroite et les bateaux sont des cibles faciles pour les flèches des assaillants. No se detuvieron hasta dos horas más tarde, cuando consideró que estaban a salvo. Recién entonces pudieron examinar el dardo, decorado con extrañas marcas de pintura roja y negra, que nadie pudo descifrar. Only then were they able to examine the dart, decorated with strange red and black paint markings, which no one could decipher. Karakawe y Matuwe aseguraron que nunca las habían visto, no pertenecían a sus tribus ni a ninguna otra conocida, pero aseguraron que todos los indios de la región usaban cerbatanas. La doctora Omayra Torres explicó que si el dardo no hubiera dado en el corazón con tal espectacular precisión, de todos modos habría matado al hombre en pocos minutos, aunque en forma más dolorosa, porque la punta estaba impregnada en curare, un veneno mortal, empleado por los indios para cazar y para la guerra, contra el cual no se conocía antídoto.