×

We use cookies to help make LingQ better. By visiting the site, you agree to our cookie policy.


image

La Ciudad de las Bestias, Capítulo 06 El plan

Capítulo 06 El plan

Capítulo 6

El plan

Esa noche Alexander Cold durmió sobresaltado. Se sentía a la intemperie, como si las frágiles paredes que lo separaban de la selva se hubieran disuelto y estuviera expuesto a todos los peligros de aquel mundo desconocido. El hotel, construido con tablas sobre pilotes, con techo de cinc y sin vidrios en las ventanas, apenas servía para protegerse de la lluvia. El ruido exterior de sapos y otros animales se sumaba a los ronquidos de sus compañeros de habitación. Su hamaca se volteó un par de veces, lanzándolo de bruces al suelo, antes que recordara la forma de usarla, colocándose en diagonal para mantener el equilibrio. No hacía calor, pero él estaba sudando. Permaneció desvelado en la oscuridad mucho rato, debajo de su mosquitero empapado en insecticida, pensando en la Bestia, en tarántulas, escorpiones, serpientes y otros peligros que acechaban en la oscuridad. Repasó la extraña escena que había visto entre el indio y Nadia. El chamán había profetizado que varios miembros de la expedición morirían.

A Alex le pareció increíble que en pocos días su vida hubiera dado un vuelco tan espectacular, que de repente se encontrara en un lugar fantástico donde, tal como había anunciado su abuela, los espíritus se paseaban entre los vivos. La realidad se había distorsionado, ya no sabía qué creer. Sintió una gran nostalgia por su casa y su familia, incluso por su perro Poncho. Estaba muy solo y muy lejos de todo lo conocido. ¡Si al menos pudiera averiguar cómo seguía su madre! Pero llamar por teléfono desde esa aldea a un hospital en Texas era como tratar de comunicarse con el planeta Marte. Kate no era gran compañía ni consuelo. Como abuela dejaba mucho que desear, ni siquiera se daba el trabajo de responder a sus preguntas, porque opinaba que lo único que uno aprende es lo que uno averigua solo. Sostenía que la experiencia es lo que se obtiene justo después que uno la necesita.

Estaba dándose vueltas en la hamaca, sin poder dormir, cuando le pareció escuchar un murmullo de voces. Podía ser sólo el barullo de la selva, pero decidió averiguarlo. Descalzo y en ropa interior, se acercó sigilosamente a la hamaca donde dormía Nadia junto a su padre, en el otro extremo de la sala común. Puso una mano en la boca de la chica y murmuró su nombre al oído, procurando no despertar a los demás. Ella abrió los ojos asustada, pero al reconocerlo se calmó y descendió de su hamaca ligera como un gato, haciéndole un gesto perentorio a Borobá para que se quedara quieto. El monito la obedeció de inmediato, enrollándose en la hamaca, y Alex lo comparó con su perro Poncho, a quien él no había logrado jamás hacerle comprender ni la orden más sencilla. Salieron sigilosos, deslizándose a lo largo de la pared del hotel hacia la terraza, donde Alex había percibido las voces. Se ocultaron en el ángulo de la puerta, aplastados contra la pared, y desde allí vislumbraron al capitán Ariosto y a Mauro Carías sentados en torno a una mesita, fumando, bebiendo y hablando en voz baja. Sus rostros eran plenamente visibles a la luz de los cigarrillos y de una espiral de insecticida que ardía sobre la mesa. Alex se felicitó por haber llamado a Nadia, porque los hombres hablaban en español.

—Ya sabes lo que debes hacer, Ariosto —dijo Carías.

—No será fácil.

—Si fuera fácil, no te necesitaría y tampoco tendría que pagarte, hombre —anotó Mauro Carías.

—No me gustan los fotógrafos, podemos meternos en un lío. Y en cuanto a la escritora, déjame decirte que esa vieja me parece muy astuta —dijo el capitán.

—El antropólogo, la escritora y los fotógrafos son indispensables para nuestro plan. Saldrán de aquí contando exactamente el cuento que nos conviene, eso eliminará cualquier sospecha contra nosotros. Así evitamos que el Congreso mande una comisión para investigar los hechos, como ha ocurrido antes. Esta vez habrá un grupo del International Geographic de testigo —replicó Carías.

—No entiendo por qué el Gobierno protege a ese puñado de salvajes. Ocupan miles de kilómetros cuadrados que debieran repartirse entre los colonos, así llegaría el progreso a este infierno —comentó el capitán.

—Todo a su tiempo, Ariosto. En ese territorio hay esmeraldas y diamantes. Antes que lleguen los colonos a cortar árboles y criar vacas, tú y yo seremos ricos. No quiero aventureros por estos lados todavía.

—Entonces no los habrá. Para eso está el ejército, amigo Carías, para hacer valer la ley. ¿No hay que proteger a los indios acaso? —dijo el capitán Ariosto y los dos se rieron de buena gana.

—Tengo todo planeado, una persona de mi confianza irá con la expedición.

—¿Quién?

—Por el momento prefiero no difundir su nombre. La Bestia es el pretexto para que el tonto de Leblanc y los periodistas vayan exactamente donde nosotros queremos y cubran la noticia. Ellos contactarán a los indios, es inevitable. No pueden internarse en el triángulo del Alto Orinoco a buscar a la Bestia sin toparse con los indios —apuntó el empresario.

—Tu plan me parece muy complicado. Tengo gente muy discreta, podemos hacer el trabajo sin que nadie se entere —aseguró el capitán Ariosto, llevándose el vaso a los labios.

—¡No, hombre! ¿No te he explicado que debemos tener paciencia? —replicó Carías.

—Explícame de nuevo el plan —exigió Ariosto.

—No te preocupes, del plan me encargo yo. En menos de tres meses habremos desocupado la zona.

En ese instante Alex sintió algo sobre un pie y ahogó un grito: una serpiente se deslizaba sobre su piel desnuda. Nadia se llevó un dedo a los labios, indicándole que no se moviera. Carías y Ariosto se pusieron de pie, advertidos, y ambos sacaron simultáneamente sus armas. El capitán encendió su linterna y barrió los alrededores, pasando con el rayo de luz a pocos centímetros del sitio donde se ocultaban los chicos. Era tanto el terror de Alex, que de buena gana hubiera confrontado las pistolas con tal de sacudirse la serpiente, que ahora se le enrollaba en el tobillo, pero la mano de Nadia lo sujetaba por un brazo y comprendió que no podía arriesgar también la vida de ella.

—¿Quién anda allí? —murmuró el capitán, sin levantar la voz para no atraer a quienes dormían dentro del hotel.

Silencio.

—Vámonos, Ariosto —ordenó Carías. El militar volvió a barrer el sitio con su linterna, luego ambos retrocedieron hasta las escaleras que iban a la calle, siempre con las armas en las manos. Pasaron uno o dos minutos antes que los muchachos sintieran que podían moverse sin llamar la atención. Para entonces la culebra envolvía la pantorrilla, su cabeza estaba a la altura de la rodilla y el sudor corría a raudales por el cuerpo del muchacho. Nadia se quitó la camiseta, se envolvió la mano derecha y con mucho cuidado cogió la serpiente cerca de la cabeza. De inmediato él sintió que el reptil lo apretaba más, agitando la cola furiosamente, pero la chica lo sostuvo con firmeza y luego lo fue separando sin brusquedad de la pierna de su nuevo amigo, hasta que lo tuvo colgando de su mano. Movió el brazo como un molinete, adquiriendo impulso, y luego lanzó la serpiente por encima de la baranda de la terraza, hacia la oscuridad. Enseguida volvió a ponerse la camiseta, con la mayor tranquilidad.

—¿Era venenosa? —preguntó el tembloroso muchacho apenas pudo sacar la voz.

—Sí, creo que era una surucucú, pero no era muy grande. Tenía la boca chica y no puede abrir demasiado las mandíbulas, sólo podría morderte un dedo, no la pierna —replicó Nadia. Luego procedió a traducirle la conversación de Carías y Ariosto.

—¿Cuál es el plan de esos malvados? ¿Qué podemos hacer? —preguntó Nadia.

—No lo sé. Lo único que se me ocurre es contárselo a mi abuela, pero no sé si me creería; dice que soy paranoico, que veo enemigos y peligros por todas partes —contestó el muchacho.

—Por el momento sólo podemos esperar y vigilar, —sugirió ella, Los muchachos volvieron a sus hamacas. Alex se durmió al punto, extenuado, y despertó al amanecer con los aullidos ensordecedores de los monos. Su hambre era tan voraz que hubiera comido de buena gana los panqueques de su padre, pero no había nada para echarse a la boca y tuvo que esperar dos horas hasta que sus compañeros de viaje estuvieron listos para desayunar. Le ofrecieron café negro, cerveza tibia y las sobras frías del tapir de la noche anterior. Rechazó todo, asqueado. Nunca había visto un tapir, pero imaginaba que sería algo así como una rata grande; se llevaría una sorpresa pocos días más tarde al comprobar que se trataba de un animal de más de cien kilos, parecido a un cerdo, cuya carne era muy apreciada. Echó mano de un plátano, pero resultó amargo y le dejó la lengua áspera, después se enteró que los de esa clase debían ser cocinados. Nadia, quien había salido temprano a bañarse al río con otras chicas, regresó con una flor fresca en una oreja y la misma pluma verde en la otra, trayendo a Borobá abrazado al cuello y media piña en la mano. Alex había leído que la única fruta segura en los climas tropicales es la que uno mismo pela, pero decidió que el riesgo de contraer tifus era preferible a la desnutrición. Devoró la piña que ella le ofrecía, agradecido.

César Santos, el guía, apareció momentos después, tan bien lavado como su hija, invitando al resto de los sudorosos miembros de la expedición a darse un chapuzón en el río. Todos lo siguieron, menos el profesor Leblanc, quien mandó a Karakawe a buscar varios baldes de agua para bañarse en la terraza, porque la idea de nadar en compañía de una mantarraya no le atraía. Algunas eran del tamaño de una alfombra grande y sus poderosas colas no sólo cortaban como sierras, también inyectaban veneno. Alex consideró que, después de la experiencia con la serpiente de la noche anterior, no pensaba retroceder ante el riesgo de toparse con un pez, por mala fama que tuviera. Se tiró al agua de cabeza.

—Si te ataca una mantarraya, quiere decir que estas aguas no son para ti —fue el único comentario de su abuela, quien partió con las mujeres a bañarse a otro lado.

—Las mantarrayas son tímidas y viven en el lecho del río. Por lo general escapan cuando perciben movimiento en el agua, pero de todos modos conviene caminar arrastrando los pies, para no pisarlas —lo instruyó César Santos. El baño resultó delicioso y lo dejó fresco y limpio.

Capítulo 06 El plan Kapitel 06 Der Plan Chapter 06 The plan Chapitre 06 Le plan Capítulo 06 O plano

Capítulo 6

El plan

Esa noche Alexander Cold durmió sobresaltado. That night Alexander Cold slept with a start. Se sentía a la intemperie, como si las frágiles paredes que lo separaban de la selva se hubieran disuelto y estuviera expuesto a todos los peligros de aquel mundo desconocido. Il se sentait à l'air libre, comme si les murs fragiles qui le séparaient de la jungle s'étaient effondrés et qu'il était exposé à tous les dangers du monde inconnu. El hotel, construido con tablas sobre pilotes, con techo de cinc y sin vidrios en las ventanas, apenas servía para protegerse de la lluvia. L'hôtel, construit en planches sur pilotis, avec un toit en zinc et des fenêtres sans vitres, servait à peine d'abri contre la pluie. El ruido exterior de sapos y otros animales se sumaba a los ronquidos de sus compañeros de habitación. Le bruit extérieur des crapauds et autres animaux s'ajoute aux ronflements de leurs colocataires. Su hamaca se volteó un par de veces, lanzándolo de bruces al suelo, antes que recordara la forma de usarla, colocándose en diagonal para mantener el equilibrio. Son hamac s'est retourné plusieurs fois, le projetant face contre terre, avant qu'il ne se souvienne comment l'utiliser, se positionnant en diagonale pour garder l'équilibre. No hacía calor, pero él estaba sudando. Permaneció desvelado en la oscuridad mucho rato, debajo de su mosquitero empapado en insecticida, pensando en la Bestia, en tarántulas, escorpiones, serpientes y otros peligros que acechaban en la oscuridad. He lay awake in the dark for a long time, under his insecticide-soaked mosquito net, thinking about the Beast, tarantulas, scorpions, snakes and other dangers that lurked in the darkness. Il est resté longtemps éveillé dans l'obscurité, sous sa moustiquaire imprégnée d'insecticide, en pensant à la Bête, aux tarentules, aux scorpions, aux serpents et aux autres dangers qui se cachent dans l'obscurité. Repasó la extraña escena que había visto entre el indio y Nadia. He reviewed the strange scene he had seen between the Indian and Nadia. El chamán había profetizado que varios miembros de la expedición morirían.

A Alex le pareció increíble que en pocos días su vida hubiera dado un vuelco tan espectacular, que de repente se encontrara en un lugar fantástico donde, tal como había anunciado su abuela, los espíritus se paseaban entre los vivos. It seemed incredible to Alex that in a few days his life had taken such a spectacular turn, that he suddenly found himself in a fantastic place where, just as his grandmother had announced, spirits walked among the living. La realidad se había distorsionado, ya no sabía qué creer. Reality had been distorted, I no longer knew what to believe. Sintió una gran nostalgia por su casa y su familia, incluso por su perro Poncho. He felt great nostalgia for his home and his family, even for his dog Poncho. Estaba muy solo y muy lejos de todo lo conocido. I was very alone and very far from everything known. ¡Si al menos pudiera averiguar cómo seguía su madre! If only she could find out how her mother was doing! Pero llamar por teléfono desde esa aldea a un hospital en Texas era como tratar de comunicarse con el planeta Marte. But calling from that village to a hospital in Texas was like trying to communicate with the planet Mars. Kate no era gran compañía ni consuelo. Kate was not much company or comfort. Como abuela dejaba mucho que desear, ni siquiera se daba el trabajo de responder a sus preguntas, porque opinaba que lo único que uno aprende es lo que uno averigua solo. As a grandmother she left a lot to be desired, she didn't even bother to answer his questions, because she believed that the only thing you learn is what you find out on your own. En tant que grand-mère, elle laisse beaucoup à désirer, ne prenant même pas la peine de répondre à ses questions, parce qu'elle pense que la seule chose que l'on apprend, c'est ce que l'on découvre par soi-même. Sostenía que la experiencia es lo que se obtiene justo después que uno la necesita. He maintained that experience is what you get right after you need it.

Estaba dándose vueltas en la hamaca, sin poder dormir, cuando le pareció escuchar un murmullo de voces. Podía ser sólo el barullo de la selva, pero decidió averiguarlo. Ce n'est peut-être que le brouhaha de la jungle, mais il décide de le découvrir. Descalzo y en ropa interior, se acercó sigilosamente a la hamaca donde dormía Nadia junto a su padre, en el otro extremo de la sala común. Pieds nus et en sous-vêtements, il se faufila jusqu'au hamac où Nadia dormait à côté de son père, à l'autre bout de la salle commune. Puso una mano en la boca de la chica y murmuró su nombre al oído, procurando no despertar a los demás. Ella abrió los ojos asustada, pero al reconocerlo se calmó y descendió de su hamaca ligera como un gato, haciéndole un gesto perentorio a Borobá para que se quedara quieto. She opened her eyes in fright, but when she recognized him she calmed down and descended from her hammock as light as a cat, making a peremptory gesture to Borobá to stay still. El monito la obedeció de inmediato, enrollándose en la hamaca, y Alex lo comparó con su perro Poncho, a quien él no había logrado jamás hacerle comprender ni la orden más sencilla. Le petit singe lui obéit immédiatement, s'enroulant dans le hamac, et Alex le compare à son chien Poncho, à qui il n'avait jamais pu faire comprendre le moindre ordre. Salieron sigilosos, deslizándose a lo largo de la pared del hotel hacia la terraza, donde Alex había percibido las voces. Ils se glissent le long du mur de l'hôtel vers la terrasse, là où Alex avait entendu les voix. Se ocultaron en el ángulo de la puerta, aplastados contra la pared, y desde allí vislumbraron al capitán Ariosto y a Mauro Carías sentados en torno a una mesita, fumando, bebiendo y hablando en voz baja. They hid in the corner of the door, squashed against the wall, and from there they caught a glimpse of Captain Ariosto and Mauro Carías sitting around a small table, smoking, drinking and talking in low voices. Ils se cachent dans l'angle de la porte, écrasés contre le mur, et de là, ils aperçoivent le capitaine Ariosto et Mauro Carías assis autour d'une petite table, fumant, buvant et parlant à voix basse. Sus rostros eran plenamente visibles a la luz de los cigarrillos y de una espiral de insecticida que ardía sobre la mesa. Alex se felicitó por haber llamado a Nadia, porque los hombres hablaban en español.

—Ya sabes lo que debes hacer, Ariosto —dijo Carías.

—No será fácil.

—Si fuera fácil, no te necesitaría y tampoco tendría que pagarte, hombre —anotó Mauro Carías. -If it were easy, I wouldn't need you and I wouldn't have to pay you either, man," Mauro Carías noted.

—No me gustan los fotógrafos, podemos meternos en un lío. -Je n'aime pas les photographes, nous pouvons avoir des problèmes. Y en cuanto a la escritora, déjame decirte que esa vieja me parece muy astuta —dijo el capitán. And as for the writer, let me tell you that old woman seems to me to be very astute," said the captain.

—El antropólogo, la escritora y los fotógrafos son indispensables para nuestro plan. Saldrán de aquí contando exactamente el cuento que nos conviene, eso eliminará cualquier sospecha contra nosotros. They will leave here telling exactly the story that suits us, that will eliminate any suspicion against us. Ils sortiront d'ici en racontant exactement l'histoire qui nous convient, qui éliminera tout soupçon à notre encontre. Así evitamos que el Congreso mande una comisión para investigar los hechos, como ha ocurrido antes. Esta vez habrá un grupo del International Geographic de testigo —replicó Carías.

—No entiendo por qué el Gobierno protege a ese puñado de salvajes. Ocupan miles de kilómetros cuadrados que debieran repartirse entre los colonos, así llegaría el progreso a este infierno —comentó el capitán. Ils occupent des milliers de kilomètres carrés qui devraient être répartis entre les colons, afin que le progrès puisse s'installer dans cet enfer", commente le capitaine.

—Todo a su tiempo, Ariosto. En ese territorio hay esmeraldas y diamantes. Antes que lleguen los colonos a cortar árboles y criar vacas, tú y yo seremos ricos. Before the settlers arrive to cut trees and raise cows, you and I will be rich. No quiero aventureros por estos lados todavía. I don't want adventurers in these parts yet.

—Entonces no los habrá. -Then there won't be. Para eso está el ejército, amigo Carías, para hacer valer la ley. That is what the army is for, my friend Carías, to enforce the law. C'est à cela que sert l'armée, mon ami Carías, à faire respecter la loi. ¿No hay que proteger a los indios acaso? Shouldn't the Indians be protected? —dijo el capitán Ariosto y los dos se rieron de buena gana. -said Captain Ariosto and they both laughed heartily.

—Tengo todo planeado, una persona de mi confianza irá con la expedición. -I have everything planned, a person I trust will go with the expedition. -J'ai tout prévu, une personne de confiance accompagnera l'expédition.

—¿Quién?

—Por el momento prefiero no difundir su nombre. La Bestia es el pretexto para que el tonto de Leblanc y los periodistas vayan exactamente donde nosotros queremos y cubran la noticia. The Beast is the pretext for dumb Leblanc and the reporters to go exactly where we want them to go and cover the story. La Bête est le prétexte pour que Leblanc l'imbécile et les journalistes aillent exactement là où nous voulons qu'ils aillent et couvrent l'histoire. Ellos contactarán a los indios, es inevitable. No pueden internarse en el triángulo del Alto Orinoco a buscar a la Bestia sin toparse con los indios —apuntó el empresario. They can't go into the Upper Orinoco triangle to look for the Beast without running into the Indians," said the businessman. Ils ne peuvent pas aller dans le triangle supérieur de l'Orénoque pour chercher la bête sans se heurter aux Indiens", a déclaré l'homme d'affaires.

—Tu plan me parece muy complicado. Tengo gente muy discreta, podemos hacer el trabajo sin que nadie se entere —aseguró el capitán Ariosto, llevándose el vaso a los labios.

—¡No, hombre! ¿No te he explicado que debemos tener paciencia? —replicó Carías.

—Explícame de nuevo el plan —exigió Ariosto.

—No te preocupes, del plan me encargo yo. En menos de tres meses habremos desocupado la zona.

En ese instante Alex sintió algo sobre un pie y ahogó un grito: una serpiente se deslizaba sobre su piel desnuda. Nadia se llevó un dedo a los labios, indicándole que no se moviera. Carías y Ariosto se pusieron de pie, advertidos, y ambos sacaron simultáneamente sus armas. El capitán encendió su linterna y barrió los alrededores, pasando con el rayo de luz a pocos centímetros del sitio donde se ocultaban los chicos. Le capitaine alluma sa torche et fit le tour, passant avec le faisceau lumineux à quelques centimètres de l'endroit où se cachaient les garçons. Era tanto el terror de Alex, que de buena gana hubiera confrontado las pistolas con tal de sacudirse la serpiente, que ahora se le enrollaba en el tobillo, pero la mano de Nadia lo sujetaba por un brazo y comprendió que no podía arriesgar también la vida de ella. Alex was so terrified that he would have gladly confronted the pistols in order to shake off the snake that was now coiled around his ankle, but Nadia's hand held him by one arm and he understood that he could not risk her life as well. Alex était tellement terrifié qu'il aurait volontiers affronté les pistolets pour se débarrasser du serpent enroulé autour de sa cheville, mais la main de Nadia le tenait par un bras et il comprit qu'il ne pouvait pas risquer sa vie à elle aussi.

—¿Quién anda allí? —murmuró el capitán, sin levantar la voz para no atraer a quienes dormían dentro del hotel.

Silencio.

—Vámonos, Ariosto —ordenó Carías. -Let's go, Ariosto," ordered Carías. Allons-y, Arioste, ordonna Carías. El militar volvió a barrer el sitio con su linterna, luego ambos retrocedieron hasta las escaleras que iban a la calle, siempre con las armas en las manos. Le soldat balaie à nouveau le site avec sa torche, puis tous deux se retirent vers les escaliers menant à la rue, toujours l'arme au poing. Pasaron uno o dos minutos antes que los muchachos sintieran que podían moverse sin llamar la atención. Para entonces la culebra envolvía la pantorrilla, su cabeza estaba a la altura de la rodilla y el sudor corría a raudales por el cuerpo del muchacho. By then the snake was wrapped around the calf, its head was at knee level and sweat was pouring down the boy's body. Le serpent était alors enroulé autour de son mollet, sa tête était au niveau de ses genoux et il transpirait à grosses gouttes. Nadia se quitó la camiseta, se envolvió la mano derecha y con mucho cuidado cogió la serpiente cerca de la cabeza. De inmediato él sintió que el reptil lo apretaba más, agitando la cola furiosamente, pero la chica lo sostuvo con firmeza y luego lo fue separando sin brusquedad de la pierna de su nuevo amigo, hasta que lo tuvo colgando de su mano. Movió el brazo como un molinete, adquiriendo impulso, y luego lanzó la serpiente por encima de la baranda de la terraza, hacia la oscuridad. He swung his arm like a pinwheel, gaining momentum, then tossed the snake over the railing of the terrace, into the darkness. Enseguida volvió a ponerse la camiseta, con la mayor tranquilidad.

—¿Era venenosa? —preguntó el tembloroso muchacho apenas pudo sacar la voz.

—Sí, creo que era una surucucú, pero no era muy grande. -Yes, I think it was a surucucucu, but it wasn't very big. Tenía la boca chica y no puede abrir demasiado las mandíbulas, sólo podría morderte un dedo, no la pierna —replicó Nadia. She had a small mouth and can't open her jaws too wide, she could only bite your finger, not your leg," replied Nadia. Luego procedió a traducirle la conversación de Carías y Ariosto. Il a ensuite traduit la conversation entre Carias et Ariosto.

—¿Cuál es el plan de esos malvados? ¿Qué podemos hacer? —preguntó Nadia.

—No lo sé. Lo único que se me ocurre es contárselo a mi abuela, pero no sé si me creería; dice que soy paranoico, que veo enemigos y peligros por todas partes —contestó el muchacho.

—Por el momento sólo podemos esperar y vigilar, —sugirió ella, Los muchachos volvieron a sus hamacas. Alex se durmió al punto, extenuado, y despertó al amanecer con los aullidos ensordecedores de los monos. Alex fell asleep at once, exhausted, and awoke at dawn to the deafening howls of the monkeys. Su hambre era tan voraz que hubiera comido de buena gana los panqueques de su padre, pero no había nada para echarse a la boca y tuvo que esperar dos horas hasta que sus compañeros de viaje estuvieron listos para desayunar. Le ofrecieron café negro, cerveza tibia y las sobras frías del tapir de la noche anterior. He was offered black coffee, warm beer and the cold leftovers from the previous night's tapir. Rechazó todo, asqueado. He rejected everything, disgusted. Il rejette tout, dégoûté. Nunca había visto un tapir, pero imaginaba que sería algo así como una rata grande; se llevaría una sorpresa pocos días más tarde al comprobar que se trataba de un animal de más de cien kilos, parecido a un cerdo, cuya carne era muy apreciada. Echó mano de un plátano, pero resultó amargo y le dejó la lengua áspera, después se enteró que los de esa clase debían ser cocinados. He tried a banana, but it turned out bitter and left his tongue rough, and later he learned that bananas had to be cooked. Il a essayé une banane, mais elle s'est avérée amère et lui a laissé la langue rugueuse, puis il a découvert que les bananes devaient être cuites. Nadia, quien había salido temprano a bañarse al río con otras chicas, regresó con una flor fresca en una oreja y la misma pluma verde en la otra, trayendo a Borobá abrazado al cuello y media piña en la mano. Nadia, qui était sortie tôt pour se baigner dans la rivière avec d'autres filles, est revenue avec une fleur fraîche à une oreille et la même plume verte à l'autre, portant le Borobá autour du cou et un demi-ananas à la main. Alex había leído que la única fruta segura en los climas tropicales es la que uno mismo pela, pero decidió que el riesgo de contraer tifus era preferible a la desnutrición. Alex avait lu que le seul fruit sûr dans les climats tropicaux était celui que l'on épluche soi-même, mais il a décidé que le risque de typhoïde était préférable à la malnutrition. Devoró la piña que ella le ofrecía, agradecido. He devoured the pineapple she offered him, gratefully.

César Santos, el guía, apareció momentos después, tan bien lavado como su hija, invitando al resto de los sudorosos miembros de la expedición a darse un chapuzón en el río. César Santos, le guide, est apparu quelques instants plus tard, bien lavé avec sa fille, invitant le reste des membres de l'expédition en sueur à se baigner dans la rivière. Todos lo siguieron, menos el profesor Leblanc, quien mandó a Karakawe a buscar varios baldes de agua para bañarse en la terraza, porque la idea de nadar en compañía de una mantarraya no le atraía. Everyone followed him, except Professor Leblanc, who sent Karakawe to fetch several buckets of water to bathe on the terrace, because the idea of swimming in the company of a manta ray did not appeal to him. Tout le monde suit, sauf le professeur Leblanc, qui envoie Karakawe chercher plusieurs seaux d'eau pour se baigner sur la terrasse, car l'idée de nager en compagnie d'une raie manta ne lui plaît pas. Algunas eran del tamaño de una alfombra grande y sus poderosas colas no sólo cortaban como sierras, también inyectaban veneno. Some were the size of a large carpet and their powerful tails not only cut like saws, they also injected venom. Certains avaient la taille d'un grand tapis et leurs puissantes queues ne se contentaient pas de couper comme des scies, elles injectaient aussi du venin. Alex consideró que, después de la experiencia con la serpiente de la noche anterior, no pensaba retroceder ante el riesgo de toparse con un pez, por mala fama que tuviera. Alex considered that, after the experience with the snake the night before, he was not going to back down from the risk of running into a fish, no matter how bad a reputation it had. Alex a estimé qu'après son expérience avec le serpent la nuit précédente, il ne reculerait pas devant le risque de rencontrer un poisson, quelle que soit sa mauvaise réputation. Se tiró al agua de cabeza. He dove headfirst into the water.

—Si te ataca una mantarraya, quiere decir que estas aguas no son para ti —fue el único comentario de su abuela, quien partió con las mujeres a bañarse a otro lado. "If a stingray attacks you, it means that these waters are not for you," was the only comment from her grandmother, who left with the women to bathe elsewhere. Si vous êtes attaqué par une raie, c'est que ces eaux ne sont pas faites pour vous", a été le seul commentaire de sa grand-mère, qui est partie avec les femmes se baigner ailleurs.

—Las mantarrayas son tímidas y viven en el lecho del río. Por lo general escapan cuando perciben movimiento en el agua, pero de todos modos conviene caminar arrastrando los pies, para no pisarlas —lo instruyó César Santos. They usually escape when they perceive movement in the water, but it is still a good idea to shuffle along so as not to step on them," César Santos instructed him. Elles s'échappent généralement lorsqu'elles sentent un mouvement dans l'eau, mais il est tout de même bon de se déplacer en traînant les pieds pour ne pas leur marcher dessus", lui indique César Santos. El baño resultó delicioso y lo dejó fresco y limpio.