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Esp - VisualPolitik, BIELORRUSIA: ¿Refugiados como ARMA POLÍTICA? - VisualPolitik (2)

BIELORRUSIA: ¿Refugiados como ARMA POLÍTICA? - VisualPolitik (2)

de esta historia. Porque en el momento en el que estamos grabando este vídeo, al menos

trece migrantes han perdido la vida. Recordad que hablamos también de familias, hablamos

también de niños -incluso recién nacidos- y sobre todo hablamos del invierno.

(Niño de 14 años 'muere de frío' en la frontera de Bielorrusia mientras los migrantes

están siendo usados como ‘armas' en una crisis cada vez mayor)

Y la pregunta que os estaríais haciendo es, uno: ¿usados como armas por quién? ¿Quién

es el malo malísimo de esta historia, el genio del mal detrás de todo esto? Dos: ¿qué

narices pintan unos iraquíes cruzando la frontera entre Polonia y Bielorrusia? Tres,

y ¿dónde están ahora? ¿Cuál ha sido el desenlace de todo esto? ¿Ha sido una de estas

historias de las que mañana ni nos acordaremos, o de verdad nos deberíamos preocupar? Hoy

vamos a responder a estas preguntas, pero antes vamos a ver un poco de historia

(EL HOMBRE QUE QUERÍA SER SUPERVILLANO) Ya sé lo que estaréis pensando algunos:

seguro que Rusia tiene que estar aquí metida. Porque claro, hablamos de Bielo-Rusia, ese

país que normalmente por sí solo tampoco es que mueva los hilos de la política internacional.

Y, efectivamente, hay gente que dice que todo lo que está pasando ahora en la frontera

bielorrusa es parte del gran plan de Putin para desestabilizar Europa, hacer que Rusia

sea grande de nuevo y dominar el mundo. Pero lo cierto es que, al menos, técnicamente,

no tiene mucho sentido que esta crisis bielorrusa se esté orquestando desde Moscú. Es más,

no sería la primera vez que Bielorrusia se impone a los intereses de su gran hermano

ruso. Aquí lo que tiene pinta es que se basta solo

el señor Lukashenko. ¿Y quién es Lukashenko? Para los que seáis nuevos en VisualPolitik

y todavía no os hayáis visto todos los vídeos que hemos hecho sobre Bielorrusia, os voy

a hacer un spoiler: Bielorrusia es una dictadura. Es más, es la última gran dictadura de Europa.

Y, además, no lo intenta disimular en absoluto, sino que hace todo lo contrario. Si algún

día se inventa el “día del orgullo dictador”, Lukashenko será la reina de la cabalgata.

Atentos. (Es mejor ser un dictador que gay, declara

el presidente de Bielorrusia) Sí, habéis oído bien. Os presento a Aleksandr

Lukashenko. Algunos niños querían ser astronautas, o YouTubers. Él quería ser dictador.

A veces me tengo envidia a mí mismo, soy el último y el único dictador de Europa.

Tal cual como lo oís. Os lo voy a decir aun más claro: Aleksandr Lukashenko es un señor

que quería ser supervillano. Y dentro de lo que cabe, no le ha salido mal:

ha llegado a ser el dictador de un país de nueve millones de habitantes. Llegó al poder

hace ya 27 años, y le ha gustado tanto que ha decidido quedarse, a ser posible, para

siempre. Y claro, como hay una parte cada vez más

grande de la población que no está conforme con vivir en una dictadura, en los últimos

años el régimen bielorruso se ha ido cerrando progresivamente.

Primero, prohibiendo las protestas, con multas, detenciones, cargas policiales y represiones

varias. Segundo, restringiendo la libertad de prensa. A día de hoy, hay varios medios

que o bien se han tenido que cerrar, o bien a los que no se puede acceder desde Bielorrusia.

Hablamos de una ofensiva en toda regla:

(Periodistas bielorrusos condenados a dos años de cárcel por transmitir las protestas

en directo) (Tut.by, un sitio de noticias leído por más

del 40% de los usuarios de Internet bielorrusos, ha sido bloqueado y sus editores interrogados

después de una redada en sus oficinas y casas) Con todo esto, no os debería sorprender que

Bielorrusia sea el país con menos libertad de prensa en toda Europa. Sí, incluso le

va peor que a Turquía. Y ya os podéis imaginar cómo funciona la política en este país.

P Para no ir más lejos, las últimas elecciones presidenciales se celebraron en agosto del

año pasado. En un principio, la cosa pintaba sorprendentemente bien: obviamente, Lukashenko

era el candidato principal, pero en la papeleta provisional también había varios nombres

de la oposición que tenían apoyo popular. Y hasta había analistas que decían: mira,

a lo mejor es el momento para que haya una transición, un nuevo presidente y quizás

hasta un poquitín de democracia. Si seguís VisualPolitik desde hace tiempo,

ya sabéis lo que ocurrió porque le dedicamos un vídeo en su momento. Por cierto, que este

es un momento fantástico para recordaros que os suscribáis a este canal y que echéis

un vistazo a nuestro Patreon. Si nos apoyáis en Patreon, no sólo estaréis colaborando

con este proyecto. Además, recibiréis acceso a nuestra newsletter semanal donde os mandamos

análisis de política internacional que no encontraréis en ningún otro medio.

Cosas como las protestas de Cuba, la inflación en Estados Unidos o las últimas noticias

de Corea del Norte. Vamos, que si queréis estar bien informados, el Patreon de VisualPolitik

es el resumen semanal perfecto. Y además, estaréis ayudando a hacer crecer esta comunidad.

Vamos, que es el dos por uno. Pero volvamos a nuestra historia de hoy. Por

si no recordáis lo que ocurrió en las últimas elecciones Bielorrusas, aquí tenéis un resumen

en 3 noticias.

(Bielorrusia prohíbe a dos candidatos de la oposición presentarse a las elecciones)

(Representantes de la oposición bielorrusa detenidos antes de las elecciones presidenciales)

(Elecciones en Bielorrusia: la líder de la oposición Tikhanovskaya se fue 'por el bien

de sus hijos') Como os podéis imaginar, cuando llegó el

día de las elecciones, ni las protestas ni la presión internacional han valido para

garantizar un nivel mínimo de transparencia. Y con eso, Lukashenko empezó su sexto mandato

siendo más dictador que nunca. Para que nos entendamos, a día de hoy, en

las cárceles bielorrusas hay hasta 800 presos políticos. Y nadie se queda a salvo, porque

el régimen de Lukashenko tiene brazos muy largos. Atentos a una de las noticias más

surrealistas de este año: (Un vuelo de Ryanair con un periodista de

la oposición se ve obligado a aterrizar en Bielorrusia)

Habéis oído bien: bajo una amenaza de bomba falsa, Bielorrusia secuestró un avión de

Ryanair que estaba volando de Grecia a Lituania, solo para bajar a un periodista opositor y

llevárselo a la cárcel. Sí, ¡un avión de Ryanair! Así que, ya

sabéis, la próxima vez que voléis con una compañía low-cost, nada de quejaros de si

el asiento no es cómodo, o si no os dejan subir la maleta. ¡Dad las gracias de que

no os haya secuestrado Bielorrusia! Vamos, si solo por eso Lukashenko no se merece un

premio de supervillano del año, ya no sé que más deciros. O, bueno, sí. ¿Cuál es

este plan maléfico definitivo, la estrategia nominada a “idas de olla dictatoriales 2021”?

Ahora mismo, lo vamos a ver. (IBA PARA LISTO Y SE QUEDÓ EN LISTILLO)

Antes de hablar de esta idea del siglo, os tengo que decir una cosa. Obviamente, las

artimañas de Lukashenko no solo tienen impacto en Bielorrusia. Pensad, de nuevo, en aquel

vuelo de Ryanair: hasta mayo de este año, nadie se pensaba que un país, por muy dictadura

que sea, podría secuestrar así un avión comercial que sobrevuela su espacio aéreo.

Claro está que la Unión Europea y otros no se quedan de brazos cruzados. Lo que hacen

es imponer sanciones y otras medidas por el estilo. Hablamos, por ejemplo, de un embargo

de armas y otros bienes que podrían usarse para la represión. Pero sobre todo hablamos

de sanciones con nombre y apellido, contra 166 representantes del régimen. Sus activos

están congelados, y no pueden viajar a la UE o transitar por ella. Obviamente, el propio

Aleksandr Lukashenko es uno de estos sancionados, y además la UE no reconoce su gobierno.

Bueno, creo que ya os podéis imaginar cómo es la dinámica: Bielorrusia da un pasito

más hacia una dictadura perfecta, la UE responde con un paquete de sanciones. Bielorrusia reprime

a periodistas, otro paquete de sanciones. Falsifica elecciones, otro. Secuestra un avión,

más sanciones. Y aquí tenemos al señor Lukashenko sufriendo con el quiero y no puedo.

Si pensáis que ser un dictador es fácil, os equivocáis.

Por un lado, quiere tener la última palabra porque necesita proyectar una imagen fuerte,

tanto de cara a la población que todavía le apoya como hacia el exterior. Por el otro,

decidme, ¿qué puede hacer Bielorrusia contra la UE? Y es entonces, cuando este hombre en

su afán de ser un genio del mal dijo: vale, ¿cómo puedo yo atacar a la UE para vengarme

un poco de esas sanciones comerciales y, a ser posible, obligarles a sentarse en la mesa

conmigo y reconocerme como presidente? ¿Puedo atacarles con mi ejército? Evidentemente

no. ¿Puedo mandarles terroristas? No. ¿Puedo hacer una guerra comercial como ha hecho Putin

alguna vez con el gas natural? No. Bueno, ya nos estamos acercando al punto álgido

de este proceso mental. No sé si es que Lukashenko se ha visto Gambito de Dama y se ha creído

un estratega, o si es que se lo ha soñado. Pero esto que vais a ver ahora ha ocurrido

en la vida real. Atentos: (El dictador de Bielorrusia amenaza con "inundar

la Unión Europea con drogas y migrantes") ¿¡Pero, por favor!? ¿No os parece una idea

de supervillano de película? Porque, además, sé que parece difícil, pero es que cuando

a Lukashenko se le antoja algo, nada es imposible. Atentos a la jugada. Paso uno: para organizar

una crisis migratoria, lo mínimo que necesitas son los propios migrantes, ¿no? Y si no los

tienes a mano, te los tienes que traer. ¿Cómo? Organizando toda una campaña de publicidad

en los países en los que la gente tiene muchas razones para querer marcharse: Iraq, Siria,

Líbano, Afganistán y otras zonas calientes. Para convencerles, basta con promesas como

esta: (La información falsa difundida a menudo

en el pasado incluía que "cada refugiado recibe un pago de bienvenida de 2.000 euros".)

Una paga de bienvenida en Alemania, un trabajo garantizado en la UE… Son algunas de las

promesas que están detrás de esta crisis migratoria. Paso dos, vamos con la logística:

¿cómo traemos a toda esta gente a las puertas de la UE? Pues muy fácil, emitiendo visados

turísticos bielorrusos como si no hubiera mañana. Una vez los tengamos, colocamos a

estos “turistas” en aviones irlandeses operados por una compañía aérea bielorrusa.

Cuando lleguen a Bielorrusia, los traemos a la frontera y les decimos por dónde tienen

que ir para cruzar la frontera con Polonia y llegar a Alemania. Et voilà, el truco de

magia de sacarse de la manga una crisis migratoria ya está hecho. Y me vais a preguntar: ¿tenemos

certezas de que Bielorrusia esté ayudando a los migrantes a llegar a la frontera? Bueno,

veréis: (VIDEO: 00:00-00:07) ¿Nuestros chicos les

están ayudando a los migrantes a llegar al territorio de Polonia? Es perfectamente posible.

Creo que es absolutamente posible.) Vamos, repetid con el señor Lukashenko: disimular

es de débiles. Ahora que ya sabéis en qué consiste este plan maestro, decidme: ¿qué

podía salir mal? Pues es lo que vamos a ver ahora mismo.

(LA NUEVA GUERRA HÍBRIDA) Claro, a lo mejor Lukashenko estaba convencido

de que Bruselas insistiría en aceptar y repartir a los migrantes y solicitantes de asilo, Polonia

se opondría, como ya lo hizo en 2016, y que, con esto, los bloques este y oeste de la Unión

Europea entrarían en una guerra civil a muerte. Pero la verdad es que la UE se ha mostrado

bastante más cohesionada de lo que Lukashenko se esperaba. La Comisión Europea ha destinado

700.000 euros a la ayuda humanitaria y la Cruz Roja está operando en la zona.

Polonia y Lituania están reforzando las fronteras, hay mucho margen de mejora, pero, al menos

de momento, la situación se está desescalando. Y esto es así porque lo primero que ha hecho

la UE fue cortar el grifo migratorio. Por una parte, hablaron con los países de origen


BIELORRUSIA: ¿Refugiados como ARMA POLÍTICA? - VisualPolitik (2) BELARUS: Flüchtlinge als POLITISCHE WAFFE? - VisuellePolitik (2) BELARUS: Refugees as a POLITICAL WEAPON? - VisualPolitik (2)

de esta historia. Porque en el momento en el que estamos grabando este vídeo, al menos

trece migrantes han perdido la vida. Recordad que hablamos también de familias, hablamos

también de niños -incluso recién nacidos- y sobre todo hablamos del invierno.

(Niño de 14 años 'muere de frío' en la frontera de Bielorrusia mientras los migrantes

están siendo usados como ‘armas' en una crisis cada vez mayor)

Y la pregunta que os estaríais haciendo es, uno: ¿usados como armas por quién? ¿Quién

es el malo malísimo de esta historia, el genio del mal detrás de todo esto? Dos: ¿qué

narices pintan unos iraquíes cruzando la frontera entre Polonia y Bielorrusia? Tres,

y ¿dónde están ahora? ¿Cuál ha sido el desenlace de todo esto? ¿Ha sido una de estas

historias de las que mañana ni nos acordaremos, o de verdad nos deberíamos preocupar? Hoy

vamos a responder a estas preguntas, pero antes vamos a ver un poco de historia

(EL HOMBRE QUE QUERÍA SER SUPERVILLANO) Ya sé lo que estaréis pensando algunos:

seguro que Rusia tiene que estar aquí metida. Porque claro, hablamos de Bielo-Rusia, ese

país que normalmente por sí solo tampoco es que mueva los hilos de la política internacional.

Y, efectivamente, hay gente que dice que todo lo que está pasando ahora en la frontera

bielorrusa es parte del gran plan de Putin para desestabilizar Europa, hacer que Rusia

sea grande de nuevo y dominar el mundo. Pero lo cierto es que, al menos, técnicamente,

no tiene mucho sentido que esta crisis bielorrusa se esté orquestando desde Moscú. Es más,

no sería la primera vez que Bielorrusia se impone a los intereses de su gran hermano

ruso. Aquí lo que tiene pinta es que se basta solo

el señor Lukashenko. ¿Y quién es Lukashenko? Para los que seáis nuevos en VisualPolitik

y todavía no os hayáis visto todos los vídeos que hemos hecho sobre Bielorrusia, os voy

a hacer un spoiler: Bielorrusia es una dictadura. Es más, es la última gran dictadura de Europa.

Y, además, no lo intenta disimular en absoluto, sino que hace todo lo contrario. Si algún

día se inventa el “día del orgullo dictador”, Lukashenko será la reina de la cabalgata.

Atentos. (Es mejor ser un dictador que gay, declara

el presidente de Bielorrusia) Sí, habéis oído bien. Os presento a Aleksandr

Lukashenko. Algunos niños querían ser astronautas, o YouTubers. Él quería ser dictador.

A veces me tengo envidia a mí mismo, soy el último y el único dictador de Europa.

Tal cual como lo oís. Os lo voy a decir aun más claro: Aleksandr Lukashenko es un señor

que quería ser supervillano. Y dentro de lo que cabe, no le ha salido mal:

ha llegado a ser el dictador de un país de nueve millones de habitantes. Llegó al poder

hace ya 27 años, y le ha gustado tanto que ha decidido quedarse, a ser posible, para

siempre. Y claro, como hay una parte cada vez más

grande de la población que no está conforme con vivir en una dictadura, en los últimos

años el régimen bielorruso se ha ido cerrando progresivamente.

Primero, prohibiendo las protestas, con multas, detenciones, cargas policiales y represiones

varias. Segundo, restringiendo la libertad de prensa. A día de hoy, hay varios medios

que o bien se han tenido que cerrar, o bien a los que no se puede acceder desde Bielorrusia.

Hablamos de una ofensiva en toda regla:

(Periodistas bielorrusos condenados a dos años de cárcel por transmitir las protestas

en directo) (Tut.by, un sitio de noticias leído por más

del 40% de los usuarios de Internet bielorrusos, ha sido bloqueado y sus editores interrogados

después de una redada en sus oficinas y casas) Con todo esto, no os debería sorprender que

Bielorrusia sea el país con menos libertad de prensa en toda Europa. Sí, incluso le

va peor que a Turquía. Y ya os podéis imaginar cómo funciona la política en este país.

P Para no ir más lejos, las últimas elecciones presidenciales se celebraron en agosto del

año pasado. En un principio, la cosa pintaba sorprendentemente bien: obviamente, Lukashenko

era el candidato principal, pero en la papeleta provisional también había varios nombres

de la oposición que tenían apoyo popular. Y hasta había analistas que decían: mira,

a lo mejor es el momento para que haya una transición, un nuevo presidente y quizás

hasta un poquitín de democracia. Si seguís VisualPolitik desde hace tiempo,

ya sabéis lo que ocurrió porque le dedicamos un vídeo en su momento. Por cierto, que este

es un momento fantástico para recordaros que os suscribáis a este canal y que echéis

un vistazo a nuestro Patreon. Si nos apoyáis en Patreon, no sólo estaréis colaborando

con este proyecto. Además, recibiréis acceso a nuestra newsletter semanal donde os mandamos

análisis de política internacional que no encontraréis en ningún otro medio.

Cosas como las protestas de Cuba, la inflación en Estados Unidos o las últimas noticias

de Corea del Norte. Vamos, que si queréis estar bien informados, el Patreon de VisualPolitik

es el resumen semanal perfecto. Y además, estaréis ayudando a hacer crecer esta comunidad.

Vamos, que es el dos por uno. Pero volvamos a nuestra historia de hoy. Por

si no recordáis lo que ocurrió en las últimas elecciones Bielorrusas, aquí tenéis un resumen

en 3 noticias.

(Bielorrusia prohíbe a dos candidatos de la oposición presentarse a las elecciones)

(Representantes de la oposición bielorrusa detenidos antes de las elecciones presidenciales)

(Elecciones en Bielorrusia: la líder de la oposición Tikhanovskaya se fue 'por el bien

de sus hijos') Como os podéis imaginar, cuando llegó el

día de las elecciones, ni las protestas ni la presión internacional han valido para

garantizar un nivel mínimo de transparencia. Y con eso, Lukashenko empezó su sexto mandato

siendo más dictador que nunca. Para que nos entendamos, a día de hoy, en

las cárceles bielorrusas hay hasta 800 presos políticos. Y nadie se queda a salvo, porque

el régimen de Lukashenko tiene brazos muy largos. Atentos a una de las noticias más

surrealistas de este año: (Un vuelo de Ryanair con un periodista de

la oposición se ve obligado a aterrizar en Bielorrusia)

Habéis oído bien: bajo una amenaza de bomba falsa, Bielorrusia secuestró un avión de

Ryanair que estaba volando de Grecia a Lituania, solo para bajar a un periodista opositor y

llevárselo a la cárcel. Sí, ¡un avión de Ryanair! Así que, ya

sabéis, la próxima vez que voléis con una compañía low-cost, nada de quejaros de si

el asiento no es cómodo, o si no os dejan subir la maleta. ¡Dad las gracias de que

no os haya secuestrado Bielorrusia! Vamos, si solo por eso Lukashenko no se merece un

premio de supervillano del año, ya no sé que más deciros. O, bueno, sí. ¿Cuál es

este plan maléfico definitivo, la estrategia nominada a “idas de olla dictatoriales 2021”?

Ahora mismo, lo vamos a ver. (IBA PARA LISTO Y SE QUEDÓ EN LISTILLO)

Antes de hablar de esta idea del siglo, os tengo que decir una cosa. Obviamente, las

artimañas de Lukashenko no solo tienen impacto en Bielorrusia. Pensad, de nuevo, en aquel

vuelo de Ryanair: hasta mayo de este año, nadie se pensaba que un país, por muy dictadura

que sea, podría secuestrar así un avión comercial que sobrevuela su espacio aéreo.

Claro está que la Unión Europea y otros no se quedan de brazos cruzados. Lo que hacen

es imponer sanciones y otras medidas por el estilo. Hablamos, por ejemplo, de un embargo

de armas y otros bienes que podrían usarse para la represión. Pero sobre todo hablamos

de sanciones con nombre y apellido, contra 166 representantes del régimen. Sus activos

están congelados, y no pueden viajar a la UE o transitar por ella. Obviamente, el propio

Aleksandr Lukashenko es uno de estos sancionados, y además la UE no reconoce su gobierno.

Bueno, creo que ya os podéis imaginar cómo es la dinámica: Bielorrusia da un pasito

más hacia una dictadura perfecta, la UE responde con un paquete de sanciones. Bielorrusia reprime

a periodistas, otro paquete de sanciones. Falsifica elecciones, otro. Secuestra un avión,

más sanciones. Y aquí tenemos al señor Lukashenko sufriendo con el quiero y no puedo.

Si pensáis que ser un dictador es fácil, os equivocáis.

Por un lado, quiere tener la última palabra porque necesita proyectar una imagen fuerte,

tanto de cara a la población que todavía le apoya como hacia el exterior. Por el otro,

decidme, ¿qué puede hacer Bielorrusia contra la UE? Y es entonces, cuando este hombre en

su afán de ser un genio del mal dijo: vale, ¿cómo puedo yo atacar a la UE para vengarme

un poco de esas sanciones comerciales y, a ser posible, obligarles a sentarse en la mesa

conmigo y reconocerme como presidente? ¿Puedo atacarles con mi ejército? Evidentemente

no. ¿Puedo mandarles terroristas? No. ¿Puedo hacer una guerra comercial como ha hecho Putin

alguna vez con el gas natural? No. Bueno, ya nos estamos acercando al punto álgido

de este proceso mental. No sé si es que Lukashenko se ha visto Gambito de Dama y se ha creído

un estratega, o si es que se lo ha soñado. Pero esto que vais a ver ahora ha ocurrido

en la vida real. Atentos: (El dictador de Bielorrusia amenaza con "inundar

la Unión Europea con drogas y migrantes") ¿¡Pero, por favor!? ¿No os parece una idea

de supervillano de película? Porque, además, sé que parece difícil, pero es que cuando

a Lukashenko se le antoja algo, nada es imposible. Atentos a la jugada. Paso uno: para organizar

una crisis migratoria, lo mínimo que necesitas son los propios migrantes, ¿no? Y si no los

tienes a mano, te los tienes que traer. ¿Cómo? Organizando toda una campaña de publicidad

en los países en los que la gente tiene muchas razones para querer marcharse: Iraq, Siria,

Líbano, Afganistán y otras zonas calientes. Para convencerles, basta con promesas como

esta: (La información falsa difundida a menudo

en el pasado incluía que "cada refugiado recibe un pago de bienvenida de 2.000 euros".)

Una paga de bienvenida en Alemania, un trabajo garantizado en la UE… Son algunas de las

promesas que están detrás de esta crisis migratoria. Paso dos, vamos con la logística:

¿cómo traemos a toda esta gente a las puertas de la UE? Pues muy fácil, emitiendo visados

turísticos bielorrusos como si no hubiera mañana. Una vez los tengamos, colocamos a

estos “turistas” en aviones irlandeses operados por una compañía aérea bielorrusa.

Cuando lleguen a Bielorrusia, los traemos a la frontera y les decimos por dónde tienen

que ir para cruzar la frontera con Polonia y llegar a Alemania. Et voilà, el truco de

magia de sacarse de la manga una crisis migratoria ya está hecho. Y me vais a preguntar: ¿tenemos

certezas de que Bielorrusia esté ayudando a los migrantes a llegar a la frontera? Bueno,

veréis: (VIDEO: 00:00-00:07) ¿Nuestros chicos les

están ayudando a los migrantes a llegar al territorio de Polonia? Es perfectamente posible.

Creo que es absolutamente posible.) Vamos, repetid con el señor Lukashenko: disimular

es de débiles. Ahora que ya sabéis en qué consiste este plan maestro, decidme: ¿qué

podía salir mal? Pues es lo que vamos a ver ahora mismo.

(LA NUEVA GUERRA HÍBRIDA) Claro, a lo mejor Lukashenko estaba convencido

de que Bruselas insistiría en aceptar y repartir a los migrantes y solicitantes de asilo, Polonia

se opondría, como ya lo hizo en 2016, y que, con esto, los bloques este y oeste de la Unión

Europea entrarían en una guerra civil a muerte. Pero la verdad es que la UE se ha mostrado

bastante más cohesionada de lo que Lukashenko se esperaba. La Comisión Europea ha destinado

700.000 euros a la ayuda humanitaria y la Cruz Roja está operando en la zona.

Polonia y Lituania están reforzando las fronteras, hay mucho margen de mejora, pero, al menos

de momento, la situación se está desescalando. Y esto es así porque lo primero que ha hecho

la UE fue cortar el grifo migratorio. Por una parte, hablaron con los países de origen