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Jaime Altozano, Beethoven y el secreto de la melodía más famosa del mundo | Jaime Altozano

Beethoven y el secreto de la melodía más famosa del mundo | Jaime Altozano

Hoy toca hablar de Ludwig.

(RUGE)

No, del otro Ludwig.

Ese Ludwig.

Hoy vamos a hablar de la melodía en la que Ludwig van Beethoven,

Se pronuncia "Beitoven".

basó una de las obras más complejas y rompedoras que haría en su vida

y que, sin embargo, es una melodía absurdamente sencilla

que tiene un ritmo básico que va por grados conjuntos

y que usa las notas do, re, mi, fa sol.

Pero Beethoven tenía un vínculo con ella.

La usó en varias piezas a lo largo de su vida.

Se especula que la copió de Mozart.

Pero ahora hablaremos de eso.

Y, sin querer, la dotó de un significado histórico brutal

convirtiéndola en un "leitmotiv", pero de la vida real. Y por eso fue elegida como himno de la Unión Europea.

Pero, como ya os digo, tan sencilla es esta melodía

que a mí fue una de las primeras que me hicieron aprenderme

para flauta dulce en el colegio.

Os la tocaría para enseñaros que mi formación no fue un completo fracaso,

pero, lamentablemente, no conservo la flauta dulce del cole.

Aunque siempre podríamos imprimir una.

("Oda a la alegría")

¡Y... ya estaría!

Así es como funciona ahora el mundo.

Necesitas un instrumento y le das a un botón y te lo imprime.

Bienvenidos al siglo XXI.

El caso, que el Parlamento Europeo se puso en contacto conmigo y me dijo:

"A ver, ahora que va a haber elecciones europeas, porque sí, el 26 de mayo hay elecciones de la Unión Europea,

pues, teniendo en cuenta que con nuestro voto vamos a decidir un poco...

qué queremos hacer con el proyecto europeo,

estaría bien conocer un poco más de sus símbolos y de su historia".

Y, en concreto, de la narrativa que hay detrás del himno,

que es fascinante, y a mí, personalmente, me emociona.

Y, al final de este vídeo, lanzaré un reto.

El primer reto que lanzo de 2019.

Pero, antes de meternos con esto,

hay que hablar de Instagram.

¿Sabíais que Beethoven fue el primer "influencer" del mundo de la música? Este es un cuadro de cómo fue su funeral.

Se declaró fiesta en los colegios

y le hicieron moldes de su cara a partir de su cadáver.

Se leyeron poemas y oraciones y se cantaron cantatas.

Estamos hablando de un funeral a lo Michael Jackson, ¿vale?

Pero esto no era normal.

Unos pocos años atrás, lo normal habría sido

que los músicos fueran como los panaderos o los sastres.

Sin pena ni gloria, que pues hacen su trabajo mejor o peor, pero no son artistas.

Y, desde luego, no son especialmente famosos.

Un músico habría tenido que hacer su oficio bien y ya está.

Igual que un panadero tendría que hacer panes pues que estén ricos.

No se le pide que deconstruya el pan y lo innove

y vuelque en el pan todo sus oscuros sentimientos.

Se le pide que comerlo mole. Y ya está.

Así funcionaban los músicos en las cortes.

Como no había tocadiscos, pues tenías a un grupo de músicos contratados

para que tocaran de fondo mientras tú jugabas a las cartas y te traían canapés.

Te hacían el día más ameno y eran tu hilo musical.

Mozart tocaba en las esquinas de salones de aristócratas

para hacerles pasar un buen rato

mientras hablaban entre ellos y no le prestaban atención.

Mozart le tenía que pedir permiso a su patrón, el arzobispo de Salzburgo,

para poder dar conciertos que él quería dar en otros sitios.

Y el arzobispo podía decirle, y a menudo le decía, que no.

Y ya está.

Y acabaron de tal mala leche que, en una carta a su padre,

Mozart le dice que le echaron dándole una patada en el culo

y no está claro que sea metafórico.

Hay una sinfonía de Haydn que ilustra muy bien todo esto del músico como artesano, que es la "Sinfonía de los adioses".

Su patrón, el príncipe Esterházy, se llevaba a los músicos

en verano a su casa de verano

y les tenía allí viviendo alejados de sus familias para entretenerle por las tardes. Y un verano, que se les estaba haciendo eterno,

porque el príncipe parece que nunca tomaba la decisión de volver

y los músicos querían ver a sus familias y tal,

pues le pideron ayuda a Haydn, que era el músico jefe.

Y este compuso la "Sinfonía de los Adioses", que es en plan "adiós, que nos queremos ir, señor Esterházy, por favor",

en la que en el último movimiento hay una miniprotesta

en la que se van levantando uno a uno todos los músicos

y se van saliendo del escenario hasta que solo quedan dos,

uno de ellos el propio Haydn, y ahí termina.

Y cuenta la historia que eso convenció al príncipe de volver.

Pero, si el príncipe no hubiera querido volver, pues no se vuelve.

Tú ahora imáginate, siglo XXI,

intentar tener a Ariana Grande en una casa de verano encerrada

porque tú quieres que toque de fondo mientras tú estás hablando con alguien.

O traerte a Kanye West para que rapee

mientras tú juegas con tus amigos a las cartas. "What!".

Por supuesto, el músico como artesano, como oficio, sigue existiendo.

Yo, cuando voy a una boda a tocar mientras alguien se casa,

no van allí para oírme a mí tocar.

Van ahí porque son amigos de los novios y esas cosas.

Ahí estoy haciendo música al servicio de algo.

Cuando compongo músicapara un anuncio, es música funcional, al servicio de, que no busca ser artística, busca funcionar como herramienta.

Y eso es superlegítimo.

Y, de hecho, a eso se dedican la mayoría de los músicos.

Pero, desde hace solo un par de siglos, ha surgido la figura del artista.

¡Místico y venerado!

Y se comparte socialmente la narrativa de que hay gente que hace música tan buena que conecta con tanta gente,

que trasciende la barrea de lo artesano y llega a lo artístico.

Y, aunque esto no fue un proceso así, como de la noche a la mañana,

músicos como Händel ya empezaban a tener sus propios negocios.

Ser dueños de sus propias obras, ser muy valorados.

Pero se considera que fue Beethoven el que hizo definitiva esa transición.

Es decir, el que tuvo el primer funeral a lo Michael Jackson,

el primero del que repartieron litografías como si fueran fotos de Instagram,

el primero del que en vez de decir: "Sí, es un buen músico, hace música agradable

y las escalas las toca muy bien, muy seguidas todas las notas",

se contaba su vida como si fuera una leyenda.

Un hombre que vive aislado, que se está quedando sordo y eso le atormenta

y le hace producir obras de incalculable valor espiritual.

Se cuenta que ha pasado cerca de la familia imperial

y no les ha saludado por un parque.

No le rinde pleitesía a nadie.

Y, de pronto, la leyenda de Beethoven era tan importante como su música.

Eso es un concepto que ahora mismo, en el siglo XX y XXI, es como lo más,

donde mucha de la música pop tiene éxito por las narrativas de los que la hacen

y no por la música en sí.

De pronto Beethoven tiene más en común con Ariana Grande que con Haydn.

Pero, años antes de ser considerado esta especie de enviado divino de la música, en 1796, publica una pieza basada en un poema de amor no correspondido que suena así.

Esa obra, en principio, es una obra sin más.

Pero, doce años después, se encuentra preparando el concierto

en el que se van a oír, por primera vez, su "Quinta sinfonía"

y su "Sexta".

Y, además, van a sonar obras para coro, obras para piano solista...

Y el tío para y dice: "Vamos a ver". ¿Qué pasaría si yo, al final del concierto, lo junto todo?

Ya que tengo a la orquesta tocando mis sinfonías, cojo a esa orquesta,

al coro que he traído para la obra de coro y a mí de solista,

lo mezclo todo en una gran obra para tropecientos intérpretes,

y que el concierto acabe por todo lo alto tocando con todos los músicos a la vez.

Y, en esa pieza, que llama la "Fantasía coral",

rescata esa melodía que compuso con 25 años al amor no correspondido.

Y la convierte en algo mucho más magnífico y enorme

con una letra que habla de la divinidad de la música.

Pero no sería hasta su última sinfonía, la famosa "Novena" de Beethoven,

una de las obras más influyentes de la historia de la humanidad,

que no le daría a esa melodía el desarrollo que merece

haciendo todo el cuarto movimiento de su sinfonía en torno a ese tema.

Pero no es simplemente que coja esa melodía y la meta en la novena, ¿vale?

Están pasando muchas cosas a la vez.

La primera es que modifica un poco alguna nota de la melodía

aunque en esencia es la misma.

Pero, además, coge la idea de la "Fantasía coral",

de una cosa superépica para coro y orquesta

y la mete como último movimiento de una sinfonía,

que no tenían coros las sinfonías, las sinfonías eran para orquesta,

y, además, hace que el último movimiento, el del tema este, dure 25 minutos,

que es casi lo mismo que te puede durar una sinfonía de Haydn o de Mozart

haciendo que lo que es ya la sinfonía entera,

si el último movimiento son 25 minutos y son cuatro movimientos,

pues dure más de una hora.

Pero esto a la gente le mola, le mola mazo.

Lo entienden desde la perspectiva de "Beethoven es un artista".

"¡Es irreverente!".

"Nos quiere mostrar lo que hay en su corazón más allá de la tradición

y las ataduras del orden".

Es la misma narrativa que contamos cuando escuchamos "Bohemian Rapshody" y decimos:

"Nadie podía contener el corazón de Freddie Mercury en tres minutos".

Tenía que durar siete y tener una parte operística en medio.

"¡Qué visión, qué coraje!".

Es interesante ver no solo la evolución de la música, de los acordes de cada época y de las formas y de los instrumentos, sino también de las narrativas

que nos contamos a nosotros mismos sobre los músicos.

Que Beethoven pueda hacer esta sinfonía y que el público la pueda aceptar

es porque el público tenía una narrativa con la que entender esa sinfonía.

Es decir, esto solo puede ocurrir

porque Beethoven está en ese punto concreto de la historia.

Pero muchas cosas más están pasando en este movimiento.

Como os he dicho, Beethoven, al principio, la primera vez que utiliza esta melodía

la está usando para hablar del amor no correspondido, en el "Gegenliebe".

En la "Fantasía coral", empezó a usarla para hablar del poder divino de la música y él mismo dijo que la letra no le convencía demasiado.

Pero ahora la usa para ilustrar un poema de Friedrich Schiller.

Un poema que, en aquella época, era muy conocido.

Y Beethoven asumía que tú lo habrías oído varias veces

antes de escuchar su sinfonía por primera vez.

Como si yo asumo que tú has escuchado el de:

"¿Qué es poesía?, dices mientras clavas tu pupila en la pupila de no sé quién".

Yo sé que eso tú lo has escuchado.

O el de: "Con cien cañones por banda, viento en popa a toda vela...".

A la mayoría de la gente le va a sonar.

Es decir, era un poema famoso.

Y era un poema que dice así:

Pues tan popular era este poema que muchos otros músicos

le habían intentado poner música, como Schubert en 1815.

Pero nadie había conseguido la melodía definitiva,

la que se quedara clavada en las mentes de la gente.

Igual que no te puedes imaginar Harry Potter sin la cara de Daniel Radcliffe

ya no te puedes imaginar esta letra sin la música de Beethoven.

Y lo bonito es que es una melodía muy sencilla que permite que cualquiera pueda cantarla

y sea una de las primeras cosas que te enseñan para flauta dulce en el colegio.

Pero el tratamiento, el desarrollo que le da a la melodía durante el movimiento,

es complejo y es fascinante.

Hay quien dice que esta melodía ya la había usado Mozart

Se pronuncia "Moshart".

en el ofertorio "Misericordias Domini K.222".

Pero... realmente a mí no me lo parece.

La versión de Mozart se parece a la versión que usa Beethoven en la "Novena", pero no a la que usa en "Gegenliebe" o en la "Fantasía coral".

Y, sin embargo, la melodía de la "Novena"

parece claro que está cogido de la "Fantasía coral".

Que la "Fantasía coral" era una especie de experimento para la "Novena". Así que los caminos no me encajan, pero todo puede ser.

O sea, que vamos a ver.

Esta melodía está en un cruce de caminos histórico

en el que estamos pasando de la figura del músico como artesano siervo del poder

a artista con poder propio,

lo cual permite una "Novena sinfonía" tan larga

y que rompa tanto con la forma y el contenido tradicionales.

Además, la melodía representa un viaje por la vida de Beethoven

desde que era joven, con sus preocupaciones por el amor no correspondido,

pasando por que sonó dentro de la "Fantasía coral" en el mismo concierto en el que se presentó su "Quinta"

hasta su culminación del concepto en la "Novena sinfonía",

que compuso al final de su vida cuando ya estaba muy sordo y muy mal de salud. Además, la melodía quedó grabada en las cabezas de la gente

como la que corresponde a ese poema de Schiller tan famoso

que había capturado los deseos de paz y prosperidad de la gente de la época.

Y, finalmente, como cuarto pilar que hace a esta melodía tan importante,

es que forma parte de la "Novena sinfonía" que es una de las joyas de la corona

de la música tonal; la música de la tradición europea;

la música de la que hablo yo en mi canal; la que suena casi siempre en la radio;

la que funciona con acordes de tónica dominante y subdominante;

la que divide el continuo de sonido en las doce notas: do, re, mi, fa, sol, la, si, con sostenidos y bemoles;

la que se asocia con el sistema igual temperado; por tanto, con la forma del teclado de un piano,

con los trastes de una guitarra...

En definitiva, que la música tonal es el andamiaje,

es la estructura que soporta ahora algunas de las canciones más famosas del planeta

aunque luego en cada zona haya música autóctona con sus peculiaridades.

Pero este lenguaje, el tonal, empezó y fue refinado aquí, en Europa.

Si, de todo eso que os he dicho, hubiera que elegir tres obras

como representantes totales de la tonalidad,

seguramente esta sería una de esas tres.

Es la representante de toda una manera de hacer y entender la música.

Y es por eso que la carga simbólica es tan grande.

Es por eso que se ha utilizado en momentos históricos tan importantes

como con la caída del muro de Berlín cuando Leonard Bernstein la tocó

con una orquesta formada por músicos de Alemania del este y Alemania del oeste

y de EE. UU., Rusia, Francia y Reino Unido.

Una interpretación en la que sustituyó "Freude" por "Freiheit"

para que de Oda a la alegría pasase a simbolizar, con la caída del muro de Berlín, "Oda a la libertad".

Esto no es una melodía absurda de cinco notas que te enseñan en el colegio.

No solamente.

Es por todo este marco, por todo este contexto,

por lo que en 1985 se convertiría en himno de la Unión Europea

como una melodía que lo tiene todo.

Es fácil de cantar para todo el mundo.

Procede de una de las obras más complejas y rompedoras jamás escritas en la tradición de la música sinfónica tonal europea;

asociada a una letra que es la oda a la hermandad, a la felicidad

y, a veces, como con Leonard Bernstein, a la libertad;

que representa el trasvase de poder de los nobles como dueños de la música

a los músicos como dueños de su propia música... ¡Todo!

Y es que no existe mucha identidad europa.

Hay cosas como Eurovisión o los programas Erasmus

que generan comunidad a nivel "branding".

# Branding. #

Pero con éxito relativo.

Lo que sí aporta un poco más son algunas leyes comunes

como la del "roaming" para poder viajar y usar tus datos

o la Ley de Protección de Datos que está siendo un poco farragosa de implementar,

pero que va a dar a los consumidores mucha mucha protección

sobre los datos que se recolectan de ellos;

o tener una moneda común y una zona Schengen de libre circulación.

¡Joé, eso es la leche!

Estoy hablando de cosas no necesariamente vinculadas

con lo que es la institución de la Unión Europea,

sino con la identidad europea.

Pero es difícil desarrollar suficiente identidad común

cuando cada uno habla un idioma distinto.

Si queremos entender a Beethoven como un símbolo europeo,

hay muchos alemanes que dicen:

"No, no, no, no, Beethoven era un símbolo alemán, de europeo no tiene nada".

Y luego otros historiadores les responden que su abuela se llamaba María Josefa

y era de ascendencia española.

El caso es que se le pidió a Herbert von Karajan,

uno de los directores de orquesta más importantes del siglo XX,

que hiciera los arreglos para convertir el trocito este de la melodía

en himno de la Unión Europea

porque, si os acordáis del vídeo del himno de España,

tan importante son los arreglos como la melodía.

Y él escribió uno para piano, otro para banda y otro para orquesta.

Y el de piano lo tengo aquí.

Y, simplemente, quería hablaros de una cosa,

una cosa que coge Karajan de Beethoven y que me parece maravillosa,

que es el círculo de quintas que hace la armonía en la parte B de la melodía.

Cuando la melodía hace esta parte.

La armonía podría haber sido cualquiera, pero no es cualquiera.

Empieza jugando con dominante tónica.

Y ahora, de pronto, hace quinto del quinto del quinto del quinto.

Quinto del quinto del quinto,

quinto del quinto

y quinto.

Por eso se llama un círculo de quintas.

Y es muy guay porque, hombre, no es una armonía que se usa todo el rato, no es una cosa aquí superrompedora lo que está haciendo Beethoven o Karajan,

pero es representativa.

Es representativa de todo el sistema tonal que se basa en el círculo de quintas

y en las relaciones que tienen unas quintas con otras.

Si queréis saber más de eso, id a ver mi vídeo sobre el círculo de quintas.

Lo que pasa es que no sé si lo voy a sacar justo después de este,

entonces, bueno, os dejo el link en la descripción. Haré lo que pueda.

Pero, con todo, a pesar de que parece que es

como la melodía más cargada de simbolismo de la historia de la humanidad,

creo que le falta algo que es que la hagamos nuestra.

Así que voy a lanzar un reto.

Como el reto en el que me mandasteis el Himno de España

y me lo versionasteis como si sonara a Joe Hisaishi, a John Williams,

a rap, a música celta, a cumbia y a fuga barroca.

Pues esta vez quiero que lo hagamos con esta melodía,

esta melodía tan importante,

esta melodía de Beethoven y de la Unión Europea.

Porque resulta que, además de la versión oficial,

en la página del Consejo de Europa, hay algunas covers del himno. Pues como si fuera música romaní, con música electrónica

y un par de medio jazz, pero ya está. No mucho más. Y ahora que el 26 de mayo se acercan las elecciones europeas,

unas elecciones en las que a la gente le cuesta animarse a votar

porque no tenemos demasiada identidad europea,

vamos a contrarrestar eso creando versiones del himno de la Unión Europea.

Tenéis hasta la fecha que sale en pantalla para mandarme vuestras versiones.

Y el protocolo es:

Puntos extra si os grabáis explicando

qué habéis hecho con vuestra versión en el mismo vídeo.

Podéis también tuitear vuestras versiones con el hashtag: para que podamos ver las de los demás.

Pero también las podéis subir por Twitter para que todos cotilleemos.

Yo elegiré las 10 o 20 mejores

y haré un vídeo recopilatorio que será increíble

porque, cada vez que lanzo un reto, me mandáis unas cosas increíbles.

Y, si no sois de España ni de la Unión Europea, participad también, por favor,

que algunas de las mejores versiones del reto que lancé del Himno de España

eran de gente de muchos orígenes distintos.

Y esto va a ser igual. Estoy seguro.

Y nada, a mí solo me queda recordaros que las elecciones son el 26 de mayo.

La Unión Europea es, como todo organismo público,

un ente burocrático con sus cosas positivas y sus cosas negativas.

Creo que no puedo acabar este vídeo sin hablar del artículo 13.

Ya os conté que hay ciertas redacciones del artículo 13

que podrían ser muy destructivas para mi canal.

Pero también os diré que, durante todos estos meses, yo me he sentido europeo

porque, de pronto, estuve hablando con youtubers franceses, youtubers ingleses, youtubers alemanes y, de pronto, me sentí parte de la Unión Europea.

La Unión Europea es algo que hacemos entre todos.

Y, bueno, yo me informaré y, obviamente, mi voto estará influido

por quién me trate mejor con respecto al artículo 13 y quién, peor.

Y tú tienes que buscar lo que a ti te represente y votar por ello.

Pero estas elecciones del 26 de mayo son importantes.

Si el sistema funciona, que funcione. Y si no funciona, que no funcione.

Pero, si elegimos entre todos una dirección para la Unión Europea,

que sea por que la elegimos entre todos,

no entre el 20 % que fue a votar y el 80 % que ni sabía que había elecciones.

Está claro que cada vez hay más voces euroescépticas

porque atravesamos momentos de crisis.

Pero, independientemente de tu opinión,

involucrarse e intentar sentir estas elecciones como algo tuyo

o algo de lo que depende tu futuro,

algo en lo que tu voto importa tanto como en el resto de elecciones nacionales,

es lo único que puede hacer que este proyecto europeo sea funcional.

Espero vuestro restos. Espero que os haya gustado el vídeo.

Y nos vemos la semana que viene. ¡Hasta pronto!

Está bien explicado, ¿no?

A ver, la canción esa es un temazo, pero, como la deje un segundo más,

el algoritmo de YouTube me va a crujir.

Va a sonar como cuando estrujas un pimiento crudo entre las manos.

¡Crrrr!


Beethoven y el secreto de la melodía más famosa del mundo | Jaime Altozano Beethoven and the secret of the most famous melody in the world | Jaime Altozano

Hoy toca hablar de Ludwig.

(RUGE)

No, del otro Ludwig.

Ese Ludwig.

Hoy vamos a hablar de la melodía en la que Ludwig van Beethoven,

Se pronuncia "Beitoven".

basó una de las obras más complejas y rompedoras que haría en su vida

y que, sin embargo, es una melodía absurdamente sencilla

que tiene un ritmo básico que va por grados conjuntos

y que usa las notas do, re, mi, fa sol.

Pero Beethoven tenía un vínculo con ella.

La usó en varias piezas a lo largo de su vida.

Se especula que la copió de Mozart.

Pero ahora hablaremos de eso.

Y, sin querer, la dotó de un significado histórico brutal

convirtiéndola en un "leitmotiv", pero de la vida real. Y por eso fue elegida como himno de la Unión Europea.

Pero, como ya os digo, tan sencilla es esta melodía

que a mí fue una de las primeras que me hicieron aprenderme

para flauta dulce en el colegio.

Os la tocaría para enseñaros que mi formación no fue un completo fracaso,

pero, lamentablemente, no conservo la flauta dulce del cole.

Aunque siempre podríamos imprimir una.

("Oda a la alegría")

¡Y... ya estaría!

Así es como funciona ahora el mundo.

Necesitas un instrumento y le das a un botón y te lo imprime.

Bienvenidos al siglo XXI.

El caso, que el Parlamento Europeo se puso en contacto conmigo y me dijo:

"A ver, ahora que va a haber elecciones europeas, porque sí, el 26 de mayo hay elecciones de la Unión Europea,

pues, teniendo en cuenta que con nuestro voto vamos a decidir un poco...

qué queremos hacer con el proyecto europeo,

estaría bien conocer un poco más de sus símbolos y de su historia".

Y, en concreto, de la narrativa que hay detrás del himno,

que es fascinante, y a mí, personalmente, me emociona.

Y, al final de este vídeo, lanzaré un reto.

El primer reto que lanzo de 2019.

Pero, antes de meternos con esto,

hay que hablar de Instagram.

¿Sabíais que Beethoven fue el primer "influencer" del mundo de la música? Este es un cuadro de cómo fue su funeral.

Se declaró fiesta en los colegios

y le hicieron moldes de su cara a partir de su cadáver.

Se leyeron poemas y oraciones y se cantaron cantatas.

Estamos hablando de un funeral a lo Michael Jackson, ¿vale?

Pero esto no era normal.

Unos pocos años atrás, lo normal habría sido

que los músicos fueran como los panaderos o los sastres.

Sin pena ni gloria, que pues hacen su trabajo mejor o peor, pero no son artistas.

Y, desde luego, no son especialmente famosos.

Un músico habría tenido que hacer su oficio bien y ya está.

Igual que un panadero tendría que hacer panes pues que estén ricos.

No se le pide que deconstruya el pan y lo innove

y vuelque en el pan todo sus oscuros sentimientos.

Se le pide que comerlo mole. Y ya está.

Así funcionaban los músicos en las cortes.

Como no había tocadiscos, pues tenías a un grupo de músicos contratados

para que tocaran de fondo mientras tú jugabas a las cartas y te traían canapés.

Te hacían el día más ameno y eran tu hilo musical.

Mozart tocaba en las esquinas de salones de aristócratas

para hacerles pasar un buen rato

mientras hablaban entre ellos y no le prestaban atención.

Mozart le tenía que pedir permiso a su patrón, el arzobispo de Salzburgo,

para poder dar conciertos que él quería dar en otros sitios.

Y el arzobispo podía decirle, y a menudo le decía, que no.

Y ya está.

Y acabaron de tal mala leche que, en una carta a su padre,

Mozart le dice que le echaron dándole una patada en el culo

y no está claro que sea metafórico.

Hay una sinfonía de Haydn que ilustra muy bien todo esto del músico como artesano, que es la "Sinfonía de los adioses".

Su patrón, el príncipe Esterházy, se llevaba a los músicos

en verano a su casa de verano

y les tenía allí viviendo alejados de sus familias para entretenerle por las tardes. Y un verano, que se les estaba haciendo eterno,

porque el príncipe parece que nunca tomaba la decisión de volver

y los músicos querían ver a sus familias y tal,

pues le pideron ayuda a Haydn, que era el músico jefe.

Y este compuso la "Sinfonía de los Adioses", que es en plan "adiós, que nos queremos ir, señor Esterházy, por favor",

en la que en el último movimiento hay una miniprotesta

en la que se van levantando uno a uno todos los músicos

y se van saliendo del escenario hasta que solo quedan dos,

uno de ellos el propio Haydn, y ahí termina.

Y cuenta la historia que eso convenció al príncipe de volver.

Pero, si el príncipe no hubiera querido volver, pues no se vuelve.

Tú ahora imáginate, siglo XXI,

intentar tener a Ariana Grande en una casa de verano encerrada

porque tú quieres que toque de fondo mientras tú estás hablando con alguien.

O traerte a Kanye West para que rapee

mientras tú juegas con tus amigos a las cartas. "What!".

Por supuesto, el músico como artesano, como oficio, sigue existiendo.

Yo, cuando voy a una boda a tocar mientras alguien se casa,

no van allí para oírme a mí tocar.

Van ahí porque son amigos de los novios y esas cosas.

Ahí estoy haciendo música al servicio de algo.

Cuando compongo músicapara un anuncio, es música funcional, al servicio de, que no busca ser artística, busca funcionar como herramienta.

Y eso es superlegítimo.

Y, de hecho, a eso se dedican la mayoría de los músicos.

Pero, desde hace solo un par de siglos, ha surgido la figura del artista.

¡Místico y venerado!

Y se comparte socialmente la narrativa de que hay gente que hace música tan buena que conecta con tanta gente,

que trasciende la barrea de lo artesano y llega a lo artístico.

Y, aunque esto no fue un proceso así, como de la noche a la mañana,

músicos como Händel ya empezaban a tener sus propios negocios.

Ser dueños de sus propias obras, ser muy valorados.

Pero se considera que fue Beethoven el que hizo definitiva esa transición.

Es decir, el que tuvo el primer funeral a lo Michael Jackson,

el primero del que repartieron litografías como si fueran fotos de Instagram,

el primero del que en vez de decir: "Sí, es un buen músico, hace música agradable

y las escalas las toca muy bien, muy seguidas todas las notas",

se contaba su vida como si fuera una leyenda.

Un hombre que vive aislado, que se está quedando sordo y eso le atormenta

y le hace producir obras de incalculable valor espiritual.

Se cuenta que ha pasado cerca de la familia imperial

y no les ha saludado por un parque.

No le rinde pleitesía a nadie.

Y, de pronto, la leyenda de Beethoven era tan importante como su música.

Eso es un concepto que ahora mismo, en el siglo XX y XXI, es como lo más,

donde mucha de la música pop tiene éxito por las narrativas de los que la hacen

y no por la música en sí.

De pronto Beethoven tiene más en común con Ariana Grande que con Haydn.

Pero, años antes de ser considerado esta especie de enviado divino de la música, en 1796, publica una pieza basada en un poema de amor no correspondido que suena así.

Esa obra, en principio, es una obra sin más.

Pero, doce años después, se encuentra preparando el concierto

en el que se van a oír, por primera vez, su "Quinta sinfonía"

y su "Sexta".

Y, además, van a sonar obras para coro, obras para piano solista...

Y el tío para y dice: "Vamos a ver". ¿Qué pasaría si yo, al final del concierto, lo junto todo?

Ya que tengo a la orquesta tocando mis sinfonías, cojo a esa orquesta,

al coro que he traído para la obra de coro y a mí de solista,

lo mezclo todo en una gran obra para tropecientos intérpretes,

y que el concierto acabe por todo lo alto tocando con todos los músicos a la vez.

Y, en esa pieza, que llama la "Fantasía coral",

rescata esa melodía que compuso con 25 años al amor no correspondido.

Y la convierte en algo mucho más magnífico y enorme

con una letra que habla de la divinidad de la música.

Pero no sería hasta su última sinfonía, la famosa "Novena" de Beethoven,

una de las obras más influyentes de la historia de la humanidad,

que no le daría a esa melodía el desarrollo que merece

haciendo todo el cuarto movimiento de su sinfonía en torno a ese tema.

Pero no es simplemente que coja esa melodía y la meta en la novena, ¿vale?

Están pasando muchas cosas a la vez.

La primera es que modifica un poco alguna nota de la melodía

aunque en esencia es la misma.

Pero, además, coge la idea de la "Fantasía coral",

de una cosa superépica para coro y orquesta

y la mete como último movimiento de una sinfonía,

que no tenían coros las sinfonías, las sinfonías eran para orquesta,

y, además, hace que el último movimiento, el del tema este, dure 25 minutos,

que es casi lo mismo que te puede durar una sinfonía de Haydn o de Mozart

haciendo que lo que es ya la sinfonía entera,

si el último movimiento son 25 minutos y son cuatro movimientos,

pues dure más de una hora.

Pero esto a la gente le mola, le mola mazo.

Lo entienden desde la perspectiva de "Beethoven es un artista".

"¡Es irreverente!".

"Nos quiere mostrar lo que hay en su corazón más allá de la tradición

y las ataduras del orden".

Es la misma narrativa que contamos cuando escuchamos "Bohemian Rapshody" y decimos:

"Nadie podía contener el corazón de Freddie Mercury en tres minutos".

Tenía que durar siete y tener una parte operística en medio.

"¡Qué visión, qué coraje!".

Es interesante ver no solo la evolución de la música, de los acordes de cada época y de las formas y de los instrumentos, sino también de las narrativas

que nos contamos a nosotros mismos sobre los músicos.

Que Beethoven pueda hacer esta sinfonía y que el público la pueda aceptar

es porque el público tenía una narrativa con la que entender esa sinfonía.

Es decir, esto solo puede ocurrir

porque Beethoven está en ese punto concreto de la historia.

Pero muchas cosas más están pasando en este movimiento.

Como os he dicho, Beethoven, al principio, la primera vez que utiliza esta melodía

la está usando para hablar del amor no correspondido, en el "Gegenliebe".

En la "Fantasía coral", empezó a usarla para hablar del poder divino de la música y él mismo dijo que la letra no le convencía demasiado.

Pero ahora la usa para ilustrar un poema de Friedrich Schiller.

Un poema que, en aquella época, era muy conocido.

Y Beethoven asumía que tú lo habrías oído varias veces

antes de escuchar su sinfonía por primera vez.

Como si yo asumo que tú has escuchado el de:

"¿Qué es poesía?, dices mientras clavas tu pupila en la pupila de no sé quién".

Yo sé que eso tú lo has escuchado.

O el de: "Con cien cañones por banda, viento en popa a toda vela...".

A la mayoría de la gente le va a sonar.

Es decir, era un poema famoso.

Y era un poema que dice así:

Pues tan popular era este poema que muchos otros músicos

le habían intentado poner música, como Schubert en 1815.

Pero nadie había conseguido la melodía definitiva,

la que se quedara clavada en las mentes de la gente.

Igual que no te puedes imaginar Harry Potter sin la cara de Daniel Radcliffe

ya no te puedes imaginar esta letra sin la música de Beethoven.

Y lo bonito es que es una melodía muy sencilla que permite que cualquiera pueda cantarla

y sea una de las primeras cosas que te enseñan para flauta dulce en el colegio.

Pero el tratamiento, el desarrollo que le da a la melodía durante el movimiento,

es complejo y es fascinante.

Hay quien dice que esta melodía ya la había usado Mozart

Se pronuncia "Moshart".

en el ofertorio "Misericordias Domini K.222".

Pero... realmente a mí no me lo parece.

La versión de Mozart se parece a la versión que usa Beethoven en la "Novena", pero no a la que usa en "Gegenliebe" o en la "Fantasía coral".

Y, sin embargo, la melodía de la "Novena"

parece claro que está cogido de la "Fantasía coral".

Que la "Fantasía coral" era una especie de experimento para la "Novena". Así que los caminos no me encajan, pero todo puede ser.

O sea, que vamos a ver.

Esta melodía está en un cruce de caminos histórico

en el que estamos pasando de la figura del músico como artesano siervo del poder

a artista con poder propio,

lo cual permite una "Novena sinfonía" tan larga

y que rompa tanto con la forma y el contenido tradicionales.

Además, la melodía representa un viaje por la vida de Beethoven

desde que era joven, con sus preocupaciones por el amor no correspondido,

pasando por que sonó dentro de la "Fantasía coral" en el mismo concierto en el que se presentó su "Quinta"

hasta su culminación del concepto en la "Novena sinfonía",

que compuso al final de su vida cuando ya estaba muy sordo y muy mal de salud. Además, la melodía quedó grabada en las cabezas de la gente

como la que corresponde a ese poema de Schiller tan famoso

que había capturado los deseos de paz y prosperidad de la gente de la época.

Y, finalmente, como cuarto pilar que hace a esta melodía tan importante,

es que forma parte de la "Novena sinfonía" que es una de las joyas de la corona

de la música tonal; la música de la tradición europea;

la música de la que hablo yo en mi canal; la que suena casi siempre en la radio;

la que funciona con acordes de tónica dominante y subdominante;

la que divide el continuo de sonido en las doce notas: do, re, mi, fa, sol, la, si, con sostenidos y bemoles;

la que se asocia con el sistema igual temperado; por tanto, con la forma del teclado de un piano,

con los trastes de una guitarra...

En definitiva, que la música tonal es el andamiaje,

es la estructura que soporta ahora algunas de las canciones más famosas del planeta

aunque luego en cada zona haya música autóctona con sus peculiaridades.

Pero este lenguaje, el tonal, empezó y fue refinado aquí, en Europa.

Si, de todo eso que os he dicho, hubiera que elegir tres obras

como representantes totales de la tonalidad,

seguramente esta sería una de esas tres.

Es la representante de toda una manera de hacer y entender la música.

Y es por eso que la carga simbólica es tan grande.

Es por eso que se ha utilizado en momentos históricos tan importantes

como con la caída del muro de Berlín cuando Leonard Bernstein la tocó

con una orquesta formada por músicos de Alemania del este y Alemania del oeste

y de EE. UU., Rusia, Francia y Reino Unido.

Una interpretación en la que sustituyó "Freude" por "Freiheit"

para que de Oda a la alegría pasase a simbolizar, con la caída del muro de Berlín, "Oda a la libertad".

Esto no es una melodía absurda de cinco notas que te enseñan en el colegio.

No solamente.

Es por todo este marco, por todo este contexto,

por lo que en 1985 se convertiría en himno de la Unión Europea

como una melodía que lo tiene todo.

Es fácil de cantar para todo el mundo.

Procede de una de las obras más complejas y rompedoras jamás escritas en la tradición de la música sinfónica tonal europea;

asociada a una letra que es la oda a la hermandad, a la felicidad

y, a veces, como con Leonard Bernstein, a la libertad;

que representa el trasvase de poder de los nobles como dueños de la música

a los músicos como dueños de su propia música... ¡Todo!

Y es que no existe mucha identidad europa.

Hay cosas como Eurovisión o los programas Erasmus

que generan comunidad a nivel "branding".

# Branding. #

Pero con éxito relativo.

Lo que sí aporta un poco más son algunas leyes comunes

como la del "roaming" para poder viajar y usar tus datos

o la Ley de Protección de Datos que está siendo un poco farragosa de implementar,

pero que va a dar a los consumidores mucha mucha protección

sobre los datos que se recolectan de ellos;

o tener una moneda común y una zona Schengen de libre circulación.

¡Joé, eso es la leche!

Estoy hablando de cosas no necesariamente vinculadas

con lo que es la institución de la Unión Europea,

sino con la identidad europea.

Pero es difícil desarrollar suficiente identidad común

cuando cada uno habla un idioma distinto.

Si queremos entender a Beethoven como un símbolo europeo,

hay muchos alemanes que dicen:

"No, no, no, no, Beethoven era un símbolo alemán, de europeo no tiene nada".

Y luego otros historiadores les responden que su abuela se llamaba María Josefa

y era de ascendencia española.

El caso es que se le pidió a Herbert von Karajan,

uno de los directores de orquesta más importantes del siglo XX,

que hiciera los arreglos para convertir el trocito este de la melodía

en himno de la Unión Europea

porque, si os acordáis del vídeo del himno de España,

tan importante son los arreglos como la melodía.

Y él escribió uno para piano, otro para banda y otro para orquesta.

Y el de piano lo tengo aquí.

Y, simplemente, quería hablaros de una cosa,

una cosa que coge Karajan de Beethoven y que me parece maravillosa,

que es el círculo de quintas que hace la armonía en la parte B de la melodía.

Cuando la melodía hace esta parte.

La armonía podría haber sido cualquiera, pero no es cualquiera.

Empieza jugando con dominante tónica.

Y ahora, de pronto, hace quinto del quinto del quinto del quinto.

Quinto del quinto del quinto,

quinto del quinto

y quinto.

Por eso se llama un círculo de quintas.

Y es muy guay porque, hombre, no es una armonía que se usa todo el rato, no es una cosa aquí superrompedora lo que está haciendo Beethoven o Karajan,

pero es representativa.

Es representativa de todo el sistema tonal que se basa en el círculo de quintas

y en las relaciones que tienen unas quintas con otras.

Si queréis saber más de eso, id a ver mi vídeo sobre el círculo de quintas.

Lo que pasa es que no sé si lo voy a sacar justo después de este,

entonces, bueno, os dejo el link en la descripción. Haré lo que pueda.

Pero, con todo, a pesar de que parece que es

como la melodía más cargada de simbolismo de la historia de la humanidad,

creo que le falta algo que es que la hagamos nuestra.

Así que voy a lanzar un reto.

Como el reto en el que me mandasteis el Himno de España

y me lo versionasteis como si sonara a Joe Hisaishi, a John Williams,

a rap, a música celta, a cumbia y a fuga barroca.

Pues esta vez quiero que lo hagamos con esta melodía,

esta melodía tan importante,

esta melodía de Beethoven y de la Unión Europea.

Porque resulta que, además de la versión oficial,

en la página del Consejo de Europa, hay algunas covers del himno. Pues como si fuera música romaní, con música electrónica

y un par de medio jazz, pero ya está. No mucho más. Y ahora que el 26 de mayo se acercan las elecciones europeas,

unas elecciones en las que a la gente le cuesta animarse a votar

porque no tenemos demasiada identidad europea,

vamos a contrarrestar eso creando versiones del himno de la Unión Europea.

Tenéis hasta la fecha que sale en pantalla para mandarme vuestras versiones.

Y el protocolo es:

Puntos extra si os grabáis explicando

qué habéis hecho con vuestra versión en el mismo vídeo.

Podéis también tuitear vuestras versiones con el hashtag: para que podamos ver las de los demás.

Pero también las podéis subir por Twitter para que todos cotilleemos.

Yo elegiré las 10 o 20 mejores

y haré un vídeo recopilatorio que será increíble

porque, cada vez que lanzo un reto, me mandáis unas cosas increíbles.

Y, si no sois de España ni de la Unión Europea, participad también, por favor,

que algunas de las mejores versiones del reto que lancé del Himno de España

eran de gente de muchos orígenes distintos.

Y esto va a ser igual. Estoy seguro.

Y nada, a mí solo me queda recordaros que las elecciones son el 26 de mayo.

La Unión Europea es, como todo organismo público,

un ente burocrático con sus cosas positivas y sus cosas negativas.

Creo que no puedo acabar este vídeo sin hablar del artículo 13.

Ya os conté que hay ciertas redacciones del artículo 13

que podrían ser muy destructivas para mi canal.

Pero también os diré que, durante todos estos meses, yo me he sentido europeo

porque, de pronto, estuve hablando con youtubers franceses, youtubers ingleses, youtubers alemanes y, de pronto, me sentí parte de la Unión Europea.

La Unión Europea es algo que hacemos entre todos.

Y, bueno, yo me informaré y, obviamente, mi voto estará influido

por quién me trate mejor con respecto al artículo 13 y quién, peor.

Y tú tienes que buscar lo que a ti te represente y votar por ello.

Pero estas elecciones del 26 de mayo son importantes.

Si el sistema funciona, que funcione. Y si no funciona, que no funcione.

Pero, si elegimos entre todos una dirección para la Unión Europea,

que sea por que la elegimos entre todos,

no entre el 20 % que fue a votar y el 80 % que ni sabía que había elecciones.

Está claro que cada vez hay más voces euroescépticas

porque atravesamos momentos de crisis.

Pero, independientemente de tu opinión,

involucrarse e intentar sentir estas elecciones como algo tuyo

o algo de lo que depende tu futuro,

algo en lo que tu voto importa tanto como en el resto de elecciones nacionales,

es lo único que puede hacer que este proyecto europeo sea funcional.

Espero vuestro restos. Espero que os haya gustado el vídeo.

Y nos vemos la semana que viene. ¡Hasta pronto!

Está bien explicado, ¿no?

A ver, la canción esa es un temazo, pero, como la deje un segundo más,

el algoritmo de YouTube me va a crujir.

Va a sonar como cuando estrujas un pimiento crudo entre las manos.

¡Crrrr!