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El señor de las moscas William Goulding (Lord of the Flies), 9. Una muerte se anuncia (1)

9. Una muerte se anuncia (1)

Las nubes seguían acumulándose sobre la isla. Durante todo el día, una corriente de aire caliente se fue elevando de la montaña y subió a más de tres mil metros de altura; turbulentas masas de gases acumularon electricidad estática hasta que el aire pareció a punto de estallar. Al llegar la tarde, el sol se había ocultado y un resplandor broncíneo vino a reemplazar la clara luz del día. Incluso el aire que llegaba del mar era asfixiante, sin ofrecer alivio alguno. Los colores del agua se diluían, y los árboles y la rosada superficie de las rocas, al igual que las nubes blancas y oscuras, emanaban tristeza. Todo se paralizaba, salvo las moscas, que poco a poco ennegrecían a su Señor y daban a la masa de intestinos el aspecto de un montón de brillantes carbones. Ignoraron por completo a Simón, incluso al rompérsele una vena de la nariz y brotarle la sangre; preferían el fuerte sabor del cerdo.

Al fluir la sangre, el ataque de Simón se convirtió en cansancio y sueño. Quedó tumbado en la estera de lianas mientras la tarde avanzaba y el cañón seguía tronando.

Por fin despertó y vio, con ojos aún adormecidos, la oscura tierra junto a su mejilla. Pero tampoco entonces se movió; permaneció echado, con un lado del rostro pegado a la tierra, observando confusamente lo que tenía enfrente. Después se dio vuelta, dobló las piernas y se asió a las lianas para ponerse en pie. Al temblar estas, las moscas huyeron con un maligno zumbido, pero en seguida volvieron a aferrarse a la masa de intestinos.

Simón se levantó. La luz parecía llegar de otro mundo. El Señor de las Moscas pendía de su estaca como una pelota negra Simón habló en voz alta, dirigiéndose al espacio en claro. – ¿Qué otra cosa puedo hacer?

Nadie le contestó. Se apartó del claro y se arrastró entre las lianas hasta llegar a la penumbra del bosque. Caminó penosamente entre los árboles, con el rostro vacío de expresión, seca ya la sangre alrededor de la boca y la barbilla. Pero a veces, cuando apartaba las lianas y elegía la orientación según la pendiente del terreno, pronunciaba palabras que nunca alcanzaban el aire.

A partir de un punto, los árboles estaban menos festoneados de lianas y entre ellos podía verse la difusa luz ambarina que derramaba el cielo. Aquélla era la espina dorsal de la isla, un terreno ligeramente más elevado, al pie de la montaña, donde el bosque no presentaba ya la espesura de la jungla. Allí, los vastos espacios abiertos se veían salpicados de sotos y enormes árboles; la pendiente del terreno lo llevó hacia arriba al dirigirse hacia los espacios libres. Siguió adelante, desfalleciendo a veces por el cansancio, pero sin llegar nunca a detenerse. El habitual brillo de sus ojos había desaparecido; caminaba con una especie de triste resolución, como si fuese un viejo.

Un golpe de viento le hizo tambalearse y vio que se hallaba fuera del bosque, sobre rocas, bajo un cielo plomizo. Notó que sus piernas flaqueaban y que el dolor de la lengua no cesaba. Cuando el viento alcanzó la cima de la montaña vio algo insólito: una cosa azul aleteaba ante la pantalla de nubes oscuras. Siguió esforzándose en avanzar y el viento sopló de nuevo, ahora con mayor violencia, abofeteando las copas del bosque, que rugían y se inclinaban para esquivar sus golpes. Simón vio que una cosa encorvada se incorporaba de repente en la cima y le miraba desde allí. Se tapó la cara y siguió a duras penas.

También las moscas habían encontrado aquella figura. Sus movimientos, que parecían tener vida, las asustaban por un momento y se apiñaban alrededor de la cabeza en una nube negra. Después, cuando la tela azul del paracaídas se desinflaba, la corpulenta figura se inclinaba hacia adelante, con un suspiro, y las moscas volvían una vez más a posarse.

Simón sintió el golpe de la roca en sus rodillas Se arrastró hacia adelante y pronto comprendió. El enredo de cuerdas le mostró la mecánica de aquella parodia; examinó los blancos huesos nasales, los dientes, los colores de la descomposición. Vio cuan despiadadamente los tejidos de caucho y lona sostenían ceñido aquel pobre cuerpo que debería estar ya pudriéndose. De nuevo sopló el viento y la figura se alzó, se inclinó y le arrojó directamente a la cara su aliento pestilente. Simón, arrodillado, apoyó las manos en el suelo y vomitó hasta vaciar por completo su estómago. Después agarró los tirantes, los soltó de las rocas y libró a la figura de los ultrajes del viento. Por fin, apartó la vista para contemplar la playa bajo él. La hoguera de la plataforma parecía estar apagada, o al menos sin humo. En una zona más lejana de la playa, detrás del riachuelo y cerca de una gran losa de roca, podía verse un fino hilo de humo que trepaba hacia el cielo. Simón, sin acordarse ya de las moscas, colocó ambas manos a modo de visera y contempló el humo. Aun a aquella distancia pudo comprobar que la mayoría de los muchachos – quizá todos ellos – se encontraban allí reunidos. De modo que habían cambiado el lugar del campamento para alejarse de la fiera. Al pensar en ello, Simón volvió los ojos hacia aquella pobre cosa sentada junto a él, abatida y pestilente. El monstruo era inofensivo y horrible, y esa noticia tenía que llegar a los demás lo antes posible. Empezó el descenso, pero sus piernas no le respondían. Por mucho que se esforzaba sólo lograba tambalearse.

–A bañarnos – dijo Ralph -, es lo mejor que podemos hacer.

Piggy observaba a través de su lente el cielo amenazador.

–Esas nubes me dan mala espina. ¿Te acuerdas cómo llovía, justo después de aterrizar?

–Va a llover otra vez.

Ralph se lanzó a la poza. Una pareja de pequeños jugaba en la orilla, buscando alivio en un agua más caliente que la propia sangre. Piggy se quitó las gafas, se metió con gran precaución en el agua y se las volvió a poner. Ralph salió a la superficie y le sopló agua a la cara.

–Cuidado con mis gafas – dijo Piggy -. Si se me moja el cristal tendré que salirme para limpiarlas.

Ralph volvió a escupirle, pero falló. Se rió de Piggy, esperando verle retirarse en su dolido silencio, sumiso como siempre. Pero Piggy, por el contrario, golpeó el agua con las manos. – ¡Estáte quieto! – gritó -. ¿Me oyes? Con rabia, arrojó agua al rostro de Ralph.

–Bueno, bueno – dijo Ralph -; no pierdas los estribos.

Piggy se detuvo.

–Tengo un dolor aquí, en la cabeza… Ojalá viniera un poco de aire fresco.

–Si lloviese…

–Si pudiésemos irnos a casa…

Piggy se reclinó contra la pendiente del lado arenoso de la poza. Su estómago emergía del agua y se secó con el aire. Ralph lanzó un chorro de agua al cielo. El movimiento del sol se adivinaba por una mancha de luz que se distinguía entre las nubes. Se arrodilló en el agua y miró en torno suyo, – ¿Dónde están todos? Piggy se incorporó.

–A lo mejor están tumbados en el refugio. – ¿Dónde está Samyeric? – ¿Y Bill?

Piggy señaló a un lugar detrás de la plataforma.

–Se fueron por ahí. A la fiesta de Jack.

–Que se vayan – dijo Ralph inquieto -. Me trae sin cuidado.

–Y sólo por un poco de carne…

–Y por cazar – dijo Ralph juiciosamente -, y para jugar a que son una tribu y pintarse como los guerreros.

Piggy removió la arena bajo el agua y no miró a Ralph.

–A lo mejor debíamos ir también nosotros. Ralph le miró inmediatamente y Piggy se sonrojó.

–Quiero decir… para estar seguros que no pasa nada. Ralph volvió a lanzar agua con la boca.

Mucho antes de que Ralph y Piggy llegasen al encuentro con la pandilla de Jack, pudieron oír el alboroto de la fiesta. Las palmeras daban paso a una franja ancha de césped entre el bosque y la orilla. A sólo un paso de la hierba se hallaba la blanca arena llevada por el viento fuera del alcance de la marea: una arena cálida, seca y hollada. A continuación se veía una roca que se proyectaba hacia la laguna. Más allá, una pequeña extensión de arena, y luego, el borde del agua. Una hoguera ardía sobre la roca y la grasa del cerdo que estaban asando goteaba sobre las invisibles llamas. Todos los muchachos de la isla, salvo Piggy, Ralph y Simón y los dos que cuidaban del cerdo se habían agrupado en el césped. Reían y cantaban, tumbados en la hierba, en cuclillas o en pie, con comida en las manos. Pero a juzgar por las caras grasientas, el festín de carne había ya casi acabado; algunos bebían de unos cocos. Antes de comenzar el banquete habían arrastrado un tronco enorme hasta el centro del césped y Jack, pintado y enguirnaldado, se sentó en él como un ídolo. Había cerca de él montones de carne sobre hojas verdes, y también fruta y cocos llenos de agua.

Llegaron Piggy y Ralph al borde de la verde plataforma. Al verles, los muchachos fueron enmudeciendo uno a uno hasta sólo oírse la voz del que estaba junto a Jack.

Después, el silencio alcanzó incluso a aquel recinto y Jack se volvió sin levantarse. Les contempló durante algún tiempo. Los chasquidos del fuego eran el único ruido que se oía por encima del rumor del arrecife. Ralph volvió los ojos a otro lado, y Sam, creyendo que se había vuelto hacia él con intención de acusarle, soltó con una risita nerviosa el hueso que roía. Ralph dio un paso inseguro, señaló a una palmera y murmuró algo a Piggy que los demás no oyeron; después ambos rieron como lo había hecho Sam. Apartando la arena con los pies, Ralph empezó a caminar. Piggy intentaba silbar.

En aquel momento, los muchachos que atendían el asado se apresuraron a coger un gran trozo de carne y corrieron con él hacia la hierba. Chocaron con Piggy, quemándole sin querer, y éste empezó a chillar y dar saltos. Al instante, Ralph y el grupo entero de muchachos se unieron en un mismo sentimiento de alivio, que estalló en carcajadas.

Piggy volvió a ser el centro de una burla pública, logrando que todos se sintieran alegres como en oíros tiempos.

Jack se levantó y agitó su lanza.

–Dadles algo de carne.

Los muchachos que sostenían el asador dieron a Ralph y a Piggy suculentos trozos.

Aceptaron, con ansia, el regalo. Se pararon a comer bajo un cielo de plomo que tronaba y anunciaba la tormenta.

De nuevo agitó Jack su lanza. – ¿Habéis comido todos bastante?

Aún quedaba comida, dorándose en los asadores de madera, apilada en las verdes bandejas. Piggy, traicionado por su estómago, tiró un hueso roído a la playa y se agachó para servirse otro trozo.

Jack habló de nuevo con impaciencia: – ¿Habéis comido todos bastante?

Su voz indicaba una amenaza, nacida de su orgullo de propietario, y los muchachos se apresuraron a comer mientras les quedaba tiempo. Al comprobar que el festín tardaría en acabar, Jack se levantó de su trono de madera y caminó tranquilamente hasta el borde de la hierba. Escondido tras su pintura, miró a Ralph y a Piggy. Ambos se apartaron un poco, y Ralph observó la hoguera mientras comía. Advirtió, aunque sin comprenderlo, que las llamas se hacían ahora visibles contra la oscura luz. La tarde había llegado, no con tranquila belleza, sino con la amenaza de violencia. Habló Jack:

–Traedme agua.

Henry le llevó un casco de coco y Jack bebió observando a Piggy y a Ralph por encima del mellado borde. Su fuerza se concentraba en los bultos oscuros de sus antebrazos; la autoridad se posaba sobre sus hombros y le cuchicheaba como un mono al oído.

–Sentaos todos.

Los muchachos se colocaron en filas sobre la hierba frente a él, pero Ralph y Piggy permanecieron apartados, en pie, en la suave arena, en un plano algo más bajo. Jack les ignoró por el momento, volvió su careta hacia los muchachos sentados y les señaló con la lanza. – ¿Quién se va a unir a mi tribu? Ralph hizo un movimiento brusco que acabó en un tropezón. Algunos se volvieron a mirarle.

9. Una muerte se anuncia (1) 9. Ein Todesfall wird angekündigt (1) 9\. A death is announced (1) 9. Un décès est annoncé (1) 9. Ogłoszono zgon (1) 9. É anunciada uma morte (1) 9. Объявлено о смерти (1)

Las nubes seguían acumulándose sobre la isla. Durante todo el día, una corriente de aire caliente se fue elevando de la montaña y subió a más de tres mil metros de altura; turbulentas masas de gases acumularon electricidad estática hasta que el aire pareció a punto de estallar. Al llegar la tarde, el sol se había ocultado y un resplandor broncíneo vino a reemplazar la clara luz del día. Incluso el aire que llegaba del mar era asfixiante, sin ofrecer alivio alguno. Los colores del agua se diluían, y los árboles y la rosada superficie de las rocas, al igual que las nubes blancas y oscuras, emanaban tristeza. Todo se paralizaba, salvo las moscas, que poco a poco ennegrecían a su Señor y daban a la masa de intestinos el aspecto de un montón de brillantes carbones. Ignoraron por completo a Simón, incluso al rompérsele una vena de la nariz y brotarle la sangre; preferían el fuerte sabor del cerdo. Sie ignorierten Simon völlig, selbst als eine Ader in seiner Nase brach und Blut heraussprudelte; sie bevorzugten den starken Geschmack von Schweinefleisch. They completely ignored Simon, even as a vein burst in his nose and blood gushed out; they preferred the strong flavor of pork.

Al fluir la sangre, el ataque de Simón se convirtió en cansancio y sueño. As the blood flowed, Simon's attack turned to tiredness and sleep. Quedó tumbado en la estera de lianas mientras la tarde avanzaba y el cañón seguía tronando. He lay on the mat of lianas as the afternoon wore on and the canyon continued to thunder.

Por fin despertó y vio, con ojos aún adormecidos, la oscura tierra junto a su mejilla. At last he awoke and saw, with eyes still sleepy, the dark earth beside his cheek. Pero tampoco entonces se movió; permaneció echado, con un lado del rostro pegado a la tierra, observando confusamente lo que tenía enfrente. But even then he did not move; he remained lying down, with one side of his face pressed to the ground, staring confusedly at what was in front of him. Después se dio vuelta, dobló las piernas y se asió a las lianas para ponerse en pie. Al temblar estas, las moscas huyeron con un maligno zumbido, pero en seguida volvieron a aferrarse a la masa de intestinos. As these trembled, the flies fled with a malignant buzzing sound, but soon returned to cling to the mass of intestines.

Simón se levantó. La luz parecía llegar de otro mundo. Das Licht schien aus einer anderen Welt zu kommen. El Señor de las Moscas pendía de su estaca como una pelota negra Simón habló en voz alta, dirigiéndose al espacio en claro. The Lord of the Flies hung from his stake like a black ball. Simon spoke aloud, heading into the clear space. – ¿Qué otra cosa puedo hacer? - Was kann ich sonst noch tun? - What else can I do?

Nadie le contestó. Niemand hat ihm geantwortet. Se apartó del claro y se arrastró entre las lianas hasta llegar a la penumbra del bosque. Caminó penosamente entre los árboles, con el rostro vacío de expresión, seca ya la sangre alrededor de la boca y la barbilla. Pero a veces, cuando apartaba las lianas y elegía la orientación según la pendiente del terreno, pronunciaba palabras que nunca alcanzaban el aire. But sometimes, when he pushed aside the vines and chose the orientation according to the slope of the terrain, he spoke words that never reached the air.

A partir de un punto, los árboles estaban menos festoneados de lianas y entre ellos podía verse la difusa luz ambarina que derramaba el cielo. Aquélla era la espina dorsal de la isla, un terreno ligeramente más elevado, al pie de la montaña, donde el bosque no presentaba ya la espesura de la jungla. This was the backbone of the island, slightly higher ground, at the foot of the mountain, where the forest no longer presented the thickness of the jungle. Allí, los vastos espacios abiertos se veían salpicados de sotos y enormes árboles; la pendiente del terreno lo llevó hacia arriba al dirigirse hacia los espacios libres. Siguió adelante, desfalleciendo a veces por el cansancio, pero sin llegar nunca a detenerse. He kept going, sometimes fainting from exhaustion, but never stopping. El habitual brillo de sus ojos había desaparecido; caminaba con una especie de triste resolución, como si fuese un viejo. The usual sparkle in her eyes was gone; he walked with a kind of sad resolution, as if he were an old man.

Un golpe de viento le hizo tambalearse y vio que se hallaba fuera del bosque, sobre rocas, bajo un cielo plomizo. Notó que sus piernas flaqueaban y que el dolor de la lengua no cesaba. Cuando el viento alcanzó la cima de la montaña vio algo insólito: una cosa azul aleteaba ante la pantalla de nubes oscuras. When the wind reached the top of the mountain he saw something unusual: a blue thing was fluttering in front of the dark cloud screen. Siguió esforzándose en avanzar y el viento sopló de nuevo, ahora con mayor violencia, abofeteando las copas del bosque, que rugían y se inclinaban para esquivar sus golpes. He continued to struggle forward and the wind blew again, now more violently, slapping the forest canopy, which roared and bent to dodge his blows. Simón vio que una cosa encorvada se incorporaba de repente en la cima y le miraba desde allí. Simon saw a hunched thing rise up suddenly at the top and look down at him. Se tapó la cara y siguió a duras penas. He covered his face and barely continued.

También las moscas habían encontrado aquella figura. The flies had also found that figure. Sus movimientos, que parecían tener vida, las asustaban por un momento y se apiñaban alrededor de la cabeza en una nube negra. Después, cuando la tela azul del paracaídas se desinflaba, la corpulenta figura se inclinaba hacia adelante, con un suspiro, y las moscas volvían una vez más a posarse. Then, as the blue fabric of the parachute deflated, the hulking figure would lean forward with a sigh, and the flies would once again return to land.

Simón sintió el golpe de la roca en sus rodillas Se arrastró hacia adelante y pronto comprendió. Simon felt the rock hit his knees He crawled forward and soon realized. El enredo de cuerdas le mostró la mecánica de aquella parodia; examinó los blancos huesos nasales, los dientes, los colores de la descomposición. Vio cuan despiadadamente los tejidos de caucho y lona sostenían ceñido aquel pobre cuerpo que debería estar ya pudriéndose. He saw how mercilessly the rubber and canvas fabrics held tight that poor body that should be rotting by now. De nuevo sopló el viento y la figura se alzó, se inclinó y le arrojó directamente a la cara su aliento pestilente. Again the wind blew and the figure rose, bent down and blew its stinking breath directly into his face. Simón, arrodillado, apoyó las manos en el suelo y vomitó hasta vaciar por completo su estómago. Después agarró los tirantes, los soltó de las rocas y libró a la figura de los ultrajes del viento. Dann packte er die Hosenträger, löste sie von den Felsen und befreite die Figur vom Wind. Then he seized the suspenders, freed them from the rocks, and freed the figure from the outrages of the wind. Por fin, apartó la vista para contemplar la playa bajo él. Schließlich wandte er den Blick ab und blickte auf den Strand unter ihm. Finally, he looked away to see the beach below him. La hoguera de la plataforma parecía estar apagada, o al menos sin humo. Das Lagerfeuer auf dem Bahnsteig schien erloschen oder zumindest rauchfrei zu sein. The fire pit on the platform appeared to be out, or at least smokeless. En una zona más lejana de la playa, detrás del riachuelo y cerca de una gran losa de roca, podía verse un fino hilo de humo que trepaba hacia el cielo. In a more distant area of the beach, behind the creek and near a large slab of rock, a thin wisp of smoke could be seen climbing into the sky. Simón, sin acordarse ya de las moscas, colocó ambas manos a modo de visera y contempló el humo. Simon, der sich nicht mehr an die Fliegen erinnerte, hob beide Hände als Visier und starrte in den Rauch. Simon, no longer thinking of the flies, cupped both hands as a visor and stared into the smoke. Aun a aquella distancia pudo comprobar que la mayoría de los muchachos – quizá todos ellos – se encontraban allí reunidos. De modo que habían cambiado el lugar del campamento para alejarse de la fiera. Al pensar en ello, Simón volvió los ojos hacia aquella pobre cosa sentada junto a él, abatida y pestilente. El monstruo era inofensivo y horrible, y esa noticia tenía que llegar a los demás lo antes posible. The monster was harmless and hideous, and this news had to reach the others as soon as possible. Empezó el descenso, pero sus piernas no le respondían. Por mucho que se esforzaba sólo lograba tambalearse. No matter how hard he tried, he could only stagger.

–A bañarnos – dijo Ralph -, es lo mejor que podemos hacer. -Baden", sagte Ralph, "das ist das Beste, was man tun kann. "To bathe," said Ralph, "it's the best we can do."

Piggy observaba a través de su lente el cielo amenazador.

–Esas nubes me dan mala espina. -Bei diesen Wolken habe ich ein ungutes Gefühl. -Those clouds give me a bad feeling. ¿Te acuerdas cómo llovía, justo después de aterrizar? Do you remember how it rained right after landing?

–Va a llover otra vez. -Es wird wieder regnen. It's going to rain again.

Ralph se lanzó a la poza. Ralph dove into the pool. Una pareja de pequeños jugaba en la orilla, buscando alivio en un agua más caliente que la propia sangre. Ein paar kleine Kinder spielten am Ufer und suchten Erleichterung im Wasser, das wärmer war als ihr eigenes Blut. Piggy se quitó las gafas, se metió con gran precaución en el agua y se las volvió a poner. Piggy nahm seine Schutzbrille ab, ging vorsichtig ins Wasser und setzte sie wieder auf. Piggy took off his goggles, stepped cautiously into the water, and put them back on. Ralph salió a la superficie y le sopló agua a la cara. Ralph surfaced and blew water into her face.

–Cuidado con mis gafas – dijo Piggy -. Si se me moja el cristal tendré que salirme para limpiarlas. Wenn das Glas nass wird, muss ich aussteigen, um es zu reinigen. If the glass gets wet I will have to get out to clean them.

Ralph volvió a escupirle, pero falló. Ralph spat at him again, but missed. Se rió de Piggy, esperando verle retirarse en su dolido silencio, sumiso como siempre. He laughed at Piggy, waiting to see him withdraw into his pained silence, meek as always. Pero Piggy, por el contrario, golpeó el agua con las manos. – ¡Estáte quieto! – Stay still! – gritó -. ¿Me oyes? Do you hear me? Con rabia, arrojó agua al rostro de Ralph. In a rage, he threw water at Ralph's face.

–Bueno, bueno – dijo Ralph -; no pierdas los estribos. -Gut, gut", sagte Ralph, "verliere nicht die Beherrschung. "Well, well," said Ralph, "; don't lose your temper.

Piggy se detuvo. Piggy blieb stehen.

–Tengo un dolor aquí, en la cabeza… Ojalá viniera un poco de aire fresco. -I have a pain here, in the head... I wish there was some fresh air.

–Si lloviese… -If it rained...

–Si pudiésemos irnos a casa…

Piggy se reclinó contra la pendiente del lado arenoso de la poza. Su estómago emergía del agua y se secó con el aire. Ralph lanzó un chorro de agua al cielo. El movimiento del sol se adivinaba por una mancha de luz que se distinguía entre las nubes. Se arrodilló en el agua y miró en torno suyo, – ¿Dónde están todos? He knelt down in the water and looked around him, – Where is everyone? Piggy se incorporó. Piggy sat up.

–A lo mejor están tumbados en el refugio. – ¿Dónde está Samyeric? – ¿Y Bill?

Piggy señaló a un lugar detrás de la plataforma.

–Se fueron por ahí. A la fiesta de Jack.

–Que se vayan – dijo Ralph inquieto -. -Lasst sie gehen", sagte Ralph unruhig. Me trae sin cuidado. Das ist mir egal. I do not care.

–Y sólo por un poco de carne…

–Y por cazar – dijo Ralph juiciosamente -, y para jugar a que son una tribu y pintarse como los guerreros.

Piggy removió la arena bajo el agua y no miró a Ralph. Piggy stirred up the sand under the water and didn't look at Ralph.

–A lo mejor debíamos ir también nosotros. "Maybe we should go too." Ralph le miró inmediatamente y Piggy se sonrojó.

–Quiero decir… para estar seguros que no pasa nada. –I mean…to make sure nothing happens. Ralph volvió a lanzar agua con la boca.

Mucho antes de que Ralph y Piggy llegasen al encuentro con la pandilla de Jack, pudieron oír el alboroto de la fiesta. Las palmeras daban paso a una franja ancha de césped entre el bosque y la orilla. The palm trees gave way to a wide strip of grass between the forest and the shore. A sólo un paso de la hierba se hallaba la blanca arena llevada por el viento fuera del alcance de la marea: una arena cálida, seca y hollada. Just a foot across the grass lay the white windblown sand beyond the reach of the tide: warm, dry, trodden sand. A continuación se veía una roca que se proyectaba hacia la laguna. Más allá, una pequeña extensión de arena, y luego, el borde del agua. Una hoguera ardía sobre la roca y la grasa del cerdo que estaban asando goteaba sobre las invisibles llamas. Todos los muchachos de la isla, salvo Piggy, Ralph y Simón y los dos que cuidaban del cerdo se habían agrupado en el césped. All the boys on the island except Piggy, Ralph and Simon and the two who were looking after the pig had gathered on the lawn. Reían y cantaban, tumbados en la hierba, en cuclillas o en pie, con comida en las manos. Pero a juzgar por las caras grasientas, el festín de carne había ya casi acabado; algunos bebían de unos cocos. But judging by the greasy faces, the meat feast was almost over; some were drinking from coconuts. Antes de comenzar el banquete habían arrastrado un tronco enorme hasta el centro del césped y Jack, pintado y enguirnaldado, se sentó en él como un ídolo. Before the banquet began, a huge log had been dragged into the middle of the lawn, and Jack, painted and garlanded, sat on it like an idol. Había cerca de él montones de carne sobre hojas verdes, y también fruta y cocos llenos de agua.

Llegaron Piggy y Ralph al borde de la verde plataforma. Al verles, los muchachos fueron enmudeciendo uno a uno hasta sólo oírse la voz del que estaba junto a Jack. Seeing them, the boys fell silent one by one until only the voice of the one next to Jack was heard.

Después, el silencio alcanzó incluso a aquel recinto y Jack se volvió sin levantarse. Then the silence reached even that enclosure and Jack turned away without getting up. Les contempló durante algún tiempo. He contemplated them for some time. Los chasquidos del fuego eran el único ruido que se oía por encima del rumor del arrecife. The crackling of the fire was the only sound above the hum of the reef. Ralph volvió los ojos a otro lado, y Sam, creyendo que se había vuelto hacia él con intención de acusarle, soltó con una risita nerviosa el hueso que roía. Ralph turned his eyes away, and Sam, thinking she had turned to him with intent to accuse him, let out a nervous chuckle at the gnawing bone. Ralph dio un paso inseguro, señaló a una palmera y murmuró algo a Piggy que los demás no oyeron; después ambos rieron como lo había hecho Sam. Ralph took an unsteady step, pointed to a palm tree, and muttered something to Piggy that the others didn't hear; then they both laughed as Sam had. Apartando la arena con los pies, Ralph empezó a caminar. Pushing the sand aside with his feet, Ralph began to walk. Piggy intentaba silbar.

En aquel momento, los muchachos que atendían el asado se apresuraron a coger un gran trozo de carne y corrieron con él hacia la hierba. At that moment, the boys tending the roast rushed to grab a large piece of meat and ran with it to the grass. Chocaron con Piggy, quemándole sin querer, y éste empezó a chillar y dar saltos. They collided with Piggy, inadvertently burning him, and Piggy began to squeal and jump. Al instante, Ralph y el grupo entero de muchachos se unieron en un mismo sentimiento de alivio, que estalló en carcajadas.

Piggy volvió a ser el centro de una burla pública, logrando que todos se sintieran alegres como en oíros tiempos. Piggy stand wieder einmal im Mittelpunkt des öffentlichen Spotts und sorgte dafür, dass sich alle so fröhlich fühlten wie in alten Zeiten. Piggy was again the center of public ridicule, making everyone feel happy as in the old days.

Jack se levantó y agitó su lanza.

–Dadles algo de carne. -Give them some meat.

Los muchachos que sostenían el asador dieron a Ralph y a Piggy suculentos trozos.

Aceptaron, con ansia, el regalo. They eagerly accepted the gift. Se pararon a comer bajo un cielo de plomo que tronaba y anunciaba la tormenta. They stopped for lunch under a leaden sky that thundered and heralded the storm.

De nuevo agitó Jack su lanza. Again Jack waved his spear. – ¿Habéis comido todos bastante? - Have you all had enough to eat?

Aún quedaba comida, dorándose en los asadores de madera, apilada en las verdes bandejas. Piggy, traicionado por su estómago, tiró un hueso roído a la playa y se agachó para servirse otro trozo.

Jack habló de nuevo con impaciencia: – ¿Habéis comido todos bastante?

Su voz indicaba una amenaza, nacida de su orgullo de propietario, y los muchachos se apresuraron a comer mientras les quedaba tiempo. His voice held a threat, born of his pride of ownership, and the boys hurried to eat while they had time. Al comprobar que el festín tardaría en acabar, Jack se levantó de su trono de madera y caminó tranquilamente hasta el borde de la hierba. Realizing that the feast would take time to end, Jack got up from his wooden throne and walked calmly to the edge of the grass. Escondido tras su pintura, miró a Ralph y a Piggy. Ambos se apartaron un poco, y Ralph observó la hoguera mientras comía. They both stood back a little, and Ralph watched the campfire as he ate. Advirtió, aunque sin comprenderlo, que las llamas se hacían ahora visibles contra la oscura luz. He noticed, though without realizing it, that the flames were now visible against the dim light. La tarde había llegado, no con tranquila belleza, sino con la amenaza de violencia. Evening had come, not with calm beauty, but with the threat of violence. Habló Jack:

–Traedme agua. -Bring me water.

Henry le llevó un casco de coco y Jack bebió observando a Piggy y a Ralph por encima del mellado borde. Henry brought him a coconut helmet and Jack drank, watching Piggy and Ralph over the jagged rim. Su fuerza se concentraba en los bultos oscuros de sus antebrazos; la autoridad se posaba sobre sus hombros y le cuchicheaba como un mono al oído. Seine Kraft konzentrierte sich in den dunklen Wülsten seiner Unterarme; die Autorität ruhte auf seinen Schultern und flüsterte ihm wie ein Affe ins Ohr. His strength was concentrated in the dark bulges on his forearms; authority rested on his shoulders and whispered like a monkey in his ear.

–Sentaos todos. -Sit down, all of you.

Los muchachos se colocaron en filas sobre la hierba frente a él, pero Ralph y Piggy permanecieron apartados, en pie, en la suave arena, en un plano algo más bajo. The boys stood in rows on the grass in front of him, but Ralph and Piggy remained apart, standing on the soft sand on a somewhat lower plane. Jack les ignoró por el momento, volvió su careta hacia los muchachos sentados y les señaló con la lanza. Jack ignored them for the moment, turned his mask toward the seated boys and pointed the spear at them. – ¿Quién se va a unir a mi tribu? - Who is going to join my tribe? Ralph hizo un movimiento brusco que acabó en un tropezón. Ralph made a sudden movement that ended in a stumble. Algunos se volvieron a mirarle. Some turned to look at him.