351 - Miedo al miedo
HOMBRE 1 Compadre, ¿me puedes ayudar?
HOMBRE 2 Claro, vecino, ¿qué pasa?
HOMBRE 1 Es que... se ha colado un ratón en el baño de mi casa y... la verdad, a mí me dan mucho asco esos bichos...
HOMBRE 2 ¿Un ratón?... ¡El ratón eres tú!... Pero, Julián, ¿cómo es posible que un hombre de tu tamaño tenga miedo a los ratones?
HOMBRE 1 Pues lo tengo. Ayúdame a matarlo... Agarra una escoba y...
HOMBRE 2 Pero, ¿no te da vergüenza? ¿Cómo vas a asustarte de un animalito insignificante?
HOMBRE 1 ¿A ti no te dan miedo?
HOMBRE 2 A mí, no.
HOMBRE 1 Pues qué bueno... porque lo tienes ahora mismo entre los pies... ¡míralo!
HOMBRE 2 ¡Ey!... ¿Dónde está?... Espérate...
LOCUTORA Un hombre miedoso hace el ridículo.
LOCUTOR A la mujer, por el contrario, se le disculpa todo...
MUJER 1 ¡Ayyyyy!
LOCUTOR Si grita en una película de terror, su acompañante la abraza y la protege.
MUJER 2 Ohhhh....
LOCUTOR Si se desmaya cuando ve sangre, la situación tiene gracia y el príncipe valiente acude en su ayuda.
LOCUTORA Los mareos masculinos son siempre mal vistos. Hombre que se desmaya es epiléptico o marica.
LOCUTORA Éste es el rol marcado por la sociedad: hombres intrépidos y mujeres cobardes.
HOMBRE 1 Nosotros también sentimos miedo, pero no podemos demostrarlo. No podemos llorar, no podemos acariciar, no podemos emocionarnos. Nos han vuelto de piedra.
LOCUTORA ¿Quién dijo que los hombres no deben sentir miedo? El miedo es útil porque nos mantiene alertas frente a los peligros que nos rodean.
LOCUTOR Las emociones intensas provocan una descarga de adrenalina en la sangre. La adrenalina dilata las pupilas, aumenta el ritmo cardíaco y pone en tensión los músculos. El cuerpo está preparado para huir rápidamente o para enfrentar el ataque.
LOCUTORA El miedo es sano. Es bueno sentirlo y es bueno saberlo dominar.
LOCUTOR Lo malo es el miedo a sentir miedo. Por querer aparentar ante los demás, por dar la imagen de machos que no temen a nada ni a nadie, los varones cometen muchos errores.
VIEJA Eso mismo digo yo, que los fanfarrones mueren pronto. Mi marido, por dárselas de que no tenía miedo a las alturas, se cayó de un quinto piso.
LOCUTORA Cada quien tiene sus miedos. No hay que ocultarlos, sino saberlos administrar.
HOMBRE 1 Entonces... ¿puedo confesar que las arañas también me aterran?
