329 - El mensaje y el mansajero
LOCUTORA Cuenta la historia que en un lejano país había un rey muy arrogante.
Tan arrogante como tonto. Porque este rey eliminaba a quienes se atrevían a contradecirle y lo ponían de mal humor. Cuando recibía un mensajero proveniente de alguna provincia de su reino...
MENSAJERO Su Majestad, licencia para hablar.
REY Habla.
MENSAJERO Majestad, traigo una mala noticia.
REY No quiero oír malas noticias.
MENSAJERO Majestad, la sequía ha acabado con la cosecha de trigo. Los campesinos...
REY Te dije que no quiero oír malas noticias... ¡Guardias!
GUARDIA (3 P) ¡A la orden, Majestad!
REY Llévense a este traidor a la patria... ¡y córtenle la cabeza!
MENSAJERO Pero, Majestad, si yo...
MINISTRO Con su permiso, Majestad.
REY Puedes hablar, ministro. ¿Qué quieres?
MINISTRO Majestad, malas noticias. El pueblo está protestando. Dicen que los últimos impuestos...
REY No me traigas malas noticias. Además, el pueblo no tiene nada que decir.
MINISTRO Pero, Majestad, yo también opino que...
REY Tú tampoco tienes nada que opinar... Tú estás en contra mía... ¡Guardias!
GUARDIA (3 P) ¡A la orden, Majestad!
REY Llévense a este traidor... ¡y córtenle la cabeza!
MINISTRO Pero, Majestad, escuche... yo...
LOCUTORA Confundiendo el mensaje con el mensajero, el rey consiguió que nadie se atreviera a decirle nada ni a criticar nada de su gobierno.
VARIOS (MEDIA VOZ) ¡Los campesinos no aguantan más!... ¡Los comerciantes están furiosos!... ¡Las mujeres en pie de lucha!... ¡Los jóvenes se movilizan!
MUJER Pero, ¿quién irá a decírselo al rey?
LOCUTORA Y sucedió que un día como cualquier otro día, un día de ya basta, un día de ira, el pueblo se levantó contra aquel rey tan arrogante como tonto. Nadie le avisó al rey. Tampoco le dieron la “mala noticia” de que lo habían condenado a muerte.
REY Pero, ¿qué pasa... un momento... qué pasa...?
LOCUTORA El rey no pudo enterarse... que le habían cortado la cabeza.
LOCUTOR Esta parábola está dedicada a los reyes y monarcas árabes del Medio Oriente y a otros políticos tontos y arrogantes, arrogantes por tontos, que confundieron y siguen confundiendo el mensaje con el mensajero. Sordos, no escuchan a nadie. Ciegos, no reconocen ningún error. Ojalá logren rectificar antes...
LOCUTOR ... de que sea demasiado tarde.