Por qué RICK y MORTY es una serie SUPER científica
¡Rick y Morty!
¡La serie de animación del momento!
Las increíbles aventuras de Rick, un científico alcohólico hiper inteligente sin moral...
y su nieto Morty.
Si no la conocéis… Es magnífica: no solo parodia todos los clásicos de la ciencia
ficción, sino que además consigue hablar sobre animalismo, religión, racismo, feminismo…
Por no hablar de las relaciones que tienen todos los personajes entre sí.
Me flipa Rick y Morty, pero tengo que decir que entre sus prioridades no está ser riguroso
científicamente: que sepamos no se puede usar la materia oscura como gasolina, cualquier
manera de miniaturizar a una persona lo mataría en el acto, el guiño al gato de schrodinger
y la interpretación de Everett moló, pero tal y como está expuesto no tiene ningún
po sentido y los portales para viajar a otros universo… bueno.
Si existen en el mundo real esta pinta no tendrían.
La serie prefiere ser más creativa que precisa.
Lo mágico es que, a pesar de esto, Rick y Morty me sigue pareciendo por un motivo una
serie SUPER científica, por una razón que veo en cada uno de los episodios.
La serie es totalmente fiel al Principio Copernicano.
Os cuento: en la época en la que las sangrías y la peste estaban de moda, la manera en la
que la gente concebía el Universo era muy distinta a la actual.
Ellos pensaban que la Tierra estaba en el centro del cosmos y que el resto de astros,
incluido el sol, giraban entorno a ella, algunos describiendo una serie de movimientos bastante
enrevesados.
Por entonces, nosotros creíamos que éramos el niño guay de la clase, ubicados en el
lugar más especial del Universo.
Esto le venía muy bien a la religión; al fin y al cabo si somos el hit número uno
de nuestro creador, por favor… ¿Cómo no vamos estar en la zona VIP del mundo?
La cosa es que a partir de 1500 la peña se empezó a poner muy quisquillosa, comenzando
con el señor Copérnico.
A este tio le molestaba que los movimientos de los planetas tuvieran que ser tan raros
para poder cuadrar lo que veíamos desde la Tierra y, a raiz de esto, se dio cuenta que
todo este embrollo podía solucionarse colocando la Tierra como un astro más que gira.
Desde esta nueva perspectiva las intrincadas trayectorias ya no eran necesarias, y para
entender lo que veíamos en el cielo nocturno bastaba que los planetas giraran en simples
órbitas.
Sencillo y elegante.
Gracias esto los astrónomos pudieron entender todo tipo de fenómenos que antes eran inexplicables.
Solo había que dejar de creerse el ombligo del mundo; había que aceptar que vivimos
en un planeta igual de importante que los otros.
Este salto en la forma de entender el Universo...
Digamos este “Eh.
Baja de las nubes.
Deja de creerte especial.
No eres nadie.
Ven a ver la televisión” se llama el Principio Copernicano.
Lo acoj*ante de este principio es que sigue totalmente de actualidad.
Siglo XIX: es rotundo que el Sol no es el centro del Universo y que, encima, convivimos
con miles de millones de soles parecidos al nuestro dentro de la Vía Láctea.
Siglo XX: es rotundo que nuestra galaxia no es el centro del Universo y que esas lejanas
nébulas en realidad son otras galaxias parecidas a la nuestra… y que encima hay muchas de
ellas.
Muchas.
Muchas.
Muchas.
El universo es inconcebiblemente grande y, además, en estos tamaños tiene una curiosa
propiedad: que mires donde mires el Universo tiene más o menos el mismo aspecto.
Esto puede parecerte una chorrada, pero la cosa que si te tomas en serio el principio
copernicano, esto te lleva a una pedazo conclusión: si realmente no estamos en ningún lugar especial
de Universo y podríamos estar viviendo de la misma manera, aquí, aquí o aquí, el
hecho de que en cada uno de estos sitios veamos el universo con el mismo aspecto nos lleva
de cabeza a pensar que el Universo TIENE el mismo aspecto en todas partes.
Esta es la digievolución del principio copernicano: no es que la Tierra no esté en la zona VIP
del cosmos, es que la zona VIP no existe.
El Universo en las grandes escalas es igual en todas partes.
Si ahí fuera hay vida extraterrestre, ellos serán lo más seguro igual de loosers que
nosotros.
Este “Nadie es especial.
Todos somos unos parguelas.
Ven a ver la televisión” se llama el Principio Cosmológico y, al igual que el principio
copernicano resolvió muchos problemas de su época, gracias al principio cosmológico
podemos entender por qué la mayoría de galaxias se alejan de nosotros y qué es la luz más
antigua del cosmos.
En definitiva: que en este basto universo científicamente no somos nadie… Y creo
que Rick es muy consciente de ello.
Cómo se entrega totalmente al hedonismo, el hecho de que nunca quiere formar parte
de nada… La personalidad de Rick gira entorno al “Es inútil.
Nada importa”.
Y no es solo Rick, la propia serie trivializa una y otra vez con la muerte y el sufrimiento
en las situaciones más absurdas, como si nos quisiera decir que al universo se la suda
totalmente nuestro bienestar.
La serie abraza el principio cosmológico hasta el extremo y en cada episodio nos muestra
que nuestras insignificantes vidas de simio en comparación con la inmensidad del Universo…
No valen nada.
Wabalabadupdup, chavales.
Pero eh, nos vengais abajo.
Que seamos unos perdedores no quiere decir que no podamos disfrutar de todas las maravillas
que nos ofrece el cosmos.
Y, respecto a eso, os espero las próximas semanas aquí en QuantumFracture.
Y como siempre, muchas gracias por verme.