Hegel - Lecciones sobre la Filosofía de la Historia Universal (5/6)
¿Qué significa que el Estado sea el material de la realización del fin de la historia?
¿Qué relación deben tener el estado y la religión de acuerdo con Hegel?
¿Cuál es la mejor organización del estado de acuerdo con el espíritu?
Hola, soy Amilcar Paris, y gracias por acompañarme a Filosofía de la Historia.
Esta es la quinta cápsula de la Introducción general de las
Lecciones de Filosofía de la Historia Universal de Hegel.
En esta cápsula veremos el lugar que ocupa el estado en la historia universal,
como el material de realización de la Idea. Veremos el lugar que ocupa la cultura de un
pueblo como esferas internas de la vida de un pueblo y veremos la postura Hegeliana
de las distintas constituciones de un pueblo, así que comencemos de una vez.
¿Cuál es el material en que se verifica el fin último de la razón?
Sabemos que el fin de la razón universal se realiza mediante la voluntad subjetiva.
Hegel además nos dice que la unidad de éstas, razón universal y voluntad subjetiva,
es la moral en sentido abstracto y el Estado en sentido concreto.
La moralidad es el deber, el derecho sustancial, la segunda naturaleza que sucede a la primera
naturaleza del ser inmediato y animal. Por otra parte, el Estado es la realidad en la
cual el individuo tiene y goza su libertad, en él ésta se hace objetiva y se realiza positivamente.
Además, es el centro de los restantes aspectos concretos: el derecho, el arte y las costumbres.
La realidad espiritual de la humanidad consiste en que lo racional tenga una existencia
objetiva e inmediata, y esto es el Estado. La ley es la objetividad del espíritu
y la voluntad es su verdad. Sólo la voluntad que obedece
a la ley es libre, porque se obedece a sí misma y permanece en sí misma.
El que en el Estado haya voluntades que sometan a otras voluntades, no significa que en el
Estado no haya libertad, sino que una de esas voluntades no es válida, es un simple capricho.
La voluntad esencial que debe ser universal no es sometida en el Estado,
éste somete al capricho, la voluntad inválida. Por ello, en la Historia Universal solo se habla
a los pueblos que se han organizado racionalmente y que forman un Estado.
Hegel se distingue de ciertos filósofos que no nombra (apuntar).
Éstos dicen que El hombre es libre por naturaleza,
pero se ve obligado a limitar esta libertad natural en la sociedad y en el Estado.
Lo que lleva a estos filósofos a decir tal cosa es que conciben a
la libertad como capricho individual, como albedrío de las necesidades particulares.
El estado sí limita los caprichos, pero no limita la verdadera libertad.
De hecho, la limitación de los caprichos es un medio para la realización de la verdadera
libertad, pues solo así tiene el hombre existencia racional y por lo tanto libre.
Otra postura respecto al Estado de la que se distingue Hegel, es la del estado patriarcal.
Esta postura es similar a la de la política de Aristóteles y suele ser
tomada por teólogos que basan sus teorías del origen del estado en escritos bíblicos.
El estado patriarcal tiene por base la relación familiar.
La familia es una persona, la unidad de sentimiento, de amor de confianza.
El Estado debe respetar a la familia pero la ampliación de la familia hasta formar
una comunidad patriarcal rebasa el lazo de la consanguinidad.
En la familia nadie es independiente y en el Estado debe haber independencia de los individuos.
Las potencialidades del espíritu de un pueblo se particularizan, se hacen distintas a otro,
en la religión, la constitución, el sistema jurídico con derecho civil, la industria,
el arte, la ciencia, el ejército y la valentía. Estas son las esferas en las cuales el concepto
que el espíritu objetivo tiene de sí mismo se realiza, por medio de las
cuales el espíritu se conoce a sí mismo, el pueblo conoce su propia conciencia.
La religión es en donde la individualidad del espíritu es representada, venerada y gozada
en su esencialidad, como Dios. El arte es donde es expuesta
como imagen e intuición. La filosofía es donde es
concebida y conocida por el pensamiento. Cada esfera coexiste con las demás,
cada arte con un estado particular, con una religión y una filosofía particulares.
Cada particularización de un espíritu requiere de las particulares manifestaciones que le
corresponden pues los aspectos de la cultura de un pueblo son las
relaciones del espíritu consigo mismo. Esto significa que el arte griego no
podría surgir en el mundo islámico. La religión musulmana y el arte griego
son incompatibles pues son manifestaciones de diferentes niveles de conciencia de la Idea.
La religión es el primer modo de autoconciencia, es la conciencia espiritual del espíritu nacional
mismo, es la conciencia del espíritu universal en la existencia determinada de un pueblo.
La religión es el concepto que el pueblo tiene de sí mismo.
Entonces para Hegel todas las religiones son expresiones de una verdad, más no de LA verdad.
Las religiones que consideran lo divino en la naturaleza,
no entienden lo interno de lo espiritual por lo que no pueden concebir la libertad.
A diferencia de estas están el Islam, el Judaísmo y el Deísmo ilustrado.
Estas sí entienden la separación entre lo natural y lo divino, pero también separan lo absoluto y
lo finito, separan al dios de los individuos. Por otro lado, las religiones Hindú y Griega sí
consideran la unión de lo divino y el mundo, pero éstas antropomorfizan a Dios,
lo cuál se encuentra por debajo de su dignidad. En el cristianismo la idea divina es la unidad
de las naturalezas divina y humana. Pero no todo el cristianismo es igual,
dentro de él se encuentra el Catolicismo y el Protestantismo.
El problema con el Catolicismo, para Hegel, es que no admite la justicia y
moralidad internas del Estado, no reconoce la sustancialidad del derecho y de la moralidad.
Por lo que la verdadera verdad es la que se expresa mediante el protestantismo.
¡Justo la religión de Hegel y el Estado Prusiano! ¡Que afortunada casualidad!
La religión tiene un principio común con el estado, ésta es la primera interioridad
que en él se define y realiza. El estado sale de una religión
determinada y por tener esa religión tiene esa vida política, artística y científica.
Dice Hegel que sería fácil poner contraejemplos de estados que se separan de la religión,
como Hamburgo o los Estados Norteamericanos. Pero esos son estados pequeños, cuando se habla
de la historia universal no se habla de cosas inmaduras que no llegan a tener la madurez que
solo corresponde a los viejos Estados europeos. La religión debe ser la base de los otros aspecots
en los que se objetiva el espírituo, porque si no éstos no estarían determinados por la verdad.
Ya había dicho Hegel que el espíritu solo es espíritu por cuanto se hace objetivo.
Cada religión tiene un principio, y desde ese principio el espíritu forma un mundo, se objetiva.
Esto se hace mediante distintas esferas como son: la constitución política, la relación
jurídica, la moralidad, el arte y la ciencia. El arte está sumamente vinculada con la religión.
Hegel dice que en las religiones donde el espíritu es concebido sin forma,
como en el judaísmo y el islam, no hay lugar para las artes plásticas.
Por otro lado, en religiones donde la universalidad divina es intuida en la forma
de subjetividad natural, como en los griegos, se representa lo divino en la intuición sensible.
Sin embargo, para Hegel, el arte sensible para los griegos es diferente que para los cristianos,
pues para los griegos el arte era el modo supremo de aprehender y representar lo verdadero,
y para los cristianos esta aprehensión se tiene que hacer mediante el intelecto.
Otra esfera que menciona Hegel es la de las ciencias.
Aunque más bien se refiere, no a lo que nosotros entendemos como ciencia,
sino a algo que se acerca más a la filosofía. Éstas, para Hegel, se acercan más a la religión,
se encuentran en el terreno peculiar del espíritu porque pertenecen al pensamiento.
Pensar es aprehender abstractamente lo más hondo del espíritu y por eso las ciencias son un fin
en sí y por sí y son el modo supremo como un pueblo llega a la conciencia de la verdad.
Tanto el arte como la ciencia, son esferas internas e inmateriales del pueblo, y éstas
se contraponen las esferas materiales externas. La primera de estas esferas refiere a los usos
y costumbres de un pueblo, la moralidad y las relaciones familiares de los pueblos.
En esta esfera el espíritu se expresa en el tipo de matrimonio que tiene,
el tipo de relaciones que hay entre padres e hijos y las relaciones de cortesía entre individuos.
La segunda esfera exterior es la actividad con la naturaleza para la satisfacción de las
necesidades finitas; la industria y el comercio. Estas actividades buscan que el individuo se
ocupe de sí mismo, aplicando sus habilidades y su trabajo a los satisfactores de sus necesidades.
Dependiendo de la conciencia que tenga el espíritu de sí mismo, la industria
puede estar adscrita a ciertas castas, o el individuo puede actuar sin ningún límite.
Aquí Hegel se refiere al modo de producción en el capitalismo, pero habrá más tarde un hegeliano
que dirá que no, que para eso a la historia todavía le falta dar otro giro dialéctico.
La tercera esfera exterior es el derecho privado, o el derecho civil como lo conocemos.
Aquí, el desenvolvimiento de la libertad personal se manifiesta en
los regímenes de trabajo y de propiedad. Hegel dice que sólo en el cristianismo
el individuo tiene un valor infinito y por ello sólo en él los hombres pueden ser personalmente
libres y poseer una propiedad libre. Aquí Hegel más bien se refiere a propiedad
privada y curiosamente, ese otro hegeliano también tendrá algo que decir al respecto.
Finalmente está la esfera de las ciencias de lo finito.
Esto sí es ciencia como lo conocemos, matemática, historia natural y física.
Éstas requieren un cierto nivel cultural en el que
el individuo tenga libertad interior y pueda adoptar una actitud teórica.
Y por eso… en el mundo antiguo… no hacían ciencia… bueno, dice Hegel.
Para que estas esferas se fijen, y que lo hagan de acuerdo al concepto que tiene
el espíritu de sí mismo, requieren de ciertas instituciones que son desarrollos del concepto.
Este desarrollo específico se da mediante la constitución.
Aquí me tengo que detener un segundo porque en latinoamérica del siglo veintiuno damos por
sentado que un Estado debe tener una constitución, es el fundamento legal de todas las instituciones.
Parece trivial entonces que Hegel hable de ella. Pero en la primera mitad del siglo diecinueve
en los estados alemanes, la discusión por una constitución es muy vigente.
Recordemos que Hegel viene de Wurtemberg a Prusia. Al disolver Napoleón el sacro imperio romano,
Wurtemberg pasó a pertenecer a la confederación del Rin.
Durante ese periodo, los estados alemanes que pertenecieron a esta confederación,
tuvieron una probada de libertades civiles. Cuando Napoleón fue derrotado,
la confederación del Rin colapsó. El estado monárquico de Wurtember
no fue lo suficientemente poderoso para regresar a la normalidad y en 1819 se
vio obligado a establecer una constitución. Pero Prusia no perteneció a la confederación
del Rin, nunca probó libertades civiles, nunca cambio, se mantuvo
bajo la institución omnipresente de su rey. Y así viene Hegel a Prusia a decir que
no se puede juzgar una forma política como tal si no tiene una constitución.
Que su forma retrógrada de Estado sin constitución ni es Estado.
El ente abstracto del Estado solo adquiere vida y realidad mediante la constitución;
mediante ella se establece la diferencia entre quien manda y quien obedece,
quien gobierna y quien es gobernado. Buscando, dice Hegel, que los ciudadanos
obedezcan lo menos posible y que los que manden tengan el menor albedrío posible.
Esto es, buscando una constitución liberal, algo que no le acomodaría a los mochos Prusianos.
¿De qué maneras se puede hacer una constitución? Las constituciones tienen un comportamiento
extraño, para Hegel, Aunque el espíritu se desarrolla de manera
ininterrumpida, desde la perspectiva de las constituciones no hay ninguna continuidad.
Las constituciones de los pueblos históricos anteriores no contienen
el principio de los tiempos posteriores. Para ver qué tipos de constituciones hay,
hay que ver según como se distribuyen los gobernantes y los gobernados.
Primero se encuentra la monarquía patriarcal, que es la monarquía despótica que obtiene obediencia
mediante la violencia y el miedo. Aquí el gobernante es uno y los
gobernados son todos los demás. Después está la aristocracia,
que consiste en la unión del cuerpo político por medio de algunos individuos particulares.
Aquí algunos son los gobernantes, y los demás son gobernados.
Para Hegel la aristocracia termina en la sumisión de estas fuerzas particulares
en un nuevo renio, una nueva monarquía. Esta es una monarquía diferente que la primera,
pero Hegel no especifica por qué. También Hegel habla de la República,
esta es la única distribución justa y verdadera,
pero antes de que lo vengan a apresar el ejército real prusiano, tiene que afirmar
que no puede ser introducida en todas partes y a veces es más preferible la monarquía.
Así queda desplegado el lugar que ocupa el Estado en la Historia universal.
En la próxima cápsula veremos el tercer capítulo de la Introducción General de las lecciones de
filosofía de la historia universal, la cual sirve como conclusión de la misma introducción,
pues Hegel regresa a muchos puntos ya vistos y los une para darnos la visión general de la filosofía
de la historia universal. Así que hasta entonces.